Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

massagueriana lo exprese como un comentario más de salón: «Ahora,allá, en la aristocrática barriada del Cerro, en la amplia y señorial casa delos Jorrín, hemos montado nuestras oficinas y establecido nuestra imprentay talleres, que son los del flamante Instituto de Artes Gráficas». 9En el número correspondiente a abril, el hecho se hace más informativo,a recaudo del interés publicitario: «Tenemos el honor de poner en conocimientopúblico, la apertura de nuestros estudios y talleres de artes gráficas,equipados con maquinarias e instrumentos ultramodernos, cuya direcciónha sido encomendada a expertos europeos y americanos. Utilizando losprocedimientos más avanzados de esta industria, e implantados por primeravez en Cuba, ofrecemos nuestros servicios en competencia con lasprincipales casas extranjeras en todo aquello que abarque nuestra profesión,tales como catálogos ilustrados, carteles, revistas, documentos bancarios,cartas e impresos para oficinas, etiquetas, etc.». 10 El anuncio encuestión, deja traslucir un orgullo gráfico de igual catadura nacionalista queel manifestado en el editorial del primer número de Social; pero, esta vez,en un tono más competitivo, si es que cabe el término, que bien recuerda alde los impresores de la Colonia, cuando hacían público «lo último» traídodel extranjero para darle un mejor servicio a la población. 11Al interés promocional de Massaguer, se sumará la labor editorial delInstituto de Artes Gráficas con la aparición del libro Los 7 Pecados: recopilaciónde los mejores cuentos de Alfonso Hernández Catá. El hombreque introdujo a Massaguer en el ámbito periodístico habanero, cuandotodavía este era un joven imberbe, se vio así reciprocado. Años después,Hernández Catá sería representante literario de la revista Socialen Madrid, en sustitución del notable hombre de letras mexicano AlfonsoReyes, quien hasta entonces había asumido esta función en la capitalespañola. La coincidencia y el relieve internacional de ambas figuras, lehizo decir a Massaguer, no sin cierto orgullo: «Dos Alfonso fueron losrepresentantes de Social en Madrid».Ajeno a la vulgaridad y a los convencionalismos dominantes, aunquenunca al humor, las normas de nuestro editor se ciñeron siempre a las delbuen gusto, con las que aspiró culturizar «desde arriba» a las clases socialesque con mayor poder económico determinaban el rumbo políticode la nación. Además, Massaguer cree en la posibilidad de que, desde9Conrado W. Massaguer:«Aniversario», Social,enero, 1917, p. 9.10Conrado W. Massaguer:Social, abril, 1917, p. 32.11Compárese, si no, con el quepromociona el magníficomuestrario de tipos y viñetasde José Severino Boloña,impreso en La Habana,en 1836. «El impresor Boloñatiene la satisfacción de ofrecernuevamente su Oficina, la queha surtido completamente conun gran acopio de hermososcaracteres y viñetas (…)cinco prensas de patentede primer orden (…) máquina denueva invención (…)dos prensas de cortarimpresiones (…) hecho venirtodo con especial encargode España, Francia y losEstados Unidos de América.»Muestra de los caracteresde letras de la imprenta deMarina de la propiedadde Don José Severino Boloña.Editorial Letras Cubanas,La Habana, 2001, s/ p.81Massaguer.pmd 8126/10/2010, 16:52