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Í N D I C EAgradecimientos / 9Introducción / 11Capítulo I 1889-1908 / 24Capítulo II 1908-1915 / 37Capítulo III 1916- 1922 / 71Capítulo IV 1923-1928 / 121Capítulo V 1929-1958 / 185Epílogo / 241Anexos / 253Colaboradores de Social / 255Testimonio gráfico / 265Bibliografía / 283Massaguer.pmd 726/10/2010, 16:52

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A más de seis años de concluido Massaguer, república y vanguardia,y de varios e infructuosos intentos por darlo a conocer al público cubano,la Editorial del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, de La HabanaVieja, asume su publicación, en prueba de su manifiesto interéspor rescatar lo mejor de la memoria visual de nuestra cultura pasada ypresente. Mi agradecimiento sincero a su colectivo y, en particular, a sudirector, el promotor cultural, poeta y amigo, Víctor Cassaus. Asimismo,a la doctora Ana Cairo Ballester, quien accedió a la lectura delpresente texto con la dedicación y honestidad intelectual que le caracterizan;al joven investigador de la caricatura cubana contemporánea,Axel Li; al editor general de Opus Habana, Argel Calcines; a Lydia Pedreira,por su doble interés como editora y amiga; a Piedad Subirats yTamara Fernández, quienes pusieron en mis manos textos cuasi «extinguidos»sobre el Maestro y el arte cubano; a Jorge Armando RodríguezSubirats, fiel asistente en la digitalización de las imágenes que informaneste libro, y a todos aquellos que, admiradores incondicionales de laobra de Massaguer, me alentaron a culminar tamaño esfuerzo investigativo,a pesar de las limitaciones y obstáculos existentes en el períodocomprendido de su materialización. Mi sincera gratitud a todos.AgradecimientosEl Autor9Massaguer.pmd 926/10/2010, 16:52

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El humor es condición exclusiva del ser humano. Quien que es, ríe. LaNaturaleza, no, porque nunca hace el ridículo. En los animales reímos loque hay en ellos de nosotros. Desde los tiempos más remotos el hombreha memorizado el humor a través del dibujo. Un ejemplo notable son losdos dibujos parietales del llamado Levante español (neolítico, 20.000a.n.e.), que recrean una cacería. En el primero, la cabra huye de los cazadores,quienes le disparan flechas; en el siguiente, se invierte la situación:el animal la emprende contra los cazadores, que corren con todassus fuerzas. Este hecho tiene que haber sido memorable para la tribu,cuando lo plasmaron sobre la piedra con un realismo que bien podríaenvidiar el más afamado dibujante. ¿Cuántas veces se rieron de ellosmismos al recordar aquel hecho? Y, ¿cuántas veces, al reír, se olvidaronde las penurias e incertidumbres que les imponía una naturaleza que estabatodavía muy por encima de sus posibilidades reales de sobrevivencia?Además, dieron testimonio e hicieron arte.Por el dibujo no sólo se llegaron a crear las primeras formas de escritura:memorias de la voz, sino también las primeras representaciones depersonas, animales y cosas deformadas o exageradas, de modo tal queatrajera la burla, el ridículo... en una palabra, la risa. Mucho antes que elhombre tuviera necesidad de escribir, tuvo necesidad de reír. En papirosexhibidos en el British Museum, el Museo Arqueológico de El Cairo yel Museo de Egiptología de Turín, se recogen escenas en las que asnos,leones, cocodrilos y monos, tocan instrumentos musicales. Otro másnotable, representa a una rata sentada en un trono, mientras un gato leofrece como ofrenda una flor de loto; alrededor, otras ratas portadorasde atributos reales contemplan la escena. Jean-Jacques Annaud, en Losconquistadores del fuego, recrea una situación de humor propia dela prehistoria entre dos de los personajes protagónicos del filme, cuandoel que está trepado en el árbol le deja caer una piedra sobre la cabezaal que descansa bajo su sombra. Ante una situación de este tipo, yal igual que los hombres de la niñez de la humanidad, ahora sólo ríenlos niños. ¿Y los adultos? También... Pero en un contexto diferente alseleccionado por Annaud, puede pecar de ser demasiado elemental,pueril, como para darle una buena nota o crédito.Introducción11Massaguer.pmd 1126/10/2010, 16:52

12Como todo lo creado por el hombre, también el humor ha evolucionadoy, con él, las técnicas, soportes y medios por los que se representacomo imagen visual. En consecuencia, la ilustración humorística y la caricatura,hoy por hoy, son también formas de ayudar al hombre a reflexionar,a ampliar su realidad e incluso a transformarla. Ellas son yaparte inalienable del sistema de ideas que contribuye a darle a los mensajesvisuales y audiovisuales una mayor credibilidad. No es casual quelos más grandes hombres de pensamiento, desde Platón y Aristóteleshasta Hegel, en algún momento de sus obras hayan reflexionado sobrela risa y el humor. Tampoco lo es, que el hombre haya memorizado oficcionalizado –según el caso– las más disímiles anécdotas sobre la vidade sus más ilustres congéneres, las que, por lo general, mueven a risa, entanto ilustran los rasgos más característicos que singularizaron sus personalidades.La psicología también hoy forma parte y muy importante del universovisual de la caricatura. Puede afirmarse que un caricaturista de talentoestá más cerca del psicólogo que del bufón. No obstante, en sus inicios,la caricatura tuvo en el dibujo un recurso de plasmación más que de expresiónde lo caricaturizado. Las fronteras entre lo cómico y lo grotescono estaban del todo delimitadas. La caricatura no reía, hería. Esta faltade humor, de humanidad, llevó a Platón en La república a decir: «Nohay necesidad de amar la risa; en efecto, el que se abandona a una fuerterisa, ello provoca también un fuerte desbaratamiento del alma». Aristóteles,por su parte, menos idílico que su predecesor, reparó en aquellosque tenían el raro don de «pintar a los hombres peores de lo que son». Yentre estos nombró a Posson, por lo cual ha pasado a ser el primer caricaturistaque conocemos de nombre. Mientras Aristófanes, con menospelos en la lengua que el maestro de Alejandro, lo llamó «infame Posson».Tres testimonios, sin duda, de los más serios, que dan a entender el carácterdeformativo, rayano casi siempre en lo grotesco, que en lo tocantea su función asumió el dibujo y, en ocasiones, la pintura fantástica o caricaturesca,desde las primeras grandes culturas de la Antigüedad.Entre estas la romana fue de las más singulares a tenor con la ciudadque la rigió y le dio nombre: Roma. El realismo de su arte, el carácterurbano y cosmopolita de su patriciado, así como el de una poblaciónMassaguer.pmd 1226/10/2010, 16:52

parásita regida como ninguna otra en su tiempo por la política al uso,contribuirían a hacer de la burla y el humor más cruel parte inseparablede su cotidiano de vida. Prácticamente, todas sus manifestaciones visuales–entendidas estas como los medios de comunicación del período–hicieron uso de la ilustración humorística; la escultura, la pintura, elmosaico y la cerámica, son de las más notables, las que no pocas vecescomplementaron sus mensajes con información manuscrita o lapidaria.Y creó otras dos, o al menos las desarrolló como ninguna otra cultura lohabía hecho hasta entonces: el graffiti y el llamado pasquín, antecedentelejano del cartel moderno.La Edad Media no fue menos en el manejo de una representación entrecaricaturesca y grotesca en función del proceso de concienciación de lamasa de creyentes. El analfabetismo imperante en la misma, incluso, entrelos eclesiásticos –excepción sólo hecha con el alto clero y los másencumbrados dignatarios de la Iglesia–, hizo de la imagen visual formapreferente de su modelo comunicativo, sólo segunda de la oral. Bóvedas,paredes, puertas y capiteles de templos, capillas y conventos, literalmente,se tapizaron con dibujos, frescos y relieves (bajos, medios yaltos), en los que se plasmó de manera obsesiva y con una visión maniqueade la vida, los temas o asuntos recurrentes de su retórica persuasivaalusivos a las formas de manifestarse entre los mortales el bien y el mal.A estas últimas formas, y un poco a remedo del ideal platónico en cuantoa la risa, respondió el más alucinante repertorio icónico concebido porideología alguna hasta la fecha, en el que una demonología entre fantásticay terrorífica, apuntó a tópicos tales como el diablo, el infierno, el juiciofinal, la danza macabra, el pecado de la carne y, por extensión, delsexo, entre los más perdurables en la cultura occidental. No es casualque un escritor y comunicador social de la talla de Umberto Eco, hayahecho de los textos relacionados con el «horror» de reír, el móvil centralde su novela El nombre de la rosa. Tampoco lo es, que la haya ubicadoen el contexto propicio de un monasterio de la baja Edad Media, enparticular, el scriptorium: local de los copistas o amanuenses, donde nofaltan manuscritos miniados con dibujos burlescos, cuya lectura oblicuao simbólica apela a animales como el burro, tocado con capirote deherético –de donde le viene a nuestra cultura llamar «burro» a la persona13Massaguer.pmd 1326/10/2010, 16:52

14poco inteligente–, para ilustrar el carácter retrógrado de ciertas conductasoficialistas, tal y como miles de años atrás se intuye de las descripcionesde los papiros egipcios antes citados.El Renacimiento, en su revalorización y apropiación de la cultura delpasado pagano, no pasó por alto las posibilidades expresivas del dibujocaricaturesco, entendiéndolo más como una variable de la razón –entanto instrumento de aprehensión de la realidad objetiva–, que como manifestacióndeformada del arte y del espíritu. En tal empeño, sus artistasmás notables, Leonardo y Miguel Ángel en Italia, El Bosco y Brueghelen los Países Bajos y Alberto Durero en Alemania, forjaron las primeraspoéticas visuales relativas a lo que más tarde se identificaría con unaestética de lo feo, en las que no faltó el verismo en las representacionestomadas del natural, ni el rasgo psicológico en los personajes retratados.Si en la bóveda de la Capilla Sixtina, la creación de Miguel Ángelapunta hacia la representación esplendente y renovada de los ya recurrentestemas bíblicos desde una poética de lo bello, en el no menosgrande y revolucionario Juicio Final, umbral de la pintura barroca ytema preferente de las representaciones del mal en el recién concluidomedioevo, apela a una expresión inequívocamente caricaturesca deaquellos personajes que enjuicia, en tanto garante del rasgo verdadero,amén del odio que sintiera hacia ellos, el momento de crisis por el queatravesaba su existencia y el propio que vivía su atormentada época.Mientras que un pintor como Giuseppe Arcimboldo concibe sus retratosa partir de la agrupación ingeniosa de los más variados objetos y productosdel reino vegetal, a la manera de una naturaleza muerta de los vivos,en cuya elección y ubicación se activa una forma muy original decaricaturizar los rasgos psicológicos y fisonómicos del retratado. El Renacimiento,quizás, llevado por tales obras y artistas, y ese afán muy suyopor purgar todo aquello que no se avenía con su ímpetu renovador,en cuanto a recuperar y clasificar todo lo mejor hecho por el hombrehasta entonces, fue el primero en acuñar una definición de caricatura, alidentificarla con el término ritratti carichi, es decir, retrato sobrecargado.En los siglos subsiguientes este legado también dio en manifestarsepor vía de las definiciones, como la forma más factible del juicio estéticode cada período de acercarse a la caricatura, al identificar tanMassaguer.pmd 1426/10/2010, 16:52

particular forma de hacer con un nuevo decir, aunque sin consentir ensu condición de arte. De todas estas definiciones, la más atractiva paranosotros, como confusa debió ser para su época, fue la del Diccionariode la Academia Italiana, que dio en definir a la caricatura como«especie de libertinaje de la imaginación». Y en verdad, tendría estearte que esperar por otra forma de «libertinaje», en este caso, el político,para alcanzar una autonomía e identidad mucho más definida, alinvolucrarse con renovado ímpetu con el periodismo de nuevo tiporepresentativo de la Revolución francesa de 1789.Es a partir de este trascendental acontecimiento histórico, inicio de lamodernidad, que la caricatura, sobre todo la de acento político, empiezaa evidenciar un nuevo momento en su evolución. Ello estará dado máspor la voluntad de cambio de los artistas gráficos que la asumen a tenorcon las nuevas ideas sociales y políticas, y el desarrollo de los nuevosmedios de comunicación visual de la época, que por su implicación en elconcierto mayor de las artes, en el que se ubicaba entre lo más bajo delas mal llamadas artes menores. El creciente auge del primer medio de comunicaciónde masas de la historia: el periódico impreso, y el proceso dedemocratización e internacionalización de la información que le asiste encorrespondencia con la planetarización del naciente sistema capitalista–del cual forman parte tanto los procesos políticos que lo rigen a escalainternacional, como los conflictos entre partidos a escala nacional–, serácaldo de cultivo para el desarrollo de la caricatura.Tampoco es de obviar la importancia que para el desarrollo de losmensajes visuales relacionados con medios tales como periódicos, revistas,libros y álbumes de vistas, tipos y costumbres, tuvo la invenciónde la litografía por Alois Senefelder en 1796. Entre otras razones, permitióque el artista (ilustrador o caricaturista) ejecutara de manera directael dibujo a imprimir, sin mediar la intervención del transcriptor o grabadorde reproducciones; dibujara sobre la piedra como sobre el papel,potenciando los rasgos del dibujo, así como el uso del claroscuro, y, porúltimo, propició el paso del artista «puro» al propiamente gráfico, en elque se incluye el caricaturista. En esta nueva perspectiva, la caricatura seconvertirá en imagen visual preferente, cuando no complementaria delos textos periodísticos, para alcanzar plena autonomía comunicativa en15Massaguer.pmd 1526/10/2010, 16:52

1Citado por Juan David:La caricatura: tiemposy hombres. EdicionesLa Memoria, Centro CulturalPablo de la Torriente Brau,La Habana, 2002, p. 25.16los órganos de los diferentes partidos políticos, así como en las revistasy periódicos de estricto corte satírico, en los que será imagen esencial desu perfil editorial. Cualidades todas que empezarán a constatarse conmayor propiedad a partir de las llamadas «revoluciones liberales», cuandose hacen más agudas las contradicciones entre las nuevas nacionescapitalistas por el control de las fuentes de materias primas y los mercados,así como entre los partidos políticos por alcanzar el poder de susrespectivos estados nacionales. Esto hizo decir al estudioso de la caricatura,el francés Jules Champfleury, que «su función más formidable noconsiste en retratar las revoluciones, sino en provocarlas». 1Es sintomático que las dos naciones donde tendrá un mayor desarrollola caricatura y el periodismo sean también las dos potencias tradicionalesdel capitalismo moderno: Francia e Inglaterra, seguidas de cerca porAlemania y Estados Unidos. Asimismo sucederá con el romanticismo,primer movimiento artístico y literario del siglo XIX. Sólo entonces larenovación de la caricatura, periodismo mediante, se concretará en unplano de real trascendencia estética, conceptual y expresiva, tal y comolo ejemplificará la obra del artista francés Honoré Daumier.Daumier, colaborador de La Caricature, renegará de la llamada caricaturadeformativa, haciendo énfasis en las expresiones y actitudes desus personajes, para lo cual recurrirá al valor expresivo de la línea encomunión con un dibujo a partes iguales sintético y cáustico, cual escalpelorevelador de las luces y sombras del alma humana. Al igual queotros grandes artistas de la humanidad, la obra gráfico-comunicativa deDaumier, tan crítica con los poderosos, como humana con los desposeídos,terminó por sobrepujar la propiamente pictórica. Él hizo con el dibujo,lo que Balzac con la palabra.También relacionado con Daumier y el éxito de La Caricature, estaríaCharles Philipon. Este caricaturista, a quien se le atribuye el uso de lalitografía en función de la imagen visual de carácter periodístico –comouna contribución más de la propiamente caricatural–, es el autor de LaPera: popular representación humorística del rey Luis Felipe. Su manejopor parte de Philipon, Daumier y demás caricaturistas hizo que LaCaricature se viera envuelta en una serie de procesos judiciales queculminaron con su clausura. Después Philipon publicaría Chirivari –enMassaguer.pmd 1626/10/2010, 16:52

el que también colaboraron Daumier, Doré, Gavarni, Nadar–, Journalpour Rire y Musée Philipon, tríada editorial con la que quedarían sentadaslas bases formales y conceptuales de la caricatura moderna.En Cuba, la gráfica siempre precedió a la pintura en la introducciónde los códigos de vanguardia. Así sucedió en la Colonia, la Repúblicay la Revolución. En la Colonia, incluso, ¡veinte años antes que EstebanChartrand pintara los primeros paisajes de su Matanzas natal, ya losálbumes gráficos sobre nuestra geografía y sociedad representaban ala Palma Real como árbol identitario del paisaje insular! De la piña a lapalma, y de esta a Liborio, transcurren dos momentos gráficos, de loscuales el segundo, por corresponderse con el período de modernizacióny desarrollo de la industria azucarera, el auge de una sacarocraciacriolla y las guerras libradas contra la metrópoli colonial, es también elllamado a particularizar las esencias de lo cubano en términos de comunicaciónvisual. En dicho período, en este campo descollará la gráficade envase de los habanos, uno de los más completos e integralessistemas de legitimación y publicitación de un producto en lo que ibade siglo; los álbumes litográficos de tipos y costumbres, en lo que ala imagen visual respecta, verdaderos émulos de la literatura y el periodismode tendencia costumbrista; la introducción de la fotografía–primera imagen técnica creada por el hombre– a solo un año de lainvención del daguerrotipo por el francés Jacques Daguerre, y su inusitadodesarrollo en el breve plazo de dos decenios; la impresión deverdaderas joyas de la bibliografía cubana y universal, como el Muestrariode tipos y viñetas... (1836), de José Severino Boloña, y el libroLos ingenios (1859), con textos de Justo Germán Cantero y litografíasde Eduardo Laplante, así como un gran espectro de periódicosy revistas –no pocas ilustradas–, que contribuirían en casi todos los casosa la concepción de un nuevo imaginario visual a tenor con los últimosadelantos tecnológicos, sociales y estéticos.A ello se suman en la segunda mitad del siglo los envases de cigarros,cuyas imágenes cromolitografiadas se renovaban cada semana con elpropósito de acelerar el ciclo de compra del producto. Esta exigencia delmercado generó un sinnúmero de asuntos que iban desde los blasonesde las casas reales europeas hasta verdaderas novelas visuales, como17Massaguer.pmd 1726/10/2010, 16:52

18La vida de la mulata: serie que antecede a Cecilia Valdés, de CiriloVillaverde, sin obviar otras entre costumbristas y humorísticas, en lasque situaciones y personajes eran representados con un dibujo rayanoen lo caricaturesco. Salvo estas últimas imágenes concebidas a recaudode un interés publicitario no exento del propiamente costumbrista de laépoca, el resto de la producción gráfica de la Colonia no muestra manifestaciónalguna donde la caricatura se presente con plena autonomíaexpresiva y, a su vez, contribuya a la consecución de una identidad nacionalpor la imagen.La caricatura cubana del ochocientos, por forma y contenido, serápro española, es decir, colonialista. En ella descollarán Juan MartínezVillergas y Víctor Patricio de Landaluze. Landaluze entra a la Isla porCárdenas, entre 1847 y 1850; Villergas lo hace por La Habana, en1857. Landaluze se las dará de crítico teatral y escritor costumbrista;Villergas, nada más y nada menos que de poeta. Landaluze publica suprimer álbum costumbrista Los cubanos pintados por sí mismos en1852. En él no se observa todavía un real conocimiento de los tipos ycostumbres de la Isla. Villergas funda La Charanga, primer periódicosatírico ilustrado de Cuba, el 16 de agosto de 1857. Su machón tienepor ilustración un grupo de músicos «charangueros»: versión criolla deltérmino francés chirivari (música discordante), que le diera título al yacitado de Philipon, del cual se inspiró Villergas.Pero, si así fue de revolucionario el Chirivari, así fue de reaccionarioLa Charanga, en consonancia con una realidad mediática muy diferentea la de Francia. En La Charanga, Víctor Patricio de Landaluze se hacecaricaturista. Él y Villergas son monárquicos en política, católicos en religióny aplatanados de nación. Los dos trabajarán juntos durante treintaaños. En este tiempo llegaron a publicar seis semanarios, todos del mismocorte humorístico, satírico y crítico sobre la actualidad política, lascostumbres criollas y la vida en la Isla. Esto le permitió a Landaluze unmejor conocimiento de la sociedad cubana y una mayor experiencia profesional,lo que se hizo patente en su segundo y más logrado álbum,Tipos y costumbres de la Isla de Cuba, publicado en 1881. Su odio atodo lo que significara un rastro de independentismo, dialécticamente,obró a favor de una obra gráfica lo suficientemente crítica con la socie-Massaguer.pmd 1826/10/2010, 16:52

dad insular, como para alcanzar un grado de objetividad hasta entoncesinusual en el tratamiento de los ambientes, tipos y costumbres que laparticularizaban, deviniendo el más completo expediente visual de sunaciente identidad. Justo en este contexto histórico, pero ocho años despuésdel citado álbum de Landaluze, y en la misma ciudad portuaria porla que había entrado a la Isla el caricaturista bilbaíno, nacería una de lasfiguras más significativas de la gráfica de comunicación cubana y latinoamericanadel siglo XX: Conrado W. Massaguer.19Massaguer.pmd 1926/10/2010, 16:52

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Nadie olvida el cielo bajo el cual durmió su primer sueño de vivo. Sesentay ocho años después, en su autobiografía, 1 Massaguer no sólo lo evocacomo «soleado», es decir, terso, limpio, sino que lo relaciona con dos hechosque serán para él premonitorios de su futura condición de humorista:impedirle al padre presenciar un juego de pelota que vino a decidirse enel inning 18, y nacer un día de carnaval. Era el 3 de marzo de 1889, y en elhogar de don José Pablo Massaguer y Pujol y doña Mercedes Díaz yPorro, venía al mundo Conrado Francisco Gualterio, bajo la algarabíapropia de los festejos «al Duque de la Coliflor (especie de Rey Momo),que llegaba en una floreada y “drapeada” chalana a los viejos muellesdel litoral comercial, donde una abigarrada multitud, con fotutazos,voladores, confetis y serpentinas esperaba la llegada del muñecón quepresidiría los carnavales de ese año». 2Al igual que otras villas de la Isla, la otrora San Juan de Dios de Cárdenashabía tenido su asiento inicial «tierra adentro», para resguardarse delos asaltos de piratas y malhechores que vivían en la ensenada de Siguagua.Tendría que pasar la época del corso y la piratería, para que su pequeñapoblación finalmente se arrimara a la costa, lo que ocurrió a iniciosdel siglo XIX, y dar así cabal cumplimiento a su verdadero destino histórico.Al núcleo fundador compuesto por terratenientes y comerciantes deorigen español, se sumarían los franceses provenientes de Haití a finesdel XVIII. Hecho este último, presumiblemente, que crearía los vínculossanguíneos y culturales necesarios, como para propiciar con el tiempo laacogida de los descendientes de aquel caballero provenzal asentado enCataluña, que respondiera al nombre de Paul Massaguer.La próspera economía de Cárdenas, basada en el azúcar y derivados(refinos, alcoholes), y otros cultivos como el maíz y el café, no sólo le permitióobtener el título de ciudad por Real Orden de 28 de diciembrede 1866, sino ubicarse entre las pioneras de la Colonia en tener alumbradopúblico de gas, hospital municipal y bancos locales, amén de serla primera en honrar a Cristóbal Colón con una estatua, como si estahubiese sido la tierra de entrada del Gran Almirante de la Mar Océana alos reinos de América. Su puerto compartía entonces con el de Matanzasel privilegio de ser uno de los más importantes de la costa occidental yatlántica de Cuba. A sus espaldas, la llamada «llanura roja» capitalizabaCapítulo I1889-19081Massaguer, su viday su obra. Úcar, García, S. A.,La Habana, 1958, s/p.(Todas las notas son del autor.)2Todo testimonio dado porMassaguer en el presente libro–salvo señalamientocontrario–, tendrá como fuentebibliográfica su autobiografía,por lo que se obviará citarla.21Massaguer.pmd 2126/10/2010, 16:52

3Hacia la década del ochentadel siglo XIX, el antiguoproductor criollo que molíaen su trapiche la caña queél mismo cultivaba con unnúmero de esclavos y peones,se tornó en colono, o sea,cultivador de caña para ingenioajeno, principalmente,de capital norteamericano,con gran merma de suindependencia económica.22una de las mayores concentraciones de grandes fábricas de azúcar: losmodernos centrales. Y si bien por esta fecha ya no tenía igual concentraciónde dotaciones de esclavos, debido a la abolición de la esclavitudy la aparición del colono, 3 la población de origen africano asentada ensu territorio y las líneas férreas que la conectaban con el interior de la Isla–la primera se construyó un año después del tramo Habana-Bejucal (1837)–,eran testimonios vivos de una prosperidad pasada sobre la cual se sustentabasu importancia presente, y que la había hecho, junto con el puertopinareño de Mariel, extremos últimos del más importante eje exportadorde azúcar del occidente de la Isla.Pero entre todas estas primicias que ufanaban a los cardenenses en elaño del nacimiento de nuestro biografiado, al punto de inscribir en la partesuperior de su escudo la divisa Primus in Cuba, una sobrepasaba alas demás: ser la ciudad donde por primera vez se izó la bandera de la estrellasolitaria, futura enseña nacional de los cubanos. Vinculada comoestaba a su hecho histórico más relevante hasta la fecha, la fracasadaexpedición bélica del general Narciso López, ocurrida el 19 de mayo de1850, sólo quedaba de aquella gesta el hotel donde ondeó durante horasla bandera de ejemplar diseño, y un deseo confeso entre sus hijosmás preclaros: avizorar una salida política a la contradicción existenteentre colonia y metrópoli, para lo cual escogían las quietas horas de latarde en el litoral, como si de este lado del horizonte viniera toda posiblesolución. Desde entonces, o desde siempre, cuando de reflexionar sobrela situación del país se trata, los cubanos de tierra adentro miranhacia el cielo; los de la costa, hacia el mar.Conrado Francisco Gualterio, tal y como lo imponía la época para quedarbien con la tradición y el santoral católico, no tenía todavía edadpara mirar el mar con el interés que lo hacían sus coterráneos cuando setrasladó con sus padres y dos hermanos para la capital de la Isla. Contabaentonces tres años de edad. En La Habana, la familia Massaguer seinstaló en los altos de la esquina de Jústiz y Baratillo. De aquella su primeracasa habanera, lo que más le agradó fue el balcón. Atalaya permanentedel niño, desde allí veía el puerto: la estrecha boca de entrada, elbaño de los caballos en los bajíos que propiciaba el ensanche del canal ylas imponentes murallas de El Morro y La Cabaña, que, junto con las deMassaguer.pmd 2226/10/2010, 16:52

los baluartes de La Punta y La Fuerza, le daban a La Habana una imagende ciudad medieval bajo la limpia luz del golfo. Otras veces su mirada seiba tras las maniobras de desembarco de algún barco que concluía sutravesía entre España y Cuba, como el vapor de dos palos El Montserrat,popularmente llamado El Catalán, desde cuya popa su tripulación deinmigrantes saludaba la tierra de promisiones con la que había soñadodurante años. Absorto, Conrado se quedaba mirando todo aquel nuevomundo de colores y formas que bullía a su alrededor. Luego, pasaba a lamesa del comedor y dibujaba lo visto. Una y otra vez, día tras día, el trazodel creyón apresó barcos, mástiles, banderas, trozos de murallas, carretasimpulsadas por mulas o bueyes, peninsulares con boinas, pescadores,vendedores de hortalizas y viandas... En ese diario acuerdo entre lo queveía y dibujaba, se le fue haciendo familiar el olor que de la planta bajallegaba a «papas no muy frescas y cebollas y ajos, mezclado con ladulzura penetrante de los sacos de refino». 4Casi siempre las visitas de la tarde (toda una institución de la familiacubana de la época) encontraban a Conrado dibujando. Una de esastardes visitaron la casa de los Massaguer el médico y poeta don EstebanBorrero Echevarría y su hija Juana. A la Borrero, joven de diecisiete añosde edad y ya toda una poeta y pintora –homenajeada incluso por JoséMartí en Nueva York, de donde había llegado hacía poco–, le llamó laatención aquel niño que se entregaba con tanta dedicación al dibujo queni siquiera reparó en ella, por lo que no dudó en dejar a un lado el protocoloy sentarse con él a compartir su experiencia estética. La jovendebió de corregirle más de una vez el dibujo, tal y como su maestro depintura, el cubano Armando Menocal, lo había hecho con ella en lasapacibles tardes de aprendizaje allá en su casa de Puentes Grandes. Unahora más tarde, Conrado no sólo admiraba ya a Juana por sus conocimientos,sino también por su belleza, al punto de creerse enamorado deaquella musa trigueña y amable que había llegado a su lado como unaaparición. Al término de la visita, justo cuando se marchaban, Juana ledijo al padre: «Massaguer, déle a este niño mucho lápiz y papel porqueva a ser un gran artista». Días después, por su hermana Lulú, bastantebien informada para sus once años de edad, supo que Juana tenía un noviollamado Carlos Pío. Nunca más la volvió a ver. 54Los propietarios de casas dedos plantas, por lo general,utilizaban la planta alta comovivienda y la de los bajos comoalmacén de los productos queexportaban, en particular,azúcar.5Juana Borrero emigraría consu familia a Cayo Hueso, en LaFlorida, donde murió tres añosmás tarde, dejando una leyendade amor que ya es parteinalienable de la historia de laliteratura cubana.23Massaguer.pmd 2326/10/2010, 16:52

24Don Esteban, por el contrario, siguió frecuentando la casa. Allí tambiénse reunían, en «feliz coincidencia», Benjamín Guerra, Manuel Barranco,Pepe Pujol y otros. «Hablaban siempre en voz baja –recuerda Massaguer–,después de auscultar las calles convergentes». Y en esas conversaciones,mientras dibujaba y sin querer, oyó por primera vez nombresque poco o nada le decían entonces: Martí, Gonzalo, Maceo, Calixto,don Tomás... Corría el año de 1894. Tan inesperada como había sido lapartida de Cárdenas, fue ahora la de La Habana. Un amigo del padre lehabía conseguido trabajo en el central Alfonso XII (actual Alacranes,provincia de Matanzas), con el cargo de jefe del Departamento Comercial.El nuevo empleo representaba una ostensible mejoría económica para lafamilia Massaguer. Sin embargo, ello no fue impedimento para que donJosé continuara sus reuniones a puerta cerrada y en voz baja con algunosempleados del ingenio, ni para que el niño siguiera oyendo los nombresya escuchados en La Habana, a los que ahora se sumaban otros de igualestirpe criolla, pero matancera y camagüeyana: Juan Gualberto Gómez,Carlos Rojas, Luis Loret de Mola... Y una fecha: ¡24 de febrero!A inicios de 1895, Conrado y sus hermanos regresaron a La Habana,donde el padre les había alquilado la bella casa de Concordia 61, entreCampanario y Perseverancia. «Para que los “muchachos” comiencensus estudios», le había oído decir, cuando doña Mercedes inquirió sobreel particular. Lulú, la mayor de los hermanos, entraría en la Normal. Mientrasque Conrado y José lo harían en la escuela particular de su tía PilarMassaguer y Pujol. Esta era entonces la forma más socorrida que teníanlas familias pudientes para que sus hijos estudiaran las primeras letras.La era de los grandes colegios cubanos del tipo de El Salvador, de LaHabana, y La Esperanza, de Matanzas, había pasado. El índice de analfabetismoalcanzaba el 78 por ciento. Sólo el 10 por ciento de la poblaciónen edad escolar recibía educación. Las familias ricas criollas enviabansus hijos a estudiar a los Estados Unidos, desconociendo así el sistemade enseñanza de la metrópoli colonial. Tal actitud devino expresión eneste campo de lo que en el económico era ya un reflejo anticipado de laRepública: la dependencia de los Estados Unidos. Si España seguía siendola metrópoli política, Estados Unidos ya era la económica. En cifrasMassaguer.pmd 2426/10/2010, 16:52

se traducía como sigue: Estados Unidos absorbía el 85 por ciento de losproductos de Cuba, y entre estos, el 94 por ciento correspondía a laproducción azucarera.A la par de las primeras letras, los hermanos Massaguer comenzaron aampliar sus conocimientos de La Habana y el mundo. Para Conrado, concinco años de edad, los paseos de domingo en compañía de sus hermanostenían un interés especial, dada la gran cantidad de galerías fotográficasque ya exhibía la ciudad. También abundaban las casas de baño a lo largodel placentero litoral, permitiéndoles a las mujeres bañarse «en privado»en pleno mar, mientras la muchachada hacía de las suyas en las piscinasnaturales que, entre los arrecifes, había creado el permanente roce delas olas. Al caminar por el Paseo del Prado, de las residencias más lujosasa veces se oía la música de algún danzón o habanera, que seguía a los transeúntescomo una sombra sonora. Pero, para el pequeño Conrado, máshecho a la visualidad que a lo auditivo, sin duda, la mayor sorpresa se la diola magnífica visión de formas y colores que ofrecía la carpa levantadadel circo Pubillones, ubicado en Aguila 161, entre Barcelona y Zanja, casifrente a la Plaza del Vapor. Con igual entusiasmo acogió «las vistas» delos llamados «panoramas»: salas de ilusiones ópticas en las que se exponíanfotografías impresas en vidrio e iluminadas, alusivas a paisajes yacontecimientos de la Isla y del mundo. Utilizaban lentes estereoscópicosque ampliaban las imágenes, comunicándoles un relieve que las hacíaparecer naturales. De estos precursores del cinematógrafo fueron entonceslos más notorios los instalados en O’Reilly 118, Bernaza 3 y Paseo delPrado 118. Por la noche, hasta la casa de Concordia 61 llegaban las notasde los pasodobles interpretados por las bandas de música que efectuabansus retretas en el Parque Central, junto a la estatua de Isabel II, pertenecientesa los batallones y regimientos que formaban parte de la guarniciónde la capital. Al día siguiente, y hasta el viernes, para la escuela de tía Pilar.Pero de poco valió el interés de Conrado y José por estudiar, y el de la experimentadatía por enseñar... El 24 de febrero estalló de nuevo la guerra,y el más importante levantamiento de la región occidental se producía enel lugar conocido por Ibarra, en la provincia de Matanzas. Un día elpadre regresó de Alacranes, para no volver. La tía Pilar cerró la escuela,y se fue a Camagüey. Su tío y padrino, don Pancho Massaguer, cambió25Massaguer.pmd 2526/10/2010, 16:52

6Carlos Loveira: Juan Criollo.Editorial de Arte y Literatura,La Habana, 1974, pp. 331-332.26de domicilio. Son esos días y horas en los que un toque de puerta ponea toda una familia al borde de la vida; en los que pasar inadvertido,anularse socialmente, es la mayor hazaña de un hombre. Los Massaguerpertenecían a esta clase por el momento. Y en ella se mantuvieron, comotantos otros, hasta marzo del siguiente año, que tomaron el camino delexilio. Su destino, el mismo que le diera el novelista Carlos Loveira a supersonaje Juan Criollo: Yucatán, donde existía una animada colonia decubanos que simpatizaban y luchaban a favor de la causa independentista.«Mis años yucatecos son para mí inolvidables», confiesa Massaguer ensu autobiografía. Varias son las razones para que el niño que era entonces,ya anciano, la reconociera como «su segunda patria». Según él,porque «Allí pasé una niñez feliz. Allí tuve mis primeros amigos. Allí hicemis primeros muñecos para el público. Allí dejé a una meridanita queluego se consoló con otro». Y allí cursó sus primeros estudios, en el InstitutoLiterario de Mérida. En Yucatán vivió doce años, o sea, los que vande 1896 a 1908, con excepción de los tres vividos en Nueva York, entre1902 y 1905, y los dos breves viajes realizados a La Habana en 1902y 1905. Esto significa que llegó de siete años y se fue de diecinueve: losmejores de la niñez y los primeros exultantes años de juventud. En estahospitalaria tierra, como también la llamó, encontró su padre trabajo–tenedor de libros en Puerto Progreso, y luego, con el mismo cargo, enla cordelería La Industrial, en Mérida–, y continuó su labor a favor de lacausa de la independencia de Cuba. Con este propósito ayudó a fundarclubes revolucionarios y hasta un semanario, La Estrella Solitaria, queeditaban los camagüeyanos Clodomiro y Cloridano Betancourt.A este ámbito separatista yucateco –uno de los tantos que por entoncesidentificaba a la amplia geografía del exilio cubano– se referirá en lossiguientes términos Carlos Loveira en su ya citada novela: «Al lado de Cirilotambién leía Juan los periódicos separatistas, enviados desde NuevaYork y la Florida, a los clubes cubanos de Mérida, y las cartas donde losMassaguer, Loret de Mola y otros conspiradores de la capital de Yucatán,le hablaban al barbero de la marcha de la Revolución, y le enviaban recibosde clubes, papeletas de rifas, bonos separatistas, y otros medios dereunir fondos con destino a la Junta Revolucionaria de 56 New Street». 6Massaguer.pmd 2626/10/2010, 16:52

Estas tareas que se impuso don José, contribuirían a mantener vivo elespíritu de lo cubano en el ámbito familiar, y a que Conrado no olvidarasu país natal en una edad tan temprana como propicia al desarraigo. Lapatria que setenta y cinco años atrás había encarnado, hecha poesía, enquien llegaría a ser el poeta nacional de Cuba, José María Heredia, y, en particular,en su «Himno del desterrado», seguía viva en el hogar yucateco delos Massaguer, como en el de todos los cubanos asentados en la hermanapenínsula mexicana. Tal parecía que al asentarse en Yucatán, lo hacíancasi en la Isla, como si desde ella se pudiera todavía respirar su aire, y enlos días claros, ver las palmas y oír el canto de los sinsontes.Los acontecimientos relacionados con la guerra de independencia estabansiempre en boca de todos; pero, particularmente, en las conversacionesde sobremesa o en las reuniones de amigos y familiares, en las que,aun cuando Conrado permanecía callado –«pues los niños hablan cuandolas gallinas mean»–, podía oír a los mayores hablar de su lugar de origeny reconocer, por reiterados, los signos inequívocos de una identidadque crecía a diario con la lucha propia y la de todos los hermanos de dentroy fuera de la Isla. A lo que contribuía el idioma y los lazos históricos yculturales que unían a Cuba y México, en particular, con la región yucateca,como bien lo había demostrado José Martí en su diario De PuertoProgreso a Guatemala, anticipo de ese otro memorable de Cabo Haitianoa Dos Ríos. Pero, sobre todo, fue la tierra donde él, Conrado, empezóa ser Massaguer. En otras palabras, descubrió su capacidad de relacionarsey su condición de caricaturista. Con los años, ambas condiciones se desarrollaríanen él, hasta llegar a conjugarse de tal forma, que una y otra seauxiliarían cada vez que su trayectoria le reclamara un esfuerzo extra o lomejor de sí mismo.Entre 1902 y 1905 Conrado se ausentó de la Península para ir a estudiara Nueva York, ciudad que llegaría a ser determinante en su desarrolloprofesional. El viaje se realizará desde territorio cubano, quizás, porrazones económicas o sentimentales, o ambas a la vez. Esto último pareceser lo cierto, ya que la estancia de padre e hijo en La Habana coincidiócon los festejos por la creación de la República. Después de seisaños de exilio, otra será la ciudad con la que se encuentren al desembarcar.La Habana vibra de patriótico entusiasmo. Las calles se muestran27Massaguer.pmd 2726/10/2010, 16:52

7Carlos Loveira: Ob. cit., p. 395.28engalanadas con pencas de guano y banderas cubanas, faroles ycadenetas de papel multicolor. La alta sociedad habanera estrena carruajesy caballos, ornados con bandas tricolores para la ocasión, los quetransitan día y noche alrededor del Paseo del Prado, entre mansionesataviadas con guirnaldas y banderas, y transeúntes y bebedores quefestejan anticipadamente la soñada hora bajo la poca sombra de losjóvenes laureles. A este ensayo general, previo al día y la hora de izar labandera de la Estrella Solitaria en El Morro, acudirán los Massaguer:Conrado, con los ojos más que abiertos; Don José, con lágrimas en losojos. Los dos, junto a todos los correligionarios, se encuentran «en elcenit de aquella época en que casi todos los cubanos anhelábamos contribuir,fervientemente, a la afirmación y engrandecimiento de una repúblicaejemplar», 7 tal y como lo refirió Carlos Loveira años después, en suantes citada novela.El 20 de mayo de 1902, hizo un día primaveral. El mar estaba sosegado.En la azotea de la residencia de Prado 4, casi esquina a Colón, unadolescente de trece años de edad, en compañía de sus padres, amistadesy algunas de las personalidades del momento, como el joven generalEnrique Loynaz del Castillo y el venerable Marqués de Santa Lucía,contempla el memorable acontecimiento en el que la bandera norteamericanaes arreada y, en su lugar, izada la cubana en el mástil mayor deEl Morro. Consumado el cambio, los presentes pasan al balcón para noperderse el paso de la comitiva presidencial. ¿Pensó Massaguer en elbalcón de la casa de Jústiz y Baratillo? ¿Cuánto habían cambiado él yla ciudad? Siempre las tardes... Siempre los balcones. Parecía que enesta isla no había otra hora y lugar desde donde contemplar el mundo.Su ubicación fue en platea: «Por delante de nosotros pasó, entre unaabigarrada y frenética muchedumbre el venerable Don Tomás. A su derechaviajaba en el coche de Palacio el Generalísimo Máximo Gómez.Más nunca vi al viejo mambí, cuyos bigotes y perillas se hacían más blancospor contraste con su bronceada fisonomía». Luego, en el recorridoque hace con sus padres por calles y plazas, será testigo «del desbordadoregocijo popular, matizado por conmovedoras escenas: muchos abrazos,incontables “vivas” a Cuba Libre y a la República». Y concluye Massaguer:«Esa noche, el muchachito medio yucateco no pudo dormir con tantasMassaguer.pmd 2826/10/2010, 16:52

emociones». Veintiún años después, recordando esta visión y el estadode frustración en que había caído la República, dibujó de memoriauno de los mejores retratos de perfil del Generalísimo. Pero veintiún añosantes, aún tendrá otra visión, y muy diferente: la de Nueva York.La ciudad donde José Martí pasó los años más fructíferos de su vida, loacoge como estudiante de la St. John’s School, en Ossining, y más tardecomo alumno de la New York Military Academy. Una foto hecha en 1904en compañía de José, su hermano mayor –luego destacado cronista deportivo–,lo presenta de uniforme militar, ostentando orgulloso los gradosde primer sargento del Cuerpo de Cadetes. Pero, ni siquiera entonces,su rostro delata nada que huela a campamento, por más que luegose vanaglorie de su ancestro militar, el cual provenía del caballero francésPaul Massaguer, guerrero de las huestes del rey Alfonso XI, quienluchó contra los sarracenos entre los siglos XI y XII. Massaguer es lo quees, un joven de quince años de edad, conocido entre sus condiscípulos yprofesores por las viñetas que dibuja para la revista del colegio. Pero,también, es el joven abierto a la inabarcable dimensión de un nuevo sigloy de un país que, a pasos de gigante, aspira a encumbrarse entre las nacionesmás poderosas del planeta. Toda su historia ha sido planificada coneste fin.Mas, para él, Nueva York es la ciudad de Tiffany y Edison, no la deMcKinley y Morgan. El Nueva York del nuevo ferrocarril subterráneo,el que comienza a desplazar a Chicago en la construcción de rascacielos,el de las bellas revistas ilustradas y el de los comics a la manera delYellow Kid. Su Nueva York, decididamente, es el de los ilustradoresCharles Dana Gibson y Richard F. Outcault, aun cuando en sus iniciosaprenda más de los ilustradores de sport, con un dibujo más limpio demodelado y de sombras, como Tad o Swinnerton. En una nota hecha ala familia desde la Academia Militar, con una letra desparramada, sinconmiseración alguna con la redacción y con más dibujos que texto, selee: «Nosotros tenemos un pisito [...] y vive el general Loynaz el queconocimos en La Habana y en su casa, donde vimos nacer una repúblicade una infeliz Isla encadenada en las garras del León Hispano. OjaláPapá viniera el verano que viene para que viera este país esos edificiosferrocarriles en los techos». 8 Todo este mundo, que ahora se le agolpa8Archivo Nacional de Cuba,Fondo 106Conrado W. Massaguer,expediente 2, legajo 1.29Massaguer.pmd 2926/10/2010, 16:52

9Nydia Sarabia: La patriota delsilencio. Bogotá, 2001, p. 58.30en los ojos hasta cegarle, quedará en su imaginación, en sus deseos,como una realidad a la cual habrá que volver en algún momento, pormás que sienta entonces que sus mejores horas son las de los días deasueto que pasa bajo el maternal cuidado de doña Ubaldina Barrancoy Guerra, viuda de Benjamín Guerra, quien constituyera con Martí yotros notables cubanos la Junta Revolucionaria de Nueva York.Hacia fines de su estancia neoyorkina vivirá en la casa de huéspedesque tiene en Liberty, en las montañas cercanas a Nueva York, CarmenMiyares. Allí, confiesa Massaguer, «me saturé de la vida del Apóstol». Yno podía ser de otra forma, tratándose de Carmita. Toda ella aún vive–y vivirá– del recuerdo de su Martí. «Había echado raíces en EstadosUnidos y temió, sin duda alguna, que las ideas de Martí no se plasmaranen lo más mínimo. (...) Ella siguió viviendo de su trabajo en la casa dehuéspedes, humilde y sencilla… (…) Fue celosa guardiana del único tesoroque le dejó Martí: su rica, ejemplarizante e histórica papelería». 9 Laestancia del joven Massaguer en la casa de Carmita tiene que haber sidouna perpetua lección de humildad, amor e historia. A su carácter sociableno le debió faltar tampoco el condimento del honor, que tan bien prodigabael espíritu irreducible de Carmita. Distante de allí, tanto como lo podíaestar Italia, Giacomo Puccini estrenaba Madame Butterflay, ópera quellegaría a ser una de las favoritas del futuro caricaturista.En 1905, Massaguer regresa a Yucatán. El padre, fiel a la tradición delas familias pudientes y ricas criollas, había venido preparando el futurode los dos hijos varones desde que los envió a estudiar a Norteamérica.Ahora, el nuevo paso para alcanzar ese futuro, era darles carrera... Pero,no en Yucatán, sino en la recién estrenada República, cuyo espectro deposibilidades profesionales parecía abrirse en demasía para los de suclase y compromiso político. Por lo que Conrado, a poco de llegar deNueva York, viaja de nuevo con el padre a La Habana, ahora con elpropósito de estudiar la carrera de arquitectura. Si bien esta carrera distade la profesión que lo haría un artista notable, delata ya su definitivavocación por el arte y el dibujo.Un día soleado –como tantos otros en la vida de todo cubano–, donJosé, en compañía de Conrado, visitará a un amigo suyo del Camagüey,Massaguer.pmd 3026/10/2010, 16:52

con el propósito de que le aconseje cuál es el mejor colegio para matricular«al muchacho». El amigo consultado resultó ser, sin duda, el másindicado: Enrique José Varona. Varona, desde la Secretaría de InstrucciónPública, realizaba entonces la reforma completa de los planes deestudios de la Universidad y los Institutos, generando un proceso pedagógicoy culturizador de espíritu tan elevado y patriótico como los deVarela y Luz, aunque por la época en que se produce, el suyo sería de mayoramplitud. En respuesta a sus detractores, que le criticaban el mayorespacio que en sus planes tenían las carreras de ciencia, el filósofo dijo:«A Cuba le bastan dos o tres literatos; no puede pasarse sin algunoscentenares de ingenieros. Aquí está el núcleo de mi reforma». Era la épocaen que algunos colegios particulares todavía no se caracterizaban portener nombres de hijos ilustres de la patria, por lo que ostentaban cadauno, que a veces parecían más apropiados para una ferretería que parauna escuela. Este fue el caso del que les recomendó Varona: La Gran Antilla,sita en Aguiar 71, entre Obispo y Obrapía.La elección de la carrera de arquitectura era todo un síntoma de la vocaciónque sentía Conrado por el dibujo, porque no de otra forma elpadre la hubiera aprobado, desestimando otras que, para los valores dela época, tenían más futuro. Y en esto de elegirles carreras a los hijos, lospadres de entonces eran... Pero no todo en don José era consentir. Bienrelacionado y vinculado profesionalmente con el comercio, no le faltaríainformación como para saber que entre todas aquellas carreras que podíanavenirse con la vocación de Conrado, la de mejor perspectiva económicaera, justamente, la de arquitectura. La riqueza que empezaba adetentar la burguesía cubana, tanto por el incremento de la producciónazucarera como por el regreso de los capitales que estaban invertidos enlos Estados Unidos, había empezado a generar una dinámica constructivaque no se detendría hasta treinta años después, aproximadamente. Laapertura de la Escuela de Ingenieros y Arquitectos en 1901, era el mejorsíntoma. Y hacia ella apuntaron todos los esfuerzos de don José, paracon su hijo. Tan así fue, que si para buscar escuela para la preparatoriarecurrió a la sabia orientación de Varona, para desarrollar el dibujo, lo llevóal estudio del que, sin duda alguna, empezaba a ser el humorista políticoemblemático del republicanismo cubano: Ricardo de la Torriente.31Massaguer.pmd 3126/10/2010, 16:52

32De esa visita, recuerda Massaguer: «(Torriente) me citó para el caserónde la Academia San Alejandro, en la calle de Dragones, para que mematriculara en la clase de antiguo griego (de 7 a 8 de la noche). A los oncedías o noches, me declaró cortésmente que yo no tenía nada queaprender allí, y que fuera a pintar con el glorioso Romañach en el pisoalto». El paso del dibujo a la pintura, no era el más conveniente entoncespara el joven estudiante que aspiraba a ingresar en la Escuela de Arquitectura,por lo que pospuso tal empresa para otro momento. Sin embargo,por segunda vez, el destino de la nación cubana lo hizo interrumpirlos estudios. Tomás Estrada Palma se reelige presidente en comicios impopularesy fraudulentos. Se desata la llamada Guerrita de Agosto (1906).El gobierno, incapaz de sofocarla, pide la intervención de los EstadosUnidos. Por segunda vez, en menos de diez años, la bandera de la EstrellaSolitaria es arriada, para que en su lugar ondee la de las barras y lasestrellas. Su tutor y pariente, don José Pujol y Mayola, en vista de lasituación política reinante, decide ponerlo en un barco junto a su hermanoJosé rumbo a Yucatán.El regreso a Yucatán fue frustrante. De estudiante pasó a cobrador depropiedades. Los hermanos Arturo y Julio Ríos, amistades de Massaguery propietarios del bisemanario La Campana, en conocimiento de susaptitudes para el dibujo, y, quizás, porque lo quisieron ayudar o porquerealmente no había otro artista disponible en Mérida que lo hiciera, lepropusieron la plaza de caricaturista. Al principio, Massaguer no aceptó.No es lo mismo llamar al Diablo que verlo venir. Pero otro amigo, de losmuchos que tenía –y que siempre tuvo–, lo estimuló a aceptar, recordándolela caricatura que le había hecho anteriormente en un viaje por barco.Y como todo lo importante en la vida se da por añadidura, con lacaricatura de este desconocido, no sólo inició su sección «Gente de casa»en el citado periódico, sino que, a partir de entonces no la abandonaríajamás, convirtiéndose en su mejor ariete para obtener cuantas relacionesy empresas tuvo a lo largo de su vida profesional.Con su entrada como caricaturista de La Campana, Massaguer iniciósu más fructífero período yucateco. La ciudad de Mérida enseguida conociólas cualidades del joven artista cubano, quien se convirtió de lanoche a la mañana en su más notable caricaturista, así como colabora-Massaguer.pmd 3226/10/2010, 16:52

dor de sus dos más renombrados impresos: la revista La Arcadia y elperiódico Diario Yucateco. Para suerte suya, sus primeros «incidentes»en la profesión no fueron del conocimiento del público lector. Mediosiglo después, en su autobiografía, los narraría con una mezcla de sanoorgullo y humor, tal vez, como último homenaje al pueblo que «quedógrabado para siempre» en su corazón.«En aquellos días de 1907 –recuerda Massaguer–, no había fotograbadoen la ciudad de Mérida. Los grabados de La Campana se encargabana talleres de La Habana o de la capital de México. Otros, engrandes ocasiones lo hacían en piedras litográficas. Y a menudo se buscabaun indio grabador en madera, que lo hacía calcando el dibujo, delpapel al boj. Entre las primeras caricaturas que hice de personalidadesde la sociedad, me encargaron la “triste figura” de un señor GonzálezPérez, que era el Jefe de la Oficina del Timbre Federal, a quien por másde una razón no lo querían mucho en Mérida. ¡Era de otro estado ycobraba!, eran dos razones de peso. Aprovechando un gran papel queposeía hice una fea pero decorativa silueta del magro caballero, y sinpensar en el procedimiento de grabado en madera se lo envié al grabador.En la mañana de la aparición del próximo número, cuando faltabandos horas, para echar a andar la “rotativa” que no rotaba bien, se apareceel artista con una tabla donde estaba grabado en alto relieve la figuradesmedrada y larga, como un folletín, el Shylock de marras. ¡Para quéfue aquello! Los humoristas y hermanos Ríos no le vieron la gracia, y meincreparon duramente, pues el maderón aquel no cabía en la primerapágina de La Campana... Se me amenazó con dejarme cesante. Yo meespanté. Era mi primer sueldo como periodista, que se me iba de lasmanos. Pensé rápidamente como un Napoleón antes de una de sus batallas,y me llevé el trozo de tabla, al fondo del taller de la imprenta. Pedíal bondadoso regente un serrucho, y acometí mi tarea. Dividida en dospor la cintura, yo mismo encajé la parte superior en la primera plana yla inferior en la última, donde le añadí: “Viene de la primera”. Y así salióa la calle. El éxito fue instantáneo. La Campana salía dos veces a lasemana, y se vendía lentamente al transcurrir esos días. Esta edición sevendió TODA en esa mañana. Los yucatecos riéndose del personaje,se las cobraban al cobrador».33Massaguer.pmd 3326/10/2010, 16:52

34La anécdota, ilustrativa de su condición de comunicador en un períodotemprano de su carrera, ejemplifica hasta qué punto las limitaciones materialesy tecnológicas pueden ser un acicate a la imaginación y al talento,cuando ambas virtudes concurren en alto grado en un creador. Fue taneficaz la solución de Massaguer, que, aun cuando no se tiene la imagen,la descripción escrita de la misma y la intención que le dio de acuerdo alpropósito del mensaje, la hacen comprensible al instante. Asimismo, estehecho ejemplifica satisfactoriamente, cómo una solución de este tipo,dictada –en apariencia– por la improvisación, puede desencadenar unanueva actitud en un equipo de trabajo y hasta encarar de otra forma ladefinición visual de un medio de comunicación, sea este revista, periódicoo libro. No tengo a mano ni nunca he contemplado número alguno delcitado bisemanario yucateco, pero no tengo la menor duda que la experienciade Massaguer, en particular, la del comentado número, amplió lasmiras profesionales de los más despiertos operarios y activistas de aquellapublicación y, por consiguiente, de la publicación misma.A este primer incidente, le sucedieron otros, que casi ponen a Massagueren la cubierta del Ipiranga (buque que alcanzara notoriedad –más de laque ya tenía– cuando en él salió hacia el exilio el ex presidente de Méxicodon Porfirio Díaz). El último de estos incidentes gráficos, versó sobreuna orla que tenía por motivo ornamental balanzas de la Ley, en correspondenciacon el asunto de la impresión: los retratos de los nuevos magistradosde la Corte Suprema del Estado de Mérida. «Mis “balancitas”no estaban al fiel –recuerda jocoso Massaguer–, pues las puse decorativamentebailando alrededor de los retratados. Afortunadamente los señorescomprendieron que yo era tonto, pero incapaz de agredir a los intérpretesde la Diosa ciega y armada».Según Massaguer, no ocurrieron más incidentes desafortunados, y síuna colectividad que durante 1907 se acostumbró y hasta agradeció aljoven caricaturista variopinto sus divertidos dibujos y caricaturas, animandotanto el tono de las atildadas publicaciones como la monótonavida de una ciudad provinciana. La buena acogida que tuvo su trabajo,por supuesto, lo estimuló, dándole confianza para proseguir su carreracomo profesional en un medio y en una manifestación que eran apenasconsiderados para artistas de menor cuantía. No es casual, pues, que alMassaguer.pmd 3426/10/2010, 16:52

escribir su biografía con motivo de sus cincuenta años de vida profesionalactiva en las llamadas artes gráficas, lo haga a partir de este año, cuandoocurrió su iniciación como caricaturista en La Campana. Para iniciosde 1908, inesperadamente, todo acabaría, cuando el padre, ya achacoso,decidió repatriarse. Atrás quedó Mérida, Yucatán, la niñez y una partemuy noble de su juventud; la otra, la completaría en La Habana, y noprecisamente recibiendo clases o mirando el puerto desde el balcón dela esquina de Jústiz y Baratillo.35Massaguer.pmd 3526/10/2010, 16:52

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Conrado W. Massaguer crece y madura en una época escindida en losocial, económico y político, regida por un tiempo que acaba y otro quecomienza. Es decir, crece y madura entre la Colonia y la República, entrela guerra y la paz; entre la injerencia extranjera y los simulacros de democraciade una clase irrealizada como burguesía moderna, que llega a laRepública con un desfase de medio siglo en relación con sus homólogasdel continente; entre el recuerdo de los grandes héroes de las gestasindependentistas y los oportunistas de última hora, que se acogen a la máximamartiana «con todos y para el bien de todos», para introducirse ventajosamenteen la vida pública de la nueva patria y hacerla pedestal de sulucro personal, como tantas otras veces después. Así, también, entre dosculturas: la latina y la sajona; dos clases sociales: la media (en la que nace)y la high (a la que aspira); dos tendencias estéticas: la academicista y lavanguardista. Para mayor dualidad, nace bajo el signo de Piscis; aunquesiempre fue, o casi siempre, el pececito de arriba.Estos pares opuestos, en tanto particularidades de una época, devienenpatrón del cubano promedio del período republicano y, por consiguiente,expresión del estado de frustración, pesimismo y corrupción que aquejaa casi todo el organismo social. Pero, en el caso de Massaguer, excepcionalmente,viene a constituir el de los escasos cubanos triunfadores. Yes que en él esta condición se verá sustentada por una más positiva ymoderna, al labrar su profesionalismo no en las versiones tradicionalesde la cultura y el arte, sino en una nueva, desprejuiciada y democrática,que le vendría dada por la novedosa y lucrativa actividad publicitaria.En otras palabras, mientras los de su clase aspiran a hacerse generales ydoctores, para luego encauzarse en la política y la burocracia gubernamental,él siempre aspirará a ser dibujante publicitario y caricaturista. Yaun más, mientras la aspiración no declarada de muchos jóvenes artistasera entonces poseer un cargo de profesor en la Academia San Alejandro,a él sólo le interesó tener imprenta y periódico... o sea, hacerse desus propios medios de impresión y comunicación, para imponer otraforma de ver, hacer y decir más acorde con su espíritu de empresa y losnuevos tiempos que corrían.Capítulo II1908-191537Massaguer.pmd 3726/10/2010, 16:52

38Ambos géneros, el de dibujante publicitario y caricaturista, no eranbien vistos ni por los artistas académicos ni por muchos de los antiacademicistasque a partir de ahora empezarían a pulular en los prediosartísticos de la capital, por considerarlos, en el mejor de los casos,de «arte menor», cuando no un arte envilecido, prosaico, sólo apto deconsumarse como propaganda. Todavía Picasso y Braque transitan porla etapa empírica del cubismo; incorporan a sus telas páginas de periódicos,naipes, anuncios publicitarios, etcétera, con lo que el «arte mayor»empieza a asimilar la nueva cultura de la máquina. Tampoco es deobviar, que si en lo económico y político Cuba había pasado a ser neocoloniade los Estados Unidos, en lo cultural seguía siendo libre e independiente,al menos, en lo tocante a su cultura de vanguardia. Dialécticamente,este independentismo cultural, por llamarlo de alguna forma,será expresión de la gradual frustración de la burguesía cubana comoclase material dominante, al irrealizarse por segunda vez como clase burguesamoderna, dada su dependencia económica y política a un nuevopoder foráneo.De ahí que en el campo de las ideas –entiéndase también la literatura yel arte– comience a verificarse un gradual desarrollo, que, en sentidocontrario al del poder dominante, irá creando las bases para la transformaciónrevolucionaria. Lo que no fue posible alcanzar en el plano material,sí lo será en el espiritual. Así había sucedido en la Colonia, en losorígenes de la nacionalidad cubana, de Heredia a Martí. Así sucederá enla República, de Boti a Guillén. El corolario colonial: dos grandes guerrasde independencia; el republicano, dos revoluciones: la del 30 y la del 59.No otro será el ámbito cultural y patriótico formativo de los cubanos dela llamada Generación del Centenario y de los que hicieron posible laprimera revolución socialista del hemisferio occidental. Lo que en ciertamedida refrenda la reciente revalorización de la República por el saberacadémico dominante. En último análisis, cabe decir, que para lo jovenque era –¿qué son cincuenta años en la vida de un país?–, no fue mejor nipeor que otras, incluida la idílica de Platón.La República por la cual Massaguer había apostado, como tantos otrosartistas e intelectuales de su generación, era entonces toda una promesa.Así nos los hace ver este fragmento de un editorial de la revista Cuba yMassaguer.pmd 3826/10/2010, 16:52

América, que dirigía el notable intelectual Raimundo Cabrera: «contribuira la cultura y regeneración del pueblo cubano. Recordarle su historia,sus ideales, la especialidad de su estado político y su deber de afianzarsu Constitución con la práctica recta de los principios democráticos quela informan: de desprenderse de los errores e influencias de su pasado yregir sus destinos con personalidad propia y espíritu americano». 1 Mientrasque un joven intelectual nombrado Fernando Ortiz, con motivo del121 aniversario de la Sociedad Económica de Amigos del País, expresaba:«Seamos nosotros como ellos fueron ayer, para que nuestros hijos sigandisfrutando mañana de lo que a ellos debemos: la nación, la democracia,la libertad». 2 Así lo entendió lo más granado de la intelectualidad cubanade la época; también Massaguer.Al llegar a La Habana, el joven se siente tan ufano de volver a la patria,como de ser un ciudadano del siglo XX. ¿Pensó en algún momento queiba a ser uno de los protagonistas del segundo período «independentista»de la cultura cubana? No lo sabemos, pero es casi seguro que sí. Nadieactúa si no posee una ambición, nadie se destaca si no posee un sueño.Además, tiene la suerte de no haber vivido de manera directa la experienciade dos intervenciones norteamericanas, ni los problemas sociales ypolíticos de la primera hora de la nación. A la joven República la identificócon su juventud, y también con una forma de democracia que yatenía en la norteamericana su paradigma: sociedad que admiraba –comotantos otros– a despecho de los conflictos suscitados por la EnmiendaPlatt y las intervenciones militares. De él cabe decir, que de haber sidoun novelista, hubiera representado la versión cubana de Henry James,quien aspiraba a ver a sus conciudadanos como un inglés y a los inglesescomo un norteamericano. Sin embargo, en lo que al espíritu respecta,también dirige su mirada a Europa y Suramérica, cuando no a sí mismo.Su sueño es ser un hombre de su tiempo, lo que en clave massaguerianase descodifica como un hombre de los mejores momentos y lugares desu tiempo.Entre sus contemporáneos, Massaguer es de los primeros en desembarazarsede arbitrarias jerarquías artísticas y de géneros. Como encualquier otro tiempo, esto no se lograba sin esfuerzo y talento. Muchomenos en un ámbito gráfico que se hacía cada vez más competitivo,1Instituto de Literatura yLingüística de la Academia deCiencias de Cuba: Diccionariode la literatura cubana.Editorial Letras Cubanas, LaHabana, 1980, t. I, p. 260.2Citado por GuillermoRodríguez Rivera: «Prólogo», enJosé Z. Tallet: Poesía y prosa.Editorial Letras Cubanas, LaHabana, 1979, p. 6.39Massaguer.pmd 3926/10/2010, 16:52

40como resultado de la creciente comprensión por parte de políticos yempresarios de las ventajas que le ofrecía la retórica persuasiva de lapublicidad en la consecución de sus respectivos objetivos. Hacerse deun espacio era a veces más difícil que hacerse un profesional, aun cuandola juventud de la República la hacía más proclive a generar espaciosque reconocimientos profesionales. No obstante, en la práctica, y a medidaque las aguas iban tomando su nivel, empezó a constatarse el conocidoaxioma: para el bueno siempre hay un lugar arriba. De ahí quela inmediatez derivada de la actividad periodística durante estos añosde alza, no escape a su vocación básica: la caricatura, la cual le permitirálas relaciones sociales primeras y la base económica inicial paraencarar lo nuevo que de arte nacía con el siglo.En efecto, en Águila 5, en la pensión que regenteaba el poeta y cronistade El Mundo, Próspero Pichardo, Massaguer encontrará la tertulia propiciapara relacionarse con algunas de las figuras que ya eran parte esencialde la vida artística y literaria del momento, como el crítico BernardoG. Barros y los escritores Pedro y Max Henríquez Ureña, Lola Rodríguezde Tió, Luis Felipe Rodríguez y Alfonso Hernández Catá, entre otros. Espor este último escritor, que conocerá a Jesús Castellanos en la redacciónde La Discusión. Recién había ganado Castellanos el premio en losJuegos Florales del Ateneo de La Habana con su novela La Conjura, ysus artículos eran de los más selectos de la literatura cubana del momento,si bien había tenido el poco tino de pronosticar que Paul Verlaine yArthur Rimbaud no serían leídos en el nuevo siglo. Castellanos, diez añosmayor que Massaguer, lo acogió con deferencia y lo estimuló.Ambos tenían experiencias parecidas: Castellanos había cursado estudiosde dibujo en la academia San Alejandro, los que continuó en la deSan Carlos de Ciudad México, y pasado la última guerra en Yucatán. Devuelta a la patria, matriculó la carrera de arquitectura, y, por si fuerapoco, alcanzó cierta notoriedad como caricaturista durante el períodointerventor, aunque por estos años su mayor prioridad era capitanearuna nueva generación de literatos con vista a darle continuidad a la mejorherencia de la literatura cubana del siglo anterior, bruscamente interrumpidacon las muertes de Martí y Casal.Sin embargo, todo parece indicar que mucho más productivo fue el encuentroen la redacción de El Fígaro, ubicada en Obispo 62. A ella llegóMassaguer.pmd 4026/10/2010, 16:52

Massaguer, una vez más, de la mano de Hernández Catá, quien sin muchopreámbulo, como se acostumbra en el medio periodístico, le presentóa «un viejo conocido», Enrique José Varona. También conocióaquella «tarde plena de sol» a Antonio Zambrana, Manuel Sanguily,Figarola Caneda (que luego lo llevó a su tertulia), Manuel Serafín Pichardo,Federico Urbach, Aniceto Valdivia (Conde Kostia), así como al dibujantey escultor colombiano Tobon Mejía, y al gráfico y viñetista LuisLacalle, autor de un grabado de Martí, justo a inicios de siglo, que bienhabría podido firmarlo en los sesenta algún artista adscrito al op art. Enla tertulia de Figarola Caneda conoció al joven Emilio Roig de Leuchsenring,quien en 1912 ganaría el primer premio en el concurso humorísticoconvocado por El Fígaro, con el artículo «¿Se puede vivir en LaHabana sin un centavo?». La veta humorística y costumbrista de Roig leganaría la amistad de Massaguer.Parece que la animosa figura de Massaguer y su pequeño curriculumcomo caricaturista –no otra profesión podía mostrar–, fueron recibidoscon simpatía por aquellas personalidades, ya que de sus memorias poco onada puede sacarse en claro, que no sea un culto a la sociabilidad. Decierto, sin embargo, queda su relación con la afamada revista y sus colaboraciones,en tanto se iniciaba como caricaturista beisbolero en las páginasdeportivas del periódico El Mundo. También a partir de este añocolabora con Cuba y América y El Tiempo, de Raimundo Cabrera, y ElHogar, de Antonio G. Zamora, amén de otras publicaciones de menorimportancia. Como siempre ocurre en los inicios, no todos le pagaron lascolaboraciones, ya que no de otra forma se explica que mencione a Cabreray a Zamora como ejemplos de buenas pagas.Pero al margen de estas curiosidades personales, son El Mundo y ElFígaro las dos publicaciones determinantes en este su primer encuentrocon el nuevo periodismo de la República. El subrayado no es gratuito. Lode «nuevo periodismo» está fundamentado en los cambios que en la prensaperiódica cubana ocurrirá en este período y que influirán en las futurasempresas editoriales de Massaguer, igual de trascendentes que su obrahumorística. Massaguer debutará en un periódico que deviene emblemáticodel paso del periodismo de la Colonia al de la República.En consecuencia, caracterizar El Mundo, es caracterizar a aquellos periódicosque devienen exponentes del nuevo periodismo republicano:41Massaguer.pmd 4126/10/2010, 16:52

3El 27 de diciembre de 1874,cerca de su natal Cárdenas,en el Palmar del Junco,se celebró el primer juegode pelota que recogela historia deportiva de Cuba.Los equipos contendientesfueron Matanzasy La Habana.42introducción de los avances tecnológicos en los medios de impresión, loque redundará en una más adecuada presentación y jerarquización de lainformación, así como del buen uso de los recursos gráficos de carácterestético-comunicativos; aumento del número de páginas y variedad de formatos,generalmente de mediano a grande; mayor variedad de temas informativos,mayor inmediatez y difusión de los mismos en el ámbito nacionale internacional; reelaboración de la noticia con un sentido creativo,y acentuación de las diferencias entre columnistas y editorialistas. Algunasde estas características se plasmarán como primicias en El Mundo; notablemente,el uso de tricromías y anuncios publicitarios a color, hacersetodo por impresión mecánica, así como introducir las ocho columnas y lacrónica social ilustrada con una periodicidad diaria. Por último, en 1904comenzó a publicar un importante suplemento dominical de carácter literario-culturaltitulado El Mundo Ilustrado. Este será el periódico al quellegará Massaguer, por mediación de Víctor Muñoz, para hacer caricaturasrelacionadas con la página de béisbol.Desde el último cuarto del siglo XIX el béisbol venía acaparando la atenciónde los cubanos. 3 Se dice que los cubanos independentistas lo introdujeronde los Estados Unidos, su lugar de origen, con el propósito decontrarrestar un espectáculo de evidente filiación hispana: las corridasde toros. Sea como fuere, el deporte de las bolas y los strikes se aplatanó de talforma que más de un periódico de este período lo tuvo como asunto de iniciación,para después, gradualmente, pasarse con guante, pelota y batea los contenidos propios de la literatura y el arte, con lo que culminó unade las mutaciones más curiosas y sorprendentes de la historia de los mediosde comunicación. La máxima latina: mente sana en cuerpo sanotodavía se cumplía al pie de la letra. Ella perduraría hasta las Olimpiadasde Berlín (1936), cuando el régimen fascista, por primera vez, hizo deestos juegos extensión de la política, al buscar en la superioridad competitivauna forma de evidenciar la superioridad de un Estado u ordenpolítico.De ahí que si El Mundo (1901-1969) fue el primer periódico de lamodernidad cubana, El Fígaro (1885-1933) sería el más emblemáticode la transición del béisbol a la literatura, que es, como decir, de la Coloniaa la República. De órgano del béisbol pasará a convertirse en unosaños en órgano del movimiento literario más importante de la lenguaMassaguer.pmd 4226/10/2010, 16:52

española en el siglo XIX: el modernismo. «De palo pa’ rumba», El Fígarole deberá a esta singular mutación el lugar destacado que llegó a ocuparen la historia del periodismo cubano. A lo que no menos contribuyósu larga trayectoria. Fundado dos años después de ver la luz otra revistaemblemática de fines de la Colonia: La Habana Elegante (1883-1891;1893-1896), transcurrió en paralelismo con esta hasta su cierre en 1896,para proyectarse en el nuevo siglo hasta las postrimerías del machadato.De hecho, la revista con la que empezará a colaborar Massaguer casi alunísono de su entrada en El Mundo, también será un medio tan singulardesde todo punto de vista como este último diario.En El Fígaro, sin embargo, Massaguer encontrará la oportunidad deiniciarse más plenamente en la verdadera caricatura, puesto que lo hechoen la página deportiva de El Mundo no era indicador de la posiciónque pronto alcanzaría su trayectoria en este arte. Pero, sobre todo, algo quees muy importante para todo joven que comienza: le proporciona la oportunidadde relacionarse con verdaderos profesionales del periodismo,las letras y las artes. Por El Fígaro pasaba todo o casi todo lo que brillabaen La Habana, tanto nativos como extranjeros, por lo que el espacioera ideal para conocer, discernir, proyectar... En tanto, el joven Massaguerdibuja, estudia. Allí conoce a Jaime Valls y Rafael Blanco, figuras quecomenzaban a marcar pauta en el dibujo publicitario y la caricatura, respectivamente.Valls, apenas un año mayor que Massaguer, será, sin embargo, un ilustradorrelacionado ya con los reclamos informativos y de mercado denuevo tipo con los que empieza a identificarse la ascendente burguesíaen el poder. Nativo de Cataluña, 4 como los antepasados de Massaguer,cuando se establece en La Habana a inicios del siglo es poseedor de unasólida formación académica en pintura y escultura, así como de una formade hacer que lo relacionaba con el espíritu propio de lo que se dio enllamar la Renaixença (Renacimiento) catalana, cuya más alta expresión artísticase correspondió cronológica y estilísticamente con el art nouveau,aunque, por más de una razón, nacionalizado en esta región de la PenínsulaIbérica como modernismo. Valls desarrolló su vida profesional en Cuba,con la misma solidez y elegancia que lo hizo en sus mejores ilustracionespara la publicidad.4Jaime Valls nació el 21 defebrero de 1888, en la localidadde Valls, Tarragona, Cataluña.43Massaguer.pmd 4326/10/2010, 16:52

44Rafael Blanco, en cambio, era el bohemio, el escéptico, el crítico, enuna sociedad –como en cualquier otra– donde los que empezaban amandar no tenían nada que ver con conductas de este tipo, aun cuandofueran artistas de talento. Amigo personal de José Raúl Capablanca, y,como él, ajedrecista de los buenos, no tuvo en este deporte ni en el arte elcontinuismo necesario que sí demostraron tener Capablanca, Valls yMassaguer, como para encumbrarse entre sus contemporáneos. Contodo, estos eran los mejores años de Blanco. Su presentación en El Fígaro,en 1906, no había sido tanto por lo que de revolucionaria tenía sucaricatura del ajedrecista alemán Emanuel Lasker, como por ser unaficionado al ajedrez que se dedicaba a hacer caricaturas. Poco tiempodespués, ya era más conocido como caricaturista que como ajedrecista.Con él empieza la caricatura moderna cubana. Sus caricaturas de Varona,Freyre de Andrade, Méndez Capote y Enrique Loynaz del Castillo,entre otras, años después, Massaguer las valorará como modélicas e inspiradorasde su arte.Sin embargo, la personalidad de Blanco no se avenía del todo con la deMassaguer. Aquél, más cáustico, dado a evidenciar los vicios que lanueva época arrastraba de la vieja como sombras inevitables y compañeras;éste, con una visión amable de la vida, no acierta a extraviarse enla denuncia, sino más bien a encaminarse de la mano del mejor costumbrismoheredado del humanismo burgués decimonónico. Blancoes demoníaco; Massaguer, apolíneo. Blanco será rechazado por su época.Massaguer, más que aceptado, reconocido. Esto explica que en lossesenta Rafael Blanco sea revalorizado por la crítica especializada en lamisma medida que Massaguer será soslayado, minimizado y hasta olvidado,al menos hasta fines de los ochenta. Blanco no alcanzó a ver eltriunfo de enero de 1959, Massaguer sí. Blanco, dada su sistemática críticaa la República, estará a tono con un momento de transformacionespolíticas y sociales radicales, que hizo tabla rasa de todo lo que en elperíodo histórico precedente no tuviera que ver, directa o indirectamente,con una acción y un pensamiento que argumentara a favor del nacienteproceso revolucionario de carácter socialista. Blanco expresaba la frustraciónde las clases desposeídas y mayoritarias de la sociedad; Massaguery otros notables artistas, el ideal de la recién constituida «democracia»de igualarse en lo cultural con las más representativas del orbe. BlancoMassaguer.pmd 4426/10/2010, 16:52

fue un caricaturista extraordinario, sus influencias hay que rastrearlas entrelas luminarias francesas de este arte a mediados del siglo XIX, en particular,Honoré Daumier. Las de Massaguer están ahí, son visibles desde el granconcierto de talentos de la caricatura moderna, de la cual es parte esencialy prominente. Blanco se anticipó a su tiempo, Massaguer fue su tiempo.De ahí la incomprensión hacia la obra de aquel y el reconocimiento de lade este por parte de sus contemporáneos. Ambos, sin embargo, tienenalgo en común: no alcanzaron a plasmar como imagen visual el fenómenodel imperialismo –lo que es más sorprendente en Blanco que en Massaguer–,aunque sus obras rebasan toda concepción regionalista o folclorista,insertándose en una dimensión de lo cubano que trasciende lo nacionalpara hacerse universal. Ambos, quiérase o no, son ya imprescindibles.Blanco y Massaguer llegarán a la palestra pública cuando en el mundodesarrollado de la época –particularmente, Europa– se establece la pugnaentre la ya caduca caricatura deformativa y la más actual o impresionista.La primera tendencia, la deformativa, era dominante en el periodismocubano, como una prueba más de lo que del pasado todavía sobrevivíaen la nación recién creada. La caricatura cubana, a diferencia de la literatura,no podía ostentar una historia de corte independentista. Sus principalesexponentes durante la Colonia (Landaluze, Cisneros, Villergas) yórganos de divulgación (La Charanga, El Moro Muza, Juan Palomo),como ya se ha dicho, eran contrarios a la independencia de la Isla. Dellado patriota apenas unos ejemplos, por razones obvias, concebidos enel extranjero. El primero: La vaca de leche y relevo de sus ordeñadores(1848), era una denuncia a la explotación de que era víctima la sociedadcubana por el orden colonial. Impresa en Filadelfia, la estampacaricaturesca circuló clandestinamente en la Isla, y su realización se leatribuye al novelista Cirilo Villaverde, complicado entonces en la conspiraciónde la Mina de la Rosa Cubana. En 1892, en Nueva York, fundaJosé Martí el periódico Patria. Cuatro años más tarde, Patria empiezaa publicar artículos, crónicas y sainetes de corte satírico que fustigan alanexionismo y al autonomismo. Al año siguiente se lanza el semanarioCacarajícara, editado por la colonia cubana en Nueva York, dondeempezará a colaborar como caricaturista Ricardo de la Torriente.45Massaguer.pmd 4526/10/2010, 16:52

5Citado por Eliades AcostaMatos: Los colores secretos delimperio. Editorial CienciasSociales, La Habana, 2003, p. 28.46Entre la guerra iniciada por los cubanos contra la metrópoli colonialen 1895 y la que concluyó con la intervención de los Estados Unidos en 1898,se da un proceso comunicativo en el cual la caricatura de este últimopaís llevará, sino la mejor parte, sí una de las más importantes. Teniendocomo medio de divulgación la gran prensa norteamericana, los caricaturistasse dedicaron con igual o mayor entusiasmo que los periodistasa justificar la entrada de su nación en la guerra, preparando a la opiniónpública para aceptar como inferiores y enemigos de la civilización a losespañoles. En la Introducción al libro Cartoons of the War of 1898with Spain from Leading Foreign and American Papers, se lee: «Nosería exagerado afirmar que no sólo la opinión pública, sino también lade los Congresistas estuvo más inspirada en las caricaturas de los periódicosque en los textos de sus columnas». 5 A la ridiculización del puebloespañol y su monarquía, le siguió la de los propios aliados de EstadosUnidos (cubanos, puertorriqueños, filipinos), como acto de anticipaciónvisual, en lo político e ideológico, del resultado último de un conflictobélico que, de guerra de independencia nacional, pasaría a convertirseen guerra imperialista.Llegada a su fin la guerra, la caricatura cubana nacerá en un período detránsito caracterizado por la ocupación militar norteamericana y el esfuerzodel pueblo –en particular, el rural– por restablecerse económicamente.Los más egregios sobrevivientes de la épica independentista sedieron entonces a un nuevo combate: defender el establecimiento de laRepública ante las pretensiones anexionistas del nuevo gobierno interventor.Se había luchado mucho y bien, y creado una cultura nacionalejemplar, para que tanto sacrificio e historia se perdieran de un plumazoa favor del oportunismo nativo y foráneo de última hora.La mayor parte de las publicaciones periódicas fueron reflejo de la nuevasituación política creada. Unas se agazaparon bajo la falda de los interventores(Diario de la Marina, The Havana Journal, The Havana Post),otras se declararon abiertamente independentistas (La Lucha, La Discusión),y hasta hubo una que se tituló El Anexionista. Su director, un talMatas, para promover la venta de la proyectada publicación, regaló laprimera tirada de tres mil ejemplares a los vendedores de periódicos, quie-Massaguer.pmd 4626/10/2010, 16:52

nes la quemaron al grito de «¡Viva Cuba Libre!». Tan digna respuesta tendríasu equivalente en La Lucha y La Discusión, los diarios más vendidosen razón de su trayectoria independentista desde los años de la guerra. Fueen estos periódicos donde afloraron las primeras manifestaciones caricaturalesde verdadera raigambre cubana, y se dieron a conocer los dos primeroscaricaturistas importantes del nuevo siglo: los ya citados Ricardo dela Torriente y Jesús Castellanos.Representativa del tránsito de la caricatura colonial pro española a larepublicana de vanguardia, fue cubana por el asunto, no así por la forma.Por la forma asumió la tendencia deformativa; pero, por el contenido, denuncióal gobierno de ocupación, sus maniobras para obstaculizar la creaciónde la República y, finalmente, la Enmienda Platt. Es, justamente, esteapéndice impuesto a la Constitución de la naciente República, por el cualEstados Unidos se reservaba el derecho de intervenir en la Isla, la causaque llevará a la embrionaria caricatura cubana a protagonizar el más descollantehecho político-comunicativo del período interventor. Para decirlocon palabras de Juan David: fue «una pelea de la caricatura contra la EnmiendaPlatt», en la que se manifestó «por primera vez cubana a caradescubierta y, sin percatarse de ello, antimperialista». 6He aquí los hechos descritos de manera sintética del antes citado texto:el 5 de abril de 1901, coincidiendo con la celebración de la Semana Santa,La Discusión presentó una caricatura del joven Jesús Castellanostitulada El Calvario Cubano. En ella, Castellanos presentaba al pueblocubano crucificado, «flanqueado por los dos ladrones, personificadosnada menos que por Wood (cabeza del gobierno interventor norteamericano)y el propio presidente norteamericano McKinley. Con atuendode centurión romano, el senador Orville Hitchoock Platt, lanza en ristre,hacía llegar a los labios sedientos del suplicado inerme una esponja empapadaen el vinagre de la enmienda. Cerraba la escena la Virgen Madre,símbolo en este caso de la opinión pública, preguntando: “¿No nosdeparará el destino nuestro Sábado de Gloria?”». 7 Wood ordenó la prisiónde Castellanos. El juez la ratificó al día siguiente con exclusión defianza. Manuel María Coronado, director de La Discusión, fue llamadopor Wood. Domingo Méndez Capote y José Miguel Gómez, en función demediadores, trataron de que el gobernador norteamericano reconsiderara6Juan David: La caricatura:tiempos y hombres.Ob. cit., p. 85.7Ídem, p. 87.47Massaguer.pmd 4726/10/2010, 16:52

8Juan David: La caricatura:tiempos y hombres.Ob. cit., p. 91.48los hechos. Coronado le dio una explicación a Wood, quien apaciguado,le pidió que la sustentara por escrito. Parece que el argumento de Coronadole satisfizo… o se hizo, en razón del cariz antiyanqui que empezabaa tomar la situación, ya que el interventor autorizó la reaparición delperiódico y dispuso la libertad bajo fianza de los inculpados.Esa misma tarde La Discusión lanzaba un nuevo ataque desde el editorialtitulado «Dos fechas»: «Suspendido por Weyler el 26 de octubrede 1896. Suspendido por Wood el 6 de abril de 1901». Imagen (caricatura)y letra impresa (editorial) iniciaban así una trayectoria gráficocomunicativade las más efectivas del periodismo cubano, tal y como severá en otros capítulos. Luego de un día de tregua, Castellanos caricaturizóa Wood coronado con un casco de bombero, en alusión al criterio popularde que «Wood como general era un buen bombero». Finalmentesucedió lo que Wood había querido a toda costa evitar: el asunto rebasóel ámbito insular; las dos cadenas de prensa más importantes de Norteamérica,la de Hearst y la de Pulitzer, presentaron los hechos comolocuaz testimonio del alza del sentimiento antiyanqui en la Isla. El gobiernode Wood entró en crisis. Pero, la muerte de McKinley a manos deun anarquista, vino a sustituir el caso cubano de los titulares y primerasplanas de los periódicos norteños. Con este respiro concluyó Wood elaño que le quedaba de gobernador en Cuba. El 20 de mayo de 1902, sefue, dice Raúl Roa, «como vino; en uniforme de gala, espadín al cinto ygesto de Aníbal. No obstante el empaque castrense y gestural prepotencia,los verdaderos cubanos lo vieron marchar desnudo, en pelotas, contodas sus lacras a la vista. Tal cual lo habían dejado nuestros caricaturistas,Castellanos al frente». 8Con la República, poco o nada cambió, a no ser la nacionalidad de loscaricaturistas y, por supuesto, la de los caricaturizados. Si en la Colonia losprimeros habían sido españoles y los segundos cubanos, ahora, unos yotros eran cubanos... liberales y conservadores. A estos se les sumó el Tío Sam,personaje-símbolo de la nación norteamericana –de Abraham Lincoln levenía su magra y zancuda estampa–, que tuvo como contrapartida a Liborio,personaje recreado por el caricaturista Ricardo de la Torriente del repertorioicónico de los álbumes de tipos y costumbres del siglo XIX cubano, en particular,del guajiro descendiente de isleño (natural de Islas Canarias) tipificadopor el bilbaíno Víctor Patricio de Landaluze.Massaguer.pmd 4826/10/2010, 16:52

Los primeros antagonistas de esas caricaturas, los liberales y los conservadores,serían un fiel reflejo de la nueva política de partidos que seestrenaba en la Isla y de las luchas entre estos para detentar el poder político,en tanto garante del económico; los segundos, el Tío Sam y Liborio,personajes representativos de las contradicciones y conflictos derivadosde una política imperial, que hacía de Cuba una neocolonia de su poderosovecino. Con todo, y para no pecar de incautos como muchos de loslectores de estos periódicos, en particular los de La Política Cómica deTorriente, hay que señalar que las contiendas visuales entre ambos personajes-símbolos,indirectamente, siempre dejaban una señal muy clara:a pesar de los pesares, el ideal último y supremo, la democracia, representabael mejor estatus político para Cuba, tanto en relación con elperiodismo de nuevo tipo como en sus relaciones con el mundo vía EstadosUnidos. En términos estrictamente periodísticos, esta realidad fuela que casi siempre expresó la caricatura de tendencia deformativa, tal ycomo lo había hecho en la Colonia vinculada al periodismo satírico proespañol.Sus principales exponentes (Leandre en Francia, Battinelli en Italia,Alonso en Argentina, Torriente en Cuba) tendieron a interpretar la caricaturacomo la deformación exagerada y grotesca de los cuerpos ylos gestos, haciendo énfasis en la cabeza. La hidrocefalia y el modeladode los caricaturizados dejaban poco resquicio al intelecto, a la expresiónvirtuosa de la línea, deviniendo casi siempre una «caricatura»de la realidad a caricaturizar. De ella diría Massaguer: «Casi siemprees el resultado de una pose larga y cansada o hecha con el auxilio deuna fotografía. De manera que el modelo, durante este lento proceso,pierde toda espontaneidad, todo “movimiento”». 9Contra esta tendencia de la caricatura y los que la asumieron para expresarla compleja y conflictiva realidad de la República en sus comienzos,reaccionó la nueva generación de caricaturistas y, en particular, sus dosfiguras más sobresalientes, Rafael Blanco y Conrado Massaguer. A la tendenciaimpresionista se adscriben ambos en señal de una correcta compresiónde la evolución de forma y contenido que en esta manifestaciónvenía operándose en el mundo, en particular, en Francia y Alemania. Con9Conrado W. Massaguer:Guignol. Úcar, García, S.A., LaHabana, 1922, s/p.49Massaguer.pmd 4926/10/2010, 16:52

10Conrado W. Massaguer: «Lacaricatura personal», en Social,marzo, 1923, p. 22.11Guy Pérez Cisneros: «Sobrela caricatura», enLas estrategias de un crítico.Editorial Letras Cubanas, LaHabana, 2000, p. 287.12Conrado W. Massaguer: «Lacaricatura personal». Ob. cit.,p. 22.50ella la caricatura se hizo un arte de expresión, en correspondencia con laidea de que todo rostro es portador de su propia caricatura. En consecuencia,se hizo menos literal y más reflexiva. La síntesis en el dibujo y elvalor expresivo de este en cuanto a la línea, se convirtieron en ejes deplasmación del definitivo y último rasgo del caricaturizado. Eso que Massaguerllamaría «el alma del individuo caricaturado» para «mostrarla almundo entre la maraña de rectas, curvas y tonos planos». 10 El crítico GuyPérez Cisneros se refirió en estos términos de los caricaturistas adscriptosa esta tendencia: «Más que al clown, más que al moralista, creo que debemosacercar el caricaturista al psicólogo». 11El antecedente más inmediato a esta tendencia se localizaba en elimpacto que, en el último cuarto del siglo XIX, había tenido entre losartistas franceses de vanguardia los dibujos y grabados japoneses, comoconsecuencia de la apertura del Japón al comercio mundial y la llegadade sus productos a Francia, cuyos envases venían diseñados con estampasde sus más ilustres escuelas de grabado. El paralelismo cronológicoentre la evolución del arte occidental y el japonés, que veníadesde los siglos XII y XIII, se puso entonces de manifiesto, cuando esteúltimo, previa experiencia con la técnica de la laca (siglos XVII-XVIII),encuentra al fin su propia estética, al privilegiar un grafismo de graninterés por los colores vivos y contrastados. El propio Massaguer al referirsea las fuentes de la caricatura que cultiva, escribe: «la que tuvo sucuna en el Japón, la patria de Utamaro y Hokusai y luego se fortalecióa orillas del Rhin germano». 12Esa influencia se expresaría de manera notable en la obra de Henri deToulouse-Lautrec; sus pinturas y carteles, en particular, el del cantanteArístides Braund, alcanza un grado de síntesis en la representación gráficadel personaje, que lo hace un verdadero antecedente de la caricaturaimpresionista. Van Gogh, por su parte, se autorretrata a la manera deun monje budista. Y Massaguer, para no ser la excepción, rediseña sufirma, al dividir el apellido arbitrariamente (MAS-SAG-UER) y darleuna disposición vertical a la manera de las estelas gráficas japonesas.El impacto no sólo llegó a la gráfica y la pintura, sino también a la cerámica,al diseño de interiores y al de muebles. Además de ser un buenejemplo de la tesis de que en arte los subgéneros a veces pueden engen-Massaguer.pmd 5026/10/2010, 16:52

drar géneros. El antecedente más lejano, sin embargo, se remonta hastaGoya en España, y Daumier y Gavarni en Francia, quienes, segúnMassaguer, «presintieron el movimiento», es decir, el llamado impresionismolineal. Nombre este último, que tomará del movimiento homónimode la pintura francesa, pero con el adjetivo lineal, para evidenciarsu carácter gráfico. Amén de otras manifestaciones como la música,la crítica literaria y el cine, que también recibieron el calificativo de impresionistas.Los pioneros: Sem, De Losques (muerto en la primera guerramundial) y Capiello, en Francia; Max Beerbohm, en Inglaterra; Blix yGulbranssen, en Alemania; Bagaría y Fresno, en España; Da Cámaray Guerreiro, en Portugal. En Latinoamérica, la renovación pasará porMéxico, Argentina y Cuba. México, con una gran tradición en la gráficade corte humorístico (Picheta, José Guadalupe Posada), tendrá en MiguelCovarrubias un artista universal, en más de un aspecto factible derelacionar con nuestro biografiado. En Argentina, Sirio, Cao, Mayol. EnCuba, Blanco y Massaguer.Blanco era la nueva revelación a finales de la primera década del siglo;Massaguer, la mejor de las promesas. Blanco era cuatro años mayorque Massaguer, lo suficiente, como para que en este momento de susvidas existiera una real diferencia generacional y profesional entre ambos.Cerca de Massaguer, Valls, y el más joven de todos, Enrique GarcíaCabrera. Pero, finalmente, ni el uno ni el otro tuvieron en la caricatura suforma más señalada de expresión.En Blanco, el impresionismo se hizo presente más por su particular formade expresar la realidad que por la realidad misma de las influencias externasactuantes. Blanco aspira, como señaló Henri Bergson, descubrir eldemonio siempre presente en el ángel. Su estirpe gráfica, aunque con menosabolengo que la de Massaguer, era más fuerte. En Massaguer, encambio, fue resultado de la superación, la constancia, el roce. Siempre usóun lápiz pequeño, para poderlo «perder» en el bolsillo; de forma tal, que lacharge (equivalente francés al vocablo italiano caricare, que significa cargar,agredir) resultara exitosa a la hora de caricaturizar a alguien, bien porquefuera reacio al acto de posar en público, bien porque asumiera posesque desvirtuaban la verdadera personalidad del retratado. En el convencimientode las virtudes que traía aparejada tal estrategia para la realización51Massaguer.pmd 5126/10/2010, 16:52

13Conrado W. Massaguer:Guignol. Ob. cit., s/p.52de una caricatura, estaba ya implícita su adscripción a la tendenciaimpresionista. Con todo, la reelaboró. Es decir, no se quedó en lo importadode la tendencia, sino que la adecuó a una forma muy personal desentirla, de expresarla, que finalmente no sólo la hizo más suya, sino tambiénmás cubana y universal.Massaguer tomó del impresionismo, por un lado, la idea de captar laexpresión exacta, el gesto y hasta el talante definitivo de una personalidad;por el otro, exaltar la simplificación de la línea, en aras de un mayorvigor plástico y desentrañamiento de raigambre psíquica. Característicasque se acentuarían con su desarrollo profesional, tanto en la caricaturacomo en la ilustración de asunto publicitario y humorístico, para particularizarun hacer que lo pondría a la par de aquellos que valoró comopadres de la nueva tendencia. Así lo hace saber en la introducción a sulibro Guignol, en más de un sentido, su credo artístico: «Cada individuotiene un rasgo fácil para el caricaturista; pero nunca se encuentra esterasgo en el mismo punto. A veces un zapato ajustado, un ojal florido, unmovimiento peculiar al caminar, deja entrever el alma del modelo (...) Yoconcibo la caricatura como obra del momento. Es un arte que puede serel resultado feliz de muchos años de práctica; pero que no halla el éxitotras el rebuscamiento obstinado de líneas superpuestas, para obtener ladefinitiva. La expresión se produce o se renueva cada segundo, ya seria,ya cómica... El expresarla, he ahí la habilidad del caricaturista. Unacharge se obtiene de momento, o después de un detenido estudio delmodelo. Pero la ejecución tiene que ser, a mi juicio, instantánea, exentade titubeos y enmiendas». 13A diferencia del pintor, Massaguer sabe que el caricaturista que se compadezcade su víctima, perece. El pintor pinta la máscara, el caricaturistala rasga. Y para ello no necesita tanto de los colores, como de la puntade un lápiz bien afilado. La línea se corrige con la línea. Él no tiene queembellecer nada. Su belleza le viene de una estética beligerante, que noencubre, saca; que no miente, denuncia. De ahí, quizás, el hecho ciertode que los dictadores y regímenes totalitarios la desprecien, aunque la utilicenpara desacreditar a sus críticos y enemigos. En gran medida la sátiray el humor se han hecho a expensas de la burla a la autoridad y al poder.A una parte importante del andamiaje dramático-humorístico del cineMassaguer.pmd 5226/10/2010, 16:52

silente norteamericano le asiste este recurso, el que bien se expresa enpersonajes tales como el policía, el cobrador, el capitalista, el político,sin excluir del todo al bombero, dado su evidente signo oficial.No obstante, la Iglesia, referente obligado de tantas otras formas de manifestarsela cultura política moderna, había sentado un precedente encuanto a la idoneidad de la imagen visual, deformada o divinizada, segúnel sentido del mensaje, en el proceso de concienciación e ideologizaciónde las masas analfabetas durante el medioevo. A los mensajes visuales designo positivo (la anunciación, la natividad, la cena, la resurrección) leopuso aquellos de signo negativo, casi siempre expresados por personajesdiabólicos, cuya plasmación en dibujos, relieves, pinturas y vitrales,entre otros medios visuales de las sociedades preindustriales, se convirtieronen expresión modélica de una nueva forma de coacción ideológicaque, en un plano estrictamente terrenal, el de las naciones modernas, seextrapolaría, por lo general, a la imagen del tirano de turno, del enemigode clase o del principal adversario político del partido dominante. Laexpresión popular «Es peor que el Diablo», al referirse a un enemigo entérminos personales o políticos, parece tener en este período su momentode eclosión. Pero, en todos los casos, fue el arte de la caricatura elque salió favorecido.No es casual, que los órganos de prensa revolucionarios y los de lospartidos políticos de los nuevos estados burgueses apelaran por igual aella para generar la necesaria conciencia patriótica y nacional en la poblaciónde sus respectivos países. Dos figuras representativas: BenjamínFranklin y Napoleón I. El primero, editor y caricaturista en el período demayor efervescencia revolucionaria de las llamadas Trece Colonias, fundadorde un paradigma de la prensa estadounidense, The SaturdayEvening Post; el segundo, como Bonaparte, le fue indiferente los caricaturistas;pero, como emperador de los franceses, no los vio con buenosojos. Tampoco al periodismo. No dudó en maniatar la prensa en arasde preservar la mejor imagen de su poder personal. De más de trescientosperiódicos editados durante la Revolución Francesa (1789-1792), elnúmero se redujo a trece dos meses después del 18 Brumario y a cuatrodurante el Imperio. 14 Napoleón intuyó entonces, como tantos otroshombres de genio después de él, lo que un coterráneo suyo y genial14Manuel Vázquez Montalbán:Historia y comunicación social.Alianza Editorial, S. A., Madrid,1985, p. 148.53Massaguer.pmd 5326/10/2010, 16:52

15Guy Pérez Cisneros:Las estrategias de un crítico.Ob. cit., p. 287.16Enric Satué: El diseño gráficodesde los orígenes hastanuestros días. Alianza Editorial,S. A., Madrid, 1988, p. 63.54caricaturista, el ya citado Sem, expresó de este arte: «¡Ah! Como cierray contrae enérgicamente su rostro. Se oculta, huye de mi mirada que lopersigue y lo escudriña. Pero lo estoy vigilando y mientras más se defiende,más lo envuelvo en una red intrincada de notas y de croquis, claros yprecisos como fichas policiacas, de donde ha de surgir el parecido. Envano, para despistar ese bertillonaje sin piedad, él, disimula: mis ojos comorayos X, lo penetran, lo atraviesan. ¡Ah! ¡Falso elegante, escondesbajo tu sombrero de Lock tu hocico de cerdo! ¡Tú, falso inglés, tratas deestirar tus cabellos de carnero! ¡Tú, falso cristiano, escamoteas tu nariz entu barba! ¡Vamos, abajo las máscaras! ¡Encorvad esa espalda jorobada!¡Arquead esas piernas zambas! ¡Es necesario mostrar su tacha; es precisoconfesar el origen y la raza aunque sea por los pies!». 15 Sin obviar, porsupuesto, que desde Napoleón hasta Sem, la caricatura sigue siendo «unaforma de lucha contra las ideas y las formas despóticas de poder, en unintento de minimizar su fuerza a través de la ridiculización, y en cuyo planteamientográfico se parte, a menudo, de la idea de dar la vuelta a la retóricametafórica con que suele expresarse la propia clase política a la cual sesatiriza». 16En términos culturales cada nueva generación es más vieja que la quele precede. Ella es legataria de un cúmulo mayor de conocimientos y deobras. El impresionismo, por supuesto, era lo contrario de lo deformativo,tanto como lo eran Blanco y Massaguer de Torriente. No obstante,Torriente llenó un vacío en los primeros diez años de República, que lohizo extensivo hasta los veinte, gracias a su condición de propietario delperiódico La Política Cómica, uno de los de mayor circulación de Cubae Hispanoamérica en su tiempo. Día a día él plasmó en sus páginas laimagen de lo que la oralidad ya había juzgado en la calle. Fijó el criteriovisual que sustentaban los cubanos de la problemática política entre partidosy entre Cuba y los Estados Unidos. De ahí que Liborio y Tío Samfueran ejes visuales rectores de una gráfica lo suficientemente literal comopara que todo el pueblo la entendiera. «Mi presentar a las naciones. Cubalibre independiente. Ol rait.», reza el texto de una caricatura de 1906, en laque el Tío Sam presenta a una mujer escuálida, con un cargamento decaña sobre los hombros. A sus pies yacen las cadenas recién rotas delcolonialismo; pero lleva al cuello una nueva, cifrada con el apellido Platt,Massaguer.pmd 5426/10/2010, 16:52

de la cual tira el nuevo amo. A estas imágenes se sumarían las complementariasde ambientación y contextualización: buques de guerra norteamericanos,sacos de azúcar, centrales azucareros, garrotes, cadenas, machetesy cuchillos cifrados con los nombres de las leyes y personalidades que susfilos amparaban o destruían según el caso , islas con cocoteros alusivas alarchipiélago cubano y antillano –a lo lejos, la Florida–. Este repertorio icónico,relacionado como estaba con la representación gráfica de aquellosasuntos del diario acontecer político del país, si bien adoleció de un altogrado de estereotipación, también evidenció su eficacia, al punto de llegara identificarse no sólo con la norma de codificación visual de Torriente,sino con la de una parte significativa de la caricatura política republicana,de la que no fue del todo inmune la de la Revolución.Torriente, sin duda, fue otro buen ejemplo para Massaguer. Si El Mundole había propiciado entrar en contacto con el nuevo periodismo, y ElFígaro relacionarse con escritores y artistas de talla, algunos entre losmás talentosos del momento, con Torriente «a distancia» aprendió la importanciade poseer imprenta y medios propios, aunque a diferencia deeste, su fin no era servirse de ellos para escalar en política, sino para contribuira crear un clima cultural nuevo, que lo pusiera a él y a su ideal delarte a la par de los esfuerzos que en tal sentido hacían los intelectuales ycreadores más notorios y de buena fe del país. Pero, sobre todo, aprendiólo importante que era la caricatura, y la infinidad de gamas expresivas dela comunicación visual para alcanzar tal autonomía y lugar.A sólo dos años de la llegada de Conrado W. Massaguer al mundo delperiodismo, este podía ya mostrar logros en lo social y en lo artístico quedelataban su talento para imponerse en ambos, así como para relacionarlossegún sus propósitos e intereses, en comprensión de que nuncahabían sido ni serían excluyentes. En lo social, se hace miembro del Ateneode La Habana, gestión que media el cronista de El Mundo PrósperoPichardo; en lo artístico, se asocia con Laureano Rodríguez Castells,para crear su primera agencia de anuncios, la que llama como el diosromano del comercio: Mercurio... e incursiona en el cartel. Con este medioempezaba a identificarse la renovación más decidida de colorido yforma de la vanguardia visual a escala internacional, abonando, por mediaciónde la publicidad, el colectivo social urbano para la asimilación delas nuevas tendencias.55Massaguer.pmd 5526/10/2010, 16:52

56En razón de ese interés, Massaguer no perderá la ocasión que le propiciael Certamen de Carteles efectuado en el salón de cine del Hotel Sevilla,durante los festejos invernales de 1911. Además, «daban tres premios yyo presenté lo que creía que era un cartel con colores planos». Sin embargo,a la hora de emitir su fallo el jurado, prevalecieron los prejuicios existentesal respecto, recayendo los premios en los pintores que «se limitarona ofrecer cuadros con letreros anunciadores de los Festejos». Massaguertuvo los votos de Max Henríquez Ureña y Julio de Cárdenas. Mas ello noimpidió que su cartel fuera relegado al segundo premio y luego al tercero,para finalmente quedarse sin ninguno. ¿Cómo premiar a un joven caricaturistaen un concurso en el que habían participado figuras consagradasde la pintura como Leopoldo Romañach, Armando Menocal, MarianoMiguel y Rodríguez Morey, entre otros? No obstante, parece que estabaen lo cierto, porque se trató de enmendar la plana, creándose al final dosaccésit, obteniendo «uno de estos, por el clamor de críticos y prensa». Almargen de tales incomprensiones y de los comprensibles tropiezos que leacarrea a todo creador el comienzo, los más jóvenes como Valls, Blanco,García Cabrera y Massaguer, continuaron concurriendo a cuanto concursoo muestra se realizaba en este novedoso medio de comunicación. A lavuelta de unos años ya habrán alcanzado prestigio como cartelistas, comolo pondrá de manifiesto la convocatoria librada por la Secretaría de Guerraa fines de 1918, y que comentaremos en el siguiente capítulo.En cuanto a Massaguer, lo que en los inicios le niega el cartel se lo darála caricatura, y esta vez el triunfo será rotundo. El primer paso ya lohabía dado al hacerse socio del Ateneo. El siguiente, formar parte de sudirectiva, junto a Giberga, Gelabert, Luis Azcárate y Rafael Fernándezde Castro, entre otros. Su ubicación en Paseo del Prado, esquina Neptuno,expresa la importancia de esta institución creada por iniciativaprivada el año mismo del nacimiento de la República, con el propósitode propiciar un espacio de encuentro y difusión de la cultura cubana.En efecto, Prado, pero sobre todo su entronque con el Parque Central,deviene entonces el nuevo centro cultural de la trama urbana capitalina:punto de encuentro y hasta de competencia entre las edificaciones delnuevo Estado y las construcciones que irán realizando las comunidadesMassaguer.pmd 5626/10/2010, 16:52

nacionales españolas (Centro Gallego y Asturiano), en un intento de expresarla continuidad, no ya del poder político, sino del económico.Para Massaguer, todas esas particularidades, aparentemente ajenas alhecho cultural que se proponía concretar, no pasarán inadvertidas, cuando,a menos de dos años de pertenecer al Ateneo, y a poco de obtener unode los dos accésit del comentado concurso de carteles, realiza en estainstitución su primera exposición de caricaturas. La noche del viernes 27de enero de 1911 fue la inauguración. La velada cultural la inició el pianistaHubert de Blanck; a continuación, la tribuna ateneísta fue ocupada porel crítico Bernardo G. Barros, quien dio una conferencia sobre lacaricatura contemporánea en Europa, Estados Unidos y América Latina,contenidos que después desarrollaría en su libro La caricaturacontemporánea, concluido en 1916 y editado en Madrid en 1918. Laexposición fue todo un éxito, casi todas las obras se vendieron. El Fígaroreseñó así el acontecimiento: «Pequeño resultaban aquellos hermosossalones para contener la inmensa concurrencia que asistió. Y es queademás de sus méritos, es tan popular Massaguer, tiene tantas simpatías...!».17 No menos fue la acogida que tuvo de la crítica; firmas consagradascomo las de Max Henríquez Ureña, Conde Kostia, Jesús Castellanosy la del propio Barros la favorecieron. Además, sentó un precedente:fue la primera exposición de caricaturas de Cuba y América. Estaprecedencia parece que «picó» a Rafael Blanco, «el Grande», quientambién hizo la suya al año siguiente en el Ateneo, donde expuso cientocinco caricaturas personales y escenas costumbristas. Repitiendo en1914, en la Academia Nacional de Artes y Letras, con una muestra deciento cincuenta caricaturas personales y dibujos artísticos.Estas exposiciones dieron temprana prueba del excepcional comienzode la nueva caricatura en Cuba: única de las tres manifestaciones emblemáticasde la vanguardia gráfica –las otras dos fueron el cartel y lailustración– en mantener una sostenida presencia en calidad y cantidaden nuestra cultura visual durante todo el pasado siglo. Sólo seguida decerca por el cartel, no dejó desde entonces de plasmarse con verdaderoacierto estético-comunicativo, generando una suerte de suma visual delos más importantes hechos y personalidades del acontecer nacional e internacionalde todos los tiempos, desde la perspectiva de un lenguajeque siempre se identificó con el ser y el hacer del cubano.17El Fígaro, 29 de enerode 1911, p. 65.57Massaguer.pmd 5726/10/2010, 16:52

58En 1918, el Congreso le concede a Blanco una pensión, con la cualviajará por México y los Estados Unidos durante cinco años. Sin embargo,poco o casi nada hará Blanco para dar a conocer su obra en elámbito gráfico de ambos países. Para entonces, Massaguer ya es Massaguer.Es decir, no es bandera de nadie, sino de sí mismo. Se costea suspropios viajes; no tiene que recurrir a pensión estatal alguna. Descubreaún joven lo que a otros les cuesta tiempo descubrir: mientras más seconcentra en su trabajo, más trabaja para el bien público y más reconocimientotiene. Hace de la cultura una política, en tanto forma muy suyade salvarla de la política. Paradoja que redundaría en su capacidad derelacionarse y relacionar a los demás en proyectos editoriales y culturalesde carácter integral, con los cuales pretendía crear un clima culturalnuevo –pretensión también de otros artistas e intelectuales del momento–aun cuando a veces se viera criticado por una injustificada preocupaciónde notoriedad.Llegados a este punto, se hace ya necesario ver al joven humorista decuerpo entero, tal y como lo vio por estos años el malogrado críticoBernardo G. Barros. Copiamos in extenso: «Conrado Massaguer es elmás joven de los humoristas cubanos. Su triunfo ha sido rápido y notable.En cinco o seis años ha realizado una labor verdaderamente asombrosapor lo que tiene de múltiple y fecunda. Enamorado del éxito, lo haperseguido con tenacidad. Su entusiasmo no ha decaído nunca. Es unode esos casos de irresistible vocación, mediante la cual los artistas acrecientansus ansias, sus esperanzas, sus alegrías y sus triunfos. Cuandoha concluido de realizar un proyecto, ya siente germinar otro distinto, yvuelven los afanes, los esfuerzos, la eterna y dorada ilusión con que relatao modifica los detalles. Massaguer es inquieto, nervioso, jovial. Es unmuchacho a quien nadie ha logrado ver todavía malhumorado o tristón.Su optimismo es como una fuente de inagotable surtidor. Su melancolíaes más bien una melancolía de buen tono; desaparece de momento antecualquier acontecimiento inesperado y trivial. Su conversación es siempremalintencionada, chistosa o sentimental. Hay días en que el chalecode uno de esos aristócratas improvisados le sugiere mil teorías y comentarios,que se escurren entre dos vermouths. A menudo, uno de esosMassaguer.pmd 5826/10/2010, 16:52

amores que él llama profundos le hace pensar que su vida es imposible,vacía, huérfana de un ideal. Y esto lo dirá vagamente adolorido, sin perjuiciode que el efusivo saludo de una manita enjoyada le sugiera unagran reverencia, tras la cual ha de decirle a un amigo:—¿No sabes quién es?... ¡Bonita muchacha!... La conocí en el últimobaile del casino. Elegantísima. Una conversadora de mucho sprit. Y conunos ojos...Y ya Massaguer no volverá a recordar su decepcionado amor hastaque se despide con un “Ya te contaré, chico... ve por casa... tengo muchostrabajos que enseñarte y muchos proyectos de que hablar”. Y aunasí, el amigo se quedará pensando en si durante la visita solicitada escucharálas palabras de un enamorado confidencial o de un artista quetiene una gran confianza en sí mismo». 18 Y estaba en lo cierto Barros. Lasociabilidad de Massaguer era tan consustancial a su personalidad comosu capacidad para trabajar y enamorarse a primera vista. Él mismo darátestimonio mucho después, en su sección «En esta Habana nuestra», delperiódico El Mundo, cuando rememora que, en compañía de sus amigosde entonces, casi todas las tardes, de cinco a siete, hacían el recorridoConsulado abajo, Prado arriba y San Lázaro a la izquierda. «En Consuladosaludábamos a las familias de Díaz, Guiteras, Manduley, ZaldoBetancourt, Caballé, Calves, Lago, Osuna, Gaytán, Sánchez Curbelo,Cancio Bello. En San Lázaro “paliqueábamos” con las lindas Adelita Campanería,Candita Arteta, Rosita Rodríguez Feo, Consuelo, Luisa y NoraNadal, las Rivera, Aimée de Lasa, Lolita Andricaín, Julita Cordovés, lasReyes Gavilán, las Mestre... Por Prado, paseando bajo los laureles, o enlos soportales y balcones las Recio Heyman, Lima, Coronado, SuárezMurias, la Torre», 19 y tantas otras jóvenes que hacían de aquellas tardesel placer mayor de caminarlas.Al otro día, recibirá en su estudio al talentoso Barros, el que, dispuesto aconcluir su retrato escrito para el libro en preparación sobre la caricatura,con ese tono muy suyo de guión radial, especulará: «Lo probable en esavisita es que Massaguer hable de todo un poco; tenga dos o tres flirtstelefónicos; reciba a unos cuantos escritores, a dos o tres compañeros desoirées y a algún comerciante que busca un dibujo para un anuncio. Todoesto sucederá por la tarde en un pequeño salón de su casa, donde hainstalado el atelier. Y allí, donde todo se confunde –retratos, porcelanas,18Bernardo G. Barros:Caricatura y crítica de arte.Editorial Letras Cubanas, 2008,pp. 153-154.19Conrado W. Masssaguer:«En esta Habana nuestra»,en El Mundo, 23 de septiembrede 1955, p. 8.59Massaguer.pmd 5926/10/2010, 16:52

20Bernardo G. Barros:Caricatura y crítica de arte.Ob. cit., pp. 154-155.60caricaturas, carteles–, existe una charla matizada de mil aspectos, mientrasalguien fuma y el comerciante (que está sentado bajo la mirada implacablede un retrato de Forain) expone la necesidad de uno de esos comentariostan sintéticos y metafóricos con que ahora se acostumbra anunciarlotodo». 20He aquí dos adjetivos: sintético y metafórico, los que no sólo parecenresumir el final de una trama tejida a expensas de la nueva condición deanunciante de Massaguer, sino también la cualidad última por la cual seráel introductor del anuncio ilustrado en Cuba. Parió la montaña, y parióun anuncio... de los cigarros Suzini, tal vez, o uno de esos pasquineselectorales, en los que la cara del político se presenta caricaturizada, endos o tres colores planos, creando una nueva modalidad de cartel político,sin precedente alguno hasta entonces. Y lo más importante, políticoy pueblo han salido complacidos: el primero al pagar; el segundo, alsonreír. En estos carteles, como en casi toda su obra presente y futura,puede decirse de Massaguer, lo que Sacha Guitry dijo de Capiello: «Hasabido dibujar a todos sin molestar a ninguno».La personalidad del artista comienza a definirse; deviene el caricaturistamás conocido, porque es el más popular. Se suscribe a Le Rire y LeJournal Amusant. Su continuo estudio de los maestros franceses y norteamericanosle empieza a reportar frutos más personales. Su técnica sevigoriza y afianza en el conocimiento de ambas escuelas, sin excluir lasaportaciones de la alemana (del Simplicissimus y del Justige Blafter),la cual le llega atenuada a través de los grandes ilustradores norteamericanos,y no de sus humoristas, generalmente mediocres. Mas, aún estápor encontrar el rasgo último que trace la línea definitoria de su poéticavisual, que lo desmarque de los otros, nativos y foráneos. Es cuestión detiempo, uno o dos años a lo sumo. La búsqueda continúa, pero ya con unaclara conciencia del objetivo propuesto. La madurez experimentada enmenos de un quinquenio así lo corrobora, al punto de sorprender a lacrítica especializada, incluido Barros. No otro será el sentimiento delcrítico, cuando en su insuperable retrato del joven caricaturista, concluyediciendo: «Massaguer ha resuelto el problema de trabajar mucho,vivir holgadamente con lo que le produce su arte, y no faltar a ningúnacontecimiento artístico, intelectual, deportivo o social. Su risa ancha,Massaguer.pmd 6026/10/2010, 16:52

infantil, de individuo despreocupado que lleva la suerte escondida en unbolsillo, aparece de momento en todas partes, disimulando la travesurade unas pupilas que acechan, se burlan, y al fin relampaguean, satisfechasde encontrar el punto característico, después de haber analizado unalma». 21 He aquí ya al caricaturista en toda su dimensión artística y humana.He aquí, también, una manera de hacer a la altura de los grandesmaestros internacionales del momento, entre los cuales, a poco, estaráél. Es este hacer el que le hará decir al no menos notable caricaturista yescritor Jesús Castellanos, a propósito de la exposición de 1911: «Desdelos tiempos de Landaluze no teníamos por acá un más fiel observadorde la realidad. Si con severa crítica se analizara su técnica habríadesde luego que marcarle mucho terreno por recorrer. Massaguer, académicamenteconsiderado, un simple discípulo de porvenir (...) Massaguertiene en cambio lo que no da la Academia. Su facultad eminente es lasorpresa del movimiento; sus caricaturas no se refieren al rostro más omenos expresivo del modelo. Allí está caricaturado todo: los zapatos, lasmanos, el sombrero, la persona, sus aditamentos, la posición frecuentedel conjunto. Desde este punto de vista son admirables las instantáneasdel Marqués de Esteban, de Max Henríquez Ureña –una trouvaille enlas manos–, la de Sanguily –que es más que una caricatura un bosquejopsicológico– (...) En la caricatura personal es un maestro este chiquillosonriente; de Losques, Sem, Capiello, le tenderían la mano desde sus lunetasen que sorprenden las sonrisas de las artistas parisienses. (...) Sufactura, sus poses, sus segundos planos, sus armonías de tonos, son lasde un maestro madurado en ambiente de Europa». 22Y más adelante precisa Castellanos: «Pero lo absolutamente propioen él, lo que fluye como un suave perfume de sus obras, es la gracia finade humorista, que campea siempre en algún detalle malicioso, en algúnatributo complementario de sus cartones. Lo que no ha dicho la figura lodice a veces un pequeño chirimbolo, un libro, un dibujo del lápiz quehace fondo, una viñeta insignificante que cayó fuera del rectángulo central.¿Verdad que os habéis fijado? Preguntádselo a las muchachas delargo talle y sombrero amplio, esas que le han servido a una vez de musasy modelos: ellas, que por la intuición del sexo, han aprendido ciertas cosasantes que sus compañeros de baile, os dirán todo lo que alcanza la ironía21Bernardo G. Barros:Caricatura y crítica de arte.Ob. cit., p. 155.22Jesús Castellanos: «Nuestroamigo Massaguer», en El Fígaro,2 de febrero de 1911, p. 87.61Massaguer.pmd 6126/10/2010, 16:52

23Ibídem.62de este alegre muchacho que tiene la frescura de retratarse con una rosaroja en el ojal». 23 ¡Qué distante este Jesús Castellanos de aquel que enjuiciaraa Massaguer apenas tres años antes! En tanto, el hombre de empresa,el editor, también quiere probar fuerza, darse a conocer. El momentoes propicio. Pero, como otras veces en su vida, antes es preciso ver, viajaral extranjero... a Nueva York.Lo que intuyó como estudiante de una academia militar neoyorkina, ahora,todo un caricaturista y profesional de la gráfica, se convierte en descubrimiento,asimilación, interpretación. El Nueva York de 1912, además, estodo un símbolo material y, por consiguiente, visual de la Norteamérica delsiglo XX. Su silueta urbana anticipa esta imagen. Ilustradores como CharlesDana Gibson y James Montgomery Flagg (autor del cartel más famoso dela Primera Guerra Mundial: «I Want You For U.S. Army»), y revistas comoCollier’s, Life y Look, la fijan e internacionalizan, así como la irán imponiendoen una Europa que empieza a dudar de la continuidad de su hegemoníaen la geografía de la cultura visual occidental. Massaguer, hijo deeste tiempo y de esta geografía, tanto como de los breves pero intensosprimeros cuatro años de experiencia profesional en el dinámico ámbitográfico de La Habana –en cierta medida reflejo de aquel–, verá reafirmarsecon claridad meridiana su vocación por las publicaciones periódicas y,en particular, por aquellas hechas tanto al despliegue visual (ilustración,fotografía, caricatura) como al arte, la sociedad y el cosmopolitismo. Hubo,sin duda, indecisión; pero no en cuanto al paso que tenía que dar, sino encuanto al lugar donde lo daría. ¿La Habana o Nueva York? Tiene entoncesveintitrés años.Una crónica ilustrada sobre sus impresiones de Broadway aparece enla edición dominical del New York American & Journal. A poco, recibeuna buena oferta. Todo parece apuntar que Nueva York será su ciudad.Pero, una vez más, los padres deciden por él, «ya que no veían conbuenos ojos mi estancia, solo, entre los rascacielos de Manhattan, dedonde surgían entonces las estaciones del subterráneo». Massaguer hijo,de nuevo los complace, y se dispone regresar. A fin de cuentas, el sacrificiosiempre será menor en La Habana que en Nueva York, aun cuandoduda del resultado que llegue a tener su arte en cuanto a excelenciagráfica y notoriedad, y el tiempo a consumir en el empeño. ExtranjeroMassaguer.pmd 6226/10/2010, 16:52

viene de extraño, parece ser una buena razón. Y si bien el ámbito gráficohabanero no puede compararse con el neoyorkino, aquel está tan necesitadode lo nuevo, como la ciudad que lo incita a quedarse.Además, está la Isla construida en la distancia. En todo cubano quevive en el extranjero, Cuba desempeña ese papel que le atribuyera MaríaZambrano, «de ser imán que atrae a la imaginación hacia algo primario,no corrompido todavía, de la naturaleza humana». 24 De estas sensacionesy reflexiones nacidas en la soledad de un cuarto de hotel, antes deempacar, quizás sacó en claro lo siguiente: lo que iba a ser en Nueva York,lo sería en menos tiempo en La Habana. En último análisis, si le iban biensus proyectos, La Habana estaba más cerca de Nueva York, que San Franciscoy Los Ángeles.En 1913 sucederán dos acontecimientos editoriales importantes en LaHabana: se fundan Cuba Contemporánea y Gráfico. Cuba Contemporáneaaparece el primero de enero; Gráfico, el 13 de marzo. En ambascolaborarán los más importantes intelectuales cubanos. La primeraserá mensual, para poder abordar con la debida profundidad de análisisproblemas candentes del momento nacional como el feminismo, la leydel divorcio, la enseñanza laica y las primeras indagaciones sobre lapsicología del cubano, entre otros temas de interés general. La segunda,semanal, evidenciará la misma preocupación por los asuntos más importantesde la realidad nacional e internacional.No obstante, su igual disposición a abrirse «a todas las orientacionesdel espíritu moderno», obra en una perspectiva del hecho informativoque podría llamarse intermedia, es decir, sin la extensión y profundidaddel intelectualismo implícito en Cuba Contemporánea, pero sin la inmediatezy superficialidad del diarismo dominante. A esta diferencia sesumará otra notable, que lo desmarcará aun más de Cuba Contemporáneay del resto de las publicaciones de su tipo existentes en el país: suevidente interés por un diseño gráfico más atractivo y contemporáneo,que se resumirá en un novedoso diseño de portada y de páginas, en lascuales predominará un amplio despliegue visual sobre la base de la fotografía,la ilustración y la caricatura. ¿La fuente? Massaguer no la oculta,cuando habla de la imprenta ubicada en Cuba y Amargura, «donde mehacían bastante bien la revista tal como la concebí después de estudiarlas neoyorquinas».24María Zambrano: Nostalgia yesperanza de un mundo mejor.La Verónica, La Habana, 1941.63Massaguer.pmd 6326/10/2010, 16:52

64Gráfico fue todo un éxito. Su novedosa concepción, en la que a vecesla imagen visual tiene un protagonismo igual o mayor que el texto, cuandono una estrecha relación, hizo más accesible sus mensajes al público.Gráfico llegó a alcanzar una tirada de 15 000 ejemplares, a lo que tambiéncontribuyó su precio de 5 centavos y una lista de colaboradoresigual de prestigiosa a la de Cuba Contemporánea: Fernando Ortiz, RafaelMontoro, Enrique José Varona, Fray Candil (seudónimo de EmilioBobadilla), Arturo Carricarte, Emilio Blanchet, Mariano Brull, AlfonsoHernández Catá, José María Chacón y Calvo, Julio Villoldo, Federico deIbarzábal, Enrique Gay Calbó, Dulce María Borrero, Gustavo Robreño,José Antonio Ramos y François G. de Cisneros.La oficina de la revista se ubicó en el entresuelo del Palacio de la Condesade Santa María de Loreto, donde luego se construyó el Royal Bankof Canada. En el proyecto fundacional se asociaron a Massaguer, Willyde Blanck, quien fuera su primer jefe de redacción –cargo que ocupóEmilio Roig de Leuchsenring a partir del número 18 hasta el 95, en quefue sustituido por M. Donaciano Rivas–, Laureano Rodríguez Castells–ya asociado con él en la agencia de anuncios Mercurio, y último jefe deredacción de Gráfico entre 1916 y 1918, año del posible cierre de la revista–,Gustavo Robreño, Enrique Hernández Miyares, Rafael Montoroy el padre de Massaguer, don José Massaguer y Pujol. En la relación deasociados es necesario detenerse en Enrique Hernández Miyares, quienfuera director de La Habana Elegante desde 1888 hasta su desaparicióndefinitiva en 1896. De esta relación se infiere que Massaguer, ademásde «estudiar las neoyorkinas», también tuvo en cuenta –y muy encuenta– la ya importante tradición editorial vernácula en lo relativo aesta modalidad periodística, de la cual fue la citada revista un paradigmapara el ámbito gráfico insular de fines del XIX. Con La Habana Elegantese completan las fuentes que influyeron en los nuevos empeños editorialesde Massaguer antes de la aparición de Social, de la que fue Gráfico sutaller.Con el inicio de la primera guerra mundial, Gráfico se hizo eco de lacontienda, reproduciendo fotografías e ilustraciones que recreaban escenaspoco tratadas por las fotos, como la que ilustra a un grupo de soldadosingleses bebiendo y bailando en las trincheras, en un momento deMassaguer.pmd 6426/10/2010, 16:52

aparente calma. Estas fotos e ilustraciones se publicaban bien comocomplemento de los textos relacionados con el conflicto bélico o biencomo mensajes visuales con plena autonomía informativa en la doblepágina central, sobre papel cromo.Entre las secciones fijas merecen destacarse «Rasgos y rasguños» –escritapor Emilio Roig de Leuchsenring, quien la inauguró en julio de 1913–,«Parnaso cubano», «Siluetas patrias», «Acotaciones literarias», «Feminidades»,«Nuestra Galería» y «Prado arriba... Prado abajo», sección estaúltima, para la cual Massaguer realizaba la caricatura comentada dealguna personalidad del momento. Sirva de ejemplo la que le dedicara aJaime Valls, en la que se trasluce cierta velada ironía hacia quien eraentonces el más importante ilustrador publicitario del país y figura emblemáticadel ámbito gráfico capitalino: «El más afortunado de los artistascriollos. Sportman decidido, dueño de algún pur-sang de grandes bríos,padre de la cotorrita, poseedor de un auto “de los que hechan polvo a losdemás”, redactor de La Discusión y propagandista artístico comercialde importantes casas de La Habana (...) Sale en esta sección veraniega,porque sus modelos están siempre en “traje” de playa (sin alcalde deMarianao por supuesto)».Se dice que cierta frívola amabilidad conjuró el choque polémico entreMassaguer y Valls. Es posible que el citado texto pueda ser una pruebade tal relación profesional; pero, en lo que a su caricatura atañe, Massaguerfue demasiado benigno con el destacado ilustrador, quedándosemuy distante de la agudeza mostrada en otras charges, como la que lehizo al gran aviador brasileño Alberto Santos Dumont en el Hotel Inglaterra,en 1915. No obstante, queda de cierto, para bien de nuestracultura visual, la necesaria relación gráfica que por entonces se inicióentre Valls y Massaguer, ya que el profesionalismo y continuismo de ambosdurante los primeros treinta años de República, será determinanteen la realización evolutiva de la gráfica de comunicación cubana.En esta perspectiva obra Gráfico para Massaguer; pero, particularmente,en relación con las publicaciones de su propia iniciativa que leseguirán: Social y Carteles. En Gráfico ensaya su personal lectura de la visualidadcaracterística de las nuevas revistas norteamericanas, que con entusiasmoestudiara en su más reciente estancia en Nueva York. A manera65Massaguer.pmd 6526/10/2010, 16:52

66de ejemplo pueden citarse las secciones antes comentadas y el conceptoque les asiste en cuanto al manejo de la imagen visual en las mismas.Estos ensayos alcanzarán su excelencia hacia 1915, último año deMassaguer en Gráfico. En este período, incluso, dará a conocer sus primerasideas relativas a la publicidad y al anuncio impreso de carácterpublicitario, casi siempre expuestas como un pretexto para inducir a unapotencial clientela a anunciarse en la revista. «Los indiferentes que no sefijan nunca bien en lo que se presenta a su vista, son los que suelen perdertiempo y dinero. El anuncio no debe considerarse una trampa en laque el lector debe caer. El anuncio se hace con el objeto de dar a conocerlo que se inventa, lo que se fabrica, lo que se vende. Todo el mundodebe leer los anuncios que se publican en Gráfico, porque en estascolumnas no se anuncian más que casas recomendables». Y en espaciosdislocados de la revista, pone los siguientes sueltos: «Mencione a Gráficocuando escriba a nuestros anunciantes», «Los anunciantes apreciaránmucho que usted menciona a Gráfico cuando les escriba».Un número emblemático por su acabada intelección del hecho gráficocomunicativoque anticipa, es el dedicado al automóvil. Correspondientea diciembre del citado año, en sus 54 páginas asume Massaguer ladespedida –por todo lo alto– del semanario. ¿Y que mejor tema que eldel automóvil? En él se conjugan actualidad, novedad y elegancia: unatríada irresistible que le reportaría buenos dividendos en un futuro inmediato.Introducido en Cuba a inicios del siglo, el automóvil supera su infanciacon la Primera Guerra Mundial, cuando la importación de autoseuropeos se reduce de manera ostensible, y es suplida por los norteamericanos.Entre estos el impacto mayor corresponderá al Ford ModelT, el cual resume las cualidades con las que se impondrá después la industriaautomovilística estadounidense: buena máquina y barata, graciasa su fabricación por partes y en serie, que particularizará el método detrabajo conocido como fordismo, y que de forma magistral satirizóCharles Chaplin en su filme Tiempos modernos.Los «fores», como se les llamó, ocuparán su espacio en el mercado yen la vía, justo cuando empieza un período de bonanza para la economíacubana, que se bautizó con la muy rural imagen de Vacas Gordas. Lascalles habaneras serán entonces campo de otra guerra: la de los conduc-Massaguer.pmd 6626/10/2010, 16:52

tores de coches tirados por caballos y los de fores (nombre genérico conel que se designó al automóvil). Las batallas principales se librarán a lolargo del Paseo del Prado, cuando los automovilistas imponen el poderde la nueva técnica al rebasar con acelerones y fotutazos el cansino trotede los románticos caballos. Poco le valió al pueblo llamar «aliados» a loscocheros, como fiel reflejo de su simpatía hacia toda causa noble, y«alemanes» a los automovilistas. El resultado final no se haría esperar;a diferencia de lo que acontecía en los campos de Francia, los «alemanes»terminaron por imponerse justo en 1915.El número monográfico dedicado al automóvil con que Gráfico recibela buena nueva, es una clarinada al progreso, a la modernidad, al futurode la joven nación, que cada vez se avenía más con la personalidad deMassaguer y con los proyectos que empezaba a concebir en su cabeza.Recuérdese, al paso, en la comentada caricatura que le hiciera a Valls enla sección «Prado arriba… Prado abajo», cómo resalta el que este seapropietario de un pur sang –en el que Valls gustaba pasearse por Prado–y un auto «de los que echan polvo a los demás»: ambos, símbolosde un estatus social de los más altos de la época; pero, sobre todo, deltránsito de la Colonia (caballo) a la República (auto). Massaguer, encambio, llegado el momento de su buena fortuna, mirará los caballosdesde un palco del hipódromo de Marianao; para él los transportes seríanel auto, el barco y el avión.Destácase en este número el justo equilibrio entre imagen y texto, y entrecontenido y mensaje. La coherencia con que se estructuran los artículosresponde en todos los casos a una secuencia informativa de estricto carácterhistórico-cronológico, desde el primero relacionado con las formas detransportación del hombre en la prehistoria y la Antigüedad hasta los quedan fe de los pioneros del automovilismo en Cuba y el mundo. Otros artículosque al interés suman su actualidad son «El automóvil bélico» y «Elautomóvil nos reivindica». Las ilustraciones en función de los anuncios y delos artículos de carácter más didáctico contribuirán al adecuado balancevisual entre éstas y las imágenes propiamente técnicas de las fotografías,así como entre las partes y el todo de la página y el del semanario en su totalidad,generándose una integral relación icónica-tipográfica de sentido, quedeterminará en la real trascendencia histórica que al hecho automovilístico67Massaguer.pmd 6726/10/2010, 16:52

68se le quería dar en este número. Mención aparte merece la doble páginacentral, donde se promociona el último modelo de auto marca Buick. En ellasobresale la ilustración del auto y el lema o slogan que lo promociona: «Elrey de las lomas», donde se explicita la intención de relacionar la potenciade la nueva máquina con las particularidades viales de la isla –por noconstituir la regla, las lomas son el accidente topográfico más notable denuestras carreteras–. Este lema, en pleno auge del fox trop, será un antecedentede aquella otra letra que popularizara el inmortal son.Otro aspecto destacado del quehacer profesional de Massaguer enGráfico, fue el diseño de portada, con mucho premonitorio de lo quesería después este espacio de creación en la revista Social. Estos diseñosvariaron de asunto, sobresaliendo dos: los que estaban relacionadoscon ilustraciones caricaturizadas de personajes de la sociedad, el arte yla política de la época –tal y como lo había hecho en los pasquines electorales–,y los que representaban figuras femeninas vestidas según lamoda dominante en la estación dominante. En el primero, Massaguer vaensayar una línea muy sugerente de su obra: la caricatura colectiva. En elsegundo, otra igualmente importante, que lo definiría como uno de losmejores diseñadores de portada de la gráfica de comunicación cubanadurante los primeros treinta años del siglo. Tal lo que evidencia el diseñocorrespondiente al número 136, en el que una figura femenina, de belloporte y elegancia, es resuelta con un solo color: sobre el blanco del papeluna tinta azul, con lo que llevará la reducción de forma y color a la funciónde mancha, tal y como lo hacían los gráficos europeos de vanguardiadel momento; amén de dejarle al receptor la convicción de que noeran necesarios ni un color ni un elemento ornamental más para entregarnossu mensaje.Un mes después, en el número 141 correspondiente al 13 de noviembre,Massaguer vuelve a dar otra lección, esta vez, con su diseño de portadadedicado a José Martí. El icono por antonomasia de la gráfica yla plástica cubanas, todavía sin el protagonismo visual que luego tendría,salvo en una gráfica muy comercial y patriotera, es interpretado porMassaguer con gran síntesis expresiva, sin referente alguno a la imagenfotográfica, en realce contra un fondo bicromático, donde sólo prevaleceel título del semanario. «De valiente trabajo», calificó Arturo CarricarteMassaguer.pmd 6826/10/2010, 16:52

esta obra de Massaguer. Pero, para entonces, ni un martiólatra como él,imaginaba que estas propuestas visuales iban a tener mejor acogida entrelos nietos que entre los padres.Acaso ¿estos ensayos le hicieron ver la necesidad de un cambio en lotécnico y formal para un nuevo estadio expresivo de su obra? Tal vez. Perode lo que sí no cabe dudas, es que ya en estas páginas y portadas estáasimilado lo mejor del aporte de las revistas norteamericanas más cotizadasdel momento, esbozándose lo que, con una base tecnológica superior,llegará a ser este trabajo de diseño en su próximo y más brillanteproyecto editorial: la revista Social. Con este fin, debido a discrepanciascon su único socio de entonces, Laureano Rodríguez Castells, «inolvidableamigo, pero equivocado en asuntos editoriales», deja la agencia Mercurioy Gráfico. Corre la navidad de 1915. Con un formato de Social bajoel brazo se lanza a la calle. La más bella locura del mundo editorial dela República, pronto dejará de ser un sueño en la calenturienta mente deljoven gráfico.69Massaguer.pmd 6926/10/2010, 16:52

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El ámbito de Social es el del nacimiento de La Habana como capital de laRepública. En consonancia con la socorrida metáfora, puede decirse quelo ocurrido quince años atrás era sólo el comienzo –plattismo mediante–.Por esas ironías del desequilibrio mundial, los males que la guerra le traía alViejo Continente, empezaron a redundar a favor de la prosperidad de lanaciente economía cubana y, en particular, de la entronización como clasedominante de la burguesía criolla. Tales riquezas materiales, como caídasdel cielo, le propició a esta clase en poco tiempo aventajar en lo económicoy social a lo que quedaba todavía de la aristocracia criolla del diecinueve,así como iniciarse en el estilo de vida elegante y cosmopolita que laigualara con la de Europa y Norteamérica. La burguesía, como nuncaantes ni después, estuvo entonces tan segura de sí misma como atraídapor hacer de la capital el centro económico, social y cultural representativode sus nuevas expectativas de poder.Si un siglo atrás el poderío de Napoleón I se había puesto de manifiestocon la remodelación urbanística de París, el de la clase social que nosocupa se hará expreso con la de La Habana. Esta dio inicio con la primeraintervención norteamericana, y se financió con el capital recaudadopor las aduanas cubanas. A las construcciones de la hora, como hospitales,escuelas, comercios, alcantarillados y el primer tramo del Malecónhabanero, le siguieron otras menos vinculadas al interés público y másrelacionadas con las funciones y valores de representatividad social dela burguesía en el poder, como bancos, centros sociales, monumentos,palacetes residenciales, dándole nuevo curso al proceso expansivo urbanizador,así como un rostro más de ciudad moderna a tenor con lanación que en mayo de 1902 se había inaugurado. La otra Habana, la Vieja,demolida la muralla, y ya expresión de un pasado identificado con elatraso y la insalubridad, quedaba al margen de este inicial renacimientourbano, que aspiraba a hacer de la capital de todos los cubanos, no sólouna ciudad de cara al nuevo siglo, sino el espacio real posible para soñarla nación y construirla desde ella.En esta posibilidad creyeron la mayoría de los cubanos. ¿Candidez u optimismo?Digamos esperanza... Una esperanza que acabaría en desilusióncomo tantas otras veces después. Pero, por el momento, estaba ahí, firme.Luego de casi un siglo de cruentas guerras, las riquezas aportadas por lasCapítulo III1916- 192271Massaguer.pmd 7126/10/2010, 16:52

72grandes ventas de azúcar a los «aliados» y la creciente presencia del capitalnorteamericano –resultado de una estrategia inversionista que privilegiabaa Cuba tanto por su ubicación geográfica y rico suelo como por lanunca abandonada pretensión de anexársela–, no podía generar otro estadode opinión entre la población que no fuera compatible con un futuropromisorio para todos. Así lo dio a entender el Tribunal Supremo, cuandoen 1912 dictaminó que los que fueron enemigos de la independenciatenían ahora los mismos derechos que los libertadores a ocupar cargospúblicos.En esta nación «con todos y para el bien de todos» creyó Massaguer, alpunto de afiliarse al Partido Conservador, en el cual había militado supadre. A fin de cuentas, todos eran hijos de liberales y conservadores.En él fue jefe de propaganda de la llamada Conjunción Patriótica, quellevó al ex general Mario García Menocal al palacio de la Plaza de Armas,otrora sede de los capitanes generales de la Isla; función que asumióeste edificio colonial hasta 1920, cuando se inauguró el PalacioPresidencial, llamado entonces la Casa Dorada, como una de las tantasformas de que se valió la burguesía nativa para homologar sus nuevossímbolos de poder con los de los países más desarrollados de la época.De ahí que si la Casa Dorada era la variante criolla de la llamada CasaBlanca de Washington, la arquitectura del Palacio Presidencial tuvierapor abuelo el eclecticismo inaugurado por la Ópera de París, de Garnier,que tan bien representó el gusto de la burguesía financiera francesa de lasegunda mitad del siglo XIX. Toda la historia de la remodelación oficialde La Habana estaría sustentada en estos principios estéticos, cuyo desfasetemporal iría en aumento en relación directa con los estilos de lapasada centuria que lo informaban, para concluir a fines de la décadadel veinte con el neoclasicismo del Capitolio Nacional.En 1919 el gobierno de Menocal aprueba la ley del turismo; si bienautoriza los juegos de azar –en la práctica nunca se dejó de jugar, comode beber con la «Ley seca»–, sienta un precedente legal con vista al incipientedesarrollo de una industria para la cual las particularidades geográficasy naturales de la Isla parecían dotarla como ninguna otra delCaribe. Massaguer, que desde un inicio estuvo entre los que intuyeron yestimularon al más alto nivel gubernamental esta perspectiva de desarro-Massaguer.pmd 7226/10/2010, 16:52

llo de la economía cubana, fue nombrado presidente de su Comité dePropaganda y Publicidad, iniciando sus funciones en el mismo con la organizaciónde un concurso de carteles para el turismo. Con ello queríapromover una campaña en favor de esta industria en el extranjero, enparticular, en los Estados Unidos, en correspondencia con la favorablecoyuntura económica existente en la Isla y lo nulo por el momento de estaactividad en Europa como consecuencia de las secuelas dejadas porla Primera Guerra Mundial.No obstante, como tantos otros proyectos que dependían de las buenasintenciones de sus patrocinadores y del interés propiamente gubernamental,en lo fundamental sometido al extranjero, nada o casi nadase hizo al respecto. La política al uso tampoco daba mucho tiempo. Lacatástrofe económica de 1920 y la conclusión en el siguiente año delsegundo y último período presidencial de Mario García Menocal, privaríana Massaguer –por esta vez– de cualquier gestión o medida propiciatoriacon respecto a la que más tarde se denominaría la industria sinhumo.Su postulación para concejal por La Habana en 1922, su participaciónen la fallida intentona antizayista de los Veteranos y Patriotas –como severá en el siguiente capítulo– y su nombramiento en 1924 como miembrode la Comisión Central de Prensa y Propaganda del Partido Conservador,resumen, por así decirlo, la pasajera militancia política deMassaguer. Puede inferirse de ella todas las ventajas personales que esposible esperar de una República como aquella, pero sería injusto medira nuestro artista con el mismo rasero del militante común o del políticopromedio. Además, ya en 1919, período inicial de sus incursiones efectivasen la vida política, era todo un señor caricaturista, propietario deuna de las empresas editoriales más prestigiosas del país. Sus aspiracionessiempre fueron por otro camino. Lo que bien pone de manifiesto susfintas de la primera hora con vista «a vender» el turismo –su mayor sueño,después del editorial– en una sociedad con una base productivaeminentemente manual y rural.Los tempranos triunfos en su vida profesional y hasta social, nunca tuvieroncomo base un previo posicionamiento de carácter político. Suprosperidad material fue resultado de su talento y trabajo, y la social,73Massaguer.pmd 7326/10/2010, 16:52

1Ciro Bianchi Ross: Oficiode intruso, Ediciones Unión,1999, p. 107.74una consecuencia directa de la primera. «Fue, sobre todo, un trabajadorinfatigable –dijo de él Julio Girona–. Yo lo recordaré siempre, a pesar desu dinero, como un hombre con las mangas de la camisa recogidas, dispuestoa enfrentarse a su quehacer.» 1 Más bien él pertenecía a esa estirpeprofesional que siempre le ha parecido que hacer de la cultura unapolítica es salvar la cultura de la política. Y es que Massaguer fue antetodo un hombre de la cultura. En él se conjugan la creación y la voluntadde mantener y asegurar lo creado. Dos virtudes notables, que casi nuncaafloran en una misma persona, por ser dos acciones distintas. Sin ir máslejos, Rafael Blanco y Jaime Valls, sus dos rivales más sobresalientes enel arte de la caricatura y la ilustración publicitaria, respectivamente, sóloposeyeron la primera. Massaguer, en cambio, a la condición de artista,suma la segunda, lo que lo hará finalmente la figura que es en nuestracultura.Son estas dos condiciones personales, más las posibilidades que se leabrían al país al socaire de una favorable coyuntura económica, las queharían posible el hecho editorial de vanguardia que fue Social para elperiodismo, el arte, la literatura y la gráfica de comunicación cubanos.Massaguer no solamente optimizó con esta revista sus dones personalespara con la gráfica en particular y la comunicación en general –entiéndasecaricatura, diseño, ilustración comercial, publicidad, periodismo, relacionespúblicas, etcétera–, sino que capitalizó, en grado sumo, las particularidadesde su sociedad y momento histórico a favor de un hecho editorial denuevo cuño, que tuvo como corolario de su pragmática la novedad, el lujoy el poder. No es casual el título, como para que no deje lugar a dudas encuanto al origen social de sus posibles receptores y la época en que seinserta, ya distante de aquella otra de los inicios, en que las revistas de artey literatura recibían el nombre de óperas famosas (El Fígaro, Bohemia).Tampoco obvió los tiempos que corrían fuera y dentro del país. En elmundo y, en particular, en los Estados Unidos, se venía dando desdefines del siglo XIX un ascendente proceso de renovación tecnológica enlos impresos que obraba en relación directa con el de su actividad periodísticay publicitaria, y que lo pondría a la cabeza del orbe en cuanto alnuevo modelo comunicativo a seguir. En este sentido resultarían emblemáticaslas llamadas revistas ilustradas y de arte, en correspondenciaMassaguer.pmd 7426/10/2010, 16:52

con una ascendente burguesía industrial y financiera ansiosa de verseplasmada como protagonista central del hecho social y cultural que representabala nueva revolución mediática.En Cuba, con «los buenos tiempos del azúcar dorado» –como gustaballamar Massaguer al período de las Vacas Gordas–, y el alza del periodismoen sus diversas modalidades, se avenían aquellas inquietudes deorden social aún insatisfechas y las que empezaba a sumar la nueva hora,en particular, las del sector de vanguardia de la población femenina, queclamaba por la ley del divorcio y el voto, entre otras reivindicaciones decorte social y político. Esta campaña se vería favorecida por la que a la sazónagitaba a los países anglosajones. Y ambas, por el destacado papelque venía desempeñando la mujer en el frente de batalla o en la retaguardia.Lo que en la guerra fue resultado de la necesidad, terminó por imponerseen la paz, como el corte de cabello y una ropa más funcional. Finalmente,se aprueba la ley del divorcio en 1918; y los liberales defiendenel derecho al voto de la mujer en las elecciones de 1920, aunque con laoposición del Club Femenino, porque podía «hacerles perder su candory pureza». Las Honradas (1918) y Las Impuras (1919) de Miguel deCarrión, cuyos primeros capítulos reprodujo Social en su momento, recogeríanpara la literatura cubana el nuevo estado de opinión, así comoreivindicaría a la mujer frente a los prejuicios de la sociedad y del hombre,interpretando su anhelo de independencia. En la música, el son y eldanzón empiezan a desplazar al fox trop; Moisés Simons compone Elmanisero y Sánchez de Fuentes Corazón.Estas inquietudes sociales y culturales propias de los nuevos tiempos,punta de un iceberg que tendría varios horizontes de arribo durante laRepública, antes de llegar a la Revolución de enero de 1959, no las pasópor alto Massaguer ni lo mejor de la intelectualidad cubana del momento.Pero, en su caso, más que hacerlas suyas desde la nueva sensibilidadsocial reinante, las asumió desde una sensibilidad estética igualmentenovedosa, cuyo mayor compromiso –al menos en los inicios– apuntó haciael sector femenino de la alta burguesía urbana, la que, al identificarsecon una revista ilustrada de nuevo tipo, le permitiría introducirla yposicionarla entre aquellas clases con poder adquisitivo suficiente comopara hacerla su revista. Dicho de forma más llana, entendió que al igual75Massaguer.pmd 7526/10/2010, 16:52

2El primer local de la revistaestuvo en la calle 4, número170, en El Vedado.3Con la figura del periodistadeportivo Víctor Muñoz,se relaciona la creaciónde la celebración del «Díade las Madres» en Cuba.Esta celebración se aprobó,con carácter de ley, en 1928,seis años despuésde la muerte de su principalpromotor. Para mayorinformación ver: Ciro BianchiRoss: «El Día de las Madres»,en Juventud Rebelde,11 de mayo de 2003.76que en las sociedades que le servían de referente, tales objetivos sólopodían lograrse en Cuba, para beneficio propio y del país, al nivel de lasclases con mayor poder adquisitivo, sin obviar las supuestas ramificacionesa lograr en los sectores profesionales e intelectuales, amén del consabidorespaldo económico que le propiciaría la publicidad en razón delinterés que generaría la revista.Hombre que sabía apropiarse de la acción, Massaguer aspiró con estaempresa editorial darle continuidad y definitivo vuelo a su trayectoriaprofesional en ascenso, y reafirmar su condición de hombre de la cultura,convencido de que no era posible prescindir de ella en ningún proyectosocial y político. Una revista como la que se proponía hacer, eraideal para aglutinar bajo su bandera a escritores, artistas y personalidadesimportantes del país y el extranjero –algo muy caro a su ego y personalidademinentemente sociable–, así como para poner a Cuba a lapar de lo que se hacía en el mundo desarrollado de la época en las másvariadas manifestaciones de la moda, el arte y la literatura.Con este proyecto editorial, también se propuso duplicar el patrón deéxito y elegancia a que aspiraba en lo social la clase dominante. Porúltimo –o ante todo–, valoró el ámbito editorial del momento. A ojos vista,sus posibles contrincantes, El Fígaro, Bohemia y Letras, vivíanagónicamente. «El público cubano ya conocedor de las excelentes publicacionesneoyorquinas se resistía a pagar 25 centavos por esas revistasque eran literarias pero nada artísticas y sólo con una extensa crónicasocial». Con esta valoración final, solamente quedaban dos pasos: elcrédito y el riesgo. El crédito lo dieron los impresores Seoane y Fernández,por intermedio «del bondadoso andaluz» Pedro Gutiérrez, a quieninvolucró el joven caricaturista proponiéndole la hechura de los grabadosde la nueva revista. El riesgo, Massaguer.En enero de 1916 salió el primer número de Social con excelentesbicolores del grabador Pedro Gutiérrez. 2 «Fue un home-rum», escribiríaaños después en su autobiografía Massaguer, remedando el lenguajebeisbolero del cronista deportivo del diario El Mundo, Víctor Muñoz, 3quien fuera el primero en darle empleo. En el editorial de presentación yaMassaguer pondrá de manifiesto su preferencia por el público femenino,en particular, por la esposa y la hija del hombre de dinero, como vía paraMassaguer.pmd 7626/10/2010, 16:52

llegar a este, aunque enmascarada por una «galantería» que, en su caso,no se puede aceptar como falsa, si atendemos al retrato escrito de Barroscitado en el capítulo anterior. Tampoco puede obviarse la incidencia queen este, como en cualquier nuevo hecho editorial, siempre ha tenido latradición. En el caso de Social, el más lejano antecedente habría quebuscarlo en la llamada «prensa periódica amena», cuyo boom desdefinales de la década del treinta del siglo XIX cubano, a imagen y semejanzade lo que ocurría en las revistas y periódicos de Europa y Norteamérica,dio en caracterizarlas como de «recreo» o del «bello sexo».Desde el Renacimiento, la mujer de clase rica o acomodada, por logeneral, recluida en la casa y con un tiempo libre, se había convertido enel sector social más dado a la lectura. En el llamado Siglo de las Luces,ellas habían sido el corazón de las tertulias literarias y filosóficas promotorasdel nuevo ideal de la Ilustración, y sustentación económica dealgunos de sus pensadores más osados. El mercado del libro romántico,fundamentalmente, poesías y novelas, dependió en gran medida de estesector de la sociedad. La Cuba colonial no fue la excepción. Aquí, comoallende los mares, los contenidos de estas publicaciones para disfrutedel «bello sexo» fueron narraciones costumbristas, novelas históricasa la manera de Walter Scott, poesías festivas y amorosas, figurinesde moda –importados de Madrid, París y Nueva York–, piezas musicales,crónicas sociales, etcétera. «De tal forma, la prensa periódica amenay las publicaciones por entrega, se convirtieron en los principales mediosde manifestación de una nueva generación de escritores y poetas criollos,obligados por la censura a eludir la problemática del presente colonial.No obstante, ello contribuyó a que arraigara aún más en la sociedadel gusto por las manifestaciones artísticas y literarias propias de la burguesíaextranjera, las que, divulgadas por medio de los empeños editorialesde nuevo cuño –a la manera de los modelos importados–, hizomás imperioso, en los mismos, el uso de la ilustración estampada». 4 Estatradición editorial fue del conocimiento de Massaguer, así como la máscontemporánea, con la cual había contactado en sus primeros viajes aNueva York, descollando entre las publicaciones más populares del públicofemenino a escala internacional Vogue, Elle y Jardin des Modes. Alas que se sumarían Vanity Fair y Life –todavía en su perfil humorístico–,cuyo diseño y contenido estaban más en la línea de interés de Massaguer.4Jorge R. Bermúdez: DeGutenberg a Landaluze.Editorial Letras Cubanas, LaHabana, 1990, p. 211.77Massaguer.pmd 7726/10/2010, 16:52

5Blanche Zacharie de Baralt:Social, febrero, 1916, p. 35.78El hecho «mujer» implícito en esta tradición, se acrecentará con loscambios que van a particularizar a la nueva época –desde sus funcionescomo enfermera en el frente de batalla europeo hasta figura estelar delstar system de la cinematografía hollywoodense–, o como símbolo sexualy factor de persuasión y éxito en toda empresa editorial y publicitaria.Así se pondrá de manifiesto en el editorial de presentación (Social, enero,1916), que inicia con cierto gusto a Baudelaire; pero, por supuesto, sinel adjetivo «hipócrita», que tan «buena fama» le diera al poeta malditofrancés: «He aquí, bella lectora o amable lector […] Como la joven ytímida girl la noche de su debut en el gran mundo, así se presenta estapublicación, ruborosa, pero acicalada con sus mejores galas, dispuestaa conquistarte». Los extranjerismos empiezan a asomar –luego van apulular–, a más del olor a budoir que transpira el párrafo. Tal parece queMassaguer inhala rapé cuando escribe. Y concluye: «El resto, de ti depende.Sobre todo tú, linda lectora».Justo el año en que el profesor vienés Sigmund Freud llama a la mujer«el continente oscuro», Massaguer, tan dado al halago como al flirt,parece hacer suya la conocida máxima de Oscar Wilde: «La mujer hanacido para ser amada, no para ser comprendida». No es de extrañarque en el segundo número de Social sean las mujeres las primeras endarle la bienvenida al mensuario. Y entre estas, algunas pertenecientes ala estirpe de las buenas escritoras, como Blanche Zacharie de Baralt,autora del libro testimonio El Martí que yo conocí. Escribe la Baralt:«Creo que La Habana es proporcionalmente a su población, una de lasciudades que cuenta con el mayor número de periódicos; de modo que alsurgir uno nuevo pudiérase poner en duda su utilidad. Pero, a pesar de esaplétora, el primer número de Social despertó aquí verdadero entusiasmo.Y se comprende. Bastaba hojearlo para darse cuenta de que llenabaun vacío, que correspondía a una necesidad de este medio ambiente. Labelleza de la publicación, su factura, su originalidad, su elegancia, su buenhumor, junto con su información fidedigna y sus artísticas ilustraciones,todo concurría a asegurar un completo e indiscutible éxito. La sociedadhabanera ha encontrado su órgano oficial y el Sr. Massaguer está depláceme por haber concebido y realizado tan feliz idea. Social confirmael aforismo inglés: There’s always ruom at the top». 5Massaguer.pmd 7826/10/2010, 16:52

Cuatro años más tarde, en el número correspondiente a febrero de1919, se lee: «Con algún retraso recibirán nuestras lindas lectoras lapresente edición de Social». Por mediación de «ellas» nos enteramos dela causa de la demora: «La huelga general incomunicó a nuestros redactoresy empleados, y en esos días aciagos no pudimos trabajar ni en laredacción ni en los talleres del Instituto de Artes Gráficas». La actitud amenazanteque adoptaron los liberales ante la campaña reelecionista deMenocal, la baja de los salarios y el alto costo de la vida, serán las causasde esta y otras huelgas, que en lo adelante se multiplicarán como expresiónde la aparición definitiva de la clase obrera en las contiendas políticasdel país, hasta llegar a la suma de dieciséis huelgas entre enero yfebrero de dicho año, viéndose el amenazado presidente en la necesidadde suspender las garantías constitucionales. Esta situación no afectará demanera directa a Massaguer, como se verá más adelante, pero sí demoras,que una vez más pondrán a prueba su buen tino para mantener elnegocio: «Como justa compensación aumentamos hoy el número depáginas (de 72 a 88) e incluimos parte de los acontecimientos de marzo,que resultan, por ser de carnaval, de la más saliente actualidad». Y parael número de mayo, en la sección «De mí para ti», informa que «FrayCandil (Emilio Bobadilla) mandará mensualmente desde su retiro deBiarritz, lindos versos o amenas crónicas para las bellas lectoras de Social».Por último, merece comentarse el atraso correspondiente al númerode marzo de 1921, debido al traslado de los talleres del Institutode Artes Gráficas, el que Massaguer «expía» en su sección «De mí parati», presentando una foto en la que aparece frente a un pelotón de fusilamientoconstituido por bellas lectoras de Social.El optimismo, tan consustancial a su personalidad y al momento quevive la burguesía cubana, al menos hasta 1921, también se pone de manifiestoen el editorial de presentación de la revista: «En Cuba, dondesomos pesimistas por idiosincrasia, se reciben las ideas nuevas con ungesto de escepticismo, sobre todo, si se trata de publicaciones de lujocomo esta. A pesar de ello, hoy aparece, animosa y dispuesta a triunfar,esta revista cubana...». Sin embargo, no puede ocultar el sentimiento deinferioridad que ya angustiaba a los cubanos: «Social será una revista79Massaguer.pmd 7926/10/2010, 16:52

6Se refiere a la actriz francesaSara Bernhardt, quien nos habíallamado en una visita reciente«indios con levita».7Conrado W. Massaguer:Social, enero, 1916, p. 11.8«Nada permite suponer quelos bancos de capital cubanoe hispanocubano eranindependientes de la bancaextranjera. Casi todos esosbancos pequeños eran agentesde grandes institucionesfinancieras extranjeras, comoes el caso de la casa H.Upmann, que estaba vinculadaestrechamente a la firmade James Speyer Co.,la beneficiaria de los primerosempréstitos cubanos, graciasa las vinculaciones que JimmySpeyer tenía con el presidenteRoosevelt». Julio Le Riverend:La República. EditorialCiencias Sociales, La Habana,1975, p. 158.80consagrada únicamente a describir en sus páginas por medio del lápiz ode la lente fotográfica, nuestros grandes eventos sociales, notas de arte,crónicas de modas y todo lo que pueda demostrar al extranjero, que enCuba distamos algo de ser lo que la célebre mutilada, la sublime intérpretede L’Aiglon nos llamó hace algún tiempo». 6-7 A pesar de ello, en elpárrafo aflora su orgullo de cubano, que no estaba –ni estuvo nunca–reñido con la admiración que sentía por aquellas pautas foráneas en elarte y la literatura que, a su modo de ver, mejor servían a la consecuciónde la nueva cultura que se proponía fomentar para provecho de la nación.Rasgo personal este último, igualmente definitorio del cubano, encuanto a su capacidad para seleccionar y apropiarse de todo aquelloque, venido de afuera, pudiera contribuir a favor de su afán de prosperidad,actualización y notoriedad.El vitalismo y el cosmopolitismo, entendidos en términos estéticos,comunicativos y de edición, en tanto resultado de la actualización tecnológicay el despliegue visual que se había propuesto desde el «ensayo»que representó para él concebir Gráfico, fueron también característicaspresentes en la publicación desde su inicio. A menos de un año de salirSocial, y dada la buena acogida del público –lo que corrobora la constantesubida de las ventas por sobre los tres mil números de la tiradainicial–, así como el estímulo que recibe de algunas personalidades delmundo financiero nacional ya identificadas con su naciente empresa editorial,en particular, Regino du Repair de Truffin y el banquero HermanUpmann, 8 Massaguer se dispone a correr un nuevo riesgo: poseer imprentapropia y hacer toda la revista fotolitografiada nombre con el quese conocía entonces el sistema de impresión indirecta offset . Con este propósitoparte en noviembre de 1916 con Wilhem Ernst para Nueva York,donde el propio Upmann lo presenta en la banca germana Müller-Schallde William Street. Sus relaciones y capacidad para relacionarse sonpuestas a prueba, y sale airoso: hace una compra inicial por cuarenta mildólares, de los cuales pagó una parte. De regreso a La Habana, la búsquedade local y personal, el montaje de las máquinas y otros equipos,y la puesta en marcha de los mismos antes del nuevo año, le permitiráal número de enero de 1917 hacer de Social la primera revista del mundoimpresa en su totalidad en offset, aun cuando la sociable prosaMassaguer.pmd 8026/10/2010, 16:52

massagueriana lo exprese como un comentario más de salón: «Ahora,allá, en la aristocrática barriada del Cerro, en la amplia y señorial casa delos Jorrín, hemos montado nuestras oficinas y establecido nuestra imprentay talleres, que son los del flamante Instituto de Artes Gráficas». 9En el número correspondiente a abril, el hecho se hace más informativo,a recaudo del interés publicitario: «Tenemos el honor de poner en conocimientopúblico, la apertura de nuestros estudios y talleres de artes gráficas,equipados con maquinarias e instrumentos ultramodernos, cuya direcciónha sido encomendada a expertos europeos y americanos. Utilizando losprocedimientos más avanzados de esta industria, e implantados por primeravez en Cuba, ofrecemos nuestros servicios en competencia con lasprincipales casas extranjeras en todo aquello que abarque nuestra profesión,tales como catálogos ilustrados, carteles, revistas, documentos bancarios,cartas e impresos para oficinas, etiquetas, etc.». 10 El anuncio encuestión, deja traslucir un orgullo gráfico de igual catadura nacionalista queel manifestado en el editorial del primer número de Social; pero, esta vez,en un tono más competitivo, si es que cabe el término, que bien recuerda alde los impresores de la Colonia, cuando hacían público «lo último» traídodel extranjero para darle un mejor servicio a la población. 11Al interés promocional de Massaguer, se sumará la labor editorial delInstituto de Artes Gráficas con la aparición del libro Los 7 Pecados: recopilaciónde los mejores cuentos de Alfonso Hernández Catá. El hombreque introdujo a Massaguer en el ámbito periodístico habanero, cuandotodavía este era un joven imberbe, se vio así reciprocado. Años después,Hernández Catá sería representante literario de la revista Socialen Madrid, en sustitución del notable hombre de letras mexicano AlfonsoReyes, quien hasta entonces había asumido esta función en la capitalespañola. La coincidencia y el relieve internacional de ambas figuras, lehizo decir a Massaguer, no sin cierto orgullo: «Dos Alfonso fueron losrepresentantes de Social en Madrid».Ajeno a la vulgaridad y a los convencionalismos dominantes, aunquenunca al humor, las normas de nuestro editor se ciñeron siempre a las delbuen gusto, con las que aspiró culturizar «desde arriba» a las clases socialesque con mayor poder económico determinaban el rumbo políticode la nación. Además, Massaguer cree en la posibilidad de que, desde9Conrado W. Massaguer:«Aniversario», Social,enero, 1917, p. 9.10Conrado W. Massaguer:Social, abril, 1917, p. 32.11Compárese, si no, con el quepromociona el magníficomuestrario de tipos y viñetasde José Severino Boloña,impreso en La Habana,en 1836. «El impresor Boloñatiene la satisfacción de ofrecernuevamente su Oficina, la queha surtido completamente conun gran acopio de hermososcaracteres y viñetas (…)cinco prensas de patentede primer orden (…) máquina denueva invención (…)dos prensas de cortarimpresiones (…) hecho venirtodo con especial encargode España, Francia y losEstados Unidos de América.»Muestra de los caracteresde letras de la imprenta deMarina de la propiedadde Don José Severino Boloña.Editorial Letras Cubanas,La Habana, 2001, s/ p.81Massaguer.pmd 8126/10/2010, 16:52

12Bernardo G. Barros: «El añoartístico», en Social, enero,1919, p.16.82los partidos políticos al uso y, sobre todo, con el sistema democrático,se llegue a instrumentar una política en función de la regeneración ytransformación del país. Todavía falta un lustro para que abandone elPartido Conservador, decepcionado, y jure «no volver a tratar de ser“redentor”». La revista es la única contribución a su alcance, por el momento,para hacer viable esta aspiración muy suya y de lo mejor de lasociedad cubana.Asimismo, es consciente de las limitaciones culturales de la nueva burguesía.Él no pasa por alto el desfase de sus gustos artísticos y literarios,lo que bien constata por estos años de holgura económica, cuando todavíarecaba para su solaz un revival que se remonta a los tiempos de lasmonarquías absolutas, cuando no al pasado reciente de la belle époque.(Esta visión sería definitivamente sepultada por los cambios sociales ypolíticos ocurridos a partir de la Primera Guerra Mundial y la revoluciónrusa.) De ahí que en esta primera etapa de Social, cada vez que unartículo o crónica elegante lo permita, se recurra al referente de cortearistocrático... bien rancio. Con él se apelaba a un estado social que nohabía podido ostentar la novísima burguesía cubana y del que sólo le eradable apropiarse a partir de una fiesta o party, en la que las máscaras ydisfraces de ocasión, al responder a los estilos de los períodos históricosaludidos, díganse «pastoras» de Watteau o «dianas cazadoras» dePoussin, se convertían en asuntos recontextualizadores de una ilusión.Estas limitaciones de índole cultural se patentizarían en otra actividadcon una fuerte carga de representatividad social: la adquisición de obrasde arte. Según el crítico Bernardo G. Barros, esta «improvisada aristocraciasin más título que el dinero ni más cultura estética que la obtenidaen rápidos viajes de vanidad y veraneo, desdeñaba al artista y confundía,en soberbias residencias, estilos divergentes y cuadros mediocresde anónimos pintores». 12Para Massaguer sólo había una fórmula: culturizar con su revista a lasclases dominantes y, a más largo plazo y a través de estas, incidir en loscomponentes sociales más activados al cambio. A él no se le escapa quecualquier movimiento intelectual o artístico que haga suyo los cambiosculturales y sociales que se avizoran en el horizonte nacional, precisaráde la plataforma de lanzamiento que supone, en la etapa inicial, una re-Massaguer.pmd 8226/10/2010, 16:52

vista de vanguardia. En tanto, hay que preparar y consolidar esa plataforma;aunque, como es de notar, en su consecución se invierta la experiencianorteamericana de fines del siglo XIX, caracterizada por el pasode los diarios ilustrados de la élite burguesa a los de «un centavo» de lapoblación nativa e inmigrante, en su mayoría de baja o ninguna instrucción,para las cuales el periódico se convirtió en un medio de alfabetización,demandándose de él sencillez, inmediatez y atractivo.Está más que justificado pensar que Massaguer tampoco pasó por alto laabismal diferencia existente entre Estados Unidos y Cuba, en cuanto apoblación consumidora potencial y poder adquisitivo de la misma. Nohabía otra opción para imponer una empresa como la de Social en un paíscomo Cuba, donde, por demás, todavía el proceso publicitario no alcanzabani la audacia ni la agresividad que ya empezaba a mostrar en la grannación vecina. Esta forma de interpretar nuestro artista las lecciones legadaspor la acción filantrópica del mejor humanismo burgués decimonónico,devela, por una parte, su aceptación de una realidad socioeconómicadiferente, propia de un país dependiente, cuyo referente –para mayor frustración–siempre había sido, era y sería los Estados Unidos, incluso, hastapara el mal ejemplo, y, por la otra, su comprensión –aunque de manera intuitiva–de la importancia que en un futuro inmediato alcanzaría la tanespecífica como mal entendida cultura de la imagen, en razón de su presenciay desarrollo en medios de comunicación muchos más aptos quecualquier museo o institución cultural al uso para ampliar el registrode recepción y democratizar la función social del arte.Igualmente, es de destacar que esta interpretación massagueriana delhecho editorial estudiado, será una extrapolación a la gráfica de comunicaciónde los ideales sustentados con parecida vocación filantrópica porlo más representativo de la intelectualidad de vanguardia de su generación.Para esta rige tanto el apego a las grandes figuras del reformismo(Arango, Luz, Saco) como la certeza de que la regeneración de Cuba habríade ser obra de una élite intelectual (aristocracia del espíritu), quehiciera renacer en el pueblo, instruyéndolo y educándolo, la fe en el idealperdido. Para el joven y talentoso crítico Bernardo G. Barros, como parala mayor parte de sus contemporáneos, los elementos cultos eran la minoríadirigente en todos los países. En Cuba, sin embargo, estos habían83Massaguer.pmd 8326/10/2010, 16:52

13Fernando Ortiz: «Seamoshoy como fueron ayer»,en En la tribuna, La Habana,1923. Citado por GuillermoRodríguez Rivera: «Prólogo»en José Z. Tallet: Poesíay prosa. Editorial LetrasCubanas, La Habana, 1979,pp. 6-7.84permanecido relegados y silenciados. Mientras que, para una figura comoFernando Ortiz, que llegaría a ser de las más prominentes de estaintelectualidad, la solución de los males de la sociedad cubana consistía«sencillamente, en reconstruir la antigua aristocracia intelectual cubanacon las virtudes que tuvo en aquella época que pudo llamarse la edad deoro de la historia de la mentalidad de Cuba, y difundir después desdelo alto hacia las capas populares de nuestra sociedad, la irradiaciónfecundante de las mismas virtudes: fe viva en la cultura, energía incansableen la acción y disciplina cívica en la conducta». 13 También paraMassaguer. Aunque su ideario patriótico y de vida nunca llegará a salirsede los derroteros de una «izquierda espiritual» con la que comienza acomulgar a partir del veinte, sólo entendida y apta para desarrollarsedesde los presupuestos de un reformismo de nuevo cuño, como el planteadoentonces por Ortiz. La otra izquierda, la que se expresará en el panoramapolítico y social cubano a partir de los acontecimientos revolucionariosdel treinta, es –y será siempre para él– el dogma.Este ideario cultural se hará permisible en los contenidos literarios deSocial, tanto como en las formas esenciales de expresarlos sus componentesgráfico-comunicativos. En este sentido, cabe señalar la particularpertinencia que asume la articulación visual de la revista, entendida nocomo un acto posterior al hecho editorial, sino como una función integraldel proceso. Y en ella tendrá mucho que ver una interpretación deMassaguer de dicho proceso más cercana al moderno director artísticoque al simple editor. Con Social el diseño empezará a entenderse enfunción orgánica con la edición y no un mero añadido decorativo. Cualidadque redundará en favor del binomio texto-imagen. Aunque ya presenteen otras revistas –La Habana Elegante y El Fígaro–, en Social,como nunca antes en el periodismo cubano, la imagen visual se va a sentircomo una necesidad de «lectura», en aras de potenciar la atención ypriorizar el goce estético; cuando no es la propia imagen, dibujada ofotográfica, el mensaje. La imagen visual, más que el texto, enfatizará suparticularidad en un ámbito periodístico eminentemente verbalista, quereforzará la radio a partir de 1922, año de su inicio en la Isla. De ahí queen su primer lustro, coincidente con la etapa inicial (1916-1921), Socialdeje una estela de impactos en cuanto al modo de relacionar a sus lecto-Massaguer.pmd 8426/10/2010, 16:52

es con la información sobre el mundo, así como sobre los mundos enlos que ellos aspiran insertarse. Y si bien falta todavía mucho para quesurja otro medio de comunicación que le haga verdadera competencia ala prensa –lo que sucederá con la televisión–, Massaguer, como queintuye esta proyección en el ámbito comunicativo de la época, al nodesconocer al hombre visual que es su lector, anticipándose así al mejorperiodismo actual en la consecución de algunos de sus recursos expresivosmás novedosos.De hecho, Massaguer encarna un tipo de creativo profesional realmentenuevo para su tiempo, al reunir las habilidades del dibujante, el diseñador,el periodista, el publicitario y el relacionista público. A lo que podríaañadirse su competencia cultural. Lo que se traduce como su capacidadpara comprender que concebir una revista como Social, es comprometerseno sólo con una tradición periodística, sino también literaria, gráficay plástica. Es un compromiso más abarcador que el que puede asumircualquier artista, porque en una revista como la que se propone está contenidala literatura en todos sus géneros, la imagen visual (fotográfica, ilustrada,caricaturizada), el diseño y hasta la historia, la que le ha precedidoy la presente, en la cual se inserta como medio de comunicación. Esdecir, todo lo que hace que una revista no sólo sea expresión de unaépoca, sino que ella misma sea la época. Esta, y no otra, será finalmentela función social de Social.En esta trayectoria de la gráfica de la revista, se cifra el don de su autorpara hacerla tal y como él quería ver a su sociedad, y no tal cual esta seproyectaba en el diario acontecer nacional. El distanciamiento por entoncespresente entre el hombre de letras y el pueblo, como bien evidenciaJosé Antonio Ramos en el Manual del perfecto fulanista (1916), aspirarásuperarlo Massaguer a favor del primero –por el momento–, «acercándolo»por mediación de Social a ámbitos vernáculos y foráneos másproclives a propiciar su desarrollo y reconocer su trabajo intelectual, loque le permitirá a su revista ser expresión de la «alta cultura» en la visualidadcubana. Social no es de la familia del arte por el arte, sino del arte por la cultura.Entendido este último concepto como expresión de una forma peculiarde asumir la civilización, en tanto esta es a la tecnología lo que la culturaa la sociedad.85Massaguer.pmd 8526/10/2010, 16:52

86A este efecto, Massaguer pondrá todo su talento, sobre todo en losprimeros años, para que la revista despegue. «El inicio es la mitad detodas las cosas», parece ser su divisa. Sin obviar el pulso último que rigióa Gráfico. A esta tempranía corresponde ya un primer acercamiento abreves y amenos contenidos pertenecientes a los grandes escritores muertosde la pasada centuria, como Víctor Hugo, Hegel, Goethe, Musset, ylos vivos más prometedores de la nueva, como Mariano Brull, AnatoleFrance, Hernández Catá, Emilio Roig de Leuchsenring, entre otros. Enlas colaboraciones literarias (poemas, cuentos, epístolas, etcétera), comoen las nuevas secciones de asunto más variado (arquitectura, moda, deporte,ballet, jardinería, diseño de interior, etcétera) que irán apareciendodurante 1916 y años subsiguientes, se constatan dos tendencias: lasque buscan actualizar a los lectores con lo que se hace afuera, y las quebuscan ponerlo a tono con la realidad nacional más identificada con losnuevos ideales de vida de la modernidad, preferentemente, con las manifestacionesde la vanguardia literaria, artística y de diseño foráneas, enaras de la consecución de una propiamente vernácula, de la que será elpropio Massaguer uno de sus protagonistas.En tanto la civilizada e influyente Europa, referente primero de tales posicionesanticipatorios en literatura, diseño y arte, se desangra en las trincheras.La entrada de Cuba en la Primera Guerra Mundial como aliada de losEstados Unidos, y la necesidad de diseñar carteles para el reclutamiento,lleva a la Secretaría de la Guerra, por intermedio de la Academia de Artesy Letras, a convocar a un número de artistas de reconocido prestigio:Esteban Valderrama, Antonio Jiménez, Mario Corrieri, Mariano Miguel,Rodríguez Morey, Lillo, Jaime Valls, Enrique García Cabrera, Rafael Blancoy Conrado Massaguer. Como se ve, cinco son plásticos (pintores) y cincográficos (ilustradores, caricaturistas, cartelistas, etcétera). El tiempo transcurridodesde el certamen de carteles de 1911 a la presente convocatoriade 1918, no ha pasado sin cambios, siendo, quizás, el más significativo, elque los cultivadores de la gráfica de comunicación hayan logrado alcanzarigual ciudadanía artística que los llamados artistas «puros» o académicos.Pero esta no será la única sorpresa que nos depare la presente convocatoria.La otra –y más importante– la dará un jurado constituido por «señoresMassaguer.pmd 8626/10/2010, 16:52

académicos», al adjudicarle el premio a Jaime Valls, y menciones honoríficasa García Cabrera y Massaguer. El número de Social correspondientea noviembre de 1918, reprodujo los tres carteles, evidenciándose, poresta vez, lo atinado del veredicto, aun cuando un crítico como Bernardo G.Barros, diera en señalar ganador al cartel de García Cabrera. La propuestade Valls, tal y como lo reclamaba el asunto, representó a un soldadoaliado dando la orden de ataque; por único texto: ¡Ven! (Este cartel puedeconsiderarse un referente lejano, pero referente al fin, del cartel de guerrade los primeros años de la Revolución cubana, en particular, los titulados¡A las armas! y ¡Alerta!, de la autoría de Mario Sandoval y Jesús Forjans,respectivamente.)De hecho, lo que vino a corroborar el premio y las menciones honoríficasentregadas, fue lo ya sabido por todos: la existencia cierta de ungrupo de destacados artistas gráficos y de unos medios de comunicacióna través de los cuales habían sabido imponerse con voluntad y talento.El cartel, por supuesto, estará entre los primeros. Su capacidadpara activar e imponer la nueva sensibilidad visual, también contribuirá aque los más dotados artistas gráficos alcancen su propio estilo personal,fundiendo escuelas y tendencias o adaptándolas a su particular manerade hacer y decir. Razón de más, para que Barros profetice: «Algún díaestudiaremos con el detenimiento que se merece este interesantísimoaspecto del arte en Cuba». 14Massaguer, por su parte, no se da reposo. Bien justificado está su optimismo.Lo que una vez más le ha negado el cartel, se lo da la caricatura...y con creces. En efecto, poco después de concluir el concurso de carteles,inaugura en los salones de la Sociedad de Pintores y Escultores una exposiciónde caricaturas en madera, verdadero conjunto de guiñol, en la cualcada individuo es un fantoche movido por la observación y la ironía delartista. El conjunto, denominado por la crítica los 401 habaneros, en alusióna la obra que le sirviera de referencia: Los 400, de Marius de Zayas, 15pondrá de manifiesto, una vez más, la capacidad y competitividad de nuestrobiografiado para hacer de La Habana un centro gráfico de nivel mundial.Si Zayas escogió el ambiente de la Quinta Avenida neoyorkina para ubicara sus personajes, Massaguer seleccionará el hipódromo de Marianao. El14Bernardo G. Barros:«El concurso de carteles parael reclutamiento», en Revistade Bellas Artes, La Habana,octubre-diciembre, 1918,p. 155.15En esta obra, Mariusde Zayas representó,caricaturizadas,las cuatrocientas familiasmás ricas de Nueva York.87Massaguer.pmd 8726/10/2010, 16:52

16Bernardo G. Barros. «La vidaartística: la exposiciónMassaguer», en Revistade Bellas Artes, La Habana,octubre-diciembre, 1918,p. 157.17La cita hace referenciaa la obra de estos dos grandesgráficos franceses, quienesfueron los primeros en hacercaricaturas de maderay ubicarlas en determinadoscontextos, en este caso,el parisino Bosque de Bolonia.Esta obra sirvió de referentea la de Marius de Zayas.18Bernardo G. Barros: «El añoartístico». Ob. cit., p. 18.88crítico Bernardo G. Barros al referirse a esta obra, apuntaría: «Los stands,la pelouse, el vasto horizonte que desde allí se domina, los mil accidentesemocionales de las carreras en donde cada jockey representa, en esosminutos, el Destino (…) donde todo –paisaje, seres y cosas– cae bajo laacción corrosiva del humorismo…». 16 Mientras que la Social de enero de1919, acota: «Al célebre Bosque de Bolonia de Sem y Roubille, 17 la críticadel porvenir añadirá esos 401 que en medio de una artística reducciónde nuestro hipódromo ha presentado, haciendo un derroche de sprit y detalento, el director de Social» .18 Los 401 fue un acontecimiento artísticocon el cual abrió oficialmente sus puertas la Asociación de Pintores y Escultores,en la casa del Paseo Martí.Iniciado en la vida profesional activa desde la ilusión de la República, ya diferencia de su generación y de las que le sucederán, un precoz y excepcionaltriunfador en ella, cuando llega a sentirse «algo» defraudado–lo que dice ocurrirle a partir de 1923–, le queda el sostén –nada ilusorio–de su obra editorial y gráfica en pleno auge. De ahí que casi todaslas características de Social puedan atribuírsele a su persona. Incluso,allí donde su conocimiento no alcanza a discernir con verdadero profesionalismola norma de calidad que exige para su revista, llega suintuición y buen gusto. Tal lo que acontece con los contenidos literarios.Es con este propósito, que a partir de mayo de 1918 nombrará a suamigo y colaborador de los tiempos de Gráfico, Roig de Leuchsenring,jefe de redacción de Social. El gradual tránsito que opera de los contenidosedulcorados de la primera hora a los costumbristas de Roig, seráel primer síntoma. Asimismo, la estabilidad económica y el reconocimientonacional e internacional que empieza a alcanzar su empresa editorial,de la que forman parte, con igual éxito, el Instituto de Artes Gráficasy la agencia publicitaria Anuncios Kesevén.La revista tiene un público garantizado, lo que implica, entre otras ventajas,que a este receptor se le vaya gradualmente preparando para un«nuevo tono», que a la postre redundará a favor de una mayor aceptaciónen cuanto a la variedad y nivel intelectual de los artículos. A lo queigualmente se aviene una gráfica de comunicación que, de manera progresiva,articulará un discurso de vanguardia a requerimiento de la inmediatezy novedad implícitas en los mensajes visuales y textuales, en tantoMassaguer.pmd 8826/10/2010, 16:52

factor de venta, años antes de que estos códigos fueran asumidos por lasartes plásticas.Al cumplirse el primer lustro de la revista, los mejores escritores cubanos,noveles o consagrados, al igual que los de Latinoamérica y España, hancolaborado ya con Social o empiezan a hacerlo (ver Anexo A: Relaciónde colaboradores de Social). Otro tanto sucederá con los profesionales dela gráfica. A unos y a otros los atrae la solidez económica de la empresaeditorial y el destaque que empieza a tener en el periodismo continental.Social se va convirtiendo en un espacio de encuentro de lo mejor de laintelectualidad y la gráfica cubanas del momento. Massaguer, con suacostumbrada sociabilidad y simpatía, les da asiento. No hay jerarquías.Al lado de las crónicas sociales que recogen el último garden party ofive o clock, aparecen en número cada vez mayor las colaboraciones dela llamada aristocracia del espíritu. Como hombre de la cultura, a más de artista,se sentirá siempre identificado con el sector intelectual, independientementede corrientes literarias e intereses de grupos.Los detractores –que siempre los hubo y habrá– lo ven como un bon vivantque sólo sabe codearse con la alta burguesía; los justos, en cambio, comolo que es: un profesional para el cual tales relaciones les son consustanciala su empresa editorial, independientemente de su apego por esta clasesocial y forma de vida, lo que en todo tiempo ha sido más la regla quela excepción. Piénsese, por un momento, en el número de grandes artistasy hombres de letras que se desarrollaron y triunfaron a la vera de lasclases dominantes y las instituciones que las representaron en los diferentesmomentos de la historia de la humanidad. Pero, además, hay enMassaguer –y he aquí lo más importante– un profesional de talento quese ha hecho con su propio esfuerzo, capaz de apoyar y promover cuantoproyecto redunde en beneficio de la cultura del país, dándole en losmismos participación a los más importantes intelectuales y artistas delmomento, algunos, incluso, aún sin el reconocimiento de sus contemporáneos,a los que no pocas veces ayudará. Para él sólo el hacer salva.Hacer incesante, que no da reposo, pero tampoco dudas.Con esta certeza y el prestigio que ya empezaba a tener entre los profesionalesde la gráfica, inaugura el 3 de noviembre de 1921 el primer Salónde Humoristas de Cuba y, presumiblemente, de América. Esta iniciativa89Massaguer.pmd 8926/10/2010, 16:52

19Esta expresión se usaba paradesignar a aquellos creadoresrelacionados con el dibujopublicitario, la ilustración,la caricatura y la gráfica engeneral, en oposición a la muyconocida de «los artistasdel pincel».20Memoria 1916-1927 Salónde Bellas Artes, La Habana,1927, p. 41.21Gerardo Castellanos: Ensayode cronología cubana, Úcar,García y Cía., La Habana, 1934,t. 2, p. 1431.90se verá asistida por los «artistas del lápiz» 19 Armando Maribona, EnriqueRiverón, Heriberto Portell Vilá, P. A. Valer, Gustavo Botet, Barsó, EnriqueGarcía Cabrera, Rafael Blanco y Hamilton de Graw, y «los buenos consejos»de Fico Edelmann, Aurelio Melero y Esteban Valderrama. La exposicióncontó 31 expositores y 123 obras, y una muy original como desacostumbradaactividad de apertura, cuando «los humoristas irrumpieron con los másjocosos y disparatados atavíos, en simpática y grotesca comparsa». 20 El Salóncreó un nuevo espacio de disfrute y conocimiento de la caricatura y lailustración de corte humorístico, hasta entonces sólo factibles de expresarsea través de las publicaciones periódicas y amenas. Inaugurado en el palaceteque ocupaba la Asociación de Pintores y Escultores, en Prado 44, el Salónfue todo un éxito. Esto hizo que la Asociación, previo acuerdo con Massaguer,tomara la decisión de celebrar anualmente un Salón de Humoristas,«del mismo modo que está establecido en París». 21De hecho, los salones dejaron ver algunos de los destellos más originalesde la visualidad de vanguardia de estos años, de manera particularen la caricatura y las ilustraciones aplicadas a paneles decorativos,carteles y otros soportes, sin obviar algunas obras nacidas de la relacióngráfico-pintor, que tan buenos dividendos siempre le reportaría alarte cubano en todos los tiempos. A este maridaje respondió el retratoal óleo de Jorge Mañach debido a José Manuel Acosta, de evidenteimpronta cubista. También contribuyó al éxito de los mismos, la existenciacierta de un público ya entrenado en la recepción de los mensajesgráficos y su relación temática con la inmediatez social y política delpaís, equiparándolos con un arte comprometido o, al menos, novedosoy democrático.En contraste, las artes plásticas siguen identificándose con ciertas tendenciaseclécticas, cuando no con la Academia, esto es, con la obra únicahecha por una élite de consagrados o que aspiran a consagrarse en elculto a referentes tardíos de la pintura española e italiana, cuyos mensajesa simple vista no se relacionaban con los temas e intereses de los nuevostiempos que corrían. Los salones, con ser como eran expresión de lanaciente vanguardia gráfica, pusieron de manifiesto mucho más el talentocierto de un número de jóvenes, que la mayoría de los cuadros colgadosen las exposiciones de arte. Criterio que ya corroboró el primer Salón,Massaguer.pmd 9026/10/2010, 16:52

tal y como lo deja traslucir la siguiente nota: «Ha sido la primera vez queen Cuba se le concedía beligerancia a estos artistas, que a pesar de suaparente frivolidad y ligereza, constituyen una de las expresiones másprofundas de la inteligencia y sagacidad humanas». 22Además, propiciaron «el contacto con la obra original; experienciaque permitía ver con otros ojos en un ambiente galerístico una obra quemuy bien podía llegar a encontrarse en un periódico o una revista». Noobstante, «muchas de estas caricaturas estaban distanciadas formal yconceptualmente de aquellas con un carácter editorial. Con ellas loscaricaturistas dejaban vagar sus fantasías, inquietudes artísticas y, algomuy importante, no estaban bajo la tutela de la (auto) censura y del factortiempo de todo medio editorial. Se acercaban más, inclusive, al rangode obra artística, porque muchas tenían precio de venta en caso deaparecer un posible cliente. Así, los salones y exposiciones personales ycolectivas sobre humorismo gráfico, paulatinamente llegaron a ser unalínea alternativa para el género». 23El Salón de Humoristas representó un nuevo paso de Massaguer en suinterés por dignificar el arte de la caricatura y, a través de él, su arte. Elmensaje del cartel que promociona este primer Salón, de su autoría, bienlo ilustra, al representar a Orfeo, con la lira rota, mientras increpa a Pegaso,que se niega a conducirlo al cielo. Su universo se hace cada vez más unespacio de integración de la visualidad más cualificada en términos de artey de comunicación. Voluntad, cultura y previsión nunca le han faltado. Aestas virtudes, suma ahora una mayor autonomía económica para impulsarla obra hacia delante y hacia arriba. En ese París de provincia que empiezaa ser La Habana, no tiene más fronteras que las que se imponga él mismo.Él es su propio censor. De ahí que le dé luz verde a Roig en cuanto al vuelode los contenidos de Social, para lo cual empezará a acercar la vanguardialiteraria a sus páginas, tanto la nativa como la extranjera. Este será unobjetivo permanente en la agenda de Roig y Massaguer por estos años,así como de los viajes que realizan al extranjero; verbigracia, el de Roig aEuropa en 1919. Gracias al apoyo financiero que le ofrece a Roig la empresade Massaguer, en prueba de su consentimiento y hasta simpatía, esque puede pensarse en tales acercamientos y relaciones en aras de la consiguienteextraterritorialización del presente proyecto editorial. A Roig lo22Ibídem.23Axel Li: Dos instantes de lacaricatura cubana: Garrincha yJerez. Trabajo de Diploma.Universidad de La Habana,Facultad de Artes y Letras,La Habana, 2003.91Massaguer.pmd 9126/10/2010, 16:52

92que es de Roig, a Social lo que es de Massaguer. En consecuencia, él haráotro tanto en lo relativo al diseño gráfico.Cada nuevo número de Social dejará ver también un número de colaboradoresde real prestigio en la gráfica de comunicación. De la nacional,Jaime Valls, Rafael Blanco, Enrique García Cabrera, el fotógrafoJoaquín Blez, entre los más sobresalientes; de la internacional, OrsonLowell, Charles Dana Gibson, Dan Smith, Held, C. W. Kahles, MontgomeryFlagg, entre otros ilustradores y caricaturistas de afamadas revistasnorteamericanas (Judge, Life, Vanity Fair), cuyas colaboracionescomienzan a aparecer en la sección «Artículos de importación». Junto aestos se darán a conocer otros destacados gráficos cubanos como RafaelSurís, Gustavo Botet, P. A. Valer, José Manuel Acosta, José Hurtadode Mendoza, Enrique Riverón, Mario Carreño y José López Méndez.Massaguer, por su parte, está presente en la sección «Ellos» –quizás,por la timidez propia de todo iniciado y lo galante que era con las mujeres,todavía habrá que esperar un tiempo para que aparezca «Ellas»–, dondecaricaturizará a color y a toda página, y a veces a doble página, a personalidadesnacionales y extranjeras. En esta sección, en ocasiones, suscaricaturizados –sobre todo los de la alta burguesía cubana– están concebidoscon cierto hedonismo, que remeda la prosa edulcorada de lascrónicas sociales aludidas, no así con las de personalidades de las letrasy la política, entre las que se encuentran verdaderas obras maestras delgénero, como las de Enrique José Varona, Enrico Caruso, Cosme de laTorriente, Rafael Montoro, Aniceto Valdivia (Conde Kostia), etcétera.Lo que a la vuelta de los años hará de «Ellos» una de las galerías de caricaturasde personalidades contemporáneas, cubanas y extranjeras, másilustre y completa de todos los tiempos.El otro espacio asumido por Massaguer fue la portada de la revista. Enconocimiento de su importancia, supo insuflarle el atractivo visual quereclamaba, al sintetizar humor, vitalidad y optimismo, sin merma algunade su valor comunicativo. Tres cualidades igual de presentes en su personalidad,y que hicieron que Bernardo G. Barros lo llamara el «MarkTwain de la caricatura». (Todavía no se verificaba en el diseño de portadauna plena aceptación de la imagen técnica de la fotografía.) Es ciertoMassaguer.pmd 9226/10/2010, 16:52

que sus portadas están dentro de la mejor tradición de las revistas ilustradasnorteamericanas de su tiempo, pero en Social la diferencia estádada por la asimilación de aquellos factores esencialmente gráficos(línea, color plano, dibujo sintético, dinamismo) y su adecuado manejoen función de un mensaje cuya expresión y sentido últimos lo acercanmás a la impresión de la escena evocada que a la descripción de lo representado.Con tal estrategia de codificación también se correspondióel título o logotipo del mensuario, el que, por su brevedad, altura ygrosor del palo, devino un elemento gráfico más, facilitando su complementacióno integración a la ilustración, sin detrimento de su jerarquíaicónico-informativa.En tales trabajos Massaguer demostró igual talento para apropiarse delo foráneo como para asimilarlo de manera creativa, desechando todoaquello que no se avenía con el gracejo del cubano. En todos los casosrigió una imagen de identidad reconocible, en las que tampoco faltó laportada de continuidad a partir de un diseño tipo, donde el único elementovariable era la escena o motivo de la ilustración. En esta línea seencuentran las portadas de Social correspondientes al año 1921, cuyasilustraciones se enmarcan en un patrón de diseño sobre la base de undoble recuadro: en el primero se ubica el título de la revista –unas vecesen la parte superior, otras en la inferior– y demás textos; en el segundo,la escena alusiva al mes: holandesa (enero), veneciana (febrero), egipcia(marzo), mexicana (abril) y así sucesivamente.Esta concepción se retomará en las portadas correspondientes a 1923con un tema que siempre fue de su preferencia –tal y como lo había sidode los más importantes pintores y gráficos adscritos al art nouveau–: lasestaciones del año. Por ejemplo, marzo (viento), abril (flores), mayo(fiestas), junio (playa)... Cada uno de estos motivos o asuntos estánanimados por una joven: si el viento de marzo, ella se sostiene el sombrero,mientras la falda se eleva, dejando ver parte de los muslos; si lasfiestas de mayo, ella se tapa los oídos por el estruendo de los cohetes...La vida a tenor con la retórica persuasiva de implicación publicitaria,siempre tendrá en la belleza y vitalidad de la mujer joven su acento másexcelso en la cosmovisión gráfica massagueriana. El hombre, cuandoaparece, lo hace como complemento de la dicha implícita en la mujer93Massaguer.pmd 9326/10/2010, 16:52

94que acompaña; es su partenaire. Quien compre Social, comprará unpoco de esa juventud, vitalidad y belleza que proyectan sus portadas.Si es mujer, querrá ser como las muchachas de Social; si hombre, amarlas muchachas de Social. Luego, al abrir la revista, podrá seguir viendoanuncios que asumen igual retórica visual; pero, también, encontrará unapoesía de Alfonsina Storni, un ensayo de Unamuno, un cuento de HernándezCatá o un artículo hasta entonces inédito de José Martí, y todosellos ilustrados por los más nuevos y mejores artistas del país.La ilustración de portada también buscó a veces que el lector dejara suactitud pasiva, para poder finalmente interpretarla. Una línea, un trazo enapariencia escapado del texto dibujístico o algún elemento de ambientaciónsupuestamente insignificante, podía ser la chispa visual que desatarauna segunda lectura mucho más sugerente, que sólo la experiencia personalde cada lector completaría. En otras, las ilustraciones de portada sesustentan en apropiaciones y recontextualizaciones de modelos relacionadoscon la publicidad más identificada con los nuevos símbolos de laépoca, como el automóvil, el avión o la escena juvenil de franca inmediatez,vitalidad y actualidad; imagen esta última, que casi siempre refuerzala representación de los personajes vestidos al último crie de la moda.Esta cualidad que ya se esboza en el primer lustro de su existencia, sehará cada vez más patente durante el decenio del veinte, evidenciandoun paralelismo con el proceso de radicalización de sus contenidos. Deigual modo, es de advertir en el carácter anticipatorio de la portada, unlenguaje gráfico directo, sin complicación argumental alguna para el receptor.La percepción reclama precisión. De ahí su preferencia por la línea,a partes iguales texto e imagen, a la que se subordina el color comofactor exteriorizador de vitalidad, amén de agilizar el recorrido visual enrazón de un código gráfico identitario de estricto matiz generacional.Para «hacer firme» un ideal cultural como el que se propuso entoncesMassaguer con su revista –siempre sintió especial preferencia por Social–,tuvo que «hacer firme» un público a nivel económico, para lo cualfue imprescindible primero hacerlo a nivel de la recepción. Y esto fue loque logró nuestro artista. No de otra forma hubiera sido costeable unproyecto editorial de estas características en una sociedad capitalista, ymucho menos darle una continuidad en ascenso única en nuestro pe-Massaguer.pmd 9426/10/2010, 16:52

iodismo en lo numérico, tecnológico y cultural. De ahí la importancia dela publicidad en la revista, así como en otra cualquiera. Esta experienciano fue del todo atendida por los fundadores de la Revista de Avance,aun cuando la tenían de la época en que fueron colaboradores activos deSocial y Carteles, viéndose, primero, en la necesidad de aceptar suscripcionesy de incorporar algunos anuncios a regañadientes, y, tres añosdespués, en la necesidad de cerrarla. Escrúpulos parecidos a los de laRevista de Avance llevó al órgano del Lyceum Lawn Tennis Club, en1944, a una crisis financiera. En carta dirigida a su Consejo de Redacción,el poeta y editor español Manuel Altolaguirre –por entoncesestablecido en Cuba–, le recordaba: «Las revistas del tipo de Lyceumque tienen indudablemente una finalidad elevada y noble, pero no unafunción social amplia por tratarse más bien de minorías, no han logradoen ninguna institución sostenerse por sí mismas…». Un término medioentre estas dos revistas y Social, sería Cuba Contemporánea, que acogeel anuncio en las páginas finales, como algo que «desentona» con el carácterde la publicación, pero que hay que aceptar como un mal necesario.Social, en cambio, lo acoge en todo su corpus. La publicidad, parala existencia de una empresa editorial como la suya, es vital. También esconsciente de la importancia que, en términos estéticos, puede acarreareste hacer propio de la época para un nuevo y mejor decir en términosde arte y comunicación.El buen diseño no sólo vende el producto, sino que aumenta el placeren su uso. Es darle un valor de representatividad social y estético a unproducto, tanto como puede dársele a un espectáculo o a una ciudadpor sus valores artísticos e históricos –pongamos por caso, Venecia–.Massaguer es el primer cubano en comprender –de manera intuitiva,¡claro está!– lo absurdo ya de continuar separando el arte de la comunicación,y viceversa. Su ideario cultural, relacionado como estaba conel de nación, siempre estuvo indisolublemente ligado tanto con el mejorarte del presente y el de todos los tiempos, como con la gráfica decomunicación, entendida esta última en relación con las nuevas perspectivasque le abría a la sociedad el desarrollo tecnológico y los mediosde comunicación de masas (prensa, libro, cine, radio), así comocon la dignificación de la profesión y de sus profesionales fueran estosilustradores, caricaturistas, impresores o portadistas. 2424El término «diseñador»todavía no existía. Habría queesperar los treinta para oírhablar de diseño en Cuba,y ello ocurrirá relacionado conel «diseño de interiores»,término que por primera vezmanejara la diseñadoramatancera Clara Porset Dumasa su regreso de Europa, luegode entrar en contacto con eldiseño funcionalistade la Bauhaus. Mientras que eltérmino «comunicador» visualo social, empezaríaa emplearse en los setentaen algunos de los eventosde diseño gráfico de carácterinternacional que por entoncesse dieron en La Habana. Ver:Jorge R. Bermúdez: ClaraPorset: diseño y cultura.Editorial Letras Cubanas,La Habana, 2006.95Massaguer.pmd 9526/10/2010, 16:52

25Alejo Carpentier:«El periodista, un cronistade su tiempo», conferenciapronunciada en los talleresAlfredo López del periódicoGranma, el 15 de enerode 1975.96Para Massaguer no existe diferencia de clase entre el diseñador y elartista. A uno y a otro les da igual ciudadanía: creadores. Más que a unaclase social, él pertenece a la cultura. Su condición de gráfico y su autoestimaasí se lo exigen. No obstante, para la inmensa mayoría son artistasde segunda categoría. Este profesional de nueva savia, se identifica conel «portadista» y el ilustrador artístico, términos que reducen ostensiblementesu universo creativo. En los cincuenta, como resultado delauge de las agencias publicitarias, se le empezó a llamar dibujante comercialo diseñador comercial. En ambos casos, «comercial» calificauna actividad de creación que seguía sufriendo camuflajes semánticospara distanciarla de la relacionada con el llamado «arte puro». Sin embargo,la única distancia real entre uno y otro arte era la aptitud del primeropara democratizar ámbitos de recepción delineados por la inmediatezde los mensajes mediáticos, y su generalización a partir de sistemasde impresión y reproducción en serie; en tanto, el segundo, preferenciala obra única, hecha a mano, resultado de un culto al original que,desde el Renacimiento, en consonancia con una naciente economía capitalistay un mercado de arte, de manera arbitraria y de cara al elitismo,hará de toda creación no mediada por la imprenta una obra de arte mayor.Semejante valoración se interpondrá más tarde entre el periodista yel escritor. De ahí que Alejo Carpentier se preguntara: «¿Significa estoque el oficio del novelista, el oficio del historiador, sean iguales al oficiodel periodista? Acaso, no. Pero únicamente por modalidades de trabajoy por modalidades de técnica». 25Contrario a estos prejuicios y desigualdades, Massaguer, con su obraeditorial y publicitaria, le evidenciará a los demás, cómo desde ella sepodía hacer arte sin detrimento de la comunicación, y comunicación sindetrimento del arte; pero, sobre todo, cómo se podía ser artista y aglutinadorde hombres de arte. Él sabe que el primer producto lo vende elanuncio; el segundo, el propio producto. Social es el mejor ejemplo. Larelación es dialéctica: a mayor aceptación de la revista, más y mejorpagados los anuncios. El anuncio atrae al dinero... Y este las mejoresplumas, las que escriben y las que dibujan. Sus colaboradores se cuentanentre los mejores de su tiempo. Todo pueblo, en cada época impor-Massaguer.pmd 9626/10/2010, 16:52

tante de su historia, ha tenido una forma y expresión diferentes de insistiren su propio conocimiento. El de Cuba lo hizo por la poesía en la Colonia,y por el ensayo en la República. En cuanto a la gráfica, la Coloniase expresará por los álbumes de grabados sobre la geografía insular ylos tipos y costumbres de la sociedad, así como por la gráfica de envasedel habano; la República, por la ilustración publicitaria y la caricatura.Massaguer, para suerte suya y de la gráfica republicana, fue, talvez, si no el primero de sus protagonistas en el nuevo contexto, sí elque más influyó para que ambas manifestaciones lo fueran. Es tambiénel primer triunfador internacional de la gráfica cubana. El ser reconocidoafuera fue su principal aval para que lo fuera adentro; lamentableverificación que desde los orígenes nos ha impuesto nuestra condicióninsular y subdesarrollo económico y social. En él, arte y publicidad sonuna unidad. Es decir, no tuvo prejuicio alguno –como ya se ha dicho–hacia una forma de arte mediada por la tecnología y el cliente. Por elcontrario, vio en ella la posibilidad de expresión más viable, inmediatay abarcadora para alcanzar su superobjetivo: llegar a lo propio y a losdemás por vías universales, en tanto propósito último de toda la vanguardialatinoamericana. También perfiló una nueva estrategia paraencarar al cliente –por lo general, poco conocedor de arte y mucho menosde diseño– relacionando su particular interés con una perspectivaproyectual más involucrada con las aspiraciones sociales y culturalesde la época.A diferencia de no pocos de sus contemporáneos, para él se hizo naturalver arte en un dibujo publicitario, por sólo ubicar un ejemplo extremoen un universo visual personal que registró casi todas las modalidadesposibles de expresión artística de su tiempo. Concibió el anuncio a imageny semejanza de los sueños de los consumidores, cuando todavíaestos no estaban tiranizados del todo por la desleal competencia del consumismo.Esta concepción le permitió usar textos literarios a manera delemas, que prestigiaban el producto a partir de su identificación con laspersonalidades literarias que lo demandaban. Tal fue el caso de su excepcionalanuncio sobre los tabacos marca Larrañaga, en el que insertaun dibujo del poeta inglés Rudyard Kipling debido a la pluma de MontgomeryFlagg, y le atribuye la frase: «Hay placidez en un Larrañaga»,97Massaguer.pmd 9726/10/2010, 16:52

98que complementa el lema: «cantados por poetas de fama, fumados porhombres de gusto», (Social, abril, 1917).En los anuncios, como en los medios visuales que los portaban (periódicos,revistas, carteles, vallas, etcétera) podía darse toda suerte de experiencias,sensibilidades y estilos, siempre y cuando el que lo hacía tuvieraverdadera experiencia, sensibilidad y estilo. Siempre le dio rango artísticoal anuncio publicitario, el que cultivó a lo largo de su vida y de Social, llegandoa ubicarse junto con Jaime Valls entre los primeros en sentar laspautas de su modernidad en la cultura visual cubana.Otro antecedente de interés es el anuncio del automóvil Buick (Social,julio, 1916). Con un lema que hereda del que hiciera un año atrás en Gráfico:«El único rey de las lomas», aparece ahora estacionado frente almonumento de Antonio Maceo; el texto reza: «Los monumentos públicospodrán ser obra de arte, pero un automóvil perfecto también lo es». Estepie de imagen bien hubiera podido acuñarlo cualquier teórico adscrito a latendencia funcionalista del diseño industrial de vanguardia de la primeraposguerra, aunque no es el caso comparar a Massaguer con los padresde la Bauhaus. Monumento público (escultura: obra hecha a mano, única, decarácter artístico), automóvil (escultura: obra hecha por la máquina, seriada,de carácter utilitario). El anuncio antes comentado, no por más vistodespués, dejó de tener entonces un real interés formal y conceptual, al haceruso de locaciones con valor histórico y cultural para promocionar automóviles:medio de transportación cuya novedad bien se avenía a ello, independientementede que este recurso fuera utilizado más tarde –y conprolijidad– para promocionar los más diversos productos y servicios. Verbigracia:el uso que le dio la publicidad relacionada con la moda. Mientrasque en la Cuba del llamado «período especial», esta concepción de la publicidadsería la base de un nuevo subgénero de paisaje urbano, al asumirlos pintores la representación de automóviles norteamericanos de la décadadel cuarenta y el cincuenta, parqueados frente a la Bodeguita del Medioo la catedral de La Habana.Por la época de Massaguer, estas ilustraciones se hacían a plumilla,con el propósito de realzar el carácter artístico del anuncio. Tal fue la técnicaempleada en el que promocionó el auto Marmon 34, así como en laambientación de fondo: la fachada neobarroca del Centro Gallego (ac-Massaguer.pmd 9826/10/2010, 16:52

tual sede del Ballet Nacional de Cuba). Otras dos buenas primicias fueronlos anuncios de los automóviles Studebaker y Paige, y el que publicitóentonces la casi inhabitada playa de Marianao (Social, enero, 1919). Elprimero de los anuncios presenta el Studebaker a toda página, sin textoalguno; el segundo, muestra una elegante dama y su perrito sobre el dominanteespacio en blanco de la página, del cual parecen salir para abordarel auto marca Paige... En el extremo inferior y al centro, un brevetexto. En el de la playa de Marianao, aparece la foto de una joven entraje de baño, sombrilla en mano; arriba, en altas y en un puntaje mayor:¡QUÉ MIRAS! LA FIGURITA DE ESTA PÁGINA... A continuación,en bajas: «pues más le interesa el fondo de este cuadro que es la lindaplaya de Marianao...» donde no se ve nada, salvo el blanco de la página.Por último, el de la tienda El Encanto (Social, febrero, 1922): la páginaen blanco; en el centro de la misma, una fina orla enmarca un breve textoen 8 puntos: «El Encanto es la casa de los novios. Elija allí su habilitación».Massaguer era un admirador incondicional de la publicidad norteamericana,con mucho la mejor; sin embargo, ello no fue óbice para que enalgunas ocasiones, por escrito o de manera verbal, diera su criterio sobreella, sentando un punto de vista muy propio sobre el particular. Así,por ejemplo, en su artículo «La caricatura personal» comenta lo siguiente:«Los norteamericanos, que en sus maravillosas revistas ilustradas,lucen sus indiscutibles dotes de parodistas, fantasistas y satiristas, notienen más que un caricaturista de fama internacional: Alfred Frueh». Ymás adelante acota: «Como buen sajón, el sonriente amigo es algo ingenuoen la sátira». 26En Nueva Orleans, al representar a Cuba en la Convención Mundial deAnunciadores de 1919, ofrecerá una conferencia «medio humorista sobrelas pifias del anuncio norteamericano en nuestro mercado». Al respecto,diría Massaguer: «Los artistas (norteamericanos) son incapaces de hacerdibujos para Cuba, sin meter una dama con mantilla y un hombre con sombreropuntiagudo mexicano. Estas ilustraciones pretenden tener la atmósferadel país. Errores como este hacen del anuncio americano en Cubaridículo y deficiente. Hace poco un anunciante americano envió un representantea Cuba para que estudiase el mercado, para la venta de perfumes.26Conrado W. Massaguer:«La caricatura personal».Ob. cit., p. 23.99Massaguer.pmd 9926/10/2010, 16:52

100No estoy enterado en lo que ese caballero invirtió su precioso tiempo; pero,sí supe luego con sorpresa que en su report había declarado que Cuba eraun mercado pobre para esos productos, cuando la mujer cubana esinseparable de sus perfumes. No hay cubana, por pobre que sea, que nopueda mercarse un frasquito de perfume. Ella podrá dejar de comer, perono de perfumarse».A los anuncios ilustrados les seguirán los fotográficos. A la impresión enoffset se le sacará cada vez mayor partido en aras de una publicidadmucho más moderna y legible; la síntesis gráfica prevalecerá en funciónde las cualidades del producto, allí donde la imagen, por sí sola, es aptapara prescindir de todo texto. Pongamos por caso, el anuncio del talcoColgate (Social, febrero, 1919), en él aparece a toda página el dibujo aplumilla de una mujer recién salida del baño; en el ángulo inferior derecho,el envase del talco está dado como fotografía. Otro anuncio, estavez, de un automóvil, cuya foto llena toda la página. Otro más: Cupido(ilustrado) besa en la espalda a una bella mujer en su tocador (fotografía),mientras esta aspira el perfume Un jour viendrá (Un día vendrá).Esto sucederá con mayor pertinencia en las secciones dedicadas a dartestimonio de los acontecimientos sociales más destacados del mes (bailes,regatas, bodas, tardes hípicas, etcétera), o las que recogen las nuevasobras arquitectónicas que van poblando las barriadas aristocráticasde La Habana; pero, sobre todo, las que presentan a los artistas importantesde paso por los teatros de la capital. En estas últimas, preferentementededicadas a las artistas (bailarinas, actrices, cantantes), se une elinterés del testimonio fotográfico con el propiamente estético.Este complaciente y adecuado hedonismo en ocasiones hará uso dealgún recurso expresivo gráfico (viñetas, orlas, textos de fantasía) o «volará»la fotografía con el propósito de sobredimensionar el acto perceptivo.La fotografía irá ganando protagonismo en detrimento del texto y, enocasiones, a expensas de la ilustración artística. En esta línea están tratadasun número importante de imágenes que ilustran las ya comentadassecciones dedicadas al teatro y a la high society habanera, a las que sesumarán en 1920 las de cine y las que recrean vistas de lugares de interésartístico e histórico de La Habana y otras ciudades del país. Las decine las encabezan las principales estrellas del momento: Betty Blylthe,Massaguer.pmd 10026/10/2010, 16:52

Elaine Hammerstein (orgullo de la casa Selznick), Gloria Swanson, MaryMac Laren, Peggy Hiland y Priscilla Dean; actriz esta última, con la quela redacción de la revista se gasta el siguiente comentario: «En La Habanaes Miss Dean tan popular como la Mayendía o el negrito Acebal»,actores del muy concurrido y popular teatro bufo cubano. En el númerode junio aparecen las fotos de Tom Mix, John Barrymore, DouglasFairbanks, entre otros actores. Y aunque no faltará el dibujo, como elmagnífico de Pola Negri hecho por Dan Smith del World de Nueva York,estas secciones –y otras que vendrán en los subsiguientes años– expresaríanen Social lo que a escala de la sociedad ya venía dándose con elfotorreporterismo: el maridaje entre publicaciones periódicas y fotografía,al cual no sólo le debemos uno de los procesos comunicativos conmayor memoria de la época, sino también uno de los más aptos para dartestimonio del acontecer histórico y cultural, además de vertebrar el másingente protagonismo estético-comunicativo por la imagen visual en loque iba de siglo. Como embrión de la civilización de la imagen técnica, lafotografía será referente primero de todo esfuerzo creativo en el campode la comunicación visual encaminado a la concreción de una expresiónidentitaria nacional.Para entonces Social costará 40 centavos. Y para explicárselo a loslectores de la revista, como a los de este texto, nada mejor que el siguientepárrafo de Massaguer: «¿Cómo vamos a seguir cobrando 30miserables centavos, por algo que proporciona horas y días de felicidad,cuando la misma cantidad exige el fotinguero por un viaje de tresminutos del Muelle de Luz al bar de Vista Alegre? (...) Y además, existeotra causa, muy digna de especial mención –como dicen en el Quijote–la cuestión del papel. ¡Por algo anuncian los peleteros que van a volver autilizar cuero en la fabricación del calzado!». 27 El don de Massaguerpara persuadir con humor, una vez más, se ponía de manifiesto. Estedon, sin dudas, fue el que lo hizo, sino el primero, sí uno de nuestros másemblemáticos profesionales de la publicidad, al comprender que estaera un acto de persuasión antes que de promoción. Así lo testimoniaráen la publicidad de su nueva empresa editorial, la revista para niñosPulgarcito, aparecida en enero de 1919: «El juguete más costoso no duraun año. Una suscripción a Pulgarcito es una alegría que se prolonga27Conrado W. Massaguer:«De mí para ti», en Social,junio, 1920, p. 11.101Massaguer.pmd 10126/10/2010, 16:52

28Conrado W. Massaguer:«De mí para ti», en Social,octubre, 1921, p. 15.102durante un año». Y justo un año duró. ¿Las causas? Tal vez su carácteracendradamente literario y la competencia que en el sector juvenil de lamedia y alta burguesía nacional le hacían los libros de lectura impuestos porlos programas docentes de las escuelas privadas, en su mayoría de carácterreligioso, sin obviar revistas foráneas de la calidad de la argentina Billiken yel naciente mundo de las historietas ilustradas. Sin embargo, para Massaguer,la causa fue otra: «la indiferencia de los padres cubanos». 28Pulgarcito devino una versión de Social para niños. Su «hermanitomejor», según Massaguer. Su pequeño formato (15 x 22.5 cm.) puedeinferirse de su interés por homologarlo en lo formal –no así en el contenido–con los citados libros escolares. La portada sigue a grandes rasgosla concepción que rige en las demás revistas de Massaguer: motivocentral autosuficiente, en este caso, expresado con un dibujo amplio,sintético, de colores planos contrastados, alusivo a personajes de cuentosy libros famosos: El gato con botas, Robinson Crusoe, BlancaNieves, Pinocho... Y, por supuesto, Pulgarcito. (Téngase presente queen el dibujo de personajes de cuentos infantiles todavía no existía el referentede Walt Disney, que con tanta pertinencia obrara en esta modalidadde ilustración durante casi todo el siglo, y del cual no escaparía deltodo ni siquiera Juan Padrón, autor del popular mambí Elpidio Valdés.)El orden y estructura de los contenidos se repiten en cada número. Larevista transcurre con una dinámica aceptable a tenor con su didactismo,exento de ñoñez, en la que sobresalen secciones tales como «El mes»(abre cada número y se dedica a comentar el origen del nombre del mescorrespondiente, sus características climáticas, el signo del zodiaco al quepertenece y efemérides históricas), «Cuento», «Nuestros amigos los animales»,«Los cuentos de hadas que son verdad», «Banderas y escudos»,«Los niños en el arte», «Modas», «Los uniformes», «Física recreativa», todascon sus correspondientes ilustraciones. También contiene seccionesdonde es dominante la imagen visual, como la dedicada a presentar fotosde niños a toda página, algunas realmente excepcionales por su belleza,como las salidas de la lente de Blez, Colominas, Del Pino, entreotros notables fotógrafos habaneros del momento. Otras secciones conénfasis en la imagen son las dedicadas a historietas, concursos de pintura,dibujos para colorear, pasatiempos, etcétera. Esta revista aguardaMassaguer.pmd 10226/10/2010, 16:52

todavía por un lugar en la historia de nuestra literatura infantil. Poco conociday menos estudiada, Pulgarcito fue única en su momento.Seis meses después de salir Pulgarcito, Massaguer, en copropiedadcon su hermano Oscar, lanza el primer número de Carteles: revista deespectáculos –de ahí el título–, que luego se convertirá en semanariopopular. Siguiendo los pasos de Social, Carteles fue el primer semanarioa escala mundial en imprimirse por el sistema fotolitográfico (offset),adelantándose a Estados Unidos e Inglaterra, que todavía tardarán cercade dos años en ensayar y definitivamente adoptar este sistema deimpresión. Pasado el tiempo de los riesgos y tanteos, es posible quepara algunos estas publicaciones pongan en evidencia –una vez más–cierto afán de lucro y notoriedad por parte de Massaguer. Pero, lo querealmente empieza a ponerse en evidencia, es ese ideal muy suyo de irhaciendo más horizontal el proceso culturizador que se había propuestodesde el extremo más alto de la vertical con Social.En 1921 lanza Cinelandia. La revista se caracterizará por su desplieguefotográfico, con «más de 20 retratos de los favoritos del arte mudo», yuna portada que tiene como constante de diseño la caricatura a todo colorde una personalidad del cine de la época. Por ejemplo, en la portada defebrero de dicho año aparece una magnífica caricatura de Max Linderhecha por Massaguer. (Tiempo después, la caricatura de la portada seríasustituida por una foto volada a todo color de la actriz o actor seleccionado.)Es posible que en esta diversificación de su empresa editorial, tambiénincidiera el interés de Massaguer por darle a Social un mayor protagonismoen la divulgación de la literatura y el arte –contenidos más querepresentativos de la tradición vernácula en esta modalidad de periodismo–y, al mismo tiempo, aligerarla de otros con un público más específico,como en el caso del infantil (Pulgarcito), o del que gustaba de lasfrivolidades del mundo del espectáculo y de la actualidad nacional (Carteles),o la naciente grey de fans que empezaba a generar el más novedosodel cinematógrafo (Cinelandia). En el caso de Cinelandia, parece haberconcurrido otro factor, el espacio que dejó el cierre de Cuba Cinematográfica(1912-1919), aun cuando se había triplicado el número de cinesexistente en la Isla, así como intensificado la penetración del cine norteamericano.Con todo, ello no impidió que la crisis económica por la que103Massaguer.pmd 10326/10/2010, 16:52

29Conrado W. Massaguer:«De mí para ti», en Social,agosto, 1921, p. 48.30Conrado W. Massaguer:«De mí para ti», en Social,enero, 1922, p. 5.31Jorge Mañach: «El decenariode Social», en Social,febrero, 1926, p. 9.104atravesaba el país desfavoreciera su posicionamiento a pocos meses desu aparición, viéndose «la dirección de Cinelandia obligada a suspendertemporalmente su publicación... y refundirse en la sección “La pantalla” deCarteles, que llevará el título de Cinelandia desde julio». 29No obstante, Social seguía llenando la mejor parte del tiempo de Massaguer.No era cosa de juego hacer la revista insignia del periodismo social y culturalde la época con la calidad requerida y ganar hondura en los contenidos.«Sólo Dios y nosotros sabemos la serie de afanes y sacrificios que representaen nuestro medio ambiente el sostener una publicación de esta índole», 30escribiría a inicios de 1922. Mientras que Jorge Mañach, en el número conmemorativoal décimo aniversario de la publicación, precisaba: «Nadie seimagina cabalmente lo que representa mantener en Cuba durante diez añosuna revista artístico-literaria y social, substrayéndose a los criterios menguados,a la cursilería y al poco más o menos». 31Estos contenidos y el despliegue de recursos propios de la gráfica decomunicación para darles una dimensión visual a tenor con la novedadde los mismos, por el momento, serán atisbos de un cambio que, de manerafragmentaria pero inequívoca, empieza ya a vislumbrarse; anticipo,sin dudas, del proceso de radicalización que irá operando en Social apartir de ahora y durante toda la «década crítica», como la llamara suamigo y futuro intelectual marxista Juan Marinello. Y es que Massaguer,en la medida que se va encontrando a sí mismo, se hace más cubano yuniversal. El mejor síntoma del comentado cambio bien puede verificarse,en un primer momento, en el nuevo sentido que cobra el componentefemenino en los contenidos de la publicación. Si en los inicios el espacioque se le daba a la mujer en la revista se ceñía en lo esencial a la crónicasocial, en la que primaba un tratamiento afectado y superficial de esta encorrespondencia con el interés de la clase a la que iba dirigida, ahora,por el contrario, es otra mujer, menos superficial y más atenta a las cuestionesdel espíritu y la cultura, la que empieza a ganar un lugar en suspáginas. Así lo evidencian de manera anticipada las secciones «Poetisascubanas» y «Costumbristas cubanos», ambas a cargo de Emilio Roig deLeuchsenring. Si en la primera, creada un año atrás, Roig había presentadodoce poetas ya desaparecidas (una por número), ahora, en 1920,presentará doce en activo, entre las cuales destacan Luisa Pérez deMassaguer.pmd 10426/10/2010, 16:52

Zambrana, Dulce María Borrero, Emilia Bernal, María del Villar Buceta,Lola Rodríguez de Tío y Graziella Garbalosa.El interés que Roig manifiesta en asuntos relacionados con la cultura ehistoria nacionales desde su nombramiento como Jefe de Redacción deSocial, se hará cada vez más evidente en los subsiguientes años. En1921, en la sección dedicada a los escritores latinoamericanos, presentados poetas mayores que recién empezaban a darse a conocer al públicodel continente: Alfonsina Storni y Juana de Ibarbourou. Y en el númerode marzo de dicho año, Roig le dedica una página y media a la joven y desconocidapoeta Mariblanca Sabas Alomá. Así comienza el citado artículo:«Si Mariblanca fuese hombre, o aun siendo mujer hubiese nacido en unpaís que como Rusia se encuentra en estos momentos en plena e intensatransformación social, ocuparía, sin duda, uno de los primeros puestosentre los leaders de las nuevas doctrinas, directores de multitudes. PeroMariblanca, cubana, tiene que conformarse con ser un rebelde espíritu,inadaptada e inadaptable al medio en que vive y cuya voz –anatema yariete para todo cuanto juzga merecedor de censura– se pierde, sin queencuentren apenas sus palabras campo abonado donde pueda fructificary extenderse». 32¿Quién habría pensado un artículo como este cinco años atrás? Es ciertoque la mano del futuro Historiador de La Habana ya se ve desde losnúmeros correspondientes al quinto aniversario de la revista, y cada vezse verá más; pero, también, este proceso que llamamos de radicalizaciónde Social, pasaba –necesariamente tenía que pasar– por Massaguer.No de otra forma su Jefe de Redacción habría podido llevar a vías de hechoeste proceso de manera progresiva en correspondencia con las transformacionesque se iban operando en el organismo social en general y enla cultura artística y literaria en particular. También es de notar que en lamedida que los contenidos de índole cultural aumentan, en igual proporciónse reducen los relacionados con el «gran mundo» social. Por ejemplo,en el primer número de 1921, se contabilizan veinticuatro páginasdedicadas a la literatura (poesías, cuentos, comentarios, etcétera), y sólocinco a las actividades sociales, sin contar las que recogieron artículossobre arquitectura, diseño de interiores, artes plásticas, etcétera. Es elpropio Massaguer quien anunciará en dicho número algunas novedades32Emilio Roig de Leuchsenring:«Poetisas cubanas», en Social,marzo, 1921, p. 39.105Massaguer.pmd 10526/10/2010, 16:52

33Conrado W. Massaguer:«De mí para ti», en Social,enero, 1921, p. 11.106para empezar el año, destacándose la sección «Cubanos ilustres», dedicadaa presentar figuras de la cultura cubana ya desaparecidas. La mismacontará con una página de presentación, donde se recoge la foto ograbado del personaje seleccionado y su firma autógrafa al pie, a la quele seguirán las correspondientes a su biografía y juicio crítico, debidos ala pluma de un escritor cubano contemporáneo. En esta sección, másque en ninguna otra, se transparentará el sentimiento patriótico que primabaentonces entre los que hacían la revista, nada ajeno a la grave situacióneconómica y política por la que empezaba a transitar el país, yque hará explícito el propio Massaguer cuando informa a los lectoresde la buena nueva: «De esta manera mantenemos siempre el espíritueminentemente nacionalista que ha sido una de las características deSocial». 33La sección se inició con la figura de José Antonio Saco, correspondiéndolea Figarola Caneda la biografía y juicio crítico. Le siguieron José dela Luz y Caballero, por Francisco González del Valle (febrero); CarlosManuel de Céspedes, por Francisco de Paula Coronado (marzo); JoséMartí, por Néstor Carbonell (abril), etcétera. El número de mayo se dedicócasi por entero a Cuba, exaltándose el orgullo patrio y su pasado desdela misma portada, en la que se representa a una cubana bordando eltriángulo rojo de la bandera, mientras evoca una carga de la caballeríamambisa. En cuanto a los contenidos, sobresalen «La asamblea de Jimaguayú»,por Joaquín Llaverías; «Los presidentes cubanos en armas»y «Los presidentes de Cuba», y el cuento «La bandera», de HernándezCatá; de la sección fotográfica, una vista del recién inaugurado PalacioPresidencial (La Casa Dorada); en «Ellos», las caricaturas de los reciénelectos Alfredo Zayas y Francisco Canto, presidente y vicepresidente,respectivamente y, en «Cubanos ilustres»: José María Heredia, porLuciano de Acevedo. Como se ve, en este número todo o casi todo lorelativo a sus contenidos, llevará al lector a una toma de conciencia de lodifícil del camino por el que empieza a adentrarse la nación, sin posibilidadde salida a mediano plazo. En consecuencia, ni Massaguer ni Roigesperarán el aniversario redondo de la proclamación de la República acelebrarse el siguiente año y, cuando ello ocurra, será un número pálidoMassaguer.pmd 10626/10/2010, 16:52

en relación con el comentado. Hay premura, desencanto y malestar. Losacontecimientos no son para menos: Sumner Welles, supervisor del Departamentode Estado confirma el triunfo de Alfredo Zayas, luego de queel gobierno saliente entorpeciera las elecciones. Y aunque la zafra fuede casi cuatro millones de toneladas de azúcar, con un valor de 273,2 millones,ya se empieza a vislumbrar el fin de la bonanza económica. Paracolmo, Menocal deja el país con una deuda de 40 millones. Y entre huelgay huelga, circula una proclama atacando al gobierno norteamericano eincitando a tomar venganza en Crowder, enviado por Washington a supervisarlos escrutinios electorales, en caso de ser ejecutados Sacco y Vanzetti.Cabe preguntarse, por último, en relación con este excepcional númerode Social, ¿por qué Heredia y no Martí en la sección «Cubanos ilustres»?¿Por qué no se invirtieron los personajes, para que a Martí le correspondierael número de mayo, aniversario de su caída en combate en DosRíos? Heredia había sido para los revolucionarios cubanos del siglo XIXlo que Martí sería para los del XX. En cuanto al Maestro, habría queesperar todavía algunos años para que la intelectualidad cubana y latinoamericanade vanguardia empezara a darle su justa dimensión histórica,aunque este no era el caso de Massaguer y Roig. La mejor pruebade los criterios encontrados existentes entonces con respecto al protagonismocívico y patriótico de Martí, y de la influencia de la políticanorteamericana en los destinos de la Isla, fue el resultado de la encuestarealizada por El Fígaro años atrás, para elegir al patriota que ocuparíael lugar que hasta entonces había tenido la estatua de Isabel II en elParque Central de La Habana. En dicha encuesta, Martí ocupó el primerlugar con una ventaja mínima de cuatro puntos sobre su más próximocompetidor: ¡una reproducción a menor escala de la estatua de La Libertadexistente en la bahía de Nueva York! (Por la estatua de Martí: 375votos; por la de La Libertad: 371). Habría que esperar Glosas al pensamientode José Martí, de Julio Antonio Mella, publicada en la revistaAmérica Libre en abril de 1927, para que la verdad de su vida y obraempezara a hacerse cada vez más firme en la conciencia de todos, y seviera en «el hombre más puro de la raza americana», al decir de GabrielaMistral, primero al Apóstol, luego al Héroe Nacional. Igualmente meritoriofue el trabajo de Roig por dar a conocer en Social textos inéditos107Massaguer.pmd 10726/10/2010, 16:52

34Para más información ver:Urbano Martínez Carmenate:Bonifacio Byrne. EditoraPolítica, La Habana, 1999.34Para más información ver:Jorge R. Bermúdez:«José María Heredia, poetanacional», en Unión, no. 51,julio-sept., 2003.108de Martí, amén de otros debidos a las plumas más destacadas de laépoca.A la generación de Massaguer, primera de la vida republicana, apenasla separaban veintiún años del siglo que recién había concluido, y más deochenta de la muerte de Heredia. El gran cantor del Niágara seguía perfilándosecomo el Poeta Nacional de Cuba, aun cuando este título ya sele había concedido a Bonifacio Byrne mediante ley publicada en la GacetaOficial el 20 de julio de 1920. 34 A favor del mismo, había obrado sunotoriedad como poeta de la última guerra de independencia y delantinjerencismo; condición esta última, que bien remató con su poemaMi bandera (1899), en el que había expresado, con genuina emociónpatriótica, la frustración existente como resultado de la prolongada intervenciónnorteamericana. Sin embargo, para Massaguer y Roig el decretosólo sirvió para legitimar una idiosincrasia de excesos, no del todoajena a intereses políticos, ya que no impidió que el autor del Himno deldesterrado siguiera siendo para ambos el Poeta Nacional de todos loscubanos. 35Esta modificación sustancial en cuanto al volumen y calidad de los contenidoshistóricos y literarios, tendrá su correspondencia en la gráficade la revista. Así se verificará en las secciones ya creadas y en las denueva creación, como la titulada «De ayer». Con esta sección, en ciertamedida latente desde antes en las vistas fotográficas de La Habana queencabezaban los sumarios, tal parece que quisieron remedar, a un nuevonivel de desarrollo tecnológico, las series grabadas de los álbumes devistas del período colonial. Asimismo, es de inferir cierto propósitopromocional en relación con la importancia que al turismo le concedíaMassaguer. Desde su inicio –lo que ocurre en 1920– desplegará fotografíasa toda página de gran calidad artística sobre lugares urbanos yrurales de interés del país. La primera será una fotografía a página voladade la Catedral de La Habana, a la que le seguirán en números posterioresla torre del castillo de La Fuerza, la calle de Tejadillo, el castillo deCojímar, la puerta principal de ingreso al cementerio de Colón, el Palaciode los Capitanes Generales, etcétera, las que, con los años, se convertiránen verdaderos tópicos de la identidad visual de la capital. Otrasveces, cuando se da la ocasión de potenciar aún más el medio motivoMassaguer.pmd 10826/10/2010, 16:52

de la sección, no se desaprovecha, como ocurre con las dos fotosaéreas de La Habana salidas del lente de Liaño (Social, enero, 1921): laVieja comprende el Centro Histórico y la bahía; la Nueva, el Prado,Parque Central y áreas aledañas. También se recoge una foto del ingenioazucarero Progreso, tomada en 1879.Estos materiales sientan un precedente informativo y de diseño hastaentonces único, al hacer de la fotografía un acto de visualización de lamemoria. Tal es la conciencia que de esta imagen técnica se tiene enla gráfica de la revista, que cinco meses más tarde aparecerá en sus páginasla convocatoria al primer concurso de fotografía de que se tenganoticia en Cuba. He aquí las bases: «El autor de la mejor fotografía deasunto cubano (escena familiar o de costumbres ya rurales o capitalinas)será premiado con una cámara fotográfica, con su trípode y chásis y unbuen equipo de placas y química. Tamaño: Se aceptan todos los originalesque tengan 4” x 5” como mínimo. Envío: Debe enviarse entre doscartones (no en forma de tubo) a Social. Advertencia: Esta revista entregarámenciones honoríficas a las diez mejores fotografías que sigan a lapremiada. No devolverá ninguna fotografía que entre en el concurso,quedando en libertad de publicar las mejores en números posteriores». 36El premio fue dado a conocer en enero de 1922, y recayó en el habaneroEmilio Roelandts, con la foto de costumbre titulada «Ño Juan».Sin perder la definición de su inicial perfil editorial –algo sin sentido en unarevista ya posicionada–, Social manifiesta una continua voluntad de renovaciónque, por ser la misma que le diera origen, buscará ponerse a tonocon los nuevos derroteros que le traza la época y la sociedad. También laexpresión gráfica de Massaguer. Tal y como ya se venía constatando ensus caricaturas en blanco y negro, y en las hechas a todo color y a una páginapara la sección «Ellos», ahora se verificará en la creación de unanueva: «Massa-Girls». Sin obviar las viñetas e ilustraciones en función dela publicidad y de los contenidos artísticos y literarios de la revista, a cuyavariedad estilística y rigor formal no sólo contribuye Massaguer, sino tambiénlas colaboraciones de los más importantes artistas del lápiz a escalanacional (Valls, García Cabrera, Acosta, Barsó, Valer) e internacional(Montgomery Flagg, Charles Dana Gibson), a los que se sumará RafaelSurís, a poco nombrado por aquel subdirector artístico de la revista.36Conrado W. Massaguer:«De mí para ti», en Social,junio, 1921, p. 15.109Massaguer.pmd 10926/10/2010, 16:52

37Se le llamaba «botella»a aquellos puestos de trabajoque eran dados comoprebendas por los políticos asus partidarios, sin estostrabajarlos.110De Surís serán las ilustraciones de los recuadros ornamentales del sumariocorrespondiente a los números de 1922, en los que, con un dibujodel más puro estilo art nouveau, representa desnudos femeninos alusivosal zodiaco. Massaguer, por su parte, en «Ellos», hará notar un cambio encuanto a la condición social de los caricaturizados: ya no abundarán tantolas personalidades de la alta sociedad habanera y los presidentes de sussociedades, y sí las del mundo de la política, las letras y las artes nacionalese internacionales. Tampoco faltarán algunas a doble página, a manera deuna escena ilustrada, donde atacará los vicios que venían lastrando la vidapública del país. De esta línea es la del político que, desde su auto descapotado,último modelo, se sorprende al oír a un negrito pregonar «botellas».37En cuanto a las «Massa-Girls», si bien se sigue atendiendo al sectorfemenino de la alta sociedad habanera, se apunta a su componente másjuvenil, existencialmente apto para insuflarle la suficiente vitalidad y novedada la sección, en la que no faltará la intención crítica. Todo hace suponerque este tipo femenino se inspiró en la «Gibson-Girl», así llamadapor su autor, el ilustrador norteamericano Charles Dana Gibson. Durantelas primeras estadías de Massaguer en Nueva York, Dana Gibsonestaba en lo más alto de su carrera. El mayor halago que se le podíahacer a una joven neoyorkina era compararla con una Gibson-Girl. Esteartista de la ilustración hizo un ideal de belleza femenino con el que todoel mundo podía identificarse, independientemente de su origen social.La idea de un tipo femenino como el creado por Dana Gibson, parecehaber estado en los planes de Massaguer desde el inicio mismo de Social.Se ha querido ver un precedente en «Nena», concebida en 1916. Sinembargo, este personaje todavía estaba apegado al carácter descriptivodel costumbrismo decimonónico, como para que su autor alcanzara através de él la síntesis gráfico-expresiva del hecho crítico a plasmar converdadera novedad. En consonancia con su condición de caricaturista,se propuso dar toda una situación en un rostro, rechazando así el criteriode escena al que acostumbraban los grandes ilustradores norteamericanos.«Ellas», sección complemento de la masculina, sería el otro paso.Pero sólo con las «Massa-Girls» alcanzará ese propósito. En el númeroque da inicio al decisivo año de 1921, aparece la primera: «la románti-Massaguer.pmd 11026/10/2010, 16:52

ca». A esta le seguirán, entre otras, «la coqueta», «la santita», «la delVedado Tennis Club», «la del cerquillito», «la boy», «la debutante» y «laflapper», antecedente esta última de lo que la escultora Clara Sheridancreyó distinguir por entonces como «el tercer sexo». Con sólo la expresióndel rostro y una cuidadosa selección en cuanto al peinado, la posturay el vestir del personaje aludido, donde no falta cierto tratamiento delcolor con un valor simbólico, Massaguer dará en cada nuevo número untipo femenino juvenil, de gran sensualidad y vitalidad, tal y como las veíaen la calle Obispo, en la semana de aviación en Columbia o en las playasaledañas al Almendares. Las «Massa-Girls» van a devenir, con mucho, núcleovisual dinamizador de las que luego darían en concebir algunos delos más importantes ilustradores y caricaturistas cubanos; por ejemplo,«las habaneras» de Enrique García Cabrera y las mismísimas «criollitas»de Wilson. Sin obviar las ultra-chic de Jaime Valls. Aunque su tipo femeninocasi siempre rebasó la veintena; mientras que el de Massaguer,no. Según Barros, Valls las quería «más experimentadas y serenas».Por último, un breve pie de imagen –ya que todo o casi todo está dichoen el dibujo– precisa cualquier fluctuación en la decodificación del personajefemenino representado, amén del título mismo de la sección: «Massa-Girls», resultado del juego fonético generado por las dos primeras sílabasdel apellido del autor –en el argot cubano: cuerpo de mujer «envuelto encarne», según el canon de belleza femenino entonces dominante– y el término«muchacha» en inglés, que identifica a la clase social aludida con elmodo de vida norteamericano, a todas luces paradigmático para la épocay el propio caricaturista. 38Los anglicismos y los anuncios publicitarios de importación provenientesde los Estados Unidos reproducidos por Social –norma que ni con muchoera de su exclusividad–, así como las relaciones de su editor con el ámbitoprofesional de la gráfica neoyorkina y el patrón mismo de concepciónde la revista, presumiblemente, fueron las causas más evidentes de lascríticas que recibiera su director con respecto a su contribución a la norteamericanizaciónde la sociedad republicana. También los primeros movimientosplásticos cubanos de vanguardia fueron acusados de europeizadosy extranjerizantes. Con todo, dicha aseveración reconoce sólo unaspecto del problema, quizás, el más superficial. Massaguer, al igual que38Hacia 1924, Massaguer ledio mayor importancia al piede imagen de las «Massa-Girls».Dos buenos ejemplos: La jovencon antifaz: «¿Me conoces? Concareta o sin ella nunca lallegaremos a conocer»; La quelleva por tocado un ostentosopañuelo: «Cuandolos turbantes turban».111Massaguer.pmd 11126/10/2010, 16:52

39Guy Pérez Cisneros:Las estrategias de un crítico.Ob. cit., p. 182.112una parte importante de la sociedad republicana, incluido el sector intelectual,veía con simpatía el naciente modo de vida norteamericanoy los progresos que su industria hacía en relación con la de los países desarrolladosde Europa. Su ideología, por consiguiente, fue resultado de lainterpretación de ese modelo de desarrollo en el período de mayor bonanzaeconómica de la burguesía cubana. Sin embargo, la falta de un verdaderoespíritu burgués moderno en dicha clase, evidenció bien pronto unaconcepción del capital más anticuada que la de sus antepasados sacarócratas:lejos de reproducir riquezas, las inmovilizó, cuando no las vendió;por segunda y última vez, perdió la oportunidad de constituirse en burguesíanacional y disputarle a sus amos el dominio de la Isla.Social, en cambio, como hecho estético-comunicativo en el campoeditorial de inicios de la República, no perdió esa oportunidad. El que susreferentes fueran las mejores revistas norteamericanas, es lo que le permitiráluego, una vez decantadas las influencias, volver al punto de partida,es decir, a lo nacional, con una real noción de los nuevos valoresidentitarios en el campo de la gráfica. Este «doble viraje», como lo llamaAmbrosio Fornet, caracterizaría luego a toda la vanguardia. Y es lo queexplica que Social llegue a ser la primera de nuestras revistas de vanguardia,ganando para la gráfica de comunicación un lugar privilegiadomucho antes de que esto se cumpliera en las manifestaciones de la plástica.Solamente Massaguer tuvo entonces el poder de creación suficientepara hacer con Social lo que años después el crítico Guy PérezCisneros le pidió a los artistas plásticos que hicieran: «darle carta denaturalización a todo lo que precisamente no fuera “típicamente cubano”».39De hecho, en el primer lustro de vida de Social (1916-1921), todavíadominaba en el ámbito artístico de la Isla la pintura academicista de influenciaitalianizante e hispanizante. Recuérdese, además, que Massagueres contemporáneo de Esteban Valderrama y Antonio Rodríguez Morey.La abismal distancia que hay entre su obra y la de estos dos últimospintores académicos en dicho período, explica lo acertado de su elección,al tener por modelos lo más avanzado de la gráfica de comunicaciónde la época. Objetivo este último que no alcanzaría la plástica hastaque no hiciera otro tanto respecto a las vanguardias artísticas europeas.Massaguer.pmd 11226/10/2010, 16:52

En esta actitud mimética de la primera hora estarán contenidos los elementosde la emancipación estética de las manifestaciones gráficas ypictóricas cubanas y latinoamericanas. Sólo que la gráfica fue primera.Es posible que quienes enjuiciaron negativamente a Social por su supuestoservicio a la norteamericanización de la cultura cubana, adolecierande la misma miopía –si no fueron los mismos– de los que acusaronde europeizantes a Víctor Manuel, Carlos Enríquez y tantos otros. Sólouna diferencia sustancial entre Massaguer y los artistas plásticos antesaludidos: él tomó por referente de su actividad profesional la gráfica, laedición y la publicidad de un país que seguiría incidiendo –¡y de quémanera!– en los destinos de Cuba durante todo el siglo; aquellos, la pinturade una nación ya convertida en potencia de segunda clase, cuyapresencia en la vida política, económica y cultural de la Isla no sería tanrelevante como en épocas pasadas. En este contexto, si ya no tenía resonanciaalguna acusar de afrancesado o europeizado a un artista cubano,sí la tendría –y cada vez más– acusarlo de norteamericanizado. Hablarde la influencia de Gauguin en Víctor Manuel, o del surrealismo en Lam,era un aval; hablar de la influencia de Charles Dana Gibson en Massaguer,o de Vanity Fair en Social, era descubanizar una parcela de los mediosde comunicación nacionales. Aun así, Social fue a la gráfica de comunicacióncubana, lo que el béisbol al deporte: donde se decía hit, dijo jil, ydonde home run, jonrón.El hecho de ser Social la primera publicación de su tipo en el mundo enrealizarse por entero con el procedimiento offset, apenas un año despuésde salir a la calle, testimonia, por una parte, el grado de competitividada que ya la había expuesto su autor en relación con las norteamericanas–como si La Habana se hubiera puesto a competir conNueva York–, y, por otra, su forma muy cubana de apropiarse de lo foráneoen aras de incentivar en el campo editorial un ideal de nación a laaltura de las que le servían de referente. «En cuanto a Social —escribíapor entonces el crítico y caricaturista neoyorkino Carlo de Fornaro—,no hay nada por aquí con qué compararlo; pues hasta nuestra excelenteVanity Fair no tiene esas páginas de colores de admirables caricaturas,y lo extraordinario de la calidad del papel.» 40 De hecho, su internacionalizaciónocurre en la misma medida que tales apropiaciones se40Carlo de Fornaro: «De mípara ti», Social, marzo,1920, p. 11.113Massaguer.pmd 11326/10/2010, 16:52

41Duanel Díaz: Mañacho la República. EditorialLetras Cubanas, La Habana,2003, p. 80.114convierten en un nuevo instrumental de naturalización de lo cubano. Ypara ello ahondará desde lo propio en un espectro mayor de realidadesconcernientes a la vida social y cultural del mundo desarrollado de laépoca, con el cual se homologará en su respectivo contexto como máximoexponente del boom de las grandes revistas ilustradas, en particular,las norteamericanas Vanity Fair, Vogue y Life. Su trayectoria fue unapermanente adecuación al reto que le impusieron las transformacionesde la intelectualidad cubana del momento, en tanto resultado de las propiasde la sociedad a escala nacional e internacional.Sin proponérselo, y casi hasta por añadidura, Social vino a llenar elvacío que existía entonces en el país en cuanto a revistas de arte. Lasespecializadas en esta función por la fecha que nos ocupa, Revista deBellas Artes (1918) y Gaceta de Bellas Artes (1923-1928), no tienen comparaciónalguna con ella en cuanto a calidad, continuidad editorial yconcepción gráfica. Social, en conclusión, vino a ser para la gráfica editorialde inicios de la República, lo que el Malecón habanero para susociedad: celebrado desde su construcción como «símbolo del progresoy la democracia norteamericanos, se convierte en símbolo de un nacionalismoque ha asimilado la democracia como un atributo de lo cubanofrente al tradicional aristocraticismo español y el orden jerárquico de lasociedad colonial». 41 Social será con mucho la mejor obra de la comunicaciónvisual entre lo que debió ser la República, y lo que había quehacer en ella.Estas particularidades de la empresa de Massaguer serán expresiónde las propias de su personalidad, tanto como esta lo era de su época.Época de hombres dobles, como diría el poeta francés Luis Aragón. Yque bien testimonia, en el caso de nuestro artista, su intensa vida social:primero, como resultado de la necesidad imperiosa de relacionarse conla clase dominante para optimizar la profesional; segundo, como rasgode una personalidad que siempre gustó de la notoriedad entre los másnotorios –algo mucho más común de lo que se cree en cualquier sociedady época– a recaudo de un ideal de vida vislumbrado a veces desdeun palco del hipódromo de Marianao, y otras desde una habitación delWaldorf Astoria. Sin embargo, nada de esto lo apartó de ser cubano ylatinoamericano. Los siguientes ejemplos ponen de manifiesto su for-Massaguer.pmd 11426/10/2010, 16:52

ma muy particular de serlo: al baile Segundo Imperio celebrado en lamansión de Agapito Cajiga y María Luisa Gómez Mena, en 17 y D, enEl Vedado, el 15 de febrero de 1924, Massaguer va vestido de SimónBolívar. 42 El ideal independentista y latinoamericanista que le legara elexilio, aún se mantiene vivo bajo su epidermis cortesana. En el primernúmero de Social de 1921, al anunciar la sección «Cubanos ilustres»,escribe: «Aparecerá a plana entera el retrato de un cubano ilustre yadesaparecido y, además, la biografía y juicio crítico del mismo por otrocubano de nuestros días. De esta manera mantenemos siempre el espíritueminentemente nacionalista que ha sido una de las característicasde Social (...) Y por último, deseosos de estrechar los lazos espiritualesque deben existir entre todos los escritores latinoamericanos, y dar a conoceren Cuba a los grandes prestigios literarios modernos de nuestrocontinente, en cada número dedicaremos una página a un autor –poeta,novelista, filósofo– de esta América Latina tan gloriosa y pródiga, pese asus detractores, en héroes y genios, y que en literatura posee actualmenteun grupo valiosísimo de relevantes y notabilísimos escritores». 43Nacionalismo y latinoamericanismo empiezan a entenderse como doshechos de una misma actitud identitaria frente a Europa. Las razoneshistóricas, sociales y políticas de las repúblicas hispanoamericanas sonlas mismas y se expresan en un idioma común a todas. El uruguayoRodó, el mexicano Vasconcelos y el argentino Ingenieros, devienen paralas nuevas generaciones de intelectuales cubanos y latinoamericanos figurasemblemáticas de este momento de la vanguardia cultural del continente.Luego vendrían otras cumbres en otras manifestaciones, comoDiego Rivera en la plástica –cuya mejor caricatura será de Massaguer–,Heitor Villalobos en la música, Pablo Neruda en la poesía. Se empieza adevelar el mundo de las llamadas culturas precolombinas (Incas, Mayas,Aztecas y otras), las que se homologan con las grandes culturas fluvialesde la Antigüedad. Tampoco falta –luchas sociales mediante– quien idealiceel aillú incaico como antecedente de la futura sociedad comunista.De hecho, «el nacionalismo no tenía nada de mezquino: era un mecanismodefensivo, una forma de lucha por la sobrevivencia y, desde Martí,un puente para abrirse hacia Latinoamérica y el mundo». 4442Enrique Fontanills: «Fiestasinolvidables de la sociedadhabanera», rotograbadodel Diario de la Marina, 22de diciembre de 1953.43Conrado W. Massaguer:«De mí para ti», en Social,enero, 1921, p. 11.44Ambrosio Fornet: En blancoy negro. Colección Cocuyo,Instituto del Libro,La Habana, 1967, p. 59.115Massaguer.pmd 11526/10/2010, 16:52

45Conrado W. Massaguer:«Un coup de chapeau»,en Social, junio, 1921, p. 27.116Es en esa última perspectiva que obrará cada vez más Social. Ello sepone de manifiesto en las nacionalidades y tendencias literarias y artísticasde su creciente nómina de colaboradores, en tanto expresión de latrayectoria que hacia las vanguardias seguirá la propiamente editorial deRoig y Massaguer. En 1923 Roig prometerá acentuar la «campañaamericanista» de Social. «No fue una campaña; fue una cruzada», acotaFornet. Massaguer, al igual que su contemporáneo, el poeta Poveda,quiere, además, universalidad, cosmopolitismo; pero, a diferencia de este,no se queda en provincia, viaja a Nueva York cuantas veces se lo exijasu estatus de artista y de empresario, y hasta vive largas temporadasen la gran urbe –también realizará un viaje a Europa y visitará algunasde las ciudades más cosmopolitas de Latinoamérica–. En consecuencia,mientras Poveda confiesa: «Veo como abolida mi profesión: no tengoobjeto», Massaguer deviene el primer creador del ámbito gráfico cubanodel siglo xx en ser un triunfador en el extranjero. Esto le permitió comprender–entre otras consideraciones–, que hacerse ciudadano del mundoera la mejor forma de serlo en su país.Otro que cultivaría igual condición a expensas de su genio para el juegociencia, fue José Raúl Capablanca. No es casual, pues, que en la sección«Un coup de chapeau», nacionalismo y cosmopolitismo se den denuevo la mano en las personas de dos precoces triunfadores: Massaguery Capablanca. En dicha sección aparece una foto de Capablanca, debidaa Joaquín Blez; en el pie de foto, aunque sin firma, se nota el estilo deMassaguer y su muy republicana forma de ser cubano: «A Don JoséRaúl Capablanca y Grupera, por haberle quitado el codiciado título deCampeón Mundial de Ajedrez a Don Enmanuel Lasker, de Alemania;y porque ha demostrado que los cubanos sirven para algo más que paratorcer tabaco, sembrar caña, hacer guerritas, y tomarlo todo a broma». 45Como síntoma de un incipiente desencanto político y, por supuesto, desu talento como comunicador, al escribir estas líneas en la otra cara de lapágina que recoge la información sobre la toma de posesión de AlfredoZayas a la presidencia de la República –lo que había ocurrido un mesantes–, Massaguer crea, por pura intuición, aunque igualmente válido,un mensaje subliminal que va contra la imagen pública del nuevo presidente.En todos los casos, sus manifestaciones serán expresión cabal deMassaguer.pmd 11626/10/2010, 16:52

la pequeña burguesía cubana: «Incapaz de ir al fondo de las cosas yavergonzada por igual de una dirigencia sumisa y corrompida y de unamasa desorganizada e ignorante, la pequeña burguesía descubrió que sumisión era salvar el honor nacional». 46Desde su propia perspectiva profesional, este fue el sentir y la misiónde Massaguer. El llamado que desde La Nación hiciera Márquez Sterling:«Contra la injerencia extraña, la virtud doméstica», debió calarlo. Hechoen la matriz del estado-nación surgido con las revoluciones burguesas, yrefrendado en Cuba por un siglo de luchas independentistas; creyenteconfeso del «progreso» como fundamento filosófico de un positivismoque permeó todo proyecto político y social de la modernidad con vista aun ideal de perfectibilidad social –del que ni siquiera escapó el marxismo–,para él el término «patriota» identificaba todo esfuerzo y sacrificiotendiente a alcanzar un estado democrático dentro del marco burgués.Creía –como muchos– que las reformas, con ser como eran menos cruentas,contribuían más al adelanto de la sociedad que las revoluciones. Elpartido conservador en el poder –al cual pertenecía– lejos de hacer reformasverdaderas había continuado la política de los partidos precedentes.Liberales y conservadores eran una misma cosa: manitas atráscuando el enviado de Washington, fuera Mr. Maggon, Mr. Crowder oMr. Sumner Welles, hacía su entrada en la escena política cubana. A sumodo de ver las cosas –y de buena parte de la intelectualidad cubana delmomento– más que por la política era por la cultura que podría hacersealgo en aras de un destino nacional más digno. A fin de cuentas, loscubanos siempre habían sido libres e independientes en lo cultural. Y él,más que a una clase social, pertenecía a una cultura: la de la modernidadcubana.A diferencia de lo que sucedía a escala del país, la sólida posición económicade Massaguer le permitirá la necesaria independencia personal,para que todo lo que de novedad y pujanza se había manifestado enSocial, ahora lo compartieran sus nuevos proyectos editoriales: Carteles,Cinelandia y Pulgarcito. La creación del Instituto de Artes Gráficas,como consecuencia lógica de lo antes apuntado, le daba la propiedadsobre los medios de impresión y reproducción gráficos necesarios a estosproyectos, además de ser otra fuente de ingreso. En un momento de46Ambrosio Fornet: En blancoy negro. Ob. cit., p. 37.117Massaguer.pmd 11726/10/2010, 16:52

47Conrado W. Massaguer:«De mí para ti», en Social,marzo, 1921, p. 27.48Conrado W. Massaguer:«De mí para ti», en Social,junio, 1921, p. 15.118la vida nacional en que esta se percibe como orden, no como movimiento,la crisis económica de 1921 sorprendió y desquició a todos. Tambiéna Massaguer. Pero su talento creador, tanto como su audacia personal einstinto empresarial, le habían permitido consolidar su negocio de tal forma,que fue de los pocos que resistió la embestida. Incluso, la vio venir.Así lo deja entrever en el habitual comentario a la ilustración de la portada(Social, mayo, 1920), en esta ocasión, alegórica a la primavera: «Lagentil chiquilla que llena la portada, tijera en ristre, nos parece un símbolo...¿No podría esa jovencita de dieciocho años ser nuestra República?¡Hace tanta falta podar en el jardín cubano!». Téngase presente quepor la época de este comentario el precio del azúcar estaba a 22.5 centavosy la zafra reportó mil millones de dólares, para bajar hasta 3.35 alfinal del año, por lo que la siguiente tuvo un valor de sólo 273 millones.Coincidente con la confirmación del triunfo electoral de Alfredo Zayas,Massaguer escribe en su sección «De mí para ti»: «Hacemos fervientesvotos, porque su actuación resulte beneficiosa para el país, cuyo quebrantamientopolítico y económico lo han puesto al borde de una situaciónde verdadero peligro nacional». 47 Tres números después, en la mismasección y bajo el título «Aún hay Patria», Massaguer, no sin ingenuidad,le da seguimiento a la situación política de la nación: «Un presidentecubano, con las insignias de general (se refiere a Mario García Menocal)ha entregado pacífica y ceremoniosamente las riendas del poder, a otropresidente cubano, que ha encanecido sobre los libros de su bufete. Lacordialidad y el buen deseo de ayudar al nuevo Jefe de Estado se notaen todos los círculos, dentro y fuera del gobierno. Los últimos acontecimientoshan sido dura lección para vencedores y vencidos; y nos hacecreer sinceramente que para el futuro, dirimiremos los asuntos interioresentre cubanos. Dios se apiade de nuestra patria, y, Crowder nos visite,sólo como un bueno y viejo amigo de antaño». 48 Y para el primer númerodel siguiente año, en la sección «El Gran Mundo», entre fotografías debellas jóvenes vestidas de majas, con motivo de una fiesta benéfica, comenta:«Por fin terminó el año 1921, el año fatídico. Y acabó entre bailesy cenas (...) ¿Dónde está la crisis? –preguntan algunos que quieren seroptimistas–. La crisis existe y honda. Pero la rechazamos recordando lodel corcho, que se le atribuye a nuestra isla; o las palabras de aquel granMassaguer.pmd 11826/10/2010, 16:52

Don Rafael Fernández de Castro: Lo bueno que tiene esto, es lo maloque se pone». 49 Finalmente, en el mismo número, en un anuncio decontraportada titulado «Por caridad», se lee esta sorprendente nota:«Piense usted que si los ricos están hoy apurados, cómo estarán losque nunca lo fueron. Sobre todo los pobres niños y los viejecitos desamparados».50Esos breves comentarios insertos en las citadas secciones, serán ya unclaro signo de los cambios que empiezan a obrar en su vida personal ypública, como consecuencia de los que obran en el país. En estas circunstanciasel camino de Social seguirá siendo el suyo, tanto como el dela caricatura. Su obra mayor comienza a ser tan hija de su tiempo comode todos los tiempos. En París, Picasso daba por terminado el lienzocubista Tres músicos. En La Habana, una nueva generación irrumpe enla palestra pública. Sin compromiso alguno con el pasado, se apresta ala acción, con toda la capacidad de entrega que caracteriza a la juventud.Atento, con la intuición del artista y el editor, Massaguer los observadesde su estudio. Extiende un trazo sobre la cartulina... Crisis, del griegokrinos, significa posibilidad para el cambio. Un nuevo trazo deja ver losprimeros rasgos del caricaturizado. La realidad se impone; aún con susdisfraces y máscaras, siempre estará dispuesto a cambiarla.49Conrado W. Massaguer:«El Gran Mundo», en Social,enero, 1922, p. 35.50Ídem, p. 70.119Massaguer.pmd 11926/10/2010, 16:52

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Fue trascendental 1923 para la cultura nacional; según algunos estudiosos,sólo entonces empezó el siglo XX cubano. También para Massaguer.El éxito de Social durante estos ocho años de vida, podría parecer unameta definitiva, por consagratoria, para quien gusta caminar bajo los laurelesdel Prado, habano en boca, en medio de un ambiente social y culturalque ya puja con todas sus fuerzas por rebasar lo provinciano. Otrasveces prefiere hacerlo con los amigos, a la manera de los antiguos atenienses.Los destinos varían; los más asiduos: el «elegante barrio de laPunta», la calle San Lázaro y el «higiénico» y «democrático» Malecón.Fuera de estas andanzas, no se da reposo. Su capacidad de asombro yánimo de empresa les son congénitos, esté en La Habana o Nueva York,camine la calle Obispo o la Quinta Avenida. Como todo buen artista ycaricaturista sabe que ver no sólo es un acto fisiológico, sino tambiénintelectivo, cuajado de relaciones y situaciones, escalas y proporciones,psiquis y contextos. Gracias a ese don de saber ver, ha recibido el reconocimientode los profesionales y ámbitos gráficos más exigentes, al puntode «sentirse viejo». A sus treinta y cuatro años puede decir que ha vistoy ha vivido tanto o más que cualquier otro artista vivo del patio... Y lo dicecon naturalidad, consciente de haber alcanzado su madurez creativa,así como un prestigio nacional e internacional que bien refrenda la publicaciónde su primer libro de caricaturas.Impreso en 1922 y lanzado al mercado en enero de 1923, en dos idiomas,español e inglés, Guignol será todo un acontecimiento cultural.Bajo este título recoge cuarenta caricaturas en blanco y negro, entre lasque sobresalen las de Enrico Caruso, Enrique José Varona, Anatole France,Blasco Ibáñez, Sara Bernhardt, Ana Nazimova, José Raúl Capablanca,Gabriel D’Annunzio, Rudyard Kipling, George Clemenceau, CharlesChaplin, Max Linder, Valle Inclán y Bernard Shaw; a más de las hechasa su persona por Caruso –además de tenor, notable caricaturista–,Pruneda, Riverón, Bob Edgren y Kauffman, entre otros colegas que lohonraron con sus charges. La edición en inglés se puso a la venta en lalibrería neoyorkina Brentano’s y en el departamento de propaganda delKing Features Syndicate, con el que iniciara una estrecha relación laboraldesde su último viaje a los Estados Unidos. La edición en español laregaló entre sus amistades. La decisión, además de evidenciar la holguraCapítulo IV1923-1928121Massaguer.pmd 12126/10/2010, 16:52

1Archivo Nacional de Cuba.Fondo 106 Conrado W.Massaguer. Expediente 3,legajo 1.2Ibídem.122económica del autor, le dará pie a uno de estos amigos y gran promotordel arte y la literatura de vanguardia de los veinte, José Antonio Fernándezde Castro, para gastarle una humorada al humorista: «Massaguerllevó diez ejemplares a la librería Wilson, y cuando, pasada una semanavolvió por la tienda de Obispo, halló ¡once!». En carta de mayo 22 de1923, Marinello le da respuesta al regalo: «He recibido Guignol. Nosoy yo el llamado a dar opinión sobre tu obra. Me parece admirable.Sigo creyendo que Pinazo es el más grande acierto del Álbum. Estupendaslas “charges” de Jorge V, Sarah Bernhardt y Mischa». 1 Con fecha 3de octubre de dicho año recibe carta de Joaquín García Monge, editor deRepertorio Americano, donde le dice: «Guignol ha sido para mí unaalegría. Recibí dos ejemplares. Uno de ellos lo entregué a la BibliotecaNacional. Su libro es flor de cultura cubana. Usted, García Cabral, MálagaGrenet, Toño Salazar, le dan lustre a nuestra América con ese dominioque manifiestan en ese arte tan fino y tan difícil de la caricatura». 2Guignol será obra de madurez; toda excelencia en su caricatura posteriora este libro, tendrá que ver de alguna forma con lo que ya mostró depersonal y nuevo en él. Por ejemplo, su temática cosmopolita, expresadaen las caricaturas a personalidades sobresalientes de la política, elarte y la literatura, no ajena al hecho periodístico y editorial con el cual seinvolucró desde su más temprana juventud; su particular concepción deoptimizar la caricatura en relación con el procedimiento técnico que laplasmará como impreso, en este caso, la impresión monocromática: negrosobre el blanco del papel –habida cuenta que algunas de las caricaturasrecogidas en Guignol, ya habían aparecido a color en Social–,dándonos en cada charge la impresión de que no le quedó nada pordecir del caricaturizado, y, por último, su interés renovador, que desdehacía algunos años lo ubicaba entre los primeros de su tiempo en abandonarla ya manida fórmula de agigantar la cabeza del caricaturizado yminiaturizar el cuerpo. De hecho, en estas caricaturas, el cuerpo llega atener tanta importancia como el rostro. Las manos, una pose (sin serposada), un cuerpo robusto o uno delgado y espiritual, hablan tambiéna favor de la psicología del personaje y hasta de la imagen visual última aretener del mismo. Así lo atestiguan las magistrales caricaturas del escritorAnatole France y la actriz Sara Bernhardt. Mientras que la de JohnMassaguer.pmd 12226/10/2010, 16:52

D. Rockefeller tiene de relevante la captación psicológica del personaje,dejando plasmado en ella el tipo estándar del norteamericano triunfador.A su ironía y fino humor, se aviene siempre el trazo preciso, la depuradatécnica, incluso, en los detalles, generalmente asumidos más en calidadde complemento informativo y caracterizador de personajes y escenas,que como mero realce del mensaje visual. Véase, si no, su José Raúl Capablanca,a quien pone a cabalgar sobre un caballo de ajedrez, con lo queamplía la información a transmitir del caricaturizado, al ser esta piezadel juego ciencia su arma más formidable, al mismo tiempo que representasu conquista del título mundial con una «carga mambisa», que bienrefrendan la diagonal dominante en la composición y la bandera cubanasobre su hombro derecho; o la de Teodoro Roosevelt, cuya feroz expresiónse ve reforzada por su corpulencia física y el cuchillo –a lo pirata–que lleva al cinto, en clara alusión al carácter imperialista de la guerraHispano-Cubano-Americana, en la que participó como teniente coronelde los Rough Riders; o la de don Fernando Ortiz, en la que el corpachóndel sabio contrasta con la reducida escala de un grupo de africanos semidesnudosque danzan alrededor de sus pies, de los cuales, el rumberocubano que sostiene en su mano, y que observa con curiosidad científica,supone el resultado último de este proceso «transculturizador».La preocupación que Alejo Carpentier compartiera con sus contemporáneosen cuanto a la supuesta incompatibilidad entre nacionalismo yvanguardismo, no se cumple en la obra de Massaguer. La gráfica de comunicaciónde vanguardia del momento y, en particular, la caricatura, nopodían partir de una tradición de corte nacionalista, porque a diferenciade lo ocurrido en la literatura y el arte, esta no había existido del todoen la Colonia. En todo caso, nuestro caricaturista, al igual que sus émulosen este arte, habían partido de una «tradición internacional», que noera otra que la gráfica de comunicación de vanguardia generada por unperiodismo de nuevo tipo, nada ajeno al impacto de las nuevas tecnologíasen los medios de comunicación de masas y a la novedad de loscódigos visuales gestados a recaudo de la inmediatez de sus mensajes.Con Guignol, Massaguer le evidencia al ámbito gráfico capitalino porqué era el caricaturista cubano más conocido en el ámbito gráfico internacional.Para Massaguer –como para todo cubano triunfador en cualquier123Massaguer.pmd 12326/10/2010, 16:52

3Carlo de Fornaro:«Massaguer en Nueva York»,en Social, julio, 1923, p. 18.4Ídem.5Ibídem.124manifestación de la actividad humana, antes y después de la República–,descubrirse a sí mismo siempre significó descubrirse ante el mundo. Y elmundo para un profesional de la gráfica era entonces Nueva York. Todoun comunicador, hará expreso este propósito con el seguimiento y destaqueque le dará a su actividad gráfica en el extranjero, tal y como seinfiere del artículo que sobre su más reciente estancia en Nueva Yorkescribe el ya citado Carlo de Fornaro para la revista Art & Decorationde esta ciudad. De su traducción al español copiamos este significativoperformance del cubano. «En una recepción en Nueva York en homenajea Massaguer –escribe Fornaro–, donde se congregó la flor y natadel mundo artístico, teatral y literario de la Ciudad Imperial, había quever la hilaridad y la sorpresa que desató entre la numerosa concurrenciael genial cubano al crucificar en un santiamén a una treintena de víctimascon la punta veloz y certera de su lápiz. Con increíble celeridad y firmetrazo –prosigue Fornaro– engarzaba las características salientes de susmodelos propiciatorios, traduciéndolos en líneas netas y atrevidas sobreuna gran sábana de papel fijada al muro. La mirada inquisitorial del artistaabsorbía durante la fracción de un segundo al reo, y acto seguidoaparecía la silueta cómica o satírica, entre una tempestad de risa». 3 Yeste otro: «En una recepción que le fue ofrecida por S. J. Kaufman (notableperiodista del The Globe de Nueva York), en menos de una horaMassaguer hizo más de cien caricaturas notabilísimas. Verdaderamente–comenta Fornaro–, es un tour de force de primera magnitud, difícilde igualar. Cuando terminó su acrobática y artística tarea, estaba tranquiloy reposado como un afortunado contrabandista de licores». 4Luego de recordar la Ley Seca con esta imagen del artista, Fornarodeja entrever un rasgo del arte de Massaguer que más que una debilidades indicador de su personalidad y, por consiguiente, de su particular manerade asumir el humor «a lo cubano», cuando escribe: «Sin embargo,a pesar de su gracejo mordaz, la musa de Massaguer no llega nunca aser tan cruel e incisiva como la de Frueh, o Sem, o Capiello». Y concluye:«No hay veneno letal en la mordedura de su sátira». 5 En efecto,Massaguer no es cáustico, mucho menos cruel. Tampoco lo es el cubanopromedio. Para el poeta y periodista mexicano José Juan Tablada, «ennuestra América quizás el cubano es el conversador más entretenido. EsMassaguer.pmd 12426/10/2010, 16:52

verboso, pintoresco y expresivo. Siendo sobre todo alegre, se solemnizararamente y cuando lo hace es como a pesar suyo. Exagera, perosolo para animar la conversación y aunque como el portugués suele referircosas inauditas, se pone a salvo en el momento más trágico, guiñándonosel ojo. Es sensual más que sentimental y sobre todo promulga larisa, el júbilo, la alegría. Pues bien, de esas virtudes criollas, de su esenciasutil, encuentro saturada la obra de Massaguer dibujante». 6La imagen visual impresa, bien como ilustración o como caricatura,parece asumir cada vez más la representación de una cambiantecotidianeidad que lejos de resistirse a lo nuevo, clama por ello. El pulsode la nueva imagen de la época está en ambos géneros. Social –entreotras publicaciones– es la mejor prueba. En tanto, la pintura cabecea enlos salones de arte; el nuevo siglo aún está por verse en óleo y sobrelienzo. Justo, entonces, una nueva generación de pintores y escultoresbuscarán cambiar esta realidad; pero, para lograrlo tendrán que viajara Europa, a París: la nueva Roma del arte de la modernidad. En cuanto alos escritores noveles, las tertulias a la manera de las que se estilan enotras ciudades de América y el Viejo Continente, son la norma. ExceptoAlfonso Hernández Catá, asentado en España, los demás, bien porqueno tienen los medios o porque realmente lo creen así, crean en sus propiospredios. Y a la luz única de las tardes capitalinas o bajo la artificialde salas y cafés, se les ve reunirse y hablar de todo lo nuevo que en literaturay arte acontece en la Isla, la América y el mundo.Entre esas tertulias sobresale la que se da cita los sábados por la tardeen el despacho de Roig. Para los jóvenes escritores y artistas que frecuentabanla tertulia del café Martí, luego la redacción de El Fígaro y,últimamente, la de Social, Massaguer es un caricaturista y editor que hahundido el colmillo de oro en el buñuelo de la gloria. Pero, como es gráfico,esa no es la gloria de ellos, sino la de él. No hay conflicto generacionalalguno. Tampoco de carácter ideológico o literario. Él, además,es un artista bastante equilibrado: algo muy difícil en cualquier país,pero mucho más en Cuba. Padece de la novomanía de los más jóvenes y«modernos», aunque no en grado suficiente como para darle un portazoa la tradición o dejar de visitar los museos. Y, por si fuera poco, le gustaprosperar en compañía de personas ilustres: las que ya lo son o pueden6José Juan Tablada:«El arte criollo en Nueva York»,en Social, enero, 1926, p. 80.125Massaguer.pmd 12526/10/2010, 16:52

7Archivo Nacional de Cuba.Fondo 106 Conrado W.Massaguer. Expediente 3,legajo 1.126llegar a serlo. Le gusta también la inquietud, el lustre de la inquietudvital; pero, sobre todo, es devoto de la amistad, de hacer amistades.Massaguer es un homo sociabilis. Mucho más lo será si esa relación escon jóvenes artistas, escritores y poetas, de la que es un claro ejemplo laque dio lugar a su amistad y relación profesional con Emilio Roig deLeuchsenring. Nada tiene de extraño, pues, que a través del propio Roig,acoja a un número de ellos en su revista, luego del breve paso de estospor los predios de El Fígaro. Puede decirse, que así como José AntonioFernández de Castro se llevó la tertulia del café Martí para El Fígaro,ahora, Roig, se la lleva de El Fígaro para Social. Sin embargo, esto noquiere decir que Roig pasara por alto a Massaguer, o este, una vez consumadoel hecho, lo aceptara de buen tono, siguiendo el ejemplo de sumano derecha, como se ha hecho creer en algunos textos, dándose a entenderque el criterio del escritor era más independiente y decisivo que eldel gráfico en tales lides literarias.Es necesario reiterar que Massaguer no fue ni podía ser «segundo» deRoig en el proceso de atrincheramiento del grupo –que a poco se llamaráMinorista– en su revista. Tampoco en el proceso de reformulación decontenidos o de «medularización», para decirlo con palabras de JuanMarinello, que se inició en Social a partir de 1921. La siguiente carta deAlfonso Reyes a Massaguer, fechada en Madrid el 12 de diciembrede ese año, es buena prueba de lo antes dicho: «No sabe Ud., cuantogusto me da colaborar con Ud., y cuanto le agradezco su amable acogiday sus afectuosas palabras. Ojalá pudiera Ud., ordenar que, para efectosde propaganda y también para obsequio a los escritores cuya colaboraciónhe de solicitar, me enviaran todos los meses más de un ejemplar dela revista. Reciba Ud., mi agradecimiento por la honra y confianza queme dispensa, y téngame por muy suyo. Alfonso Reyes». 7Otra precedencia puede establecerse entre el editorial de Massagueren la sección «De mí para ti» correspondiente al número de enerode 1921, donde da a conocer las nuevas secciones de la revista a la vezque enfatiza su carácter nacionalista y latinoamericanista (ver cita en elcapítulo anterior), y el que escribe Roig en dicha sección en enero de1923, dada su condición de Director interino, en ausencia de Massaguer,quien se encontraba en Nueva York. En él, Roig dice: «el programaMassaguer.pmd 12626/10/2010, 16:52

y bandera de Social, bien puede sintetizarse en estas dos palabras: seleccióny nacionalismo». Y más adelante destaca: «También en el presenteaño acentuaremos la campaña americanista que desde hace tiempo venimoslibrando en estas páginas. Es necesario, para el bien particulary común de las repúblicas latinoamericanas, que estas se conozcan paraque se puedan amar, comprender y unir (...) Tendremos también a nuestroslectores al tanto del movimiento literario y artístico de las repúblicashermanas de América. Y de la España nueva, la España de Valle-Inclány Cajal, Unamuno y Azorín, nos tendrá al tanto nuestro ilustre colaboradoren Madrid y exquisito literato, Alfonso Reyes». 8Es obvio que Roig fue el alma de la redefinición de contenidos de Social,así como de la relación de los minoristas con esta; también lo es,que todos estos cambios y contactos acontecieron con la autorización yel interés expreso de Massaguer, en los que tampoco faltó su autoridaden asuntos de estricto carácter literario, como se constata en el comunicadode Alfonso Reyes y en algunas notas conservadas en su papeleríadel Archivo Nacional, escritas de puño y letra por sus autores. Por ejemplo,la que acompaña al poema que le envía Juan Marinello desde la prisióny que se publicaría en el número de Social correspondiente a mayode 1931, o la que firma la escritora Aurora Villar Buceta, donde le dice:«Le envío estos versos de Emilio Ballagas, colaborador de 1930 (Revistade Avance) y de la Revista de la Habana, y una de las voces líricasmás finas de esta hora. Le agradecería que su revista Social, quesiempre ha sido tan gentil con los artistas, acogiera en sus páginas losversos del poeta. Por ello le quedará hondamente agradecida su amigaque le saluda». 9 Ni qué decir de Massaguer en relación con la entradade Roig a la revista, la que ocurre a inicios de 1916, debido a «lazos desincera y antigua amistad», refiriéndose a los tiempos en que era colaboradorde Gráfico; de los cargos que detentará en Social y en Carteles,y hasta de los viajes que realizará al extranjero antes de 1923 con el propósitode establecer una más amplia y expedita relación con el mundoliterario de la época, en correspondencia con los objetivos propuestos eneste campo desde años atrás por la empresa editorial que representa. Elsiguiente comunicado de Massaguer aparecido en su sección «De mípara ti», así lo evidencia: «Nuestro Jefe de Redacción está de viaje.8Emilio Roig de Leuchsenring:«De mí para ti», en Social,enero, 1923, p. 15.9Archivo Nacional de Cuba.Fondo 106 Conrado W.Massaguer. Expediente 8,legajo 1.127Massaguer.pmd 12726/10/2010, 16:52

10Conrado W. Massaguer:«De mí para ti», en Social,julio, 1921, p. 15.11Conrado W. Massaguer:«De mí para ti», en Social,noviembre, 1921, p. 15.128Cuando esta edición vea la luz se balanceará rumbo a Nueva York, nuestrocompañero Roig de Leuchsenring. En el Aquitania se trasladará a Europa,recorriendo Inglaterra, Francia y la península Ibérica. En Españahará estudios e investigaciones sobre la vida, trabajo, y demás relacionadocon la estancia del Apóstol Martí cuando fue deportado por elgobierno hispano». 10 Cuatro meses más tarde, en la misma sección, nosprecisa lo logrado por Roig, quien tenía la tarea «de dejar organizada enEspaña la corresponsalía artística y literaria de Social», 11 que asumiráAlfonso Reyes, como ya sabemos, además de obtener la colaboraciónde las más importantes plumas de las letras hispanas del momento. Talesproyecciones e iniciativas del saber y quehacer profesional de Roig ensus inicios, bien por razones económicas o por coincidencia de criterios,o ambas a la vez, primero nacen o pasan por el amigo, el caricaturista, paraobtener el visto bueno.Otro indicador de la sensibilidad existente entonces en los medios periodísticose intelectuales del país, y que en cierta medida ya están expuestosen los editoriales de Massaguer y Roig correspondientes a losnúmeros de enero de 1921 y 1923, respectivamente, es el hecho de quela gestación del Grupo Minorista, que va de 1920 a 1923, transcurrieraen paralelismo con los cambios de contenido operados en Social enigual período. Sin que hubiera previo acuerdo entre Grupo y revista,podría decirse que Social se fue preparando en estos años para el cambioque se intuía venir en el medio social, artístico e intelectual del país,permitiéndole a la publicación estar preparada para ello en el momentoindicado –lo que sucederá, justamente, en 1923– y, por consiguiente,asumir, sin desajuste ético y estético alguno, la condición de órgano delGrupo que encabezará la cultura republicana por un lustro.Pero, hay algo más... Digamos que si bien hay heterogeneidad de aptitudesy caracteres en el grupo, hay afinidades literarias y amistad... Y mucha,pero mucha espontaneidad. También un contenido ideológico de«izquierda»: entendida esta posición entre los nuevos, como una suertede reformismo, cuyos planteamientos se asocian con todo cambio socialque implique una actitud antizayista, nacionalista y latinoamericanista,así como con un proyecto de país que no siga en todo lo que hasta ahora seha perfilado como tal. Está de más decirlo: Massaguer se identifica de talMassaguer.pmd 12826/10/2010, 16:52

manera con esta «izquierda», que seguirá siendo su izquierda –con escasasvariables y ligeras modificaciones– durante toda su vida. A esta posiciónllega sin demora ni conflictos: él ve en los nuevos los continuadoresdel legado de los intelectuales nucleados en torno a Cuba Contemporánea…También se ve entre ellos. El mayor atractivo que tiene el Grupopara él, radica, quizás, en que piensen y actúen de esta manera sin estarinvolucrados con institución o partido político alguno. Como primerageneración nacida con la República, no tiene complicidad alguna con sudeterioro creciente, ni está comprometida con caudillos o líderes de opinión,cuya actuación, después de 1902, había sido una negación flagrantedel programa de Martí. Conscientes de lo que eran y, posiblemente,de lo que querían ser, ellos encarnan en la sociedad cubana el ideal delguía de la juventud latinoamericana del momento, el argentino José Ingenieros,cuando clama: «Jóvenes son aquellos que no tienen complicidadcon el pasado». Esta generación, además, adquiere una concienciapolítica en un momento en que el proletariado se inserta de maneradefinitiva en la lucha social y libra batallas por la solución de los problemasbásicos del país, para más tarde, junto a estudiantes e intelectuales,formar parte de su vanguardia.En lo que al Grupo respecta, huelga decir que se siente atraído por loque Social ya representa en el ámbito artístico y literario del mundo dehabla hispana. Años después, el propio Roig, al rememorar las causasque lo atrajeron a la empresa editorial de Massaguer, decía, en primerlugar, haberse sentido «entusiasmado con su admirable presentacióntipográfica y la belleza de la nueva revista». 12 Para el Grupo igual importanciatienen Massaguer y Roig: personalidades las dos prestigiadas enel ámbito artístico y literario capitalino de la época. Y, por si fuera poco,ambos son de lo mejor y más activo de la generación inmediata a lade ellos.A los predios de la nueva revista que los acoge, tanto como a los almuerzosque organizan en diferentes restaurantes habaneros –a los queacuden costeándose cada uno su cubierto–, asisten Andrés Núñez Olano,Enrique Serpa, Guillermo Martínez Márquez, Alberto Lamar Schweyer,Miguel Ángel Limia, Arturo Alfonso Roselló, Regino Pedroso, RafaelEsténger, Ramón Rubiera y Juan Marinello. Cuando las circunstancias12Emilio Roigde Leuchsenring: «Diezaños de labor», en Social,enero, 1926, p. 13.129Massaguer.pmd 12926/10/2010, 16:52

130se lo permiten, se suma Rubén Martínez Villena, quien terminará porconvertirse en guía indiscutido del Grupo, y su poeta más auténtico ypersonal. Pero, todavía, poco o nada representan. Entre ellos polemizan,discuten y se elogian. Comentan lo último publicado en la Isla o en elextranjero. Algunos se han especializado en poner sobre el blanco manteldel sarao la más reciente novedad literaria. Tales son los casos deJosé Antonio Fernández de Castro y Alberto Lamar Schweyer: especialización,en suma, que llevará al primero a convertirse en uno de lospromotores más decididos de la vanguardia en la cultura del país, y, alsegundo, en el más reaccionario escritor de su generación. Pero todavíano ha pasado nada, o casi nada. A su turno, cada uno lee lo mejor de sucosecha, donde expresa o cree expresar sus apetencias de renovación,aun cuando no puede hablarse todavía de definición literaria ni ideológicaalguna. Intuyen la necesidad de un país diferente al que se viene trazandodesde 1902. Dicen sentir entusiasta respeto por Martí, Varona,Sanguily, Darío, Herrera y Reissig, Valle Inclán y Unamuno. Se tomanfotos, en las que se les ve mirar a la lente con insistencia feroz. Comprendenque la nueva imagen técnica es el testimonio más fidedigno generadopor el espíritu progresista de la modernidad. Se saben algo... Algunosestán convencidos de que llegarán lejos. Otros, son demasiado obvios. Susirreverencias no dan para mucho más.Bajo techo seguro, y entre las cuatro paredes del despacho de Roig, enla señera publicación, a poco de ser nombrado su Director literario (loque ocurrirá en febrero de 1923, luego del regreso de Massaguer deNueva York), el Grupo se ahondará en el debate diario. A la efusión expansiva,sin tutoría alguna, que propiciaba el café del teatro Martí, lesucede ahora la concentración propia de lo que empieza a entonarse conun hacer cuasi profesional; amén de la presencia supuestamente casualde alguna que otra figura de prestigio del ámbito periodístico del momento,que, con la justificación de pasar por la redacción, se sabe y sesiente a cierta distancia más juez que testigo de lo que comentan, aunqueaparente ignorarlos. Hay que esmerarse; esto es, profundizar, demostrarhasta dónde puede llegar el juicio y la obra joven de «los nuevos» –rótuloque entonces hacía fortuna en la América, y con el cual se etiquetabatoda obra y acción libre de cualquier compromiso con el pasado–. AhíMassaguer.pmd 13026/10/2010, 16:52

están los refuerzos: Fernández de Castro –el más cercano a Massaguer– yJosé Zacarías Tallet, un flaco con apariencia «de belga» –según Rubén–que ha parodiado, sin darle mayor importancia al asunto, varios sonetosdel uruguayo Herrera y Reissig, para convertirse, de golpe y porrazo, enel más original de los nuevos poetas. Le sigue un atildado joven reciénegresado de Harvard: Jorge Mañach, quien pavonea su studium cual unT. S. Eliot criollo. También, Félix Lizaso, Francisco Ichaso. Y no falta, nopuede faltar, José Manuel Acosta, el artista gráfico de Social, hermanodel más reconocido poeta cubano del momento, Agustín Acosta.El Grupo empieza a sentirse a sí mismo, a insinuarse con un latir que lodesmarca de otras peñas y tertulias. Menos el desinterés, todo pareceinteresarles: la ópera, el teatro, la música... Por ejemplo, los dos recitalesque por entonces ofreció Serguei Rachmaninov bajo los auspicios de lasociedad Pro-Arte Musical, en los que interpretó a Schumann, el Allegrode la Apasionata de Beethoven y todo Chopin. En tanto, Massaguer,hecho para el asiento de platea del Teatro Nacional, como para la silla vienesa(la de Thonet) del café de la esquina, a veces, saluda, pajilla en mano,enseñándoles su buena dentadura; otras, participa, dialoga... Intuyeque algo se cuece, ¡por fortuna! El país necesita un encontronazo quelo saque de la bobería, alguien que interrumpa la siesta con un grito o queEl Morro encienda su farola a plena luz del día. La Habana está en tiempode que suceda algo. Y a diario suceden cosas; pero, luego, casi siempre,como por encanto, vuelve todo ánimo de protesta a diluirse en una especiede mar de los zargazos de la conformidad. Lo último, la comidilladel momento, es el «chivo» del convento de Santa Clara, comprado por elgobierno de Zayas a un precio fabuloso. «¡Hasta cuando!», protestael pueblo. Mas, la compra se efectúa. Otro triángulo de la tragicomediarepublicana se ha consumado. Elenco: el presidente de la República,Alfredo Zayas; el coronel Despaigne, secretario de Hacienda, y el Dr.Erasmo Regüeiferos, secretario de Justicia. Sinopsis histórica: al coronelDespaigne le correspondía por ley refrendar el doloso decreto, pero senegó a ello y el secretario de Justicia, Dr. Erasmo Regüeiferos, sin hacerserogar mucho por su amigo, el presidente de la República, refrenda elsucio negocio con su firma. Hasta entonces el «único pecado» que podíaimputársele a Regüeiferos –según Rubén Martínez Villena–, era la autoría131Massaguer.pmd 13126/10/2010, 16:52

13José Z. Tallet:«Autobiografía», en Poesíay prosa. Editorial LetrasCubanas, La Habana, 1979,p. 513.132de un drama titulado El sacrificio, que había pasado sin pena y sin gloria.Sin embargo, ni Regüeiferos ni Villena podían vislumbrar lo que estenuevo fraude desencadenaría en los próximos días. Ni Regüeiferos niVillena… ni nadie. Mientras que, Conrado W(Gua)lterio Massaguer yDíaz sólo sabía que, por el momento, la primera y mayor de las caricaturasera la República.Con este sentir, y con el aval que le daba su pertenencia al Grupo, perosobre todo a Social, el domingo 18 de marzo se dio cita en el restaurantede Chinchurreta, en la calle Aguiar, para participar en el almuerzohomenaje a Andrés Núñez Olano, Guillermo Martínez Márquez y elmúsico mexicano Joaquín Torres, por el éxito de su zarzuela Las nacionesdel Golfo, recientemente estrenada en el teatro Payret por la compañíamexicana de Lupe Rivas Camacho. El almuerzo transcurrió comocasi todos los del Grupo, entre brindis, chistes y comentarios sobre lo últimoeditado en el país y en el mundo, aunque tampoco faltó el relacionadocon la actualidad política, preferentemente, la compra del convento.Se bebe de lo lindo. Terminado el almuerzo-homenaje, los presentes–unos treinta comensales, entre miembros del Grupo e invitados– sehacen una foto en la calle: en primera fila, al centro, aparecen en cuclillasRubén Martínez Villena y Juan Marinello, entre otros jóvenes intelectuales.En la segunda, de pie, y primero de izquierda a derecha, Massaguer.Del grupo, él es el único que, a riesgo y talento, se ha hecho de uncapital. En la foto se le ve vestido con un conjunto deportivo de verano(de dos tonos), levemente recostado al bastón, zapatos blancos, habanoen mano y cubierto con sombrero de pajilla de banda tricolor. Su pose ycombinación resaltan del resto del grupo –que viste en tonos oscuros ogrises–, remedo de la autocaricatura que usara en la portada de su libroGuignol. El instante es fijado con un resplandor que emula con el delsol. «Luego, cada cual se fue por su lado –recuerda José Zacarías Tallet–,unos quién sabe si al cine, otros a ver a la novia y algunos de oficioperiodistas, a trabajar a la redacción, pues entonces no existía el descansodominical para la prensa». 13 Es plausible inferir, por lo que dice Tallet,que este fue el destino de Massaguer y Roig aquel mediodía de marzo.Antes de que llegaran a la redacción de Social, tal vez, entraron en algúncafetín y se bebieron unas cervezas de más, mientras comentaban losMassaguer.pmd 13226/10/2010, 16:52

contenidos a incluir en el próximo número de la revista, como, porejemplo, quién de «los nuevos» ocuparía en abril la sección recién creadabajo el título «Escritores jóvenes», justo después de iniciarla EnriqueSerpa, o, tal vez, retomaron el asunto –en más intimidad– de la escandalosacompra gubernamental.En tanto, sobre los adoquines de la calle Aguiar, quedaban rezagadosquince jóvenes, sin saber qué hacer. Estos serían los que protagonizaríanla llamada Protesta de los Trece. Era la hora en que el perro no sigue alamo, y el sol del Caribe prefigura las tres de la tarde con la misma atmósferade suspenso que la niebla del Támesis las doce de la noche.Fue, entonces, cuando «uno del grupo –no recuerdo quién– apuntó queen la Academia de Ciencias, sita en Cuba entre Amargura y Teniente Rey,no muy distante de donde nos hallábamos, invitado por el Club Femenino,Regüeiferos iba a pronunciar un discurso en el acto con que el citadoclub homenajeaba a la educadora uruguaya Paulina Luisi; y propuso quefuéramos a protestar públicamente de la fechoría “santaclaresca” del “seráficoErasmo”. Todos estuvimos de acuerdo –recuerda Tallet–. Fue,como se ve una cosa surgida al azar, preparada de antemano, no habríasido la Protesta de los Trece, sino la protesta de los treinta omás. 14 Se decidió que uno solo hablara, Rubén, jefe tácito de nuestrajuventud; que al entrar en el local nos disemináramos entre el público yque cuando Rubén pidiera la palabra, nos pusiéramos en pie también ylo aplaudiéramos». 15 Y así se hizo. Al concluir la protesta se dirigieron alHeraldo de Cuba, donde Rubén redactó un manifiesto para ratificar lodicho y hecho horas antes en la Academia de Ciencias, que los docerestantes firmaron. ¿Cuál no sería la sorpresa de los que se marcharondespués de la foto, cuando al día siguiente al hojear el Heraldo, se enteraronde lo acontecido la tarde anterior?Pero no todo terminó ahí. Tres días después de la Protesta y de la firmadel Manifiesto, «apareció en este diario una carta de Rubén, dirigida a lapresidenta del Club Femenino excusándose por la acción realizada, peroratificando lo dicho y hecho el domingo 18. Si Rubén no envía esa carta,acaso la Protesta, como apuntara Emilio Roig al escribir sobre el GrupoMinorista, hubiera pasado como cosa sin importancia. Pero la reiteraciónparece que sulfuró al funcionario, quien se querelló por injurias con-14El subrayado es del autor.¿Por qué trece y no quince?La respuesta, una vez más, latiene Tallet: «Lo que pasó esque hubo dos que no firmaronel manifiesto: Ángel Lázaro, elpoeta español, porque temíaque fueran a expulsarlo por“extranjero pernicioso”, comoen esa época se decía; y eldoctor Emilio Teuma (...)porque, siendo masón,no quería molestara su gran maestro(Regüeiferos)». Ibídem.15Ídem, pp. 511-512.133Massaguer.pmd 13326/10/2010, 16:52

16Ibídem.134tra Rubén y sus acompañantes en la Protesta. El día 21 por la nochedetuvieron a Rubén y como el juez que debía señalar la fianza no apareciópor ninguna parte, nuestro líder tuvo que dormir en la cárcel. Fuimostodos procesados. Cada lunes teníamos que ir al juzgado a firmar. Al fin,después de gran papeleo se sobreseyó la causa. Por cierto que en estosdías yo he leído en alguna parte que Zayas, hombre algo guasón, le dijoal pobre Regüeiferos, refiriéndose a la Protesta: “Eso te pasa por llamarteErnesto”». 16 Es oportuno recordar, aunque sea al paso, que por estosaños empezó a revalorizarse la obra del poeta y dramaturgo inglés OscarWilde, luego de ser satanizado por homosexual, figurando entre las másleídas La importancia de llamarse Ernesto, a la que, en este caso, aludeel presidente Alfredo Zayas. Zayas le dio el mismo sentido que lehabía dado Wilde al adoptarla como título de su conocida comedia de enredo:el nombre de Ernesto en inglés (Ernest) se pronuncia de igualforma que earnest, que significa «servicial, deseoso de servir, preocupadopor servir». Sea como fuere, la ingeniosa chanza de Zayas quedaríaentre las frases célebres de la República.La acusación hecha por Erasmo Regüeiferos contra Rubén Martínez Villenapor injurias contra la autoridad, dio inicio a la Causa 330, en la cual fueronincluidos los doce restantes que estuvieron en la Protesta y firmaron elManifiesto. A saber, José Antonio Fernández de Castro, Calixto Masó, FélixLizaso, Alberto Lamar Schweyer, Francisco Ichaso, Luis Gómez Wangüemert,Juan Marinello, José Z. Tallet, José Manuel Acosta, PrimitivoCordero Leyva, Jorge Mañach y José Ramón García Pedrosa. La Causa330 fue sobreseída en junio de 1924. En el ínterin que va de marzode 1923 a junio de 1924, los acusados iban a firmar cada lunes al juzgado,circunstancia, como bien reseña Tallet, que propició un acercamiento mayorentre los jóvenes intelectuales. En consecuencia, la Protesta se perfilarácomo punto de partida para la acción política de la nueva generación. Contrariamentea lo que se hubieran podido imaginar, su entrada a la vida públicacubana había acontecido por la política, y no por la literatura. Los supuestosbest sellers por los cuales alcanzarían notoriedad en la historia de las letrasde su país, por el momento, no eran otros que los ecos del grito dado a lahora de la siesta, desperezando a todo un pueblo por más de un decenio.De este nuevo compromiso con la sociedad, nacerá una organización deMassaguer.pmd 13426/10/2010, 16:52

intelectuales y artistas ajena a la tradición del cenáculo literario: la Falange deAcción Cubana, la que se constituirá el primero de abril en la biblioteca Falangón,ubicada en el entresuelo de la casona donde vivía la familia MartínezVillena, sita en el número 66 de la calle Amargura.Concebida como «una vanguardia cívica y valiente», cuyo objetivo primordialera dar «la carga definitiva contra la ignorancia», como vía pararecobrar la confianza perdida en el pasado y el presente de la patria, laFalange de Acción Cubana es, según la profesora Ana Cairo, el iniciodel Grupo Minorista. La Falange –nombre que toman del cuerpo armadomacedonio, todavía sin la connotación negativa que alcanzará en losaños treinta– estuvo conformada no sólo por los integrantes de la Protesta,sino también por los que se quedaron fuera de ella por las circunstanciasantes aducidas. Entre las actividades a desarrollar por la Falangeen sus inicios y que igualmente contribuyó a aglutinar a los futuros minoristas,sobresale una propiamente literaria: la preparación de una antologíade poetas modernos cubanos, que se convertiría en tarea del Grupopor espacio de varios años y, en particular, de Félix Lizaso y José AntonioFernández de Castro, quienes la publicaron en 1926 con el título Lapoesía moderna en Cuba (1882-1925). La biblioteca Falangón fue denuevo lugar de encuentro de estos jóvenes para tales trabajos literarios.Otro espacio que sirvió de convergencia generacional fue la libreríaMinerva, situada en la calle Obispo. En ella se había inaugurado porentonces una estantería dedicada a presentar «lo último» publicado enParís, a más de L’Esprit Nouveau y la Revista de Occidente, de Ortegay Gasset. «Allí, cada tarde –recuerda Alejo Carpentier–, se hojeabanlos libros, se sabía de la palabra nueva; en espera de ese libro tan útilcomo incompleto, tan desordenado como portador de nuevas inquietudes,que fue, en su momento, el de las Literaturas europeas de vanguardia,de Guillermo de Torre». 17 Sin olvidar aquellas otras accionesde corte cívico y patriótico, que reclamarán de sus integrantes una toma departido ante los males que aquejaban al país.Massaguer y Roig se suman a la organización, con lo que se definencomo minoristas y sellan la decisión de hacer de Social órgano del Grupo.Les sigue Alfredo T. Quílez, otrora administrador de Social; ahora,director de Carteles. La maniobra es obvia. La mass-media Massaguer17Alejo Carpentier:La cultura en Cuba y en elmundo. Editorial LetrasCubanas, La Habana,2004, p. 135.135Massaguer.pmd 13526/10/2010, 16:52

136posee todas las condiciones materiales y económicas para alcanzar laautonomía deseada en una empresa cultural de este tipo. Con ella seconjugan aquellos aspectos relevantes del accionar cívico y patrióticodel Grupo, así como los correspondientes a la generalización de sus mensajesliterarios y artísticos, sin vinculación alguna con el ideario políticodominante en el periodismo al uso. Acaso, ¿no era este el sueño deMassaguer desde que fundó Social, y, mucho antes, con Gráfico? Larelación de Social y Carteles con los minoristas se estrecha; también,entre Social y Carteles. Los cambios operados en esta última publicacióna partir de mayo de 1924, así lo corroboran. Por ejemplo, convertirseen «semanario nacional» y asumir Roig la dirección literaria. Al añosiguiente, Alejo Carpentier ocupará la jefatura de la redacción literaria,vía por la cual se integrará al minorismo. Al igual que había ocurridoen Social, con tales nombres vendrán tales cambios: una sección editorialsobre política cubana, artículos costumbristas, históricos y políticosde Roig, muchos de los cuales firmará con los seudónimos El curioso parlanchín,Noquelosabe, Cristóbal de La Habana y Enrique Alejandro deHermann. Además, empezaron a aparecer con mayor frecuencia trabajosrelacionados con la mujer, la educación, la historia nacional y universal,las artes plásticas, figuras cubanas e hispanoamericanas, notassociales y teatrales, crítica literaria y cinematográfica, así como cuentospolicíacos y fantásticos de autores extranjeros. Diríase que es un calcode Social, pero no es así.Dada la periodicidad semanal de Carteles, esta se convertirá en complementoy calce de la cruzada culturizadora iniciada, desarrollada e internacionalizadapor Social. La mayor inmediatez de la primera la relacionarámás con el ámbito nacional y, en consecuencia, con amplios sectoresde la sociedad, convirtiéndose en una suerte de medio visual organizador desu input informativo; en tanto la segunda, dada su periodicidad mensual ymayor trascendencia comunicativa fuera del país, le corresponderá ser elmedio visual organizador de su output informativo, evidenciando un nivelestético-comunicativo propio de una gran revista de vanguardia de un paísdel primer mundo. Sírvanos la sección musical de ambas publicacionespara ilustrar las diferencias apuntadas: si en Carteles se reproducen lasmúsicas y letras de los sones, danzones y tangos más populares del mo-Massaguer.pmd 13626/10/2010, 16:52

mento, en Social se hace otro tanto, pero con las obras de Maurice Ravel,Eric Satie, Claude Debussy, Igor Stravinsky, Heitor Villa Lobos y AlejandroGarcía Caturla, entre otros. He aquí otro ejemplo, no por más evidentemenos sutil: la campaña a favor del nudismo generada por Carteles en1931, será apoyada por Social con un desnudo artístico del nuevo campeónmundial de boxeo Kid Chocolate, quien posa a la manera de El pensadorde Rodin (Social, septiembre, 1931). La foto, impresa a toda página,fue hecha por el estudio fotográfico habanero Rembrandt. Una voz autorizada,la de Alejo Carpentier, al caracterizar las etapas de su evolución comoescritor, confirma las señaladas diferencias: «La etapa 1922 a 1928,puede considerarse como la del aprendizaje –aprendizaje que empieza adar frutos en algunos artículos de Social de 1927 a 1928, y en otros, publicadosen el suplemento del Diario de la Marina, que dirigía José AntonioFernández de Castro. Los artículos de 1928 a 1939, se dividen en dos categoríasmuy distintas, en lo que se refiere a Cuba: 1) los artículos de Social,muy bien ajustados a la actualidad artística y literaria que los motivaba;2) los de Carteles, que son de muy distinto género, y no deben confundirsecon los anteriores –porque no debe olvidarse que Carteles no era unarevista literaria y que, por ello, mis “crónicas de París” habían de ser muchomás sencillas, fáciles, periodísticas, que las de Social». 18La literatura nacional e internacional, la canónica y la más experimentalo de vanguardia, continuará siendo expresión esencial del corpus deSocial. En sus páginas verán la luz, por primera vez, el Romance de lacasada infiel, de Federico García Lorca, y la Meditación sobre el Cristode Veláquez, de don Miguel de Unamuno. Se da a conocer al lectorde habla española al poeta mulato norteamericano Langston Hughes,con la traducción de su poema I too sing America... (Social, septiembre,1928). Algunos de los poemas que harán trascender a figuras como RubénMartínez Villena y José Zacarías Tallet en el ámbito de la literaturacubana e hispanoamericana de su tiempo, se publicarán, también,por primera vez, en Social. Otro tanto sucederá con ese gran artículo deGabriela Mistral, La lengua de Martí. Estos ejemplos no serán los únicos.Si tales artículos los leen o no los burgueses, es lo de menos. Lo queimporta es que los ricos suscriptores y anunciantes de Social contribuyana costear algo que siempre ha sido incosteable en países como losnuestros: la divulgación, al más alto nivel editorial, de una literatura y un18Alejo Carpentier: Crónicas.Editorial Letras Cubanas,La Habana, 1985, t. 1, p. 7.137Massaguer.pmd 13726/10/2010, 16:52

19Jorge Mañach: «El decenariode Social». Ob.cit., p. 9.138arte nuevos, que aún bracea contra la corriente por imponerse. Y este esotro mérito de la estrategia asumida con tal propósito por Massaguer y Roig.En un momento en que firmas como las de Carpentier, Marinello, Mañach,Guillén y Pedroso, por citar algunas, apenas empiezan a decirle algo al públicolector, ellas aparecen en Social, en igualdad de condición gráfica, estoes, de espacio y diseño, junto a la de otros consagrados como EnriqueJosé Varona, Alfonso Reyes, Anatole France, Tagore, Vasconcelos o Rodó.Esto explica que el Grupo se sintiera vinculado a su órgano y hasta lo preferenciarapor sobre cualquier otro, al menos hasta la aparición de la Revistade Avance, en razón de la posibilidad cierta de acceder y darse a conoceren los más importantes ámbitos literarios de la vanguardia internacional.Sin obviar los vínculos que establecerá Social con sus homólogas del continentecomo Amauta (Perú; director José Carlos Mariátegui), Proa (Argentina;órgano de los ultraístas, tuvo a Jorge Luis Borges entre sus editores),Repertorio Americano (Costa Rica; director Joaquín García Monge)y Contemporáneos (México; director Bernardo Ortiz).La identidad otra del país es la que prevalece en Social. No por gustoes órgano del minorismo. No por gusto Mañach, en el décimo aniversariode la revista, se refirió a ella en los siguientes términos: «Social, comoCuba Contemporánea, otra revista que nos honra, es más leída fuerade Cuba que en nuestra ínsula distraída. Pero por eso mismo está ejerciendouna gran influencia, influencia de selección y de vinculación. Sifuese más popular de lo que es, ello significaría que Social había hechoconcesiones, que había transigido con los gustos y criterios mayoritariosdel continente; y quien transige nunca puede influir». 19 Carteles, por suparte, generaliza, entre otros contenidos informativos, aquellos quereclaman una mayor inmediatez y compromiso del Grupo para con elacontecer político y social de la hora, sobre todo, a partir de la agudizaciónde la situación política del país. Sin embargo, en el caso que tales mensajesalcancen una real relevancia, no será óbice su generalización a travésde las páginas de Social, dándolos a conocer en el ámbito internacional.Así sucederá con la «Declaración del grupo minorista» (1927) y la inauguraciónen La Habana de la VI Conferencia Panamericana (1928).Por último, el diseño, el olvidado de siempre cuando de contenidosliterarios se trata, será el otro componente esencial de la identidad delMassaguer.pmd 13826/10/2010, 16:52

mensuario; parte sustancial de la nueva visualidad que se quería generalizaren la sociedad cubana a recaudo de un mejor buen gusto de esta,así como complemento de los propios contenidos literarios, por lo generalrepresentativos de las figuras y creaciones de vanguardia del país yel mundo de habla española. En este último aspecto son esencialesMassaguer y José Manuel Acosta, quienes le darán al diseño gráfico deSocial un sentido minorista –si es que cabe el término–, haciendo que elnuevo órgano parezca «cada vez menos una réplica de revistas neoyorkinasy cada vez más una revista literaria». 20 Massaguer crea un patrónde identidad editorial tan válido que, cuando en ocasiones intervieneen su plasmación otro diseñador, sea Acosta o Surís, la concepción siguesiendo la suya. Esto se pondrá de manifiesto en el diseño de portada.Habrá que esperar todavía unos años para que un diseñador de laclase de Acosta pueda introducir variables de codificación en dicho espaciode diseño, como las que le propicia el art decó, aunque sin faltarlea la identidad inicial del mensuario. Este ideal de la visualidad cubana dela época de manifiesto en Social, será resultado de lo que el ya citadoTablada llamó el «Massaguer spirit».«El primer movimiento –argumenta Tablada– de quien ve por vez primeraun ejemplar de este periódico y se da de cuenta que está hecho enCuba, es de sorpresa. La perfección tipográfica se antoja alemana oinglesa; la cubierta jubilosamente colorida, de alegres matices, de francacromatización que odia a los tonos grises, por esto y por la gracia delarabesco, tiene un perfume de París, con propio olor y solar claridad detrópico, que desconciertan». 21 Mañach, por su parte, escribe: «A pesarde su afinidad administrativa con Carteles, el popularísimo semanarioque nos divulga todas las curvas fotogénicas de todas las playas y escenariosde América... Social nunca se ha permitido exhibir más desnudecesque las inánimes y puras de los museos. Y sin embargo, es en gran medidauna revista sensual, casi voluptuosa. Nos encandila la mirada con unafrivolidad un poco insolente de trópico; estride algo de color cuando leparece, retrata muchachas guapas, saraos fastuosos, clubmen divertidos,artistas de cine, y su papel espeso y su rica pesantez dan, al tomarla,una gran sensación de alegría substanciosa, como si tomásemos enlas manos una fruta reventona de primavera. No obstante –continúa20Ambrosio Fornet: En blancoy negro. Ob. cit. p. 52.21José Juan Tablada.Ob. cit., p. 47.139Massaguer.pmd 13926/10/2010, 16:52

22Jorge Mañach: «El decenariode Social». Ob. cit., p. 9.23Emilio Roig de Leuchsenring:«Diez años de labor».Ob. cit., p. 101.24Ídem, p. 13.25Jorge Mañach: «El decenariode Social». Ob. cit., p. 9.26Citado por Emilio Roigde Leuchsenring: «Cubaen la hora de ahora»,en Social, julio, 1931, p. 9.27José Antonio Portuondo:Bosquejo histórico de las letrascubanas. Editora Nacionalde Cuba / Editoradel Ministerio de Educación,La Habana, 1962, p. 55.140Mañach–, ¡qué generoso fondo de seriedad hay en las páginas de Socialy qué seria está siendo su influencia entre nosotros! Las inquietudesmás representativas de Cuba y de nuestra América, el más noble pensar,la emoción más fina, los gustos más depurados han hallado en esa revistapropicio regazo». 22En igual sintonía, Roig hará otro tanto con los contenidos literarios.Aunque llevado de su amor propio por la gran faena realizada, la magnifique,cuando afirma que «al Grupo Minorista debe Social su auge yesplendor literario y artístico, lo que hoy significa y lo que hoy vale». 23Social ya era Social cuando acogió al Grupo. El propio Roig se contradice,pues al comentar los primeros tiempos de la revista expresa quedesde 1917 «firmas cubanas y extranjeras, selectas, fueron apareciendo,cada vez en mayor número. Ya la revista no era sólo un bello álbumde eventos sociales, sino, además, una publicación literaria que iba aumentandosu prestigio en los países de habla castellana». 24 Será muchomejor después, ¡claro que sí! Pero, primero, los minoristas se irán haciendoa la revista y, sólo después, esta a los minoristas, en la medidaque las respectivas formas de decir de cada uno de sus miembros se vanperfilando más personales en su acondicionamiento a un hacer periodísticoparticularmente de vanguardia y cosmopolita, inserto en un ámbitocultural regenerador de las reservas cívicas e intelectuales de la nación.No hay que pasar por alto lo dicho con anterioridad por Mañach, generalmente,parco en elogios, cuando habla de Social como de un «propicioregazo», para a renglón seguido afirmar: «Más que regazo: algo asícomo un torno de beneficencia que los volviera hacia el cuidado de todoun continente». 25 O lo constatado por Félix Lizaso, al comentar que en larevista «iba apareciendo cuanto produjo la actividad del Grupo». 26 Mientrasque José Antonio Portuondo, con el necesario distanciamiento históricode los hechos que estudia en su Bosquejo histórico de las letrascubanas, presenta al Grupo Minorista «acogido, desde su nacimiento, ala sombra propicia de la revista Social». 27Roig está dentro del bosque... Los demás minoristas, o sea, los que noforman parte del cuerpo editor y administrativo de la revista, en cambio,son más conscientes de su importancia, dada las carencias existentesentonces en el país en el campo editorial para los escritores noveles, loMassaguer.pmd 14026/10/2010, 16:52

que la convierte en verdadera promotora de sus necesidades expresivascomo Grupo y como individuos. No es lo mismo Mozart en Viena, que enPiedrecitas, provincia de Camagüey. Así, también, lo entendió Marinello:«Por primera vez entre nosotros se observa un grupo numeroso de hombresdesinteresados y de cultivado espíritu, unido sin prejuicios, ni fútilesrecelos, junto a una bandera de alta cultura». 28 Está de más decir que «labandera de alta cultura» a la que hace referencia Marinello, es Social. Nose trata aquí de separar Social de Carteles, sino de ver cómo razoneseditoriales y de público diferentes, que no son otras que las que imponeuna estrategia pensada y generalizada desde una estructura de empresapuesta al servicio de los mejores intereses de una generación, se complementandesde espacios mediáticos diferentes. No se trata, tampoco, queSocial sea una revista de entretenimiento, como en ocasiones se ha queridohacer ver. Acaso, ¿Carteles no lo era?Mañach, en su antes citado texto, se expresa de esta publicación, comode un «popularísimo semanario que nos divulga todas las curvas fotogénicasde todas las playas y escenarios de América». 29 Para los amantesde la pelota o el boxeo, igualmente lo es. Y, por supuesto, para los quegustan del acontecer político y social del momento, donde tampoco faltanbanquetes, bodas y fiestas –verdadera constante del periodismo detodas las épocas–, aunque de menos ringorrango que las aparecidas enSocial. Todo depende de quien sea el lector. Por ejemplo, para los intelectualesy artistas de vanguardia Social es muy entretenida. Pongamospor caso Juan Marinello. ¿Por qué? Porque, según él, «Ninguna circunstancianacional ha dejado de ser consignada con serenidad y desinterés;ningún vicio propio de nuestra incipiente democracia ha dejado de serpuesto a luz para provocar la enmienda salvadora; ningún valor cubanoha dejado de ser exaltado justicieramente; a ningún triunfo patrio ha faltadoel regocijo y el aplauso de Social». 30 Además, «le ha dado especialatención al estudio de nuestros problemas internacionales, tan numerososy delicados, y a los estudios de investigación en el campo feraz y casiinexplotado de nuestra historia (...) y ha venido publicando, sin interrupción,junto con el estudio de estados colectivos pasados, completas biografíasde nuestras grandes figuras de la Colonia y de la Revolución (refiérasea las guerras por la independencia nacional)». 3128Juan Marinello: «Social,la revista de la jovenintelectualidad cubana»,en El libro de Cuba, La Habana,1925, p. 673.29Jorge Mañach: «El decenariode Social». Ob. cit., p. 930Juan Marinello: «Social,la revista de la jovenintelectualidad cubana».Ob. cit., p. 673.31Ibídem.141Massaguer.pmd 14126/10/2010, 16:52

32Ibídem.142Marinello, por último, al hablar del carácter variado de Social, establececiertas diferencias entre esta y las revistas europeas y sudamericanas,que, por una parte, complementan las apuntadas por el mexicano Tabladay, por otra, pueden atenderse como determinantes a la hora de caracterizarsu identidad editorial propiamente de vanguardia. He aquí su criterioal respecto: «Social se ha libertado gallardamente del capital viciode monotonía, tan propio de las revistas españolas y sudamericanas, quereproducen incansablemente las mismas secciones con casi idéntico contenidoy que, preocupadas solamente de la realidad circundante, dan laespalda a movimientos literarios y artísticos alejados de su lugar de publicación».32 Vicio del que también se librará Social en términos gráficos,preconizando una línea de diseño cuya consistente originalidad ypertenencia a valores cromáticos y de dibujo propios de una visualidadvitalista, entre sensual y festiva, la hará a partes iguales, imagen sustanciale identitaria de una época y precedente obligado de un estilo gráficonacional. Esta doble condición de la gráfica de Social, sobre la que volveremosmás adelante, cuajará como hecho editorial colectivo desdeinicios de este decenio, dándose a expresar en el siguiente con un altonivel estético-comunicativo en Carteles y Bohemia.Es de resaltar, por último, que tanto Social como Carteles interiorizanla página impresa como trinchera de lucha de un grupo de intelectuales yartistas decididos a hacer de la cultura un arma del pueblo. En este sentido,puede decirse que tal alianza editorial va a continuar una tradiciónen el periodismo cultural cubano, haciéndose patente durante todo elsiglo XX, con mayor o menor grado de radicalización, cada vez que la situaciónpolítica y social del país, bien como crisis o como cambio transformador,así la reclame. El carácter de tal acción periodística tambiénserá reflejado por los mensajes gráficos, es decir, fotografías, ilustracionesy caricaturas. Mientras Massaguer mantiene una gráfica vitalista enlas portadas de Social, o utiliza en estas –como sucede en 1923– brevespero deliciosas viñetas relacionadas con las particularidades de cadames, en las que sólo varía el color y la forma geométrica en que se enmarcan;o caricaturiza a personajes y personalidades de la sociedad, lapolítica, el arte y la literatura nacional e internacional en secciones como«Ellos» y «Massa-Girls», así como en el editorial de presentación «DeMassaguer.pmd 14226/10/2010, 16:52

mí para ti», en Carteles cumplimenta su producción más visiblementevolcada hacia la crítica social y la problemática política del país. Hechoeste último que se hará más patente a partir de la prórroga de mandatodel general Gerardo Machado.En tanto, la Falange de Acción Cubana, que ha hecho de Massaguer unminorista y de Social el órgano del Minorismo, desaparece en agostode 1923, para fusionarse con el Movimiento de Veteranos y Patriotas.Massaguer se integra al denominado movimiento veteranista, acto conel cual «me aventuré otra vez en la política». La intención de su aseveraciónse explica porque al no tener la Falange ni interés partidista ni programapolítico alguno, era de suponer que su pertenencia a esta asociación noimplicaba volver a ese estado de frustración permanente que era la políticaal uso, sobre todo, para quien, como él, vivía ya muy bien sin vivir deella. Todo lo contrario al movimiento veteranista, que del reclamo socialsí pasó a desempeñar un activo rol en el panorama político del país, convirtiéndosepara muchos –incluido Massaguer– en la esperanza delmomento. Tanto fue así, que nuestro biografiado no sólo volvió a la política,sino que ingresó «en la seudo revolución de los “Veteranos y Patriotas”».Las causas por las que Massaguer llama «seudo revolución» aeste fallido movimiento político son harto conocidas. No obstante, expuestaspor Alejo Carpentier son como nuevas: «Había algo romántico,impreciso, carbonario, en ese Movimiento que no se afianza en una ideologíaconcreta. Los conspiradores hablaban de recursos, de los cualesno disponían; se hablaba de depósitos de armas que no existían; había laleyenda de unos tanques ocultos en una caverna próxima a La Habana.Podría escribirse toda una novela sobre los cómicos episodios que ocurrieronen aquella época, en cuanto se refería a la recepción de mensajes cifradosque no respondían a la realidad, al envío de pertrechos que nollegaban nunca al escondite prodigioso del líder de aquel Movimiento–esondite que, según se supo después, era conocido por toda la policíade Zayas–. Fue aquella una revolución de ópera cómica...». 33Sus principales figuras, comprometidas en un levantamiento armadocontra el gobierno de Zayas, llegado el momento claudican o son sobornadaspor el gobierno. Los miembros más jóvenes y radicales del movimiento,preferentemente los otrora asociados en la Falange de Acción33Alejo Carpentier: La culturaen Cuba y en el mundo.Ob. cit., p. 134.143Massaguer.pmd 14326/10/2010, 16:52

34Ibídem.35Jorge Mañach:«Los minoristas sabáticosescuchan al gran Titta»,Social, febrero, 1924, p. 23.144Cubana, se sentirán defraudados cuando no traicionados. Esto últimofue lo que les sucedió a Rubén Martínez Villena y José Antonio Fernándezde Castro, quienes junto a otros compañeros, habían viajado a LaFlorida para entrenarse en el manejo de aviones con el propósito de bombardearel Palacio Presidencial. El gobierno norteamericano solidarizadocon el de Zayas, los tomó prisioneros en Ocala. Pero, según Carpentier,«esta revolución de ópera cómica, tuvo la virtud de llevar a Rubén MartínezVillena a la convicción de que, únicamente la revolución socialista,que apenas seis años antes se había producido en Rusia, era capaz de darnormas válidas a los movimientos revolucionarios en general. De la desdichadaexperiencia de Rubén con los Veteranos y Patriotas, surgió unaconvicción nueva, anunciadora de tiempos futuros, una orientación haciala ideología concreta del socialismo, que fue compartida por muchosjóvenes de su edad, que también habían regresado decepcionados de lainútil aventura de los Veteranos y Patriotas». 34Massaguer recuerda: «Zayas nos dominó sin derramamiento de sangre».Pero antes del citado fracaso, en plena iniciativa conspirativa, yhasta un poco llevado por el supuesto triunfo del levantamiento armadoantizayista que se fraguaba, publicará la ilustración ¡Dios mío! ¡Qué solosse quedan los muertos! (Social, noviembre, 1923). En la misma seapoya en el famoso verso del poeta romántico español, Gustavo AdolfoBécquer –muy gustado entonces... y ahora–, para echarle en cara aZayas todas las virtudes ciudadanas que había sepultado con su malgobierno, al presentar un cementerio, en cuyas lápidas y cruces se lee:sacrificio, abnegación, civismo, desinterés, idealismo, heroísmo, cubanismo,nacionalismo y patriotismo.Por la fecha de la comentada ilustración, el Grupo Minorista empieza aconsolidarse como tal en el encuentro diario de las firmas del juzgado(lo que durará hasta junio de 1924), el acopio de información para la proyectadaantología poética, las actividades de los veteranistas (antes deldesprestigio final del Movimiento, lo que ocurrirá hacia mayo de dichoaño), los encuentros en la librería Minerva y, muy especialmente, enlos «almuerzos sabáticos», así llamados por Mañach en su artículo «Losminoristas sabáticos escuchan al gran Titta». 35 Este será el primer artículodonde se habla de la existencia del Grupo. El mismo recoge el al-Massaguer.pmd 14426/10/2010, 16:52

muerzo-homenaje al gran barítono Titta Rufo, que promovió la revistaSocial. El almuerzo, que tuvo lugar en un restaurante italiano, reunió atoda la juventud que estaba más o menos vinculada con el movimientode Veteranos y Patriotas. «Reinó tal cordialidad, tal alegría en aquel almuerzo,que se afirmó el propósito de que se repitiera cada sábado conalgún motivo», 36 recuerda Alejo Carpentier.En cuanto a la denominación de «minoristas», el propio Carpentier refiere,que fue allí, al calor de tal camaradería, que «alguien dijo, entonces,para quienes asistieran a esos almuerzos, que podían calificarse suscomensales de “minoristas sabáticos”. Y de ahí nació, casualmente, elnombre de Grupo Minorista». 37 Según Marinello, viene «de la inmensaminoría»: dedicatoria de un libro que Juan Ramón Jiménez le enviara aMañach. Es posible –casi seguro– que fuera Mañach el anónimo comensalen boca del cual puso Carpentier la referida denominación. MientrasVillena, en 1927, en la Declaración del Grupo Minorista, lo definíacomo un nombre «por el corto número de miembros efectivos que lo integran;pero él ha sido en todo caso un grupo mayoritario, en el sentidode constituir el portavoz, la tribuna y el índice de la mayoría del pueblo;con propiedad es minoría, solamente, en lo que a su criterio sobre artese refiere». 38Al margen del término y de su generalización como impreso a partir dela fecha del citado artículo de Mañach, desde fines de septiembre de 1923ya se habían reanudado estos almuerzos, aunque ahora en forma más organizaday sistemática. La asistencia habitual a ellos redundará en un mayorsentido de pertenencia al Grupo. La nómina aumenta: MariblancaSabas Alomá, Otto Bluhme, Jaime Valls, Eduardo Abela, Luis López Méndez,Antonio Gattorno... La edad promedio de los miembros oscila entredieciocho y veinticinco años. Massaguer y Roig, ambos con treinta ycuatro años, son los veteranos del Grupo. La comida es buena; aunqueen el antes citado artículo de Mañach, este se pregunte: «¿Para qué se reúnetodos los sábados esta muchachada genial? Claro está que no solamentepara almorzar, sino que también para hacerse ilusiones de altacivilidad y, de paso, darle algún sabor espiritual a su vida». 39 La buenamesa ha servido siempre para algo más que para sentarse a cenar. Conspiraciones,asesinatos, pactos, negocios, han sido también móviles de36Alejo Carpentier:La cultura en Cuba y en elmundo. Ob. cit., pp. 136-137.37Ibídem.38Órbita de Rubén MartínezVillena. Ediciones UNIÓN,La Habana, 1965, p. 224.39Jorge Mañach:«Los minoristas sabáticosescuchan al gran Titta».Ob. cit., p. 23.145Massaguer.pmd 14526/10/2010, 16:52

40Se refiere al grupode escritores y artistasnucleados en torno a la revistaOrígenes (1944-1954),bajo el magisterio del escritory poeta José Lezama Lima.41Juan de Dios Bojorquez:«Los minoristas de Cuba»,en Social, junio, 1927, p. 35.146muchas a lo largo de la historia. Pero en Cuba nunca las masas de cerdofritas se tiñeron de sangre. Más bien los banquetes eran espacios dondeexpresarse y hacerse notar: leones, rotarios, masones, liberales, conservadores,comunistas, eclesiásticos, ministros, académicos, periodistas,escritores, artistas, artesanos, sindicalistas, alta y media burguesía, etcétera.Este legado del sibaritismo de la cultura greco-latina, será retomadopor los minoristas, como luego lo sería por los origenistas. 40«Esos amigos de Social –recuerda Massaguer– se reunían en los restaurantesAmbos Mundos, Lafayette, Dos Hermanos, en el AutomóvilAero Club y Casa Giovanni». Pero primero pasan por el despacho deRoig, a eso de la una, donde «se discute un poco dónde se comerá»,según testimonio del escritor y diplomático mexicano Juan de DiosBojorquez. «Después de comer y de una larga sobremesa –precisaBojorquez–, es costumbre entre los minoristas pasar por el estudio deJaime Valls, artista que ha hecho fortuna en Cuba y tiene un Packardúltimo modelo. En casa de Valls se baila el fox, se leen versos nuevos, secantan canciones criollas y mexicanas y se estimulan otros esparcimientospropios de las reuniones en que hay gentes de ambos sexos». 41 Entrelos «versos nuevos» que se leen, queda para la historia de la literaturacubana, la primera lectura que hizo Agustín Acosta de su poema «Lazafra». También Federico García Lorca estará presente en más de unaocasión, deleitando a los presentes con sus poesías y ejecuciones al pianode música folclórica internacional, de la que era un gran conocedor.El estudio de Valls es más que apropiado para tales «parties sabáticos».El propio artista ha diseñado su espacioso y bien ventilado estudio, caracterizadopor el número de divanes y almohadones a grandes rayasverde, cereza, ocre y azul. La modernidad y los modernistas habanerostienen este espacio como uno de sus dilectos. Pero no todo es lo queMassaguer llamaría a joie de vivre. Los restantes días de la semana secaracterizan por las casi diarias reuniones nocturnas, cuando el trabajo«en equipo» así lo exige. Verbigracia: la citada antología poética. Cuandono, el trabajo individual en la soledad del cuarto o del estudio, o lavisita a la biblioteca o a la conferencia del Ateneo. Igual de importantees el tiempo dedicado a concebir el artículo que luego será propuesto aalgún periódico o la preparación de la próxima clase si no hay huelga... YMassaguer.pmd 14626/10/2010, 16:52

si bien Rubén, luego de la tarea diaria, sube a la azotea más alta y empinasu papalote, es de los primeros en estar consciente de que Nada se creade la Nada, mucho menos la obra literaria y la de arte.La propia existencia de Massaguer es el mejor modelo. Con la llegadadel sábado, el ciclo vuelve a repetirse: se hace el resumen de lo hecho ypor hacer en el breve lapso de otra semana, mientras invitados y anfitrionesdegustan el siguiente menú: cocktail de frutas marrasquino, pargoasado, papas fritas a la francesa; de beber, cerveza Tívoli... Algunos culminaránla cena encendiendo un tabaco marca Allones, y no faltará quienlo moje en café antes de llevárselo a los labios, entre comentarios sobrelo último publicado en materia de literatura en Cuba y el mundo. Ajeno atodo cenáculo literario, así como a todo partido político, los minoristasconvertirán los almuerzos sabáticos en un particular lobby de concertacióny relación: espacio más que viable para implicar a los miembros tanto enlos proyectos educacionales y culturales más identificados con el bienpúblico, como para relacionarlos con las figuras prominentes de la intelectualidadnacional e internacional con las que comparten sus interesesartístico-literarios e inquietudes sociales. Sirva de ejemplo la constituciónde la Universidad Popular José Martí, 42 la que tiene lugar casi al reiniciode los comentados almuerzos, y en la que participan, junto a Julio AntonioMella, Rubén, Tallet y Marinello, entre otros minoristas; la presencia deestos tres últimos en la fundación de la Liga Antimperialista, también organizadapor Mella y el proyecto del escritor peruano Edwin Elmore deun congreso de escritores latinoamericanos, cuya comisión cubana estaráconstituida por Roig (presidente), Mañach, Serpa, Villena, Tallet, Carpentier,Lamar Schweyer y Gay Calbó, todos minoristas. Asimismo, elproyecto de homenaje popular a Enrique José Varona y Manuel Sanguily,dado a conocer en el manifiesto Al pueblo de Cuba, en abril de 1924.Mientras que de los almuerzos sabáticos merecen citarse los ofrecidosa Titta Rufo (enero, 1924), Alfonso Reyes (mayo), Pedro HenríquezUreña (junio), Antonio Caso (diciembre), José Vasconcelos (mayo, 1925),José Ingenieros (agosto), Berta Singerman (julio, 1926), Gregorio Marañón(enero, 1928) y Miguel Ángel Asturias (marzo). En estos almuerzosel grupo costeaba el cubierto del invitado de honor.42Forma parte del movimientode reforma universitaria quepor entonces agitó a variospaíses de América (Argentina,Perú, México y Cuba); suprograma pedía una renovacióndel contenido intelectual de laeducación superior y una vivaconexión entre lasuniversidades y el pueblo. EnPerú, la universidad popularrecibió el nombre de GonzálezPrada, en homenajea su precursor.147Massaguer.pmd 14726/10/2010, 16:52

148Tales acciones y actividades culturales tendrán a todo lo largo de la décadasu reflejo periodístico en Social, haciéndose no sólo parte habitualde sus contenidos, sino también parte caracterizadora de la imagen de lapublicación. Tampoco es de pasar por alto la forma de los minoristas derelacionarse e insertarse en los contextos del acontecer cultural del momentocon la de un relacionista público de la talla de Massaguer, y viceversa.En su tarjeta de presentación añadió debajo del nombre: «DelGrupo Minorista de La Habana». Él, que siempre fue dado a tales actividades,tuvieran o no que ver con el Grupo, también costeó, a título personal,la estancia en Cuba de algunas prestigiosas figuras del mundointelectual de la época, con las cuales se relacionaron los minoristas.La más notoria fue la del gran escritor español Ramón del Valle Inclán,quien fuera su huésped personal durante la semana que pasó en La Habana.En los banquetes siempre estuvo Massaguer como pez en el agua,fuera en el modesto local que ocupaba el restaurante de Chinchurreta o enel roof garden del recién inaugurado Hotel Sevilla Biltmore –antes HotelSevilla–, en compañía de simpatizantes de la URSS –recién se habíacreado la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas– o del todavía creíbleproyecto italiano –recién el Partido Fascista quedaba como único enel panorama político de ese país–. Dichas relaciones aún no eran del todoantagónicas. Mussolini tenía tantos simpatizantes dentro y fuera deItalia, como Lenin dentro y fuera de Rusia. A Marx se llegaba a través deLenin, y no a la inversa, como supondría un conocimiento ordenado. Esun momento ideológico caracterizado por las búsquedas y las encrucijadas;pero, sólo en casos muy excepcionales, por las definiciones: tal es elcaso de Julio Antonio Mella. Izquierdistas y derechistas ni eran tan de laizquierda ni tan de la derecha. La carga vivencial que imponía la época yel desarrollo ideológico alcanzado hasta entonces, no les permitía todavíaese grado de radicalización a que sí los llevó más tarde el acontecerpolítico del país y del mundo.Otro tanto sucedía en el ámbito de las vanguardias artísticas y literariaseuropeas: no ha llegado el momento de la toma de partido por uno u otrobando, lo que sólo ocurrirá a partir de la guerra de España y la SegundaGuerra Mundial. Una mezcla de simpatía y curiosidad será cada vez máspropiciatoria de búsquedas e interpretaciones que harán valer por igualMassaguer.pmd 14826/10/2010, 16:52

el psicoanálisis freudiano y el bolchevismo, en tanto opciones válidasy novedosas en la ciencia y la política, respectivamente, para hacer delarte parte esencial del instrumental social que ayude a transformar alhombre, cambiar la vida. Todavía Breton, Eluard y Picasso no se han decididopor la militancia comunista, ni Pound ni Marinetti por la fascista.Una filosofía olvidada de la pasada centuria, obra del místico danés SorenKierkegaard, se enseñorea de las más jóvenes generaciones de intelectualesy artistas europeos: el existencialismo expresará la crisis y decepcióndel período de entre guerras, y será antecedente directo de la generaciónbeatnik de Norteamérica, en tanto heredera de la progresiva pérdidade valores que caracterizará a las sociedades desarrolladas.En cuanto a Massaguer, esa no será ni su izquierda ni derecha, ni nuncalo serían. Tampoco lo necesitó. Ni a su empresa le faltó prosperidad ni a élesa dimensión de la esperanza, que lo hizo al borde de la muerte todavíacreer en la posibilidad de volver a reeditar Social. Su autoridad comoeditor y profesional de la gráfica, don de persona y condición de relacionistapúblico, por entonces, eran incuestionables, así como su toleranciay sentido de la democracia, sustentado en lo mejor del pensamientohumanista burgués decimonónico y verificado en la práctica con laaceptación en su empresa de todo creador de valía, novel o veterano,con reconocimientos o sin ellos, sin cuestionarse nunca su origen social,raza y filiación política. Condición con la que tuvo que ver –y mucho–su formación en el ambiente propio de los círculos cubanos independentistasdurante su niñez y juventud en México y Estados Unidos, y su pertenenciaa una profesión de evidente raigambre democrática, la del futurocomunicador social. Si se puede hablar de una gráfica por y para el minorismo,esa es la de Massaguer. Ahí están Social y Carteles, las fotosde los almuerzos sabáticos –los que duraron hasta 1928, aproximadamente–y, sobre todo, las caricaturas de sus miembros más destacadosy las del Grupo. Gráfica tan comprometida con la cultura y el momentopolítico que vive el país, como la de cualquier escrito del minorista másrelevante. De hecho, su mejor tiempo será este, el de Social y el Minorismo.En 1923 Social inicia la segunda y más trascendental de sus tres etapas(1916-1922; 1923-1933; 1935-1938). También Massaguer. Asegurado149Massaguer.pmd 14926/10/2010, 16:52

43Conrado W. Massaguer:«Rafael Blanco», Social,septiembre, 1923, p. 5.150el éxito editorial y su sostenimiento, se toma más tiempo para su obrapersonal. El viaje a Nueva York a fines de 1922, donde la divulga entrelo más selecto de la intelectualidad y la gráfica de comunicación de laciudad, así como la publicación de Guignol a inicios de 1923, son síntomasinequívocos de esta nueva actitud y situación. Social, sin embargo,sigue siendo su mejor pabellón. Con todo, es un fardo pesado. En febrero,nombra a Roig director literario y a R. A. Surís, director artístico. Ambos«comparten con el Sr. Conrado Walter Massaguer la dirección de Social»,según información aparecida en la publicación. Si los tiempos quecorren y la muchachada sabática lo arrastran a la política, igualmentese sentirá cada vez más arrastrado hacia su obra gráfica en general. Rodeadode jóvenes escritores y artistas –plásticos y gráficos– de verdaderotalento, que pujan por hacerse de un espacio en sus respectivas manifestaciones,él se sentirá obligado no sólo a demostrar lo que es –algo, pordemás, que ya estaba demostrado–, sino también a emular con ellos. Noquedarse atrás, es ley. Como parte de su personalidad y de la propiavanguardia a la que pertenece, es contrario a la inmovilidad. Él está dispuestoa demostrarlo. Y nada mejor para ello que su arma más afilada: lacaricatura.En la página editorial de Social empieza a caricaturizar a los jóvenestalentos de la literatura y la gráfica del país. Estos últimos, más notoriosentonces que los primeros, contrariamente a lo que sucedería después.De los literatos Lamar Schweyer, Mañach; de los gráficos, José ManuelAcosta, Enrique García Cabrera, Jaime Valls, Rafael Blanco. Al pie de lacaricatura de Blanco, escribe: «(su) lápiz, escéptico y mordaz, ha sido entodo tiempo el terror de políticos, consagrados y otros personajes y personillasde nuestra República, y que ahora en intencionados cuadros decostumbres flagela sin piedad ni temor, vicios, defectos y lacras sociales».43 En la de Mañach, repara en el rápido ascenso de este en el mundointelectual cubano, luego de la favorable recepción que tuvieron sus cuadrosen el Salón de Pintura y Escultura y la conferencia que dictara en elcurso de Historia del Arte auspiciado por la Asociación de Pintores yEscultores, en la que también participaron Luis de Soto, Ernesto Dihigoy Luis A. Baralt. Con la iniciación de esta serie de caricaturas y su continuaciónen los siguientes años, Massaguer se convertirá en el caricaturistaMassaguer.pmd 15026/10/2010, 16:52

del minorismo. Ello le permitirá ganar una mayor síntesis expresiva en ladefinición psíquica y física de cada uno de sus miembros, para luegoabordarlos como Grupo en una de las más notables obras de la caricaturacubana de todos los tiempos: «Sobremesa sabática».La ascendente trayectoria de Social también se verá asistida este añocon una nueva sección dedicada al cine, la que dará inicio en el númerocorrespondiente a junio. «Su popularidad –escribe Massaguer refiriéndosea sus protagonistas– ha derrocado hoy a reyes y políticos. Son casilos soberanos del mundo. ¿Cómo no habían de tener su trono, también, ennuestra revista?». El cine contribuirá a hacerle un espacio mayor a la imagenfotográfica en el mensuario. En sus páginas ya la ilustración no compitecon la fotografía; imagen visual y palabra impresa se complementan paragenerar un binomio de gran eficacia comunicativa, en más de un sentidoexpresión identitaria de toda una nueva generación de artistas e intelectuales.Los jóvenes escritores van a encontrar en la revista el primer y másimportante espacio de generalización de sus textos-mensajes, lo que contribuiráa darlos a conocer al gran público, sobre todo, si se tiene en cuentael carácter continental de su ámbito de recepción y una tirada –según estimado–que ya frisaba los quince mil ejemplares en 1923. «Todos escribían,pero casi ninguno tenía un libro publicado. La mayor parte de suproducción literaria se encontraba en publicaciones periódicas: revistasestablecidas y duraderas, de amplia circulación, como Social y Carteles…»,asevera Pamela Smorkaloff. 44 Para ellos, que es como decir para los minoristas,se creará la sección «Escritores jóvenes». A Enrique Serpa, el primero,seguirán José Z. Tallet, en abril, con el poema «En el banco de lapaciencia», ilustrado por José Manuel Acosta; Rubén Martínez Villena, enjunio, con uno de los poemas que mayor reconocimiento tendría despuésen la nueva poesía cubana, «Defensa del miocardio inocente», conuna magnífica ilustración de Surís; Juan Marinello, en julio, con otro poema,«Yo soy como esos árboles», que ilustra Riverón; Jorge Mañach, enagosto, quien, además de ser caricaturizado por Massaguer, recibe su elogio,al llamarlo «crítico sagaz y concienzudo»; Alberto Lamar Schweyer,en noviembre. Otros minoristas irán apareciendo en sucesivos números.En este año Massaguer y Roig formarán parte de la recién creada JuntaCubana de Renovación Nacional, presidida por Fernando Ortiz «todavíasin el don». En dicha junta se propugna «la esperanza de crear una44Pamela M. Smorkaloff:Literatura y edición de libros,Editorial Letras Cubanas,La Habana, 1987, p. 46.151Massaguer.pmd 15126/10/2010, 16:52

45La obra, de formato gigante(43 x 34 cm.) y 908 páginasde textos e ilustraciones, fueun verdadero tour de forcede la imprenta cubana.En 1953, con motivodel Centenario del Nataliciode José Martí y el cuarentaaniversario de la República,se reeditó El libro de Cuba,ampliándose su contenidoy siendo otroslos responsablesde la dirección artísticay literaria del mismo.152patria más a la libertad del pensamiento, la equidad de las costumbres yla paz del trabajo»; tres condiciones que siempre se van avenir con laideología democrática burguesa de ambos. Invitado por el Ateneo deSanta Clara y el Club Rotario de Sancti Spíritus, Massaguer visitaráambas ciudades del centro de la Isla. Luego viajará a Manzanillo, dondees agasajado por Julio Girona, padre, quien le da a conocer las dotes de artistadel hijo, con quien Massaguer al instante simpatiza, llamándolo «diminutocaricaturista», haciéndose su tutor de dibujo. También trabaráamistad con el poeta Manuel Navarro Luna, el escritor Luis Felipe Rodríguezy otros integrantes del grupo literario de esta ciudad, reunidos entorno a la revista Orto, que llegó a alcanzar relieve continental. Asimismo,es de destacar la presencia de Massaguer en el equipo de diseño delesfuerzo editorial más importante del decenio, El libro de Cuba (1925),en el que también fungió como director artístico y literario Emilio Roig deLeuchsenring. 45En este particular contexto, Social devino la revista de arte y literaturadel primer período de la vanguardia cubana. Dentro del nuevo periodismo,ella, mejor que ninguna otra de su tiempo, supo asumir esa amplitudde miras, esa excelsa combinación entre nacionalismo, latinoamericanismoy cosmopolitismo tan cara a la mejor vanguardia latinoamericana, yhacerla parte de una generación y un movimiento artístico e intelectualque, al igual que su dirección, se propuso nuevos caminos, con el propósitoúltimo de contribuir a renovar la sociedad. La implicación de losminoristas y la de toda la dirección de la revista en los movimientos políticosque a partir de 1923 y hasta 1933 permean la vida política del país,es un claro signo de ello. Asimismo, el mundo visual que codifican susartistas gráficos en correspondencia con los nuevos códigos plásticos ygráficos que informan a los movimientos europeos y americanos, hacende sus mensajes un hecho estético y comunicativo verdaderamente paradigmáticoen la cultura del continente.Social cumple las dos funciones que tipifican a una publicación de vanguardia:asume un proyecto social en tanto órgano del Minorismo, yaspira como tal a contribuir a la renovación de la literatura y el arte cubanos.Pero, además, entiende esta última contribución no sólo relacionadacon las letras y el mal llamado arte mayor (pintura, escultura), sinotambién con todas las escalas del diseño. Aspecto este último siempreMassaguer.pmd 15226/10/2010, 16:52

olvidado en las valoraciones de los historiadores, los cuales les hacen alos contenidos relacionados con el arte y la literatura el único espaciode preferencia para cualificar las publicaciones de este período como devanguardia. Este interés de Social por todas las escalas del diseño dentrode su específica práctica editorial, alcanza un real relieve a partir desu precedente en los dos movimientos de renovación de la gráfica de comunicacióndecimonónica, el Arts and Craft y el Art Nouveau; su aplicación,por esta época, sólo era patente en los planes de estudio de laBauhaus de Weimar. A la gráfica de comunicación (tipografía, fotografía,ilustración, caricatura, diseño de página, viñetas y otros adminículosgráficos), suma su interés por el diseño de interiores (muebles, exposiciones,ambientaciones de casas, vidrieras y edificios), la arquitectura, eldiseño de modas y la ilustración artística.A este aspecto importantísimo de cualificación de la revista como objetovisual identitario de un momento político y social, tanto como estético,filosófico y literario, se aviene, por último, su trayectoria editorial encorrespondencia cronológica con las vanguardias. Los inicios de esta enlas artes del siglo XX tiene su período genitivo entre 1905 y 1915 –auncuando el belga James Ensor pinta Entrada de Cristo en Bruselas, hitodel expresionismo septentrional, en 1888–, y su madurez en el períodollamado de entreguerras (1916-1938), para reaparecer notablementemodificado en cuanto a sus postulados estéticos e influencias a partir dela segunda postguerra. El tiempo de Social (1916-1933; 1935-1938)es el de la vanguardia. Si a ello sumamos el de Gráfico, en tanto precedentede Social, el período de origen del hecho editorial que materializaMassaguer se ubica en 1913, el de mayor madurez de 1919 a 1933, y elde decadencia de 1935 a 1938. De ahí que la precedencia de la gráficanacional en la introducción de los códigos visuales de vanguardia en relacióncon la pintura, se verifique también por su sincronía histórica con lade la plástica y gráfica internacional.En cuanto a tales proyecciones, otro era el comportamiento del panoramapolítico de la Isla. Para junio de 1924 el movimiento de Veteranosy Patriotas era cosa del pasado. A las últimas ráfagas del huracán másfuerte de la temporada ciclónica –premonitorias de los malos tiemposque se avecinaban–, le siguió la elección al cargo de presidente de laRepública del candidato electo por el Partido Liberal, general Gerardo153Massaguer.pmd 15326/10/2010, 16:52

154Machado. La crisis económica empieza a superarse. La influencia norteamericanase hace palpable en la tecnología empleada en la industriaazucarera, los medios de comunicación y el transporte. La zafra asciendea más de cuatro millones de toneladas de azúcar. Las principales ciudadesdel país, en particular, La Habana, se convierten en mercado de pruebade los nuevos productos creados por la industria norteamericana.Todo lo que ella produce, desde el último jabón de tocador hasta el fonógrafomarca RCA Víctor, pasa primero por Cuba antes de entrar enel mercado mundial. El afanoso consumismo empieza a entronizarse en lasclases altas y pudientes de la sociedad, identificándose tales productoscon el confort de la vida moderna y, posteriormente, con el Americanway of life, antesala del American dream of life. En las salas de cine delpaís –ya con más de medio millar– la filmografía norteamericana desplazaa la europea, en particular, la italiana. Social se hará eco de estoscambios dándole un mayor despliegue gráfico a las imágenes de las actricesy actores más conocidos del naciente star system. Sin embargo,la información general relacionada con el novísimo arte recaerá en Cinelandia,como ya se dijo.Contrariamente a lo que pudiera pensarse y a lo que se ha dicho y escritosobre Social en relación con el proceso de norteamericanizaciónde la sociedad cubana, la publicación órgano del Minorismo permaneceráfiel a su condición, convirtiéndose también en trinchera de los mejoresvalores de la cultura nacional del momento, donde tampoco faltará lo mejorde la vanguardia latinoamericana y española. De hecho, la revista no lefalta en ningún momento a la línea editorial iniciada mucho antes y que laidentificara con el nacionalismo, el latinoamericanismo y el cosmopolitismo,tríada a la que también se suscribirá Rubén Martínez Villena, cuandoen este año se hace cargo de la página literaria de El Heraldo. De Norteaméricase toma lo mejor del legado de su cultura de la máquina (tecnología,objetos utilitarios, métodos de trabajo y administración); pero, para loscubanos pertenecientes a la primera vanguardia, queda incólume el espíritude una cultura que tiene sus raíces más profundas en el trabajo manual. Enla comprensión y solución de la contradicción trabajo maquinista-trabajomanual, se debatirá todo el arte y el diseño modernos.Norteamérica es Norteamérica. Los aportes de su potencial industrialen los campos apuntados se avienen con los objetivos de desarrollo deMassaguer.pmd 15426/10/2010, 16:52

la Isla, aun cuando estos se planteen en un plano puramente proyectual.Esta forma de apropiación de lo foráneo, de lo que más nos conviene,ha sido uno de los pilares sobre los que se ha formado y desarrollado lacultura cubana de todos los tiempos. Cuba viene del mundo y va haciaél. Todo hecho de realización material y cultural importante de su existencia,ha buscado, en última instancia, su reconocimiento en el mundo.Todo reconocimiento importante viene primero de afuera, antes de hacerserealidad adentro. Si la burguesía cubana todavía manda a sus hijosa estudiar a las más importantes escuelas y universidades estadounidenses,y tanto esta clase como una buena parte de la intelectualidad cubanadel momento ve en las instituciones de la gran nación del norte el paradigmaa imitar, una y otra siguen, en términos espirituales y culturales apegadasa Europa, aun cuando esta, luego de la barbarie de la PrimeraGuerra Mundial, les haya hecho mirar más hacia Latinoamérica. Estoúltimo tendrá su cumplimiento mejor entre los jóvenes intelectualesy artistas, para hacer de tal actitud y reconocimiento un acto perfiladorde la nueva inquietud y espíritu que identificará a la vanguardia.Massaguer importará de los Estados Unidos la tecnología de punta enla industria de los impresos, también tomará de esta nación lo mejor desus innovaciones en el diseño editorial y publicitario; pero, a la hora dedarle continuidad al primer Salón de Humoristas de Cuba y América, lohará «del mismo modo que está establecido en París». Y cuando tieneque demostrarle a los más jóvenes el lugar cimero que aún detenta comocaricaturista, se irá a Europa, a París, a exponer su obra. El arielismo,junto a la obra de Ingenieros y Vasconcelos, serán referentes obligadosen la consecución de este ideal de resistencia y emancipación cultural, ypunto de partida para un reconocimiento más profundo del ideario americanistamartiano, en un contexto ideológico donde todavía no se hallegado a interiorizar el carácter imperialista de los Estados Unidos, niel legado de su pensamiento político relativo a este aspecto. La culturacubana, una vez más, está en ebullición. Fernando Ortiz pide su «mundialización»,Estados Unidos incluido. Entre las canciones de moda sobresale«Sitting in the corner», de George Meyer. Mas, la preferenciadel público pronto se inclinará por «La guinda», del compositor matanceroEusebio Delfín.155Massaguer.pmd 15526/10/2010, 16:52

156Es, precisamente, durante una visita a Matanzas para entrevistarse conDelfín, que Massaguer conocerá a su futura esposa, la señorita ElenaGarcía Menocal y Otero. Massaguer, que siempre le gustó picar alto entodo, reparó en la juventud y belleza de Elena, así como en su buena cuna.La García Menocal era sobrina, entre otros miembros de tan distinguidafamilia, del ingeniero Aniceto Menocal quien proyectó para laMarina de los Estados Unidos el Canal de Nicaragua, el pintor ArmandoMenocal y el mayor general Mario García Menocal, quien fuera presidentede Cuba. Razones todas, para que la joven se convirtiera en unbuen partido, alterándole a nuestro artista sus «arraigadas ideas sobre lasoltería», por lo que volvió «a reingresar en las filas del menocalismo». El8 de noviembre de 1924 se efectuó la boda. La luna de miel transcurrióen Nueva York, en el viejo Waldorf Astoria. La prensa, al enterarse de lapresencia de la pareja en la ciudad, la hace pública, tomándole una fotoen la azotea del hotel, en la que se ve a Massaguer, bastón en mano,señalarle a «Madame Massaguer» algunos de los rascacielos de lapopulosa urbe. Todavía habrá que esperar seis años para que el edificiode la Chrysler, con su poderosa corona art decó, domine el firmamentoneoyorkino.Además de Elena, le acompaña un viejo proyecto: establecer una oficinade diseño. Las relaciones hechas en viajes anteriores con lo mejor delmundo artístico y profesional de la ciudad, su probado profesionalismoen la caricatura, conocimiento del suelo que pisaba y el reconocimiento deSocial en el ámbito editorial del continente, fueron sus mejores avalespara la consecución de tal propósito, el cual se concretó con la renta deun departamento ubicado frente al lago del gran Parque Central. Unavez establecido, no se hicieron esperar los pedidos, convirtiéndose enasiduo colaborador de las más importantes revistas neoyorkinas delmomento, como Life, Vanity Fair, The New Yorker, Collier’s, AmericanMagazine, The Quill, Detective Stories, Red Book, Cosmopolitan,Literary Digest, Sunday World, N.Y. American, N.Y. Journal y Town& Country. De esta estancia es su conocimiento personal de CharlesDana Gibson, uno de los mitos de la ilustración norteamericana, a quienadmiraba desde joven. A Dana le obsequió un ejemplar de su Guignol.Al salir de la redacción del viejo semanario humorístico Life, dondeMassaguer.pmd 15626/10/2010, 16:52

ocurrió el encuentro, el gran ilustrador lo detuvo: «Por Dios, no se vayasin dedicarme su álbum. Por aquí hay muchos envidiosos que van a decirque este ejemplar lo compré en Brentano’s».En 1925, con motivo del debate celebrado en el Congreso de los EstadosUnidos sobre la posesión de Isla de Pinos, el King Features Syndicateenvía a Massaguer a Washington para que caricaturice a los principalesprotagonistas del debate, con el fin de ilustrar los artículos que le daríanseguimiento a este suceso. Entre los personajes caricaturizados porMassaguer estaría el propio presidente de los Estados Unidos, CalvinCoolidge. Coolidge era famoso por su carácter sombrío y gruñón, y porla enorme nariz que tenía. Sin embargo, este lo recibió en el despachooval de la Casa Blanca, y hasta le permitió que le hiciera varios apuntes.Su complacencia fue tal, que le manifestó a Massaguer: «Yo no soy unhombre guapo, pero me gustaría tener una buena caricatura hecha porusted». Y acto seguido le dijo: «¿Qué puedo hacer por usted, aquí enWashington?». Massaguer, sin pensarlo dos veces, le trasladó su preocupaciónpor el resultado final del debate sobre la Isla de Pinos (actualIsla de la Juventud) y su decisión de «hacerle una fuerte caricaturaal Senador Borah», líder en el Congreso de los que estaban contra losintereses de Cuba. Coolidge sonrió y le ordenó sentarse. Luego le hizoun «agradable y minucioso informe sobre el debate». Al día siguientetodos los diarios de Hearst –y algunos que no lo eran– le dieron un buenespacio en sus primeras planas. Y recibía la felicitación del doctor Cosmede la Torriente, por entonces, embajador de Cuba en Washington, por elresultado de la entrevista que él había propiciado.Nueva York, una vez más, lo tienta. Pero, La Habana es La Habana: laciudad que «conserva todavía la medida del hombre», como la definiríaaños después José Lezama Lima. También Social... los amigos. Desprendersede todo eso, era como hacerlo de su raíz: quedar condenadoa vivir escindido entre dos ciudades, como si ya no fuera suficiente tenerloque hacer entre dos tiempos y dos culturas. Para mediados de 1925está de vuelta. Pero no sin antes dejar definitivamente sembrada la presenciade la caricatura cubana y latinoamericana en los Estados Unidos.De ello dará fe el primer número de Social de 1926, con el artículo «Elarte criollo en Nueva York», del poeta y periodista mexicano José Juan157Massaguer.pmd 15726/10/2010, 16:52

46José Juan Tablada:«El arte criollo en Nueva York».Ob. cit., p. 47.47Ídem., p. 80.48Ibídem.158Tablada. En él, al referirse a otro publicado el año anterior por la revistaneoyorkina Currents Opinión titulado «The Mexican Art Invasion»,donde se comenta la presencia y éxito del dibujante y caricaturistamexicano Miguel Covarrubias, y de otros latinoamericanos triunfadoresen la gran urbe como Málaga Grenet, Vargas, Luza, Amero y Bolín, diceTablada: «Massaguer, el Precursor; Covarrubias, el Benjamín». 46Tablada atribuye este éxito a que la caricatura norteamericana se haestandarizado, creando convencionalismos de factura, fórmulas que hanllevado al facilismo, sin pasar por alto que muchas no son propiamentecaricaturas, sino literatura cómica ilustrada (comics); no es la pura plásticalo que las hace valer, sino las letras que la comentan. En cambio,la verbosidad del dibujo de Massaguer, «fácil y sugestivo, como la sonoracharla de la Isla dorada y azul», aportan un número de virtudes nativashasta entonces desconocidas por esta sociedad, que apuntan hacialo que sin cesar busca Nueva York: something different. Tablada, finalmente,hace valer las razones que le asisten para hablar de la precedenciade Massaguer en este boom de la caricatura latinoamericana en losEstados Unidos: «Dar un toque de atención en estas tierras hacia la culturacriolla, presentar ante esta nación enorme en un marco digno a nuestrosvalores artísticos, han sido obra de Social y del Massaguer spirit.Él fue preparando el camino para que al llegar aquí el autor en persona,Nueva York, artísticamente hablando, le entregara “las llaves de la ciudad”».47 Y concluye: «Por esas cualidades he colocado a Massaguer a lavanguardia de este desfile de artífices y porque su revista ha sido comouna bandera de sombra propicia al arte todo de Sudamérica, y su lápizcomo la piqueta de un zapador que ayudó a abrir un camino a losdemás». 48En Cuba, Massaguer continuará colaborando con las publicaciones antescitadas, y hasta realizará algunos viajes en nombre del King FeaturesSyndicate; mas, desde ahora y para siempre, salvo causa mayor, su basede operaciones estará en su capital. La Habana del momento no es segundade ninguna ciudad europea o norteamericana en cuanto a vidacultural respecta. Por sus teatros desfilan los más altos intérpretes de laópera, la música de concierto, el teatro y la danza. Massaguer, siempredispuesto a nuevas charges, como a hacer amigos, no escatima momen-Massaguer.pmd 15826/10/2010, 16:52

to ni lugar para ir al encuentro de alguna figura ilustre que sumar a su yalarga lista de caricaturizados. Si en Nueva York le había hecho caricaturasa personalidades de la talla del explorador noruego Roald Amundsen,el ya citado Miguel Covarrubias, el dibujante y amigo Charles DanaGibson, Charles Chaplin (caricaturiza al actor con la máscara de su personajeCharlot) y Joseph Pennel, entre otros, ahora, en La Habana, noson menos ni en número ni en relevancia los nuevos personajes. A saber,el violinista Hacha Heifetz, el compositor Serguei Rachmaninov, el pianistaArturo Rubinstein, el barítono Titta Rufo, el chelista Pablo Casals, elguitarrista Andrés Segovia, el caricaturista y periodista S. J. Kaufman,el pintor Zuloaga y el músico cubano Gonzalo Roig, quien por entoncesfunda la Orquesta Sinfónica de La Habana, para alcanzar más tarde lainmortalidad con su zarzuela Cecilia Valdés, estrenada en el Teatro Martí,el 26 de marzo de 1932.No hay reparo alguno en posar para el maestro cubano; saben que sulápiz los dejará tal cual fueron, han sido y serán. En ocasiones, de lapose, del trato que nace a la par del trazo, surge la amistad. Tan caro paraMassaguer como caricaturizar, es hacer amistades. Es, como si la apropiaciónde la personalidad que iniciara el lápiz, la culminara el sentimientomás limpio. Mucho más, si de ciceronear se trata… Ello fue lo quesucedió durante la estancia en La Habana del joven genio de la pianísticadel momento, Arturo Rubinstein. Este y Massaguer hicieron buenasmigas durante los carnavales de 1923. Entre las jóvenes de la sociedadhabanera que Massaguer le presentó, quedó prendado de una, lo suficiente,como para que prolongara una semana más su estancia en laIsla, razón por la cual hubo que suspender los dos conciertos que teníaprogramado para esa fecha en el Metropolitan House de Nueva York.En una deliciosa foto de época, de las muchas que dan memoria por laimagen de nuestro biografiado, se ve a Rubinstein, Massaguer y dosamigos de este entre seis bellas jóvenes vestidas de blanco. Ambos, alcentro, flanquean a la más bella entre las bellas. ¿Sería esta la cadenade cristal que ató a Rubinstein? Desde entonces a la fecha han transcurridodos años, así como muchos hechos notables en la vida personal y públicadel caricaturista, tantos, como hechos notables han ocurrido tambiénen la vida cultural y política de la Isla. Massaguer, empero, sigue en159Massaguer.pmd 15926/10/2010, 16:52

160plenitud de forma. Con la misma prestancia con que se viste para unafiesta, regresa a su estudio, se quita el saco de dril cien, se sube las mangasy ejecuta la ilustración o la caricatura que unas horas después irá aparar a las prensas del Sindicato de Artes Gráficas, para aparecer al díasiguiente en una sección de Social o en un artículo de Carteles. Y a lainversa. Lava las manos, abrocha las mangas, se pone el saco y toma dela percha el bastón y sombrero de pajilla, y sale para el próximo almuerzo...Si sábado, con los minoristas, en el Aero Club o en el Lafayette;si martes, con los Leones en el Salón Chino del Hotel Sevilla Biltmore; sijueves, con los rotarios en el roof garden del Plaza, en los que dibujacon el tenedor. De este último local, es la foto –otra más– que da fe decircunstancias y personajes que tiempo después memoria alguna los relacionaríaen tales ambientes. En ella están Alfonso Hernández Catá,Juan Marinello, Jaime Valls, Jorge Mañach y Conrado W. Massaguer.Catá y Massaguer, en los extremos, esconden las manos; Marinello ponelas suyas sobre los hombros de Catá y Valls, en tanto las de Mañachdescansan sobre Valls y Massaguer. Valls, al centro, cruza las suyas a niveldel bajo vientre. La foto, es una obra maestra de simetría, ritmo alterno(gráfico-escritor) y optimismo. Todos sonríen, todos están en el momentoestelar de la vida, todos pertenecen al bando de los que persiguenla redención de la patria a partir de la educación y la cultura.El panorama antes aludido, atendido por tan nobles presupuestos éticosy estéticos, al punto de borrar los límites institucionales, partidistasy de géneros en aras de un solo y posible ideal de nación, pronto se veríaenrarecido por los nuevos acontecimientos políticos. El 20 de mayo de 1925,el general Gerardo Machado inicia su primer período presidencial. Laexperiencia indica que no hay que ser tan optimista. No obstante, elcambio de presidente siempre le deja algún resquicio a la esperanza,sobre todo, si su marketing político había prefigurado una suerte deinspirado nacionalismo, sustentado en el propósito de corregir lo malhecho por el gobierno anterior, así como en un programa de obras públicasajustado a los períodos de «tiempo muerto», con el cual se pretendíaestablecer un mecanismo de descarga del desempleo estacional típicode la economía cubana. Con este programa se complementaba otro nomenos ambicioso que dio por resumirse en la consigna «agua, caminos yMassaguer.pmd 16026/10/2010, 16:52

escuelas»: tres viejas aspiraciones en salud pública, comunicaciones yeducación, en tanto pilares sobre los cuales levantar el nuevo nacionalismode cuño liberal. De hecho, hubo una gran votación espontánea afavor de Machado.Pero bien sabía el pueblo que una cosa era lo que prometían antes de laselecciones, y otra lo que hacían después desde «la silla». Con todo, hayque esperar –aunque no mucho–; Machado «el bueno», por ahora, no esaún una falacia. Todos los grandes de la caricatura nacional lo llevan alpapel, incluso el escéptico Rafael Blanco, cuyas caricaturas de los miembrosdel gabinete gobernante son reproducidas por la revista Life. Otrotanto había hecho Massaguer durante su última estancia en los EstadosUnidos, al caricaturizarlo junto al presidente de este país, en la exposiciónde arte cubano realizada en el Hotel Pennsylvania de Nueva York. Machado,una vez electo, había viajado al «Norte». Se dijo públicamente queiba a iniciar las negociaciones para la derogación de la Enmienda Platt;pero al final sólo logró acuñar una frase que la historia se encargaría dedesmentir años después: «Bajo mi gobierno, las huelgas en Cuba no duraránmás de quince minutos». Luego, y ya en posesión del cargo, pasaránunos pocos meses, tantos como tres, para que el nuevo presidente démuestras de cuán peligroso podía ser: el 20 de agosto es asesinado ArmandoAndré, conocido periodista y veterano de la Guerra del 95. Cinco díasantes, Julio Antonio Mella había fundado el Partido Comunista. El 27 denoviembre de 1925, en la manifestación en recordación al crimen colonialistade los siete estudiantes de medicina, es detenido Mella, quien se declaraen huelga de hambre. Asume su defensa el abogado y minorista OrosmánViamontes. El gobierno declara ilegal la Federación Estudiantil Universitaria.La campaña Pro Libertad de Mella logra la libertad del gran dirigenteestudiantil, y a la vez evidencia que el movimiento nacional de obreros,estudiantes e intelectuales, lejos de debilitarse, era una fuerza en crecimiento.Este inquietante panorama político contrastará con el muy halagadorque se perfila en el cultural. La creación artística y literaria crece, seensancha y extiende en igual medida que se hacen más estrechas y precariaslas vías de la posible solución política y económica del país.Justo entre 1925 y 1926, Social acrecienta el número y la importanciade sus colaboradores nacionales y extranjeros (ver Anexo A). A la par161Massaguer.pmd 16126/10/2010, 16:52

162de estos, en sus páginas se van dando a conocer otros que pronto descollaránentre lo más granado de la intelectualidad del patio. A los artículosy poemas siguen las obras con que cobrará cuerpo y espíritu el ámbitointelectual años atrás esbozado. La primera vanguardia ya tiene en todaslas manifestaciones culturales nombres en los cuales reconocerse, y todos,en mayor o menor grado, han dejado su huella en Social: RubénMartínez Villena, Juan Marinello, Jorge Mañach, Alejandro GarcíaCaturla, Amadeo Roldán, Agustín Acosta, José Zacarías Tallet, JoséAntonio Fernández de Castro, Víctor Manuel, Carlos Enríquez, JuanJosé Sicre, Eduardo Abela, Jaime Valls, José Manuel Acosta, EnriqueGarcía Cabrera... Y, por supuesto, Roig y Massaguer. También unanovela: Fantoches 1926. Concebida como «folletín moderno por doceescritores cubanos», según se hace constar en el número de enerode Social, esta novela policial, colectiva y por entrega –un capítulo pormes, durante todo el año 1926–, fue asumida por once escritores eilustradores –a dos ilustraciones por artista–, ya que el escritor que lediera inicio, Carlos Loveira, tuvo que retomar la pluma para encargarsedel capítulo final y «desenredar la madeja como le fuera posible».De los once escritores que participaron pertenecían al minorismo RubénMartínez Villena, Jorge Mañach, Alberto Lamar Schweyer, Arturo AlfonsoRoselló, Guillermo Martínez Márquez, Enrique Serpa y Emilio Roigde Leuchsenring; los otros cuatro serían Max Henríquez Ureña, Federicode Ibarzábal, Carlos Loveira y Alfonso Hernández Catá. Los ilustradores,asimismo, serán once, ya que el primero, Conrado Massaguer,repite en el capítulo final, tal y como en los contenidos había sucedidocon Loveira. Los restantes: José Manuel Acosta, José Hurtado de Mendoza,Jorge Mañach, Luis López Méndez, Gustavo Botet, Rafael Blanco,Armando Maribona, Jesús Castellanos –fallecido años atrás–, CarlosSánchez y Enrique Riverón. Según la doctora Dolores Nieves, la propiaconcepción de Fantoches 1926 como una colaboración, «evidenciauna ruptura con las concepciones al uso acerca de qué era y cómo debíaescribirse una novela. En nuestra tradición literaria, siempre la novelahabía formado parte de lo que podemos considerar cultura “seria”, oficial,formal. Ahora, la posibilidad de que interviniesen diferentes puntosde vista, tanto artísticos como generacionales, abría una brecha en elMassaguer.pmd 16226/10/2010, 16:52

sentido unitario que hasta ese momento se había tenido de la novela. Aello contribuye, además, que Fantoches 1926 se organiza como unanovela policial, lo que permitía que la fábula tomara por caminos diversos,que cada autor enredara o desenredara a su gusto la madejaargumental, y que, a la vez, impusiera un reto al responsable de continuarla.Estamos, de entrada, en una novela que parte de la ruptura de launidad de la fábula». 49Cabe añadir que la técnica de la colaboración colectiva estaba en correspondenciacon el carácter periódico de los medios que generalizaron losfolletines, y su resultado, no menos periodístico que el de los propiosmedios aludidos. Los antecedentes en Cuba, no por casualidad, se registranen El Fígaro, donde se publicaron sendas novelas por entrega: laprimera, titulada ¡Solos!, antes de la última guerra de independencia;la segunda, Historia sangrienta, a inicios de la República. No obstante,ninguna de las dos alcanzó el éxito de público que tuvo Fantoches 1926,ni su nivel literario. Al tanto periodístico y literario que se anotó Socialcon su publicación, es de sumar el del propio plan de la ilustración, quea semejanza del escrito, al contemplar un ilustrador por capítulo, fundióigualmente los distintos estilos gráficos con los de la propia madejaargumental. La entraña vanguardista de esta acción editorial, puso demanifiesto –una vez más– el espíritu de equipo que alentaba la revista,sin jerarquización alguna en cuanto a creadores y recursos expresivos,amén de su interés por hacer de las manifestaciones literarias y gráficasuna unidad de sentido sobre la base de una estética de la comunicacióny la visualidad.Al margen de lo que para la población del país representó el drama delllamado «ciclón del 26», este año es de jubileo para Social: cumplesu primera década de vida. «De ello estábamos orgullosos Quílez, Roigde Leuchsenring y yo, pues nuestra revista había llegado a tener unpuesto cimero entre las publicaciones de América», recuerda, eufórico,Massaguer. Y no era para menos. Sobre la importancia de Social en elpanorama de las letras y las artes de los últimos diez años, se manifestaronentonces figuras de la talla de Miguel de Unamuno, Alfonso Reyes,Pérez de Ayala, Benjamín Jarnés, Gregorio Marañón, Antonio Machado,José Carlos Mariátegui, Azorín, los hermanos Quintero, entre otras49Dolores Nieves Rivera:«Fantoches 1926: una novelavanguardista», en Fantoches1926. Editorial Capitán SanLuis, La Habana, 1993, p. 143.163Massaguer.pmd 16326/10/2010, 16:52

50«Homenaje a LeopoldoRomañach», en Social,abril, 1926, pp. 52-53.51Juan Sánchez: Hijosde su tiempo: once pintoresmayores de Cuba. Publigraf,Cuba, 1994, p. 10.164luminarias de la lengua. También los minoristas. El año va sobre ruedaspara el grupo y para su publicación órgano. Al éxito que va teniendoentre los lectores la novela por entrega Fantoches 1926, se suma elalcanzado por dos obras de las más representativas de la poesía cubanade la etapa republicana: el poemario La zafra, de Agustín Acosta, y laantología La poesía moderna en Cuba, de Antonio Fernández de Castroy Félix Lizaso. En el plano sentimental, sucede otro tanto. En la sección«El gran mundo» (Social, febrero, 1926), bajo el subtítulo «Se acabande comprometer...» aparecen las fotos de cuatro novias; en los pies deimagen se lee: Srta. Esperanza Sánchez con el señor José Manuel Acosta,Srta. Rosa de la Fuente con el señor Alberto Lamar Schweyer, Srta.María Josefa Vidaurreta con el doctor Juan Marinello y Srta. BerthaArocena con el señor Guillermo Martínez Márquez.En el número de abril, hay una doble página dedicada a la obra del pintorLeopoldo Romañach, quien estuviera representado con honores especialesen el Salón de Pintura y Escultura del presente año. Social, eneste caso, pondrá todo su prestigio en favor de la causa de Romañach,que no será otra que la de los minoristas y su crítica a los métodos anticuadosempleados en la enseñanza de las artes plásticas por la AcademiaSan Alejandro. El texto de presentación termina en alegato: «hacemosvotos, para que cuando este número vea la luz se encuentre ya elinsigne maestro al frente del puesto que nadie mejor que él está llamadoa ocupar: la Dirección de la Academia de San Alejandro». 50 La propuesta,elevada a las más altas instancias del gobierno, no prosperó.Romañach tendría que esperar ocho años para ocupar tal cargo, lo queocurrió entre 1934 y 1936, aunque sin desligarse de la docencia. A decirverdad, Romañach no hubiera podido hacer mucho más por la docenciade las artes de lo que ya había hecho como pintor y, en particular, comoprofesor. Carlos Enríquez fue el que mejor definió su presente condición,cuando dijo: «Reconocemos que Romañach llena toda una épocade la pintura cubana y si alguien ha enturbiado esa aurora de pintura hansido los pequeños émulos que embarraron y embarran lienzos a la maneradel maestro». 51 De lo que se trataba era de realizarle al «más nuevo»de los «viejos pintores» un merecido reconocimiento y levantar una banderadonde no la había, con la cual identificar de algún modo el interésMassaguer.pmd 16426/10/2010, 16:52

de la vanguardia por una reforma de la enseñanza artística que, a la postre,redundara en una expresión también de vanguardia para las artesplásticas cubanas, tal y como ya la tenían la caricatura, el cartel y lailustración, y empezaban a tenerla la literatura y la música. La nuevabandera, finalmente, la traerían del exterior los jóvenes pintores que, porlas mismas razones defendidas por los minoristas y Social, habían marchadoa Europa, descontentos con las ya caducas formas de la docenciaacadémica. Previsión o azar, es curioso que entre los apóstoles del artenuevo se destacara Víctor Manuel, quien, con la ayuda que le propiciaraademás el grupo minorista, viajará a Francia en 1925, donde permaneciódos años.En junio, pero de 1926, otro viajero incansable, Conrado Massaguer,visita por primera vez Ciudad México. La excursión la integrarán, entreotras figuras, José Manuel Carbonell, J. J. Remos, José Antiga y AlejoCarpentier, a los que acompaña el vicepresidente Carlos de la Rosa yesposa. La delegación fue recibida por el presidente de México, PlutarcoElías Calles, a quien Massaguer le hará una notable caricatura. «Pasamosonce días entre banquetes, almuerzos campestres, paseo a Xochimilco,jaripeos, excursiones a Cuernavaca, Tepozotlán y otros lindoslugares», recuerda nuestro biografiado. La Social de agosto estarádedicada a México; con excepción de algún que otro artículo (le correspondea Rubén Martínez Villena su turno en Fantoches 1926, y en las«Massa-Girls» a «La del cerquillito»), puede afirmarse que es un númerocuasi monográfico, sentando en esta modalidad de periodismo culturalun precedente en cuanto al manejo de los contenidos y la jerarquizacióny estructuración de los mismos en el conjunto total de la visualidad delmensuario. No creemos que haya habido en el periodismo cultural republicanoun homenaje mejor al pueblo mexicano que este de Social. Elnúmero transpira la identificación y el cariño que por esta tierra y sucultura siempre sintió su director desde los tiempos de juventud pasadosen Mérida, Yucatán.Entre los artículos que lo engalanan, están los dedicados al arte mexicanode los períodos precolombino y revolucionario, fragmentos del poema«Suave Patria» de Ramón López Velarde –dado a conocer por primeravez al público cubano y, en no poca medida, a una parte importante del165Massaguer.pmd 16526/10/2010, 16:52

52José Veigas: «El día queyo nací», en Revolucióny Cultura, agosto, 1978, p. 77.53Carlo de Fornaro:«Massaguer en Nueva York».Ob. cit., p. 18.166hispanoamericano–, la ya citada caricatura del presidente Plutarco ElíasCalles y la notable foto de Diego Rivera hecha por Edward Weston, queencabeza la entrevista que le concediera el pintor a Social. De esta visita,como era de esperarse, nacería otra caricatura; pero no una más, sino lamejor que se le hiciera en vida a Diego Rivera, y una de las mejores entrelas mejores de Massaguer. En ella, rostro y cuerpo tienen idéntico protagonismovisual. Lo que no impide que la línea se desarrolle como idea. Másque el área, la línea; más que la forma, la idea. La línea pasa a adquirirun valor esencial, sustantivo, al servicio de la expresión. El color, sin gratuidadalguna, viene a completar la imagen total del personaje, de grancorpachón y rostro de sapo. Al observar el Diego Rivera de Massaguer,no se puede menos que recordar aquella frase del gran pintor italiano AnibalCarraci: «Una buena caricatura, como toda obra de arte, es más fiel ala vida que la realidad misma».En tanto, la gráfica de comunicación sigue marcando la pauta en cuantoa la visualidad de vanguardia. El Sexto Salón de Humoristas inauguradoel 15 de diciembre de 1926, dio nueva prueba de ello y, en particular,Massaguer, con Sobremesa sabática. Con esta obra culmina un primerperíodo de su trayectoria en la caricatura colectiva e inicia otro querendirá sus mejores frutos entre 1931 y 1943. Con anterioridad ya habíaabordado esta modalidad de caricatura en un formato de revista y hastaen uno mucho mayor, cuando inauguró a fines de 1918, con una exposiciónde caricaturas en madera, el espacio expositivo que con tal fin habíacreado la Asociación de Pintores y Escultores en su local de Prado.De su facilidad para caricaturizar dio testimonio Rafael Ángel Surís:«Recuerdo un almuerzo donde había más de cien personas, fue en laclausura de un Salón de Humoristas, Massaguer le hizo la caricaturapersonal a cada uno en un minuto». 52 Asimismo, Carlo de Fornaro, en suya citado artículo «Massaguer en Nueva York», acota: «Su línea es tanairosa y exacta como las curvas de un trapecista en un circo». 53 Estacualidad de su dibujo se pondrá de manifiesto tanto en sus ilustracionesde asunto humorístico y costumbrista, como en la caricatura. Pero, sobretodo, en Sobremesa sabática. De esta obra dirá el entonces críticode arte Alejo Carpentier: «Massaguer bate un verdadero record de caricaturapersonal en cuanto a calidad y cantidad. Su Sobremesa (...)Massaguer.pmd 16626/10/2010, 16:52

ofrece algunos aciertos definitorios. Roig de Leuchsenring, por ejemplo,casi incaricaturable, nace en ese cuadro para el universo regocijado dela caricatura; durante muchos años los dibujantes solo lo verán de esemodo. Tallet, José Manuel Acosta, Otto Bluhme, la sonrisa amarilla delDr. Antiga, Diego Bonilla, Fernando Ortiz, constituyen otros tantos éxitosde interpretación y charge». 54Cual pintor paleolítico que en lo más profundo de la cueva representalos rasgos esenciales del bisonte a cazar por el grupo, gracias a un ejerciciode interiorización de lo observado propio de su doble condición decazador y artista, Massaguer hará otro tanto en su estudio, luego decinco años viéndolos cada sábado reunidos alrededor de una mesa. Enella, y en consonancia con el título, la mesa rectangular será la formageométrica a partir de la cual se organizará la composición. Esta forma,por demás, en diagonal, asumirá el punto de vista de la fotografía, tal ycomo se aprecia en los testimonios fotográficos sobre tales almuerzos, ala vez que impone una jerarquización en cuanto a la distribución de lospersonajes caricaturizados según su notoriedad y trascendencia en lavida pública del momento. La composición sobre la base de la relaciónmesa-comensales resultó en este caso tan satisfactoria que, más adelante,las principales caricaturas colectivas de Massaguer, realizadas comoobras originales y de gran formato, generalmente se concebirán a partirde una mesa dispuesta más o menos en diagonal sobre la superficiebidimensional del soporte, fuera este papel, madera o pared. No está demás reiterar que la vida política, social y cultural del país, como en la Romade la Antigüedad, giraba en torno a las mesas de los banquetes. Tambiénla de Massaguer.A la mesa de los rotarios, leones, publicitarios, conservadores, minoristas,periodistas... le seguía la de dibujo, la del restaurante, la del dominó,la de la redacción, la de hierro colado del canasta party o la demimbre de la terraza del Hotel Nacional. Sin olvidar que la capacidadde la forma rectangular para admitir la jerarquización de los componentesde una obra de arte cualquiera, es tan antigua como el arte mismo. Unode los temas más recurrentes del arte occidental de asunto religioso: Lasanta cena o La cena sagrada, se concibe a partir de una mesa rectangularpor la capacidad de esta forma para jerarquizar, por ubicación, la54Alejo Carpentier:«Sobremesa sabática»,en Social, febrero, 1927, p. 49.167Massaguer.pmd 16726/10/2010, 16:52

55Órbita de Rubén MartínezVillena. Ob. cit., p. 223.168figura de Jesús de las de los apóstoles. El círculo, por el contrario, devienela forma geométrica antijerárquica por excelencia. Cualquier reunión enque todos se tengan por iguales, deberá de asumir, como forma simbólica,el círculo. Los hombres alrededor del fuego, los caballeros de la MesaRedonda, son ejemplos de ello. Cabe inferir que esta última forma fuerala representativa de los almuerzos de los minoristas, ya que al decir deRubén Martínez Villena, estos constituyen «un grupo sin reglamento, sinpresidente, sin secretario, sin cuota mensual, en fin, sin campanilla nitapete». 55 No obstante, la fuerza de las circunstancias y la evidencia deltestimonio fotográfico aseveran lo contrario: el número de miembros e invitadosobligaba a unir las mesas del restaurante para que todos cupieranen una única e indivisible mesa. En ella, por lo general, el invitado deturno ocupaba el centro de su parte más larga o la más estrecha o cabecera.En Sobremesa sabática el invitado de honor, don Fernando Ortiz, ocupael centro de la parte más larga de la mesa y, por consiguiente, figuradominante de la composición, alrededor de la cual, sentados o de pie,de frente o de espalda, como verdaderos apóstoles de la nueva Cuba,se congregan los demás miembros. En total, treinta y dos personajes soncaricaturizados por Massaguer –incluyéndose él, detrás de Ortiz–, entreminoristas y amigos del grupo: Mariblanca Sabas Alomá, Oscar Soto,Fernando Ortiz, Otto Bluhme, Antonio Valverde, Emilio Roig de Leuchsenring,Guillermo Martínez Márquez, Max Henríquez Ureña, FélixLizaso, José Antonio Fernández de Castro, Luis A. Baralt, Juan Antiga,Agustín Acosta, Jorge Mañach y Juan Marinello; López Méndez, JaimeValls, Juan José Sicre, José Bens Arrarte, Diego Bonilla, José ManuelAcosta, Antonio Gattorno, Alfredo T. Quílez, Pedro San Juan, Arturo Roselló,José Z. Tallet, Enrique Serpa, Alejo Carpentier, Enrique Riverón yuno no identificado, del que sólo se muestra su nariz y boca de perfil.Mientras que a Alberto Lamar Schweyer lo ubica detrás de la ventanade fondo, con lo que da a entender su discrepancia con respecto alGrupo. Una ausencia notable: Rubén Martínez Villena. ¿Olvido u omisión?Conjeturas aparte, su concepción sobre la base del retrato colectivo,será la otra particularidad de esta obra que le conferirá un verdaderocarácter democrático.Massaguer.pmd 16826/10/2010, 16:52

El origen de este género se remonta a la pintura barroca holandesa(siglo XVII), a tenor con el carácter burgués y protestante de esta sociedad,protagonista de la primera revolución burguesa de la historia. Lospintores holandeses llevaron al lienzo los banquetes de los diferentesgremios y guildas, ocupando sus miembros en el mismo, junto a las jarrasde cerveza, las copas de vino, las frutas y los asados, el lugar que hastaentonces había estado reservado para los dioses grecolatinos y santoscristianos. Luego, jarras, copas, frutas y asados alcanzarían su plenaautonomía como asunto, dando lugar a un nuevo género pictórico: elbodegón o naturaleza muerta. El poco favor que al desnudo pictórico lehizo la austeridad protestante, se compensó entonces con el no menossensual regodeo visual que provocan las texturas en los bodegones, dandofe, una vez más, que la gula es la mejor sustituta del sexo, aun cuandosólo se coma con los ojos. De tal estirpe se nutre la comentada obra deMassaguer.Si bien en Cuba se había hecho caricatura de grupo antes de Sobremesasabática –incluso por el propio Massaguer, como ya se ha dicho–,ninguna había alcanzado hasta el momento la trascendencia de esta encuanto al asunto tratado y las particularidades de su plasmación; su granformato (80 x 100 cm.) y condición de obra única, la homologa con unaobra de «arte mayor». Es plausible conjeturar que Massaguer, como partede su cruzada por la gráfica de comunicación, quiso con esta obra demostrarque a la caricatura le eran inherentes cualidades y posibilidadesexpresivas suficientes como para constituir un lenguaje equiparable conel de la gran pintura, apto, como el de esta, para dar testimonio de suépoca. Se entendiera así o no por sus contemporáneos, lo cierto es queSobremesa sabática evidenció las posibilidades de la manifestación paraexpresar una realidad en demasía compleja sin desmérito alguno de susvalores estéticos, deviniendo una pieza clave del arte de la primera etapade la vanguardia cubana.También correspondieron a este Salón las tres versiones de caricaturadel general Gerardo Machado, debidas a la autoría de Massaguer,Armando Maribona y Ramón Arroyo (Arroyito). La Social de febrerode 1927, recogerá las tres bajo el siguiente titular: «La “Guataca” en elSexto Salón de Humoristas». Al autodefinirse los caricaturistas como169Massaguer.pmd 16926/10/2010, 16:52

56Archivo Nacional de Cuba.Fondo Secretaría de laRepública. Legajo 47.170«guatacas», en forma indirecta criticaban al presidente, ya que ponían enevidencia una vieja técnica de halago de los políticos al uso, de los gruposdominantes y de los aprovechados oportunistas que tendían a ganarsela voluntad de los gobernantes de turno, entre los cuales empezaba asobresalir Machado con una campaña llevada a cabo por sus partidariosmás cercanos, que hacían valer por los medios una larga relación de inexistentesvirtudes y méritos del general.Un mes más tarde, se hará público el propósito reeleccionista de Machado.La reacción no se hará esperar. El 30 de marzo los estudiantesdescienden la escalinata de la Universidad para llegarse hasta la casa deEnrique José Varona, y junto al patricio repudiar el proyecto de «prórrogade poderes». La policía ataca la manifestación y allana la casa de Varona.Al día siguiente, un grupo de intelectuales redacta el manifiesto«Nuestra protesta». En el mismo, se preguntan: «¿Cabe pensar que el pueblode Cuba ha de seguir cruzado de brazos ante tanto abuso, renunciandoa la expresión libre de su pensamiento y de su voluntad? ¿Han de proscribirviolentamente las autoridades la libre emisión del pensamientoy el derecho de reunión? ¿O es que la modificación de los preceptos de laConstitución lleva implícita la previa derogación de los preceptos de la CartaFundamental que garantizan el libre ejercicio de los derechos individuales?No, nunca. Cualesquiera que sean las medidas que se adoptenel pueblo será quien diga la última palabra». 56 Entre los firmantes, aparecenlos minoristas Rubén Martínez Villena, Orosmán Viamontes, AgustínAcosta, José Manuel Acosta, Juan Marinello, José Antonio Fernándezde Castro, Emilio Roig de Leuchsenring y Conrado W. Massaguer. El carácterbeligerante del manifiesto no deja lugar a dudas en cuanto a la posiciónpolítica de los que lo suscriben. De ahora en adelante, quiérase ono, volverán a implicarse en la política nacional y, una vez más, su lugarestará en la oposición.El 27 de mayo, a cinco meses del Salón de Humoristas y a casi dos de«Nuestra protesta», acontecía un hecho que venía a ser la confirmaciónde lo que ya como gráfica había puesto de manifiesto Massaguer en«Sobremesa sabática»: la firma de la «Declaración del Grupo Minorista».La génesis de esta «Declaración...» indirectamente la relacionaba con laaparición de la obra Biología de la Democracia, de Alberto LamarMassaguer.pmd 17026/10/2010, 16:52

Schweyer. Esta apología de la dictadura en América y particularmenteen Cuba, justo en el momento en que todo el país se levantaba contra lalegalización del continuismo, tuvo escasos panegiristas y muchos detractores,sobresaliendo entre estos últimos el libro La Biología contra laDemocracia, de Roberto Agramonte. Desde Social, Roig de Leuchsenringpidió la expulsión de Lamar Schweyer del Grupo Minorista. Estereplicó negando su existencia. Redactada por Rubén Martínez Villena,la «Declaración...» desmiente al ex minorista Lamar Schweyer y, a suvez, destaca los objetivos sociales e ideas que le han dado continuidad eidentidad al Movimiento. A saber: «Por la revisión de los valores falsos ygastados; Por el arte vernáculo y, en general, por el arte nuevo en sus diversasmanifestaciones; Por la introducción y vulgarización en Cuba delas últimas doctrinas, teóricas y prácticas, artísticas y científicas; Por lareforma de la enseñanza pública y contra los corrompidos sistemas deoposición de las cátedras; Por la autonomía universitaria; Por la independenciaeconómica de Cuba y contra el imperialismo yanqui; Contralas dictaduras políticas universales, en el mundo, en la América, en Cuba;Contra los desafueros de la pseudodemocracia, contra la farsa del sufragioy por la participación efectiva del pueblo en el gobierno; En pro delmejoramiento del agricultor, del colono y del obrero en Cuba; Por la cordialidady la unión latinoamericana». 57 De la importancia y vigencia históricade la «Declaración del Grupo Minorista», bien habla la siguienteanécdota de Carpentier, de 1966: «Un grupo de jóvenes escritores decíarecientemente, después de leer el manifiesto firmado por el Grupo Minoristacontra la dictadura de Machado en 1927: “Este Manifiesto lohubiéramos firmado nosotros”». 58En el número de Social correspondiente a mayo de 1927, aparecerá lafoto del Grupo reunido en el gabinete de Roig; al pie de la misma se lee:«La mayoría de la minoría, reunida en el bufete de nuestro Director Literario,el día que tomó el acuerdo de lanzar el Manifiesto que, suscritopor todos los componentes del grupo, aparece en esta página, reafirmandosu existencia, exponiendo su ideología, y ratificando su identificacióny solidaridad espiritual». Curiosamente, en la fotografía de Pegudo,la mesa –sin ser la de un banquete– está tomada desde el mismo ánguloque empleara Massaguer en su caricatura colectiva. Otra curiosidad: de57Órbita de Rubén MartínezVillena. Ob. cit., pp. 224-225.58Alejo Carpentier: La culturaen Cuba y en el mundo.Ob. cit., p. 131.171Massaguer.pmd 17126/10/2010, 16:52

59Marcelo Pogolotti:La República de Cuba al travésde sus escritores. EditorialLetras Cubanas,La Habana, 2002, p. 143.172los treinta y cuatro firmantes de la «Declaración», uno será pintor (AntonioGattorno), otro escultor (Juan José Sicre) y los seis restantes descollaránen la gráfica de comunicación: Luis López Méndez, ArmandoMaribona, A. T. Quílez, Eduardo Abela, José Manuel Acosta y ConradoW. Massaguer.Mas, justo ese año, cuando la caricatura colectiva y la firma de ambosmanifiestos parecían encaminados a reafirmar el minorismo y, por extensión,sus relaciones con las dos publicaciones que más habían hecho porsu desempeño como Grupo: Social y Carteles, cinco de sus figuras másprestigiosas: Juan Marinello, Jorge Mañach, Alejo Carpentier, MartíCasanovas y Francisco Ichaso fundan Revista de Avance (15 de marzo).Aunque esta publicación ha pasado a la historia del periodismo nacionalcon tal título, en sus inicios se le quiso dar el del año en que seeditaba: 1927, 1928, 1929 y 1930, último de su existencia; mientrasaquel hacía de subtítulo indicador del objetivo de la publicación, tal ycomo se hacía expreso en el editorial de presentación: «queremos movimiento,cambio, hasta en el nombre».De periodicidad quincenal en sus inicios, la Revista de Avance «searrogó la función de introducir las nuevas ideas artísticas, literarias y filosóficas,abriendo una ventana sobre el mundo lo mismo que la Revistade Occidente lo había venido haciendo, en mayor escala, en España conrespecto a Europa, y puede afirmarse que en sus cuatro años de vida cumpliócabalmente la misión que se impuso. Cabe añadir que, pese a la diferenciade formato, la impronta ideológica al par que estilística de Ortegay Gasset se perfila íntegramente. Al mismo tiempo, de consuno con laInstitución Hispanocubana de Cultura, dirigida por Fernando Ortiz, contribuyómás que ningún otro medio a efectuar la reconciliación intelectualcon España, ayudando a restañar las heridas aún recientes del régimencolonial al propiciar la comprensión al través de la cultura, puesto quelos dos países ya no eran los mismos. Ambos empezaban a hermanarseen la lucha contra la dictadura, y España dejaba de ser la odiosa Península,en tanto que la generación del 98, al reconocer el derecho de Cuba a laindependencia, alejaba los fantasmas del pasado oprobioso». 59Si Social había sido el órgano de la primera etapa de la vanguardia,Revista de Avance lo fue de la segunda. Con aquella termina el períodoMassaguer.pmd 17226/10/2010, 16:52

de mayor compenetración e interacción intelectual entre escritores y artistasgráficos que haya existido hasta entonces en la cultura cubana. Apartir de ahora las artes plásticas empezarán a gozar de un mejor estatuscultural, el que irá en progreso con los años, al identificarse cada vez másla evolución de sus creadores más originales con el discurso representativode las vanguardias artísticas del siglo XX, para dar fe de un nuevomomento, en el cual terminarán imponiéndose sobre los ya caducoscódigos académicos. En lo que a la cultura visual respecta, si la primeravanguardia puede llamarse de gráfica y literatura, la segunda lo será deplástica y literatura. Lo que no quita que la gráfica continúe su trayectoriade vanguardia, consolidando un estilo nacional en lo que al diseño de revistasy otros medios visuales se refiere (postales, plegables, catálogos,carteles, historietas, etcétera). Ni tampoco que gráficos y escritores dejende interactuar cada vez que las circunstancias editoriales así lo exijan;la plástica, en tanto representativa de la obra única, siempre terminarápor generalizarse a través de los procesos de impresión y reproduccióngráficos. Para muchos el mejor fijador seguirá siendo el impreso. Pero loque sí es evidente es que, a diferencia de lo ocurrido con Social, el derroterode la gráfica cubana de vanguardia no será ya el de Revista de Avance.Este derrotero continuará manifestándose a través de Social hasta suprimer cierre en 1933, para luego ampliarse a otras publicaciones, notablemente,Carteles y Bohemia, las que tendrán a partir de este decenioy los siguientes el protagonismo mayor en cuanto a la continuidad y enriquecimientodel estilo gráfico nacional. Al igual que aconteció en otrospaíses, en Cuba el estilo se manifestó como el de un número de autoresque representaban modas, intereses, direcciones o gustos de caráctergeneral que, no obstante, acabaron por representar modas, intereses,direcciones o gustos de carácter nacional.Sin embargo, no pocas veces se ha soslayado la precedencia de Social–incluso en lo literario– con respecto a Revista de Avance. Siempre se diceque esta última abrió «una ventana al mundo» –o cosas parecidas–, comobien apunta una figura autorizada como Marcelo Pogolotti; pero siemprese olvida que mucho antes Social se asomó a esa ventana, permitiéndolea los fundadores de Revista de Avance y a una parte importante de suscolaboradores encontrar en sus páginas «propicio regazo», al decir de173Massaguer.pmd 17326/10/2010, 16:52

60Jorge Mañach: «El decenariode Social». Ob. cit., p. 9.61Emilio Roig de Leuchsenring:«El Grupo Minorista:Nacimiento, Ideología,Obra», en Social,septiembre, 1929, p. 24.62Nota de los directores:Social, mayo, 1931, p. 47.63Revista de Avance,30 de marzo, 1927, p. 17.64«Directrices», en Revistade Avance, 15 de junio, 1927,p. 154.174otra personalidad igual de autorizada como es Jorge Mañach, «volviendosus rostros, sus aspiraciones, hacia los rostros hermanos de todo uncontinente». 60También en lo relativo a la hermandad cultural y de ideales entre Cubay España, Social sentó un precedente. Sobre el particular escribió Roig:«Ese intercambió llegó también a España, a la España nueva, a cuyasmanos ha de pasar –para que signifique progreso, adelanto, mejoramiento–el futuro de aquel pueblo. Y se estableció entre esos intelectualesy artistas y los minoristas, verdadera hermandad hispanoamericana,no la oficiosa de fiestas de la raza, ni de madre e hijo, sino la franca y sinceraidentificación basada en idéntica “hambre y sed de justicia”, quedijera Fernando de los Ríos en memorable conferencia sobre Martí; fundada,como Luis Araquistaín expresó en el prólogo de La agonía antillana,“en la crítica mutua de lo peor de nuestras nacionalidades y enideales comunes de libertad y dignidad para nuestras respectivaspatrias”». 61 O esta nota correspondiente al número de mayo de 1931,donde leemos: «Los directores de Social se regocijan al recoger en estapágina la sensacional actualidad europea que ofrece la caída del régimenmonárquico en España y la instauración de la República... (...)Por la consolidación y engrandecimiento de la República española, estarevista formula sus votos más expresivos y sinceros». 62Los editores de Social llamarán a los de la Revista de Avance, «minoristas,estimados amigos y colaboradores». En el segundo número de lanovísima publicación, se hará saber que Carpentier «se ve delicadamenteobligado, por su vinculación con otra revista (Carteles), a declinar susresponsabilidades en la edición de 1927». 63 Lo sustituyó José ZacaríasTallet. Mientras que los editores de Revista de Avance, en su respuestaa una carta de Regino E. Boti, dejan implícito su reconocimiento al minorismoy, por extensión, a la revista que los acogiera y encaminara hastaconvertirlos en «un sector de avanzada, peculiar, independiente y nadaremiso a la discrepancia si esta fuera necesaria, pero acorde con lofundamental de aquel movimiento, que es su valeroso izquierdismoespiritual». 64 También en este convulso año otros minoristas encaminaránsus inquietudes sociales, políticas y culturales con la creación de nuevaspublicaciones: colofón del proceso de madurez intelectual de sus miem-Massaguer.pmd 17426/10/2010, 16:52

os, nada ajeno al progresivo ejercicio periodístico y literario de losmás dotados, ni al proceso de radicalización ideológica que impone lagrave situación política del país. Tales fueron América Libre (director:Rubén Martínez Villena) y Suplemento Literario Dominical del Diariode la Marina (director: José Antonio Fernández de Castro).Del mensuario América Libre aparecieron cuatro números (abril-julio,1927); mientras que el Suplemento Literario Dominical se publicó duranteun año, aproximadamente. Esta última publicación y Revista deAvance, con independencia de otras influencias, pueden considerarseextensiones de la práctica editorial de Social entre las figuras del minorismoque la asumieron. Desvincular estas acciones mediáticas devanguardia de la que particularizó a Social, como a veces se ha pretendido,es quitarle a la evolución de la literatura y el arte republicanos unode sus eslabones imprescindibles. No son muchos los que se han leídolos más de doscientos números de Social. Todo lo que se hizo entoncesy después en materia de diseño gráfico y periodismo cultural hasta 1959,sin excluir los contenidos de intención política, está ahí, de manera embrionariao plenamente desarrollado. Una revista que llegó a alcanzaruna amplia tirada en un ámbito comunicativo igual de amplio comoera –y es– Hispanoamérica, tiene que haber tenido un peso en la opiniónpública de su época y no solamente entre las clases altas de sus respectivassociedades. De ahí que, a la hora del recuento, Carpentier dijera,«que pese a su título (…), de social no tenía ni un pelo», 65 en alusión alespacio que fue ganando en sus páginas los contenidos relacionadoscon el arte, la literatura, la historia y la política, una vez superada la etapainicial y su preferencia por las actividades sociales de la burguesía.En 1927 a la mayoría de la minoría se le empezó a identificar con laminoría de la mayoría. En los salones particulares y en los públicos,el charleston hacía furor entre los más jóvenes. Aunque un trío llegadodel oriente de la Isla, que lideraba el joven Miguel Matamoros, prontosería también de su preferencia, al interpretar sones y habaneras deuna cubanía y universalidad inextinguibles.El nuevo estatuto plástico que inicia la vanguardia en torno a la Revistade Avance, se verá refrendado con la organización por esta publicacióndel Primer Salón de Arte Nuevo, realizado en la Asociación de Pintores65Alejo Carpentier: La culturaen Cuba y en el mundo.Ob. cit., p. 136.175Massaguer.pmd 17526/10/2010, 16:52

66Guy Pérez Cisneros:Las estrategias de un crítico.Ob. cit., p. 128.67Ambrosio Fornet: En blancoy negro. Ob. cit., p. 53.68Oscar Hurtado: «Introduccióna nuestra pintura», en Pintorescubanos. Ediciones R,La Habana, 1962, p. 18.176y Escultores, entre mayo y junio de 1927. A sólo dos meses de publicarseel primer número, dicho Salón evidencia una acción coordinada casi enparalelo con la creación de la propia publicación. Y, también, la participacióncierta de un número de pintores con nuevas inquietudes expresivas,algunos de regreso de Europa, como Víctor Manuel, Carlos Enríquezy Antonio Gattorno. La crítica del momento, como luego nuestrahistoria del arte, verá en este Salón el inicio del arte moderno en Cuba. Yen Víctor Manuel, a su pintor-capitán; paradójicamente, el más clásico yestático de todos los modernos. De su pintura diría Guy Pérez Cisneros:«obra inmóvil y eterna, nunca vieja, nunca decrépita, pero tampoco nuncajoven». 66 En su contexto, el Salón tendrá atisbos de modernidad,pero sólo atisbos. Según Ambrosio Fornet: «Nada del otro mundo: unfuturismo aguado por los ultraístas españoles, algunos desnudos demasiadosrealistas para el gusto oficial». 67 El único que escandaliza –comosiempre– es Carlos Enríquez. De las paredes de la Asociación…descuelgan las telas de sus desnudos, por considerarlos de un «realismoexagerado», pero días después vuelven a colgarlas. No se han sacudidodel todo las influencias de la vanguardia foránea; pero el hecho de ircontra la Academia, ya dice mucho de esta nueva generación de pintores.La Escuela de París aún se cierne sobre ellos, tanto como Corot y laEscuela de Barbizón (la del bosque cercano a París) lo habían hechosobre los pintores cubanos del pasado siglo. De estos últimos se diceque no fueron fieles a su realidad, porque al pintar nuestros atardecereslo hicieron a la manera de los franceses; de aquellos, lo mejor que lespudo pasar. Así las cosas, nadie repara en Sobremesa sabática. Tampocoen las rumberas de Jaime Valls. Nadie ve, ni verá en mucho tiempo–recuérdese que la gráfica de comunicación, o una pequeña parte deella, se incorpora al Museo Nacional de Bellas Artes en plenitud deigualdad con la plástica a inicios del siglo XXI– que estas obras, junto aun número de caricaturas hechas por Blanco y Massaguer, son las verdaderasiniciadoras de lo visual-cubano en la modernidad. Los prejuiciosafloran. Todavía a inicios de la Revolución, un escritor nada prejuiciadocomo Oscar Hurtado, escribe en su introducción a Pintores cubanos:«Abela es tanto el humorista como el artista serio y apasionado por pintar».68 Tal parece que el buen humor no es nada serio ni artístico, por serMassaguer.pmd 17626/10/2010, 16:52

humor y por expresarse como gráfica de comunicación. ¿Quién duda quelas mayores verdades de esta Isla se hayan dicho medio en broma, medioen serio? ¿Quién duda que el humorismo sea proyección esencial de nuestraidiosincrasia como pueblo? Tal parece que una parte de los críticos yestudiosos del arte cubano –por casi un siglo– todavía desconocen que nohay distancia más corta entre dos seres humanos que la risa.De hecho, hasta 1927 inclusive, los salones de humoristas habían dichomás que los de pintura. ¡Ni qué decir las revistas! En este año Valls yAbela –unidos por una gran amistad– viajan a Francia. Antes de emprenderviaje, los dos suscriben la Declaración del Grupo Minorista y participanen la exposición de Arte Nuevo. Los dos discernirán más lo cubanoen sus respectivas obras al contacto con las vanguardias artísticaseuropeas; pero lo que a Abela le lleva dos años, a Valls le llevará sólocuatro meses. De vuelta a La Habana, este intenta renovar –por segundavez– la ilustración de carácter comercial, pero el gusto dominante no loacepta; los presupuestos estéticos de las vanguardias no se avienen conesa visión amable de la realidad que reclaman los anuncios y que en buenamedida él contribuyó a imponer. Sin otra alternativa, hace para sí, comoobra única, un sinnúmero de dibujos donde plasma aquellas manifestacionesde contenido social, preferentemente, las relacionadas con loscomponentes marginales y preteridos de la sociedad, como el negro, elmulato y el chino, los que capta en sus faenas habituales, juegos y diversiones.Rumberas y músicos son plasmados una y otra vez sobre cartón: penetrantesy expresivos sepias que apuntan, por su monocromía y dibujo, ala síntesis propia de su condición gráfica, concitando con amplios trazosla sensualidad y el movimiento del cuerpo de la mujer mestiza, en unarumba que sólo tiene paralelo en nuestra cultura con la rumba misma y,sólo después, con La rumba de Tallet y la de Alejandro García Caturla.El dibujo, rítmico y expresivo como el baile; la composición, dinámica ypoderosa como el cuerpo. Valls siempre rehuyó participar en los salonesde pintura; nuestros creadores siempre lo vieron como un artista de segundaclase, adscrito a la lucrativa actividad publicitaria. De ahí quelas rumberas se expusieran –junto a otros dibujos suyos– en los salonesde la Asociación de Reporteros. Su formación primera de escultor se177Massaguer.pmd 17726/10/2010, 16:52

178pone de manifiesto en estos dibujos, tal y como el creyón antecedía alcincel en las obras de Miguel Ángel. Estos dibujos, de gran formato, sepresentan como secuencias de una e indivisible danzante, que busca expresarpor el movimiento de brazos, piernas y caderas, la visualidad deun sonido desinhibido de reprimidas violencias. ¡Las Tres Gracias de laRumba bien podría ser su título! Dibujo de la danza, danza del dibujo.Dibujo y música de la gráfica.La modernidad también se hace ver en los medios de comunicación.Para la fecha, por ejemplo, funcionan 67 mil teléfonos en el país, 41 milmás que hacía diez años. La zafra es de más de cuatro millones de toneladas,y las inversiones del capital norteamericano en la Isla van enaumento. Charles Lindbergh vuela solo a través del Atlántico. Einsensteinfilma Octubre. Ramiro Guerra publica Azúcar y población en las Antillas.Eliseo Grenet compone el tango congo «Mama Inés». Y el son empiezaa rivalizar con el jazz. La arquitectura, el arte que contiene a lasdemás artes, vuelve a estar entre las manifestaciones privilegiadas delgobierno. Machado, ni corto ni perezoso, parece hacer suya la famosafrase del emperador Claudio: «Sólo las dictaduras pueden hacer grandesobras». Y, en efecto, las hará. Su plan urbano de modernización deLa Habana no sólo aspirará a darle continuidad al iniciado con la República,sino a superarlo, para lo cual recurrirá al urbanista francés JeanNicolás Forestier. Forestier será responsable de la visión actual que tenemosde La Habana: la Avenida del Puerto y sus parques (en uno de loscuales se proyectó la realización de un embarcadero oficial que dieradirectamente a la explanada del Palacio Presidencial, para recibir pormar –como era lógico– a las delegaciones extranjeras, y que el rápidodesarrollo de la aviación invalidó), el Paseo del Prado y el Capitolio Nacional.También los ejes que parten de la actual Plaza de la RevoluciónJosé Martí (otrora, Plaza Cívica), como Paseo y Avenida de los Presidentes.Los minoristas y Social no serán ajenos a estas obras, en particular, ladel Capitolio. En su interior se contempla la ubicación de una gran estatuaque simbolice a la República. Los minoristas le piden al ministro deObras Públicas, Carlos Miguel de Céspedes, que designe al escultorbelga Alexander Sambugnac, autor de los bustos de Varona y Sanguily,Massaguer.pmd 17826/10/2010, 16:52

para realizar la pieza. La argumentación del Grupo está contenida en unacarta publicada en Social (mayo, 1926), en la que exponen que la aludidaestatua «ha de corresponder en mérito artístico al resto de la estructura,ha de ser una interpretación tan noble como grandiosa del espíritu deledificio y de la suprema realidad nacional que ella debe simbolizar (...) ylos firmantes se atreven afirmar que pocos artistas habrá actualmente enel mundo que puedan desarrollar semejante concepción como AlexanderSambugnac». 69 La propuesta, sin embargo, no fue oída por el gobierno,quien encargó la realización de la escultura al italiano Zanelli. Junto a estaescultura bajo techo, de 14, 20 metros de alto, son de destacar las otrasdos monumentales hechas por el mismo escultor, que flanquean la escalinatacentral de ingreso al edificio, así como los treinta paneles sobre lahistoria de Cuba, reproducidos en bronce, que decoran las puertas principales,concebidos por Enrique García Cabrera.García Cabrera se apoyó en su prestigio como profesional de la gráficay profesor de la Academia San Alejandro, para hacer valer a los pintoresy escultores del patio en la realización de las obras del Capitolio. ElCapitolio fue una de esas construcciones que reclamó todos los esfuerzosde la nación y de una generación de artistas, donde no faltaron extranjeros.Con El Morro y la Cabaña, devino la tercera pirámide de nuestrahistoria de la arquitectura. Y como para no ser la excepción, su fábrica,al igual que la del Vaticano y Versalles, que siempre se asocian conla Reforma protestante y la Revolución francesa, respectivamente, seasoció con el inicio del período reeleccionista de Machado –se inauguróel 20 de mayo de 1929– y la gran crisis económica mundial. Pero,para el año que nos ocupa, 1927, todos son proyectos, excepto uno: laCarretera Central, cuya construcción, para sorpresa de muchos, porentonces se inició.Massaguer vuelve a la caricatura y a la ilustración satírica de corte político,para expresar la nueva realidad del país. Su actitud no es de extrañar.Había sido bondadoso con Machado en la caricatura que le hicierameses antes de la toma de posesión del cargo, en Nueva York, cuandobuena parte del pueblo cifraba sus esperanzas en él. Pero, para 1926, lofustiga dos veces en Social: en el ya comentado artículo de febrero querecoge las caricaturas hechas al presidente en el Salón de Humorismo69«El Grupo Minorista solicitaque la estatua de la Repúblicala ejecute AlejandroSambugnac», en Social,mayo, 1926, p. 7.179Massaguer.pmd 17926/10/2010, 16:52

180de ese año, donde los autores se autotitulan «guatacas», y en la sección«Ellos» correspondiente al número de agosto, con la caricatura del doctorGuillermo Fernández Mascaró, secretario de Instrucción Pública yBellas Artes del gabinete de Machado. En esta caricatura son dos lascaracterísticas a resaltar: el uso de los detalles o elementos secundariosde la composición no como recursos de ambientación y realce del personajecaricaturizado, sino como asuntos centrales de la codificación delmensaje en cuestión, y servirse de un personaje intrascendente desde todopunto de vista para expresar un momento histórico notable. Veamos:al fondo, aparece el busto caricaturizado de Gerardo Machado, a la manerade una escultura apologética romana: en las sienes una corona delaurel; en el rostro, una sonrisa que quiere trocarse en mueca. En la basedel busto, en letra lapidaria y en altas, GERARDITO. En la pared cuelgaun cuadro, del que sólo se ve su ángulo inferior izquierdo, y, en el mismo,un pie. Quien conoce este primer momento del gobierno –todavíaconstitucional– de Gerardo Machado, no se le escapará el mensaje de lacaricatura: en ella se evidencia un presidente soberbio y vanidoso, unCésar tropical, que necesita el permanente elogio de quienes lo rodean,aunque estos mientan o simulen amistad, lo que en buen cubano se lellama «guataquería». Mientras que el otro detalle está relacionado con laconsigna «a pie», que esgrimieron sus partidarios para denotar la basepopular de su gobierno, en oposición a la de los partidarios de su contrincantepolítico, el general Menocal, que adoptaron la frase «a caballo»,en alusión al mayoral: mote con el que se le conocía entre los miembrosde su partido.Pero no será en Social, sino en Carteles, donde las caricaturas e ilustracionesde acento político de Massaguer –como los artículos de igualcorte de Roig–, tendrán una más sostenida presencia. El acontecer políticonacional se recreará como caricatura e ilustración satírica en estapublicación cada semana. Aunque todavía no ha llegado el momentode la gran confrontación de las masas con el gobierno, ya empiezan a darselos primeros síntomas de la inminente crisis social, económica y política.Todo está en crisis, menos la cultura nacional. Massaguer, lejos deapartarse del compromiso militante de la hora, lo acepta. En este compromisoestará de cuerpo presente el periodista que hay en él, generan-Massaguer.pmd 18026/10/2010, 16:52

do una suerte de crónica visual que, junto a lo hecho por otros caricaturistasy dibujantes humorísticos –todavía Abela no ha regresado deEuropa, lo que ocurrirá en 1929–, le irá develando a la opinión públicala verdadera identidad del presidente, en paralelismo con los actosmás atentatorios que éste comete contra el espíritu de la constitución yla democracia (disolución de la Universidad Popular José Martí, cierrede la Universidad, censura de prensa, prórroga de poderes, asesinatos,etcétera).En esta primera fase, previa a la prórroga de poderes del aspirante adictador, la obra de Massaguer, preferentemente la de Carteles, juntoa la de casi la totalidad de los profesionales de la gráfica, contribuirá acambiar el criterio de Machado «el bueno», por el de Machado «el malo».En la segunda fase, a derrocarlo. Esta crónica visual irá endureciendo sucrítica en la misma medida que el gobierno se va haciendo más represivo.En este contexto, tendrá un mayor sentido la ilustración humorísticade corte social y político.En el caso de Massaguer, como es comprensible, el dibujo se hace menosvirtuoso y más descriptivo; lo que se sugiere no apunta a esteticismoalguno, ni siquiera a la interpretación subjetiva de lo interpretado,sino más bien a entender, sin anfibología visual alguna, pero sí con muchohumor y hasta con mordacidad, lo que se quiere decir de otra formasobre lo último acontecido. El interés estético pasa a un segundo plano. Elchoteo y la burla dejan de ser cada vez más síntomas de una sociedadcon una autoestima muy baja, para convertirse en las partes más afiladasde una oralidad beligerante y revolucionaria. A esta fuente, más quea ninguna otra, atenderá la caricatura y la ilustración de acento político:ella impondrá los temas; los artistas gráficos, la concepción. He aquí, amanera de ejemplo, dos ilustraciones de Carteles debidas a Massaguer:la del número del 15 de mayo de 1927 y la del 22 de igual mes y año. Laprimera se corresponde con el período inicial del enfrentamiento del estudiantadocontra la prórroga de poderes, con la consiguiente clausuray ocupación militar de la Universidad de La Habana, en mayo de dichoaño. En ella se ve un turista norteamericano frente a la gran escalinatade la Universidad de La Habana, toda ocupada por miembros de la«porra» machadista. Sorprendido, el turista le comenta a un transeúnte:181Massaguer.pmd 18126/10/2010, 16:52

70El País, 9 de julio de 1927.182«Esta ser la más colosal estación de policía del mundo». La siguiente tienepor título “El político chupador y prorrogista”. Éste viste bata de seda,mientras lee el diario de la mañana; sobre la mesa, un suculento desayuno;pie de imagen: «Estos diarios dando lata con la crisis económica y la miseria,cuando el país nada en la abundancia... ¡Mírenme a mí!». Tales ilustracionesconvirtieron a Massaguer, como a muchos otros ilustradores ycaricaturistas del periodismo republicano, en «ácratas», espeluznante vocablocon que gustaba llamar el dictador a sus opositores más radicales.La situación se torna cada vez más explosiva. Faltaba el detonante... yvino de afuera: la policía inglesa allana el local de la representación comercialsoviética en Londres, el 13 de mayo de 1927, en la cual encuentra–según fuentes oficiales– documentos que prueban la ayuda soviéticaa organizaciones internacionales antimperialistas. Los regímenes dictatorialeslatinoamericanos toman como pretexto el supuesto «complot internacionalcomunista» para detener a sus opositores más señalados. EnPerú, el dictador Augusto Leguía, detiene a un número importante de intelectualesapristas, así como al líder marxista José Carlos Mariátegui.Machado, por su parte, aprovecha la coyuntura para detener a los quecombatían la prórroga de poderes, bajo la acusación de comunistas o simpatizantesdel comunismo. El 9 de julio se dictó orden de arresto contracincuenta y siete personas, incluidas en la causa 967, iniciada un año atráscontra aquellos que caían en el delito de rebelión, «con el objeto de transformarel régimen republicano actual y sustituirlo por el del Partido Comunista».70 Entre los procesados estarían los minoristas Rubén Martínez Villena,José Z. Tallet, Martín Casanovas, José Antonio Fernández de Castro, AlejoCarpentier, Orosmán Viamontes, Juan Marinello... Luego de un mes deprisión, por falta de pruebas, fueron puestos los detenidos en libertad condicional,y meses después se sobreseyó la causa. Pero la advertencia estabahecha a los antimachadistas de cualquier partido e ideología. Machadoquería una Habana tranquila, tal y como lo reclamaba una ciudad civilizadaque iba a ser sede de la VI Conferencia Panamericana, a celebrarse entreenero y abril del próximo año. Este acontecimiento de relieve continentalserá aprovechado por Massaguer, para darse otro salto a Mérida, Yucatán.A inicios de 1928, llega a la ciudad de su infancia y juventud. Es recibidopor lo mejor de la intelectualidad yucateca, que le rinde honores y loMassaguer.pmd 18226/10/2010, 16:52

agasaja como a un coterráneo. Pero la actividad más original será la quele brinde un grupo musical de la localidad, de la cual se tiene noticiapor la carta que le enviara a Massaguer, con fecha 26 de febrero, dondese le comunica que «después de transcurrida la media noche, nos permitiremosperturbar su sueño, con la melancólica cadencia de nuestras cancionesvernáculas, que deseamos despierten los recuerdos de su infancia,y le hagan sentir una vez más el cariño que ha sabido conservar anuestra tierra. Es cuanto pueden ofrecerle estos humildes artistas y sincerosadmiradores suyos». 71 Émulo de la comunidad intelectual de Mérida,será en Cuba la de Manzanillo, la que le venía reiterando su admiracióny cariño desde el último viaje que hiciera a esta ciudad del oriente dela Isla. En carta del 10 de octubre de 1927, Julio Girona (padre), le pideque siga «aupando a Julito y verá cuán buena madera de bien agradecidohallará en él, que en eso no fallará jamás, siendo hijo mío»; 72 mientrasNemesio Lavie, de la revista Orto, en otra fechada el 25 del mismo mesy año, le anuncia: «Manzanillo aguarda este próximo número de Socialcon marcado interés (...). Puedo adelantarle que esta sociedad está delleno identificada con el “caballero Massaguer” y sus publicaciones». 73Los continuos viajes, los compromisos sociales, intelectuales y políticos,pero, sobre todo, la variedad y simultaneidad de su trabajo gráfico,asumido en exceso, empezó a incidir de manera negativa en el máscreativo, dando que hablar a más de uno sobre su posible decadencia.Massaguer tendrá necesidad de evidenciar –una vez más– «su forma»artística. Y, para ello, nada mejor que la Ciudad Luz: meta de todos losintelectuales y artistas de vanguardia de su generación; el mayor reconocimientoo desconocimiento, el triunfo o la caída. Pero, ¿con qué triunfaráel veterano triunfador? Esta pregunta se la hacen casi todos los que loconocen: los que lo envidian y los que lo quieren ver de nuevo triunfar. Élpone manos a la obra. Años después, en su autobiografía, expondrá lasrazones de este su último gran periplo artístico: «Quería medir mis escasasfuerzas con los grandes de Europa ya que a mis espaldas empecé aoír palabritas recién importadas por los artistas snobs que se habíanolvidado del castellano. Hasta mis oídos llegaron galicismos: passé, demodé,pompier y otras galas expresiones. Algunos me dijeron: “No creasque por tus grandes éxitos en Nueva York, vas a triunfar tan fácilmente71Archivo Nacional, Fondo 106Conrado W. Massaguer.Expediente 4, legajo 1.72Ibídem.73Ibídem.183Massaguer.pmd 18326/10/2010, 16:52

74«”La historia de mi fuga deLa Habana, sin pasaportes, sinpapeles, sin una pieza deidentidad [...] se debió a lapresencia en La Habana, en elmes de marzo de 1928, delpoeta surrealista RobertDesnos...” Robert Desnos,representante de La Razón, deBuenos Aires, se encontrabaen La Habana en ocasión delSéptimo Congreso de la PrensaLatina y le ayuda a embarcaren el buque España,prestándole el pasaporte y lasidentificaciones; Mariano Brull,funcionario de la embajada deCuba en Francia, le facilita eldesembarco en Saint Nazaire».Araceli García-Carranza: «Viday obra», en Alejo Carpentier, unhombre de su tiempo. EditorialLetras Cubanas, 2004, p. 15.en París...” Dos de estos amigos me confesaron que era dificilísimo llegara los críticos, obtener salas de exhibición, conquistar la prensa...».Por otra parte, la situación política no era la mejor ni para él ni para elpaís. La advertencia a los enemigos del régimen que significó el procesocomunista de julio, no podía pasarse por alto. Algunos de los minoristasdetenidos, una vez puestos en libertad y sobreseída la causa, marchan alextranjero. Alejo Carpentier será uno de ellos. 74 Massaguer lo nombracorresponsal literario de Social, en París. Otros son expulsados del país,como el catalán Martín Casanovas. Rubén, el minorista por antonomasia,se entrega por completo a la lucha social. El Partido Comunista lolleva a su Comité Central en premio a su abnegación, lealtad y coraje. Lapolémica entre Rubén y Mañach amplía la brecha. Los almuerzos sabáticosse hacen cada vez menos concurridos. Roig se lo atribuye a «lafalta de tiempo», pero se engaña. «La gravedad de la situación políticanacional excedía las posibilidades de buscar una nueva mancomunidadmínima de criterios, que permitiera al Grupo sobrevivir». 75 La maledicenciade Lamar Schweyer, lamentablemente, es profética. Los acontecimientosse precipitan. La Asamblea Constituyente, dócil a Machado,finalmente aprueba su reelección por un período de seis años, debiendode comenzar esta segunda etapa de gobierno el 20 de mayo de 1929.La agitación obrera y las protestas estudiantiles se acentúan hacia finesde 1928. En tanto, la King Features Syndicate nombra a Massaguer sucorresponsal gráfico en la Liga de Naciones, en Ginebra. El artista quehay en él sobrepuja al hombre público. No le da más vueltas a su proyectadoviaje, y un buen día toma la ruta que lo llevará a París. «Y enotro que jamás olvidaré –recuerda el caricaturista–, a bordo del Aquitaniame hallé frente a Cherbourg al amanecer».75Ana Cairo: El GrupoMinorista y su tiempo.Editorial de Ciencias Sociales,La Habana, 1978, p. 181.184Massaguer.pmd 226/10/2010, 17:16

Capítulo V1929-1958El 19 de enero de 1929 es asesinado Julio Antonio Mella por agentesde Machado, en Ciudad México. Del lado viejo del Atlántico, Massaguerllega a París. Y André Breton concluye el segundo manifiesto surrealista.En el primero ya había escrito: «Convénzase de que la literatura esel más triste camino para llegar a todo». Massaguer sonrió y pensó parasí: «Menos mal que ese no es el mío», mientras miraba con el rabillo delojo al joven delgado y alto que iba a su lado en el auto, Alejo Carpentier,quien, con François G. Cisneros y otros cubanos, lo había ido a recibir ala Gare Saint Lazare. Luego de alojarse en el hotel Scribe, descansar unrato y echarle una ojeada al París que podía ver desde su habitación,Massaguer pondrá en acción el plan con el que aspirará a ser reconocidopor la ciudad que siempre admiró desde la niñez.Esa misma tarde tomará un taxi hacia la Rive Gauche y en el café deLa Rotonde, en el cruce de los bulevares Montparnasse y Raspail, en unamesa al aire libre –como todo buen parisino– se dará cita con el críticoAndré Salmón y el dibujante y caricaturista japonés Foujita. En la mesatambién están el poeta chileno Vicente Huidobro, Alejo Carpentier,François G. Cisneros, el pintor Martino y tres de los más activos caricaturistasdel momento, el francés Broca, y los latinoamericanos Fabresy Toño Salazar. A manera de brindis de bienvenida, saborean un cafécrème de achicoria. La capacidad de convocatoria de Massaguer sepondrá de manifiesto –una vez más– en esta primera «reunión de trabajo»a plain air y, por supuesto, la de relacionarse, mientras le hace unacharge a Salmón. Días después, en el París Montparnasse, a toda página,aparecerá su dibujo de Salmón, un artículo de Broca y la reproducciónde seis de las caricaturas que formarán parte de su proyectadaexposición parisina. Había dado el primer paso y, como siempre, lo habíadado bien.Gracias a sus relaciones en el mundo del arte, en cierta medida propiciadaspor el prestigio ganado con su trabajo en el ámbito gráfico internacionaly, por supuesto, el que le había dado la revista Social, Massaguerpronto se vio agasajado por los profesionales parisinos y hasta por algunaspersonalidades de la alta sociedad. En su comentada autobiografía,concebida más para el recuento de las amistades hechas en vida y los lugaresvisitados, que como una verdadera memoria de su obra y tiempo 185Massaguer.pmd 326/10/2010, 17:16

186histórico, el caricaturista hará un balance muy preciso de las personasque conoció en París –y en todo el mundo–, como aval de un reconocimientosocial al más alto nivel, que con mucho disfrutaba cada vez quese lo hacía saber –con esa afabilidad muy suya– a los personajes de laalta burguesía habanera en los saraos y garden parties a los que erainvitado.De hecho, París, y, por extensión, la alta sociedad francesa, seguía siendoel paradigma de la burguesía mundial, en particular, de la latinoamericana.Siempre eran bien vistos por esta clase los que de su medio socialhacían un viaje a Europa. Y si se iba a España, Italia y Francia, muchomejor. En el caso de los intelectuales y artistas, este era también el recorridoformativo habitual, siempre y cuando las ayudas económicas dadaspor instituciones, academias (bolsas de viaje) o mecenas se lo permitieran.De no alcanzar el dinero, los de la vanguardia siempre prefirieronParís. Pasar hambre bajo sus puentes no era una deshonra, más bien unaanécdota necesaria para el futuro currículo profesional del artista o escritor.Pero pasarla en un pueblo del interior de Cuba, siempre se omitía,como en el caso del pintor Fidelio Ponce.Massaguer no sólo viajó a los tres países de obligatoria visita en este suprimer y último periplo europeo, sino que lo empezó por París. Era comosi el viaje a los dos restantes (España e Italia) estuviera condicionado asu triunfo en la Ciudad Luz. Sabía que sólo se sabe hasta dónde se llega,valorando hasta dónde han llegado los demás. Quería entrar en Europapor la puerta grande. ¿Vanidad o necesidad profesional? Las dos cosas.No había mayor triunfo que el que podía ofrecerle París con un artevenido a menos entonces –y hoy– en los círculos artísticos nacionalese internacionales. Ningún otro resultado le permitiría «restregarle» a laalta sociedad habanera y a los artistas e intelectuales que daban su vidaprofesional por acabada, que todavía había Massaguer para rato.Por otra parte, con el esperado triunfo y las relaciones hechas en unmomento clave del París centro del mundo de la moda, la alta sociedady el arte de la época, pondría de manifiesto una condición muy arraigadaen su personalidad: igualarse en lo social con lo mejor de la sociedad.Él padeció el «síndrome Balzac». Aspiró a ser un aristócrata entre losburgueses. Aspiró a serlo en lo social y en lo artístico. Paradoja: fue unMassaguer.pmd 18626/10/2010, 16:52

aristócrata del espíritu con el arte menos aristocrático que jamás hayaexistido: la caricatura. Aunque, para ser justo, también lo fue como editor,publicitario y comunicador: tres modalidades de un mismo hacer ydecir que, por entonces, no eran menos plebeyas que la caricatura paraaquellos artistas e intelectuales realmente imbuidos de tales concepcionesestéticas de corte elitista. Como en Balzac, puede inferirse que talescontradicciones y paradojas fueron el mejor acicate para su arte. Y, comoel arte de Balzac, el suyo fue revolucionario a su modo y a su tiempo.Si por la tarde se reúne con artistas y escritores –algunos muy notorios,otros todavía no tanto– en la terraza del Dome o en La Rotonde –unpoco pompier 1 para el gusto de Carpentier–, por la noche o en otromomento, lo hace con personalidades de la sociedad parisina. Con encomiablesimetría se enorgullece de conocer al gran caricaturista Sem,al escultor español Mateo Hernández, al Príncipe de Kapurthala, al PríncipePaolo de Troubetzkoy, a Madame Dubonnet: «la mujer más elegantede París», al ex Rey de Montenegro, al ex presidente argentino Albear,a dos nietas del Rey de Suecia, a un hermano del Shah de Persia... Y conidéntico orgullo, para su gran revista, dibuja los tipos más representativosde la bohemia parisina, los cuales calzará –como era su costumbre–con el siguiente texto descriptivo: «Pintorreteadas cocotes, pintores melenudos,músicos con caspa, editores ricos, críticos dispépticos, modelosgordas y flacas, sirios que venden alfombras y tapetes, alguno que otroturista, alborotosos cubanos, ingleses estrechos, alemanes anchos, noblesrusos, más o menos auténticos, juglares nipones y vendedoras deflores, decoran con sus abigarrados vestuarios las aceras anchas delbulevar». 2Como se infiere de esta circense enumeración, su estancia en París seprolongó más de lo proyectado. Massaguer dejó el hotel y alquiló unmodesto piso en 189 Rue del Faubourg Saint Honore. En el cielo, algúnque otro aeroplano hacía pruebas sobre el campo de Issy-les-Moulineaux.Sus relaciones profesionales se ampliaron. Conoce al poeta RobertDesnos y al músico Edgar Varèse, ambos, amigos de su amigo Carpentier.Comparte con escritores y artistas cubanos la bohemia, en particular,con Félix Pita Rodríguez, el escultor Juan José Sicre y el ilustrador EnriqueGarcía Cabrera. También con Foujita, el artista japonés nacionalizado1Se le llamó style pompiero «bombero» amanifestaciones tardíasque remedaban el arteneoclásico. El nombrees una alusión irónicaa los bomberos que llevabanen tiempos pasados cascosmetálicos a la manerade los hoplitas griegos.2Conrado W. Massaguer:«Voilà Montparnasse»,en Social, enero, 1930, p. 17.187Massaguer.pmd 18726/10/2010, 16:52

3Conrado W. Massaguer:«Foujita nos visita», en Social,marzo, 1931, p. 13.4Alejo Carpentier: «Mitologíade Foujita», en Social,diciembre, 1929, p. 23.5En el argot popular de laépoca, la hoja de la palma realo «guano» significaba dinero.La citada caricatura deEduardo Abela, apareció en elDiario de la Marina del 6 denoviembre de 1932.188francés. Desde el mismo momento en que fueron presentados en la «reunión»de recibimiento en el café de La Rotonde, Massaguer comprendióque su lápiz no podía pasar por alto aquel personaje «de aretes, cerquillo,ojos oblicuos, espejuelos de carey, bigote microscópico, faja y camisamulticolores y sandalias orientales», 3 antecedente obligado decuantas modas vendrían después.Por esta época, ya Foujita era un artista reconocido. Poseía automóvily se hacía construir una casa en el square Montsouvis. Jugaba golf conCarpentier o, mejor dicho, Carpentier con él, tal y como lo constató elilustrador López Méndez, de paso por París, según testimonio del arquitectoy crítico José Bens Arrarte. Una mañana, en compañía de AlejoCarpentier, Massaguer visitó su estudio. De aquella visita escribió el joveny talentoso corresponsal de Social en París: «El estudio de Foujitaes una mezcla singular de tienda de trastos y aldea japonesa. El paisajejaponés es evocado por la cocina instalada en una suerte de cabaña quese alza en uno de los ángulos del atelier. En ella oficia el chef del pintor–rara amalgama de profesor de jiu-jitsu y cocinero. Un gong, variosfaroles de papel y las piezas de una vajilla diminuta, completan el exóticorincón. Contra las paredes hay centenares de lienzos acumulados. Lasmesas tienen pocos centímetros de alto. Los tinteros, pinceles y tubosde color, yacen por doquier. En un testero se ve una fotografía de BertaSingerman». Y concluye Carpentier: «Massaguer caricaturó a Foujita. YFoujita, por su parte, apuntó en una hoja de cuaderno un Massaguercon rostro de luchador japonés. –El próximo año, iré a Cuba y México–nos anunció el artista». 4 Y cumplió.En octubre de 1932 Foujita visitó La Habana, como parte de su periplosuramericano. Su visita fue todo un acontecimiento social y cultural.De ello daría testimonio, nada más y nada menos, que el Bobo de Abela:«En el museo: (Foujita) –Yo tenía entendido que la palma de vuestroescudo tenía un penacho más frondoso–. (El Bobo) –Eso era antes amigoFoujita, cuando abundaba el guano–». 5 Otro testimonio, esta vez delescritor mexicano Guillermo Jiménez, vuelve a relacionar a Massaguercon lo que podría llamarse una sensibilidad internacional en las artes defuerte impronta japonesa, y que ponía en evidencia la influencia de lagráfica de este país tanto en su obra personal como en la caricaturaMassaguer.pmd 18826/10/2010, 16:52

moderna en general. Escribe Jiménez: «Me acuerdo que en aquella épocavivía yo en el barrio Europa, en un hotel de la calle Moscú. Mi vecinode cuarto era un japonés, mitad pintor y mitad atleta. Sobre su mesa detrabajo, siempre llena de libros, tenía un jarrón con unas ramas de cerezoy en la pared, prendida con alfileres, la caricatura de Babe Ruth hechapor Massaguer. –Admirable –me decía el japonés– es de un gran dibujantecatalán. Cuando le conté que era de un artista cubano, le mandóponer cuadro». 6La tarde del 3 de octubre de 1929, en la prestigiosa Galería Charpentier,del hotel de igual nombre, sita en el 76 Faubourg Saint Honoré, finalmentese inauguró la exposición de caricaturas «Celebridades Contemporáneas»de Massaguer. Dos fotos dan testimonio del acontecimiento:en la primera, se ve el cartel tipográfico que promociona la exposición,ubicado en el coin de la Plaza de la Madeleine, frente a la imponentefachada neoclásica del templo de igual nombre; la segunda, muestra aMassaguer rodeado de invitados, entre los que se encuentran ArmandoMaribona, el periodista Rollin del Paris Herald, Alejo Carpentier, losmúsicos Gaillard y Durante, el pintor Martino y el Dr. Carlos Manuel deCéspedes, por entonces, ministro de Cuba, quien dijo las palabras de presentación;al fondo, entre otras caricaturas expuestas, se destaca la delgran muralista mexicano Diego Rivera, quien este año iniciaría sus muralesen el Palacio de Cortés, en Cuernavaca, y en el Palacio Nacional de México.Otras notables caricaturas que formaron parte de la exposición fueronlas de Josephine Baker, Gloria Swanson, Babe Ruth, Raymond Poincaré,Aristides Briand, Charles Chaplin, Thomas Alba Edison, Foujita, AdolfoMenjou y Dolores del Río.Sin embargo, como es lógico, la caricatura más admirada fue la delpolítico francés George Clemenceau. De ella dijo Paul Whistling del ParísMontparnasse: «el mejor (Clemenceau) que haya salido de la punta deun creyón». El referente, en este caso, era más que conocido; condiciónindispensable para toda buena comunicación. ¿Cuántas caricaturas nose habían publicado en Francia del destacado político hasta la fecha?Además, el desarrollo del periodismo había contribuido como ningúnotro medio a que arraigara en la población el criterio de que la política ylos que la hacían eran los asuntos por antonomasia de la caricatura. Lo6Guillermo Jiménez: «Aquíentre nos», en Social, agostode 1937, p. 5.189Massaguer.pmd 18926/10/2010, 16:52

7André Salmón: «De mípara ti», en Social, enero,1930, p. 7.8«De mí para ti», en Social,marzo, 1930, p. 5.190que bien explica su origen y desarrollo en la modernidad, sobre todo enFrancia, donde habían brillado algunos de los maestros del género comoDaumier, Philipon y Gavarni. El estilo de Massaguer, de manifiesto en lacaricatura de Clemenceau «made in Havana» –como gustó particularizarlael autor–, reafirmó su prestigio en el ámbito gráfico parisino yfavoreció la buena acogida que tuvo la exposición por parte de la prensafrancesa. A la que no le faltó el reconocimiento de un crítico y escritor devanguardia de la talla de André Salmón, quien escribió: «Se debe veren la Galería Charpentier las caricaturas internacionales del cubano Massaguer.Tantos dibujantes que no disponen como él de un grafismoelemental. Massaguer tiene medios auténticos de pintor». 7De las cuarenta obras expuestas, se vendieron dieciséis en las primerashoras. No obstante, el verdadero valor de la muestra estuvo en elreconocimiento público a su obra. Las revistas humorísticas parisinasVu y Le Rire se hicieron eco de su trabajo gráfico. Fue invitado por larevista Die Woche a visitar Berlín, a la vez que la Casa Ulstein de estaciudad le manifestó su interés por exponer las caricaturas y hacer unálbum con las mejores. Pero es la Revista Mundial de París la quemejor ilustra este momento de Massaguer: «Para él posan todas lascelebridades. Para él se abren las revistas de vanguardia, fundadas enMontparnasse por las nuevas generaciones. Hoy lo hallamos en uncafé de los bulevares conversando alegremente con un hombre demoda, mañana recibimos de él una tarjeta de Dauville, donde posapara Sem; luego un telegrama de Londres donde prepara una exposición.Después, una invitación para pasar el próximo invierno en LaHabana, aunque sea en uno de sus álbumes». 8 De su breve estancia enla playa de Dauville, es esta expresión de todo buen cubano en tierraextranjera: «Mientras más playas conozco, más admiro a Varadero».En la medida que Massaguer y su obra se daban a conocer en la prensa,se le hizo más imperiosa la necesidad de esclarecer su condicióncubana y caribeña. Los franceses no las tenían todas con los norteamericanos,y más de una vez tuvo que aclararles a los colegas galos,que si bien Cuba se ubicaba en el norte, al igual que Canadá y México,los cubanos ni eran yankis ni suramericanos. «Me dejó pasmado laignorancia que de nosotros tenían en la Ciudad Luz».Massaguer.pmd 19026/10/2010, 16:52

De París va a Madrid. En esta última ciudad es agasajado por RamónPérez de Ayala, Díez-Canedo, el Marqués de Luca de Tena y el embajadorcubano García Kohly, entre otros. Residirá en el barrio Salamanca,en casa de su amigo y corresponsal de Social, el escritor Alfonso HernándezCatá, con el que irá a conocer Toledo y la tumba de Goya. En Madrid,compartirá con el caricaturista cubano «Sirio» García, del que fuera elpropio Massaguer su mentor en La Habana. (Sirio no regresaría a Cuba;murió joven, luego de alcanzar renombre en Europa.) A pesar de su breveestancia en la capital española, la prensa no la pasa por alto. Entre laspublicaciones que dieron testimonio de su paso merecen destacarse LaLibertad, La Esfera y Nuevo Mundo. De la primera, es el siguiente fragmentoque firma el dramaturgo español Ángel Lázaro: «Lo más extraordinariode Social está, a nuestro entender, en que siendo una revista quetiene una gran cantidad de lectores entre el público aristocrático –no haycasa elegante de La Habana que no reciba Social–, es una publicaciónde izquierda, avanzada, lo mismo en política que en arte. Por las páginas deSocial desfilan los escritores universales más rebeldes, y al lado de un retratode Baroja o de Valle Inclán, vemos el de Gorki o el de Dostojevski.Conviene señalar bien el caso aquí en España, donde a un escritor le rechazaronel retrato de Gorki en cierta revista semanal –a cuyo frente está,además, un joven literato– porque se quejaban los lectores. Massaguerha demostrado que los lectores los hace el periódico. (...) Massaguer halibrado en Cuba una revolución de guante blanco. Hoy, gracias a Social,las señoritas habaneras comentan a Pérez de Ayala, a los Machado, aUnamuno, a la Ibarborou, a la Mistral. Social, sin dejar de ser una revistamuy americana, es también una revista muy española. Vela por la tradiciónde nuestro arte y nuestro idioma al mismo tiempo que refleja en suspáginas la vitalidad del continente americano y se hace eco de todas lasinquietudes universales». 9De La Esfera: «Quien ha visto un número cualquiera de Social o deCarteles, no los olvida. Siendo tan de ahora, atesoran un sello individualque los diferencia de todas las revistas de Europa y de América». 10 Mientrasque el siguiente fragmento del artículo de Manuel Serafín Pichardoen el Nuevo Mundo, se nos antoja la despedida entre dos viejos colegasy la mejor que España pudiera darle al caricaturista: una viñeta en prosa,9Ángel Lázaro: «De mí para ti»,en Social, junio, 1930, p. 5.Ángel Lázaro fue unode los dos participantesde la Protesta de los Treceque no llegó a firmarel Manifiesto que Villena dioa la prensa, en su caso,por temor a ser expulsadodel país. En 1940 escribió,musicalizó y dirigió parala radio cubana, junto a AlejoCarpentier, seis estampasde El Quijote, con un elencoque componían Paco Alfonso,Paco Lara, José López Ruízy Enriqueta Sierra.10Ibídem.191Massaguer.pmd 19126/10/2010, 16:52

11Manuel Serafín Pichardo:«De mí para ti», en Social,marzo, 1930, p. 7.192toda ella cargada de nostalgia y admiración. Hela aquí: «Lo único quepodríamos reprocharle a Massaguer: sus alas, porque pasa por Españaen un vuelo. Mi antigua revista de La Habana El Fígaro se honró con lasprimicias del fino y agudo talento de Massaguer. Allí se reveló. Para mífue entonces su colaboración un éxito y un prestigio, y hoy es ese recuerdoun honor y un orgullo». 11De vuelta a París, Massaguer cierra la exposición el 15 de octubre conun superávit, teniendo que dibujar nuevas caricaturas. Las palabras declausura corrieron a cargo de Rafael Martínez Ortiz, Secretario de Estado,quien se encontraba en Europa como representante de Cuba antela Liga de las Naciones. Esta circunstancia, en demasía agradable paraMassaguer, será preámbulo de otra desagradable –como casi siempresucede–: sus editores neoyorkinos lo conminan a abandonar el periploy regresar de inmediato a Nueva York a causa del crack de Wall Street,el 24 de octubre de dicho año. A partir de ahora se producirá la caídavertical de la economía mundial, la que no recesará hasta 1934. Pero enél prima su condición de artista, y antes de regresar, decide llegarse aItalia. Viaja por Milán, Venecia, Florencia y Roma. En Milán, repara enel agobio de una población militarizada por el nuevo régimen, donde elconductor de tranvía, el empleado público o el expedidor de boletos parala última función de la Scala, se cubren con el mismo modelo de gorraque usa la policía. Mientras que en la Plaza de San Marcos, en Venecia,se retrata con las palomas, incumpliendo la promesa que le hiciera aalgunos amigos antes de partir, de no repetir la manida imagen fotográficaque a diario se hacen todos los turistas del mundo que visitan laPerla del Adriático. En la Ciudad Eterna, visita el estudio del escultorcubano Ramos Blanco, con quien se toma una foto al lado de su más recientecreación, la estatua de Mariana Grajales (en la actualidad, en elparque de 23, entre C y D, en el Vedado, La Habana). También visita el Vaticano,el lago Nemi, los viñedos de Frascati, la Villa Torlonia y la Borghesi.De nuevo en la Ciudad Luz, le deja su «pisito parisién a una parejitacubano-borinqueña que lo ocuparon enseguida». Finalmente, emprendeel viaje de regreso a Nueva York en el vapor Berengaria, donde tendrápor compañeros de travesía a Helen Rubinstein, Edgar Wallace, JimmyDurante y el actor Bill Halligan. «La Rubinstein iba muy abatida por lasMassaguer.pmd 19226/10/2010, 16:52

noticias de Wall Street –recuerda Massaguer–, pero al final del viaje,gracias a mis esfuerzos, olvidó los 2 ó 3 milloncejos que había perdido».La solidez de su empresa gráfica una vez más capea el temporal. Ainicios de 1929, por ejemplo, aprovechando el auge del turismo –industriaque recién empezaba a demostrar la importancia económica quetendría en un futuro– había lanzado una nueva publicación: Havana theMagazine of Cuba, en inglés, al precio de 40 centavos. Havana… sepublicará durante la temporada invernal: enero, febrero y marzo. El contenido:retratos, crónicas, caricaturas, interviews, comentarios. Su granéxito en Europa y Estados Unidos, le ganará el calificativo de la mejorrevista de turismo de la época. El dueto Massaguer-Quílez asumió ladirección. Havana… se publicará hasta 1931; pero su cierre no será tantoresultado de la economía interna de la Social Compañía Editora, comode la situación económica internacional y su incidencia negativa en laactividad turística, sin obviar la propia del país y la de Massaguer en relacióncon la dictadura de Machado. Como toda publicación nacida desu talento editorial, antes de marchar hacia Europa, Massaguer dejó definidala identidad editorial de Havana… la que bien hizo expresa en sudiseño de portada.No de igual forma sucedió con las portadas de Social correspondientea este año. La ausencia de Massaguer, como en otras ocasiones, aunquenunca en un período tan prolongado, permitió que un diseñador ya hechocomo José Manuel Acosta acometiera algunos de los diseños de portadaart decó más interesantes de esta etapa en dicha revista, y que otrosse estrenaran con igual fortuna en el comentado espacio. Entre estos últimoscabe mencionar al mexicano Emilio Amero, con una magníficaportada en el número correspondiente a mayo; también al arquitecto yescenógrafo vienés Harry Tauber, y a la cubana Lily del Barrio. Aunquela Barrio terminaría por definir su vocación en el diseño de vestuario,disciplina en la que llegó a sobresalir en Hollywood años más tarde. 12Surís, por su parte, hasta hacía poco subdirector artístico de Social, seestablece ese año en Nueva York, en el West Side, en donde realiza dibujospara Life. Sin embargo, tan bien «engrasada» estaba la «máquina»Social-Massaguer, para usar la clásica metáfora futurista, que la revistano se resintió en absoluto en cuanto a su diseño; ni qué decir en cuanto12Lily del Barrio, hijadel artista y escenógrafoManuel del Barrio, diseñóvestuarios para filmes de laParamount y la WarnerBrothers. Al asumir lapresidencia de los EstadosUnidos el ex actor RonaldReagan, le oí comentar un día:«¿Quién me iba a decir a mí,que aquel actorcillo, con quienalmorcé más de una vez en losrecesos, llegaría a serpresidente de los EstadosUnidos?». De nuevo en Cuba,fundó a inicios de los cincuentauna escuela de diseño, sita enLínea 110, entre L y M, Vedado.Luego de la nacionalización delas escuelas privadas, reabriósus puertas en 1964 comoEscuela Taller de Diseño delConsejo Nacional de Cultura.En el curso 1968-69 pasó aLínea entre D y E. Al añosiguiente, Lily se jubila.193Massaguer.pmd 19326/10/2010, 16:52

194a los contenidos. Entre otros artículos sobresalen por su novedad e interéslos dedicados a la literatura rusa y soviética. Esta temática la habíainiciado Social en septiembre de 1926, cuando incluyó el artículo «Elmovimiento literario de la Nueva Rusia», del periodista español JulioÁlvarez del Vayo. En el número de enero de 1927, aparece el discursoque pronunciara León Trosky en el homenaje dado por la Unión de EscritoresRusos al poeta Serguei Yesenin, al cumplirse el primer aniversariode su suicidio el 27 de diciembre de 1926. En él, dice Trosky: «El revolucionarioque nace en estas décadas, viene al mundo poseído de unpatriotismo exaltado, primero por su era y después por su patria». Y acontinuación acota: «El poeta es íntimo, tierno, lírico; la Revolución es pública,épica, catastrófica». En noviembre aparece Rusia 1917-1927,poema de Charles Plisnier, ilustrado con la foto de un busto de Lenin.Mientras que en el número de enero de 1929, José Antonio Fernándezde Castro presenta el artículo «Lenin sobre Tolstoi», con el fin de dar aconocer al lector de habla hispana una faceta prácticamente desconocidadel líder de la revolución de Octubre.El primer número de Social de 1930 publica «Viñetas revolucionarias»,de John Reed, en las cuales el legendario periodista relata acontecimientosocurridos durante un viaje al frente de Riga, poco antes de estallar larevolución bolchevique. Le siguen «La otra Rusia en La Habana» (marzo)–artículo con motivo del estreno en La Habana de la Compañía de laÓpera Rusa–, «Notas sobre Mayakowski», de Ivan Parsons (junio), y«Lenin», por Arosev (noviembre), donde se presenta al líder bolcheviqueen plena actividad durante la guerra de intervención de las potenciasoccidentales. Estos artículos y otros que se recogen más adelante, hacende Social la primera publicación cubana de su tipo en divulgar la literaturay el arte soviéticos.A cargo de Fernández de Castro también estará la nueva sección «Positivos».Con ella este autor se propuso –y lo logró– darle continuidad, deforma ágil y amena, al ya viejo interés de la revista por divulgar los nuevosvalores de la vanguardia artística y literaria cubana, para lo cual utilizaráuna estructura «de ficha» numerada, entre biográfica, humorística ypsicológica, con la correspondiente foto –de ahí el título– del escritor oartista presentado. La información de una de estas fichas literarias com-Massaguer.pmd 19426/10/2010, 16:52

prenderá los siguientes indicadores de identificación del promocionado,a saber: nombre, lugar de nacimiento, edad, raza, estado civil, obras,profesión, empleos que ha desempeñado –aparentemente redundantes,estos dos últimos aspectos ponen en evidencia una particularidad detodo país subdesarrollado: la vocación profesional casi nunca coincidecon los empleos a desempeñar para el sustento diario–, y lo que havisto la lente de Warner-Agüero, indicador este último del que se valeFernández de Castro para literaturizar sobre la personalidad «fichada»:verdadero contrapunto entre imagen visual y escritura, sin obviarotros recursos expresivos empleados como la ironía o el toque de matizpsicológico.De los escritores y artistas gráficos que se promocionaron en esta secciónentre 1929 y 1930, merecen recordarse Enrique José Varona –elprimero–, Rubén Martínez Villena, José María Chacón y Calvo, JoséManuel Acosta, Jaime Valls, Agustín Acosta, José Zacarías Tallet, RamiroGuerra y Nicolás Guillén. Tomemos, a manera de ejemplo, los «Positivos»dos y diez, correspondientes a los poetas Rubén Martínez Villena(Social, noviembre, 1929) y Nicolás Guillén (Social, julio, 1930), respectivamente,en los que se recogen aquellos indicadores de cualificaciónde la personalidad de dos grandes mitos de nuestra cultura políticay literaria, tal cual lo vieron sus contemporáneos a tenor con el protagonismoalcanzado hasta entonces en el ámbito artístico y literario propiode la Cuba del machadato. Ambas fichas, por demás, estimulantespara todo joven que aspire a ser un creador o, al menos, algo más que unsimple ciudadano.«Nombre: Rubén Martínez Villena. Edad: 29 años. Raza: Blanca. Estado:Casado. Profesión: Líder. Obras: Dos composiciones poéticas demás de diez estrofas, 20 sonetos, 2 cuartetos. Varios manifiestos y artículosde periódicos. Empleos que ha desempeñado: Estudiante, poeta,Director de América Libre, corrector de pruebas, aprendiz de aviador,agitador político, chofer, profesor de la Universidad Popular, abogadode la C. Codificadora y de algunos gremios obreros. Resultado de suslabores: Banal, según unos; potencial y poderoso, según otros. Quizáspudiera resumirse en el verso “el sembrador ha dado al surco su semilla”...y afirmar en seguida que sabrá vigilarla para que fructifique195Massaguer.pmd 19526/10/2010, 16:52

13Se refiere al Diariode la Marina.196esplendorosa. Lo que ha visto la lente de Warner-Agüero: Una melenarebelde de un extraño color metálico, rara aleación de bronce y oro, comola que debió tener Shelley. Una frente recta como una pared lisa de unafachada art nouveau. La lente sabe que detrás de esa clara pared lospensamientos se elevan fuertes, altos como las vigas de acero de los skyscrapersde hoy y de mañana. Los ojos –que debieron dormir su tiempobajo los falsos ángeles del verso de Darío– están ya despiertos, vivos,encendidos como poderosos reflectores –mejor, “motovisores” modernísimos–para buscar lo podrido que será inevitablemente destruido. La narizcorta al aire, tal como un corvo y ceñido pico de joven águila. Y la boca,que era suave como la de una mujer, ha aprendido a tener el gesto despectivopara lo que merece desdeñarse. El mentón enérgico se adelanta, comoenganche de proa, en un mar ideológico y sirve de señal al hombre –que vaa ancharse, como el de un joven atlante– y que ya inicia la marcha hacia elfrente con gesto audaz de marino, consciente de su poder de guía en el ambienteoscuro que circunda a todos los que marchan en su nave, seguroscomo el jefe, que llegarán al puerto señalado».«Nombre: Nicolás Guillén Batista. Lugar de nacimiento: Camagüey.Edad: 27 años. Raza: Mestiza. Estado: Soltero. Profesión: Poeta. Obrasrealizadas: Cuatro sonetos formidables, que han merecido varias veceslos honores de la reproducción. Dieciséis poemas de arte nuevo, siete uocho semblanzas, publicadas en página “negra” del “D. de la M.”, 13 diezo doce artículos olvidados, en revistas provincianas y eminentementelíricas, 15,151 cartas de toda índole, ocho “motivos de son” que hanrevolucionado un aspecto de la lírica cubana y dando lugar a apasionadascontroversias. Empleos que ha desempeñado: Estudiante de primerasletras en su provincia; de Derecho en la Universidad de La Habana,abandonando esta tarea por motivos plausibles que justifican los cuatroprimeros sonetos mencionados, reportero ocasional y obrero tipógrafoen su provincia. Actualmente empleado del Estado con $83.33 rebajados.Alguna vez pensó ser “político profesional”. Resultado de sus labores:Un acendrado esmero de producción intelectual, que se deriva haciatemas fundamentales y novísimos, tanto cuanto se aparta de lo gastadoy manido. Un amor creciente por los asuntos exteriores y colectivos queya comienza a ser visible en su obra. Un deseo sincerísimo de expresarMassaguer.pmd 19626/10/2010, 16:52

el alma de “su gente”. Un sentido deportivo aunado a una técnica sabiaque hace que su labor sea reflejo exacto de la flexibilidad y raigambrede su espíritu curiosamente ansioso de las posibilidades del futuro. Loque ha visto la lente de Paul Warner: Un rostro enjuto en el que se manifiestancualidades intelectuales de primer orden. Una cabellera negrísimay ondulante, que demuestra la sabia aleación de razas, que une en susangre quien la posee. Una frente ancha y cuadrada, ligeramente sombreadapor preocupaciones. Los ojos, un poco –sólo lo conveniente–melancólicamente tristes, como quien divisa lejos y cerca un espectáculodesagradable, en el que hay gentes queridas que sufrieran. Una narizancha, capaz de ventear en el aire todas las tempestades. Unos labiosgruesos, orgullosamente gruesos, como la nariz, que dicen de la sensualidadprimitiva de su dueño, que lleva altivamente todas las cualidades delas dos razas que le dieron origen».En tanto, en el humorístico La Semana empieza «a tomar cuerpo» unpersonaje caricaturesco llamado el Bobo, debido al lápiz de EduardoAbela, quien había regresado de París a inicios de 1929. Como el Liboriode Torriente, el Bobo tenía su antecedente en la Colonia; pero es conAbela y su sistemática crítica al régimen machadista, que este personajetrascenderá en la gráfica de comunicación cubana, para devenir emblemáticode la caricatura de este período. Para todo el que llega a la Isla,luego de una prolongada estadía en el extranjero, el Bobo es el personajellamado para ponerlo al día. Y he aquí cómo andaba el país: Desdeuna tribuna el Bobo exhorta al pueblo: «¡Correligionarios! ¡Al combate!¡Al comba...», con el rabillo del ojo se percata que un esbirro de Machadose acerca al lugar, por lo que enmienda su arenga con el primerverso del himno nacional: «¡Al combate corred, bayameses!» 14A fines de ese año, está de regreso Massaguer. En Social de diciembre 14La Semana, 31 de julio, 1929.ilustra a toda página un artículo de José Carlos Mariátegui titulado «Esquemade una explicación de Chaplin». En carta a Roig publicada enEmilio Roig15dicho número, el gran ensayista y marxista peruano –corresponsal de de Leuchsenring: «Notas deldirector literario», en Social,Social en Lima– le hace saber que le ha remitido a su compañero ConradoMassaguer, «tan acertado y brillante siempre en la dirección artísticadiciembre, 1929, p. 6.de Social, varios ejemplares de la revista Amauta y su último libro Sieteensayos de interpretación de la realidad peruana». 15 197Massaguer.pmd 19726/10/2010, 16:52

198Está de más decir, que Massaguer encontró al país peor de lo quelo dejó. Con todo, Social y Carteles se siguen vendiendo. Y no sólo sevenden, sino que alcanzarán altas cotas en el periodismo republicano encuanto a su despliegue informativo y diseño. Este será el caso de ambaspublicaciones en 1930; pero, sobre todo, de Social. En su gráfica se llevaráa cabo una renovación que incluirá logotipo, tipografía –preferentemente,en titulares– y diseño de páginas. La renovación del logotipoconsistirá en separar arbitrariamente SOC-IAL –aunque ya tenía antecedentesen números anteriores–, y colocar las tres primeras letrasencima de las tres restantes; entre ambas: La Habana, en altas, pero enun puntaje mucho menor. Esta recolocación tipográfica dará lugar a queel logotipo se convierta en un bloque de diseño más apto para integrarsea la agilidad visual del mensuario, llegando incluso a subdividirse tantasveces como así lo reclame su articulación por el diseño de páginas.Es, justamente, en el corpus donde tendrá la citada renovación mayoralcance y duración, caracterizada por la preferencia absoluta hacia latipografía en bajas, tan cara al diseño editorial funcionalista de raigambrebauhausiana. Los tipos en bajas se usarán en los títulos de los artículosy en los nombres de los autores, dándose la jerarquización de ambas informacionessólo por contraste de tamaño. Otro recurso expresivo quetendrá gran pertinencia visual en el diseño de páginas y en los titularesen particular, será el de prolongar más allá del tamaño del tipo su trazomás largo, bien hacia arriba si es la «b», por ejemplo, o bien hacia abajosi es la «p». En algunos casos la alineación del texto relativo al nombredel autor se dará en sentido vertical, diagonal o superpuesto, oponiéndose,por ubicación, al del título del artículo.Asimismo, el logotipo, en bloque o fragmentado, se articulará por laspáginas haciendo unas veces de viñeta y otras de complemento o calcede los espacios en blanco del diseño total de la página. (Habría que esperarla aparición del semanario artístico literario Lunes de Revolución,en 1959, para que nuestro ámbito gráfico conociera una renovaciónparecida en el diseño editorial.) En cuanto a las columnas de textos,generalmente de a dos, en ocasiones, estas decrecen a partir del últimotercio de la altura total de la caja, creando la forma de una pirámidetrunca hacia el centro de la página, cuando no de pirámide invertidaMassaguer.pmd 19826/10/2010, 16:52

hacia el centro de su margen inferior. A todo esto se sumará, comosiempre, el despliegue de ilustraciones, fotografías, caricaturas, orlas yviñetas, generándose un objeto visual de una cualidad nueva en relacióncon lo hecho hasta entonces en el país.Según la fecha de inicio de la comentada renovación gráfica (enerode 1930) y la llegada de Massaguer a La Habana un mes y medio antes,aproximadamente, es plausible conjeturar la influencia de la lecciónfuncionalista de los padres de la tipografía moderna, la que no pudopasar por alto el inquieto saber de nuestro sagaz caricaturista y editor.Sin obviar ciertas fintas neoplasticistas, en razón de los aportes queen este campo también hicieron las vanguardias artísticas europeas, comose observa en el anuncio tipográfico de contraportada de dicho número,donde se dan a conocer las casas nacionales y extranjeras que todavíasiguen publicitándose en el mensuario luego de transcurrido el deceniode 1920. El citado anuncio, sin figuración alguna, a la manera de uncuadro abstracto concreto de Piet Mondrian, antecede en casi dos décadasa las primeras manifestaciones de la abstracción en nuestro ámbitoplástico, de gran incidencia en el diseño gráfico cubano de iniciosde la Revolución.No obstante, es oportuno destacar, que salvo esta publicidad, en lasdemás se siguió el concepto de diseño que las identificó desde un inicio,en comprensión de un estilo figurativo ya reconocible en el ámbitográfico internacional y el irreparable daño que cambio tan radical podríaacarrearle a su empresa editorial en un mercado deprimido por lacrisis económica, amén de la rigidez formal implícita en la fórmula neoplasticista,con lo que dio pruebas –una vez más– de su indiscutible talentocomo comunicador. Estas mismas razones parecen incidir en eldiseño de portada de Social correspondiente a julio de este año, cuando,con igual interés por el neoplasticismo, sólo lo esboza tímidamente,incorporando en el recuadro mayor de la composición una ilustraciónfigurativa. Otra suerte corrió el logotipo y el diseño de páginas, los que,con alguna que otra modificación, se mantuvieron durante todo el año,para volverse luego a las concepciones gráficas –igualmente de vanguardia–por las cuales se ha reconocido siempre el diseño interior deSocial.199Massaguer.pmd 19926/10/2010, 16:52

16Jorge R. Bermúdez: ClaraPorset: diseño y cultura.Editorial Letras Cubanas,La Habana, 2006, p. 27.17Ídem., p. 47.200En cuanto a los contenidos, «Positivos» continuará su cauce informativocon nuevas figuras como Regino Pedroso en la poesía, AntonioGattorno en la plástica y Eduardo Abela en la caricatura. Luego de unaestancia de varios años en Europa, regresa la joven matancera ClaraPorset. Aquí reanuda sus colaboraciones con la revista, en las cualesintroduce el concepto más moderno de «diseño de interiores» para designaruna modalidad del diseño hasta entonces relacionada con ladecoración. Tales criterios y su posterior desempeño internacional comodiseñadora de interiores y muebles, preferentemente en Cuba, EstadosUnidos y México, la convertirían en la pionera del diseño industrial latinoamericano.En su primer artículo (Social, enero, 1930), dedicadoal arquitecto y diseñador funcionalista francés Mallet-Stevens, escribe:«La arquitectura y la decoración deben ser un resultado de su época, y siesta no las produce es porque no las merece. Debe ser algo que sederive racionalmente de sus usos y costumbres». 16Luego vendrán otros artículos, cuyos títulos, por sí solos, acusan lanovedad de la propuesta teórica y de asunto de la Porset. Tales son «Lailuminación en dos teatros modernos» (Social, junio, 1930), «Un nuevotipo de tiendas» (Social, octubre, 1930) y «Carteles de propagandafranceses» (Social, noviembre, 1930), donde se reproducen carteles deCassandre y Carlú. Sobre este novísimo medio de comunicación visualse expresará en términos que, en la actualidad, aún son válidos paracualquier cartelista: «No le basta al creador de estos anuncios artísticosel saber dibujar bien. Necesita, además, saturarse del pensamiento einquietudes generales para que su obra sintetice la sensibilidad estéticadel momento, nacida del cinematógrafo, el aeroplano, el expreso y elbarco». 17 La Porset continuará colaborando con Social durante 1931 y1932, hasta que la tirantez de la situación política la obliga a abandonarel país, dirigiéndose a los Estados Unidos, y luego a México.Con esta línea también se relacionarán los artículos dedicados a reconocerla obra de figuras ya consagradas del diseño gráfico vernáculocomo Jaime Valls, y otras de más reciente trayectoria. De los nuevos sedestacan las colaboraciones enviadas desde México por José HernándezCárdenas (Her-Car), en las que se pone de manifiesto cierta influenciadel muralismo mexicano en la captación de los tipos y costumbres delMassaguer.pmd 20026/10/2010, 16:52

país, así como el artículo dedicado a Mario C(K)arreño (Social, abril,1930). Carreño pronto ganaría renombre como diseñador gráfico de larevista Orbe, editada por el Diario de la Marina en 1931.Los artículos relacionados con el cine alcanzan una cualidad mayor encuanto a la fotografía y los contenidos. Lo que explica la madurez alcanzadapor el lenguaje cinematográfico al hacerse sonoro a partir de 1927.Nacido de la misma revolución científico-técnica que da origen al periodismomoderno, el cine se impone por el alto grado de iconicidad y sucapacidad aglutinadora a través de sus lazos filiales con la fotografía,la literatura y el teatro, introduciendo un nivel participativo entre obra yespectador inédito hasta entonces. Social no será ajena a la dimensiónaudiovisual alcanzada por el arte con mayor reclamo de público, dándolesa las fotos y artículos sobre el tema la requerida importancia periodística.De las fotos, sobresale la reproducción de la mejor que se le hicieraa Greta Garbo en toda su carrera artística, debida a la lente de ClarenceSinclair Bull. De los contenidos, la creación de la sección «Notas delCeluloide por Cinefan», así como artículos de fondo, destacándoseentre los primeros «Con el creador del acorazado Potenkine», del cineastasoviético Serguei Einsenstein (Social, marzo, 1930), presentadopor Alejo Carpentier.Justo en este número aparece el magnífico diseño de portada con elque se despediría José Manuel Acosta de La Habana, antes de emprenderviaje a Nueva York, para instalarse en su estudio de Riverside Drive.No así de Social, con la que seguirá colaborando desde el Norte, segúninforma a los lectores. En respuesta a su adiós, la revista le dedicará el«Positivo V» correspondiente al número de febrero. Otra nueva sección,«Las grandes mansiones habaneras», comenzará en abril. A diferenciade las páginas dedicadas a la arquitectura años atrás, en que fotosy textos se repartían la descripción de varias casas sin ampliar enninguna en particular, en esta se magnifica visual y textualmente los contenidosreferentes a una casa, en este caso, la seleccionada. La secciónla inicia el palacete de Paseo, entre 17 y 19, en el Vedado, propiedad delos esposos Juan Pedro Baró y Catalina Lasa, construido en 1927. La selección,a los efectos del momento y de la propia revista, no pudo ser másacertada. El palacete, aunque de estilo neorrenacentista, será de los201Massaguer.pmd 20126/10/2010, 16:52

202primeros en La Habana en tener un diseño de interiores art decó. Esteúltimo estilo, junto con el llamado «neocolonial», dominaría en la arquitecturacubana hasta la Segunda Guerra Mundial. Obra de un amor «malvisto» por la sociedad habanera, su fábrica incorporó exquisiteces talescomo el uso de arena del Nilo, lo que le da a sus paredes un particulartono rosáceo. A esta prueba de amor le siguió otra muy diferente: la rosaque Juan Pedro le mandó hacer a expertos en injertos, a la que le dio elnombre de Catalina.También en este número se recogen poemas de Federico García Lorca,por entonces de visita en La Habana, así como una foto del gran poetaandaluz junto al escritor cubano Luis Rodríguez Embil, en la terraza delHabana Yacht Club. El pie de foto informa que fue tomada por el escritorcubano José María Chacón y Calvo. En otra página se recogen trespoemas del gran poeta mulato estadounidense Langston Hughes: «Porterode Pullman», «Escupideras de metal» y «Muchacho de elevador», títulosque refrendan la importancia que a los problemas sociales de las minoríasnorteamericanas le concedió el autor, antecedente e influyente, sin dudas,de la segunda y mejor etapa de la poesía de Nicolás Guillén.Massaguer, por su parte, reproducirá en «Ellos» algunas de las caricaturasexpuestas durante su viaje a París, así como otras de reciente creaciónpara la exposición que realizara en el Salón Verde de la tiendahabanera El Encanto, del 25 de febrero al 4 de marzo de 1930. Entreotras, dos merecen destacarse: la del gran poeta hindú RabindranathTagore (Social, diciembre, 1929), y la de uno no menos grande, pero enel espectáculo, Maurice Chevalier (Social, febrero, 1930). El interés deMassaguer por Chevalier recién había comenzado durante su estanciaen París; pero su admiración por el gran embajador del sprit francaiscuajó con el papel que interpretara, junto a Jeannette Mc Donald, en elfilme El desfile del amor, estrenado en 1929. El llamado cine musical,que diera inicio con este filme de la Paramount, con sus lujosas escenografíasy vestuarios, idílicos amores y no menos idílicas coreografías,fue un excelente medio de evasión de la crisis iniciada con el crackdel 29.Al impacto de ese filme, Massaguer realizó un conjunto de dibujoscaricaturasa lápiz para el antes citado número de Social (febrero, 1930),Massaguer.pmd 20226/10/2010, 16:52

que representan al chansonier en plena actividad, y que vienen a remedarlos que, con igual interés por el baile, pero en este caso la rumba,realizara con anterioridad Jaime Valls sobre cartón y en sepia. Por otraparte, no es disparatado inferir, por la personalidad de Massaguer, queél se viera reflejado en el gran actor, en tanto encarnaba –como él en lagráfica– el ideal del hombre hecho para gustar de la vida, amándolay embelleciéndola a través de su arte, de manifiesto ahora en ese otronovísimo: el cine musical, a todas luces una versión moderna de aquellacomedia italiana que con tanta pertinencia obrara en el arte del barrococortesano y, por consiguiente, en el gusto de la aristocracia europea del sigloXVIII. Chevalier, además, se había formado en la mejor tradición delhumanismo burgués decimonónico. Treinta años después, al preguntarleun periodista si se sentía viejo, le respondió: «Un hombre sólo es viejocuando se le muere la madre».Desde antes de su viaje a Europa, Massaguer no las tenía todas con«Gerardito», como gustaba llamarlo, en comprensión de la inferioridadcontenida en el diminutivo. Los miembros del Grupo Minorista y losalmuerzos sabáticos eran igualmente observados con desconfianza porlos esbirros del presidente. También Massaguer. A su regreso del ViejoContinente, con tales antecedentes, Massaguer era un notorio enemigode los incondicionales del régimen. Y como él, Roig y el resto de laredacción de Social y Carteles. Asimismo, la intelectualidad de vanguardiay la mayoría del pueblo de Cuba. Nadie quedaba sin bailar. La políticahabía radicalizado los factores en pugna hasta situaciones límites.Por más que algunos amigos cercanos al régimen le aconsejan no exponerse,su trayectoria profesional en los medios de comunicación, idealdemocrático y condición de caricaturista, en un momento en que todohumor o sátira se convierten en crítica política, lo obligan –una vez más–a tomar partido. O mejor dicho, a retomar su posición contra la dictadura,pues, en rigor, ya lo había hecho desde que firmara los manifiestos«Nuestra protesta» y «Declaración del Grupo Minorista», ambos de 1927.Massaguer recuerda: «El gobierno de Machado “apretaba” en sus procedimientosy yo me lancé en mi semanario Carteles en una campañaanti-machadista». Siempre y cuando los períodos de libertad de prensase lo permitan, esta campaña, como de costumbre, apelará a sus dos203Massaguer.pmd 20326/10/2010, 16:52

18Raúl Roa: «Una semillaen un surco de fuego»,en Órbita de Rubén MartínezVillena. Ob. cit., p. 61.204armas principales: la ilustración y la caricatura; además de darle luz verdea los consejos de dirección y a los periodistas de los diferentes mediosde comunicación que conforman su empresa editorial, para escribircontra el régimen. La censura de prensa, sin embargo, no siempre se lopermitirá. El preámbulo de tal situación mediática vendría dado por losprimeros grandes combates contra la dictadura de Machado en 1930.El 20 de marzo de este año se produce la gran huelga general dirigidapor Rubén Martínez Villena, que enroló a 200 000 obreros y duró 24horas, «no obstante la soberbia declaración de Machado de no tolerarlasmás de 15 minutos. El Partido Comunista se cubrió de gloria. PeroRubén Martínez Villena fue condenado a muerte. Machado circuló sunombre a todos los puestos militares de la Isla». 18 Según testimonio delpoeta Tallet, en su ya citada autobiografía, será el antiguo secretario deObras Públicas y amigo de los minoristas, Carlos Miguel de Céspedes,quien interceda ante el dictador a favor de Rubén, persuadiéndolo a quelo deje salir. Villena sale del país el 1° de abril de 1930 con dirección aNueva York. Entre abril y mayo se producen mítines de la Unión Nacionalistaen La Habana y Artemisa. En esta última localidad, las fuerzas delrégimen los reprimen a balazos, lo que ocasionará varios muertos. Laagitación no cesa. Carteles se hace eco de tales acontecimientos. En eleditorial titulado «Los lamentables sucesos de Artemisa», correspondienteal número último de mayo, el editorialista anónimo le recuerda alos desmemoriados de siempre: «Si en la época colonial llegó a declararselegal por el Tribunal Supremo de España la propaganda separatista,¿es posible que en la República se pongan obstáculos a las campañas deopinión?».En cuanto a Massaguer, su capacidad de desdoblamiento es notable:para Social ilustra los ya comentados dibujos «danzantes» sobreChevalier, para Carteles algunas portadas que son verdaderas «directas»a la dictadura. La primera, no firmada, corresponde al número inicialde junio: en ella se representa a un joven mambí despertándose; eldespertador tiene escrito «Opinión Pública». Este joven mambí pareceexpresar la evolución lógica del que a inicios de siglo concibiera JesúsCastellanos, con barba y aspecto desaliñado, tocado con su sombrerode yarey y ya desarmado. La otra, de julio, sí va firmada, y representa aMassaguer.pmd 20426/10/2010, 16:52

un personaje harapiento que vende «muñequitos de la suerte»; el lemadel vendedor: «compre uno y ríase de la situación». La portada del númeroinicial de agosto se ilustra con un encuentro entre pistoleros, sinque exista artículo alguno en la revista que justifique dicho tema.Por su parte, Roig se vale del recurso de la parábola histórica: publicavarios artículos relacionados con el tema de la dictadura en Américay España, en los cuales los lectores, por asociación, relacionan el mensajecon el estado de cosas existente en el país. Por ejemplo, en el númerocorrespondiente a la segunda semana de julio, Roig se acoge a la frasede Antonio Maura: «La dictadura es una bicicleta», con la cual este escritorfustiga a la dictadura de Primo de Rivera en España: «Sólo a fuerzade rodar vertiginosamente pudo la dictadura mantenerse en pie casi seisaños y medio. Era una bicicleta, pero de circo». Y este otro, del artículo«Un hombre contra un pueblo», aparecido en el primer número de agosto,en el cual se vale del kaiser Guillermo II: «Yo no reconozco más quedos partidos políticos: ¡los que están por mí, y los que están contra mí!».Para fines de año, el movimiento estudiantil recobró su impulso y desembocóen la jornada del 30 de septiembre. Este día resultan heridosRafael Trejo, Pablo de la Torriente Brau y el dirigente obrero Isidro Figueroa.El entierro de Rafael Trejo, días después, se convierte en una formidabledemostración popular de protesta contra el régimen. Se fundael Directorio Estudiantil Universitario; se intensifica la lucha estudiantilcontra la tiranía. La Universidad es clausurada. Al igual que en otrosperíodos, se agita, por parte de grupos reaccionarios cubanos y norteamericanos,el fantasma de la intervención. Se establece la censura deprensa. En compensación a los vacíos visuales de asunto político quegenera en el semanario tales períodos de censura, se aumenta el númerode fotos a toda página de las estrellas de cine del momento y se hacepermanente la sección fotográfica de desnudos femeninos. Como datode interés y de buena publicidad, cabe destacar, aunque sea al paso, quetales desnudos a toda página tenían debajo un cintillo tipográfico depromoción, en el cual se leía: «Maltina Tívoli: Vigor, Nutrición, Belleza».A esas fotos artísticas se suman las que dan testimonio de un eventotecnológico que empieza a acaparar el interés de todos los diarios delmundo, el desarrollo de la aviación. Los reportajes fotográficos sobre205Massaguer.pmd 20526/10/2010, 16:52

19Emilio Roig de Leuchsering:«Notas del directorliterario», en Social,noviembre, 1930, p. 14.206eventos donde participan aviones de todo tipo, o el último vuelo del GrafZeppelin, son paliativos para un público lector que siente sobre sí cadavez más la presión de la situación económica y política. Otro tanto ocurrecon los anuncios de cerveza y los artículos sobre boxeadores y peloteros:el pan y circo de la nueva época. A la malta Tívoli, le sucede la cervezaPolar. El cintillo anunciador es tan estrecho, que el oso polar parece copularcon la botella de cerveza, mientras la mirada del lector discurre,una y otra vez, por sobre la blanca, tersa piel de la joven desnuda a todapágina. La última ilustración de Massaguer, en «ese infausto 1930»,aparecerá en la portada de fin de año de Carteles: el joven mambí miracon tristeza un árbol de Navidad; de sus ramas secas cuelga una mediarota y vieja, como la bandera de la frustración. La Carretera Central llegaa Santa Clara.De hecho, la crisis económica sigue sin obstaculizar el funcionamientode la industria editorial de Massaguer; más la afectará la crisis políticaen que se encontraba sumida la nación. Sobre la misma escribe Roig:«Aunque dada la índole de nuestra revista no nos afecte directamente,hacemos constar sin embargo nuestra protesta por la medida tomadapor el Gobierno de establecer oficiosamente la censura previa para los diariosy revistas habaneros, medida que pugna abiertamente con la amplialibertad de expresión del pensamiento, por medio de la imprenta, quereconoce y garantiza la Constitución de la República». 19 El artículo estáilustrado con las siguientes fotos: una del mártir antimachadista RafaelTrejo, otra que recoge a un grupo de intelectuales y artistas (entre loscuales están Roig y Massaguer) en casa de Enrique José Varona, el 23de septiembre de dicho año, cuando se esperaba otra agresión del gobiernoa la casa del filósofo, y una tercera donde aparecen, igualmente,Roig y Massaguer, pero esta vez frente a la puerta del castillo-prisión ElPríncipe, para recibir a Francisco Masiques, director de Atuei, y JuanMarinello de 1930 (Revista de Avance), después de quince días de prisiónpreventiva, como supuestos directores del movimiento estudiantiluniversitario.El siguiente número salió con retraso (Social, diciembre, 1930), comoresultado del artículo antes citado, de abierta solidaridad con las publicacionesafectadas por la censura de prensa. En el editorial con motivoMassaguer.pmd 20626/10/2010, 16:52

de sus quince años de existencia se lee: «En los problemas esenciales noha permanecido Social ni indiferente ni callada, y en más de una ocasión,la voz de esta revista se ha alzado sola o casi sola, en defensa del decoroy la dignidad ciudadanas, del derecho, la justicia y la libertad en lo individualy en lo nacional, lo mismo tratándose de nuestra República quede países hermanos y amigos». 20Para marzo, uno de los pilares de su visualidad de vanguardia, la fotografía,se verá reconocida a través de Massaguer, quien es nombradomiembro del jurado internacional del concurso fotográfico creado porla casa Eastman Kodak. De tal experiencia y relación parece derivarel nuevo concurso de fotografía convocado por la revista, el que tendrácomo temática la arquitectura colonial cubana. En el número de julioya aparecen las bases que lo regirán, los miembros del jurado y los premiosa los tres primeros lugares. Presiden el jurado los pintores ArmandoG. Menocal y Federico Edelmann, los arquitectos Jorge Luis Echartey Fernando de Zarraga; Henry Shaw por la casa Kodak cubana y, porSocial, Alfredo T. Quílez y Conrado W. Massaguer. Los premios consistenen una cámara de cine Kodak y 140 pesos para el primer lugar,una cámara Kodak de bolsillo y 70 pesos para el segundo, y un proyectorde cine Kodaton y 16 pesos para el tercero. Finalmente, los premiosrecayeron en «Patio de la Casa de los Chacón» (Manuel Villas), «La casamás vieja de La Habana» (Alberto Boch) y «Una casona trinitaria»(Pedro V. Santana). Este concurso fotográfico, el segundo de la revista–el primero se convocó en 1920 y estuvo relacionado con la temática costumbrista–,se insertó en la campaña que esta venía desarrollando convista a rescatar los viejos valores de la cultura nacional.Massaguer no se da descanso. Organizador y promotor nato, a cadanueva iniciativa realizada, le suceden otras que, no por su diversidad yhasta carácter personal, dejan de tener interés para la cultura nacional.Por ejemplo, con el mismo lápiz con que satiriza la política del régimenen las páginas de Carteles, le escribe al doctor José Antonio Frías paraque le envíe fotos de la arquitectura de Trinidad, que luego publicará; 21 o aMaría Muñoz de Quevedo, directora de Musicalia, solicitándole un trabajosobre Rita Montaner, para el cual le sugiere una foto glamour de lacantante a realizarse en el estudio habanero Rembrandt, con vista a ser20Emilio Roigde Leuchsenring: «Notas deldirector literario», en Social,enero, 1931, p. 11.21Archivo Nacional de Cuba.Fondo 106 Conrado W.Massaguer. Expediente 5,legajo 1.207Massaguer.pmd 20726/10/2010, 16:52

22Ibídem.23Conrado W. Massaguer:«Ellos», en Social,marzo, 1931, p. 9.24Archivo Nacional de Cuba.Fondo 106 Conrado W.Massaguer. Expediente 2,legajo 1.208reproducida en Social. 22 Mientras que, para su sección fija en la revista,realizará tres de sus caricaturas más notables de 1931: las de AlbertEinstein (marzo), Mahatma Gandhi (mayo) y Max Henríquez Ureña(noviembre). En la de Einstein, a la par de sus valores, le asiste el interesantecomentario que sobre la misma hiciera el gran físico: «Todo esrelativo en la vida. Por ejemplo, esta caricatura, para mis amigos es unabroma pesada o algo que no tiene parecido con persona alguna, y paramis detractores y enemigos es ¡un retrato!». 23Carteles, en tanto, arrecia su campaña antimachadista. Los editorialessuben de tono. Algunos ya dan como única salida a la crisis la caída delrégimen. Tal es el de inicio de 1931, «Una visión serena de un momentohistórico». En él se dice: «No constituye desacato a la autoridad, ni propagandaanarquista ni atentado a la persona de ningún mandatario. Caídadel régimen es cesación de un sistema, extirpación de una lacra tradicional,cura radical y efectiva de un viejo mal congénito, que mina los cimientosde nuestra organización republicana». El gobierno, ante la formidablereacción nacional oposicionista, pone en práctica una tácticadilatoria: demanda una «tregua patriótica». Pero el pueblo no se la da.Tampoco la prensa, tal y como lo ejemplifica el editorial antes citado.A Machado hacía rato que le venían molestando las caricaturas e ilustracionesde Massaguer, por lo que, por intermedio de un «Iscariote»–como lo llamó el caricaturista–, le puso pleito, agarrándose de unaportada de Carteles que no tenía ni asomos de ser porno. En esta acusaciónno debe pasarse por alto cierta campaña que se le venía haciendo alsemanario por publicar desnudos que «atentaban contra las buenas costumbresde la sociedad». Estos desnudos fotográficos, independientementede que tuvieran carácter artístico o no, según las valoracionesal uso en la época para este tipo de imagen y las publicaciones que lageneralizaban, fue el pretexto gubernamental argüido en un primer momentopara salirle al paso a Massaguer y a Roig dentro de un pretendidomarco legal. Y aunque no prosperó, dejó preparada la escena para lacomentada acusación oficial contra la persona del caricaturista. En cartaa Ramiro Guerra con fecha 12 de enero de 1931, Massaguer le comentaal historiador: «Me refiero a la torpe y malévola interpretación quese ha hecho de la última portada de la revista Carteles, edición deenero 11, cuyo dibujo fue hecho por mí». 24Massaguer.pmd 20826/10/2010, 16:52

No obstante la presión gubernamental sobre el tribunal que juzgó aMassaguer, la condena se dictó por falta leve; no se atrevieron a más. Eljuicio fue presenciado por casi todos los amigos del minorismo, quienesse vieron condenados en la persona del caricaturista. Pero, por tratarsede un juicio sostenido sobre la base de un acto de diseño supuestamenteilegal y corrupto, el mayor respaldo moral lo tuvo Massaguer de las yavenerables figuras de la plástica nacional Armando Menocal y LeopoldoRomañach, presentes en el mismo. El primero, emparentado con elcaricaturista a través de la esposa; el segundo, le retribuía el apoyo dadopor Social y los minoristas a su promoción como director de San Alejandro.En carta que le enviara a Massaguer el abogado Carlos M. Calvet,con fecha 11 de abril, este lo llama «Mi querido, admirado y condenadoamigo». Y luego de evacuarle algunas dudas de carácter técnico-legal, loinsta en dicha misiva a que no deje «de obtener una Certificación de laSentencia para ponerla en un marco dorado, a fin de colocarla en lugarvisible de tu hogar». 25En la portada de Carteles correspondiente al segundo número de abril,Massaguer caricaturiza a Charlot –será la tercera vez que aborda al famosopersonaje–. Y en el de la semana siguiente, reinicia sus ilustracionesy caricaturas de corte satírico-político contra el régimen. Estas ya no seubicarán en la contraportada, sino en la página contigua a la del editorial,de forma tal que el mensaje visual complemente el escrito y viceversa.«¿Quién dijo crisis?», pregunta el mofletudo politiquero, mientras en elbolsillo de su dril cien resplandece el acta de la inconstitucional reelecciónde Machado. Al fondo, un hambreado hombre de pueblo comenta:«¡Qué papaito tengo!». El número del 26 abril, con toda intención, estádedicado al restablecimiento de la República en España. En él aparecesu excelente caricatura de Alfonso XIII, bajo el sugerente título: «Pues,señor, este era un Rey». Mayo 17, «Calambre capitolino»: Arrodillado, unpolítico obeso trata de levantarse; en la levita tiene escrito «Congreso».Dos hombres del pueblo observan. Uno pregunta: «¿Qué hace?», «¿Nose decide?». Responde el otro: «Dicen que está decidido, pero le cuestatrabajo levantarse ahora, después de haber estado tanto tiempo en esaposición».25Archivo Nacional de Cuba.Fondo 106 Conrado W.Massaguer. Expediente 5,legajo 1.209Massaguer.pmd 20926/10/2010, 16:52

210El nuevo fracaso que para la maltrecha economía de la nación constituirála firma en Bruselas del Convenio Internacional Azucarero, por el cualse fija el precio de dos centavos libra para la venta de los azúcares y, enconsecuencia, reduce la producción a poco más de tres millones de toneladas,dará pie al lápiz de Massaguer para la ilustración «La últimavictoria», donde representa a la República ahorcada. Publicada en el númerodel 24 de mayo, la ilustración arremete contra el despliegue propagandísticoque hizo el régimen con respecto a la firma de tal convenio; laironía implícita en el título, el dibujo de rasgo expresionista y acentuadoclaroscuro –características poco comunes en su obra– y el asunto representado–igualmente excepcional en un caricaturista por naturalezaoptimista– , singularizan esta ilustración como la más trágica –hasta dondeconocemos– de la extensa producción massagueriana. El artista parececompartir el mismo pesimismo que el pueblo.No es casual que dos semanas después, en el número 7 de junio, Massaguervuelva a la carga, ahora, con la ilustración titulada «La única solución»:el joven mambí se va remando sobre un maltrecho bote por el canaldel puerto de La Habana; al fondo, desde el Malecón, una calavera ledice adiós. Junio 14, «Canciones mexicanas»: Un mariachi canta a voz encuello, acompañándose con su guitarra: «Ya va cayendo poquito a poco».Junio 21, portada sin firmar: Un rostro que empieza a corrompersey otro ya cadavérico; por único texto, en rojo: «Hambre». En el mismonúmero, caricatura de Massaguer: El guajiro: «Pues, aquí sentado a lapuerta de mi tienda, esperando... Bueno, ya sabe usted el resto del proverbioárabe». Le sigue el editorial «La única solución»: carta abierta alpresidente de la República y a los miembros del Congreso, donde se lepide que entreguen el poder. Junio 28, portada sin firmar: se ve la siluetadel edificio del Rectorado de la Universidad de La Habana recortarsecontra un cielo rojo; en un primer plano, entre panfletos, un brazo con elpuño cerrado. Caricatura de Massaguer: «Agua, Camino y Escuela»: sobreun camino y una escuela en ruinas cae un torrencial aguacero; en la páginade enfrente, como de costumbre, el editorial «Después de mí, el diluvio».Social, por su parte, hace lo suyo dentro de los límites que le imponeel perfil editorial que la particulariza. Así se constata en el número deMassaguer.pmd 21026/10/2010, 16:52

mayo, donde se publica el poema de Juan Marinello, «Castillo delPríncipe. Leona-Compañía 12», y el retrato de presidiario del escritorcon el número 7009. 26 Marinello le había hecho llegar el poema y elretrato a Massaguer con una nota escrita de su puño y letra, sin fechar,en la que le decía: «Te va este poema carcelario. Te lo lleva Pepilla porquesuponemos que Social haya quedado con vida en este gran naufragio.Dios lo quiera. Publica con el poema el retrato, que creo de algún interés,si no crees que ello pueda traer tangana. Puedes suponerte las ganasque tengo de respirar aire puro. Trabajo, ayudo, sirvo, pero las cosasvan a paso de tortuga y me desespero. P.D.: Oye, ponle la nota oportunaa mi retrato, no vaya a creer algún lector extranjero que me robé unasgallinas y por eso estoy en la Compañía 12». 27 En el editorial «Cuba enla hora de ahora», Roig, en el nombre de Massaguer y en el suyo propio,abogan porque «pueblo, estudiantes e intelectuales sigan en actitud derebeldía», además de sentirse «alborozados por el resurgimiento de unaconciencia nacional». 28No menos excepcional será el desempeño de la fotografía y su particularforma de enfatizar la ideología nacionalista de Social ante la coyunturapolítica por la que atraviesa el país, al potenciar en una nueva sección suya probada capacidad de visualizar la memoria; pero, sobre todo, el sutilmanejo que empieza a hacerse de las fotos de época, en las que se recogeel testimonio visual de patriotas y fechas relevantes de la edad heroicade la nacionalidad cubana. El antecedente está en el propio mensuario,cuando en 1920 se creó la sección «De ayer», y que en 1930 daráen llamarse «Del romántico ayer». Bajo este nombre la sección recogeráfotos de Trinidad y «De un viejo álbum del Camagüey» (Social,agosto, 1930), donde se comenta, a pie de foto, el heroísmo de algunosde los retratados en la guerra de 1868. En noviembre y bajo el título Gentede ayer, aparece un número de fotos de patriotas camagüeyanos,entre las que sobresale la de Ignacio Agramonte, tomada en 1865 –tresaños antes de iniciarse la «guerra grande», y referente de todas las imágenespintadas o impresas que se han divulgado después de El Bayardo–,y la del joven Carlos J. Finlay. Por último, «Una mañana en el ParqueCentral, antes del Grito de Yara» (Social, agosto, 1931), foto doblementesugerente, por mostrar el parque habanero al amanecer de un día26Juan Marinello: «Castillo delPríncipe. Leona-Compañía 12»,en Social, mayo, 1931, p. 41.27Archivo Nacional. Fondo 106Conrado W. Massaguer.Expediente 5, legajo 1.28Emilio Roig de Leuchsenring:«Cuba en la hora de ahora», enSocial, julio, 1931, p. 9.211Massaguer.pmd 21126/10/2010, 16:52

212cualquiera próximo al 10 de octubre de 1868, y porque la reproduceSocial justo en el mes (agosto) y año (1931) que marca el punto másalto de participación de los políticos tradicionales, encabezados porMenocal y Mendieta, en la lucha contra Machado. ¿Tenía Massaguerconocimiento del levantamiento armado antimachadista que terminóen desastre? La respuesta no se hará esperar... en Carteles del 23 deagosto: El gubernamental: «¿Y tú que sabes?». El oposicionista: «Nada,¿y tú?». El gubernamental: «Yo, tampoco». El oposicionista: «Por fin,hemos llegado a pensar de igual modo».Este seguimiento gráfico-crítico de los acontecimientos políticos queestremecen al pueblo de Cuba, en el cual se incluyen los mensajes visuales(ilustraciones y caricaturas de corte político, testimonios fotográficos,etcétera) y textuales (editoriales, artículos, entrevistas), comprometeráncada vez más a Massaguer, a Roig y a Quílez; pero, sobre todo, al primero.A ojos vista, Massaguer no sólo es el autor de buena parte de lascaricaturas e ilustraciones satíricas contra el régimen, sino también elresponsable máximo de aquellos otros mensajes, dibujados o escritosque, sin ser de su autoría, no le interpone su veto como responsable máximode Social Empresa Editores. Si la escalada antimachadista de losmedios aumenta por día, la represiva del dictador hace otro tanto. Noobstante, Massaguer continúa su campaña en Carteles. Al calor de losacontecimientos, curiosamente, el popular semanario iniciará otra nomenos provocadora e interesante en pro del nudismo, que hará patentemeses después con la publicación de un número de artículos donde seda testimonio escrito y fotográfico de la vida sana y alegre en los camposde nudismo de Alemania. «Como las faldas cortas», el semanario aspiraa que esta nueva forma de esparcimiento se imponga en la Isla.Machado, que desde hace años ve con malos ojos el desempeño editorialy profesional de Massaguer, no le permitirá esta vez que se salga conla suya, por más alto que sea su prestigio en el ámbito gráfico nacional einternacional. Si el flagelo de su sátira le duele, él le hará sentir el suyo.Además, se siente «fuerte», luego de aplastar el levantamiento armado deagosto. Es su momento... A Massaguer le llega información que le tienenreservada una celda en Isla de Pinos. Sólo tiene un camino... Pero antesdejará en Carteles, en el número del 6 de septiembre de 1931, quizás, laMassaguer.pmd 21226/10/2010, 16:52

que tal vez sea una de sus últimas sátiras hechas en Cuba contra el régimende Machado: una paráfrasis visual de la famosa frase del griego Arquímides:«Dame una bola y moveré el mundo». Con esta última «bola» –brillantedefinición del argot popular cubano para referirse a la informaciónque «rueda» de boca en boca sin aparecer jamás en la prensa oficial–,nuestro caricaturista parece despedirse de los cubanos, aunque no de lacaricatura política de corte antimachadista, para luego marcharse del país,presumiblemente, a fines de dicho mes. Destino: Nueva York.En este, su segundo destierro –el primero, cuando la familia marchó aMéxico–, el Massaguer que llega a Nueva York es toda una celebridad.Las principales revistas de la ciudad le abren sus puertas: Collier’s,Cosmopolitan, Red Book, Vanity Fair y la nueva Ballyhoo. Desde suquerida Babel seguirá colaborando con Social y Carteles. Para mássuerte, coincide con el muralista mexicano Juan Clemente Orozco, conquien mantenía una amistosa correspondencia. Orozco lo presenta enDel-phic Studios, y concreta una exposición. Esta se inaugura el 26 deoctubre, y durará hasta el 22 de noviembre de dicho año. En la mismapresentará las acostumbradas caricaturas de celebridades mundiales,así como un número de ilustraciones sobre tipos y costumbres de laCuba republicana, retomando así, a un nuevo nivel de desarrollo estéticocomunicativo,la línea gráfica que tan bien particularizara a la gráfica decomunicación cubana en el siglo XIX.Entre las obras expuestas de asunto costumbrista son de destacar «Elvendedor de tabacos», «La vendedora de bollos» y «El veterano». Enesta última ilustración, Massaguer representa un anciano negro, sentadoen pose reflexiva; de su sombrero sobresalen varias hojas de savia parael dolor de cabeza y el resfriado; entre sus arrugadas manos, un rústicobastón y un tabaco torcido a mano; del lado izquierdo del pecho, la yaraída condecoración de los veteranos de la gesta independentista. Todoestá dibujado a línea, excepto el rostro. En este dibujo se pondrá demanifiesto el símbolo de civilidad y patriotismo que para las nuevasgeneraciones de cubanos –y para el propio Massaguer– representabantodavía los sobrevivientes de aquella edad heroica, de alguna manera demanifiesto ya en la nueva gesta que se venía librando contra la dictadurade Machado en la distante Isla.213Massaguer.pmd 21326/10/2010, 16:52

214Para la portada del catálogo y el cartel que promociona la exposición,utilizará otra de las ilustraciones costumbristas significativas de la exposición:«Dominó guajiro» o «La partida de dominó», hecha recién llegadoa Nueva York. Con esta obra, Massaguer iniciará una línea de trabajoque le daría buenos frutos, al abordar un tema hasta entonces poco tratadopor la plástica y la gráfica cubanas, aun cuando, junto con la pelota, peroa escala del ámbito doméstico, era el otro pasatiempo favorito de lapoblación.El tema de los llamados juegos de mesa, sobre todo, el de cartas o naipes,tenía ya una larga tradición en la pintura occidental. De ahí que,presumiblemente, este fuera el referente a partir del cual nuestro artistaconcibió su serie gráfica sobre el gustado pasatiempo. El asunto, en extremoestático, Massaguer lo desarrolla a partir de la tensión previa auna jugada clave, la que le da pie para la caricaturización psicológicade los personajes que intervienen en la partida, particularmente, el guajirodescendiente de canario, en oposición a la pareja contraria formadapor el gallego y el negro.No es casual que en esta obra estén representados los tres componentessociales fundacionales de la nacionalidad cubana. «Dominó guajiro»se inserta por derecho propio en la renovación temática que particularizaráa la plástica cubana por esta fecha, como hecho esencial de suvanguardia en la búsqueda y expresión de los rasgos propios de unaidentidad nacional. En cuanto al abordaje del tema por la pinturavernácula, ni Eduardo Abela ni Jorge Arche pueden mostrar algo parecido.«El dominó» de Massaguer supera sin duda a los de ambos artistas;la pasividad con que estos representan a los jugadores –algo inusualentre los que lo practican–, contrasta con la tensión a nivel psicológico yla caracterización que hace Massaguer de los mismos.Para bien de la economía de nuestro biografiado, en esta ocasión todaslas obras se vendieron, ya que el caricaturista dejó de recibir dinero deCuba, y Nueva York estaba en plena depresión. Como era de esperarse,Carteles y Social se hicieron eco de su nuevo triunfo internacional.Por razones de periodicidad, Carteles fue la primera publicación en generalizarla noticia, lo que aconteció en el número del 8 de noviembre.Social, en diciembre. Para ambas revistas mandará las correspondien-Massaguer.pmd 21426/10/2010, 16:52

tes colaboraciones de fin de año. Para Social, en razón de su carácterinternacional, una ilustración de portada donde tan esperado aniversariose celebra por todo lo alto. Para Carteles, dada su proyección nacional,una ilustración de portada donde un pavo y un cerdo se abrazan y besan;por único texto: «Nos salvamos otra vez este año».1932 comienza para Massaguer más incierto que nunca. Desde sus añosmozos en Mérida, Yucatán, el caricaturista y no menos célebre editor deSocial, no se veía en los apuros que a todo exiliado le impone la sobrevivencia.Sólo que ahora estas necesidades se ven reforzadas por unoscuantos años más de edad... y el frío, ese gran drama que a todo cubanole impone el clima del Norte, desde la época en que nuestro poetanacional, José María Heredia, exiliado en Nueva York, trataba en vanode calentar su cuerpo, recordando las cálidas tardes en su añorada Matanzas.Luego de consumir sus créditos en los hoteles Delmónico –a cuyorestaurante solía concurrir José Martí–, Sherry-Netherland y Croydon,Massaguer se «replegó a un departamentito modestísimo, casi sinmuebles, donde reunía a un grupo integrado por Eduardo Chibás, padre, JorgeRoa y otros desterrados», para comentar las últimas noticias de Cuba.Lista que crecería con la llegada de Pablo de la Torriente Brau y Teté Casuso.Esta nota de Pablo existente en la papelería de Massaguer del ArchivoNacional, es ilustrativa de aquellos años, de la personalidad del que laescribe y del ajetreo diario que caracterizaba los días del que la recibe:«Pasé, pues, a notificarte que te hemos ido a ver, te hemos llamado porteléfono y te hemos dejado recado y con todo esto no has aparecido. Site demoras algo ahora me parece que el Presidente Rooselvelt me veráantes a mí en el interview que me ha solicitado desde que llegué a USA.Yo estoy en el 607 w, la 108st. El teléfono es Wa 7-1250. Y te adviertoque te escribo porque tres kilos, desde los tiempos de Pitágoras, valenmenos que diez centavos. Y good bye Pablo». 29La Isla, como siempre sucede en estos casos, se agigantaba en el recuerdo.Los únicos nexos de Massaguer con ella serán los exiliadoscubanos que llegaban a la gran urbe y las colaboraciones que enviaba asus dos revistas, mientras vivía de las que le solicitaban las ya citadasneoyorkinas. El 4 de febrero de este año, finalmente, le ocurrirá algoimportante: hace un sketch de Charlot, que se convertiría en el primer29Archivo Nacional. Fondo 106Conrado W. Massaguer.Expediente 6, legajo 1.215Massaguer.pmd 21526/10/2010, 16:52

216dibujo que se transmitió por televisión en el mundo; ello ocurrió desde laColumbia Broadcasting Station a la famosa tienda Gimbel Bros. Esta seríala quinta versión que del famoso personaje del cine silente norteamericanoharía el caricaturista. La última, la había concebido un año atráspara la portada de Carteles, del 12 de abril. La imagen de ahora, hechaal carboncillo con la premura y espontaneidad que demandaba el medioaudiovisual que le servía de soporte, implicó una novedad y una pruebade las posibilidades didácticas y hasta publicitarias de una técnica dedibujo milenaria en relación con un nuevo medio de comunicación enfase de experimentación, a más de constituir un reconocimiento del ámbitográfico neoyorkino a su trabajo.He aquí una anécdota ilustrativa de la notoriedad de Massaguer porestos años y su relación con el otro protagonista del comentado hechomediático: «Dos o tres días después de conocer al gran actor cómico inglésen un animado party en Nueva York, me topé con él en la esquinade la Quinta Avenida y la calle 42. Y charlando caminamos hasta la calle57, donde me despedí para dirigirme al Carnegie Hall, y él a la 59, puesiba a visitar a un amigo en el Plaza, frente al Parque Central. Durante eltrayecto me saludaron cerca de diez personas: Hello, Massaguer; Hi,Massie; Bonjuor, Monsieur Massaguer; How are you, Conrado... Alformidable histrión nadie lo reconoció. Sobre eso hizo gracioso comentario.Luego prometió algo que no ha cumplido todavía: venir a Cuba».Aunque la anécdota viene del propio Massaguer, es posible que así sucediera,pues, por entonces, Charlot era más conocido que Chaplin.Resulta sintomático que la primera caricatura de Charlot hecha porMassaguer, se la hiciera junto a su progenitor: Charles Chaplin, a quienrepresentó sosteniendo en su mano derecha la máscara del celebérrimopersonaje, a la manera de los grandes trágico-cómicos de la Grecia Clásica.Mientras que en la sobrecubierta de su autobiografía (1957), seautocaricaturó sosteniendo en su mano izquierda, a manera de polichinela,la figura de Gandhi, y en la derecha la de Charlot. Sin duda, fue ungran admirador de ambos «hombrecitos»; pero, sobre todo, del genialcómico, de quien dijo Freud: «Toda su obra es una permanente representaciónde su infancia». Charlot fue para Massaguer –como para esepequeño género humano que todavía lo admira– fuente genitiva de laMassaguer.pmd 21626/10/2010, 16:52

mayor ternura que irradió un tiempo de crisis y gradual deshumanización,salvando a sus semejantes de hundirse en la más completa soledad.Todo lo que Massaguer logró decir a través del dibujo, lo dijo Charlot–y mucho más– a través de los gestos. «El gesto es la única comunicaciónque no traiciona», declaró en una ocasión ese otro gran mimo delsiglo XX, el francés Marcel Marceau. De toda la comunicación visual, lamás cercana al gesto siempre ha sido y será la caricatura. Sólo una diferencia–que ya el desarrollo tecnológico en cierta medida ha borrado–,en tanto la caricatura encontró en el dibujo su memoria desde hacemiles de años, el gesto la vino a encontrar en el cine hace apenas un siglo.Tales correspondencias entre los dos lenguajes no le fueron ajenas aMassaguer, para quien el conocimiento de Chaplin lo acercó más a Charlot,es decir, al lenguaje del gesto. Además, ambos eran hombres depueblo, que llegaron a la fama y a poseer un estatus de vida alto graciasal trabajo y al talento; la constante de ambas vidas fue siempre eltrabajo, la entrega a su trabajo y, por si fuera poco, los dos pertenecíana una izquierda muy particular, su izquierda, que dicho sea de paso,no siempre fue entendida.De su sincera admiración por el genial actor cabe inferir otra relación…Pero, para develarla, nadie mejor que José Carlos Mariátegui, cuandoen «Esquema de una explicación de Chaplin», dice de él: «Chaplintiene todos los sufragios: los de las mayorías y las minorías. Su fama es,a la vez, rigurosamente aristocrática y democrática. Chaplin es un verdaderotipo de élite, para todos los que no olvidamos que élite quieredecir electa». 30 Sustitúyase Chaplin por Massaguer y tendremos la apuntadacorrespondencia. A ella rinde culto el caricaturista, justamente, enel dibujo a toda página que ilustra el citado artículo de Mariátegui, donderepresenta a Charlot a la manera de la ya clásica escena final de muchosde sus filmes: en lo alto de un camino sin fin, de espaldas al público,yéndose en la tarde con el sol, mientras el viento de otoño desnudalos árboles. Igual de ilustrativo será el título: Chanson sans paroles.El invierno y la depresión –la existencial y la económica– no harán mellaen Massaguer. Una ilustración suya aparece en el primer númerode Carteles de 1933: un joven, de rodillas, le implora a Dios: «Señor: yano te pedimos siquiera un feliz año nuevo, sino uno un poquito mejor30José Carlos Mariátegui:«Esquema de una explicaciónde Chaplin», en Social,diciembre, 1929, p. 11.217Massaguer.pmd 21726/10/2010, 16:52

31En toda la obrade Massaguer no hay una solacaricatura a un patriota.En cambio, sí hizo admirablesdibujos de los generalesMáximo Gómez y CalixtoGarcía, así como el ya citadode un veterano,en representación de todoslos mambises quecombatieron en nuestrasguerras de independencia.De José Martí, hizo variosdibujos. El primero de todos,ilustró la portada de Gráfico,tal y como se hace constaren el Capítulo II del presentetexto.218que este que dejamos». Una curiosidad del citado número: «¡Nevó porprimera vez en La Habana!». La sensacional noticia aparece ilustradacon fotos (retocadas) del Parque Central y el Capitolio cubiertos por laescarcha a las siete de la mañana del 28 de diciembre último, según elartículo. «El mundo está al revés», debió pensar Massaguer, cuando hojeósu revista número dos bajo una verdadera nevada. Él es mucho másque un exiliado, y Nueva York mucho más que un exilio. Por la otrora NuevaAmsterdam pasa todo lo que brilla y vale en el mundo, y todo lo que, dealguna forma, quiere darse a conocer y perdurar. (Así lo entendió Picasso,cuando, en el momento más incierto de su vida, decidió mandar su mejorobra, el «Guernica», a Nueva York.)En esta ciudad nada falta a un artista cuyo arte vive de su don de persona,de hacer amistades, de amar la vida, como cabe pensar de alguien queestá al corriente de la última noticia o al lado de la personalidad que la protagoniza.Recuérdese la significación que tuvo Nueva York en la obra artística,periodística y política de José Martí. No obstante, la única relacióna establecer entre ambos, quizás, esté en la similitud geográfica entre elexilio político cubano del siglo XIX y el del XX. Pero de lo que se trata no esde homologar a dos cubanos muy diferentes –aunque Martí habría disfrutadomucho con Massaguer, y Massaguer, tal y como lo martiano se evidencióen él, sintiera la necesidad de amarlo con el más profundo respeto,si tenemos en cuenta que si bien hizo dibujos de nuestro Hombre Mayor,nunca lo caricaturizó–, sino de señalar la capacidad de una ciudad parapermear, por sobre orígenes y culturas, una obra personal en su procesode consecución, y el sello que a la misma le impone la dinámica y dramáticade los acontecimientos que a diario le dan esa singularidad de metrópoli,tal y como se intuye le pudo acontecer a la obra de Séneca en relacióncon Roma, o a la de Cesar Vallejo con París. 31Más que nunca Nueva York y Massaguer serán inseparables. Es comoel tío o la tía que acoge al huérfano de padre y madre. En tal estado,podría hasta decirse que es más Massaguer. Él, todo él, bulle de asombroen lo diario; él, que siempre se dio en términos de vida, de vivir. Talvez en ello radique el verdadero encanto de sus revistas, en particular, deSocial. Como todo exiliado quiere regresar, pero su espera no estádel todo lastrada por las categorías de tiempo y lugar. A su condición deMassaguer.pmd 21826/10/2010, 16:52

comunicador hay que sumar, en grado superlativo, las variadas y particularesformas en que su persona asimila y reproduce creativamente larealidad material y espiritual con la que convive, sea en el Dutsch TreatClub (su restaurante favorito en Nueva York) o a la hora de sentarse a lamesa de dibujo. Su actividad es plena. No otra cosa corrobora las colaboracionesque envía a «su amada... Social» durante todo 1932 y parte de 1933;notablemente, a la sección «Ellos»: verdadero registro de una voluntadque no desmaya en hacer caricaturas, en tanto manifestación de unaexpresión que se hace cada día más personal a la intemperie del hombrey sus actos, en el hall de un hotel de primera, en el vernissage de unaexposición, o simplemente en la calle, al encuentro de lo que se quiere representar,bajo la lluvia o la nieve.Así, sin contratiempo alguno, concurren a las páginas de su citada secciónnuevas y notables caricaturas de grandes celebridades de la literaturay la política de su tiempo, emboscadas por su lápiz, frágilestranseúntes en la populosa urbe, como el escritor de ciencia ficción H. G.Wells (Social, enero, l932), el poeta y dramaturgo alemán GerardHauptmann, Premio Nobel en 1912 (Social, junio, 1932) y el entoncesgobernador del estado de Nueva York, Franklin D. Roosevelt (Social,diciembre, 1932), quien ocuparía en marzo del año siguiente la primeramagistratura de los Estados Unidos. Ocasión que no desaprovechaMassaguer para insertar en la citada caricatura el siguiente pie de imagen:«Su patria, Hispanoamérica y el mundo todo, espera de su gobiernodemócrata... democracia, justicia, no explotación económica. Y Cuba,trato arancelario más equitativo y una actitud política libre de interesadasmaquinaciones imperialistas». 32 ¡Y todavía hay quién le regatea aMassaguer su cubanía! Mientras que de las caricaturas realizadas paraSocial en 1933, son de destacar las de León Trotsky (enero) y AdolfoHitler (febrero). Caricatura esta última, que hará acompañar con el siguientetexto: «El “bello Adolfito”, réplica caricaturesca de Mussolini,jefe del fascismo alemán, nueva calamidad internacional, amenaza dela paz del mundo, quien al ocupar con sus “nazis” posesos de furor bélico,el poder, después de dos lustros de demagogia, ha solicitado cuatroaños de gobierno, no para resolver la grave crisis económica que sufre elReich, sino para acabar con los judíos y los comunistas». 3332Conrado W. Massaguer:«Ellos», en Social,diciembre, 1932, p. 17.33Conrado W. Massaguer:«Ellos», en Social,febrero, 1933, p. 9.219Massaguer.pmd 21926/10/2010, 16:52

220Es de advertir que siempre que Massaguer nombra a un dictador, apelaal diminutivo, como acto previo de la palabra para su final ridiculizaciónpor el dibujo. Asimismo, a través de Hitler hace alusión a la prórrogade poderes de «Gerardito» Machado y a la crisis económica por laque atraviesa Cuba. Una última observación: por la cronología, el fascismoitaliano precedió al nazismo, razón por la cual en el texto Massaguerse refiere a Hitler como una caricatura de Mussolini, y no a la inversa,como bien puso de manifiesto los trágicos acontecimientos que vinierondespués. Todo lo que ocurre en Nueva York y en el mundo de interés parala cultura latinoamericana en general y la cubana en particular, trataráde reflejarlo en Social bien como caricatura o bien como actividadperiodística a través de fotos, breves notas, pie de imágenes, etcétera.Por ejemplo, la exposición que a inicios de año realizara su amigo DiegoRivera en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, así como suestancia en esta ciudad, le hará un espacio en el número de marzo confotos del pintor y de su compañera, Frida Kahlo. En el número de mayo,aparecen sketchs de Hitler, Stalin, De Valera (apóstol de la rebeldíairlandesa), Hindenburg y Juan Vicente González (dictador venezolano),entre otras personalidades de la política del momento. Tampoco faltaráncolaboraciones de amistades cubanas con quienes frecuenta lashoras de nostalgia, como el poema «Cuentecito», de Teté Casuso deTorriente Brau (Social, mayo, 1933).En tanto, vive de su trabajo profesional y, en ocasiones, ayuda a vivir aotros exiliados cubanos. Hace dibujos para Bonwit-Teller, AmericanMolasses, Numoline Co., R.C.A., entre otras firmas. También dibujapara publicaciones como Theatre Magazine, Literary Digest, Today yThe Stage. Crea carteles para la Zonite y el Theatre Guild. A inicios de1933 ilustra el libro People Worth Talking About, de Cosmo Hamilton,el cual fue un éxito literario, pero no económico. En el libro, Hamiltonrecoge biografías de más de veinte literatos, escritas, en un principio,para ser leídas por radio. Massaguer asumirá las caricaturas de losbiografiados, destacándose las de Bernard Shaw, Galsworthy, SinclairLewis, Conrad y Chesterton. En carta de Chesterton a Cyril Clemens, sobrinode Mark Twain, aquel le comentará: «La caricatura de Massaguer,es la mejor que se me ha hecho. Hay bondad y buen humor, combinacióndifícil de hallar en un humorista del lápiz».Massaguer.pmd 22026/10/2010, 16:52

También por esta fecha realiza una hipergráfica para la exposición deverano del King Feature Syndicate en el famoso Muelle Heinz de AtlanticCity. En ella aparece el Tío Sam rodeado de personajes representativosde todos los países del mundo, tratados a la manera de las historietas(comics); por único texto: «Los yanquis dictan al mundo en todo. Ytambién lo divierten». Imagen y texto, en este caso, no dejan de ser unaalusión irónica al proceso de industrialización de la historieta, que teníaen tales «sindicatos» el medio por excelencia. La producción en serie dehistorietas aumentaba por entonces en detrimento de su calidad artística;su creación y realización se distanciaban cada vez más del trabajo individualdel artista, para ser asumido por equipos de trabajo, como únicaforma de satisfacer las demandas de un mercado internacional en crecimientoy su diversificación en los más disímiles idiomas y medios (periódicos,revistas, álbumes, productos de consumo, etcétera).Massaguer, por supuesto, no era ajeno al rumbo que tomaba la manifestaciónen su vertiente industrial, sobre todo, para un artista como él,que siempre le concedió más valor a la creación directa que a una quedifuminaba los pasos del acto creador en aras de una productividad aescala de todo el planeta y a la velocidad que la inmediatez de los mediosla generalizaban. Con todo, los tiempos y los nuevos medios imponíansu ritmo, y él no era –ni sería nunca– de los que le pondría obstáculosal progreso.Paralelamente a su actividad profesional, y un poco a su cuenta y riesgo,desarrolla otra de carácter político, que terminará por relacionarlocon la campaña que llevaban a cabo los grupos políticos en aras de alcanzarla unidad frente a Machado, y que finalmente se concretó a iniciosde 1933 con la creación de la llamada Junta Revolucionaria de NuevaYork. Se esperaba, por medio de esta unión, no sólo movilizar la voluntaddel nuevo presidente que habitaba la Casa Blanca desde el 4 demarzo de dicho año, sino crear las condiciones para que, caído Machado,pudiera sustituirle un gobierno en el que estuvieran representadostodos los grupos que aspiraban a reformar el corrupto sistema imperanteen la Isla. Massaguer, como en sus mejores tiempos de Veteranosy Patriotas, o los de más acá del Minorismo, hizo causa común con talproyecto reformista, convencido, como estaba, que sólo una democraciaverdadera haría posible su viejo ideal de una Cuba nueva, ejemplo221Massaguer.pmd 22126/10/2010, 16:52

34Archivo Nacional de Cuba.Fondo 106 Conrado W.Massaguer. Expediente 6,legajo 1.222de América y del mundo. (De esta unión, como es notorio, fueron excluidaslas organizaciones sindicales y el Partido Comunista, con lo que seobvió una fuerza que ganaba protagonismo en el ámbito político nacional.)Al mismo tiempo influye con su prestigio profesional en los medios deprensa neoyorkinos, para que publiquen artículos antimachadistas de laautoría de otros exiliados. Así acontecerá con la prestigiosa revistaCollier’s, cuando da a la opinión pública un artículo sobre la trágicasituación cubana, el cual ilustró. Mientras el N.Y. Journal publicaba enprimera plana seis artículos contra el régimen dictatorial cubano, los quetambién ilustró con caricaturas.En este contexto, en demasía complejo, las siguientes palabras deMassaguer son expresión de su más inmediato sueño político de entonces:«Ya el tirano estaba en la recta final. Unidos en la oposición en NuevaYork (otros en Miami) con la jefatura del ex presidente Menocal, luchábamospor ayudar, desde esa ciudad. Pero se contaba con poco dinero,pero con la ventaja de que los revolucionarios marchábamos deacuerdo». Por esos días recibirá una carta de Jorge Mañach, fechada el22 de julio de 1933, que acompaña su obra biográfica Martí, el Apóstol.En ella le dice: «Te remito un ejemplar de mi “Martí”, y conste quehago una gustosa excepción, pues como sabe, el libro se ha editado enEspaña, y no habiéndome mandado la Editorial más que unos cuantosejemplares, he tenido que abstenerme de regalarlo de acuerdo con la inveteradacostumbre criolla. Pero tú eres siempre una excepción. Cuandoleas el libro, me gustaría saber tu opinión sobre él. Transmito tu saludoa los “supervivientes del Minorismo”. Todos te recordamos mucho». 34Al tirano le quedaba poco. Y mientras menos le quedaba, mayor era elespacio que ocupaban el cine, las modas, la actualidad internacional yel deporte en las revistas y periódicos. En Social, serían la moda y el cinelas artes que se vieron favorecidas con una mayor cobertura periodística,aunque sin desplazar los contenidos sociales, literarios y artísticos quela habían caracterizado siempre. El despliegue fotográfico, por ejemplo,ya no sólo incluirá figuras del star system, sino también escenas de losfilmes más cotizados del momento, en particular, los de Hollywood. Eneste desborde visual –tal y como ya se dijo– no se puede obviar la irrupcióndel cine sonoro a fines de 1927, aun cuando en su contra –comoMassaguer.pmd 22226/10/2010, 16:52

suele suceder ante todo cambio revolucionario en los medios– sepronunciaran creadores de la talla de Abel Gance, Charles Chaplin, RenéClair, Pudovkin y Sergei Eisenstein.Para muchos el cine se entendía todavía como una fotografía del teatro,o un teatro sin palabras. La voz violaba estos criterios relativos al cine silente.Social no fue ajena a la polémica, publicando artículos relacionadoscon el tema. Acorde con los nuevos tiempos se presentarán las colaboracionesde José Manuel Valdés Rodríguez sobre diferentes aspectos dela estética y la técnica cinematográficas, las que, por su novedad temática,emulan con las de José Antonio Fernández de Castro, quien se habíaimpuesto la tarea de divulgar la cultura de la Unión Soviética a través delas páginas de Social. De este contenido será «Los pintores en la URSS»(Social, mayo, 1933), quizás, el primer artículo del periodismo cubanoen presentar la estética del realismo socialista en pintura. En julio saleel último número de Social; al mes siguiente caería Machado.Veinticuatro años después, Massaguer recordaría: «Lo sentí comocuando se muere una novia que nos acompañó en los mejores tiempos.Acepté los designios del destino, con la esperanza de que algún díavolvería a publicar la mejor revista ilustrada, que no transigió jamáscon gobierno alguno, y que se mantuvo con la entrada que le proporcionabansus ventas, suscriptores y anunciantes. Fueron días muyamargos, pero nos consolamos con la huida del tirano y sus secuaces.Esperanzados nos pusimos a laborar de nuevo. En 1934 regresé conmi familia a La Habana, y tuve la sorpresa y el gran dolor de vermedespojado de mis talleres y de mis revistas Carteles y Social». Los acontecimientosocurridos en el país durante el exilio obraron contra susintereses; su participación en Carteles y el Instituto de Artes Gráficashabía pasado a manos de sus socios. En cuanto a Social, había cerradoun mes antes de la caída de Machado. «Mi pecado fue sentir hondamenteel dolor de mi patria, que sangraba bajo la planta del déspota, y el deser excesivamente confiado. En los negocios no he tenido la buena suerteque he gozado en mis andanzas artísticas».Su reingreso en el ámbito artístico capitalino acontecerá en septiembrede 1934, cuando realiza una exposición de originales y reproduccionesde caricaturas y carteles en el Lyceum. A la que le seguirá otra223Massaguer.pmd 22326/10/2010, 16:52

35Carta de Agustín Acosta alpresidente Carlos Mendietadel 22 de noviembre de 1934.Archivo Nacional de Cuba.Fondo 106 Conrado W.Massaguer. Expediente 6,legajo 1.224el 9 de febrero de 1935, en la misma institución, pero esta vez deretratos fotográficos del siglo XIX de su propia colección. Las fotosexpuestas abarcaron desde las primeras hechas a partir de la técnicadel papel albuminado hasta el 1888. Estas formaban parte de una colecciónmayor que Massaguer había llamado «cubanías», y comprendía,entre otros objetos artísticos de interés, abanicos, reliquias históricas,medallas, litografías y calcografías. Poseía, además, una amplia iconografíade asunto martiano. Al mismo tiempo, por intermedio del poetaAgustín Acosta, realiza gestiones al más alto nivel –en esta oportunidad,con el gobierno de Mendieta– para reactivar el interés gubernamentala favor de una industria turística nacional. 35 La gestión no prospera.Finalmente, vuelve a publicar Social en fotograbado, en la imprenta deMontalvo y Cárdenas. «No era lo de antes, recuerda Massaguer, perosoñaba con que volvería a su categoría de antaño. Volví a reunir a mis viejoscolaboradores. Algunos que permanecieron fuera del conflicto políticoy otros que me acompañaron en la gran aventura. Monté la oficinaen la Arcada de Prado del Hotel Sevilla».Como el propio editor manifiesta, esta Social no será comparable conla primera. Su trayectoria iría de septiembre de 1935 a enero de 1938;fungirían como Jefe de Redacción Sara Cabrera, y como administrador,Edma Noriega de González. Con respecto al último número de esta etapa,debe destacarse que fue el único que se publicó ese año e incluyóenero, febrero y marzo. En su diseño de portada Massaguer cambió elestilo de manera radical, al hacer uso, por primera y última vez en larevista, de una fotografía en blanco y negro, la cual enmarcó entre dosbandas rojas, ubicando el título en la superior. Pero todo quedó en eso,tratando de alentar una gráfica que, desde el inicio mismo de esta últimaetapa, perdió carácter y estilo en relación con la que la distinguió en la primera.En cuanto a los contenidos de esta «segunda» Social, tampoco admitencomparación alguna con la anterior. Aun así, en ella escribieron algunosjóvenes escritores, profesores y políticos que luego alcanzarían notoriedaden la cultura cubana, y con los cuales se sentiría orgullosa cualquier publicaciónde primera línea, como Ángel Augier, Carolina Poncet, JoaquínWeiss, Luis de Soto, Onelio Jorge Cardoso, José Lezama Lima, Lino NovásCalvo, Gastón Baquero, Emilio Ballagas, Eduardo Chibás, José GómezMassaguer.pmd 22426/10/2010, 16:52

Sicre y Eduardo Robreño, sumándose los citados a los cerca de doscientoscolaboradores de relieve internacional que tuvo la revista durante susveinte años de vida, entre los que se contarían siete premios Nobel deliteratura: Rabindranath Tagore (1913), Anatole France (1921), JacintoBenavente (1922), Gabriela Mistral (1945), Juan Ramón Jiménez (1956),Miguel Angel Asturias (1963) y Pablo Neruda (1971). Sin obviar la presenciade algunos viejos colaboradores en la gráfica del mensuario comoEnrique García Cabrera, Mario Carreño, Carlos Sánchez (Carlos) y elholguinero Andrés García Benítez (Andrés), quien pronto se destacaríacon sus ilustraciones de portada para la revista Carteles, así como en eldiseño de escena, vestuario y revistas. (El colorido, movimiento y sensualidadde los personajes de Andrés, en particular, los femeninos, marcaránpauta en el género de costumbre propio de las portadas de las antes citadasrevistas entre las décadas del cuarenta y el cincuenta.) Mientras quede los nuevos colaboradores es de recordar a Fidelio Ponce, Enrique Caravia,J. L. Horstman y Juan David; este último, verdadero continuador dela estirpe gráfica iniciada por Massaguer en lo que restaría de siglo.«Yo conocí a Massaguer en 1936 –recuerda Juan David–, había llegadode Cienfuegos a “pelear” a buscarme un hueco entre los artistas. Sinmucho dinero y con un compromiso encima, me acababa de casar. Poresos días fui a la arcada del Hotel Sevilla Biltmore donde había entoncesuna serie de comercios y uno era los Estudios Massaguer. Allí me lepresenté con una recomendación de un amigo de Cienfuegos, me recibió,vio mis cosas y me dio una entrada para el teatro La Comedia,donde actuaba la compañía de Margarita Xirgu en Bodas de sangre,para que le hiciera una caricatura de la gran actriz española. No tenía yo,por supuesto, la práctica ni la gran facilidad de Massaguer. Fui con timidezy con escasas condiciones técnicas, pero en fin me metí ahí y sufrícomo demonio. Salí al fin para mi casa, hice la caricatura de memoria ya Massaguer le gustó. Fue el primer trabajo que publiqué en Social». 36Simultáneamente al trabajo en Social, Massaguer comienza a colaborarcon El Mundo, diario que nunca le cerró las puertas. En esta publicación–como en todas– se da en caricaturizar y reseñar a figuras delámbito social, artístico e intelectual del momento. Eduardo Abela, encarta del 5 de septiembre de 1936, bien lo rememora: «Querido amigo y36José Veigas: «El día que yonací». Ob. cit., p. 78.225Massaguer.pmd 22526/10/2010, 16:52

37Archivo Nacional de Cuba.Fondo 106 Conrado W.Massaguer. Expediente 6,legajo 1.226compañero: Una verdadera satisfacción me produjo ayer la sorpresaque me diste al “massagericaturarme” en El Mundo, tanto por el cariñoque revelan el dibujo y el escrito, como por el que hablen bien de uno sinhaberlo antes solicitado, aquí no es muy corriente; pero por algoMassaguer es Massaguer, siempre gentil y compañero. Junto con migratitud recibe un abrazo de tu “viejo amigo”». 37 También de este añoson sus diseños de vestuario para Danza afrocubana —música de ErnestoLecuona— y Baile japonés, divulgados por la revista de la sociedadPro-Arte Musical.La oportunidad de volver a revivir la mejor revista ilustrada con quecontaba el país y, tal vez, el ámbito hispanoamericano de la época, no sele ofreció en esta ocasión. En sus más de tres años de exilio mucho habíacambiado la Isla en lo económico, social y político, para que, de maneraexcepcional, segundas partes fueran buenas. Los tiempos y Massaguerno eran ya los mismos. No bastaba con ser liberal o conservador, minoristao vanguardista, había que ser algo más, y ese más ya no se correspondíani con su pasado ni con su futuro. Su fórmula inicial en asuntos deedición, si bien no estaba vencida, al menos, no era la más eficaz. Habíarecomenzado justo por el principio, dándole un peso mayor a la actualidadsocial, haciendo de la mujer de la alta sociedad el pilar de la supuestareanimación de la revista. Pero mayor fue su ingenuidad cuando quisorevivir el Grupo Minorista. No se percató de que la época lo estabaponiendo a él y a los demás miembros del Grupo ante realidades que reclamabanun real compromiso político en el plano nacional e internacional.Mussolini se había quitado la máscara, Hitler iba camino al poder...Y el ideal de justicia social que alentara la República española, a convertirlaen antesala de la Segunda Guerra Mundial.«Los sobrevivientes», como los llamó Mañach en su antes citada carta,ya se habían hecho nuevos espacios donde sobrevivir. Ello significaba,ni más ni menos, que habían tomado partido... El resultado no se hizoesperar: «Hallé hondas divisiones. Muchos izquierdistas y muchos derechistas.Algo que no sucedía en años anteriores». ¿Se desubicó? Másbien tardó en reubicarse. Tanto como para no entender del todo el mensajeque le transmitió su íntimo amigo y recién estrenado Historiadorde la Ciudad de La Habana, Emilio Roig de Leuchsenring, en carta del 3Massaguer.pmd 22626/10/2010, 16:52

de agosto de 1937: «Querido Conrado: Por mi viejo afecto hacia ti nopuse reparo alguno a que mi nombre continuara figurando como DirectorLiterario, al reaparecer Social en septiembre de 1935; pero como,realmente, desde entonces a la fecha no he desempeñado el cargo, ni mesería posible desempeñarlo dado el carácter de revista exclusivamentede sociedad, elegancias y frivolidades que tú has creído conveniente darle,y ahora me anuncias lo intensificará aún más, te ruego me releves deseguir ostentando ese, más que cargo, título honorífico, que ni me cuadrani me merezco. Ello no impedirá, desde luego, seguir colaborando, siempreque me lo pidas, en la revista. Tu amigo de siempre, que hace votosporque el más lisonjero éxito corone tus esfuerzos a favor del auge yengrandecimiento de esa revista a la que tanto cariño guardo». 38En el mismo número de Social, Massaguer le dio respuesta: «Con verdaderapena tenemos que darle cuenta al lector, de la renuncia que de supuesto de Director Literario nos presenta nuestro entrañable amigo, elDr. Emilio Roig de Leuchsenring. Desde los ya lejanos días, allá porel 1913, cuando dirigíamos el semanario Gráfico, Roig de Leuchsenringnos acompañó dándonos sabios consejos y obteniendo valiosas firmas,a la par que deleitaba a los lectores con sus interesantes crónicas de antaño,sus artículos políticos, sus patriotas arengas y sus charlas costumbristas.El Historiador de la Ciudad de La Habana, sin embargo, nospromete seguir colaborando con Social, y en este número no falta suinteresante artículo sobre la legendaria Iglesia de Paula, que tratan dedemoler. Por todo esto, Social no le dice adiós sino ¡hasta luego! alamado compañero». Una unión que iba para un cuarto de siglo, se deshacía:Roig lo llamaba «Amigo de siempre»; Massaguer, «Amado compañero».Su desilusión editorial correría pareja a su desilusión política. Pero nila una ni la otra fue lo suficientemente fuerte como para que Massaguerdejara de crear y de amar a su país. Su voluntad creadora no cejó nuncade acometer nuevas empresas editoriales, tal y como lo hizo en losaños subsiguientes. No obstante, el cierre definitivo de Social, cincomeses después de las citadas cartas, remata, con cierto deslucimiento,una trayectoria luminosa. Y, con ella, una relación profesional quetenía en su haber tres revistas emblemáticas: Gráfico, Social y Carteles,récord hasta el momento no igualado en nuestro periodismo y,38Emilio Roig de Leuchsenring:«Aquí entre nos», en Social,agosto, 1937, p. 5.227Massaguer.pmd 22726/10/2010, 16:52

228quizás, en todo el periodismo latinoamericano. Aceptó lo sucedido, ypalió su fracaso con la goleada que Cuba le propinó a Rumania en elmundial de fútbol celebrado en Francia en 1938, en el que la Isla llegó asemifinales por primera y última vez en lo que restaría de siglo.Artista más que conocido y conocedor de su oficio, Massaguer volveráa desplegar sus trabajos entre Nueva York y La Habana. Y vale decirlo enplural, porque tal y como había acontecido dos décadas atrás, ahoraserá decorador del bar American Club y de la barra del Hotel Sevilla,director de las actividades encaminadas a conmemorar el centenario delas calles habaneras de San Rafael y Galiano, diseñador de la páginateatral del New York Times y de la llamada Revista del Año que realizarala casa B. Almont & Co., de la Quinta Avenida de Nueva York. «El másextraterritorializado de nuestros caricaturistas», como lo llamó entoncessu colega y amigo Armando Maribona, se dio con más urgencia a sutrabajo profesional, quizás, para compensar el vacío que le dejara en talsentido Social.A un año y meses del cierre definitivo de la revista, había sido nombradoDelegado de Arte y Propaganda del Pabellón Cubano en la FeriaMundial de Nueva York. En esta función acometerá la pintura de unpanel que cubría dos paredes de uno de los salones principales del Pabellón.En él representará a una rumbera que baila al son del cuartetointegrado por el presidente Franklin D. Roosevelt, el alcalde de NuevaYork, Fiorello La Guardia, el gobernador Lehman y el presidente de laferia, Grover Whalen. Del otro lado de la gran mesa o tablado, que bienrecuerda la de «Sobremesa sabática», tanto por sus dimensiones comopor el ángulo desde el cual se representa, están caricaturizadas algunasde las personalidades de la política y la cultura del momento, como el emperadoretíope Haile Selassie (cuyo país había sido invadido por el ejércitode Mussolini), Charles Chaplin, Bernard Shaw, el Duque de Windsor(quien abdicara al trono inglés), Goering (mariscal del aire de la Alemanianazi), Mussolini,Víctor Manuel (rey de Italia) y Mahatma Ghandi(líder del movimiento independentista de la India), entre otros. La lecturadel mensaje massageriano es obvia: Cuba (la rumbera) baila al son quele tocan los políticos estadounidenses, mientras el mundo la contempla.El contexto, el cubano y el mundial, por otra parte, potencian el significa-Massaguer.pmd 22826/10/2010, 16:52

do del mensaje. Massaguer hace de nuevo gala de su dominio del dibujo,en tanto factor de aprehensión del rasgo psicológico esencial de cadauno de los caricaturizados; pero, sobre todo, de su comprensión del hechopolítico que propone como asunto, dado por una doble relación, laque establecen los personajes entre sí y la de estos con el entorno generalde la representación, sin pasar por alto particularidades tales comopostura, estatura, ubicación, etcétera. Por ejemplo, del rey italiano VíctorManuel, destaca su pequeña estatura; pero, además, su ubicación al ladode Benito Mussolini, que le saca toda la cabeza, y la de este con respectoa la del corpulento Goering, que aplaude a sus espaldas, es bien representativade la nueva situación política de Italia y de sus relaciones con laAlemania nazi.«En Cuba, la movilización de las masas, que se produjo a través delmitin Pro República Española en el Estadio Tropical, y de los celebradosen homenaje al México de Lázaro Cárdenas y el 1º de Mayo, presionóal gobierno, algunos de cuyos componentes consideraron oportunoabandonar las posiciones más reaccionarias, ya que todos los factores enjuego señalaban el reinicio de una crisis revolucionaria. En lo internacional,el gobierno norteamericano de Roosevelt iniciaba una política deoposición a las posiciones fascistas, en la misma medida que estas sehacían más amenazadoras, determinando un cambio de actitud, en generalmás aparente que real, en ciertos grupos dominantes de la economíay la política cubana». 39 No es casual, pues, que el presidente de turno enla Casa Dorada, Federico Laredo Brú, mandara a tapar la pintura conlechada blanca días después, luego de darle crédito al «comentario» deun periodista, que le dijo que el pueblo norteamericano se sentía ofendidopor dicho mural.En defensa de Massaguer salieron el alcalde de Nueva York, La Guardia,y el crítico Henry L. Mencken. Tampoco le valió que el New York Timesle dedicara un artículo de cinco columnas en su segunda página. El periodistadelator, según Massaguer, «desde entonces ocupó puestos importantesen gobiernos que vinieron después». Pero con tal incidente noterminaron sus desgracias. Sin previo aviso fue sustituido como Delegadode Arte y Propaganda del pabellón cubano.Y lo peor de todo, el gobiernono le pagó los dos meses que le debía, quedando en grave situación39Julio Le Riverend:La República. EditorialCiencias Sociales,La Habana, 1973,pp. 314-315.229Massaguer.pmd 22926/10/2010, 16:52

40Archivo Nacional de Cuba.Fondo 106 Conrado W.Massaguer. Expediente 2,legajo 1.41Entrevista realizada a NataliaRevueltas, por el autordel presente texto.42Carta de ConchitaMassaguer al autordel presente texto, fechadaen Madrid, 31 de enerodel 2002.230económica en Nueva York. Por intermedio de Carlos Garate, primo de LaredoBrú, le hace llegar a este una carta fechada el 8 de julio de 1939, en la quele pide le abone los dos meses de sueldo para regresar a Cuba, «dondehallaré mi estudio cerrado, mi clientela dispersa, pero donde tengo mi pobremujer e hijos esperándome». Y concluye: «Cuba no me debe negar lo queotros países me han dado algunas veces con desinteresada generosidad». 40La respuesta no se hará esperar. Esta le llega, nada más y nada menos, delrecién nombrado Secretario de Agricultura, Amadeo López Castro, quienen carta del 15 de agosto de ese año, le dice que su Secretaría tenía undéficit mayor de cien mil pesos. Con tales truenos no durmió muy biennuestro biografiado los días que aún estuvo en Nueva York; pero recursosy amistades nunca le faltaron, y aunque no conocemos testimonio algunoque explique cómo solucionó la situación, regresó... A poco de estar enCuba, hizo de nuevo las maletas... Esta vez, solicitado por el New York Timespara que participara en el juicio del gangster Jimmy Hines, ya que nose permitían fotógrafos y los testigos pasaban muy seguido, y no había enla ciudad de los rascacielos otro dibujante más rápido y certero que él.En 1940, Massaguer abandona Nueva York, dejando secciones fijas,como la página teatral del New York Times, magazines y casas de publicidad,para establecerse definitivamente en La Habana. En su autobiografíaaduce razones de «índole doméstica», entre las que cabe inferirlas propias de su esposa, poco dada a los viajes y mucho menos a permanecerlargas estadías fuera de la Isla. Pero, exceptuando este rasgode la Menocal, que no se avenía con la visión de su esposo, para quien elmundo era ancho y nada ajeno, ella y sus hijas lo fueron todo para él.«Conrado y Elena eran personas distintas y muy iguales en sus valores yrelaciones humanas –comenta una amiga de la familia–. Sus hijas, Conchitay María Elena, fueron sensibilidades cultivadas por la bondad de ambos».41 Conchita, por su parte, recuerda a su padre, ya paralítico, conuna tabla sobre las piernas, entre sus dos nietos, los que, embelesados,seguían el dibujo de la narración que les hacía de un cuento de Kipling. 42Otro testimonio de lo que para Massaguer significó la familia, se encuentraen el artículo de Clara Porset «El doble interés de una “nursery”modelo» (Social, julio, 1930), donde la autora pone como ejemplo dediseño original e integral el concebido por nuestro caricaturista para elMassaguer.pmd 23026/10/2010, 16:52

cuarto de las hijas. Entre los objetos diseñados por Massaguer, sobresaleun sillón de niño, cuyos brazos lo forman la silueta sedente de lamadre y el padre: antecedente del objeto-escultura en el ámbito plásticovernáculo.La Segunda Guerra Mundial, como era de esperarse, capitalizó toda lainformación y los esfuerzos editoriales. Al igual que en anteriores comienzos,Massaguer tratará de empezar con la publicación de una nuevarevista o, más bien, con el intento de revivir Social. Pero no resultó–según su criterio– por existir entonces una muy inferior que se habíaapropiado del otrora prestigioso título. A decir verdad, de haber sidootra la causa, tampoco habría resultado. También Eduardo Abela intentaríarevivir su emblemático personaje con la publicación humorísticaSemanario El Bobo, sin éxito alguno. Ambos olvidaron que sus mayoreslogros en la caricatura y la edición correspondían a un tiempo y ámbitocomunicativo ya idos y, en consecuencia, imposibles de restaurar.Massaguer, empero, no se da por vencido; aspira a lanzar una revista quetitulará Desfile... Pero, para lo único que estaba la época era para desfilesmilitares.Mejor fortuna –como siempre– tendrá con la caricatura, en la que tododependía de él y de un lápiz. Y en esta ocasión, tampoco le faltó. Cuandosu carrera parecía declinar, concibe, en plena guerra, otra de susobras maestras: el «Doble nueve» (1943). En ella Massaguer conjugará,sin fisura alguna en lo formal y conceptual, la caricatura personal, la degrupo, la ilustración satírica de corte político y un asunto o juego tancubano como universal, que ya había tratado con anterioridad con verdaderoacierto: el dominó, para alcanzar uno de los momentos más notablesde este arte en dicho período bélico. Esta parodia visual culminauna evolución que venía desde «Sobremesa sabática» y llega hasta «Dominóguajiro», pasando por las caricaturas que con anterioridad le habíahecho a las personalidades políticas que asume en el «Doble nueve», asaber, Roosevelt, Hitler, Mussolini, Stalin e Hiroito.Las dos primeras obras antes citadas parten de la experiencia personaldel artista, y su valor como asunto no va más allá del ámbito nacional;por el contrario, en el «Doble nueve», parte de la interpretación de unarealidad política en extremo dramática y decisiva para todo el género231Massaguer.pmd 23126/10/2010, 16:52

232humano. La actualidad y trascendencia del asunto, y su plasmación comoobra de arte, implicaba un reto que muy pocos se sentían motivadosa aceptar. El distanciamiento histórico era nulo. No obstante, la soluciónfue genial: Massaguer sienta ante una mesa de dominó a los líderes delenfrentamiento bélico mundial, y optimiza el mensaje con un códigoigualmente universal, cuando homologa el resultado final del juego con elde una guerra que todavía no estaba decidida para ninguno de los bandosen conflicto. Las parejas: Roosevelt con Churchill (sapea Stalin), yMussolini con Hitler (sapea Hiroito). El juego está cerrado a nueve porlas dos cabezas; Mussolini tiene fichas muy altas, también Roosevelt. Encuanto a las fichas puestas sobre la mesa y las que tienen ambos contrincantes,Hitler tiene las más bajas; pero antes le toca jugar a Churchill,que le queda una sola: el doble nueve, con la cual «se pega» por las doscabezas... y gana.El «Doble nueve» contribuyó como ninguna otra caricatura a la causade los Aliados, por lo que resultó la más famosa de la Segunda Guerra Mundial,según encuesta realizada por la Casa Brentano de París y NuevaYork. Entre las obras de un alto nivel estético que descollaron en la interpretacióndel asunto bélico durante la comentada contienda, ella fuetan emblemática para la caricatura, como para la fotografía, por ejemplo,la foto tomada en la cima del monte Suribachi, en Iwo Jima (1945).El «Doble nueve» se reprodujo como litografía; se estima que la tiradaalcanzó las doscientas copias. Para financiar la impresión, Massaguervendió cada grabado a cinco pesos. Un número pequeño de grabados sedistribuyó gratis entre personalidades de la época. Queda constancia escritaen sus papeles, que por este concepto recibieron el «Doble nueve»el presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt; el primerministro de Inglaterra, Sir Wiston Churchill, y los miembros de la Oficinade Asuntos Inter-Americanos, Nelson Rockefeller, Wallace H. Harrisony Francis Jameson. Otras caricaturas de interés de este período, fueronla de Charles De Gaulle, la que donó al comité central habanero delMovimiento Francia Libre, sita entonces en Manzana de Gómez 317, yla de Adolfo Hitler, aparecida en la revista Cookery Book (1941), en laque el líder nazi, con cuerpo de pato, aparece desplumado dentro deuna cazuela, mientras Wiston Churchill funge de chef de cocina.Massaguer.pmd 23226/10/2010, 16:52

Con el «Doble nueve», Massaguer corona una trayectoria profesionalque, por la fecha, ya tenía treinta y seis años de haberse iniciado, cuando,con sólo dieciocho cumplidos, se estrenó en Mérida, Yucatán. Estono quiere decir, ni mucho menos, que Massaguer «colgara el lápiz». Porel contrario, siguió blandiendo su arte durante las dos décadas siguientes.El mismo año del «Doble nueve» inaugura su segunda exposición decaricaturas en madera, la que expuso en el Teatro Auditorium y luego enlas vidrieras de Los Precios Fijos. Y concluyó el panel costumbrista delHabana Yacht Club. Lo que vendrá después, será un pálido reflejo de lorealizado hasta entonces.Con todo, aún hace un último intento editorial. Terminada la guerra ylos desfiles militares, y a recaudo de una relativa mejoría económica delpaís debido al alza del precio del azúcar, en noviembre de 1948 consiguepublicar el primer número de la revista Desfile, hecha toda enfotolitografía en el taller F. G. Offset, en La Habana. De periodicidadmensual, Desfile será un eco lejano, cuando no lastimero, de Social.Además, de poco le sirvió su renovado ímpetu editorial y la situacióneconómica de la Isla; los escasos recursos con que contaba para suempresa, lo obligaron a abandonarla en agosto de 1949. Habían transcurridodiez meses desde su aparición, y sólo se habían editado sietenúmeros; los correspondientes a marzo, mayo y julio, asumieron dosnúmeros por mes, con lo cual justificó Massaguer la ausencia del mensuarioen febrero, abril y junio de 1949. 43 Su buen sentido para los negocios,esta vez, se vio desorientado por la nostalgia. «Por un sentimentalismomuy disculpable» escribe en «De mi para ti» , le dio a su nueva columnael mismo título que tuviera en Social. Y por más que exhortó desde ellaa los viejos colaboradores de Social para que escribieran en Desfile,sólo unos pocos lo hicieron.No obstante, a veces, ciertos destellos de viejos resplandores son deobservarse en alguna que otra página de un número determinado. Elloes lo que ocurre, justamente, en las secciones «Página 13» y «Arte modernocubano» correspondientes al número de marzo de 1949. En la primera,se informa del exitoso periplo realizado por «la ilustre bailarina AliciaAlonso», por Europa y Estados Unidos con el Ballet Theatre, la fundaciónde su propia compañía de ballet, el «clamoroso triunfo» en Ciudad43En su autobiografía,Massaguer da 1947 como elaño del inicio de Desfile. Y unaspáginas después, 1940. Enambos años precisa que larevista duró seis meses. Sinembargo, el testimonioirrebatible de los propiosnúmeros consultados,confirman lo escrito en estapágina sobre el particular. Estano es la única inexactitud quehemos corroborado en suautobiografía, cuyas páginasfinales fueron escritas concierta precipitación y dememoria.233Massaguer.pmd 23326/10/2010, 16:52

234México y haber recibido la Orden Carlos Manuel de Céspedes. Tambiénse hace mención de la exposición realizada por el joven pintor LuisMartínez Pedro en la Galería Perls de Nueva York, así como de otromás afamado, Wifredo Lam, de vuelta en La Habana «para pasar unagrata temporada entre familiares y amigos». A ambos artistas se les dedicarála página correspondiente a la segunda sección, ilustrada condos obras representativas de sus respectivos estilos pictóricos.Si bien en esta ocasión su nueva revista adoleció de los colaboradoresde talla continental de que sí hizo derroche su «inolvidable Social», él,Massaguer, siguió siendo el mismo en cuanto a levantar la baja autoestimade la población con el destaque de cualquier hecho sobresalienteprotagonizado por un cubano o señalar algo mal hecho que iba contra laimagen del país. En el primero de los casos, puede citarse el ya comentadoseguimiento que le dio a la entonces novel figura del ballet cubano, AliciaAlonso. Desde el número inicial, el de noviembre de 1948, el orgullonacional de Massaguer se trasluce en el siguiente pie de foto: «Iniciamosnuestra página de ballet, rindiéndole homenaje a la más grande bailarinaque ha producido la América Hispana (...). Su éxito indiscutible en elBallet Theatre de Nueva York junto a estrellas como su tocaya la Markova,nos hace predecir, sin titubeos, que nuestra Alicia va derecho hacia elmás alto sitial del firmamento que preside Terpsícore». En el siguientenúmero, el de diciembre, le dedica otra página con el título «Se nos vaAlicia...». Otro tanto sucederá en los correspondientes a marzo ya comentado,mayo y agosto; de los siete números que salieron de Desfile,cuatro le rindieron tributo a Alicia Alonso en los albores mismos de suejemplar carrera danzaria. Con intención parecida se perfila su breve peroentusiasta comentario sobre un nuevo valor de la gráfica de comunicaciónde los cuarenta, José Luis Pintos, a quien le dio la oportunidad dediseñar la portada de Desfile correspondiente a mayo. Mientras que, de susjuicios críticos en la citada columna, destaca el de la mala educación reinanteentre los empleados del transporte urbano y otros ramos del comerciollamados a darle servicio a la población y al turismo. Con igualpreocupación por la imagen y cultura del país, se presenta su valoraciónpositiva de los carnavales de 1949 (Desfile, mayo), aunque no deja decriticar ciertas manifestaciones de mal gusto, rayanas en el populismo, yMassaguer.pmd 23426/10/2010, 16:52

finalizar pidiendo para tales celebraciones festivas «más cubanismo, ymenos importaciones».El cierre de Desfile, y su salida ese mismo año del periódico Información–en el que había ingresado como caricaturista en 1945–, para volvera trabajar en El Mundo con el cual venía colaborando desde 1936,harán la diferencia entre el que había sido y el que era; ya no es el propietariode una empresa apta para darle a su desempeño profesional lamayor autonomía económica y comunicativa posibles. El regreso al diarioEl Mundo debió tener una doble significación para él: primero, afectiva,«cuarenta años justos desde que Víctor Muñoz me llevó a trabajar conél»; luego, existencial: el ciclo se cerraba. Eso sí, siguió trabajando como elprimer día, exponiendo en galerías prestigiosas como la del Lyceum deLa Habana, mientras cumplimentaba sus obligaciones en el citado periódicocon las «Massaguericaturas», «Massaguerías» y «En esta Habananuestra», donde alternaba con su alter-ego «Don Gual». En esta últimasección desgranaba su veta de escritor costumbrista, ocasión propiciapara recordar el pasado o, más bien, «los deliciosos y fugaces díasde la juventud». Además, colaboraba con los periódicos El Tiempo yEl País.Tampoco le faltó la estima y la admiración de los ámbitos más connotadosde la gráfica de comunicación de finales de la primera mitad desiglo. Los reconocimientos con los que fue honrado durante estos añospor instituciones profesionales y culturales a escala regional, nacional einternacional, corroboran lo antes dicho. Valga señalar, entre los más sobresalientesen el ámbito nacional, la Orden Carlos Manuel de Céspedes(grado de Caballero: la más alta distinción otorgada por la República),Orden Nacional de la Cruz Roja (grado de Comendador), Medalla dePlata de la Bandera, Orden Carlos J. Finlay (grado de Caballero) yMedalla de Oro de la ciudad de Cárdenas; y entre los de rango internacional,la Orden Mark Twain, Socio de Honor del Rotary Club deManhattan, del Coffee House Club de Nueva York y de la UNESCO.En 1949 es invitado a pertenecer al P.E.N. Club de Cuba. Mientras queen el Raleigh Room del Hotel Warwick de Nueva York, su nombre erainscrito entre los más famosos gráficos neoyorkinos de las últimas décadas.235Massaguer.pmd 23526/10/2010, 16:52

44Conrado W. Massaguer:«Nuestro Mayor y el Turismo»,en Social, abril, 1931, p. 36.45Alejo Carpentier: «Fantasíade Walt Disney, la películaque no podrá verseen La Habana», en Crónicasdel regreso, Editorial LetrasCubanas, La Habana, 2002, p. 88.46Ibídem.236Este prestigio, ganado durante decenios, le permitió a fines de loscuarenta reinsertarse en una línea de trabajo que bien había aventuradoaños atrás, el turismo. Sobre esta industria escribió: «Se ha dichoya que nuestras temporadas turísticas, sobre todo la invernal, podríaser nuestra segunda zafra, pensando optimistamente en nuestra pobreazúcar. Ya casi se piensa en que el turismo, bien atendido, pueda ser laprimera zafra, y quitarle el cetro al producto de nuestra caña». 44 Este comentariodurante la mayor crisis económica del capitalismo, no dejaríade tener validez dieciocho años después, aun cuando la relativa mejoríaeconómica del país hiciera pensar a algunos que Massaguer estabaerrado.Buen fumador de habano y mejor relacionista público, no le fue difícilobtener en 1951 el nombramiento de Delegado de la Comisión Pro Defensay Propaganda del Tabaco Habano en Hollywood. Sin embargo,no todo fue a pedir de boca; el presupuesto existente no era suficientepara costear su viaje a la Meca del cine, por lo que tuvo que apelar a lasfirmas tabaqueras cubanas Larrañaga, Upmann, Partagás y La Corona,no sólo para que lo proveyeran de puros, sino también para que le pagaranel pasaje. Los tiempos habían cambiado para mal. Finalmente, leprometieron cinco mil dólares, de los cuales sólo se le llegó a dar lamitad, teniendo él que poner la otra. En Hollywood se relacionó configuras de la talla de los hermanos Warner, el dibujante Walt Disney y elactor César Romero. Con Disney visitó los talleres que el gran diseñadorde historietas tenía en California. De este estudio diría Alejo Carpentier:«es el único en el mundo en que el cine se realiza sin actores». 45 Y desu genial y único actor, Walt Disney: «Nuestra época necesitaba la presenciade un hombre que concibiera el cine como podría concebirlo un granpoeta». 46 Massaguer invitó a Disney a visitar Cuba y realizar un filme a lamanera de los que había hecho en Argentina, Brasil y México. Disney nocumpliría su promesa. Con César Romero ya había hecho amistad en1946, durante su visita a La Habana. Cabe inferir que en esta relacióninfluyera –y mucho– su estancia cuando joven en la casa de huéspedesde Carmen Miyares de Mantilla, abuela, por parte de madre, de esteafamado actor de los cuarenta.En este contexto nada tuvo entonces de casual que, con la creación delInstituto Cubano de Turismo en 1952, su vicepresidente, amigo y cole-Massaguer.pmd 23626/10/2010, 16:52

ga, Armando Maribona, lo invitara a ocupar el cargo de Director dePublicidad y de Relaciones Públicas. Su interés por el turismo era tal,que no dudó en aceptarlo. Parecía que su otro sueño de juventud ahorapudiera hacerse realidad. La tragedia de Fausto se enseñoreó así delúltimo acto de su vida, sin el menor esfuerzo, mediante el acariciadosueño profesional de toda una existencia.En el desempeño de sus funciones hizo las más variadas labores: realizócaricaturas para el programa Su hobby de la televisión cubana (Canal 4,Unión Radio Televisión), con motivo de cumplirse veinte años de su dibujode Charlot para los primeros controles remotos televisivos realizadosen los Estados Unidos; recibió a personalidades internacionales tandisímiles como el actor y cantante Bing Crosby y el golfista Jack Cendoya;fue invitado a la cubierta del trasatlántico italiano Andrea Doria, surto enla rada habanera, con motivo de la inauguración de la línea naviera entreeste puerto y el de Génova... 47 Y caricaturizó a Ernest Hemingway a lamanera del dios Neptuno, saliendo del mar coronado, con un tridente enla mano izquierda y un vaso con whisky en la derecha.Como otro claro signo de los malos tiempos que corrían para él y parael país, fue este encuentro. Luego de cincuenta años caricaturizando alas grandes personalidades de la política, el arte y la literatura de su tiempo,el afamado novelista le hizo la fea. «Parecía imposible –escribe ese otrogrande de la caricatura cubana, Juan David– que tan incruenta manerade caricaturizar a la gente pudiese acarrear dificultades a su autor, perolos perfumados óleos con que el hombre adereza su egolatría nublan amenudo las mentes más lúcidas. Nuestro caricaturista estuvo a punto deque alterasen su sonreído empaque los puños de Ernest Hemingway,enajenado, un poco por el alcohol, un mucho por el encuentro inesperadoque acababa de tener consigo mismo en el espejo revelador de unacaricatura hecha por nuestro artista». 48Como en épocas pasadas, al edificio 910 de la calle 11, entre 6 y 8, enla barriada habanera de El Vedado, no fueron pocas las solicitudes quellegaron por escrito o a título personal, para que el nuevo funcionariovalorara un proyecto publicitario, propusiera algún que otro nuevo poetaa algún que otro editor de su amistad o intercediera ante figuras del gobiernopor un puesto de trabajo. Pero de actuar de otra forma, no habría47Poco después, el AndreaDoria colisionó con el carguerosueco Estocolmo cerca de lacosta atlántica de los EstadosUnidos; considerado uno de losdesastres navieros másimportantes del pasado siglo,sólo segundo del Titanic.Archivo Nacional de Cuba.Fondo 106 Conrado W.Massaguer. Expediente 10,legajo 1.48Juan David: La caricatura:tiempos y hombres.Ob. cit., p. 118.237Massaguer.pmd 23726/10/2010, 16:52

49Suelto fechado en LaCoronela, de abril de 1959,que firma Jorge Quintana,con motivo de la publicacióndel libro de caricatura ¿Voybien Camilo? Primero de enerode 1959, Estudio Massaguer,La Habana.Archivo Nacional de Cuba.Fondo 106 Conrado W.Massaguer. Expediente 13,legajo 1.50Rafael Soto Paz. «La prensacubana de 1902 a 1952»,en El Libro de Cuba, 1954, p. 681.238sido Massaguer. Y aunque «por la verdad todos los lutos», como escribierael poeta salvadoreño Roque Dalton, es justo recordar que su aceptaciónal citado puesto no desentonaba del todo con la época, si recordamosque algunas figuras señeras de nuestra cultura usaron tal estrategia engobiernos anteriores e incluso en el de Batista, para, desde sus respectivoscargos gubernamentales, contribuir a mejorar la situación educacional, social,económica y hasta política del país, tal y como les correspondía a tenorcon lo que les dictaba sus conciencias y obligaciones partidistas.Massaguer aceptó con conocimiento de causa, en consonancia con sutrayectoria profesional y su identificación con un viejo proyecto que buscabahacer del turismo la primera industria del país, y de Cuba uno de losprincipales destinos turísticos. Nada quería del gobierno... Nada que no fuerael derecho a encaminar su trabajo en el citado proyecto. Maribona fueconsciente de ello cuando le ofreció el cargo. También quien escribió estaspalabras: «no aduló, ni se rebajó, ni suplicó. No se fue al exilio porquelos años no le habían caído en vano, pero no silenció su protesta, su críticaal régimen dictatorial, su repudio por tanta chabacanería en el poderpolítico del Estado cubano». 49 En 1952 el camino que tomaría la revoluciónsocial aún estaba por definirse. Como en los años mozos, porentonces, no se dio tregua. Parecía hacer suyo el aserto de Medardo Vitier,para quien la fundación nunca fue una cosa concluida, sino más bienuna permanente renovación. Pero, como es notorio, la evolución de losacontecimientos distanciaría a Cuba del ansiado proyecto por variosdecenios. Massaguer nada sacó de su nueva condición, salvo los compromisoscontraídos, la mala voluntad de los que se sintieron amenazadospor su crítica y la decepción de ver de nuevo malograrse su máscaro sueño. A este negativo saldo se sumó su precaria situación económica,tal y como se constata en el escrito de Rafael Soto Paz para el ambiciosoproyecto que significó entonces la reedición de El Libro de Cuba:«El notable caricaturista Massaguer, gran innovador de la prensa cubana,no cuenta hoy con una sola de sus grandes publicaciones. Más artistaque hombre de empresa, pugna hoy por vivir en un medio duro como laroca». 50En 1955 una muestra de su obra se incluyó en la Sala Torriente (decaricatura) del Palacio de Bellas Artes de La Habana. Y en 1957 fueMassaguer.pmd 23826/10/2010, 16:52

invitado a ocupar un turno en el ciclo de conferencias que desarrolló laUniversidad de La Habana relacionado con las sociedades cubanas. Lasuya versó sobre el Ateneo de La Habana, decana de las institucionesculturales republicanas, donde se diera a conocer como uno de los másnotables caricaturistas a inicios de siglo. Entre las personalidades queescoltaron al dibujante-conferencista en esa jornada académica, se encontrabanel rector Clemente Inclán, Elías Entralgo, José María Chacóny Calvo, Salvador Massip y Gustavo Du’Bouchet.En julio de 1957, a sugerencia del Comité del Cincuentenario Massagueriano,empezó a escribir su autobiografía, la que concluyó y publicó enmarzo del siguiente año. Las últimas líneas del texto hablan por sí solas: «Ysi el Destino me ve con buenos ojos, escribiré un epílogo (o lo escribiráotro) de lo que me ocurra después de estos días tormentosos de 1958,que prefiero no calificar». Ni lo uno ni lo otro. Ni el destino lo vio con buenosojos, ni llegó a escribir epílogo alguno. Cuarenta y seis años más tarde,lo escribiría otro, tal y como él lo presintió.239Massaguer.pmd 23926/10/2010, 16:52

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Recordar y recapitular es vocación de todo siglo que comienza. Coneste pretexto asumí la figura de Conrado W. Massaguer para completarlo que bien podría llamar, no sin cierta nostalgia, trilogía de la gráficacubana, y que tiene en De Gutemberg a Landaluze (1990) y La imagenconstante (2000) sus otras dos obras: la primera relacionada con losálbumes gráficos del período colonial; la segunda, con la cartelística delperíodo revolucionario.Sin embargo, concluir el presente ensayo entre biográfico y estéticocomunicativosin un epílogo, sería faltarle a la memoria del biografiado,dejar trunca la presente obra. Y más, cuando tantos acontecimientostrascendentales han sucedido en nuestra historia desde la aparición de suautobiografía en 1958 hasta la fecha. No tengo, pues, otra alternativa,que escribirlo por él. Para empezar, apelo a mi memoria… a mis años deestudiante universitario, a una profesora cuyo nombre me reservo, y a unafrase que dejó caer en el grupo, sin que se le moviera un solo músculodel rostro: «El Capitolio Nacional deberían dinamitarlo».Corrían los 70. Se empezaba a hablar de la posible restauración de lacúpula del edificio símbolo de la República. Para desgracia de Massaguery, sobre todo, del alumnado de aquel curso, en esta y otras clases siemprese obvió soberanamente su protagonismo gráfico y editorial. Igualsuerte corrieron Jaime Valls y Enrique García Cabrera, por sólo mencionara otros dos «notables» desconocidos de buena parte de las nuevas generaciones.Los programas de las escuelas de arte y de diseño tampococontemplaron tales contenidos. Massaguer y compañía, más que en elinfierno, estaban en el limbo. Este gran vacío era llenado con RafaelBlanco y Eduardo Abela, grandes entre los grandes de la caricatura cubanade vanguardia, pero no los únicos. El protagonismo de los referidosartistas, no podía resumir una etapa de la cultura visual vernácula tanvariada, pródiga y significativa, sin faltarle a la real comprensión de lamisma y al boom de la gráfica de comunicación que sobrevendría con eltriunfo revolucionario de enero de 1959. Otro tanto sucedería con Socialen relación con la Revista de Avance. Aquí también se obvió quetodo lo que de puesta al día había tenido esta acción editorial de la vanguardiadel 27, bien de manera embrionaria o ya formada estaba expresadaen Social desde 1923.Epílogo241Massaguer.pmd 24126/10/2010, 16:52

1Juan David. La caricatura:tiempos y hombres.Ob. cit., p. 109.2Ibídem.242Abela será el Bobo desde mediados de 1929 a 1934, que inicia su carreracomo diplomático en Italia. Blanco, el precursor, «comparte la desazónpopular y ataca sin tregua y certeramente el caótico y subdesarrolladomundo que habita». 1 Sin embargo, «pareciera que tan fiera y ampliamirada, concentrada en abarcar tanta e inmediata circunstancia delquehacer nacional, no alcanzó a visualizar el fenómeno imperialista. Norecordamos sátira alguna que denuncie u hostilice ese evidente promotorde las desgracias cubanas. ¿Es que Blanco pensaba que los cubanos,pecadores impenitentes, eran los únicos culpables de ellas?» 2Muchos cubanos entonces pensaban así. Massaguer, curiosamente, no.Siempre creyó en la capacidad del cubano para aventurarse por sí mismoa través del conflicto entre modernización y tradición –arista central dela vida nacional por esos años–, e imponerse en los nuevos campos del sabery el hacer que empezaban a perfilarse con el nacimiento de la nación. Todasu trayectoria profesional es una perpetua confirmación de esta certeza.Sus triunfos personales lo hará un creyente de la democracia, en un momentoen que esta capitalizaba el discurso del «progreso», del que era enel continente americano y en el mundo su principal propagador y ejemplola nación norteamericana. Sin olvidar sus ancestros catalanes, cuyo legadorebelde y demócrata, en oposición a la otra España, en algo debióde contribuir a no hacerlo –ni por asomo– un defensor de lo que todavía deColonia quedaba en la naciente República. Excepcional triunfador en unaRepública excepcionalmente perdedora, vio a sus compatriotas a travésde sí. De ahí su optimismo, entre fanático e ingenuo, tan consustancial atodo creyente como supuestamente ajeno a su condición de caricaturista,empresario y comunicador.Blanco se limitó a realizar su obra. Massaguer no sólo la realizó, sinoque a través de ella divulgó los valores de la nueva ola caricatural –Blancoincluido– por los más variados medios de comunicación visual, algunosde los cuales –entre los mejores de su tiempo– contribuyó a gestar.Además, creó el primer Salón de Humoristas de Cuba y América, yparticipó en la fundación de la Asociación de Pintores y Escultores. Aménde todo lo que en este texto se recoge con respecto a revistas, exposicionesy novedades técnicas y expresivas relativas a la gráfica de comunicación.La grandeza de Massaguer está en su optimismo; la de Blanco,Massaguer.pmd 24226/10/2010, 16:52

en su escepticismo. Después de la frustrada revolución del treinta, cuandose encontraba en su mejor momento, inesperadamente, Blanco se retirade todo y se acoge a una plaza de inspector de dibujo en las escuelasprimarias del Estado. «Más tarde dejará entrever que un íntimo rechazoal diario bregar periodístico y un cierto temor a ser preterido, marginadopor la presencia de nuevos jóvenes caricaturistas –surgidos de la luchaantimachadista–, lo decidieron a preferir el oscuro prestigio que podíaderivarse de un cargo burocrático, a la gloria cotidiana que le ofrecía laprensa». 3Massaguer, por el contrario, nunca temió de los jóvenes. Escritores ypoetas, entre los más importantes de la literatura cubana del pasado siglo,aún noveles, se dieron a conocer en el ámbito nacional e internacionalgracias a la acogida que le brindaron sus dos revistas emblemáticas,Social y Carteles. Otro tanto ocurrió con los ilustradores y caricaturistas.Firmó el conocido Manifiesto del Minorismo, movimiento del cual fuefundador, y no dudó en acompañar a los más jóvenes hasta la casa deEnrique José Varona, con el propósito de defender la integridad física ymoral del ya anciano filósofo ante la posibilidad de una agresión porparte de los esbirros de Machado. Cuando oyó a sus espaldas que lotildaban de demodé, se fue a conquistar París, donde expuso las caricaturasde algunas de las grandes celebridades de la política, el arte y laliteratura de la época, que luego le darían merecida fama. Su arte nuncalo desligó de los medios de comunicación ni de la vida pública, a lacual se entregó con sus ideas y medios, en apoyo a las causas más noblesde la historia del republicanismo cubano.De no haberse involucrado en la lucha contra la dictadura machadistay verse obligado a tomar el camino del exilio, habría podido vivir el restode su vida de los ingresos de Social y de la gloria internacional que lepropició esta revista y sus caricaturas; pero él no estaba hecho paradormirse en los laureles, ni siquiera en los del Prado. Desengañado dela política –como tantos otros, incluido Blanco– y ya sin la holgura económicade otros tiempos, no dejó de crear. Una de las grandes obras dela caricatura cubana y universal del pasado siglo, el «Doble nueve», laconcibió cuando casi todos sus contemporáneos en el arte de la caricaturaestaban ya fuera de la vida profesional activa. Tampoco dejó de3Juan David. La caricatura:tiempos y hombres.Ob. cit., p. 110.243Massaguer.pmd 24326/10/2010, 16:52

4Juan David. La caricatura:tiempos y hombres.Ob. cit., p. 120.244fundar revistas –aunque a falta ya de un capital propio no duraran mucho–,hacer exposiciones y trazar planes para el desarrollo turístico delpaís. Gestión esta última que fue su mayor preocupación ciudadana a lolargo de tres décadas, aun cuando quedara inconclusa más de una vezpor coyunturas económicas y políticas ajenas a su voluntad. ¡Ah! Encuanto al Capitolio... El desfase de su impostado neoclásico e ingentefábrica, por muchos detractores que tuvo, fue, es y será, como la obrade Massaguer, un orgullo para todos los cubanos.Entre lo mejor de la obra de Massaguer y la de Blanco, sin embargo, hayun punto en común: ambas rebasan toda visión regional y folclorista muysocorridas entonces, para insertarse en una dimensión de lo nacional detrascendencia universal, objetivo raigal de la vanguardia latinoamericanade la época. Blanco no llegó a ver el triunfo de enero de 1959; murió enLa Habana, en 1956. Massaguer, sí. Blanco fue un maestro sin discípulos.Massaguer influyó en casi todos los artistas plásticos y gráficos de su tiempo.«Todos nosotros –solía decir el pintor René Portocarrero– debemosalgo a Massaguer. Se refería a pintores, escritores y caricaturistas. Y estabadiciendo la verdad», precisa Juan David. 4 La obra de Blanco, con sercomo era una permanente y cáustica crítica a los males que aquejaban a lanaciente República, expresada con un lenguaje visual novedoso, no tuvoseguidores entre los demás artistas. Sin embargo, esta cualidad de excepción,en tanto expresión gráfica de las causales sociales que harían inminenteel desenlace socialista de la Revolución cubana, es la que a partir desu triunfo lleve a la crítica a mostrar particular entusiasmo por la obrade Blanco.En tanto, la obra de Massaguer se minimizaba hasta ignorarse, al menos,hasta 1989, como se verá más adelante. En noviembre de 1970, enel número de Bohemia dedicado a la revolución de Octubre, Juan Davidpublicará un extenso artículo titulado «Sonrisa y espíritu de la caricatura»,con motivo del primer lustro de su desaparición física. Y ocho añosmás tarde, un reducido grupo de amigos y periodistas se darían cita en laUNEAC para rendirle homenaje. Entre los allí presentes estaban –unavez más– Juan David, Julio Girona, Guillermo Menéndez, Rita Longa yJosé Veigas. Salvo el placer que siempre deja el ser agradecido, fue comofumar en la oscuridad. La consigna lanzada por el máximo líder de laMassaguer.pmd 24426/10/2010, 16:52

Revolución: «a partir de ahora todos somos revolucionarios», no obrópara él de la forma que lo hizo para la mayoría de los cubanos que sequedaron. En 1964 muere su amigo, Emilio Roig de Leuchsenring. Esemismo año, Juan David es nombrado Consejero Cultural de la Embajadade Cuba en París. Antes de partir, se despide de Massaguer. Y cuentaDavid, que ya enfermo, aún soñaba con volver a publicar Social. ¡Increíble!Al año siguiente fallece Eduardo Abela, no sin antes haber recibidoel reconocimiento de una importante retrospectiva. También en 1965se celebró el ochenta aniversario del nacimiento de Rafael Blanco Estera,con una exposición en la Galería de La Habana. Dos meses antes, el18 de octubre, Massaguer había muerto. Una nota en El Mundo, periódicodonde comenzó y concluyó su brillante carrera como caricaturista,informaba la dolorosa pérdida. 5El optimismo de Massaguer fue genuino. A diferencia del de otros artistase intelectuales, que lo eran desde el futuro, el suyo lo fue desde elpresente. Amigos y conocidos siempre lo recordarían sonriendo. Caricaturista,periodista, editor, publicitario, estaba hecho a lo inmediato; susmanifestaciones sobre el destino de la Isla nunca las llevó más allá de lainmediatez de los hechos y de los actos a los cuales se circunscribió comocreador. Su izquierda comprendía aquellos valores civiles y culturalescon los cuales se había identificado el ideal de reforma democráticade los veinte. La otra izquierda –para muchos que pensaban como él yhasta diferente a él–, era el dogma. Nunca recurrió al monólogo, porqueno fue dogmático. Su fe no era cerrada. Tampoco lo fue su vida profesional,polémica y contradictoria. Pero, ¿quién que hace y sirve, no lo es? DesdeJosé María Heredia hasta Rafael Blanco, en mayor o menor grado, todoslos fundadores lo habían sido. Como tantos artistas, literatos y editoresque hoy admiramos, su exitoso desempeño profesional en la gráfica y enla edición lo llevó a relacionarse con los sectores dominantes de lasociedad, pero nunca a subordinarse a ellos.Es posible que tales intereses sociales y la mal intencionada fama debon vivant que con tanta pertinencia obra aún en la distancia puestaentre su vida y obra y las más recientes generaciones de cubanos, seexpliquen a partir de las actuales nociones de la teoría de la comunicación,para la cual la actividad del comunicador –y Massaguer lo era en5«Será inhumado hoy elcaricaturista ConradoMassaguer», en El Mundo,martes 19 de octubre de 1965.245Massaguer.pmd 24526/10/2010, 16:52

6Luz Merino Acosta: ConradoW. Massaguer: Exposiciónhomenaje en el centenariode su nacimiento (Catálogo).Museo Nacional. Palaciode Bellas Artes, Ministeriode Cultura, La Habana,marzo, 1989.246grado sumo– es cada vez más resultado de la habilidad mostrada para complementarsu trabajo con el de equipos multidisciplinarios y para establecerbuenas relaciones personales. Mas, si no fuera así, cabría preguntarse,¿quién, hoy día, le reprocha a Miguel Ángel –por solo citar un caso– haberpuesto su arte al servicio de una élite eclesiástica que vivía en la mayoropulencia a costa de las empobrecidas masas de creyentes? ¿De qué otraforma habría podido pintar la Capilla Sixtina? Se podrá aducir queMassaguer no pintó la Capilla Sixtina, ni hizo obra alguna parecida. Cierto.Pero cada época tiene su Capilla Sixtina. Y así como la de la Prehistoriaes la cueva de Altamira, la del primer cuarto de siglo de la República deCuba y, por consiguiente, la de Massaguer, fue la caricatura y la ilustraciónen los medios de comunicación de masas.Mientras la mayoría de los artistas «puros» menospreciaban el trabajode creación vinculado a los medios de comunicación y a los que lo hacían,por considerarlos artistas de segunda clase, Massaguer creaba paraellos con el mismo entusiasmo y rigor profesional con que Lucas Cranach,por ejemplo, ilustraba y grababa propaganda a favor de las prédicasde Lutero. Esta obra, que se resume en más de 28 000 caricaturas y dibujos,6 y la edición de tres revistas emblemáticas, de las cuales es Socialla de más sostenida calidad y homogeneidad en cuanto a diseño y contenidodel periodismo cultural cubano del pasado siglo, es buena pruebaa su favor para considerarlo un hombre de su tiempo... y de todos lostiempos.A fin de cuentas, si no se puede hablar de Massaguer como un creadorcomprometido con las tendencias políticas más radicales, sí lo estuvocon las que, con anterioridad al treinta, signaron la vida política de lanación. Con posterioridad, y a su manera, también lo estuvo con su artea su cultura e ideal de nación, es decir, a su pueblo. Incluso, tanto o másque otros artistas y escritores que se dieron a conocer en los veinte ysólo después alcanzaron merecida fama, al punto que hoy son de obligadareferencia en los estudios cubanos sobre arte y literatura. El buen arteno necesariamente tiene que estar en relación directa con la mayor o menorjusteza de la clase a la que sirve. De lo contrario, ¡qué pocas obras dearte atesoraría la humanidad! Tampoco el verdadero artista. Tan es así,que las excepciones se han convertido en verdaderos «santones» delMassaguer.pmd 24626/10/2010, 16:52

arte, a causa de ser ignorados o incomprendidos por sus contemporáneos;como es obvio, ello es más factible que ocurra entre los artistas«puros» que entre aquellos cuya creación tiene que estar necesariamentesupeditada a los medios de comunicación. Amén de que en artecomo en religión, las canonizaciones no se dan todos los días. ¿De quéotra forma podríamos identificarnos con los nobles españoles pintadospor Goya y Velázquez, o los probos burgueses de Hals y Chenier, o losya aristocratizados de David e Ingres? Landaluze, reaccionario y monárquico,elevó a la categoría de arte a negros y mulatos; Fidelio Ponce, alcohólicoe inquilino de una casa de cita, a las beatas.El buen arte siempre ha estado en relación directa con su sociedad ytiempo. Y esto fue lo que expresó la obra de Massaguer, al igual que lade Landaluze, Blanco, Abela, Valls, Her-Car, David y tantos otros. Estebon vivant devenido burgués –como resultado de su esfuerzo y talento–,nos legó un testimonio visual y editorial de primera magnitud para comprendersu época; o sea, la República y el mundo que en torno a ella crecíay se transformaba a escala nacional e internacional. Sin el conocimientopleno de esta obra, nuestra cultura pierde un eslabón esencial de su evoluciónen términos de comunicación, edición, publicidad y arte: pilaresfundamentales de la visualidad. Generalmente relacionada con un costumbrismoentre satírico y moralista, cuando las circunstancias sociales ypolíticas del país lo exigieron, supo también ser un flagelo contra losvicios de la burguesía y los malos gobiernos –como se ha puesto de manifiestoen este texto–. En ella no predomina forma alguna de hacer quesea expresión del arte por el arte o del torremarfilismo. De haberse adscritoa una de estas tendencias, sin duda, se habría ahorrado muchosquebraderos de cabeza. Pero su condición de artista gráfico y la de hacerarte por y para los medios de comunicación, no le dieron en estesentido la menor tregua.De Massaguer y su obra expresó Juan David, uno de nuestros caricaturistasmayores del pasado siglo: «Personalidad discutida la suya porsu obra artística y también por la singular actividad pública. Sin embargo,deja un saldo envidiable, puesto que supo cumplir con el papel que lecorrespondió representar en la vida. Blanco abrió, con su violencia, labrecha necesaria. Massaguer le dio amplitud y jerarquía, porque con él247Massaguer.pmd 24726/10/2010, 16:52

7Juan David. Ob. cit., p. 120.248la caricatura dejaba de ser un instrumento para el vilipendio y la hacíaintérprete espiritual del hombre y del medio». 7 El tránsito histórico quehabía dividido su mundo en dos, llevándolo de la Colonia a la República,volvió a repetirse al final de su existencia, llevándolo de la Repúblicaa la Revolución; es decir, del capitalismo al socialismo. El primero lo alcanzóen plena juventud; el segundo, en plena vejez. Era demasiadoamante de la vida para morirse a tiempo. Y había vivido demasiado comopara que sus ideales no hubieran envejecido.La victoria de la insurrección popular armada el primero de enero de1959, como a la inmensa mayoría del pueblo, lo llenó de regocijo. Aligual que en otros amaneceres, no dudó de este. En él afloró de nuevo elnacionalismo y el latinoamericanismo: las dos raíces que habían alimentadoel árbol de la revolución en sus inicios. Para expresarlo hizo loque había hecho siempre, tomó papel y lápiz, caricaturizó a los «rebeldes»y publicó un pequeño libro que tituló ¿Voy bien Camilo? Como todocubano, aquel 8 de enero estuvo todo el tiempo frente a la pantalla deltelevisor. El acto final de entrada del Ejército Rebelde a La Habana, enla otrora principal ciudadela militar de la dictadura, lo llenó de esperanza.Artista al fin, vio profética la paloma posada sobre el hombro del líderde la insurrección popular triunfante; vio profético a Camilo, a Che.El libro de caricaturas no tuvo repercusión alguna, no era de lo mejor,tampoco de lo peor. Lo más destacado, la recreación en cubierta deldiscurso de Columbia, en el que caricaturiza a Fidel y Camilo, y las primerascaricaturas verdaderamente notables de Ernesto Che Guevara yRaúl Castro. Pero ya Massaguer no daba para más. Si algo pone enclaro la concepción de este libro de caricaturas, es que el hecho mismode la Revolución lo sobrepuja como ciudadano; luego, lo descolocaríacomo artista. Con todo, es de los que se quedan. Se quedó al precio insoportablede quedarse olvidado a los setenta años de edad. Él, un hombreeminentemente sociable, amigo de hacer amigos, se fue quedando sinellos. Unos se fueron, otros murieron... los más se distanciaron. Se sintiófuera de todo. Su única queja: «Ya nadie me viene a ver». Los tiemposde Gráfico, Social y Carteles habían quedado atrás. Algunos –losconocedores– guardaron las colecciones completas... Los más, las regalaron,vendieron o sencillamente desvalorizaron. Si no murió en lamiseria, fue por la pensión que le concedió el Gobierno revolucionario.Massaguer.pmd 24826/10/2010, 16:52

Por primera vez su optimismo empezó a hacerse de futuro. Futuro era lapalabra de orden, la fórmula que estaba en boca de todos para exorcizarel pasado y las lacras que de este quedaban en el presente. Futuro era la palabrade los que manifestaban su apoyo irrestricto a la Revolución, y la delos que empezaban a sumarse al carro de los que la denostaban. No obstante,la Revolución recién comenzaba; era joven, vital, bella, como una deaquellas portadas de Social que con tanto acierto y novedad diseñó. Comotoda revolución verdadera, también la cubana empezaba a hacerse gráfica:periódicos, fotografías, murales, pancartas, sueltos, carteles... ¡Sobretodo, carteles! «¡Si tuviera veinte años menos!», se le oyó exclamar en unaocasión. La esperanza cambiaba de responsables y de responsabilidades.La dinámica del tráfago diario que desencadenaba el proceso revolucionarioen marcha, no le permitía a sus dirigentes, ni por un segundo, mirarhacia atrás, so pena de detenerse. Ellos no vieron ni podían ver a Massaguer.La revolución reclamaba todos los desvelos. De un día para otro el presentese hacía historia. En cambio, quince, veinte años después, algunosnombres ya canónicos de la literatura y el arte cubanos, que habían compartidocon él ese estado de espíritu que fue el Minorismo, lamentablemente,tampoco lo vieron. Mejor dicho, no repararon en su obra, en sucontribución a la cultura cubana, en particular, a su gráfica de comunicación,de la cual el cartel y el diseño editorial se presentaban ya como lasprimeras manifestaciones paradigmáticas de la nueva cultura visual de laRevolución cubana. Ni qué decir de la crítica marxista –no así del marxismocrítico–; tarada de dogmatismo, se limitaba simplemente a descartarlo,tal y como había hecho con siglo y medio de historia, calificándolo deburgués y decadente.Después de 1959 fue fácil decir: «Se codeó con la burguesía». ¿Y quéde los que se codearon con él antes del 59? Si no fueron todos, fueroncasi todos. Por las páginas de Social y Carteles y años después, aunquea escala reducida, por las de Desfile, pasó todo lo que valía en lasartes y la literatura republicana, sin excluir algunas figuras jóvenes queluego tendrían un desempeño relevante en la cultura cubana del períodorevolucionario. Él, por su parte –como tantos otros–, permaneció, vio ycomprendió, lo suficiente, como para seguir en el periódico El Mundo«massaguericaturizando», tal y como lo había visto Abela desde finalesde los treinta. Su último trabajo fue en el Archivo Nacional. Para sobrellevar249Massaguer.pmd 24926/10/2010, 16:52

la pesantez de los pies, empezó a calzar tenis, lo que no le impedía arrastrarlospor los hoscos pero bien pulimentados corredores, entre estantesrepletos de legajos y documentos históricos. El corazón se fatigaba. Noobstante, bastaba que alguna personalidad amiga viniera a consultar ciertodocumento –que tratándose de Massaguer, no eran pocas las conocidas–,para mostrarse solícito al pedido, servirlo y hacer un alto en la faena,bien para gastarle una broma o recordarle alguna anécdota de losviejos tiempos. Preocupado por su patrimonio intelectual y artístico, eligióesta institución como legataria de su papelería personal. Poco después,el temblor en las manos, la parálisis. El Destino, ese invento mayorde los griegos, hacía ya tiempo que no lo veía con buenos ojos. Finalmente,los suyos se cerraron el 18 de octubre de 1965, a los setenta yseis años de edad. Fue velado en la sala A de la funeraria Caballero, en23 y M, Vedado. «A la funeraria no fue casi nadie», cuenta un testigo.Tampoco al entierro. En su lápida, en el cementerio habanero de Colón,nada que delate al hombre que allí yace. En la mente de quien la observa,quizás, a manera de homenaje, recuerde los versos que Carduccicompusiera junto a la tumba de Percy B. Shelly: «Él ahora no es nada; /un tic-tac que al sonar, / ya se ha ido; / sólo el pasado es bello; / sólo esverdad la muerte».250En el histórico 1989, coincidente con el centenario del nacimiento deConrado W. Massaguer, y por el interés expreso de la profesora LuzMerino Acosta, el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana lehizo una exposición homenaje. A este primer reconocimiento oficial, leseguiría en 1998 la creación de la Cátedra de Gráfica Conrado W. Massagueradscrita a la Facultad de Comunicación de la Universidad de LaHabana. Con motivo de la presentación de la citada Cátedra, se inauguróuna exposición de más de cuarenta dibujos de Massaguer –entre caricaturase ilustraciones– en la Sala Transitoria del otrora Palacio de losCapitanes Generales de La Habana, hoy Museo de la Ciudad. Y la Galeríade Arte de Cárdenas se bautizó con su nombre.Massaguer.pmd 25026/10/2010, 16:52

Desde entonces a la fecha, han aparecido nuevos artículos sobre suvida y obra en revistas nacionales y extranjeras, así como un reducidonúmero de trabajos de grado que, si bien no hacen todavía la cualidadesperada, hablan por sí solos del inicio de un reencuentro de los másjóvenes estudiosos del arte nacional con nuestro artista. En 2001, con larestauración y ampliación del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana,se le hizo un mayor espacio –aunque todavía insuficiente– a la gráficade comunicación, y, en él, a Rafael Blanco, Conrado W. Massaguer,Jaime Valls y Enrique García Cabrera.En la ciudad de Santa Clara, en tanto, el arquitecto José A. Choy y otroscolaboradores creaban una nueva línea de diseño de interior en la tiendaPraga a partir de ilustraciones y caricaturas de Massaguer. Mientras larevista Opus Habana de la Oficina del Historiador de la Ciudad –y mástarde su periódico electrónico–, le hacían un espacio permanente a lascrónicas costumbristas de Emilio Roig de Leuchsenring, así como a losdibujos y caricaturas de Massaguer que las ilustran.En 2002 el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau de La Habana Vieja,con el apoyo financiero del Fondo para el Desarrollo de la Educacióny la Cultura, editó La caricatura: tiempos y hombres, de Juan David.En dicho texto, una voz autorizada como la de David, dejaba para laposteridad un juicio justo y desprejuiciado de la trayectoria profesionalde Massaguer. Concebido con espíritu e interés parecidos, esperamosque la presente entrega: Massaguer, república y vanguardia, sea unnuevo paso en el camino hacia la recuperación de este gran artista, asícomo contribuya –junto a otros esfuerzos y textos meritorios de la pasadacenturia– a la revalorización de una de las manifestaciones que másha hecho por nuestra alfabetización visual y elevación ideoestética.Esperamos, por último, que el más conocido de los creadores cubanosolvidados, empiece a ser reconocido como lo que es, parte viva e inalienabledel ya secular protagonismo de la gráfica de comunicación en lacultura visual nacional.Ciudad de La Habana, verano, 2010.251Massaguer.pmd 25126/10/2010, 16:52

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AnexosMassaguer.pmd 25326/10/2010, 16:52

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En sus veinte años de vida (1916-1933; 1935-1938) y 230 númerospublicados, aproximadamente, la revista divulgó la obra de escritores yartistas de Latinoamérica, Estados Unidos, Europa y Asia. La presenterelación ni con mucho abarca la totalidad de los colaboradores, pero sírecoge los más notables en sus respectivos campos de creación (literatura,música, diseño gráfico, fotografía, artes plásticas), entre los que secuentan siete premios Nobel de Literatura y uno de Medicina.Colaboradoresde SocialAAbela, EduardoAcosta, AgustínAcosta, José ManuelAgostini, DelmiraAlberti, RafaelAlvarez Quintero, JoaquínAlvarez Quintero, SerafínAmero, EmilioAnderson, SherwoodAndrade, OlegarioAnkerman, JorgeAraquistain, LuisAsturias, Miguel AngelAugier, AngelAzorínBBacardí Moreau, EmilioBallagas, EmilioBaquero, GastónBarba Jacob, PorfirioBaroja, Pío255Massaguer.pmd 25526/10/2010, 16:52

Barros, Bernardo G.Benavente, JacintoBens-Arrarte, JoséBernal, EmiliaBlanck, Hubert deBlanco Fombona, RufinoBlanco, RafaelBlasco Ibáñez, VicenteBlest Gana, AlbertoBlez, JoaquinBobadilla, Emilio (Fray Candil)BolínBorges, Jorge LuisBorrero, Dulce MaríaBosch, JuanBoti, Regino E.Brull, MarianoBuesa, José AngelC256Cabrera, LydiaCabrisas, HilariónCalder, AlexanderCamín, AlfonsoCaminero, JoséCaneda, FigarolaCaravia, EnriqueCarbonell, NéstorCardosa Aragón, LuisCarreño, TeresaCarpentier, AlejoCarreño, MarioCarrión, Miguel deMassaguer.pmd 25626/10/2010, 16:52

Caruso, EnricoCasanova, MartíCaso, AntonioCasona, AlejandroCastellanos, JesúsCastillo, AureliaCastro, AméricoCasuso de Torriente Brau, TetéClaudel, PaulCocteau, JeanCoronado, Francisco de PaulaCovarrubia, MiguelChacón y Calvo, José MaríaChibás, EduardoDD’ Ors, EugenioDarío, RubénDavid, JuanDelfín, EusebioDíaz Canedo, EnriqueDonoso, ArmandoEEloy Blanco, AndrésEnríquez, CarlosEntralgo, ElíasEsténger, RafaelFernández de Castro, José Antonio257Massaguer.pmd 25726/10/2010, 16:52

FFiallo, FabioFlorit, EugenioFornaro, Carlo deFoujitaFrance, AnatoleFrueh, AlfredGGarbalosa, GraciellaGarcía Cabrera, EnriqueGarcía Caturla, AlejandroGarcía Lorca, FedericoGattorno, AntonioGay Calbó, EnriqueGide, AndréGirona, JulioGirondo, OliverioGómez de la Serna, RamónGómez Sicre, JoséGorostiza, JoséGuerra, RamiroGuillén, NicolásGuimeraes, LuisH258Henríquez Carvajal, FedericoHenríquez Ureña, MaxHenríquez Ureña, PedroMassaguer.pmd 25826/10/2010, 16:52

Hernández Catá, AlfonsoHernández Miyares, EnriqueHughes, LangstonHurtado de Mendoza, JoséHuxley, AldoosIIbarbourou, Juana deIbarzábal, Federico deIchaso, FranciscoIglesia, Alvaro de laIngenieros, JoséJJiménez, Juan RamónJorge Cardoso, OnelioKKaufman, S. J.LLabrador Ruiz, EnriqueLázaro, AngelLecuona, ErnestoLezama Lima, JoséLizaso, FélixLombardo Toledano, Vicente259Massaguer.pmd 25926/10/2010, 16:52

López Méndez, LuisLópez Velarde, RamónLoveira, CarlosLoynaz, EnriqueLuciano Franco, JoséLugones, LeopoldoLlaverías, JoaquínM260Machado, AntonioMadariaga, Salvador deMaeterlinck, MauriceMallarmé, StephanMansfield, KatherineManuel, VíctorMañach, JorgeMaragall, JuanMarañón, GregorioMariátegui, José CarlosMarinello, JuanMárquez Sterling, ManuelMarquina, EduardoMarquina, RafaelMartínez Villena, RubénMauri, JoséMaurois, AndréMaza, AquilesMéndez, Manuel IsidroMérida, CarlosMistral, GabrielaModotti, TinaMontenegro, CarlosMontgomery Flagg, JamesMassaguer.pmd 26026/10/2010, 16:52

NNavarro Luna, ManuelNeruda, PabloNovás Calvo, LinoNovo, SalvadorNuñez Olano, AndrésOOrozco, Juan ClementeOrtega y Gasset, JoséPPedroso, ReginoPellicer, CarlosPérez de Ayala, RamónPicón Salas, MarianoPichardo Moya, FelipePita Rodríguez, FélixPonce, FidelioPoncet, CarolinaPorset, ClaraQQueiroz, Eça deQuesada y Miranda, Gonzalo deQuiroga, Horacio261Massaguer.pmd 26126/10/2010, 16:52

RRamos, José AntonioReed, JohnReyes, AlfonsoRíos, Fernando de losRivera, DiegoRoa García, RaúlRodó, José EnriqueRodríguez de Tió, LolaRodríguez Embil, LuisRodríguez, Luis FelipeRoig de Leuchsenring, EmilioRoldán, AmadeoS262Sabas Alomá, MariblancaSalazar, ToñoSánchez de Fuente, EduardoSánchez Galarraga, GustavoSantos Chocano, JoséSatié, EricSerpa, EnriqueSicre, Juan JoséSimons, MoisésSingerman, BertaSirioSoto, Luis deStorni, AlfonsinaStrindberg, AugustoSuárez Solís, RafaelSurís, Rafael ÁngelMassaguer.pmd 26226/10/2010, 16:52

TTablada, José JuanTagore, RabindranathTallet, José ZacaríasTauber, HarryTorre Bodet, JaimeTorriente Brau, Pablo de laTorriente, Cosme de laTurina, JoaquínUUnamuno, Miguel deUntermeyer, LuisVValdés Rodríguez, José ManuelValdivia, Aniceto (Conde Kostia)Valéry, PaulValle Inclán, Ramón delValle, Rafael HeliodoroValle, Adrián delValls, JaimeVarona, Enrique JoséVasconcelos, JoséVillar Buceta, MaríaVillar Buceta, AuroraVitier, Medardo263Massaguer.pmd 26326/10/2010, 16:52

WWeiss, JoaquínWeston, EdwardZZacharie de Baralt, Blanche264Massaguer.pmd 26426/10/2010, 16:52

TestimoniográficoConrado W. Massaguer y Emilio Roig de LeuchsenringMassaguer.pmd 26526/10/2010, 16:52

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Caricaturas11 Massaguer dibujado porJames Montgomery Flagg2 Massaguer por Carusoy Caruso por Massaguer2267Massaguer.pmd 26726/10/2010, 16:52

33 Autocaricatura utilizadaen la portada de Guignol4 Conrado W. Massaguer,Bernardo G. Barros, 19224268Massaguer.pmd 26826/10/2010, 16:52

65 Conrado W. Massaguer,Alfonzo Hernández Catá, 192256 Conrado W. Massaguer,Rafael Blanco, 1923269Massaguer.pmd 26926/10/2010, 16:52

77 Conrado W. Massaguer,Enrique García Cabrera, 19238 Conrado W. Massaguer,Juan Marinello, 19238270Massaguer.pmd 27026/10/2010, 16:52

99 Conrado W. Massaguer,Enrique José Varona,Guignol, 19231010 Conrado W. Massaguer,Bernard Shaw, Guignol, 1923271Massaguer.pmd 27126/10/2010, 16:52

1111 Conrado W. Massaguer,Alfonso XIII, Guignol, 192312 Conrado W. Massaguer,Theodore Roosevelt,Guignol,192312272Massaguer.pmd 27226/10/2010, 16:52

1313 Conrado W. Massaguer,José Raúl Capablanca,Guignol, 19231414 Conrado W. Massaguer,Sarah Bernhardt,Guignol,1923273Massaguer.pmd 27326/10/2010, 16:52

1515 Conrado W. Massaguer,Jan Ignatz Paderewski,Guignol, 192316 Conrado W. Massaguer,Ramón del Valle-Inclán,Guignol, 192327416Massaguer.pmd 27426/10/2010, 16:52

1717 Conrado W. Massaguer,Enrico Caruso, Guignol, 192318 Conrado W. Massaguer,Anatole France, Guignol, 192318275Massaguer.pmd 27526/10/2010, 16:52

1919 Conrado W. Massaguer,Rudyard Kipling, Guignol, 192320 Conrado W. Massaguer,Max Linder, Guignol, 192320276Massaguer.pmd 27626/10/2010, 16:52

212221 Conrado W. Massaguer,Georges Clemenceau,Guignol,192322 Conrado W. Massaguer,Alla Nazimova, Guignol, 1923277Massaguer.pmd 27726/10/2010, 16:52

2323 Conrado W. Massaguer,Fernando Ortiz, 192424 Conrado W. Massaguer,Diego Rivera, 192624278Massaguer.pmd 27826/10/2010, 16:52

252625 Conrado W. Massaguer,Foujita, 192926 Conrado W. Massaguer,Babe Ruth,193027 Conrado W. Massaguer,Boceto de Charlot, febrero,1932. Primer dibujo que setrasmitió por televisión en elmundo; ello ocurrió desde laColumbia Broad CastingStation a la famosa tiendaneoyorkina Gimbel Bros27279Massaguer.pmd 27926/10/2010, 16:52

28 Conrado W. Massaguer,Ernesto Che Guevara, 195928028Massaguer.pmd 28026/10/2010, 16:52

302929 Conrado W. Massaguer,«Sobremesa sabática», 1926.Treinta y dos personajes soncaricaturizados por el artista,entre miembros delminorismo e invitados. En lapágina anterior aparece lacaricatura original.30 Conrado W. Massaguer,Maurice Chevalier, 1956281Massaguer.pmd 28126/10/2010, 16:52

3131 Conrado W. Massaguer,Panel del pabellón cubanoen la Feria Mundial de NuevaYork, 1938. Fue mandadoa cubrir con lechada porel presidente Laredo Brú,por considerarlo un insultoal pueblo norteamericano32 Conrado W. Massaguer,«Dominó guajiro», 193132282Massaguer.pmd 28226/10/2010, 17:43

3333 Conrado W. Massaguer,«Doble nueve», 1943283Massaguer.pmd 28326/10/2010, 16:52

3434 Conrado W. Massaguerposa junto a «Doble nueve»35 El actor de cine CésarRomero, hijo de MaríaMantilla, durante su visita a laHabana en 1946, posa junto aMassaguer y su hija Conchita28435Massaguer.pmd 28426/10/2010, 16:52

Portadas121 Conrado W. Massaguer,Gráfico, noviembre, 19152 Conrado W. Massaguer,Social, junio, 19173 Conrado W. Massaguer,Social, julio, 19173285Massaguer.pmd 28526/10/2010, 16:52

454 Conrado W. Massaguer,Social, agosto, 19175 Conrado W. Massaguer,Social, noviembre, 19196 Conrado W. Massaguer,Social, mayo, 19212866Massaguer.pmd 28626/10/2010, 16:52

77 Conrado W. Massaguer,Social, marzo, 192388 Conrado W. Massaguer,Social, julio, 1923287Massaguer.pmd 28726/10/2010, 16:52

99 Conrado W. Massaguer,Social, agosto, 19231010 Conrado W. Massaguer,Social, diciembre, 192311 Conrado W. Massaguer,Social, octubre, 192328811Massaguer.pmd 28826/10/2010, 16:52

121312 Conrado W. Massaguer,Guignol, 192313 Conrado W. Massaguer,Social, noviembre, 192614 Conrado W. Massaguer,Social, abril, 192714289Massaguer.pmd 28926/10/2010, 16:52

1515 Conrado W. Massaguer,Social, diciembre, 19271616 Emilio Amero,Social, enero, 192917 José Manuel Acosta,Social, febrero, 192929017Massaguer.pmd 29026/10/2010, 16:52

181918 Emilio Amero,Social, mayo, 192919 Carlos,Social, octubre, 193020 Conrado W. Massaguer,¿Voy bien Camilo?, 195920291Massaguer.pmd 29126/10/2010, 16:52

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Massa-Girls11 La romántica,Social, enero, 1921293Massaguer.pmd 29326/10/2010, 16:52

2 La coqueta,Social, febrero, 19212942Massaguer.pmd 29426/10/2010, 16:52

33 La flapper,Social, febrero, 1923295Massaguer.pmd 29526/10/2010, 16:52

4 La del Vedado Tenis Club,Social, abril, 19232964Massaguer.pmd 29626/10/2010, 16:52

55 Cuando los turbantesturban, Social, abril, 1924297Massaguer.pmd 29726/10/2010, 16:52

Massaguer.pmd 29826/10/2010, 16:52

Ilustracionesy anuncios121 Anuncio, Social,enero, 19192 Anuncio, Social,mayo, 191933 Jaime Valls,Ilustración, 1921299Massaguer.pmd 29926/10/2010, 16:52

454 Pedro. A. Valer,Escena costumbrista,Social, agosto, 19215 R. A. Surís, Ilustración,Social, mayo, 19226 R. A. Surís, IlustraciónSumario, Social, junio, 19223006Massaguer.pmd 30026/10/2010, 16:52

787 R. A. Surís, IlustraciónSumario, Social, julio, 19228 Conrado W. Massaguer,Máximo Gómez,Social, noviembre, 192299 Conrado W. Massaguer,Cartel, Salón de Humoristas,1923301Massaguer.pmd 30126/10/2010, 16:52

101110 José Manuel Acosta,Social, enero, 192911 José Manuel Acosta,Retrato de Jorge Mañach,Social, marzo, 19241212 Diseño Tipográfico(Detalle), Social, junio, 193013 Conrado W. Massaguer,Fotografía del sillón diseñadopara sus hijas,Social, julio, 193030213Massaguer.pmd 30226/10/2010, 16:52

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