Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

emociones». Veintiún años después, recordando esta visión y el estadode frustración en que había caído la República, dibujó de memoriauno de los mejores retratos de perfil del Generalísimo. Pero veintiún añosantes, aún tendrá otra visión, y muy diferente: la de Nueva York.La ciudad donde José Martí pasó los años más fructíferos de su vida, loacoge como estudiante de la St. John’s School, en Ossining, y más tardecomo alumno de la New York Military Academy. Una foto hecha en 1904en compañía de José, su hermano mayor –luego destacado cronista deportivo–,lo presenta de uniforme militar, ostentando orgulloso los gradosde primer sargento del Cuerpo de Cadetes. Pero, ni siquiera entonces,su rostro delata nada que huela a campamento, por más que luegose vanaglorie de su ancestro militar, el cual provenía del caballero francésPaul Massaguer, guerrero de las huestes del rey Alfonso XI, quienluchó contra los sarracenos entre los siglos XI y XII. Massaguer es lo quees, un joven de quince años de edad, conocido entre sus condiscípulos yprofesores por las viñetas que dibuja para la revista del colegio. Pero,también, es el joven abierto a la inabarcable dimensión de un nuevo sigloy de un país que, a pasos de gigante, aspira a encumbrarse entre las nacionesmás poderosas del planeta. Toda su historia ha sido planificada coneste fin.Mas, para él, Nueva York es la ciudad de Tiffany y Edison, no la deMcKinley y Morgan. El Nueva York del nuevo ferrocarril subterráneo,el que comienza a desplazar a Chicago en la construcción de rascacielos,el de las bellas revistas ilustradas y el de los comics a la manera delYellow Kid. Su Nueva York, decididamente, es el de los ilustradoresCharles Dana Gibson y Richard F. Outcault, aun cuando en sus iniciosaprenda más de los ilustradores de sport, con un dibujo más limpio demodelado y de sombras, como Tad o Swinnerton. En una nota hecha ala familia desde la Academia Militar, con una letra desparramada, sinconmiseración alguna con la redacción y con más dibujos que texto, selee: «Nosotros tenemos un pisito [...] y vive el general Loynaz el queconocimos en La Habana y en su casa, donde vimos nacer una repúblicade una infeliz Isla encadenada en las garras del León Hispano. OjaláPapá viniera el verano que viene para que viera este país esos edificiosferrocarriles en los techos». 8 Todo este mundo, que ahora se le agolpa8Archivo Nacional de Cuba,Fondo 106Conrado W. Massaguer,expediente 2, legajo 1.29Massaguer.pmd 2926/10/2010, 16:52