Aeronáutica Aeronáutica

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INDUSTRIA
AERONÁUTICA PIONERAS EN
ESPAÑA
Terminábamos el artículo
del número anterior, con el
encargo del Coronel Vives
a la empresa constructora de
auto móviles Hispano Suiza de
Barcelona de fabricar un motor
de aviación, proporcionando a
dicha empresa todo el apoyo necesario
en cuanto al conocimiento
de motores existentes en el
Servicio.
La Hispano-Suiza Fábrica de Automóviles
S.A. fue fundada en Barcelona
en junio de 1904. El enorme
éxito de sus modelos, tanto en el
extranjero como en nuestro país,
impulsó a la empresa a abrir en
1911 una nueva factoría en París.
Una vez aceptado el encargo del
coronel Vives, la empresa decidió
diseñar y fabricar un motor original
de ocho cilindros en V, seguido
Barron Flecha con motor Hispano de 140 CV
Museo de Aeronáutica
y Astronáutica
Museo del Aire
de cerca por Vives el desarrollo del
motor, este pudo probarse con éxito
en el banco de pruebas de Barcelona
en los primeros meses de
1915, dando una potencia de 140
CV. Meses más tarde, el motor fue
probado con éxito en Cuatro Vientos,
montado en un aeroplano, también
español, el Barrón “Flecha”.
Ante el excepcional comportamiento
de este motor, el gobierno francés
se interesó por él, solicitando licencia
para iniciar su fabricación.
Así, la producción de motores Hispano-Suiza
se multiplicó, tanto en
la factoría de Barcelona como en la
de París, concediéndose licencias
de fabricación a 13 sociedades
francesas y a varias de Inglaterra,
Estados Unidos, Rusia, Japón e Italia.
Entre las diversas versiones del
motor de 8 cilindros en V, que oscilaban
entre los 140, 200 y 300 CV,
se fabricaron cerca de 50.000 unidades
de la Hispano Suiza.
Durante la Guerra Europea, se
construyeron en nuestro país cerca
de 120 aeroplanos. Aproximadamente,
la cuarta parte lo fueron en
los talleres que Aviación Militar poseía
en Cuatro Vientos y los restantes
en las nacientes empresas civiles
Pujol, Comabellá y Cía de Barcelona;
Carde y Escoriaza de
Zaragoza; Compañía Española de
Construcciones Aeronáuticas CECA
en Barcelona, y Santander; la Hispano
de Guadalajara y ENA en Getafe.
Al comenzar la Gran Guerra, el
total de aviones militares en España
no pasaban de la treintena y su
origen era extranjero excepto los
Alfaro II y Acedo I. Aviación Militar,
contaba solo en la Península
con el Aeródromo de Cuatro Vientos
y los campos auxiliares de Alcalá
y Guadalajara, y los tres aeródromos
de Marruecos. Ya en 1915
se estableció el de los Alcázares y
durante el año 1917 el aeródromo
civil de Getafe pasó al Ministerio de
la Guerra y se creó el de Tablada
(Sevilla).
Ante la imposibilidad de poder
importar aviones, el Servicio de Aeronáutica
Militar decidió nacionalizar
la fabricación del Maurice Farman
MF-7, encargándose de la fabricarción
de 12 ejemplares
(quizás alguno más), la empresa
Carde y Escoriaza de Zaragoza, empresa
que normalmente fabricada
vagones de ferrocarril, y que había
creado una sección de aviación bajo
la dirección del capitán Ortiz de
Echagüe, siendo equipados con motores
franceses De Dión Boutón de
800 CV que en número de 24 se
consiguieron importar. Estos aeroplanos
“nacionales” se comenzaron
a entregar a finales de 1915 y estu-
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REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Noviembre 2015