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OPINIón
Pablo Navarrete Gutiérrez
pablo navarrete
guiérrez
Coordinador de Asuntos
Jurídicos del Instituto
Nacional de las Mujeres
ES UN DESAFIO VIGENTE ERRADICAR EL
ESTIGMA Y DISCRIMINACIÓN POR VIH/SIDA
La mejor herramienta para terminar con el señalamiento relacionado con el VIH y el sida, seguirá
siendo el respeto irrestricto de los derechos humanos, valores que dignifican a las personas que
viven con la enfermedad, al personal de salud y a la comunidad en general
El estigma ha vulnerado los derechos de quienes usan drogas inyectables, hombres que tienen sexo con otros hombres, trabajadores/as sexuales,
migrantes y mujeres transexuales, entre otros.
Foto: Shutterstock
34
millones de
personas en el
mundo viven con VIH,
la mayoría en países
con ingresos bajos y
medios
3.4
millones de niños
viven con el VIH o sida,
la mayoría en países de
África subsahariana
1.8
millones de
personas mueren
cada año por causa de
esta enfermedad
A más de 30 años de la aparición en México de
los primeros casos de VIH y el sida, continúa
vigente el desafío de erradicar el estigma y
discriminación que ha vulnerado de manera
permanente la dignidad y derechos de las personas
que viven con esta enfermedad, de manera
particular las que pertenecen a grupos altamente
estigmatizados, como hombres que tienen sexo
con otros hombres, personas usuarias de drogas
inyectables, trabajadores/as sexuales, migrantes
y mujeres transexuales, entre otros.
Según el Centro Nacional para la Prevención
y Control del VIH y el sida (Censida), estos no
solo son los grupos más estigmatizados y discriminados
a causa de esta enfermedad, sino
también los que concentran la mayor prevalencia
de infecciones: las mujeres transgénero
con 20%; hombres que tienen sexo con otros
hombres con 17%; hombres trabajadores
sexuales con 18.2% y personas usuarias de
drogas inyectables con 5.8%.
Por ello, es necesario atender el fenómeno
del VIH y el sida desde una perspectiva de los
derechos humanos, pues humaniza y dignifica
a las personas que viven con esta enfermedad,
al personal de salud y a la comunidad en general,
y es la única vía posible para terminar con
el estigma y la discriminación relacionada con
esta enfermedad.
A más de tres décadas del surgimiento del
VIH y el sida en nuestro país y a pesar de los
enormes avances científicos en este tema, aún
persisten prácticas y expresiones violatorias de
los derechos humanos, como leyes discriminatorias
que deben derogarse cuanto antes. En
nuestros días todavía en dos estados del país se
prohíbe el matrimonio expresamente por Sida;
en 27 por “enfermedad, contagiosa, crónica e
incurable”; en 23 por “impotencia sexual” y en
uno por “bisexualidad”.
Una preocupante expresión de estas normas
es la “criminalización” que hacen de esta
enfermedad a través de la creación del delito
“peligro de contagio” aún vigente en 28 estados
del país.
Si algo hemos aprendido en estos 30 años de la
epidemia, es que las prácticas y medidas de corte
represivo y criminalizador, como estas normas,
lejos de reducir los casos de esta enfermedad,
los incrementa, pues aleja a las personas de los
servicios de salud, de la prevención, del acceso
a una detección y tratamiento oportuno, con un
alto costo para los derechos de las personas más
vulnerables frente a esta enfermedad.
La mejor herramienta para terminar con el
estigma y la discriminación relacionada con el
VIH y el Sida, seguirá siendo el respeto irrestricto
de los derechos humanos.
Para finales del 2011
se estima que en México había cerca de
147,137
personas viviendo con VIH,
concentrados sobre todo en el Distrito Federal
ESTADO DE MÉXICO
24,934
VERACRUZ
14,653
JALISCO
12, 234
PUEBLA
7,166
27 de OCTUBRE, 2014 • TODAS 8 MILENIO