Información - Biblioteca de Autores Cristianos

Pablo Blanco Sarto
JOSEPH RATZINGER
BENEDICTO XVI
UN MAPA
DE SUS IDEAS
Biblioteca de Autores Cristianos
MADRID ● 2012

ÍNDICE GENERAL
Págs.
_____________
Prólogo. Ratzinger: El mapa de sus ideas y la brújula que
nos adentra en la verdad, la bondad y la belleza sobre
Dios, por Mons. Jesús Sanz Montes..................................
Introducción.......................................................................
Siglas y abreviaturas............................................................
ix
xvii
xxv
Capítulo I. Fuentes............................................................ 3
1. Maestros antiguos....................................................... 4
2. Maestros medievales .................................................. 5
3. Maestros modernos ................................................... 9
4. Maestros contemporáneos .......................................... 10
5. Maestros eternos......................................................... 13
Capítulo II. Principios ..................................................... 15
1. Centro....................................................................... 15
a) Cristo....................................................................... 15
b) La liturgia................................................................. 17
c) La Escritura.............................................................. 19
d) La Iglesia.................................................................. 21
e) María....................................................................... 22
2. Pilares........................................................................ 24
a) La persona................................................................ 24
b) El amor.................................................................... 26
c) La verdad................................................................. 28
d) La belleza................................................................. 29
e) La esperanza............................................................. 31

VIII
ÍNDICE GENERAL
Págs.
_____________
Capítulo III. Acción ......................................................... 35
1. Anuncio..................................................................... 35
a) La fe......................................................................... 35
b) La razón................................................................... 37
c) La teología................................................................ 39
d) La catequesis............................................................ 40
e) La predicación.......................................................... 42
2. Misión....................................................................... 44
a) Eucaristía.................................................................. 44
b) El ministerio............................................................. 46
c) El ecumenismo......................................................... 47
d) Las religiones............................................................ 49
e) Evangelización.......................................................... 50
f) El mundo................................................................. 52
Capítulo IV. Síntesis.......................................................... 55
1. Razón......................................................................... 57
2. Corazón..................................................................... 58
3. Creación..................................................................... 59
4. (Ad)oración................................................................ 60
5. Jesucristo al centro...................................................... 61
6. Iglesia......................................................................... 62
7. Belleza........................................................................ 63
Apéndice bibliográfico........................................................ 65
1. Obras de Joseph Ratzinger........................................... 65
a) Libros....................................................................... 65
b) Artículos................................................................... 71
c) Otras colaboraciones................................................ 82
d) Ratzinger como editor.............................................. 83
2. Obras sobre Joseph Ratzinger..................................... 83
a) Diccionarios............................................................. 83
b) Libros....................................................................... 83
c) Artículos................................................................... 85

Prólogo
RATZINGER: EL MAPA DE SUS IDEAS Y
LA BRÚJULA QUE NOS ADENTRA EN LA VERDAD,
LA BONDAD Y LA BELLEZA SOBRE DIOS
Cuando se trata de presentar a alguien con motivo de una conferencia
o con ocasión de un libro que haya escrito u otro tipo de circunstancia,
normalmente se dibuja el perfil de su personalidad, se indican
los datos más relevantes de su biografía, y se justifica la oportunidad de
la contribución que hace con su aporte concreto.
En el libro que estamos presentando se habla de otro autor y precisamente
se ha delineado una original presentación del mismo. Nada
menos que de Joseph Ratzinger, actualmente el Romano Pontífice Benedicto
XVI. Lo hace el profesor Pablo Blanco Sarto, que enseña Teología
Sistemática en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra.
Doctor en teología, también en filosofía, y licenciado en filología, ha
venido trabajando en cuestiones de estética y hermenéutica, teología
sacramental y ecumenismo, y la relación entre la fe y la razón. Todos
estos argumentos encuentran en la obra de Joseph Ratzinger un espacio
específico que representa un terruño común en el que poder dialogar,
reconocerse y profundizar concordemente.
No obstante, no es la primera vez que nos regala una obra sobre el
actual Papa alemán. Ya en 2005 escribió sobre él con una obra: Joseph
Ratzinger: razón y cristianismo. La victoria de la inteligencia en el mundo
de las religiones. Con un carácter más divulgativo publicó en 2006:
Joseph Ratzinger: vida y teología. Responde allí a la pregunta: ¿qué es
la teología para Ratzinger En esa misma línea, pero como una gran
biografía, apareció posteriormente en 2010: Benedicto XVI. El Papa alemán.
Tiene una última obra que es toda una introducción sistemática
excelentemente expuesta que aborda las fuentes de su pensamiento, los
presupuestos antropológicos y teológicos, para adentrarse en el desarrollo
posterior de los grandes núcleos de la teología que ha ocupado sus
años de profesor y escritor, terminando con escritos de carácter pastoral
al hilo de sus responsabilidades eclesiales como obispo y como prefecto

X
PRÓLOGO
de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Se trata de la obra La
teología de Joseph Ratzinger. Una introducción (2011).
Esto significa que el libro que ahora estamos presentando responde
al seguimiento de alguien a quien no es extraño ese doble factor: la
biografía y el pensamiento de uno de los más profundos e influyentes
pensadores actuales que ha llegado a la alta responsabilidad de suceder
al apóstol Pedro en la sede romana. Pablo Blanco ha sobrevolado el
perfil biográfico de Ratzinger que cruza los momentos clave del siglo
pasado: el dramatismo social, cultural, económico y político que ha
marcado decenios importantísimos de los dos últimos tercios del siglo
xx en Europa. Pero también se ha zambullido en el perfil teológico y
de pensamiento de quien ha sido gestor e intérprete de no pocos de
esos momentos clave en torno a sus representantes más notorios en la
filosofía y la teología.
Es conocida la triple matriz con que el cardenal Carlo María Martini
explica la rica personalidad de Joseph Ratzinger: su fe honda y la
rectitud con la que la ha vivido, su maestría teológica y su capacidad
dialéctica y dialógica, y su propio itinerario biográfico. Esta es la coyuntura
con la que este hombre ha vivido su tiempo y sus espacios
poniendo en juego los distintos dones con los que Dios le equipó, y las
distintas circunstancias que le fueron conduciendo y a las que él acertó
también a acompañar.
No es desdeñable el caleidoscopio de un sinfín de matices y colores
con los que la existencia de este alemán ha ido dibujando tan extraordinario
cuadro humano, cristiano y sacerdotal, en donde emerge vigoroso
el alto calibre de un pensamiento profundo, sencillo y bello a la vez.
Como indicaba un colega suyo en los años de estudio y primera docencia,
el español Olegario González de Cardedal, en la introducción de la
obra ratzingeriana El espíritu de la liturgia, todo su trabajo en el campo
del pensamiento teológico y filosófico es como un diálogo con todo lo
que ha acontecido en los años que van desde la clausura del Concilio
Vaticano II hasta nuestros días. Sí, es un modo preciso y precioso de
explicar la calidad intelectual de un hombre de Iglesia: saber dialogar
con todo lo que acontece. Dialogar significa tener un juicio sobre las
cosas y entrar en lo que estas tengan de verdad plena, de media verdad o
de mentira manifiesta. Ni el servilismo de quien acríticamente se rinde,
ni la beligerancia de quien todo lo maldice y contradice, sino la sabia
y serena libertad de quien sin renunciar con humildad a su posición
razonable, sabe dialogar con todos los demás.
Por más que a Joseph Ratzinger le hayan colocado antes, en y después
de su llegada al papado una serie de etiquetas despectivas con car­

PRÓLOGO
XI
gas ideológicas que trataban de ridiculizarle hasta la censura, su figura
se acrecienta más y más mientras nos narra con sencillez y audacia la
palabra que nos debe anunciar en esta coyuntura histórica nuestra. Es
quizás lo que más puede sorprender e irritar a sus no declarados enemigos.
Él no ha querido dar por supuestas las verdades verdaderas en una
Europa de raíces cristianas que se han debilitado en extremo. Tampoco
ha juzgado como inocente el proyecto cultural que desde un laicismo
anticristiano se nos impone en tantos escenarios políticos y areópagos
mediáticos.
Y por este motivo aparece como urgente y necesario que la voz de la
Iglesia, que tan significativamente está en los labios del sucesor de Pedro,
pueda ser escuchada y acogida por parte de esta generación. Porque
sabemos que existen otros voceros que vociferan sus proyectos de
civilizaciones aliadas, de educaciones domesticadoras en su sistema, del
relativismo total en la feria del disparate sin un horizonte moral. De
modo que como ha hecho a lo largo de su dilatada historia, la voz
de la Iglesia seguirá contando a quien la quiera escuchar, aquella vieja
y eterna historia de la belleza y la bondad con la que Dios soñó la suerte
de sus hijos en la mañana primera, por más que en el tramo cotidiano
de nuestro andar las distintas generaciones no hayamos sido capaces de
entender a Dios, de creerle y de adherirnos a cuanto Él nos dijo y nos
mostró para nuestra felicidad. Esto es lo que encontramos en la entraña
del magisterio de Benedicto XVI como expresión pontificia de su larga
trayectoria humana, teológica y pastoral.
De esta manera podemos comprender hasta qué punto es sugestivo
y adecuado el nuevo libro de Pablo Blanco sobre Joseph Ratzinger:
dibujarnos el mapa de sus ideas. Es como si tratáramos de adentrarnos
en la espesura de un paisaje que no sólo tiene una historia sino también
una geografía. Todos los matices biográficos de una andadura humana,
han ido limitándose con los cuatro puntos cardinales de cada escenario
circunstancial. Esta es la clave del presente libro: presentarnos la doble
coordenada espacial y temporal que nos permita leer en sus diversas
dimensiones el mapa de la vida de un hombre, de un cristiano, de un
teólogo, de un pastor.
Ahí van apareciendo los factores que han determinado un pensamiento
que ha sido marcado por todas estas coordenadas. Ayuda tener
como trasfondo ese factor histórico y biográfico que no es objeto propiamente
dicho de este trabajo de Pablo Blanco, pero que sí ha podido
desarrollarlo en otros libros suyos ya mencionados. Sin duda que los
elementos familiares, culturales y nacionales, así como la trabazón de
la época que le ha tocado vivir, influirán en ese pensamiento y hasta

XII
PRÓLOGO
podrán en buena medida determinarlo. No serán los más decisivos,
pero tendrán su carga de influjo. Por eso es importante el elemento
netamente biográfico.
Pero en este libro, el mapa que se quiere presentar y descifrar, se
centra propiamente en lo que es el pensamiento de Joseph Ratzinger.
Y en primer lugar se habla de las fuentes. Hay toda una gama de pensadores
que entra en diálogo con el pensador bávaro. Efectivamente,
los autores antiguos de nuestra cultura cristiana patrística, así como los
maestros medievales que hicieron las primeras compilaciones y summae,
los que pusieron las bases de la época moderna y aquellos que son
contemporáneos, despliegan un amplio y rico panorama de diversas
formas de abordar las grandes preguntas, de describirlas y de responderlas.
Especialmente en las respuestas se encuentra la distinta cosmovisión
(Weltanschauung) en donde Ratzinger asienta su convergencia,
su divergencia o su complementariedad respecto de todos ellos. Hay
un hilo conductor que ciñe precisamente su estructura de pensamiento
marcado por tres autores particularmente queridos por él: San Agustín,
San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino.
A continuación se aborda el centro, es decir, a partir de ese diálogo con
los autores que componen las fuentes en su formación, Ratzinger vendrá
a centrarse en aquellos puntos basilares del pensamiento cristiano. Evidentemente
aparecerá Cristo y su misterio salvífico y redentor, cuya última
entrega casi a modo de gran síntesis está en su obra Jesús de Nazaret.
Pero también en la liturgia está el lugar donde ese misterio es celebrado
con respeto, gratitud y adoración. Sin caer en ningún arqueologismo
apreciará el sentido hondo de la liturgia en lo que tiene también
de teología y de pedagogía para bien del pueblo cristiano. Su visión y
conocimiento del movimiento litúrgico le permitirá reconocerlo en los
documentos conciliares del Vaticano II, y por este motivo será crítico
con algunas derivas de mala aplicación de la reforma posconciliar.
La sagrada Escritura responde en su pensamiento no sólo a la acogida
agradecida de la revelación de Dios, sino también desliza el interés
por los lectores y comentadores de la misma en la época patrística. Aquí
la influencia de Henri de Lubac queda patente. Y se da un oportuno
corolario cristológico para poder leer adecuadamente los Evangelios
que aportan los datos sobre Jesús. Es el importante y sabio equilibrio
que Ratzinger manifiesta con las adquisiciones bíblicas del siglo pasado,
pero siendo crítico con los reduccionismos desmitificadores de corte
bultmanniano.
La Iglesia será otro de los focos importantes de ese centro en el
pensamiento de Ratzinger. El misterio de la Iglesia que gira en torno al

PRÓLOGO
XIII
misterio de Cristo. Por este motivo participará de ese modelo teándrico,
donde la dimensión humana y la divina forman parte del misterio
eclesiológico. Es la razón por la que su visión de la Iglesia puede ser
enmarcada en una eclesiología teológica, apartándose también aquí de
los reduccionismos al uso de corte sociológico u horizontalista para
explicar la Iglesia del Señor. Cristo, el Espíritu Santo, los sacramentos,
los ministerios y las estructuras del pueblo de Dios, serán los diversos
círculos que le permiten ir presentando el misterio de la Iglesia.
Finalmente, María representa otro de los aspectos centrales de su
pensamiento, y a profundizar en el significado de la Madre del Señor,
Madre de la Iglesia, dedicará buena parte de su obra teológica. Tal vez
no siempre comprendido, quiso salvar la mariología de un reducto devocional,
consiguiendo devolver la verdadera dimensión de la Virgen
María a su referencia cristológica y eclesiológica. Así se hizo la lectura
correcta de la perspectiva bíblica sobre María y de su expresión litúrgica
y auténticamente devocional sin excesos en ningún sentido.
Si la arquitectura teológica del pensamiento de Joseph Ratzinger ha
tenido este centro, Pablo Blanco nos describirá a continuación lo que él
llama los pilares, que vienen a ser las consecuencias antropológicas y ontológicas
de esas premisas teológicas anteriormente señaladas. Porque
el universo teológico arroja luz concreta sobre el misterio del hombre.
Si Dios es comunión personal en la Trinidad, el hombre creado a su
imagen y semejanza es también un icono de ese Dios como persona.
Desde san Agustín hasta Martin Buber, hallará Ratzinger el sentido de
la intimidad y la importancia de la alteridad. Por esta razón se encontrará
y reconocerá en el personalismo como sistema filosófico que permite
entender adecuadamente la antropología cristiana. De ahí pasará
el trabajo de Pablo Blanco a explicar los vínculos originarios que se dan
en la persona con unos valores universales que cruzan ontológicamente
el misterio del hombre, imagen de Dios: el amor, la verdad, la belleza
y la esperanza. Si los tres primeros fundamentan la noción de persona,
este último nos presenta su dimensión escatológica.
No obstante, por fundamentales que sean estas dos primeras
aproximaciones al pensamiento de Joseph Ratzinger, quedarían en elucubración
ajena y enajenante, en una abstracción estéril, si no lograsen
constituir lo que el autor de nuestro libro llama precisamente el anuncio.
Con ello quiere el profesor Blanco delinear el aspecto kerigmático
que tiene la teología según Ratzinger. Se trata de la dimensión práctica
que debe seguir a una dimensión teórica, o dicho de otro modo, cómo
la “ortodoxia” debe saber traducirse en una «ortopraxis». El anuncio de
Jesucristo como suprema revelación de Dios y del hombre, supone la

XIV
PRÓLOGO
fe como respuesta, pero también reclama la razón como pregunta. El
binomio fe-razón es clave para entender la aportación de su teología, y
siendo un tema clásico en su pensamiento, está continuamente presente
dentro de su magisterio pontificio. Es ahí donde él sitúa precisamente
el mérito y el quehacer de la teología que sabe y debe dialogar con
cualquier posición seria ante las preguntas de la vida. En este sentido, se
valoran con toda su carga de importancia y transcendencia los dos cauces
que determinan este anuncio: la catequesis y la predicación. No en
vano, tanto como teólogo, como después como obispo y ahora como
Papa, Ratzinger ha sido un gran catequeta y un excelente predicador.
Se concluye este mapa dibujado por el profesor Pablo Blanco sobre
la obra teológica de Joseph Ratzinger con el último punto que él dedica
a la misión. Viene a ser un desarrollo del punto anterior en torno
al anuncio. Y dentro de esa función misionera que tiene la Iglesia por
mandato del Señor, él sitúa la Eucaristía como primordial culmen y
último destino —fons et culmen— del anuncio cristiano. La presencia
del Resucitado reconocida y celebrada en el misterio eucarístico, señala
no sólo este origen del anuncio cristiano, sino también la maduración
más plena del mismo. Y aquí entra la función ministerial que compete
al sacerdocio. Dicho además en su sentido más profundo y verdadero:
un servicio ministerial, valga la redundancia, de quien administra la
gracia de Dios que encuentra en la Eucaristía su ápice más inmenso e
inmerecido. Por esa razón sólo se puede entender en una clave ministerial
a quien está entre sus hermanos como el que sirve.
No obstante se abre aquí una brecha que representa la herida de la
Iglesia en su división fraterna: el ecumenismo vendría a expresar el grito
por la unidad rezada por Jesús durante la última Cena, y que la Iglesia
ha tomado sobre sí como una tarea urgente para establecer los cauces
de la plena comunión entre todos cuantos confesamos a Jesús como
Salvador e Hijo de Dios. Ministerio y Eucaristía están estrechamente
relacionados con el ecumenismo, pues la ruptura de la comunión nos
impide participar en la única Eucaristía y en el verdadero sacerdocio a
todos los cristianos. De ahí que sea así de lógico el nexo entre estas tres
realidades, tan presentes en el pensamiento ratzingeriano.
Pero si la misión ad intra de la Iglesia pasa por estas coordenadas
que se acaban de hilvanar en el mapa sobre el pensamiento de Ratzinger,
hay otra misión ad extra que hace las cuentas con tres factores
no menores: las religiones, la creación y el mundo. Efectivamente, los
diversos caminos religiosos por los que el hombre de toda época, incluyendo
la nuestra actual, ha buscado el rostro y el nombre del Misterio,
son caminos que suscitan un encuentro y un diálogo misionero. E igual

PRÓLOGO
XV
se puede decir de ese dogma olvidado, como dice el Papa, que es la
misma creación, escenario de lo mejor y lo peor que construimos los
hombres, domicilio del mal y del bien. O del mundo, como ámbito de
las tantas encrucijadas culturales en las que plantearse creativamente la
nueva evangelización.
Bien, este es el mapa del pensamiento que nos ha descrito Pablo
Blanco Sarto en este libro. Un buen complemento a sus obras anteriores
de mayor extensión teológica y biográfica sobre el Papa bávaro en
su dilatada trayectoria como hombre, como cristiano, teólogo y pastor.
Aquí encontramos un buen vademécum para abordar de modo sistemático
la rica aportación de Joseph Ratzinger. En este sentido no es
menos útil la completísima ficha bibliográfica que señala los libros, los
artículos, las obras colectivas, así como los diversos trabajos de otros
autores que abordan el pensamiento del teólogo alemán. Está presentada
por orden cronológico en cada sección, en su lengua original y su
correspondiente traducción a nuestro idioma.
Es para felicitar este precioso trabajo del profesor Pablo Blanco, y
lo hago con todo reconocimiento. Debemos señalarle como uno de los
autores españoles que mejor conocen a Joseph Ratzinger en todos sus
aspectos, y consiguientemente quien mejor ha podido describirnos en
esta obra el mapa de un paisaje profundo que tiene como humus, como
fruto, como color y encanto, la rica personalidad de quien se presentó
ante el mundo y ante la Iglesia, es decir, ante la historia, como un humilde
trabajador en la viña del Señor el día en que fue elegido como
sucesor del apóstol Pedro.
Como ya hemos dicho en otro lugar, el que fuera profesor brillante
y profundo que acompañó las preguntas de sus alumnos universitarios,
el que fuera pastor de una importante diócesis como Múnich, el que
durante tantos años acompañara a Juan Pablo II como guardián de la
fe de la Iglesia desde su atalaya romana, nos ha acostumbrado ya a las
tres notas de su ya fecundo magisterio: una fe que tiene razones y una
razón que se sabe creyente, una hondura que se expresa con sencillez
porque bebe en la mejor tradición de la Iglesia, y una belleza que suscita
el estupor ante la verdad y la adhesión a la bondad. Estos son los tres
grandes rasgos con los que Benedicto XVI nos habla y nos escribe. Por
todo ello, es un regalo manifiesto lo que el Papa en sus intervenciones
varias nos comunica: decirnos la Verdad con mayúsculas, y acertar a
contárnosla sin alharaca ni traición. Damos gracias a Dios porque con
dulzura embellecida y con indomable fidelidad, el papa Benedicto XVI
nos haya paseado la Verdad de Dios y la verdad del hombre por las
calles de nuestra realidad.

XVI
PRÓLOGO
De esto nos hablan los estudios que Pablo Blanco ha dedicado a la
obra del Papa alemán, y el Foro de estudios Joseph Ratzinger que al efecto
ha creado, cuyo mapa de pensamiento ha desenvuelto con maestría en
este libro. Queda recorrerlo con la brújula de la gratitud y el interés despierto,
hasta encontrarnos con la verdad, la bondad y la belleza como
mejor tesoro escondido: las que coinciden con el nombre y el rostro de
Dios.
† Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo