Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

232humano. La actualidad y trascendencia del asunto, y su plasmación comoobra de arte, implicaba un reto que muy pocos se sentían motivadosa aceptar. El distanciamiento histórico era nulo. No obstante, la soluciónfue genial: Massaguer sienta ante una mesa de dominó a los líderes delenfrentamiento bélico mundial, y optimiza el mensaje con un códigoigualmente universal, cuando homologa el resultado final del juego con elde una guerra que todavía no estaba decidida para ninguno de los bandosen conflicto. Las parejas: Roosevelt con Churchill (sapea Stalin), yMussolini con Hitler (sapea Hiroito). El juego está cerrado a nueve porlas dos cabezas; Mussolini tiene fichas muy altas, también Roosevelt. Encuanto a las fichas puestas sobre la mesa y las que tienen ambos contrincantes,Hitler tiene las más bajas; pero antes le toca jugar a Churchill,que le queda una sola: el doble nueve, con la cual «se pega» por las doscabezas... y gana.El «Doble nueve» contribuyó como ninguna otra caricatura a la causade los Aliados, por lo que resultó la más famosa de la Segunda Guerra Mundial,según encuesta realizada por la Casa Brentano de París y NuevaYork. Entre las obras de un alto nivel estético que descollaron en la interpretacióndel asunto bélico durante la comentada contienda, ella fuetan emblemática para la caricatura, como para la fotografía, por ejemplo,la foto tomada en la cima del monte Suribachi, en Iwo Jima (1945).El «Doble nueve» se reprodujo como litografía; se estima que la tiradaalcanzó las doscientas copias. Para financiar la impresión, Massaguervendió cada grabado a cinco pesos. Un número pequeño de grabados sedistribuyó gratis entre personalidades de la época. Queda constancia escritaen sus papeles, que por este concepto recibieron el «Doble nueve»el presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt; el primerministro de Inglaterra, Sir Wiston Churchill, y los miembros de la Oficinade Asuntos Inter-Americanos, Nelson Rockefeller, Wallace H. Harrisony Francis Jameson. Otras caricaturas de interés de este período, fueronla de Charles De Gaulle, la que donó al comité central habanero delMovimiento Francia Libre, sita entonces en Manzana de Gómez 317, yla de Adolfo Hitler, aparecida en la revista Cookery Book (1941), en laque el líder nazi, con cuerpo de pato, aparece desplumado dentro deuna cazuela, mientras Wiston Churchill funge de chef de cocina.Massaguer.pmd 23226/10/2010, 16:52