Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

13Conrado W. Massaguer:Guignol. Ob. cit., s/p.52de una caricatura, estaba ya implícita su adscripción a la tendenciaimpresionista. Con todo, la reelaboró. Es decir, no se quedó en lo importadode la tendencia, sino que la adecuó a una forma muy personal desentirla, de expresarla, que finalmente no sólo la hizo más suya, sino tambiénmás cubana y universal.Massaguer tomó del impresionismo, por un lado, la idea de captar laexpresión exacta, el gesto y hasta el talante definitivo de una personalidad;por el otro, exaltar la simplificación de la línea, en aras de un mayorvigor plástico y desentrañamiento de raigambre psíquica. Característicasque se acentuarían con su desarrollo profesional, tanto en la caricaturacomo en la ilustración de asunto publicitario y humorístico, para particularizarun hacer que lo pondría a la par de aquellos que valoró comopadres de la nueva tendencia. Así lo hace saber en la introducción a sulibro Guignol, en más de un sentido, su credo artístico: «Cada individuotiene un rasgo fácil para el caricaturista; pero nunca se encuentra esterasgo en el mismo punto. A veces un zapato ajustado, un ojal florido, unmovimiento peculiar al caminar, deja entrever el alma del modelo (...) Yoconcibo la caricatura como obra del momento. Es un arte que puede serel resultado feliz de muchos años de práctica; pero que no halla el éxitotras el rebuscamiento obstinado de líneas superpuestas, para obtener ladefinitiva. La expresión se produce o se renueva cada segundo, ya seria,ya cómica... El expresarla, he ahí la habilidad del caricaturista. Unacharge se obtiene de momento, o después de un detenido estudio delmodelo. Pero la ejecución tiene que ser, a mi juicio, instantánea, exentade titubeos y enmiendas». 13A diferencia del pintor, Massaguer sabe que el caricaturista que se compadezcade su víctima, perece. El pintor pinta la máscara, el caricaturistala rasga. Y para ello no necesita tanto de los colores, como de la puntade un lápiz bien afilado. La línea se corrige con la línea. Él no tiene queembellecer nada. Su belleza le viene de una estética beligerante, que noencubre, saca; que no miente, denuncia. De ahí, quizás, el hecho ciertode que los dictadores y regímenes totalitarios la desprecien, aunque la utilicenpara desacreditar a sus críticos y enemigos. En gran medida la sátiray el humor se han hecho a expensas de la burla a la autoridad y al poder.A una parte importante del andamiaje dramático-humorístico del cineMassaguer.pmd 5226/10/2010, 16:52