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mensuario; parte sustancial de la nueva visualidad que se quería generalizaren la sociedad cubana a recaudo de un mejor buen gusto de esta,así como complemento de los propios contenidos literarios, por lo generalrepresentativos de las figuras y creaciones de vanguardia del país yel mundo de habla española. En este último aspecto son esencialesMassaguer y José Manuel Acosta, quienes le darán al diseño gráfico deSocial un sentido minorista –si es que cabe el término–, haciendo que elnuevo órgano parezca «cada vez menos una réplica de revistas neoyorkinasy cada vez más una revista literaria». 20 Massaguer crea un patrónde identidad editorial tan válido que, cuando en ocasiones intervieneen su plasmación otro diseñador, sea Acosta o Surís, la concepción siguesiendo la suya. Esto se pondrá de manifiesto en el diseño de portada.Habrá que esperar todavía unos años para que un diseñador de laclase de Acosta pueda introducir variables de codificación en dicho espaciode diseño, como las que le propicia el art decó, aunque sin faltarlea la identidad inicial del mensuario. Este ideal de la visualidad cubana dela época de manifiesto en Social, será resultado de lo que el ya citadoTablada llamó el «Massaguer spirit».«El primer movimiento –argumenta Tablada– de quien ve por vez primeraun ejemplar de este periódico y se da de cuenta que está hecho enCuba, es de sorpresa. La perfección tipográfica se antoja alemana oinglesa; la cubierta jubilosamente colorida, de alegres matices, de francacromatización que odia a los tonos grises, por esto y por la gracia delarabesco, tiene un perfume de París, con propio olor y solar claridad detrópico, que desconciertan». 21 Mañach, por su parte, escribe: «A pesarde su afinidad administrativa con Carteles, el popularísimo semanarioque nos divulga todas las curvas fotogénicas de todas las playas y escenariosde América... Social nunca se ha permitido exhibir más desnudecesque las inánimes y puras de los museos. Y sin embargo, es en gran medidauna revista sensual, casi voluptuosa. Nos encandila la mirada con unafrivolidad un poco insolente de trópico; estride algo de color cuando leparece, retrata muchachas guapas, saraos fastuosos, clubmen divertidos,artistas de cine, y su papel espeso y su rica pesantez dan, al tomarla,una gran sensación de alegría substanciosa, como si tomásemos enlas manos una fruta reventona de primavera. No obstante –continúa20Ambrosio Fornet: En blancoy negro. Ob. cit. p. 52.21José Juan Tablada.Ob. cit., p. 47.139Massaguer.pmd 13926/10/2010, 16:52