Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

29Conrado W. Massaguer:«De mí para ti», en Social,agosto, 1921, p. 48.30Conrado W. Massaguer:«De mí para ti», en Social,enero, 1922, p. 5.31Jorge Mañach: «El decenariode Social», en Social,febrero, 1926, p. 9.104atravesaba el país desfavoreciera su posicionamiento a pocos meses desu aparición, viéndose «la dirección de Cinelandia obligada a suspendertemporalmente su publicación... y refundirse en la sección “La pantalla” deCarteles, que llevará el título de Cinelandia desde julio». 29No obstante, Social seguía llenando la mejor parte del tiempo de Massaguer.No era cosa de juego hacer la revista insignia del periodismo social y culturalde la época con la calidad requerida y ganar hondura en los contenidos.«Sólo Dios y nosotros sabemos la serie de afanes y sacrificios que representaen nuestro medio ambiente el sostener una publicación de esta índole», 30escribiría a inicios de 1922. Mientras que Jorge Mañach, en el número conmemorativoal décimo aniversario de la publicación, precisaba: «Nadie seimagina cabalmente lo que representa mantener en Cuba durante diez añosuna revista artístico-literaria y social, substrayéndose a los criterios menguados,a la cursilería y al poco más o menos». 31Estos contenidos y el despliegue de recursos propios de la gráfica decomunicación para darles una dimensión visual a tenor con la novedadde los mismos, por el momento, serán atisbos de un cambio que, de manerafragmentaria pero inequívoca, empieza ya a vislumbrarse; anticipo,sin dudas, del proceso de radicalización que irá operando en Social apartir de ahora y durante toda la «década crítica», como la llamara suamigo y futuro intelectual marxista Juan Marinello. Y es que Massaguer,en la medida que se va encontrando a sí mismo, se hace más cubano yuniversal. El mejor síntoma del comentado cambio bien puede verificarse,en un primer momento, en el nuevo sentido que cobra el componentefemenino en los contenidos de la publicación. Si en los inicios el espacioque se le daba a la mujer en la revista se ceñía en lo esencial a la crónicasocial, en la que primaba un tratamiento afectado y superficial de esta encorrespondencia con el interés de la clase a la que iba dirigida, ahora,por el contrario, es otra mujer, menos superficial y más atenta a las cuestionesdel espíritu y la cultura, la que empieza a ganar un lugar en suspáginas. Así lo evidencian de manera anticipada las secciones «Poetisascubanas» y «Costumbristas cubanos», ambas a cargo de Emilio Roig deLeuchsenring. Si en la primera, creada un año atrás, Roig había presentadodoce poetas ya desaparecidas (una por número), ahora, en 1920,presentará doce en activo, entre las cuales destacan Luisa Pérez deMassaguer.pmd 10426/10/2010, 16:52