NUESTRA 1ª NAVIDAD - Galería Recomienda

REWMi PobreAngelito50Nuevamente los años 90 nos traen un títulotraducido que sin tener nada que ver con eloriginal logra por décadas pegar sin problemaen las generaciones latinas. Mi pobre angelito(Home Alone), la original y su secuela, se consagraroncomo clásicos navideños que arrancaronmás de una sonrisa a niños y adultos,por más roche que hoy en día les pueda daradmitirlo.La historia del divertido y conchudo KevinMcCallister (un histriónico y pre-drogadictoMacaulay Culkin), a quien su familia deja porerror en su lujosa casa en los suburbios de Chicagopara irse a pasar Navidad a París (y el lujolo dejaban en casa, porque eran tantos que parecíanun familión en pollería dominguera), esrecordada por todos con humor y melancolía.Con el objetivo cumplido, el director ChrisColombus puede dormir tranquilo sabiendoque deja un legado memorable, pero nosin antes agradecer al fallecido director JohnHughes, quien funge como productor de laspelículas (I y II) y, como merecido rey de la comediafílmica ochentera, muestra claramentesu mano mágica en el guión.La historia la conocemos perfectamente:una vez que Kevin se encuentra solo y abandonadoen su casa, se le acaba la gracia al pocotiempo y se ve obligado a defender su residenciade los ladrones más estúpidos del vecindario,inolvidables roles de Joe Pesci y el otro (losiento, pero tu carrera no fue tan prolífica).La secuela, Mi pobre angelito II: Perdido enNueva York, fue igual de famosa y bien trabajada.Era imposible que te cayese mal este niñoque se paseaba con la tarjeta de crédito de supapá alquilando limosinas en Manhattan paraconocer las mejores jugueterías de la ciudad.Mención honrosa también merece la actrizKatherine O’Hara, quien hace de Kate Mc-Callister, la mamá de Kevin, la cual sufre y sesiente culpable por el abandono recurrente desu pequeño duende. El grito “¡Kevin!” en elavión cuando se da cuenta de que lo dejaronen Chicago podrá ser escuchado por años deaños en millones de televisores del mundo.Importante también es resaltar el trabajodel director musical John Williams, quien compusola conocida partitura utilizada en ambaspelículas y que inevitablemente nos hace derramaruna lagrimilla cuando vemos al pequeñoKevin parado solito frente al gigante árbolde Navidad neoyorquino dándose cuenta de lomucho que en realidad extraña a su familia.