Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

que la convierte en verdadera promotora de sus necesidades expresivascomo Grupo y como individuos. No es lo mismo Mozart en Viena, que enPiedrecitas, provincia de Camagüey. Así, también, lo entendió Marinello:«Por primera vez entre nosotros se observa un grupo numeroso de hombresdesinteresados y de cultivado espíritu, unido sin prejuicios, ni fútilesrecelos, junto a una bandera de alta cultura». 28 Está de más decir que «labandera de alta cultura» a la que hace referencia Marinello, es Social. Nose trata aquí de separar Social de Carteles, sino de ver cómo razoneseditoriales y de público diferentes, que no son otras que las que imponeuna estrategia pensada y generalizada desde una estructura de empresapuesta al servicio de los mejores intereses de una generación, se complementandesde espacios mediáticos diferentes. No se trata, tampoco, queSocial sea una revista de entretenimiento, como en ocasiones se ha queridohacer ver. Acaso, ¿Carteles no lo era?Mañach, en su antes citado texto, se expresa de esta publicación, comode un «popularísimo semanario que nos divulga todas las curvas fotogénicasde todas las playas y escenarios de América». 29 Para los amantesde la pelota o el boxeo, igualmente lo es. Y, por supuesto, para los quegustan del acontecer político y social del momento, donde tampoco faltanbanquetes, bodas y fiestas –verdadera constante del periodismo detodas las épocas–, aunque de menos ringorrango que las aparecidas enSocial. Todo depende de quien sea el lector. Por ejemplo, para los intelectualesy artistas de vanguardia Social es muy entretenida. Pongamospor caso Juan Marinello. ¿Por qué? Porque, según él, «Ninguna circunstancianacional ha dejado de ser consignada con serenidad y desinterés;ningún vicio propio de nuestra incipiente democracia ha dejado de serpuesto a luz para provocar la enmienda salvadora; ningún valor cubanoha dejado de ser exaltado justicieramente; a ningún triunfo patrio ha faltadoel regocijo y el aplauso de Social». 30 Además, «le ha dado especialatención al estudio de nuestros problemas internacionales, tan numerososy delicados, y a los estudios de investigación en el campo feraz y casiinexplotado de nuestra historia (...) y ha venido publicando, sin interrupción,junto con el estudio de estados colectivos pasados, completas biografíasde nuestras grandes figuras de la Colonia y de la Revolución (refiérasea las guerras por la independencia nacional)». 3128Juan Marinello: «Social,la revista de la jovenintelectualidad cubana»,en El libro de Cuba, La Habana,1925, p. 673.29Jorge Mañach: «El decenariode Social». Ob. cit., p. 930Juan Marinello: «Social,la revista de la jovenintelectualidad cubana».Ob. cit., p. 673.31Ibídem.141Massaguer.pmd 14126/10/2010, 16:52