REvista Quid 48
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cho en otros aspectos, no precisamente los institucionales,<br />
sino los humanos.<br />
–¿Pudo hablar en estos términos en algún momento?<br />
No, es una reflexión que estoy haciendo ahora. Creo que ni<br />
siquiera hice esta reflexión antes. Lo tomé así. Después, hay<br />
muchas interpretaciones posibles y cada uno llevó agua para<br />
su molino, cada uno hizo lo que quiso con eso.<br />
–¿A treinta años de recuperada la democracia, cómo ve<br />
el estado actual de la producción cultural argentina?<br />
Creo, en general, que estamos en un camino de ida... O sea,<br />
que no estamos todavía en condiciones de hacer balances,<br />
que la democracia es algo que estamos aprendiendo.<br />
Suele pasar que cuando hablamos de democracia, parece que<br />
hablamos de algo que llegó de golpe, que vino mágicamente<br />
y a solucionar todos nuestros problemas. Cuando hacemos un<br />
análisis más profundo, nos damos cuenta básicamente de dos<br />
cosas: primero, que no aparece mágicamente, hay que trabajar,<br />
sufrir y pelear mucho para conseguir la democracia, sobre<br />
todo en estas zonas del planeta; y segundo, que no basta con<br />
tener instalada la democracia, hay que defenderla, hay que<br />
alimentarla, entenderla. Por eso me parece que todavía estamos<br />
aprendiendo de qué se trata la democracia, cómo es, qué<br />
quiere decir, en qué consiste, cuáles son sus códigos, cuáles<br />
son sus herramientas, cuáles los derechos, nuestras obligaciones...<br />
¿Basta con tenerla y con disfrutarla, para considerar<br />
que está todo hecho?, ¿o tenemos que hacer algo más? Son<br />
preguntas que nos estamos haciendo constantemente y en ese<br />
sentido es importante recordar los derechos que tenemos los<br />
ciudadanos, porque institucionalmente siempre nos recuerdan<br />
nuestras obligaciones, pero generalmente las instituciones<br />
no nos recuerdan nuestros derechos.<br />
El tiempo va por delante nuestro en este sentido, debemos<br />
redoblar esfuerzos, debemos ser más tolerantes, ser más<br />
firmes en nuestros derechos, y aprender a desprendernos<br />
de los miedos heredados. Porque muchos están en nuestro<br />
ADN, están instalados y algunos son genuinos y otros son<br />
heredados... Como los prejuicios, que nos los ha inculcado<br />
alguien que pensaba de esa forma, sentía de esa forma, y no<br />
tenía plena y madura conciencia de cómo nos estaba intoxicando<br />
con ellos. Eso me sucede cuando me pongo a revisar<br />
mis propios prejuicios, cuando trato de reconocerlos, me doy<br />
cuenta... Esto no es mío, esto viene de cuando era chico, de<br />
cuando me pasaba tal cosa y me decían tal otra, viene de los<br />
lugares comunes, de las frases hechas, del “folklore”... En una<br />
comunidad tan policromática como la nuestra, ese crisol de<br />
razas del que siempre se habla y del que en algún momento<br />
nos sentimos orgullosos y en otros no terminamos de comprenderlo,<br />
arroja como resultado que necesitamos realizar un<br />
verdadero aprendizaje de la tolerancia.<br />
–En este sentido, el papel que se pueda hacer desde la<br />
cultura es muy importante… La cultura y la educación son<br />
la base de todo... A veces no sé si la base o la punta... Creo<br />
siempre que la cultura y la educación están a la vanguardia o<br />
a la retaguardia, siempre están en un lugar de privilegio en<br />
ese sentido porque es lo que más cuesta domar, adormecer,<br />
acallar. Me parece que humilde y sencillamente tenemos que<br />
saber cuál es el lugar que ocupamos y ayudarnos a perder<br />
nuestros miedos.<br />
–¿Y cómo ve su futuro, en este camino de ida? El futuro<br />
se me desdibuja con muchísima facilidad en la medida en que<br />
cada vez tomo más conciencia de algo que siempre escuché<br />
pero que, por supuesto, no tenía la edad suficiente para comprenderlo,<br />
que el futuro depende en gran medida de lo que<br />
hagamos en el presente, y esto no quiere decir que seamos<br />
dueños de nuestro destino, sino que podemos ser actores que<br />
ejerzan una influencia sobre los posibles futuros, porque si no<br />
el futuro se vuelve una abstracción, y ahí yo me quedo afuera.<br />
A mí me parece que al futuro se lo construye todos los días,<br />
con el mano a mano, con el reconocimiento de lo que hay detrás<br />
de las personas, de sus intenciones. Insisto mucho con el<br />
tema de perder el miedo a decir lo que pensamos y sentimos,<br />
porque me parece que de eso nos nutrimos, y también es<br />
importante hacerse cargo de las consecuencias de ello, es así,<br />
lisa y llanamente