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NUESTRA 1ª NAVIDAD - Galería Recomienda

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La fe muevemontañasCreer en lo que no se ve. La fe exige un estadode ceguera difícil de aceptar para muchos.Esta es una de sus reglas incondicionales, sobretodo, si de fe hacia una fuerza todopoderosase trata. Dicen que con solo una pizca -comoen toda receta infalible- puedes hacer que el“universo confabule” para que lo que tantodeseas finalmente suceda. La fe, se le nombra,se invoca, se pide, e incluso, se implora.También recurrimos a ella cuando todas lasalternativas posibles parecen haberse agotado.“Ten fe”, suelen decirnos cuando el destinoparece haber puesto todo en nuestra contra,como si fuera una última oportunidad bajo lamanga, el as que tanto esperamos. La fe tienemuchos defensores a lo largo del mundo y3,828 fans en su página de Facebook (http://www.defensoresdelafe.org). Debe ser parte dela naturaleza humana aferrarse a las cosas.Por algo dicen que es la fe lo último que unopierde. La verdad, se habla muy bien de la fe,llegando a decir, incluso, que esta puede movermontañas. Increíble, pero, ¿cierto? Será cuestiónde tener fe.Hablar de fe o de Dios, siempre ha desatadomucha polémica. Ni de política, religión ofútbol hay que discutir. Aunque se tenga losmil y un argumentos para defender una posturay esta parezca la más coherente del mundo,intentar convertir las creencias de otro puedeterminar ofendiéndolo o lastimándolo. Sobretodo si del otro lado nos encontramos con argumentosy creencias igualmente válidas. Incluso,nosotros mismos evitamos el tema porno sentirnos seguros acerca de lo que creemos(o creemos creer). ¿Nos preguntamos a menudoqué rol juega Dios en nuestras vidas?¿En nuestras decisiones? ¿En nuestro destino?O simplemente pasa que recurrimos a Él enlos momentos donde pareciera que solo unafuerza sobrehumana podría sacarnos de esasituación. Sacarnos de ese lío. De ese trámite.De ese tráfico infernal de hora punta. De esamigraña. O hasta podría ayudarnos a sacarnosla Tinka. ¿Por qué negarlo? La preguntaes: ¿estamos frente a una creencia basada en laespiritualidad o simplemente frente a una relaciónclientelista entre nosotros y una fuerzasuperior?La religión es elopio del puebloKarl Marx (1818 - 1883), autor de esta frasetan polémica como famosa, interpreta su contenidoargumentando que las personas estabancuasi programadas para creer que todaslas penas, injusticias, enfermedades o males deeste mundo eran “voluntad de Dios”. Por estarazón, no solo deberían aceptar sumisamenteestos infortunios, sino también esperar ser recompensadospor ello con una “vida mejor”en el más allá. Según el filósofo alemán, la religiónno solo estaría posponiendo la felicidadde las personas, sino también sometiendo susalmas a una resignación divina justificada ypremiada solo por Dios. Con esto, Marx, amadopor muchos, odiado y criticado por otrostantos (entre los que por supuesto se encuentrala Iglesia), no quería criticar precisamente lareligión como fin, sino como forma. Para él,otorgarle valores como amor y bondad y el poderde controlar nuestras vidas a un solo serdivino, era quitarle al ser humano la capacidadde decidir sobre su vida. ¿Por qué negarle alas personas esas bondades y dárselas solo unadeidad o fuerza superior? ¿Por qué no podríanser las personas realmente la imagen de su diosen la tierra? Hoy en día, parece que los idealesde un “más allá”, un “cielo” o de una “eternidad”que nos esperan han cedido lugar a ideascomo la de un “paraíso terrenal” que gira entorno a la certeza de que todo se paga en estavida.El antropólogo y profesor universitarioCésar Zamalloa me dijo en una ocasión: “Lareligión va a desaparecer”. Ok, lo admito, mecuesta entender esta afirmación. Pensar queuna fuerza que durante miles de años ha tenidoun gran poder sobre la vida humana puedaquedar de pronto obsoleta me parece pocoprobable. Sin excepción alguna, la religiónha aparecido en todas las sociedades y en lanuestra, con sus broncas y desencantos, no hahecho excepción. Somos testigos de una constantetensión entre la perspectiva religiosa y elpensamiento moderno. El racionalismo parecehaber cobrado un renovado papel en la búsquedade respuestas a las grandes incógnitasde la vida. Incógnitas que ni la fe ni la religiónhan podido refutar con mucha conviccióndesde su postura. Sin embargo, este enfrentamientoentre la religión y la ciencia lejos estáde llegar a su fin. Siempre surgirá alguna delas dos posturas con una propuesta más alentadoraa esos cuestionamientos fundamentalessobre el sentido y la razón de la vida. Lo acertadosería, entonces, preguntarnos qué diferentesformas están adoptando las creencias yprácticas religiosas hoy. Por otro lado, ¿cómoestas fuerzas se están transformando junto alos grandes cambios de la vida social en la eramoderna?Dios, ¿eres tú esavoz en mi cabeza?¿La frase “oh, Dios mío” te suena familiar? Mequedo pensando unos segundos cuándo fue laúltima vez que la dije y un recuerdo se aproximaa mi cabeza. Al momento que me propusieronescribir este artículo, acepté sin dudarloun segundo. Sin embargo, minutos después dehaber soltado mi entusiasta respuesta y de habermedado cuenta de la gran tarea que tenía,una voz desde mis entrañas la dijo: “oh, Diosmío”. ¿Con quién realmente habla uno cuandomenciona a Dios en su cabeza? Algunos ledicen la conciencia, la razón, ética, otros, unpoco más profundos como uno mismo, alma,ser, mi psicóloga le diría alter ego. Esa voz adquiereinfinitos nombres e interpretaciones.Me pregunto: ¿esa voz con la que hablamos, yhasta con quien peleamos, realmente nos responde?¿Es tan poderosa como para soltarnosuna respuesta de consuelo? Cuando lo situamosen las conversaciones que uno tiene con símismo, Dios parece cercano.En cualquiera de sus expresiones, el misticismomágico-religioso que representa la voluntad deDios o este ser todopoderoso, no podría perdervigencia ni siquiera con la racionalidad delsiglo XXI. Hay algo dentro de nosotros quetodavía quiere creer en esta magia, en quealgo inesperado puede pasar. ¿Milagros? ¿Intervencióndivina? Lo importante es que, pormás que intentemos ser los más pragmáticosdel mundo, el pensamiento mágico siempreestará presente y, aceptémoslo, normalmentesuena mucho más alentador. Tendencias contemporáneascomo sectas, movimientos espiritualesy otras nomenclaturas, solo hacen quela figura de un dios, ya sea como una energía,una cábala o una lineación astrológica, estémás cercana al hombre, el cual se encuentraen constante búsqueda de más respuestas.78

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