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12(1920) - OdeMIH

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tismo; pero se fatigó luego, porque extremó en otros campos su<br />

censura y fué incomprendida en éste. La autoridad ha iniciado<br />

con buena voluntad un comienzo de censura y ha logrado organizar<br />

las matinées infantiles. Este es un primer paso y nada más<br />

que un paso corto. Queremos llamar la atención de nuestros lectores<br />

hacia tan interesante problema en suyo estudio estamos vergonzosamente<br />

rezagados.<br />

Lo que primero nota el observador es la incompetencia de las<br />

madres para darse cuenta de la intensidad de estas cuestiones<br />

educatidas. Ellas mismas demuestran una curiosidad ridícula, si<br />

además no fuera malsana, por toda película que tenga algún elemento<br />

picante o medianamente lascivo. Se ve a mujeres cuarentonas,<br />

robustas, que han tenido muchos hijos y gozan de excelente<br />

apetito, cuchichear con las comadres, con risillas contenidas<br />

y gestos maliciosos, sobre argumentos escabrosos de películas<br />

que acaban de ver y admirar. ¡Qué de besos, que de pasión fotográfica,<br />

que de mujeres desnudas, unas veces hasta la cintura y<br />

otras veces hasta el comienzo de las medias, sin motivo alguno,<br />

porque sí, porque son modelos de artistas o porque van a serlo,<br />

porque se quieren suicidar o simplemente porque hace calor y<br />

quieren darse un bario! Sin perjuicio de que estas damas que corren<br />

a la barraca cinematográfica más apartada, donde se anuncia<br />

la película con ají, protesten contra el escote de una mujer<br />

bonita y joven y viva, o se quejen de la Venus de Milo, del Apolo<br />

del Belbedere o de cualquiera obra, de arte en piedra.<br />

Naturalmente no es buen ejemplo para ta niñez y la ad.oles,<br />

cencia ver en las salas de cinematógrafos, palcos con señoras y<br />

aún niñitas por ellas conducidas, mientras se dan películas cursis,<br />

desnudas, necias, o que falsean el sentido de la realidad y de<br />

la verosimilitud, Así como cuando se habló de una escuela para<br />

domésticas, se dijo que era indispensable abrir en ella un concurso<br />

para matronas, así creemos que junto con las matinées infantiles<br />

deben organizarse veladas maternales donde se saque luego<br />

de las curiosidades a estas respetables fundadoras de las familias<br />

de mañana y se les muestre al vivo el peligro de la pelicula, , peligro<br />

de entontecimiento para ellas y de perturbación para sus<br />

hijos.<br />

Se nos dice que ahora, por disposición de la Intendencia, no<br />

se permite la entrada de niños solos en las salas cinematográficas<br />

cuando se dan determinadas películas. Sin embargo, hace pocos<br />

días hemos oído en la AlamedX a un grupo de chicos que venían<br />

de un Colegio particular, y en el cual uno de ellos decía:—«Dicen<br />

que en el «Biógrafo... Tal», se dá, una película bien linda<br />

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que se llama.., tomemos un carro y nos vamos todos juntos?» Y<br />

así lo hicieron; ninguno de esos muchachitos se excusó para pedir<br />

permiso en su casa. Es evidente que los niños pueden ir solos<br />

aún a películas de clara inconveniencia y es aconsejable poner en<br />

vigencia la prohibición.<br />

La causa de que muchas madres no puedan tener a sus hijos<br />

en la casa, es la pereza y la misma incompetencia señaladas antes.<br />

Naturalmente es más cómodo echar a los chicos a la calle<br />

para que se diviertan, así como las madres pobres de los conventillos<br />

los echan a «buscarse la caridad», como dicen. Para 'entretener<br />

y disciplinar a. los chicos, se necesita trahajo y paciencia.<br />

Y para darles de comer, también.<br />

A pesar de que en Inglaterra, Francia y los Estados Unidos,<br />

los pedagogos y educacionistas se preocupan Mucho del cinematógrafo,<br />

en Alemania encontramos más abundancia de literatura<br />

sobre la materia.<br />

Fortunatus, con el titulo de Filmzauber, «el canto del Film«,<br />

clama contra los dramas cinematográficos y dice que son la divulgación<br />

gravísima de la «novela de falte», de esa novela criminal<br />

e inmunda que ha hecho víctima hasta los últimos y más<br />

apacibles y patriarcales rincones de los países.<br />

Hellwig, que ha dedicado en el curso de los años <strong>12</strong> y 13 numerosos<br />

trabajos al problema de la película, dice en un primer<br />

estudio tímido en que comienza a orientarse, con el título «Schundfilms<br />

als Verbrecheranreiz», «el cinematógrafo y el crimen»,<br />

que la influencia criminal de las malas películas se ejerce indudablemente<br />

sobre la juventud; confiesa que en algunos casos las<br />

pruebas son insuficientes; pero agrega que demuestran siempre<br />

que el cinematógrafo ha sugerido los medios del delito o desarrollado<br />

su tendencia al niño que la tenía en gérmen. En otro estudio<br />

pasa rápida revista a los peligros que corren las almas de los<br />

niños en las malas películas: excitación nerviosa, daños corporales,<br />

endurecimiento, relajamiento moral, alteración del sentido<br />

de la realidad, tendencia a proyectar 'crímenes.<br />

En un tercer estudio Hellwig se refiere a «los principios jurídicos<br />

de la censura cinematográfica». Dice que hay dos aspectos<br />

que estudiar: el contenido de la película y su influencia. He<br />

aquí los dos objetivos de la censura. Mientras Se trate del contenido,<br />

la tarea es fácil. Apenas entra en el terreno de la acción<br />

que puede ejercer y seguramente ejercerá sobre el espectador, la<br />

misión es árdua. El autor establece entonces un paralelo entre la<br />

censura del teatro y la del cinematógrafo que dá, luz sobre la cuestión.<br />

El mismo se refiere más tarde, en otras páginas, a la censu-

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