Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

11Manuel Serafín Pichardo:«De mí para ti», en Social,marzo, 1930, p. 7.192toda ella cargada de nostalgia y admiración. Hela aquí: «Lo único quepodríamos reprocharle a Massaguer: sus alas, porque pasa por Españaen un vuelo. Mi antigua revista de La Habana El Fígaro se honró con lasprimicias del fino y agudo talento de Massaguer. Allí se reveló. Para mífue entonces su colaboración un éxito y un prestigio, y hoy es ese recuerdoun honor y un orgullo». 11De vuelta a París, Massaguer cierra la exposición el 15 de octubre conun superávit, teniendo que dibujar nuevas caricaturas. Las palabras declausura corrieron a cargo de Rafael Martínez Ortiz, Secretario de Estado,quien se encontraba en Europa como representante de Cuba antela Liga de las Naciones. Esta circunstancia, en demasía agradable paraMassaguer, será preámbulo de otra desagradable –como casi siempresucede–: sus editores neoyorkinos lo conminan a abandonar el periploy regresar de inmediato a Nueva York a causa del crack de Wall Street,el 24 de octubre de dicho año. A partir de ahora se producirá la caídavertical de la economía mundial, la que no recesará hasta 1934. Pero enél prima su condición de artista, y antes de regresar, decide llegarse aItalia. Viaja por Milán, Venecia, Florencia y Roma. En Milán, repara enel agobio de una población militarizada por el nuevo régimen, donde elconductor de tranvía, el empleado público o el expedidor de boletos parala última función de la Scala, se cubren con el mismo modelo de gorraque usa la policía. Mientras que en la Plaza de San Marcos, en Venecia,se retrata con las palomas, incumpliendo la promesa que le hiciera aalgunos amigos antes de partir, de no repetir la manida imagen fotográficaque a diario se hacen todos los turistas del mundo que visitan laPerla del Adriático. En la Ciudad Eterna, visita el estudio del escultorcubano Ramos Blanco, con quien se toma una foto al lado de su más recientecreación, la estatua de Mariana Grajales (en la actualidad, en elparque de 23, entre C y D, en el Vedado, La Habana). También visita el Vaticano,el lago Nemi, los viñedos de Frascati, la Villa Torlonia y la Borghesi.De nuevo en la Ciudad Luz, le deja su «pisito parisién a una parejitacubano-borinqueña que lo ocuparon enseguida». Finalmente, emprendeel viaje de regreso a Nueva York en el vapor Berengaria, donde tendrápor compañeros de travesía a Helen Rubinstein, Edgar Wallace, JimmyDurante y el actor Bill Halligan. «La Rubinstein iba muy abatida por lasMassaguer.pmd 19226/10/2010, 16:52