Información - Biblioteca de Autores Cristianos

Santiago García-Jalón
LINGÜÍSTICA
Y EXÉGESIS BÍBLICA
ESTUDIOS Y ENSAYOS
BAC
TEOLOGÍA
BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS
MADRID • 2011

ÍNDICE GENERAL
Págs.
INTRODUCCIÓN ...................................................
BIBLIOGRAFÍA .....................................................
SIGLAS Y ABREVIATURAS.............................................
XI
XIX
XXXVI
PRIMERA PARTE
LA SEMÁNTICA INSPIRADA EN LA EPISTEMOLOGÍA REALISTA
CAPÍTULO I. El significado léxico ..................................
1. Dos interpretaciones de la palabra cosas........................
a) La interpretación ingenua................................
b) La interpretación elaborada ..............................
2. La definición del significado léxico en la epistemología realista ....
3. Variantes del significado léxico ...............................
a) Significados simples y significados complejos ...............
b) Significados auténticos y significados aparentes..............
c) Significados reales y significados ficticios ...................
Del significado histórico al significado auténtico.........
1. Un problema de metodología ................................
2. El uso correcto del idioma...................................
3. Del significado histórico al significado auténtico ................
4. Sobre las ballenas y los peces.................................
5. Repercusiones en la interpretación ............................
6. Las calificaciones equivocadas del significado ...................
CAPÍTULO II.
CAPÍTULO III. El significado en los sintagmas, proposiciones y textos ...
1. Los sintagmas .............................................
2. Las proposiciones ..........................................
3. Las proposiciones analíticas..................................
a) Proposiciones analíticas por definición .....................
b) Proposiciones analíticas por deducción.....................
c) Significado y verdad en las proposiciones analíticas ..........
4. Las proposiciones sintéticas ..................................
a) La identificación de las proposiciones sintéticas .............
b) Coherencia y verdad en las proposiciones sintéticas ..........
c) La interpretación de las proposiciones sintéticas .............
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VIII
ÍNDICE GENERAL
Págs.
5. La omisión del sujeto.......................................
6. Los textos.................................................
a) La coherencia textual....................................
b) La clasificación de los textos..............................
CAPÍTULO IV. La investigación del significado .......................
1. La lexicografía resultante de este modelo semántico .............
2. La lengua perfecta..........................................
a) La existencia de diferentes significados en los distintos idiomas.
b) La búsqueda de la lengua perfecta.........................
3. La interpretación de textos en la semántica de inspiración realista .
a) Los textos verdaderos ....................................
b) Los textos incoherentes y la idea de ficción .................
c) Los textos falsamente considerados coherentes o verdaderos . . .
CAPÍTULO V. La exégesis bíblica ...................................
1. El número de los sentidos de la Escritura ......................
2. Los conceptos de sentido literal ..............................
a) Dos acepciones de «sentido literal» ........................
b) Una opinión sobre la función significante y sobre la intención
del autor...............................................
c) Función significante e intención del autor en la Postilla super
psalterium de Lyra.......................................
d) La función significante y la intención del autor en los prólogos
de Lyra ................................................
e) La difusión de este concepto de sentido literal ..............
f) Una cuestión hermenéutica...............................
3. La historia como criterio para la interpretación de los textos......
4. La cuestión bíblica .........................................
5. El sentido espiritual ........................................
a) El sentido espiritual como prerrogativa de la Sagrada Escritura .
b) La intervención del autor humano en el sentido espiritual ....
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SEGUNDA PARTE
LA INTERPRETACIÓN DEL SIGNIFICADO EN EL SIGLO XX
CAPÍTULO VI. La recuperación del nominalismo .....................
1. Intentos de conciliar semántica realista y significado propio de las
ficciones ..................................................
a) La forma de los textos de ficción como forma de expresión . . .
b) La forma de los textos de ficción al servicio de significados específicos
..............................................
2. La naturaleza de la representación literaria de la realidad según los
formalistas ................................................
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ÍNDICE GENERAL
IX
Págs.
3. Un cambio de paradigma ...................................
4. Algunas consecuencias ......................................
a) El final del historicismo clásico ...........................
b) Hacia un nuevo historicismo .............................
CAPÍTULO VII. El significado léxico en Ferdinand de Saussure .........
1. Ferdinand de Saussure ......................................
a) El análisis de las manifestaciones lingüísticas ................
b) La metodología para identificar los significados..............
c) Diccionario y enciclopedia ...............................
2. Lenguaje, lengua y habla ....................................
a) La naturaleza histórica de las manifestaciones del lenguaje ....
b) Una nueva versión del historicismo ........................
3. El problema del significado ..................................
4. La semántica conductista....................................
5. Un excursus sobre exégesis ...................................
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Louis Hjelmslev. La distinción entre significados y conceptos........................................................
1. La composición del signo lingüístico ..........................
2. La distinción entre significados y conceptos ....................
3. Una nueva definición de significado ..........................
4. El origen de la forma del significado ..........................
5. La acción referencial........................................
6. El objeto y el método propios de la investigación lingüística ......
7. Dos modelos alternativos de exégesis ..........................
8. El significado en las combinaciones de voces ...................
9. La referencia en las combinaciones de voces ....................
CAPÍTULO VIII.
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La restricción del significado textual. La recuperación del
contexto......................................................
1. Algirdas Julien Greimas .....................................
2. Charles Sanders Peirce ......................................
3. La deconstrucción..........................................
4. La noción de contexto ......................................
CAPÍTULO IX.
CAPÍTULO X. Del texto al discurso .................................
1. La filosofía de los actos de habla .............................
2. Aplicaciones de la filosofía de los actos de habla al análisis de textos .
3. Emile Benveniste...........................................
a) De la acción de decir a la enunciación .....................
b) La enunciación y la asociación entre voces y conceptos .......
c) A propósito de la polisemia...............................
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X
ÍNDICE GENERAL
Págs.
d) La enunciación en las unidades léxicas .....................
e) Las conclusiones de Benveniste ...........................
f) La enunciación y el habla ................................
4. Enunciación y género ......................................
5. La intención del enunciador y las cualidades de la expresión .....
6. De nuevo los versos de Machado .............................
7. Algunas consecuencias ......................................
CAPÍTULO XI. La enunciación del discurso ..........................
1. Las instancias de enunciación de categoría discursiva ...........
a) La consideración pragmática de la literatura ................
b) La articulación entre las instancias de una y otra categoría ....
c) La noticia del concepto de acto literario....................
d) Discursos y actos ilocutivos...............................
e) Conclusión ............................................
2. Géneros constituyentes y discursos fundantes ..................
3. La transformación de los géneros .............................
4. La distancia entre el autor y el discurso........................
a) La ficción del acto de habla ..............................
b) La naturaleza de los textos escritos.........................
c) Dos hermenéuticas alternativas ...........................
5. La interpretación de los discursos escritos......................
a) La tarea del intérprete ...................................
b) La noticia de las instancias de enunciación .................
CAPÍTULO XII. La lingüística de la enunciación y la exégesis bíblica ....
1. A propósito de los géneros literarios ...........................
a) De la consideración textual a la consideración discursiva......
b) El género de la Sagrada Escritura..........................
2. La noticia del acto religioso al que están destinados los discursos
bíblicos...................................................
3. El género religioso y la exégesis bíblica ........................
4. Tradición y Escritura .......................................
5. Lectura científica y lectura creyente...........................
6. Recapitulación ............................................
a) Aplicación al Nuevo Testamento ..........................
b) La escena de enunciación enunciada en la segunda carta de Pedro .
7. Actualización del significado del Nuevo Testamento.............
ÍNDICE ONOMÁSTICO...............................................
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INTRODUCCIÓN
La Sagrada Escritura es un texto lingüístico. Parece claro, en
consecuencia, que su exégesis ha de servirse instrumentalmente de
las disciplinas consagradas al examen de los fenómenos del lenguaje.
Prescindir de ellas comportaría separar de forma irreparable los
estudios bíblicos y los que llevan a cabo los especialistas en otros
textos, despojaría aquellos de fundamento racional o de actualización
científica y los privaría de abundantes recursos para conseguir
mejor el fin que persiguen.
Una de las disciplinas aludidas es la lingüística general, que pretende
la caracterización teórica del lenguaje y de sus manifestaciones.
A diferencia de otros saberes acerca de la lengua, que investigan
y comentan hechos particulares, la lingüística general intenta
definir la naturaleza de tales hechos, situándose en un plano de discurso
teórico análogo al que ocupan materias como la epistemología,
la filosofía del lenguaje o la semiótica.
Entre los argumentos que durante el siglo XX han interesado a la
lingüística general, el significado ha tenido un papel protagonista.
Desde que, a comienzos de la pasada centuria, Ferdinand de Saussure
(1857-1913) redefiniera el signo lingüístico, se ha recorrido un
largo y tortuoso camino tratando de identificar en qué consiste la
significación en el lenguaje humano y cómo es posible analizar sus
manifestaciones con garantías de acierto.
Obvio es decir que este asunto afecta de manera decisiva a la
interpretación de textos y, por ende, a la exégesis bíblica. Sin haber
determinado con claridad qué es el significado y cuál es, por tanto,
el objeto cuya investigación se pretende, es imposible seleccionar los
medios adecuados para llevar a cabo dicha investigación y juzgar la
validez de los que se emplean y la de los resultados que arrojan.
A pesar de lo cual, algunas publicaciones especializadas en exégesis
omiten toda referencia a este asunto. En ocasiones, se diría que
los autores operan con un concepto intuitivo de significado, como
si se tratara de una noción clara y sin problemas, sobre la que no
fuera necesaria pronunciarse. Otras veces, unos apuntes someros

XII
INTRODUCCIÓN
dan por seguras e indiscutibles caracterizaciones del significado que
están muy lejos de ser universalmente aceptadas por los especialistas
en la materia. Finalmente, algunos protocolos exegéticos, renegando
de la lingüística por considerar que su complejidad la hace
estéril para la interpretación de textos, en realidad asumen como
fundamento teórico una perspectiva perfectamente definida y generada
por una precisa concepción de qué es el significado textual y
de cómo se accede a él.
Sin duda, la omisión señalada afecta a la credibilidad de los trabajos
de exégesis bíblica que la padecen, haciéndolos acreedores del
viejo reproche de Dreyfus según el cual determinados comentaristas
de la Sagrada Escritura no explicitan suficientemente el discurso
teórico acerca de su labor 1 .
Algo similar ocurre con el tratamiento que algunas introducciones
a la metodología bíblica dan a la proliferación de métodos y
acercamientos típica de la exégesis contemporánea. Dichas introducciones
se limitan a ofrecer un repertorio indiscriminado de procedimientos
exegéticos, descritos con mayor o menor habilidad. Pero,
entretenidas en la descripción práctica de los diferentes protocolos
hermenéuticos, olvidan casi por completo la exposición de los fundamentos
teóricos a los que cada uno de ellos obedece. Tal y como
son presentados, parecen sistemas de análisis alternativos y no llega
a percibirse que son propuestas aparecidas sucesivamente a medida
que ha evolucionado el concepto de significado, de manera que
algunas de ellas fueron diseñadas para sustituir a otras una vez
que el concepto de significado en que estas se fundaban reveló sus
deficiencias.
Ilustrativo de este hecho es que, en 1993, la Pontificia Comisión
Bíblica introdujera una reseña del pensamiento de Greimas con
estas palabras 2 :
«La mayor parte de los biblistas que utilizan la semiótica para el estudio
de la Biblia siguen a Algirdas J. Greimas y la escuela de París, de la
cual es el fundador. Acercamientos o métodos análogos, fundados sobre
la lingüística moderna, se desarrollan también en otras partes. Es el método
de Greimas el que presentaremos brevemente».
1
Cf. F. DREYFUS, «Esegesi alla Sorbona, esegesi nella Chiesa»: Sussidi Biblici 38-39
(1992) 50.
2
Cf. PCB, La interpretación…, o.c., I.B.3, en EB 1313.

INTRODUCCIÓN
XIII
Cuatro años antes, un manual universitario español de introducción
a la semántica había comentado 3 :
«El modelo teórico de Greimas, aunque atractivo, presenta dificultades
que aconsejan su rechazo».
Ante tal panorama, el alumno que se inicia en la investigación
de la Escritura fácilmente tiene la impresión de estar adentrándose
en una foresta inextricable, formada por propuestas metodológicas
inconexas, entre las cuales debe elegir dejándose guiar solamente
por su gusto personal o por la rentabilidad de cada una de ellas en
orden a generar publicaciones. Ni remotamente llega a percibir que
tal eclosión de métodos diferentes comparte un sustrato común
—la reflexión sobre el significado textual— y que la diversidad obedece
a las distintas opciones tomadas al respecto de forma sucesiva
en el curso de las últimas décadas. Por otra parte, privado de los
datos necesarios para apreciar este hecho, corre el riesgo de considerar
los diferentes métodos que se le presentan como mero utillaje
práctico, sin advertir que suponen siempre un concepto de significado,
que están ordenados a obtener los resultados correspondientes
a ese concepto y que indefectiblemente conducen a ellos.
Como objetivo más inmediato, este libro intenta contribuir a
remediar este estado de cosas. Por tal motivo, puede considerarse una
introducción a la metodología de la exégesis bíblica, aunque no lo
sea en el mismo sentido que otras. Más bien, aclarando algunos
conceptos lingüísticos y exponiendo el punto en que actualmente
se encuentra el discurso sobre el significado, pretende suministrar
las coordenadas necesarias para situar dentro de un curso histórico
los diferentes métodos frecuentados actualmente por la exégesis.
Más que describir los métodos, quiere alzar un plano del territorio
en que se asientan, diseñar un mapa que haga posible relacionarlos
y percibir qué implica y a qué obedece cada uno de ellos y en qué
medida sus presupuestos teóricos siguen hoy en vigor.
Si a la conclusión de su lectura se hubiera adquirido además el
hábito de preguntarse siempre por la noción de significado que
emplean los trabajos de exégesis bíblica, se habrá dado un paso no
3
Cf. S. GUTIÉRREZ ORDÓÑEZ, Introducción a la semántica funcional (Síntesis, Madrid
1989) 89.

XIV
INTRODUCCIÓN
pequeño en orden a valorar qué aportan estos realmente a un mejor
conocimiento de la Sagrada Escritura.
* * *
Pero, más allá de estos objetivos inmediatos, repasar las conclusiones
sobre el significado obtenidas a finales del siglo XX por la reflexión
lingüística puede contribuir también a afrontar con éxito
una cuestión que afecta radicalmente a la exégesis. Se trata de la
relación existente entre la Sagrada Escritura y la tradición viva de
la Iglesia. A este respecto, el número 14 de los Lineamenta para la
última Asamblea general del Sínodo de los Obispos señalaba 4 :
«Desde el punto de vista pastoral, siguiendo la doctrina de la Iglesia,
hay que aclarar conceptualmente y traducir en experiencia de vida las relaciones
entre Tradición y Escritura».
De acuerdo con la enseñanza de la Iglesia:
«Para descubrir el verdadero sentido del texto sagrado hay que tener
muy en cuenta el contenido y la unidad de toda la Escritura, habida cuenta
de la tradición viva de toda la Iglesia, y de la analogía de la fe» (DV 12).
Sin embargo, durante la primera parte del siglo XX han prevalecido
las teorías lingüísticas que daban por sentado y como cosa cierta
que el significado histórico de los textos —el que originalmente
les pertenece— puede obtenerse a partir de los mismos, sin ninguna
injerencia de una autoridad externa a ellos. A consecuencia de
este planteamiento, ha llegado a difundirse la idea de que los textos
están abiertos a cualquier interpretación que admitan, sin que ninguna
pueda reclamar para sí más legitimidad que su contraria 5 .
4 SÍNODO DE LOS OBISPOS, XII Asamblea general ordinaria, La Palabra de Dios en la
vida y en la misión de la Iglesia (BAC, Madrid 2007) 41.
5
La idea de que el texto bíblico encierra simultáneamente varios significados literales
ha sido mantenida siempre en la Iglesia. En la obra de Tomás de Aquino, a propósito de
numerosos pasajes, se lee: «dupliciter potest intellegi». Cf., p.e., Super Iohannem, c.VII, lect.
4 y 5 o Ad Romanos, c.III, lect. 3. Para el sentido que ha de darse a esta expresión, Cf. C.
SPICQ, Esquisse d’une histoire de l’exégèse latine au Moyen Age (J. Vrin, París 1944) 207. Cf.,
p.e., V. BALAGUER, «El sentido literal y el sentido espiritual de la Sagrada Escritura»: Scripta
Theologica 36 (2004) 509-563. Obviamente, esta perspectiva no coincide con la adoptada
por algunas corrientes de la lingüística contemporánea. Según la teología medieval, para

INTRODUCCIÓN
XV
Ante tales coordenadas, cuando la exégesis bíblica ha buscado
los criterios científicos que le son indispensables para su trabajo, se
ha visto obligada a admitir que la intervención de la Iglesia es innecesaria
para fijar el significado original del texto sagrado 6 .
Se ha llegado así a un punto que disocia en la Escritura dos planos
de significado independientes. El primero, constituido por el
significado histórico del texto, estaría sometido a los condicionamientos
de la época en que fue escrito, sería inherente a las palabras
que lo forman y accesible para cualquiera que estuviera provisto de
los conocimientos científicos necesarios. El segundo, que exigiría la
fe y estaría guiado por la tradición de la Iglesia, sería una operación
interpretativa ulterior, consistente en acomodar los contenidos históricos
a los impuestos por la doctrina eclesial. De esta manera,
cuando el Magisterio habla del verdadero sentido del texto sagrado,
no estaría refiriéndose a su significado histórico, sino a una interpretación
del mismo hecha a instancias de la Iglesia, de naturaleza
a-histórica y que, en el mejor de los casos, no es más plausible que
muchas otras.
Esta solución desarraiga del significado histórico la lectura eclesial.
Aquel sería un significado perceptible a todos los lectores que, en
mayor o menor medida, se prestaría luego a ser transformado hasta
avenirse a un significado concorde con la enseñanza de la Iglesia. La
lectura creyente no estaría más motivada por el texto que cualquier
otra y preferirla sería solo una decisión personal. Frente a ella, la
lectura científica permanecería aséptica, neutral, sin fundarse en la
fe ni requerirla, y sería competencia suya dictaminar cuándo y en
que puedan ser calificadas de auténticas, las diferentes interpretaciones deben mantenerse
dentro del marco establecido por la enseñanza de la Iglesia.
6
Cf. CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, LXXXVI Asamblea plenaria, Teología y
secularización en España. A los 40 años de la clausura del Concilio Vaticano II (Edice, Madrid
2006) n.18-19: «En algunas ocasiones los textos bíblicos se estudian e interpretan como si
se tratara de meros textos de la Antigüedad. Incluso se emplean métodos en los que se
excluye sistemáticamente la posibilidad de la Revelación, del milagro o de la intervención
de Dios. En lugar de integrar las aportaciones de la historia, de la filología y de otros instrumentos
científicos con la fe y la Tradición de la Iglesia, frecuentemente se presenta como
problemática la interpretación eclesial y se la considera ajena, cuando no opuesta, a la “exégesis
científica”». El documento de la Conferencia Episcopal Española cita a continuación
la traducción española —hecha por L. SÁNCHEZ NAVARRO y C. GRANADOS, Los fundamentos
de la interpretación bíblica (Palabra, Madrid 2003) 19-54— del texto de J. RAT-
ZINGER, «L’interpretazione biblica in conflitto. Problemi del fondamento ed orientamento
dell’esegesi contemporanea», en L. PACOMIO (ed.), L’esegesi cristiana oggi (Piemme, Casale
Monferrato 1991) 93-125.

XVI
INTRODUCCIÓN
qué grado la interpretación de la Iglesia responde al verdadero sentido
histórico del texto.
Es obvio que esta actitud conduce a los fieles a una lectura
fideísta de la Sagrada Escritura —una lectura que debe prescindir
de toda fundamentación racional— y les hace percibir como problemática
su relación con la palabra de Dios revelada en las
Escrituras. Lo mismo que se dice de la Escritura podría, en último
término, predicarse de cualquier otro texto. Puesto que la atribución
al texto sagrado de unos contenidos conformes a la enseñanza
eclesial provendría de un acto de autoridad extraño al texto, cabría
ejercer el mismo acto de autoridad sobre cualquier otra materia textual.
Que se hayan elegido los libros de la Escritura como materia
para el ejercicio de ese acto de autoridad respondería solo a factores
de índole histórica y cultural.
Por otra parte, reducir el significado histórico de la Escritura al
que imponen los condicionamientos de la época en que fue escrita,
al inherente a las palabras que lo forman y accesible para cualquiera
que esté provisto del bagaje científico requerido, sin necesidad de
recurrir a la fe, excluye que pueda atribuirse a dicho significado histórico
una especial eficacia significativa.
La Iglesia sostiene que el texto bíblico testimonia la revelación
divina y que, en cuanto tal, su significado rebasa todo condicionamiento
histórico y posee un valor universal, para todos los
seres humanos de todas las épocas. Pero, si el significado histórico
de la Escritura viniera impuesto por la capacidad que los
recursos expresivos que la componen tenían en la época en que
fue escrita, difícilmente podría mantenerse que posee una eficacia
trascendente. ¿Sobre qué fundamento cabría sostener que los
contenidos que albergan unos modos de decir constreñidos por
la historia dan curso a una verdad que trasciende lo histórico
¿En qué sentido unas palabras humanas pueden tener eficacia
salvífica
Hablando en general de la capacidad de las lenguas humanas
para ser vehículo de la revelación divina, la encíclica Fides et ratio se
hacía eco de esta dificultad cuando decía:
«Surge, pues, la pregunta sobre cómo se puede conciliar el carácter
absoluto y universal de la verdad con el inevitable condicionamiento
histórico y cultural de las fórmulas en que se expresa» (FR 95).

INTRODUCCIÓN
XVII
Para dar respuesta a esta pregunta no basta con distinguir dos
planos de eficacia significativa, uno histórico y otro trascendente.
La dificultad teológica tiene su origen en el deseo de mantener
que el significado de que es portadora la Sagrada Escritura está
sometido a la historia y, sin embargo, solo puede descubrirse a la
luz de la tradición viva de la Iglesia, es decir, que el significado
histórico de la Escritura es a la par realmente humano y trascendente.
Como viene recordando repetidamente el Magisterio en
las últimas décadas 7 , el misterio de la Escritura santa es paralelo
al misterio de la Encarnación del Verbo. Aunque de manera distinta
en cada uno, en ambos una entidad humana, sin perder su
identidad propia, es revelación trascendente de la plenitud de la
divinidad.
Así las cosas, no cabe hoy contentarse con repetir claramente la
enseñanza de la Iglesia acerca de los requisitos imprescindibles para
entender el verdadero sentido de las Escrituras y acerca de su peculiar
eficacia significativa. Siendo mucho, es insuficiente. Importa,
además, suministrar a los fieles los elementos de juicio de orden
racional que les permitan advertir cómo esa enseñanza se asienta en
la naturaleza de los procesos de significación propios de los textos y
cómo los escritos bíblicos expresamente que han de ser leídos en el
seno de la comunidad creyente y a la luz de la predicación autorizada
que le da origen 8 .
En esta tarea, el progreso de la reflexión lingüística puede prestar
una ayuda inestimable. En efecto, el siglo XX ha sido, entre
otras muchas cosas, el siglo de la lingüística. Su emergencia, consolidación
y progreso han venido acompañados de los titubeos y
desorientaciones que escoltan siempre todo esfuerzo humano por
aprehender la realidad. Y, al mismo tiempo, ha producido frutos
magníficos de conocimiento y ejemplos radiantes de sincera
entrega a la tarea intelectual. Las metas alcanzadas al concluir ese
siglo abren nuevos horizontes al estudio de los textos y, con ello,
7
Cf., p.e., JUAN PABLO II, Discurso en la presentación del documento La interpretación
de la Biblia..., n. 16, o.c., en EB 1245. Cf., también, DV 13. Cf., también, PÍO XII,
Carta encíclica Divino afflante Spiritu, en EB 559.
8
Una explicación pormenorizada de las cuestiones teológicas descritas y un balance de
cómo afectan a la exégesis bíblica se encontrará en el conjunto de artículos compilados en
F. REFOULÉ – F. DREYFUS (eds.), Quale esegesi oggi nella Chiesa (Sussidi Biblici 38-39; San
Lorenzo, Reggio Emilia 1992-1993).