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Unamuno atacó constantemente al rey y al dictador<br />
Primo de Rivera, un enfrentamiento que<br />
terminó con su destierro, Cajal, enterado de la<br />
intención de Primo de cerrar la Junta de Ampliación<br />
de Estudios, se entrevistó con él quien<br />
le dijo que la institución entrañaba un serio<br />
riesgo político puesto que era un peligroso<br />
nido de anarquistas y comunistas que tarde o<br />
temprano acabarían generando problemas.<br />
Cajal le garantizó que, «mientras yo sea presidente,<br />
[…] la JAE nunca se convertirá en un<br />
centro de agitación política. Yo me he cuidado<br />
personalmente de que allí estén representadas<br />
y convivan todas las tendencias e ideologías<br />
políticas bajo el principio de máximo respeto<br />
entre ellas. […] Usted no puede suprimir la<br />
Junta». Cajal lo consiguió y la JAE siguió su benemérita<br />
labor hasta la Guerra Civil.<br />
Los dos, autores de una amplísima correspondencia,<br />
intercambiaron cartas en las que<br />
hablaban de los libros propios y del otro, de<br />
salud, de la situación de España y del papel<br />
Durante el destierro de Unamuno en Hendaya<br />
don Santiago intentó usar toda su influencia<br />
ante Primo de Rivera para conseguir<br />
el indulto. Unamuno, enterado de las gestiones,<br />
lo tomó como un agravio personal y<br />
montó en cólera escribiendo muy duras palabras<br />
sobre el gran histólogo.<br />
Cajal que afortunadamente nunca se enteró<br />
de estos improperios mantuvo la amistad<br />
que pronto también Unamuno le devolvió.<br />
Al final de su vida, el 1 de junio de 1928<br />
cuando le pidieron una opinión sobre Unamuno<br />
para incorporarla a una reedición de sus<br />
obras, Cajal dijo así «considero a Don Miguel<br />
como un escritor fuerte, rebosante de cultura<br />
selecta, de gran originalidad y de insuperable<br />
independencia crítica. Y cosa rara en España:<br />
vale en él tanto el literato como el pensador».<br />
Por su parte, dos años después, el 17 de abril<br />
de 1930 Unamuno le escribía «Lamento sus<br />
achaques y lo que dice sus soledades aunque<br />
su vida haya sido bien llena y bien útil. Y le<br />
debemos sobre todo un ejemplo para llenar y<br />
utilizar las nuestras. Por ese admirable ejemplo<br />
sobre todo le admira y le quiere de veras su<br />
viejo amigo».<br />
Quizá el resumen de la vida y relación<br />
entre estos dos universitarios está en una carta<br />
que Cajal le escribe a Unamuno en 1913:<br />
Puede que en algunos puntos secundarios<br />
sobre el plan de elevación intelectual de España<br />
haya divergencias entre las ideas de Vd.<br />
y las mías pero creo que en lo esencial, coincidimos.<br />
Trabajamos en campos diferentes, por<br />
eso nos impresiona más aquella parte o sector<br />
de la decadencia y atraso situado cerca de<br />
nosotros o en la corriente de nuestros gustos.<br />
Somos, en fin, diversos pero complementarios.<br />
que ambos debían desempeñar «que a otros<br />
nos toca el papel más áspero de estar dando<br />
voces para que despierten los durmientes y<br />
estar agitando el agua de la charca para que<br />
no estanque del todo» como decía Unamuno.<br />
Destituido Unamuno del rectorado, el 15 de<br />
octubre de 1915, Ramón y Cajal le escribe para<br />
invitarle a impartir una serie de conferencias en<br />
Buenos Aires, a propuesta de la Institución Cultura<br />
Española de esa ciudad. Cajal, hombre<br />
práctico, pensaría sencillamente en el quebranto<br />
económico sufrido por don Miguel y<br />
quiso compensarlo con aquellas charlas, muy<br />
bien pagadas, que Unamuno nunca llegó a dar.<br />
Para leer más<br />
Fernández Santarén JA (2014) Santiago Ramón y<br />
Cajal. Epistolario. La Esfera de los Libros-<br />
Fundación Ignacio Larramendi, Madrid.<br />
González Quirós JL (2007) Tres Quijotes: Ramón<br />
y Cajal, Unamuno y Ortega. En: El Quijote y<br />
el pensamiento moderno, Sociedad Estatal<br />
de Conmemoraciones Culturales, Tomo I,<br />
Madrid. pp. 451-483.<br />
Lewy Rodríguez E (1987) Santiago Ramón y<br />
Cajal: el hombre, el sabio, el pensador. CSIC,<br />
Madrid.<br />
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