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mayor ternura que irradió un tiempo de crisis y gradual deshumanización,salvando a sus semejantes de hundirse en la más completa soledad.Todo lo que Massaguer logró decir a través del dibujo, lo dijo Charlot–y mucho más– a través de los gestos. «El gesto es la única comunicaciónque no traiciona», declaró en una ocasión ese otro gran mimo delsiglo XX, el francés Marcel Marceau. De toda la comunicación visual, lamás cercana al gesto siempre ha sido y será la caricatura. Sólo una diferencia–que ya el desarrollo tecnológico en cierta medida ha borrado–,en tanto la caricatura encontró en el dibujo su memoria desde hacemiles de años, el gesto la vino a encontrar en el cine hace apenas un siglo.Tales correspondencias entre los dos lenguajes no le fueron ajenas aMassaguer, para quien el conocimiento de Chaplin lo acercó más a Charlot,es decir, al lenguaje del gesto. Además, ambos eran hombres depueblo, que llegaron a la fama y a poseer un estatus de vida alto graciasal trabajo y al talento; la constante de ambas vidas fue siempre eltrabajo, la entrega a su trabajo y, por si fuera poco, los dos pertenecíana una izquierda muy particular, su izquierda, que dicho sea de paso,no siempre fue entendida.De su sincera admiración por el genial actor cabe inferir otra relación…Pero, para develarla, nadie mejor que José Carlos Mariátegui, cuandoen «Esquema de una explicación de Chaplin», dice de él: «Chaplintiene todos los sufragios: los de las mayorías y las minorías. Su fama es,a la vez, rigurosamente aristocrática y democrática. Chaplin es un verdaderotipo de élite, para todos los que no olvidamos que élite quieredecir electa». 30 Sustitúyase Chaplin por Massaguer y tendremos la apuntadacorrespondencia. A ella rinde culto el caricaturista, justamente, enel dibujo a toda página que ilustra el citado artículo de Mariátegui, donderepresenta a Charlot a la manera de la ya clásica escena final de muchosde sus filmes: en lo alto de un camino sin fin, de espaldas al público,yéndose en la tarde con el sol, mientras el viento de otoño desnudalos árboles. Igual de ilustrativo será el título: Chanson sans paroles.El invierno y la depresión –la existencial y la económica– no harán mellaen Massaguer. Una ilustración suya aparece en el primer númerode Carteles de 1933: un joven, de rodillas, le implora a Dios: «Señor: yano te pedimos siquiera un feliz año nuevo, sino uno un poquito mejor30José Carlos Mariátegui:«Esquema de una explicaciónde Chaplin», en Social,diciembre, 1929, p. 11.217Massaguer.pmd 21726/10/2010, 16:52