Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

ca». A esta le seguirán, entre otras, «la coqueta», «la santita», «la delVedado Tennis Club», «la del cerquillito», «la boy», «la debutante» y «laflapper», antecedente esta última de lo que la escultora Clara Sheridancreyó distinguir por entonces como «el tercer sexo». Con sólo la expresióndel rostro y una cuidadosa selección en cuanto al peinado, la posturay el vestir del personaje aludido, donde no falta cierto tratamiento delcolor con un valor simbólico, Massaguer dará en cada nuevo número untipo femenino juvenil, de gran sensualidad y vitalidad, tal y como las veíaen la calle Obispo, en la semana de aviación en Columbia o en las playasaledañas al Almendares. Las «Massa-Girls» van a devenir, con mucho, núcleovisual dinamizador de las que luego darían en concebir algunos delos más importantes ilustradores y caricaturistas cubanos; por ejemplo,«las habaneras» de Enrique García Cabrera y las mismísimas «criollitas»de Wilson. Sin obviar las ultra-chic de Jaime Valls. Aunque su tipo femeninocasi siempre rebasó la veintena; mientras que el de Massaguer,no. Según Barros, Valls las quería «más experimentadas y serenas».Por último, un breve pie de imagen –ya que todo o casi todo está dichoen el dibujo– precisa cualquier fluctuación en la decodificación del personajefemenino representado, amén del título mismo de la sección: «Massa-Girls», resultado del juego fonético generado por las dos primeras sílabasdel apellido del autor –en el argot cubano: cuerpo de mujer «envuelto encarne», según el canon de belleza femenino entonces dominante– y el término«muchacha» en inglés, que identifica a la clase social aludida con elmodo de vida norteamericano, a todas luces paradigmático para la épocay el propio caricaturista. 38Los anglicismos y los anuncios publicitarios de importación provenientesde los Estados Unidos reproducidos por Social –norma que ni con muchoera de su exclusividad–, así como las relaciones de su editor con el ámbitoprofesional de la gráfica neoyorkina y el patrón mismo de concepciónde la revista, presumiblemente, fueron las causas más evidentes de lascríticas que recibiera su director con respecto a su contribución a la norteamericanizaciónde la sociedad republicana. También los primeros movimientosplásticos cubanos de vanguardia fueron acusados de europeizadosy extranjerizantes. Con todo, dicha aseveración reconoce sólo unaspecto del problema, quizás, el más superficial. Massaguer, al igual que38Hacia 1924, Massaguer ledio mayor importancia al piede imagen de las «Massa-Girls».Dos buenos ejemplos: La jovencon antifaz: «¿Me conoces? Concareta o sin ella nunca lallegaremos a conocer»; La quelleva por tocado un ostentosopañuelo: «Cuandolos turbantes turban».111Massaguer.pmd 11126/10/2010, 16:52