« Me plaît ton regard de fauve Et ta bouche à la saveur de mangue ...

soeur de Makouta Mboukou lo ilustra a través estas expresiones repetitivas con
deseo como “ma soeur” (4 veces), “je t’ai préférée” (2 veces). Estas por ellas mismas
dicen sucintamente mucho, por su carga y valor intensivo desbordándose de un
lirismo sin odio en los versos que siguen:
“J’aime la croupe aplatie;
J’aime de la guepe la taille achevee.
Et les jambes fuselees
Et de la levrette l’allure altière;
Mais tu sais, tu sais, ma soeur hottentote,
Ma soeur hotentote tu sais
Qu’a la forme regulière et sans mystere,
J’ai prefere ton fissus rebondi” (p. 57)
Por seguro el retrato físico de la mujer así relatado no puede que accionar
sensaciones de emborracho enamoroso del poeta al saber de todo hombre. Rama
Kam de David Diop y Femme Noire de L. S. Senghor ellos mismos han expuesto
sabores multiformes de la mujer africana de tal modo que hoy son y seguramente
serán para siglos y siglos también obras maestras en la materia.
En total el modo representado resultando de un cierto de tipo
relativamente secularista puede ya hacer creer que los poetas de la segunda
generación hacen suyos las preocupaciones de sus predecesores como Césaire,
Damas, Senghor.
3. Una visión más bien innovadora.
Pero un segundo grupo de textos no van sin contradecir las observaciones irónicas a
veces perentorias de algunos críticos de la literatura africana. Un análisis por lo
menos más profundo permite destacar una misión más bien innovadora de la imagen
de la mujer en la poésia africana de hoy.
3.1. La Mujer: el encanto de la paralisia.
En ciertos textos, particularment, « je veux être la fronde » de Sengat Kuo, no hay
mingun sitio para una beatificacion execiva de la muyer. El poeta exaltant la belleza
fisica de esta no olvida su papel por lo menos negativo en la sociedad. Para Sengat
Kuo en efecto la mujer constituye un contra- valor, al saber una fuerza pertubadora
de la marcha victoriosa del hombre y por eso de la sociedad. Tambien puede
expresarse en estos verbos:
«Femme maintenant laisse-moi
De mon cou retire tes longs bras de liane
Le guerrier de jadis sans bouger
Longtemps ne saurait supporter l’affront
Maintenant Femme laisse-moi
Dans mes veines le sang des ancêtres
Au grand galop des tam-tam se reveille
Maintenant retire les longs bras de lianes
Loin de moi tes pleurs paralysants
Loin de moi aussi tes paroles de miel» (p.21)
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