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3Carlo de Fornaro:«Massaguer en Nueva York»,en Social, julio, 1923, p. 18.4Ídem.5Ibídem.124manifestación de la actividad humana, antes y después de la República–,descubrirse a sí mismo siempre significó descubrirse ante el mundo. Y elmundo para un profesional de la gráfica era entonces Nueva York. Todoun comunicador, hará expreso este propósito con el seguimiento y destaqueque le dará a su actividad gráfica en el extranjero, tal y como seinfiere del artículo que sobre su más reciente estancia en Nueva Yorkescribe el ya citado Carlo de Fornaro para la revista Art & Decorationde esta ciudad. De su traducción al español copiamos este significativoperformance del cubano. «En una recepción en Nueva York en homenajea Massaguer –escribe Fornaro–, donde se congregó la flor y natadel mundo artístico, teatral y literario de la Ciudad Imperial, había quever la hilaridad y la sorpresa que desató entre la numerosa concurrenciael genial cubano al crucificar en un santiamén a una treintena de víctimascon la punta veloz y certera de su lápiz. Con increíble celeridad y firmetrazo –prosigue Fornaro– engarzaba las características salientes de susmodelos propiciatorios, traduciéndolos en líneas netas y atrevidas sobreuna gran sábana de papel fijada al muro. La mirada inquisitorial del artistaabsorbía durante la fracción de un segundo al reo, y acto seguidoaparecía la silueta cómica o satírica, entre una tempestad de risa». 3 Yeste otro: «En una recepción que le fue ofrecida por S. J. Kaufman (notableperiodista del The Globe de Nueva York), en menos de una horaMassaguer hizo más de cien caricaturas notabilísimas. Verdaderamente–comenta Fornaro–, es un tour de force de primera magnitud, difícilde igualar. Cuando terminó su acrobática y artística tarea, estaba tranquiloy reposado como un afortunado contrabandista de licores». 4Luego de recordar la Ley Seca con esta imagen del artista, Fornarodeja entrever un rasgo del arte de Massaguer que más que una debilidades indicador de su personalidad y, por consiguiente, de su particular manerade asumir el humor «a lo cubano», cuando escribe: «Sin embargo,a pesar de su gracejo mordaz, la musa de Massaguer no llega nunca aser tan cruel e incisiva como la de Frueh, o Sem, o Capiello». Y concluye:«No hay veneno letal en la mordedura de su sátira». 5 En efecto,Massaguer no es cáustico, mucho menos cruel. Tampoco lo es el cubanopromedio. Para el poeta y periodista mexicano José Juan Tablada, «ennuestra América quizás el cubano es el conversador más entretenido. EsMassaguer.pmd 12426/10/2010, 16:52