Aunque el Romanticismo hispanoamericano surge como una revolución estética, no sólo apunta a una libertad literaria, sino también política, considerada como meta de la "evolución de la sociedad". La literatura hispanoamericana se hace romántica por influjo de Europa. El 9 de diciembre de 1824 se libra la batalla de Ayacucho, que señala el fin de las guerras de independencia y, por ende, de la dominación española, y el establecimiento de las repúblicas. Los territorios que la Península poseía en América -excepto Puerto Rico y Cuba- nacen a la vida libre y se definen desde el punto de vista histórico, social y natural. Desde la década de 1810 hasta 1870, la sociedad sufre cambios de importancia: queda abolida la esclavitud y la servidumbre de los indios; en el orden económico, se implanta el sistema liberal; se propician reformas educativas y se fundan escuelas. El arte no muestra mayores logros: apenas sobrevive la pintura religiosa y sólo el retrato, característico de la época colonial, conserva su originalidad. Se importa de España y de Francia el estilo neoclásico. Mexico y la Argentina. Respecto de la escultura, no manifiesta rasgos originales, pues los monumentos públicos son obra de artistas oriundos de Europa. La música continúa la tradición colonial. Los organistas y maestros de capilla interpretan aún a Tomás Luis de Victoria (1540- 1607 Ó 1608), a Juan Pierluigi (Palestrina) (1562-1594), a Juan Sebastián Bach (1685- 1750) y a Francisco José Haydn (1732-1809). Se escuchan óperas, sonatas, cantatas, misas, sinfonías y cuartetos. El proceso político hispanoamericano conduce a la libertad de cultos, pero es más relevante la inclinación por el catolicismo. España deja de ser el camino que conduce la cultura europea a la América hispana; ocupa su lugar Francia, que se convierte en modelo digno de imitación. A pesar de que las mencionadas manifestaciones artísticas no logran, durante el Romanticismo, optimar sus obras, la literatura, no ajena a los avatares de la política, encuentra, sobre todo en la poesía, un arma espiritual de combate para gritar su verdad.
-Esteban Echeverría -Jorge Isaacs -Domingo Faustino Sarmiento -Cirilo Villaverde -José Mármol -José Hernández