Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
11111<br />
ZIS<br />
con el dinero que, a la linda niña,<br />
su tierno papaito regalara. .<br />
Más, de pronto, la niña ve que, hollando,<br />
iba la nieve, con desnuda planta,<br />
un ancianito de cabellos canos,<br />
frente rugosa y afligida cara,<br />
pobremente vestido y sin abrigo,<br />
que el penetrante frío lo traspasa,<br />
y que, con pena, pues no tiene fuerzas,<br />
un niño pequeñito en brazos carga,<br />
y a su blusa, cogida va una niña,<br />
mal vestida, y, a poco más, descalza.<br />
Los tres tienen tristísima apariencia,<br />
están sus caras, cuál la cera pálidas,<br />
y el pequeñito y tierna niña lloran,<br />
y el viejo a penas retener las lágrimas<br />
puede, observando que los niños sufren,<br />
y que el hambre y el frío los desmayan.<br />
La niña se conmueve y, al cochero,<br />
le dice: «No, no sigas, para, para».<br />
Llama al anciano y mientras él se acerca,<br />
de esta manera a su mamá le habla:<br />
—Mamaita, me habías prometido<br />
que tú el Niño Jesús me regalabas,<br />
pues mira, ya no quiero las figuras,<br />
con el dinero que, para comprarlas,<br />
yo llevo al viejecito le daría<br />
con que, a. sus criaturitas desgraciadas<br />
pueda vestir y darles alimento<br />
al calor del hogar, junto a la llama.<br />
—¿Y qué te va a decir tu papaito<br />
cuando te vea, que no llevas nada,<br />
y que te vuelves sin dinero alguno<br />
y sin las figuritas tan ansiadas?•<br />
—Nada, mamá, en cuanto yo le diga<br />
que lo di a un pobrecito, nada, nada.,<br />
dándome un beso, me dirá contento:<br />
«Muy bien, Nifií, ya sabes que Dios manda<br />
que los que algo tenemos, socorramos<br />
al que afligido en la pobreza se halla».<br />
Llega el anciano ylit, niñita dice:<br />
—¿Qué te son esos niños que tu amparas?<br />
—Dos nietecltos, que de padres huérfanos,<br />
quiero como a pedazos de mi alma...<br />
Pero ay! que los muchos años doblan<br />
mi cabeza y que mis manos paran...<br />
¿Y por qué lloran?<br />
—Porque tienen frío<br />
y, como DO han comido sienten gana.<br />
—Toma, a cenar y cómprales ropita,<br />
y lleva los niñitos para casa.<br />
Te doy cuanto yo tengo, que es poquito,<br />
para comprar figuras los llevaba—<br />
Y dejando el anciano, por su rostro,<br />
rodar muy gruesas y brillantes lágrimas,<br />
ocultando en su pecho los sollozos .<br />
y, con voz triste, por el llanto ahogado,<br />
arrodillado en el estribo dice:<br />
«Dios os bendiga, niña, os doy las gracias»<br />
Y la niña alargando una manita,<br />
muy tierna y generosa, lo levanta.<br />
Y entonces bendiciendo a madre e hija<br />
se aleja ya dichoso y con gran pausa<br />
pidiendo al Cielo con plegaria férvida,<br />
que brotaba del fondo de su alma,<br />
que una mirada tierna y protectora<br />
tenga para aquel ángel que le manda<br />
en aquel día que, afligido, cruza<br />
las calles por las nieves alfombradas.<br />
eo.<br />
MATILDE MONTERO DOPICO.<br />
Terciaria de la Merced.<br />
ALERTA CON EL CINEMA<br />
170<br />
171<br />
EBE agradecerse a la prensa chilena las primeras observaciones<br />
sobre el valor educativo y peligros del<br />
cinema. Las familias han permanecido en una<br />
ferencia tal que ésta perla la prueba más irrefutable<br />
de la incompetencia de los padres chilenos para la educación de<br />
SUs hijos. Una liga de señoras comenzó la acción con gran patriou.