CIP-ECOSOCIALpocos son insostenibles. A diferencia de las prácticas de los grupos oligárquicos(causantes de la crisis nacional) que han controlado el Estado durante décadas,no se quiere ganar posiciones simplemente con la fuerza del número, sino con lade los argumentos y con la de la acción democrática. La constitución debe serrealmente de todos y de todas, no de un gobierno en particular.La responsabilidad es grande y compleja. Estamos ante el imperativo deconstruir democráticamente una sociedad realmente democrática, fortificada envalores de libertad, igualdad y responsabilidad, practicante de sus obligaciones,incluyente, equitativa, justa y respetuosa de la vida. Una sociedad “que incorporeel anticapitalismo sin planificación burocrática y con pluralismo político”, paraponerlo en palabras del economista argentino Claudio Katz. Una sociedad en laque sea posible que todos y todas tengamos iguales posibilidades yoportunidades, donde lo individual y lo colectivo coexistan en armonía con lanaturaleza, donde la racionalidad económica se reconcilie con la ética y el sentidocomún.Finalmente, el <strong>buen</strong> <strong>vivir</strong> -en tanto filosofía de vida- abre la puerta paraconstruir un proyecto liberador y tolerante, sin prejuicios ni dogmas. Un proyectoque, al haber sumado muchas historias de luchas de resistencia y de propuestasde cambio, al nutrirse de experiencias nacionales e internacionales, se posicionacomo punto de partida para construir democráticamente una sociedad sustentableen todos los ámbitos. Es decir, otra forma de socialismo, visto siempre como unproyecto de democracia sin fin.
<strong>Enfoques</strong> <strong>sobre</strong> <strong>bienestar</strong> y <strong>buen</strong> <strong>vivir</strong> 29La revolución del <strong>bienestar</strong>Saamah AbdallahInvestigador del Departamento de Bienestar de laNew Economics Foundation (nef) 12“No hay más riqueza que la vida”¿Qué quieren las personas?, o dicho en términos psicológicos ¿qué motivacionesmueven a los individuos? Las respuestas a esta pregunta son desde luegocomplejas y diversas, pero en última instancia todos quieren estar satisfechos consus vidas, felices (al menos <strong>buen</strong>a parte del tiempo) y tan sanos como seaposible. Aunque lo anterior suena a obviedad, vale la pena decirlo ya que amenudo se olvida. Desde esta óptica, una sociedad exitosa es aquella donde lamayoría de las personas están satisfechas, felices y sanas, o donde una minoríade personas está insatisfecha, infeliz y no goza de <strong>buen</strong>a salud. Si empleamoscriterios éticos (y lo hacemos), entonces otra condición para el éxito es que estafelicidad y esta salud puedan lograrse con el menor perjuicio posible <strong>sobre</strong> la vidade otros (ya sea de generaciones futuras o en otros lugares del planeta) e,idealmente, mejorándola.Esta postura da lugar, por supuesto, a numerosos debates, como la formaprecisa en que las emociones positivas se hacen realidad (es decir, se traducenen entidades mensurables y expresadas mediante indicadores), la importanciaque se le da a los promedios, los mínimos y las variaciones, cómo delimitamos laextensión de nuestro círculo ético, y qué concesiones estamos dispuestos a hacerentre salud y felicidad en el presente y en el futuro. Sin embargo, la premisabásica es clara y difícil de refutar dentro de la lógica humanista. Es más, en 47culturas, incluyendo muchas no occidentales, los valores reconocidos como másimportantes son la salud y la felicidad. 13 Estos valores son quizás más fuertes enlos jóvenes; en una encuesta elaborada como parte del estudio británico GoodChildhood Inquiry más de la mitad de los niños (58%) eligió la opción “ser feliz”como su principal ambición, la segunda respuesta más popular (“tener unafamilia”) fue elegida sólo por el 16%. 14En lugar de utilizar los términos felicidad y satisfacción, preferimos recurriral concepto de ‘<strong>bienestar</strong> subjetivo’, pues es un concepto más amplio que puedeincluir tanto la satisfacción como la felicidad, abarcando también otras emociones12 Traducción de Nadia Talamantes.13 Diener E & Scollon C (2003) Subjective well-being is desirable, but not the summum bonum. University ofMinnesota, Workshop on Well-Being.14 Pople L (2009) The Good Childhood Inquiry. Values: A summary of themes emerging from children andyoung people’s evidence. Disponible en www.childrenssociety.org.uk/resources/documents/good%20childhood/14623_full.pdf