Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

factor de venta, años antes de que estos códigos fueran asumidos por lasartes plásticas.Al cumplirse el primer lustro de la revista, los mejores escritores cubanos,noveles o consagrados, al igual que los de Latinoamérica y España, hancolaborado ya con Social o empiezan a hacerlo (ver Anexo A: Relaciónde colaboradores de Social). Otro tanto sucederá con los profesionales dela gráfica. A unos y a otros los atrae la solidez económica de la empresaeditorial y el destaque que empieza a tener en el periodismo continental.Social se va convirtiendo en un espacio de encuentro de lo mejor de laintelectualidad y la gráfica cubanas del momento. Massaguer, con suacostumbrada sociabilidad y simpatía, les da asiento. No hay jerarquías.Al lado de las crónicas sociales que recogen el último garden party ofive o clock, aparecen en número cada vez mayor las colaboraciones dela llamada aristocracia del espíritu. Como hombre de la cultura, a más de artista,se sentirá siempre identificado con el sector intelectual, independientementede corrientes literarias e intereses de grupos.Los detractores –que siempre los hubo y habrá– lo ven como un bon vivantque sólo sabe codearse con la alta burguesía; los justos, en cambio, comolo que es: un profesional para el cual tales relaciones les son consustanciala su empresa editorial, independientemente de su apego por esta clasesocial y forma de vida, lo que en todo tiempo ha sido más la regla quela excepción. Piénsese, por un momento, en el número de grandes artistasy hombres de letras que se desarrollaron y triunfaron a la vera de lasclases dominantes y las instituciones que las representaron en los diferentesmomentos de la historia de la humanidad. Pero, además, hay enMassaguer –y he aquí lo más importante– un profesional de talento quese ha hecho con su propio esfuerzo, capaz de apoyar y promover cuantoproyecto redunde en beneficio de la cultura del país, dándole en losmismos participación a los más importantes intelectuales y artistas delmomento, algunos, incluso, aún sin el reconocimiento de sus contemporáneos,a los que no pocas veces ayudará. Para él sólo el hacer salva.Hacer incesante, que no da reposo, pero tampoco dudas.Con esta certeza y el prestigio que ya empezaba a tener entre los profesionalesde la gráfica, inaugura el 3 de noviembre de 1921 el primer Salónde Humoristas de Cuba y, presumiblemente, de América. Esta iniciativa89Massaguer.pmd 8926/10/2010, 16:52