Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

9Nydia Sarabia: La patriota delsilencio. Bogotá, 2001, p. 58.30en los ojos hasta cegarle, quedará en su imaginación, en sus deseos,como una realidad a la cual habrá que volver en algún momento, pormás que sienta entonces que sus mejores horas son las de los días deasueto que pasa bajo el maternal cuidado de doña Ubaldina Barrancoy Guerra, viuda de Benjamín Guerra, quien constituyera con Martí yotros notables cubanos la Junta Revolucionaria de Nueva York.Hacia fines de su estancia neoyorkina vivirá en la casa de huéspedesque tiene en Liberty, en las montañas cercanas a Nueva York, CarmenMiyares. Allí, confiesa Massaguer, «me saturé de la vida del Apóstol». Yno podía ser de otra forma, tratándose de Carmita. Toda ella aún vive–y vivirá– del recuerdo de su Martí. «Había echado raíces en EstadosUnidos y temió, sin duda alguna, que las ideas de Martí no se plasmaranen lo más mínimo. (...) Ella siguió viviendo de su trabajo en la casa dehuéspedes, humilde y sencilla… (…) Fue celosa guardiana del único tesoroque le dejó Martí: su rica, ejemplarizante e histórica papelería». 9 Laestancia del joven Massaguer en la casa de Carmita tiene que haber sidouna perpetua lección de humildad, amor e historia. A su carácter sociableno le debió faltar tampoco el condimento del honor, que tan bien prodigabael espíritu irreducible de Carmita. Distante de allí, tanto como lo podíaestar Italia, Giacomo Puccini estrenaba Madame Butterflay, ópera quellegaría a ser una de las favoritas del futuro caricaturista.En 1905, Massaguer regresa a Yucatán. El padre, fiel a la tradición delas familias pudientes y ricas criollas, había venido preparando el futurode los dos hijos varones desde que los envió a estudiar a Norteamérica.Ahora, el nuevo paso para alcanzar ese futuro, era darles carrera... Pero,no en Yucatán, sino en la recién estrenada República, cuyo espectro deposibilidades profesionales parecía abrirse en demasía para los de suclase y compromiso político. Por lo que Conrado, a poco de llegar deNueva York, viaja de nuevo con el padre a La Habana, ahora con elpropósito de estudiar la carrera de arquitectura. Si bien esta carrera distade la profesión que lo haría un artista notable, delata ya su definitivavocación por el arte y el dibujo.Un día soleado –como tantos otros en la vida de todo cubano–, donJosé, en compañía de Conrado, visitará a un amigo suyo del Camagüey,Massaguer.pmd 3026/10/2010, 16:52