Descargar libro - Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau

El humor es condición exclusiva del ser humano. Quien que es, ríe. LaNaturaleza, no, porque nunca hace el ridículo. En los animales reímos loque hay en ellos de nosotros. Desde los tiempos más remotos el hombreha memorizado el humor a través del dibujo. Un ejemplo notable son losdos dibujos parietales del llamado Levante español (neolítico, 20.000a.n.e.), que recrean una cacería. En el primero, la cabra huye de los cazadores,quienes le disparan flechas; en el siguiente, se invierte la situación:el animal la emprende contra los cazadores, que corren con todassus fuerzas. Este hecho tiene que haber sido memorable para la tribu,cuando lo plasmaron sobre la piedra con un realismo que bien podríaenvidiar el más afamado dibujante. ¿Cuántas veces se rieron de ellosmismos al recordar aquel hecho? Y, ¿cuántas veces, al reír, se olvidaronde las penurias e incertidumbres que les imponía una naturaleza que estabatodavía muy por encima de sus posibilidades reales de sobrevivencia?Además, dieron testimonio e hicieron arte.Por el dibujo no sólo se llegaron a crear las primeras formas de escritura:memorias de la voz, sino también las primeras representaciones depersonas, animales y cosas deformadas o exageradas, de modo tal queatrajera la burla, el ridículo... en una palabra, la risa. Mucho antes que elhombre tuviera necesidad de escribir, tuvo necesidad de reír. En papirosexhibidos en el British Museum, el Museo Arqueológico de El Cairo yel Museo de Egiptología de Turín, se recogen escenas en las que asnos,leones, cocodrilos y monos, tocan instrumentos musicales. Otro másnotable, representa a una rata sentada en un trono, mientras un gato leofrece como ofrenda una flor de loto; alrededor, otras ratas portadorasde atributos reales contemplan la escena. Jean-Jacques Annaud, en Losconquistadores del fuego, recrea una situación de humor propia dela prehistoria entre dos de los personajes protagónicos del filme, cuandoel que está trepado en el árbol le deja caer una piedra sobre la cabezaal que descansa bajo su sombra. Ante una situación de este tipo, yal igual que los hombres de la niñez de la humanidad, ahora sólo ríenlos niños. ¿Y los adultos? También... Pero en un contexto diferente alseleccionado por Annaud, puede pecar de ser demasiado elemental,pueril, como para darle una buena nota o crédito.Introducción11Massaguer.pmd 1126/10/2010, 16:52