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Scherzo. Núm. 72

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ACTUALIDAD<br />

S<br />

e ha hablado hasta la saciedad de<br />

las razones que impulsan a Sergiu<br />

Celibidache a no grabar y que,<br />

para él, desde hace más de -40 años,<br />

constituyen artículos de fe. En muchas<br />

publicaciones, y en esta revista por<br />

supuesto, se ha comentado ampliamente<br />

el asunto en los últimos decenios. El<br />

mismo artista lo ha declarado por activa<br />

y por pasiva en todas cuantas entrevistas<br />

le han hecho o en todos los<br />

encuentros en los que ha participado.<br />

La especial dimensionalidad de su arte<br />

no se presta, en efecto, a que el resultado<br />

sonoro que con su aplicación se<br />

propicia pueda quedar recogido de<br />

manera fiel en una superficie de grabación.<br />

El micrófono, ha dicho siempre el<br />

director rumano, es un aparato imperfecto<br />

y limitado para captar la multiplicidad<br />

y variedad de frecuencias que<br />

emanan de unas fuentes promotoras<br />

de sonido que, por principio, han de<br />

sufrir determinados choques y someterse<br />

a muy precisas combinaciones.<br />

Esto en cuanto a la vibración, a la onda<br />

sonora propiamente dicha en su<br />

permanente repetición a ¡o largo<br />

del discurso musical- Y en mayor<br />

medida desde el momento en<br />

que el espectro dinámico está<br />

sujeto a sutilísimas matizaciones y<br />

oscilaciones y que. según explica<br />

continuamente el artista, mantiene<br />

complejas relaciones fenomenológicas<br />

con el espacio -sometido<br />

a su vez a sus propias leyesen<br />

el que se produce. El juego de<br />

tensiones que las distintas fuerzas<br />

sonoras promueven, el cruce<br />

entre el impulso vertical y el horizontal,<br />

conducen al establecimiento<br />

de una ecuación espacio/tiempo,<br />

que es una constante<br />

inviolable y causante de que una<br />

concreta interpretación, o traducción<br />

en sonidos, de un pentagrama<br />

sea de una forma y no de<br />

otra. Ningún medio de reproducción<br />

acústico, por muy perfecto<br />

que se revele, posee la fidelidad<br />

mínima para aprehender el<br />

mensaje. Por cuanto que. además<br />

de que la muestra así obtenida<br />

serla en todo caso pálida y plana,<br />

la mera fijación y plasmación de la<br />

imagen en un soporte, capaz para trasladar<br />

la señal a un rnedio de reproducción<br />

y amplificación, supondría la fosilización,<br />

el anquilosamiento, la muerte<br />

en definitiva, de la idea poético-mus i cal<br />

contenida en la partitura y que su<br />

36SCHERZO<br />

Nuevas dimensiones<br />

efg " J<br />

recreador ha de clarificar. Cualquier<br />

interpretación de una misma obra es<br />

siempre diferente porque la música es<br />

un arte cambiante, abstracto, que crece<br />

y se propaga en función sobre todo del<br />

tiempo y que por ello rechaza esta<br />

pretensión de ser apresado, eternizado.<br />

Encerrar en un disco o una cinta (de<br />

audio o de video) un fenómeno físicoartístico<br />

de esta naturaleza es deformarlo,<br />

vaciarlo de contenidos, quitarle<br />

pureza. Un acorde, por mil veces que<br />

se repita, cada vez es distinto, diferente<br />

a sí mismo: sus ondas progresan, se<br />

diluyen en el espacio y entran a formar<br />

parte del cosmos como algo vivo, lleno<br />

de energía y de vigor. Escucharlo recogido,<br />

fijado, establecido, inmutable, tal y<br />

como se lo percibe en la audición a<br />

través de un tocadiscos o de un<br />

magnetófono, significa su desnaturalización<br />

y, en consecuencia, la desnaturalización<br />

del discurso musical en el que se<br />

integra.<br />

Estas consideraciones, reflejo de las<br />

que el maestro rumano se ha hecho y<br />

ha divulgado tantas veces, no quitan<br />

Celibidache en un ensayo con lo Filarmónico de Munich<br />

para que muchos, aun reconociendo el<br />

rigor de su pensamiento y la verdad de<br />

sus apreciaciones, no estemos permanentemente<br />

a la espera de que salgan al<br />

mercado algunas de sus grabaciones en<br />

vivo, captadas, en ocasiones con un<br />

sonido deficiente, por aparatos piratas<br />

(o corsarios, como él los ha calificado<br />

más de una vez); o para que no estemos<br />

pendientes de una transmisión o<br />

retransmisión radiofónica de alguno de<br />

sus conciertos. Porque, qué caramba,<br />

un testimonio de este tipo es, con todo,<br />

una lección musical de primera en la<br />

que la fantasía del oyente, sobre todo si<br />

ha tenido ha tenido oportunidad de<br />

escucharlo con anterioridad, suple en<br />

parte a las carencias técnicas y contrarresta<br />

en cierto modo la comentada<br />

desnaturalización.<br />

La indefinible alquimia<br />

Si lo postulado por Celibidache es<br />

cierto en todos los casos en los que se<br />

produce un sonido complejo y éste es<br />

grabado, lo es aún más en lo que a él<br />

se refiere. Si un micrófono es un artefacto<br />

siempre imperfecto, incapaz de<br />

recoger en su integridad el espectro<br />

sonoro de una orquesta (o de un<br />

piano, sometido a las mismas leyes),<br />

más imperfecto acabará siendo si<br />

el mensaje que pretende registrarse<br />

emana de cualquiera de<br />

sus interpretaciones (utilicemos, a<br />

sabiendas de su incorrección,<br />

tantas veces señalada por este<br />

artista, el término como el más<br />

adecuado para hacerse entender);<br />

porque el trabajo de alquimista<br />

del sonido que el director<br />

lleva a efecto es de una riqueza y<br />

de una complejidad mucho más<br />

elevadas de lo normal. Es uno de<br />

los pocos portadores de la batuta<br />

-y puede que a partir de ciertos<br />

niveles, el único- que se sumerge<br />

a conciencia en el auténtico<br />

meollo de una composición, que<br />

estudia sus leyes, que valora sus<br />

^ cualidades estilísticas, que sopesa<br />

tí y regula las dinámicas, que plan-<br />

Gj tea rigurosamente las bases<br />

3 agógicas, que edifica con justeza e<br />

% inteligencia las progresiones,<br />

£> Aspectos que debían estar siem-<br />

£> pre presentes en cualquier aproximación<br />

a un pentagrama y que<br />

casi nadie observa; y. menos aún,<br />

cuida. El particular análisis que<br />

este maestro realiza de los componentes<br />

de una partitura, un objeto, no lo<br />

olvidemos, perfectamente abierto, una<br />

guía que ha de ser completada con el<br />

conocimiento del intérprete, es de una<br />

desbordante fantasía en absoluto reñi-

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