Si fuera posible para los seres terrenales obtener un pleno conocimiento deElohim y de sus obras, no habría ya para <strong>el</strong>los, después de lograrlo, nidescubrimiento de nuevas verdades, ni crecimiento en conocimiento, nidesarrollo ulterior d<strong>el</strong> espíritu o d<strong>el</strong> corazón. Elohim no sería ya supremo, y <strong>el</strong>hombre, habiendo alcanzado <strong>el</strong> límite d<strong>el</strong> conocimiento y progreso, dejaría dead<strong>el</strong>antar. Demos gracias a Elohim de que no sea así. Elohim es infinito; "en élestán todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia." (Colosenses 2: 3). Y portoda la eternidad los hombres podrán estar siempre escudriñando, siempreaprendiendo sin poder agotar nunca, sin embargo, los tesoros de la sabiduría,la bondad y <strong>el</strong> poder.Elohim quiere que aun en esta vida las verdades de su Palabra continúensiempre rev<strong>el</strong>ándose a su pueblo. Y hay sólo un modo para obtener esteconocimiento. No podemos llegar a entender la Palabra de Elohim sino por lailuminación d<strong>el</strong> Espíritu por <strong>el</strong> cual fue dada la Palabra. "Las cosas de Elohimnadie las conoce, sino <strong>el</strong> Espíritu de Elohim," (1 Corintios 2: 11) ; "porque <strong>el</strong>Espíritu escudriña todas las cosas, y aun las cosas profundas de Elohim" (1Corintios 2: 10). Y la promesa d<strong>el</strong> Salvador a sus discípulos fue: "Mas cuandoviniere Aqu<strong>el</strong>, <strong>el</strong> Espíritu de verdad, él os guiará al conocimiento de toda laverdad; ... porque tomará de lo mío, y os lo anunciará’ (Juan 16: 13, 14).Elohim quiere que <strong>el</strong> hombre haga uso de la facultad de razonar que le hadado; y <strong>el</strong> estudio de la Biblia fortalece y <strong>el</strong>eva la mente como ningún otroestudio puede hacerlo. Con todo, debemos cuidarnos de no deificar la razón,porque está sujeta a las debilidades y flaquezas de la humanidad. Si noqueremos que las Sagradas Escrituras estén v<strong>el</strong>adas para nuestroentendimiento, de modo que no podamos comprender ni las verdades mássencillas, debemos tener la sencillez y la fe de un niño, estar dispuestos aaprender, e implorar la ayuda d<strong>el</strong> Espíritu Santo.El conocimiento d<strong>el</strong> poder y la sabiduría de Elohim y la conciencia de nuestraincapacidad para comprender su grandeza, debe inspirarnos humildad, ydebemos abrir su Palabra con santo temor, como si compareciéramos ante él.Cuando tomamos la Biblia, nuestra razón debe reconocer una autoridadsuperior a <strong>el</strong>la misma y <strong>el</strong> corazón y la int<strong>el</strong>igencia deben postrarse ante <strong>el</strong>gran YO SOY. Hay muchas cosas aparentemente difíciles u oscuras, que Elohimhará claras y sencillas para los que así procuren entenderlas. Mas sin ladirección d<strong>el</strong> Espíritu Santo, estaremos continuamente expuestos a torcer las80
Sagradas Escrituras o a interpretarlas mal. Hay muchas maneras de leer laBiblia que no aprovechan y que causan en algunos casos un daño positivo.Cuando <strong>el</strong> Libro de Elohim se abre sin oración y reverencia; cuando lospensamientos y afectos no están fijos en Elohim, o en armonía con su voluntad,<strong>el</strong> corazón está envu<strong>el</strong>to en la duda; y entonces, con <strong>el</strong> mismo estudio de laBiblia, se fortalece <strong>el</strong> escepticismo. El enemigo se posesiona de lospensamientos y sugiere interpretaciones incorrectas. Cuando los hombres noprocuran estar en armonía con Elohim en obras y en palabras, por instruidosque sean, están expuestos a errar en su modo de entender las SantasEscrituras y no es seguro confiar en sus explicaciones. Los que escudriñan lasEscrituras para buscar contradicciones, no tienen penetración espiritual. Convista perturbada encontrarán muchas razones para dudar y no creer en cosasrealmente claras y sencillas.Pero, disfráces<strong>el</strong>o como se quiera, <strong>el</strong> amor al pecado es casi siempre la causareal de la duda y <strong>el</strong> escepticismo. Las enseñanzas y restricciones de la Palabrade Elohim no agradan al corazón orgulloso, lleno de pecado; y los que noquieren obedecer sus mandamientos, fácilmente dudan de su autoridad. Parallegar al conocimiento de la verdad, debemos tener un deseo sincero deconocer la verdad y buena voluntad en <strong>el</strong> corazón para obedecerla. Todos losque estudien la Biblia con este espíritu, encontrarán en abundancia pruebas deque es la Palabra de Elohim y pueden obtener un conocimiento de susverdades que los hará sabios para la salvación.El Mesías dijo: "Si alguno quisiere hacer su voluntad, conocerá de mienseñanza." (Juan 7: 17). En vez de discutir y cavilar tocante a aqu<strong>el</strong>lo que noentendáis, aprovechad la luz que ya brilla sobre vosotros y recibiréis mayorluz. Mediante la gracia d<strong>el</strong> Mesías, cumplid todos los deberes que hayáisllegado a entender y seréis capaces de entender y cumplir aqu<strong>el</strong>los de loscuales todavía dudáis.Hay una prueba que está al alcance de todos, d<strong>el</strong> más educado y d<strong>el</strong> másignorante, la prueba de la experiencia. Elohim nos invita a probar por nosotrosmismos la realidad de su Palabra, la verdad de sus promesas. El nos dice:"Gustad y ved que Yahweh es bueno." (Salmo 34: 8). En vez de depender de laspalabras de otro, tenemos que probar por nosotros mismos. Dice: "Pedid, yrecibiréis." (Juan 16: 24). Sus promesas se cumplirán. Nunca han faltado;81