Revista Junio 2014

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Un monje venda los ojos
a Fdez. Golfín. A su lado,
el general Torrijos.
badilla, Aarón Cardozo o Ángel Bonfante. En aquellos
momentos el General Torrijos contaba con otros cabecillas
liberales que también residían en Gibraltar y que
participaron en el ataque: Robert Boyd, López Pinto, el
anciano Flores Calderón, Palarea “el médico” y Díaz Morales.
Cuando la tarde cayó sobre la Bahía, un cañonazo
marcaba el momento de levantar los puentes que daban
salida a la plaza. Fue entonces cuando Sebastiana entregó
la nota de su hermana María a Torrijos.
El General salió de la casa del anciano Bobadilla para
cumplir el plan establecido: ocupar por la fuerza La
Línea esa misma noche y comenzar así un levantamiento
que derrocara a Fernando VII, con la participación
oportuna de otros liberales que aguardaban en la
Bahía a las órdenes de Palarea “el médico”. De este
modo salieron desde Gibraltar 28 hombres armados (la
cifra tal vez llegara hasta 34). Se dividieron en dos grupos
para realizar el ataque.
El primero de unos 20 hombres liderados por Flores Calderón
desembarcaron por la costa de levante, en un ligero
bote a la altura de las ruinas del fuerte de Santa
Bárbara. Esa noche soplaba el viento de Levante que
junto a las olas y a la presencia de tropas defensoras dificultó
el desembarco. El primero en derramar su sangre
fue el propio Flores Calderón.
El segundo grupo guiado por el propio Torrijos, se ocupó
de controlar militarmente la playa de Poniente a la altura
del fuerte de San Felipe. Estaba previsto que los 200
hombres que estaban embarcados en la Bahía desembarcarían
al ver las tropas de Flores Calderón acercarse
a San Felipe, hecho que no llegó a ocurrir.
En el intercambio de disparos, según cuentan en la
prensa de aquellos años (“Eco del Comercio”), algunos
soldados defensores se pasaron al bando liberal, otros
escaparon camino de San Roque y ofrecieron resistencia:
“el infante Ramayón junto a 4 guardas aculados en
una casilla sobre el campo neutral continuando el
fuego”, los cuales perdieron la vida. En el enfrentamiento
Ramayón y sus 4 hombres hirieron en el brazo al “benemérito
subteniente Arjona”. La Línea fue ocupada por
los liberales, pero El general Torrijos no valoró como posible
continuar el ataque a San Roque y Algeciras, por
lo que las tropas “de abordo” (de la Bahía), no llegaron
a desembarcar y los hombres que lucharon se replegaron
a Gibraltar.
Después de este episodio la relación con la colonia británica
sufrió consecuencias: se cerraron las comunicaciones
fronterizas; se arrestaron a 53 liberales en
Gibraltar y expulsaron a Francia a los que habían participado.
Torrijos, Flores y los principales cabecillas escaparon.
Una cuarta intentona de Salvador Manzanares
con 200 hombres unas semanas después, termina con
su vida y la de 24 de sus hombres.
Este hecho agravó las relaciones con la Colonia y se
llevó a cabo la expulsión a Malta de 32 liberales. Apresados
en Fuengirola, el 11 de diciembre de 1831, con
el grito de ¡Viva la Libertad!, fueron fusilados en la playa
de S. Andrés (Málaga), el General Torrijos, Flores Calderón,
López Pinto, Fernández Golfín y Robert Boyd, entre
otros. A partir de producirse este hecho, la calma se
asentó en Gibraltar.
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