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os, nada ajeno al progresivo ejercicio periodístico y literario de losmás dotados, ni al proceso de radicalización ideológica que impone lagrave situación política del país. Tales fueron América Libre (director:Rubén Martínez Villena) y Suplemento Literario Dominical del Diariode la Marina (director: José Antonio Fernández de Castro).Del mensuario América Libre aparecieron cuatro números (abril-julio,1927); mientras que el Suplemento Literario Dominical se publicó duranteun año, aproximadamente. Esta última publicación y Revista deAvance, con independencia de otras influencias, pueden considerarseextensiones de la práctica editorial de Social entre las figuras del minorismoque la asumieron. Desvincular estas acciones mediáticas devanguardia de la que particularizó a Social, como a veces se ha pretendido,es quitarle a la evolución de la literatura y el arte republicanos unode sus eslabones imprescindibles. No son muchos los que se han leídolos más de doscientos números de Social. Todo lo que se hizo entoncesy después en materia de diseño gráfico y periodismo cultural hasta 1959,sin excluir los contenidos de intención política, está ahí, de manera embrionariao plenamente desarrollado. Una revista que llegó a alcanzaruna amplia tirada en un ámbito comunicativo igual de amplio comoera –y es– Hispanoamérica, tiene que haber tenido un peso en la opiniónpública de su época y no solamente entre las clases altas de sus respectivassociedades. De ahí que, a la hora del recuento, Carpentier dijera,«que pese a su título (…), de social no tenía ni un pelo», 65 en alusión alespacio que fue ganando en sus páginas los contenidos relacionadoscon el arte, la literatura, la historia y la política, una vez superada la etapainicial y su preferencia por las actividades sociales de la burguesía.En 1927 a la mayoría de la minoría se le empezó a identificar con laminoría de la mayoría. En los salones particulares y en los públicos,el charleston hacía furor entre los más jóvenes. Aunque un trío llegadodel oriente de la Isla, que lideraba el joven Miguel Matamoros, prontosería también de su preferencia, al interpretar sones y habaneras deuna cubanía y universalidad inextinguibles.El nuevo estatuto plástico que inicia la vanguardia en torno a la Revistade Avance, se verá refrendado con la organización por esta publicacióndel Primer Salón de Arte Nuevo, realizado en la Asociación de Pintores65Alejo Carpentier: La culturaen Cuba y en el mundo.Ob. cit., p. 136.175Massaguer.pmd 17526/10/2010, 16:52