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ACTUALIDAD<br />
S<br />
e ha hablado hasta la saciedad de<br />
las razones que impulsan a Sergiu<br />
Celibidache a no grabar y que,<br />
para él, desde hace más de -40 años,<br />
constituyen artículos de fe. En muchas<br />
publicaciones, y en esta revista por<br />
supuesto, se ha comentado ampliamente<br />
el asunto en los últimos decenios. El<br />
mismo artista lo ha declarado por activa<br />
y por pasiva en todas cuantas entrevistas<br />
le han hecho o en todos los<br />
encuentros en los que ha participado.<br />
La especial dimensionalidad de su arte<br />
no se presta, en efecto, a que el resultado<br />
sonoro que con su aplicación se<br />
propicia pueda quedar recogido de<br />
manera fiel en una superficie de grabación.<br />
El micrófono, ha dicho siempre el<br />
director rumano, es un aparato imperfecto<br />
y limitado para captar la multiplicidad<br />
y variedad de frecuencias que<br />
emanan de unas fuentes promotoras<br />
de sonido que, por principio, han de<br />
sufrir determinados choques y someterse<br />
a muy precisas combinaciones.<br />
Esto en cuanto a la vibración, a la onda<br />
sonora propiamente dicha en su<br />
permanente repetición a ¡o largo<br />
del discurso musical- Y en mayor<br />
medida desde el momento en<br />
que el espectro dinámico está<br />
sujeto a sutilísimas matizaciones y<br />
oscilaciones y que. según explica<br />
continuamente el artista, mantiene<br />
complejas relaciones fenomenológicas<br />
con el espacio -sometido<br />
a su vez a sus propias leyesen<br />
el que se produce. El juego de<br />
tensiones que las distintas fuerzas<br />
sonoras promueven, el cruce<br />
entre el impulso vertical y el horizontal,<br />
conducen al establecimiento<br />
de una ecuación espacio/tiempo,<br />
que es una constante<br />
inviolable y causante de que una<br />
concreta interpretación, o traducción<br />
en sonidos, de un pentagrama<br />
sea de una forma y no de<br />
otra. Ningún medio de reproducción<br />
acústico, por muy perfecto<br />
que se revele, posee la fidelidad<br />
mínima para aprehender el<br />
mensaje. Por cuanto que. además<br />
de que la muestra así obtenida<br />
serla en todo caso pálida y plana,<br />
la mera fijación y plasmación de la<br />
imagen en un soporte, capaz para trasladar<br />
la señal a un rnedio de reproducción<br />
y amplificación, supondría la fosilización,<br />
el anquilosamiento, la muerte<br />
en definitiva, de la idea poético-mus i cal<br />
contenida en la partitura y que su<br />
36SCHERZO<br />
Nuevas dimensiones<br />
efg " J<br />
recreador ha de clarificar. Cualquier<br />
interpretación de una misma obra es<br />
siempre diferente porque la música es<br />
un arte cambiante, abstracto, que crece<br />
y se propaga en función sobre todo del<br />
tiempo y que por ello rechaza esta<br />
pretensión de ser apresado, eternizado.<br />
Encerrar en un disco o una cinta (de<br />
audio o de video) un fenómeno físicoartístico<br />
de esta naturaleza es deformarlo,<br />
vaciarlo de contenidos, quitarle<br />
pureza. Un acorde, por mil veces que<br />
se repita, cada vez es distinto, diferente<br />
a sí mismo: sus ondas progresan, se<br />
diluyen en el espacio y entran a formar<br />
parte del cosmos como algo vivo, lleno<br />
de energía y de vigor. Escucharlo recogido,<br />
fijado, establecido, inmutable, tal y<br />
como se lo percibe en la audición a<br />
través de un tocadiscos o de un<br />
magnetófono, significa su desnaturalización<br />
y, en consecuencia, la desnaturalización<br />
del discurso musical en el que se<br />
integra.<br />
Estas consideraciones, reflejo de las<br />
que el maestro rumano se ha hecho y<br />
ha divulgado tantas veces, no quitan<br />
Celibidache en un ensayo con lo Filarmónico de Munich<br />
para que muchos, aun reconociendo el<br />
rigor de su pensamiento y la verdad de<br />
sus apreciaciones, no estemos permanentemente<br />
a la espera de que salgan al<br />
mercado algunas de sus grabaciones en<br />
vivo, captadas, en ocasiones con un<br />
sonido deficiente, por aparatos piratas<br />
(o corsarios, como él los ha calificado<br />
más de una vez); o para que no estemos<br />
pendientes de una transmisión o<br />
retransmisión radiofónica de alguno de<br />
sus conciertos. Porque, qué caramba,<br />
un testimonio de este tipo es, con todo,<br />
una lección musical de primera en la<br />
que la fantasía del oyente, sobre todo si<br />
ha tenido ha tenido oportunidad de<br />
escucharlo con anterioridad, suple en<br />
parte a las carencias técnicas y contrarresta<br />
en cierto modo la comentada<br />
desnaturalización.<br />
La indefinible alquimia<br />
Si lo postulado por Celibidache es<br />
cierto en todos los casos en los que se<br />
produce un sonido complejo y éste es<br />
grabado, lo es aún más en lo que a él<br />
se refiere. Si un micrófono es un artefacto<br />
siempre imperfecto, incapaz de<br />
recoger en su integridad el espectro<br />
sonoro de una orquesta (o de un<br />
piano, sometido a las mismas leyes),<br />
más imperfecto acabará siendo si<br />
el mensaje que pretende registrarse<br />
emana de cualquiera de<br />
sus interpretaciones (utilicemos, a<br />
sabiendas de su incorrección,<br />
tantas veces señalada por este<br />
artista, el término como el más<br />
adecuado para hacerse entender);<br />
porque el trabajo de alquimista<br />
del sonido que el director<br />
lleva a efecto es de una riqueza y<br />
de una complejidad mucho más<br />
elevadas de lo normal. Es uno de<br />
los pocos portadores de la batuta<br />
-y puede que a partir de ciertos<br />
niveles, el único- que se sumerge<br />
a conciencia en el auténtico<br />
meollo de una composición, que<br />
estudia sus leyes, que valora sus<br />
^ cualidades estilísticas, que sopesa<br />
tí y regula las dinámicas, que plan-<br />
Gj tea rigurosamente las bases<br />
3 agógicas, que edifica con justeza e<br />
% inteligencia las progresiones,<br />
£> Aspectos que debían estar siem-<br />
£> pre presentes en cualquier aproximación<br />
a un pentagrama y que<br />
casi nadie observa; y. menos aún,<br />
cuida. El particular análisis que<br />
este maestro realiza de los componentes<br />
de una partitura, un objeto, no lo<br />
olvidemos, perfectamente abierto, una<br />
guía que ha de ser completada con el<br />
conocimiento del intérprete, es de una<br />
desbordante fantasía en absoluto reñi-