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34Ibídem.35Jorge Mañach:«Los minoristas sabáticosescuchan al gran Titta»,Social, febrero, 1924, p. 23.144Cubana, se sentirán defraudados cuando no traicionados. Esto últimofue lo que les sucedió a Rubén Martínez Villena y José Antonio Fernándezde Castro, quienes junto a otros compañeros, habían viajado a LaFlorida para entrenarse en el manejo de aviones con el propósito de bombardearel Palacio Presidencial. El gobierno norteamericano solidarizadocon el de Zayas, los tomó prisioneros en Ocala. Pero, según Carpentier,«esta revolución de ópera cómica, tuvo la virtud de llevar a Rubén MartínezVillena a la convicción de que, únicamente la revolución socialista,que apenas seis años antes se había producido en Rusia, era capaz de darnormas válidas a los movimientos revolucionarios en general. De la desdichadaexperiencia de Rubén con los Veteranos y Patriotas, surgió unaconvicción nueva, anunciadora de tiempos futuros, una orientación haciala ideología concreta del socialismo, que fue compartida por muchosjóvenes de su edad, que también habían regresado decepcionados de lainútil aventura de los Veteranos y Patriotas». 34Massaguer recuerda: «Zayas nos dominó sin derramamiento de sangre».Pero antes del citado fracaso, en plena iniciativa conspirativa, yhasta un poco llevado por el supuesto triunfo del levantamiento armadoantizayista que se fraguaba, publicará la ilustración ¡Dios mío! ¡Qué solosse quedan los muertos! (Social, noviembre, 1923). En la misma seapoya en el famoso verso del poeta romántico español, Gustavo AdolfoBécquer –muy gustado entonces... y ahora–, para echarle en cara aZayas todas las virtudes ciudadanas que había sepultado con su malgobierno, al presentar un cementerio, en cuyas lápidas y cruces se lee:sacrificio, abnegación, civismo, desinterés, idealismo, heroísmo, cubanismo,nacionalismo y patriotismo.Por la fecha de la comentada ilustración, el Grupo Minorista empieza aconsolidarse como tal en el encuentro diario de las firmas del juzgado(lo que durará hasta junio de 1924), el acopio de información para la proyectadaantología poética, las actividades de los veteranistas (antes deldesprestigio final del Movimiento, lo que ocurrirá hacia mayo de dichoaño), los encuentros en la librería Minerva y, muy especialmente, enlos «almuerzos sabáticos», así llamados por Mañach en su artículo «Losminoristas sabáticos escuchan al gran Titta». 35 Este será el primer artículodonde se habla de la existencia del Grupo. El mismo recoge el al-Massaguer.pmd 14426/10/2010, 16:52