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Eloy Alfaro: Pensamiento y Políticas Socialesa los huérfanos y a los ancianos, así como a toda persona necesitadade auxilio en salud, medicinas o protección social. Confióen que la creación de la Asistencia Pública daría un paso adelante,a fin de que el Estado cumpliera con alguna misión social.Pero también observó el eficaz funcionamiento de la Junta deBeneficencia de Guayaquil, que cumplía, con aportes y concursoprivados, las tareas sociales gubernamentalmente aspiradas. Poreso, en distintos mensajes puso como ejemplo a esa institución yllamó a que se conformaran instituciones similares en todas lasprovincias del país. En 1901 Alfaro sostenía:La experiencia adquirida durante largos años en el nuestro,evidencia los buenos resultados de confiar la dirección, conservacióny administración de los establecimientos de beneficenciaa Juntas que, como la de Guayaquil, sean compuestasde personas honorables sin tomar en cuenta su filiación política.De allí el haberse puesto en práctica el Decreto de 26de Junio de 1896 y la formación en Marzo último de la Juntade Beneficencia que funciona en esta Capital, y cuya laboradministrativa, fecunda desde luego en buenos resultados,ha venido a satisfacer las aspiraciones del Gobierno. En lostres meses que lleva de vida la Junta, se palpan los beneficiosrealizados, los cuales demuestran lo conveniente que es interesara los asociados de una misma circunscripción civilen la administración y fomento de lo que a su localidad serefiere. Tal es la idea que encarna el Proyecto de Ley que presentaráel Ministerio, estableciendo Juntas de Beneficenciaen las capitales de provincia donde no las hubiere, así comootros también sobre Beneficencia. 17Las Juntas no adquirieron la dinamia ni la eficacia que tuvo la deGuayaquil. Es que aquí existía una burguesía naciente capaz deacompañar su desarrollo con alguna atención a las clases populares,en una ciudad necesitada de agua, alcantarillado, energíay, sobre todo, saneamiento y salubridad para contrarrestar lasenfermedades tropicales. En el resto del país y particularmenteen la Sierra, a las elites dominantes les bastaba gozar de rentasfáciles. Los indios seguían menospreciados y subvalorados por laclase terrateniente, porque predominaba la visión colonial heredadasobre ellos. Ningún esfuerzo estaban dispuestos a realizarlos hacendados a favor de la población indígena y mucho menosa gastar en instituciones de beneficencia.En las políticas sociales de los gobiernos alfaristas también huboparticular atención a las obras de infraestructura, agua potable,saneamiento y salud, destinadas a prevenir las pestes y enfermedades,sensibles principalmente en la Costa. Por ello dedicóatención específica a Guayaquil. En Mensaje del año 1908 Alfaroconcluía:Continúa activamente la obra de saneamiento de nuestroPuerto principal: el Gobierno le ha prestado y prestará todoapoyo; y es de esperar que, dentro de poco, quedarán tambiénextinguidas la fiebre amarilla y la viruela. 18Y añadía, en un Mensaje especial:La solución del problema higiénico en Guayaquil, está en laabundancia de agua potable; puesto que la cantidad de queactualmente dispone la población, no es suficiente para llenartodas sus necesidades. 1918 Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional de 1908, p. 14.50 17 Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional de 1901, ps. 20-21.19 Mensaje del Presidente de la República al Congreso Constitucional sobre Agua Potable para 51Guayaquil, 1908, p. 4.

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