La Iglesia Lidereada - Mark Dever - Cimiento Estable
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Introducción<br />
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ENTENDIENDO EL PRINCIPIO REGULATIVO<br />
Ahora que hemos reunido una iglesia, ¿qué hacemos cuando nos encontramos<br />
juntos cada domingo en la mañana? ¿Cómo debemos hacerlo, y por qué de esa<br />
forma? Es más ¿tiene sentido pensar acerca de cómo ―debemos‖ hacer las cosas<br />
en una reunión de adoración colectiva? ¿No nos da la Biblia más libertad que<br />
esta? En este capítulo pensaremos acerca de las razones bíblicas para permitir<br />
que sólo las escrituras evalúen y estructuren nuestras reuniones de adoración<br />
colectiva.<br />
El Principio Regulativo<br />
Brevemente, el Principio Regulativo establece que todo lo que hacemos en una<br />
reunión de adoración colectiva debe estar claramente garantizado por las<br />
escrituras. <strong>La</strong> garantía clara puede tomar la forma de un mandato bíblico explícito,<br />
o una implicación buena y necesaria de un texto bíblico 1 . El Principio Regulativo<br />
ha competido históricamente con el Principio Normativo, cristalizado por el ministro<br />
anglicano Richard Hooker, quien defendió, junto con Martín Lutero antes que él,<br />
que toda vez que una práctica no esté bíblicamente prohibida, una iglesia es libre<br />
de usarla para su vida y adoración colectivas. En pocas palabras, el Principio<br />
Regulativo prohíbe cualquier cosa que no esté prescrita por las escrituras,<br />
mientras que el Principio Normativo permite cualquier cosa que no esté prohibida<br />
por las escrituras 2 .<br />
Es de utilidad comenzar con la nota conciliadora de D.A. Carson acerca de que<br />
―los servicios serios y teológicamente ricos de ambos campos frecuentemente<br />
tienen más contenido común de lo que cualquier parte usualmente reconoce‖ 3 .<br />
Carson continúa con la observación de que ―no hay un solo pasaje en el NT que<br />
establezca un paradigma para la adoración colectiva‖ 4 . De acuerdo. Aún en guiar<br />
al pueblo de Dios en adoración colectiva, nosotros estamos en algún sentido<br />
obligando sus conciencias a participar en cada parte del servicio. Esta obligación<br />
es legítima solamente en la medida en que tenga una positiva garantía en las<br />
escrituras, porque sólo las escrituras valen para obligar la conciencia y funcionar<br />
como la regla final para fe y práctica. Como es lógico, las escrituras están repletas<br />
con ejemplos del profundo cuidado de Dios acerca de los ―cómos‖ de nuestra<br />
adoración colectiva. 5<br />
<strong>La</strong> adoración es el propósito de la redención<br />
Muchas veces en Éxodo 3-10, se dice que la adoración colectiva es el propósito<br />
de la redención (3:12, 18; 5:1, 3, 8; 7:16; 8:1, 20, 25-29; 9:1, 13; 10:3, 7-11, 24-<br />
27). Si la adoración colectiva es el objetivo de la redención, entonces solamente<br />
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