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particular forma de hacer con un nuevo decir, aunque sin consentir ensu condición de arte. De todas estas definiciones, la más atractiva paranosotros, como confusa debió ser para su época, fue la del Diccionariode la Academia Italiana, que dio en definir a la caricatura como«especie de libertinaje de la imaginación». Y en verdad, tendría estearte que esperar por otra forma de «libertinaje», en este caso, el político,para alcanzar una autonomía e identidad mucho más definida, alinvolucrarse con renovado ímpetu con el periodismo de nuevo tiporepresentativo de la Revolución francesa de 1789.Es a partir de este trascendental acontecimiento histórico, inicio de lamodernidad, que la caricatura, sobre todo la de acento político, empiezaa evidenciar un nuevo momento en su evolución. Ello estará dado máspor la voluntad de cambio de los artistas gráficos que la asumen a tenorcon las nuevas ideas sociales y políticas, y el desarrollo de los nuevosmedios de comunicación visual de la época, que por su implicación en elconcierto mayor de las artes, en el que se ubicaba entre lo más bajo delas mal llamadas artes menores. El creciente auge del primer medio de comunicaciónde masas de la historia: el periódico impreso, y el proceso dedemocratización e internacionalización de la información que le asiste encorrespondencia con la planetarización del naciente sistema capitalista–del cual forman parte tanto los procesos políticos que lo rigen a escalainternacional, como los conflictos entre partidos a escala nacional–, serácaldo de cultivo para el desarrollo de la caricatura.Tampoco es de obviar la importancia que para el desarrollo de losmensajes visuales relacionados con medios tales como periódicos, revistas,libros y álbumes de vistas, tipos y costumbres, tuvo la invenciónde la litografía por Alois Senefelder en 1796. Entre otras razones, permitióque el artista (ilustrador o caricaturista) ejecutara de manera directael dibujo a imprimir, sin mediar la intervención del transcriptor o grabadorde reproducciones; dibujara sobre la piedra como sobre el papel,potenciando los rasgos del dibujo, así como el uso del claroscuro, y, porúltimo, propició el paso del artista «puro» al propiamente gráfico, en elque se incluye el caricaturista. En esta nueva perspectiva, la caricatura seconvertirá en imagen visual preferente, cuando no complementaria delos textos periodísticos, para alcanzar plena autonomía comunicativa en15Massaguer.pmd 1526/10/2010, 16:52