Scherzo. Núm. 72

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1 ONDRES
Una casa ejemplar
Londres. English Nalional Opera. 3I-XII-92. Jarátele Las aventuras de/ sefior Bronceé ClarV. Tiemey. Bottone.
Napier-Burrows. Morgan, Bovino, Remedios, Squires. Coro y Orquesta de la ENO. Dirección escénica: David
Pount/>ey. Dirección Música! Sir Charles Mackerras. 2-1-93. Gilbert y Sullivan: Lo princesa ¡da Van Alian. Curtis, Graham-Hall.
Dollon, Grane, Joshua. Collins, Oivens. Coro y On)uesta de la ENO Dirección escénica: Ken Russell. Direccifin
musical: lames Holmes.
C
on muchas menos campanillas
que su casi vecina de barrio, la
Royal Opera House, la English
National Opera supone un intento por
hacer del espectáculo lírico mucho más
que un eco de sociedad que cuesta millones
al erario público. Desde su tradicional
y discutible decisión de dar todos
sus títulos en inglés hasta su reciente
campaña publicitaria a la voz de «Everybody
Needs Opera», el caso es que el
inmenso y apastelado London Coliseum
es un teatro vivo, capaz de aunar el repertorio
convencional y las novedades
sin temor alguno, y hasta de convencer
a sus incondicionales de que se atrevan
a financiar una representación. As!, el
propio público -como suena, con los
donantes de a partir de veinticinco libras,
menos de cinco mil pesetas, recogidos
en el programa de mano- es el
patrocinador de Los aventuras del señor
ñroucefc, un espectáculo ejemplar, pletórico
de sugerencias escénicas -incluido
el uso de la imagen cinematográfica, de
Einstein a los noticiarios televisivos- y
hasta de lecturas contemporáneas, como
la que lo acerca a las manifestaciones
de la plaza de San Wenceslao en
Praga en 1989. Y como Janácek dedicó
la obra en su día al presidente Masaryk,
«liberador de la nación checa», la ENO
hace lo propio hoy
con Václav Havel.
Los intérpretes vocales
están a la excelente
altura del espectáculo,
con un
magnífico Graham
Clark, bien conocido
en Bayreuth, que diseña
un protagonista
excelso en un trabajo
físicamente agotador.
Bien Bonaventura
Bottone y Vivían
Tiemey como Málinka
y Mazal, y mal,
con la voz bastante
fatigada. Alberto Remedios
como el autor.
Y por encima de
todo, ese músico inmenso
que es, en este
repertorio, Sir
Charles Mackerras,
capaz desde el primer
compás de entrar en el universo
complejísimo de la obra con esa inteligencia
que seguramente sólo da la formación
y la convivencia permanente
cerca de una cultura y sus peculiaridades.
Bien la Orquesta y menos bien el
Coro de la ENO.
La princesa Ida -su edición crítica a
cargo de David Russel-Hulme- se convierte
en manos de Ken Russell en una
burla que no lo es tanto, seguramente
por querer acercarla
demasiado a una reafidad
histórica cuando
puede perfectamente
seguir funcionando
con sus propias referencias.
La historia de
la princesa no tan dispuesta
a casarse en un
matnmonio ya convenido
no necesita de
un fondo con el palacio
de Buckingham
flanqueado por grandes
orejas -facilón- ni
de unos hermanos del
principe Hilarión desplazándose
por la escena
en bicicleta. Luchan
frente a ello
unos cantantes competentes
con una
Rosmary Joshua de
suficiente presencia y
buenas maneras y un
CnhamOak como tí «fiar Bnuak divertido Nickolas
Grace. No pude asistir a las representaciones
dirigas en lo musical por la excelente
Jane Glover, pero el fogoso James
Holmes consiguió dar suficiente fluidez al
habilísimo discurso de Sir Arthur Sullivan.
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Angela María Blas!, soprano
Bryn Terfel, barítono
Orquesta y coros de la Radió Bávara
SIR COUN^AVIS, director.
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