Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

7André Salmón: «De mípara ti», en Social, enero,1930, p. 7.8«De mí para ti», en Social,marzo, 1930, p. 5.190que bien explica su origen y desarrollo en la modernidad, sobre todo enFrancia, donde habían brillado algunos de los maestros del género comoDaumier, Philipon y Gavarni. El estilo de Massaguer, de manifiesto en lacaricatura de Clemenceau «made in Havana» –como gustó particularizarlael autor–, reafirmó su prestigio en el ámbito gráfico parisino yfavoreció la buena acogida que tuvo la exposición por parte de la prensafrancesa. A la que no le faltó el reconocimiento de un crítico y escritor devanguardia de la talla de André Salmón, quien escribió: «Se debe veren la Galería Charpentier las caricaturas internacionales del cubano Massaguer.Tantos dibujantes que no disponen como él de un grafismoelemental. Massaguer tiene medios auténticos de pintor». 7De las cuarenta obras expuestas, se vendieron dieciséis en las primerashoras. No obstante, el verdadero valor de la muestra estuvo en elreconocimiento público a su obra. Las revistas humorísticas parisinasVu y Le Rire se hicieron eco de su trabajo gráfico. Fue invitado por larevista Die Woche a visitar Berlín, a la vez que la Casa Ulstein de estaciudad le manifestó su interés por exponer las caricaturas y hacer unálbum con las mejores. Pero es la Revista Mundial de París la quemejor ilustra este momento de Massaguer: «Para él posan todas lascelebridades. Para él se abren las revistas de vanguardia, fundadas enMontparnasse por las nuevas generaciones. Hoy lo hallamos en uncafé de los bulevares conversando alegremente con un hombre demoda, mañana recibimos de él una tarjeta de Dauville, donde posapara Sem; luego un telegrama de Londres donde prepara una exposición.Después, una invitación para pasar el próximo invierno en LaHabana, aunque sea en uno de sus álbumes». 8 De su breve estancia enla playa de Dauville, es esta expresión de todo buen cubano en tierraextranjera: «Mientras más playas conozco, más admiro a Varadero».En la medida que Massaguer y su obra se daban a conocer en la prensa,se le hizo más imperiosa la necesidad de esclarecer su condicióncubana y caribeña. Los franceses no las tenían todas con los norteamericanos,y más de una vez tuvo que aclararles a los colegas galos,que si bien Cuba se ubicaba en el norte, al igual que Canadá y México,los cubanos ni eran yankis ni suramericanos. «Me dejó pasmado laignorancia que de nosotros tenían en la Ciudad Luz».Massaguer.pmd 19026/10/2010, 16:52