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54 • Entre palmas y rosas; diatribas y reprobación Rosa María Valles Ruiz • 55<br />
en embrión, y una Carmelita en acción. Créame usted señor repórter,<br />
para evitar el mal secular del clericalismo, sólo existe un remedio: la<br />
escuela laica. ¡Todo lo demás, es mentira!<br />
Finalmente, Hermila hizo ver al reportero que para las razones<br />
que le presentaran sus adversarios, ella tendría razones y que para las<br />
injurias, “tendré mi cesto”, señalando un cesto con papeles rotos.<br />
En su edición del 22 de febrero, El Pueblo publicó una información<br />
contradictoria sobre la candidatura de Hermila. La aspirante<br />
aclaraba que aunque le ofrecieron la candidatura no estuvo<br />
a tiempo para el registro “pasivo”, por tanto, no participaría. Sin<br />
embargo, las notas de prensa posteriores y la información registrada<br />
en su propia publicación (La Mujer Moderna) dejan ver que sí<br />
participó en la contienda electoral del 11 de marzo de 1917.<br />
Del azoro a la admiración<br />
En su edición del 3 de marzo, El Universal se refiere a la candidatura<br />
de Hermila, a quien califica como “prestigiada intelectual”, y<br />
pregunta: ¿Quién no conoce a la simpática y ardorosa partidaria<br />
y propagandista del Constitucionalismo?” Opina que las giras de<br />
Galindo por todo el país, le han dado “envidiable renombre”. Sin<br />
embargo, su pretensión de ser electa diputada ha sido materia de<br />
asombro “y no en empecatados retrógrados, sino en correligionarios<br />
de la buena causa, que miran en ello, con la mejor buena fe,<br />
no pocos peligros, precisamente para el triunfo de la magna obra”. El<br />
periódico califica a Hermila como mujer de élite, “forrada de una<br />
briosa propugnadora de los nobles ideales” y califica de legítimos<br />
sus afanes por una curul en la Cámara de Diputados.<br />
Sobre los “peligros” plantea que “no hay derecho ni honradez<br />
en vociferar que las mujeres irían en romería a las urnas, pastoreadas<br />
por levitas católicos o protestantes, a la luz del día o subterráneamente”.<br />
En materia de ignorancia y de “aprisco humano”, lo mismo<br />
son los hombres que las mujeres, destaca. Finalmente, se pronuncia<br />
por el triunfo electoral “de una mujer culta, de un espíritu selecto<br />
que puede aportar sus luces al santuario de las leyes en defensa de<br />
los grandes problemas concernientes a su sexo”.<br />
En El Independiente del 8 de marzo (Mujer Moderna, 18 de<br />
marzo, 1917), se registra la postulación de Hermila como candidata<br />
a diputada. Galindo –se comenta– ha publicado en la prensa de la capital<br />
entrevistas, artículos y cartas en que sustenta la legitimidad de su<br />
derecho para esta postulación, y con la solidez de sus argumentos y<br />
la ilustración de sus escritos, demuestra prácticamente su capacidad<br />
para ocupar el puesto, pues tiene “mejores probabilidades de hacer<br />
obra útil que muchos hombres ignorantes y sin antecedentes de ningún<br />
género que van a los Congresos no sabemos por qué milagrosas<br />
combinaciones políticas”.<br />
La postulación de Hermila Galindo tuvo seguidores, aunque<br />
no todo fue luminosidad en su camino, ya que también hubo críticas.<br />
En el diario La información (La Mujer Moderna, 29 de febrero,<br />
1917) le advertían que “ni siquiera” ella misma iba a poder<br />
ejercer el voto porque le desecharían su credencial. El propio título<br />
del artículo era burlón: “El Diputado consorte”.<br />
La reacción de Hermila ante el artículo del diario fue inmediata<br />
y enérgica, de mujer dispuesta a pelear. Con el título “La Srita.<br />
Galindo no llorará si le desechan su credencial”, a través de su<br />
semanario, la activista escribió el 29 de febrero al señor Heriberto<br />
Barrón, director del diario El Pueblo, señalando que se dirigía a<br />
él porque era “el efectivo director” del periódico La Información<br />
y “porque han denigrado de la manera más cruda e irracional la<br />
campaña política que a bien tuviera llevar a cabo cualquier persona de<br />
mi sexo”:<br />
Sin esbozo de ninguna especie, se lanzan cargos y se emplean chascarrillos<br />
y bufonadas zahirientes para la mujer que tal hiciese. Usted comprende<br />
que siendo yo la única que en mi patria ha tenido la conciencia de<br />
pretender trabajar abiertamente a pesar de sacrificios y preocupaciones<br />
vulgares por su felicidad, en el terreno político, yo debo ser la única que<br />
aparece en el párrafo a que aludo.