Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

31En toda la obrade Massaguer no hay una solacaricatura a un patriota.En cambio, sí hizo admirablesdibujos de los generalesMáximo Gómez y CalixtoGarcía, así como el ya citadode un veterano,en representación de todoslos mambises quecombatieron en nuestrasguerras de independencia.De José Martí, hizo variosdibujos. El primero de todos,ilustró la portada de Gráfico,tal y como se hace constaren el Capítulo II del presentetexto.218que este que dejamos». Una curiosidad del citado número: «¡Nevó porprimera vez en La Habana!». La sensacional noticia aparece ilustradacon fotos (retocadas) del Parque Central y el Capitolio cubiertos por laescarcha a las siete de la mañana del 28 de diciembre último, según elartículo. «El mundo está al revés», debió pensar Massaguer, cuando hojeósu revista número dos bajo una verdadera nevada. Él es mucho másque un exiliado, y Nueva York mucho más que un exilio. Por la otrora NuevaAmsterdam pasa todo lo que brilla y vale en el mundo, y todo lo que, dealguna forma, quiere darse a conocer y perdurar. (Así lo entendió Picasso,cuando, en el momento más incierto de su vida, decidió mandar su mejorobra, el «Guernica», a Nueva York.)En esta ciudad nada falta a un artista cuyo arte vive de su don de persona,de hacer amistades, de amar la vida, como cabe pensar de alguien queestá al corriente de la última noticia o al lado de la personalidad que la protagoniza.Recuérdese la significación que tuvo Nueva York en la obra artística,periodística y política de José Martí. No obstante, la única relacióna establecer entre ambos, quizás, esté en la similitud geográfica entre elexilio político cubano del siglo XIX y el del XX. Pero de lo que se trata no esde homologar a dos cubanos muy diferentes –aunque Martí habría disfrutadomucho con Massaguer, y Massaguer, tal y como lo martiano se evidencióen él, sintiera la necesidad de amarlo con el más profundo respeto,si tenemos en cuenta que si bien hizo dibujos de nuestro Hombre Mayor,nunca lo caricaturizó–, sino de señalar la capacidad de una ciudad parapermear, por sobre orígenes y culturas, una obra personal en su procesode consecución, y el sello que a la misma le impone la dinámica y dramáticade los acontecimientos que a diario le dan esa singularidad de metrópoli,tal y como se intuye le pudo acontecer a la obra de Séneca en relacióncon Roma, o a la de Cesar Vallejo con París. 31Más que nunca Nueva York y Massaguer serán inseparables. Es comoel tío o la tía que acoge al huérfano de padre y madre. En tal estado,podría hasta decirse que es más Massaguer. Él, todo él, bulle de asombroen lo diario; él, que siempre se dio en términos de vida, de vivir. Talvez en ello radique el verdadero encanto de sus revistas, en particular, deSocial. Como todo exiliado quiere regresar, pero su espera no estádel todo lastrada por las categorías de tiempo y lugar. A su condición deMassaguer.pmd 21826/10/2010, 16:52