RUMBO Jaguei Tishrei 5776 (2015)

preceptos
repita. ¿Es más observante, más comprometido
o está más cambiado que antes de que le diéramos
este empujón?
Al menos cuando entras en la oficina de
alguien, o cuando le hablas durante una función,
hay la oportunidad de construir una relación
más larga para el futuro; de hecho,
muchos de mis nuevos amigos más cercanos
comenzaron como conocidos por azar. Pero,
¿qué pasa cuando paras a alguien en una esquina,
o en un centro comercial y le atas los tefilin?
Es fortuito. Aunque aprecio que el alma de
un judío brilla en esos momentos, a veces me
pregunto por qué nos molestamos en ponerlo
a prueba.
Esta cuestión le fue planteada una vez al
Rebe de Lubavitch por un individuo que por
entonces aún no era observante. El Rebe había
comparado el acto de añadir mitzvot extra a la
rutina diaria con el uso de la corbata, que
añade belleza y esplendor al atuendo. En respuesta,
el hombre formuló lo que parece ser
una pregunta ingeniosa. Señaló que la analogía
del Rebe sólo sería verdadera para alguien que
usara ropa; pero si una persona desnuda usara
una corbata, en vez de lucir mejor se vería
completamente ridícula.
La obvia trascendencia de la consulta es
cuestionar el valor de cualquier mitzvá realizada
una sola vez por una persona no observante.
Cuando alguien no hace más nada que sea
judío y no tiene la intención de cambiar, ¿cuál
es el punto de adornarse a sí mismo con faralaes?
No solo parece hipócrita, sino tonto.
El Rebe admitió que un
hombre desnudo que vistiera
una corbata luciría tonto,
pero argumentó que el acto
de ponerse una corbata probablemente
lo despertaría al
hecho de que estaba desnudo.
A veces, la incongruencia
de estar simultáneamente
vestido de manera inapropiada
y recargado de
accesorios puede llevarnos a
la urgencia de taparnos.
Al margen del intrínseco
valor que tiene cada mitzvá,
la observancia de las mitzvot
puede ser contagiosa.
Aceptar tomar parte en
ellas, aunque sea solo una
vez, puede tener efectos a la
larga. Un número incalculable
de judíos han hecho
cambios permanentes en sus
vidas para mejor, solo porque
accedieron a intentarlo
una sola vez.
Al margen del
intrínseco valor que
tiene cada mitzvá, la
observancia de las
mitzvot puede ser
contagiosa. Aceptar
tomar parte en ellas,
aunque sea solo una
vez, puede tener
efectos a la larga
38 | rumbo a tu judaísmo