You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
sangre, estaba mostrándole sus manos y sus pies traspasados, como memoriad<strong>el</strong> precio que había pagado por sus redimidos. Sabían que él había ascendidoal ci<strong>el</strong>o para prepararles lugar y que vendría otra vez para llevarlos consigo.Al congregarse después de su ascensión, estaban ansiosos de presentar suspeticiones al Padre en <strong>el</strong> nombre de Yahshúa. Con solemne temor se postraronen oración, repitiendo la promesa: "Todo cuanto pidiereis al Padre en minombre, él os lo dará. Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre: pedidy recibiréis, para que vuestro gozo sea completo." (Juan 16: 23, 24).Extendieron más y más la mano de la fe presentando aqu<strong>el</strong> poderosoargumento: "¡El Mesías Yahshúa es <strong>el</strong> que murió; más aún, <strong>el</strong> que fue levantadode entre los muertos; <strong>el</strong> que está a la diestra de Elohim; <strong>el</strong> que tambiénintercede por nosotros!" (Romanos 8: 34).Y en <strong>el</strong> día de Pentecostés vino a <strong>el</strong>los la presencia d<strong>el</strong> Consolador, d<strong>el</strong> cual <strong>el</strong>Mesías había dicho: "Estará en vosotros". Y les había dicho más: "Os convieneque yo vaya; porque si no me fuere, <strong>el</strong> Consolador no vendrá a vosotros; mas sime fuere, os le enviaré" (Juan 14: 17; 16: 7). Y desde aqu<strong>el</strong> día <strong>el</strong> Mesías habíade morar continuamente por <strong>el</strong> Espíritu en <strong>el</strong> corazón de sus hijos. Su unióncon <strong>el</strong>los era más estrecha que cuando él estaba personalmente con <strong>el</strong>los. Laluz, <strong>el</strong> amor y <strong>el</strong> poder de la presencia d<strong>el</strong> Mesías resplandecían en <strong>el</strong>los, de talmanera que los hombres, mirándolos, "se maravillaban; y al fin los reconocían,que eran de los que habían estado con Yahshúa" (Hechos 4: 13).Todo lo que <strong>el</strong> Mesías fue para sus primeros discípulos, desea serlo para sushijos hoy; porque en su última oración, realizada con <strong>el</strong> pequeño grupo dediscípulos que reunió a su alrededor, dijo: "No ruego solamente por éstos, sinopor aqu<strong>el</strong>los también que han de creer en mí por medio de la palabra de <strong>el</strong>los."(Juan 17: 20).Yahshúa oró por nosotros y pidió que fuésemos uno con él, así como él es unocon <strong>el</strong> Padre. ¡Qué unión tan preciosa! El Salvador había dicho de sí mismo:"No puede <strong>el</strong> Hijo hacer nada de sí mismo", "<strong>el</strong> Padre, morando en mí, hace susobras." (Juan 5: 19; 14: 10). De modo que si <strong>el</strong> Mesías está en nuestro corazón,obrará en nosotros "así <strong>el</strong> querer como <strong>el</strong> obrar a causa de su buena voluntad."(Filipenses 2:13). Trabajaremos como trabajó él; manifestaremos <strong>el</strong> mismoespíritu. Y amándole y morando en él así, creceremos "en todos respectos en <strong>el</strong>que es la Cabeza, es decir, en <strong>el</strong> Mesías." (Efesios 4: 15).54