Entrelíneas 24

ENTREVISTA
Movimiento Juvenil Lautaro, 1984.
Foto: Archivo memoria chilena.
Aquí, en Concepción, la experiencia
era distinta a esos lautarinos,
fueron brigadas de acción
callejera y mucha propaganda”.
De militante a cuadro
Si bien su ingreso al MJL fue más
bien por mera visceralidad, justificación
de una injusticia desparramada
por todo el territorio nacional,
de una imposibilidad de
desarrollarse fuera de los márgenes
del sistema impuesto por
la dictadura. Sus reflexiones desembocaban
en la proyectualidad
de la pelea contra los militares.
- En la medida que pasaron
los años y te fuiste haciendo
militante ¿Cuál era el análisis
teórico práctico que realizaban
ustedes como grupo?
“Me cuesta llegar a la esencia de
lo que venían reflexionado como
organización, los compañeros
que habían parido Lautaro. Pero
había una cosa que era clave
que a mí siempre me marco y
que era el eje del encanto: era
que Lautaro luchaba, a diferencia
- después se va marcando másde
lo que fue el Frente (FPMR) y
otros grupos, por la construcción
de una sociedad distinta, de un
chile popular. El foco tu lo fijabas
en la dictadura porque era la expresión
capitalista del momento.”
Siguiendo esa lógica, es que viaja
a Cuba a encontrarse con la revolución
caribeña, siguiendo los
cursos que la isla dictaba a los
militantes internacionalistas, desde
1986 hasta principios de 1988.
“A mi Cuba me marca en mi proceso
de salto como subversivo”.
El 5 de octubre de 1987 nacen
oficialmente las denominadas
Fuerzas Rebeldes y Populares
– Lautaro, milicias desarrolladas
por el MAPU a raíz del congreso
realizado ese año. Meses
después vuelve Claudio junto
al grupo de militantes que estaban
en el extranjero para “integrarnos
a esa estructura militar”.
Disputa de la esperanza
Para fines de 1988 el Plebiscito
del SI y el NO sellaba el futuro
de Chile. Pinochet sale del sillón
presidencial para pasar a dirigir
las Fuerzas Armadas, por la gracia
de la Concertación de Partidos
por la Democracia. El Lautaro
para ese tiempo cuajaba su
propuesta política de quiebre que
denominaron Guerra Insurreccional
de Masas, aplicando lo que
llamaban Copamientos Territoriales
Armados. “Al principio nosotros
controlábamos un camino,
repartíamos un camión, con contención,
con jarana con la gente
y después nosotros decíamos:
tenemos que ir abriendo la cuestión,
se extendía dos a tres cuadras
[...] Hacíamos propaganda
y combate, siempre tratando de
buscar pelear con el enemigo”.
- ¿Qué sentías al momento de
realizar este tipo de acciones?
“Lo pasaba muy bien en operaciones
de estas características,
porque eran entretenidas, porque
había mucha creatividad;
por ejemplo, para Pascua Popular,
fuimos a Peñalolén con un
camión lleno de juguetes a repartir
en las faena. Allá estaban las
secundarias vestidas de payasos
repartiendo con armas. Era mucha
locura, mucha creatividad.”
Aún así, a diferencia de otros grupos
revolucionarios, no llaman a
boicotear las elecciones, pues lo
importante de sus acciones era
“disputar la esperanza de una salida
popular al conflicto de clases”.
Llega el conteo de votos, esa
misma noche Claudio, como comandante
de la resistencia en
Concepción, junto a una tres
compañeros se pasean por Lorenzo
Arenas con armas por si ganaba
el No. “Teníamos unas eme,
andábamos con los bolsos llenos
porque era la guerra y teníamos
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