La Bocina Nº 332 - Abril 2016

Abril 2016
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misión de datos...
Con la excusa de “darle tiempo”, los
grandes grupos mediáticos juegan el
juego que más le gusta al gobierno: la
complacencia. No es gratis, claro: otra
de las primeras medidas de Macri fue
cancelar la ley de Medios, con lo cual
uno de los directamente beneficiados
fue el grupo “Clarín”. Mientras, el
Ministro de Comunicaciones Oscar
Aguad aseguró que “el Estado va a distribuir
la pauta oficial equitativamente”,
algo que también habían prometido sus
predecesores... con los resultados conocidos.
En los últimos días, Macri se dedicó a
desactivar focos de conflicto: el primero,
Marcelo Tinelli (!).
Al día siguiente invitó a
Olivos a Elisa Carrió, quien
había acusado al Presidente
de Boca (¿y operador del
gobierno?) Daniel Angelici
de “tráfico de influencias”
en la Justicia, curiosamente
en favor de los K. En la
reunión, Macri le dijo a
Elisa que “no es gratuito”
lo que dice. Carrió también
había denunciado el “ajuste
bestial”. Su rol de 4 de
copas de la coalición
quedó plasmado tras el
encuentro, cuando declaró
que “es divertido” hablar
con Macri. Espinoza (el
fallido candidato a vicegobernador
K, ex intendente
de La Matanza) aseguró que “si explota
el Conurbano, salta Macri”. Una guasada,
un despropósito, pero lo cierto es
que puede ocurrir si el gobierno empeora
aún más la situación de los más
carenciados.
Macri no pudo disfrutar de este buen
momento internacional (al decir del
gobierno): en 100 días, recibió en
Buenos Aires a los Presidentes de
Francia, Hollande, y de EEUU, Obama, a
quienes les pidió ayuda para resolver el
problema de los holdouts. Macri fue
recibido por el Papa (con cara de tujes,
pero recibido) y participó del Foro
Económico de Davos, con el fin último
de “atraer inversiones” hacia la
Argentina, una misión con pocos resultados,
hasta ahora.
El tema de las inversiones que alguna
vez llegarán provoca un “deja vu” de la
época de Menem-Cavallo, y muestra
que la derecha puede aggiornarse e
incluso mutar, pero el discurso es prácticamente
el mismo: aumentos de tarifas
de todo tipo y tenor, préstamos para
pagar la deuda, y sentarse a esperar la
lluvia de dólares. Una penosa remake de
la fábula del burro y la zanahoria...
Mientras se espera el aporte de capitales
extranjeros, poco y nada es lo que
hacen los grandes oligopolios nacionales:
especulan, hacen su negocio,
aumentan... Y nada más. No se entusiasman
viendo que el que gobierna el país
es uno de ellos (Franco Macri debe estar
en el top ten de empresarios argentinos).
No les interesa. Ellos ya tienen su
El gobierno nacional enseguida mostró
sus verdaderas intenciones: olvidar
promesas, anunciar un “pack”
de malas noticias y volver a insistir,
como hace 25 años, con la vaga idea
de la “reinserción de Argentina en el
mundo”. De la otra vereda de la grieta,
los K podrían reinvertarse, en
lugar de vivir de recuerdos y rodeados
de sospechas, por culpa de aquellos
que no viven como predican.
propia y bestial forma de “gobernar”,
algo así como un feudo del medioevo
pero con tecnología siglo XXI. En esa
corte, obvio, están como personajes
secundarios, funcionarios y jueces amigos.
Nadie puede ponerlos “en caja”, ni
siquiera uno de ellos, el que vino a
“refundar la república” que no es de
iguales: 4 ó 5 de estos señores tienen
mucho más poder que 5 millones de
anónimos. Lamentablemente. ¿En el
“país normal” que anhela Macri seguirán
así, con sus prebendas y privilegios, intocables,
impunes?
Con tantas malas noticias en los primeros
100 días, los que votaron a Macri
empiezan a resignarse. Los macristas
puros apelan a la vieja excusa del “error
al comunicarlo”. Pero muchos no lo
votaron pensando en lo que venía, sino
en lo que se tenía que ir. Ahora, a bancársela.
Faltan 3 años y 265 días, en
algún momento aflojará. ¿En algún
momento aflojará...?
MIENTRAS TANTO, EN LA VEREDA
DE ENFRENTE DE LA GRIETA...
La cosa viene complicada para los K: la
necedad, el fanatismo y la miopía política
empiezan a hacer agua. Bastó con
una filmación de “gente contando plata”
para que vuelvan las dudas sobre los verdaderos
basamentos del apotegma “La
Patria es el Otro” (“la patria es el otro...
pero la guita la repartimos entre nosotros”,
dice un chiste que circula por
internet).
El silencio de Aníbal Fernández retumba.
Lo último que tuiteó data de la
marcha del 24 de Marzo.
Cristina hizo lo mismo. Máximo
prometió que ella se va a presentar
ante la Justicia. Dicen
que Lázaro Báez le avisó a la familia
Kirchner: “a partir de ahora,
somos los peores enemigos”.
La ex Presidente amagó varias
veces en salir a hablar, pero se
abstuvo. Casi huérfanos, sus
seguidores esperan señales de la
líder, sin darse cuenta que la respuesta
está en ellos mismos.
El kirchnerismo mantiene un buen
caudal de seguidores, que deben
darse permiso para ir hacia adelante.
Si quieren futuro (y no vivir de
recuerdos) deberían empezar a
generar nuevas ideas para proponerle al
país, superadoras y mejores que aquello
que los llevó a perder las elecciones de
2015.
Hay cuentas que pagar, que se haga
cargo la vieja troika: el futuro está en
consolidar los ideales, viviendo de la
misma manera en que se predica. Tener
el coraje de despegarse del sendero de
corrupción trazado, dejar atrás a los
Báez, a los López (y a quienes los prohijaron).
Se puede ser nacional, popular,
democrático y honesto. Se puede ser
peronista, radical, socialista, y no ser
chorro. ¿Se animarán las bases...?
Porque, ¿la verdad? No puedo imaginarme
a San Martín contando dólares en
una financiera. Ni al Che Guevara, dueño
de una cadena de hoteles, en Cuba n