Suplemento - El Siglo

Pero en 1999 el euro todavía no existía deforma real. Era un instrumento contable, comohabía sido antes el ECU.A mediados del año 2000, la Comisión Europeaconsidera que Grecia ya cumple conlos requisitos para entrar en el club del euro,que pasa a tener 12 miembros. Todosellos, en principio, cumplían los “criteriosde convergencia”, entre los que ya figurabaun limite máximo para la inflación y una deudapública inferior al 60% el PIB y un déficitpor debajo del 3%.De esta forma, el 1 de enero de 2002, empiezana circular más de 14.000 millonesde billetes por valor de más de 630.000 millonesde euros y se acuñaron 53.000 millonesde monedas. Dos meses después, lasmonedas nacionales fueron retiradas de lacirculación.Ya desde el año 1999 el euro cotizaba enlos mercados. La paridad con el dólar semantuvo poco tiempo, al año cayó hasta sumínimo histórico del 0,8225. En 2000 empezóa remontar, hasta que superó la paridada partir del año 2002.Todos los países miembros de la Unión Europeadeben adoptar el euro tan pronto comosus economías demuestren que puedencumplir los criterios de convergencia. Y a diferenciadel proceso de introducción, en elque entraron doce países de golpe, con largoperíodo de transición, se ha establecidoque las nuevas adhesiones se hagan en grupospequeños y de forma rápida. Así, en 2007entró Eslovenia, en 2008 Chipre y Malta, en2009 Eslovaquia y en 2011 Estonia. Todosellos habían empezado a formar parte de laUE en 2004. Según las previsiones, otros sietepaíses, Bulgaria, Letonia, Lituania, RepublicaCheca, Polonia, Rumanía y Hungría esperanen la puerta de entrada del club de lamoneda única.En la actualidad, más de 325 millones deciudadanos europeos utilizan a diario el euro.Su uso es aceptado, oficial u oficiosamente,en otros cinco países del continente, fuerade la zona euro. En el mundo, otros 175millones de personas usan divisas cuyo cambioestá fijado sobre la moneda única.Sin embargo, el éxito de esta iniciativa noha convencido a todos. Suecia, Dinamarcay Gran Bretaña han optado por quedarse almargen, los dos últimos países a través de lacláusula “opto ut” suscrita en 1992.325 millones de europeos utilizamos la moneda común.EFEGran Bretaña cumple de sobra con los criteriosde la zona euro desde 1998 y tan sólose salta el mantenimiento de los tipos decambio en el límite del SME. Los tipos de interésse mantienen cerca de los límites fijados,su crecimiento se mantiene casi siemprepor encima de la media europea, conuna tasa de paro contenida. En suma, los británicosconsideran que su economía es másdinámica que la de la zona euro, lo queconstituye una de las razones para evitar laentrada. Pero no es la única. También el miedoa perder la supremacía de la “City” londinensecomo capital financiera de un extensomercado –un temor que ha afloradocon claridad en la cumbre del pasado 9 dediciembre- y las estrechas relaciones quemantiene con Estados Unidos, cuya monedaes la directa competidora del euro, haninclinado la balanza a favor del “no” a lamoneda única. La libra, sin embargo, sí estuvodurante un tiempo en la serpiente monetaria”,el SME. Pero unos duros ataques delos mercados contra esa moneda en 1992llevaron al gobierno británico a abandonarpara siempre ese sistema.Suecia, por su parte, ingresó en la UE juntoa Finlandia y Austria, en 1995. Pero a diferenciade estos dos últimos países, su Parlamentodecidió en 1997 no entrar en laUEM, un precedente importante para paísescandidatos que quieren formar parte de laUE sin adoptar el euro.Suecia celebró un referéndum el 14 de septiembrede 2003, poco después del asesinatode la ministra Anna Lindh, impulsorade la adopción del euro. Eso no impidió quemás del 56% de los votantes se pronunciaraen contra. El asunto quedó pospuesto almenos cinco años, transcurridos los cualespodría repetirse el referéndum.Dinamarca, por su parte, ha rechazado eleuro en referéndum el 28 de septiembre de2000, con una amplia mayoría del 53%. Aquílos motivos, similares a los de Suecia, pasanpor el temor de ambos países a perder, dentrode la zona de la moneda única, su excelentesistema de bienestar social.En el décimo aniversario del euro, celebradoen 2009, parecía que ni la crisis financierapodría con la moneda. Sin embargo,unos meses después, en 2010, empezaronlos problemas, que evidenciaron una clarapérdida de confianza de los inversores extranjeros.Hasta tal punto que la cancilleralemana Angela Merkel llegó a asegurar que“el euro está en peligro. Si fracasa el euro,entonces fracasará Europa”. lSuplemento Especial. 26 de diciembre de 2011–8 de enero de 2012 37