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EL SUSTO EN HISPANOAMERICA* - Revista de Ciencias Sociales

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466 REVISTA DE CI<strong>EN</strong>CIAS SOCIALESsufriera un susto. Su madre sin embargo, perdió el alma -condiciónque en opinión <strong>de</strong> la comunidad, fue provocada al presenciar impotentementela caída <strong>de</strong>l niño.El segundo caso <strong>de</strong> San Bartolorné es sobre un hombre que sufrióun susto como consecuencia <strong>de</strong> un acci<strong>de</strong>nte que no pudo evitar. Elindio venía <strong>de</strong>l mercado. con su caballo bien cargado, y para llegara su casa tenía que cruzar una corriente caudalosa. Al cruzarla, elanimal cargado fue arrastrado corriente abajo. El dueño se salvó a símismo y hasta pudo rescatar al caballo, pero perdió la valiosa carga.Subsecuentemente el indio se enfermó y su condición se le diagnosticócomo susto. Se suponía que su alma había sido capturada por elespíritu <strong>de</strong>l lugar don<strong>de</strong> ocurrió el acci<strong>de</strong>nte. En ambos casos <strong>de</strong> SanBartolomé se creía que la enfermedad continuaría hasta que se expiarala molestia ocasionada a los espíritus <strong>de</strong> la tierra y <strong>de</strong>l río,respectivamente.Un caso muy parecido aconteció en San Andrés Larrainzar, otromunicipio tzotzil en la sierra <strong>de</strong> Chiapas (Guieras Holmes, 1961:269-275). Un indio iba <strong>de</strong> un paraje <strong>de</strong> San Andrés a otro con sucaballo cargado <strong>de</strong> maíz-y durante la jornada se vio obligado a cruzarel río Tuvo. El hombre condujo al animal por la corriente mientrasutilizaba un estrecho puente. El caballo fue arrastrado por lacorriente hasta que dio contra un ~ronco caído. Aunque su dueñopudo rescatarlo, la carga se perdió. Se sintió un espanto (¡nótese lasecuencia!). Al cabo <strong>de</strong> un mes, el enfermo estaba acongojado y enfermoy no tenía ganas <strong>de</strong> comer nada. En vista <strong>de</strong> estos síntomas sellamó a un curan<strong>de</strong>ro.Foster (1951: 168-169) relata un inci<strong>de</strong>nte en que un indio popolacasufrió la pérdida y captura <strong>de</strong> su alma. Según la versión <strong>de</strong>lenfermo:En agosto <strong>de</strong>l 1939, yo iba en una chalupa cerca <strong>de</strong> Cotzacoalcos yla chalupa se volcó y me tiro al agua. Yo luché y traté <strong>de</strong> llegar a laorilla pero no pu<strong>de</strong>. Tenía miedo <strong>de</strong> ahogarme. Al fin me sacaron,pero me puse muy enfermo. No podía comer; ni sentarme podía.Pasé enfermo el otoño y el invierno, hasta marzo. Peor y peor meponía. Yo sé lo que tenía porque soñé con Cotzacoalcos y supe queallí estaba mi espíritu.Los ejemplos <strong>de</strong> susto que informamos en las páginas anterioresrepresentan sólo unas pocas <strong>de</strong> las referencias a la enfermedad en laliteratura. Fueron seleccionados para inclusión en este trabajo porqué<strong>de</strong>scriben con alguna amplitud las circunstancias que ro<strong>de</strong>an el co­

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