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No tengas miedo - Como superar el temor a la muerte - Plough

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no <strong>tengas</strong> <strong>miedo</strong>durante toda <strong>la</strong> noche, gracias a sus oraciones. Una d<strong>el</strong>as ancianas a <strong>la</strong>s que cuido se muestra angustiada ante <strong>la</strong>posibilidad de que todo esto le impidiera acudir pronto asu médico. Hace tres semanas fue sometida a una operaciónquirúrgica de importancia y hace diez días que se leacabaron los antibióticos y los analgésicos.Preocupado por su seguridad, envié un correo <strong>el</strong>ectrónicoa Anne para preguntarle cómo le iban <strong>la</strong>s cosas. Surespuesta me sorprendió: «<strong>No</strong> lo puedo explicar, perolo cierto es que me siento f<strong>el</strong>iz y completamente en paz.Estoy plenamente convencida de que Dios escucha nuestrasoraciones y de que se hará su voluntad. Eso me dafuerzas para seguir viviendo aquí. Es posible que tengaque sufrir en algún momento, pero sé que estoy en manosde Dios y eso lo significa todo para mí».Después de haber pasado varios meses en Cisjordania,Anne regresó a casa para tomarse un corto respiro. Habíacambiado. La jovencita, en otro tiempo tímida e inquieta,aparecía ahora r<strong>el</strong>ajada; si en otro tiempo había estadopreocupada por <strong>la</strong>s cosas pequeñas de <strong>la</strong> vida, como <strong>la</strong>sp<strong>la</strong>ntas de casa, sus cacatúas y su música clásica, ahora sesentía consumida por una visión mucho más amplia.<strong>No</strong> le pregunté a Anne por todo esto, ni siquiera hicecomentario alguno, pero <strong>el</strong><strong>la</strong> misma me lo explicó sindarse cuenta. Según dijo, durante un período particu<strong>la</strong>rmentetenso buscó refugio en Jerusalén, en <strong>el</strong> Huerto de162

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