30 para <strong>que</strong> <strong>no</strong> <strong>sea</strong> <strong>un</strong> <strong>oasis</strong> UN ESTADO (FEMINISTA) EN CONSTRUCCIÓN SANDRA BARRENETXEA DÍEZ Socióloga Entre la i<strong>no</strong>cencia y el atrevimiento, Alicia insinuaba a Humpty Dumpty <strong>que</strong> las palabras, como estructura sedimentada e institucionalizada, <strong>no</strong> pueden <strong>que</strong>rer decir lo <strong>que</strong> a cada persona se le antoje. Es entonces cuando el personaje ovalado, en su representación de la autoridad, respondía tajantemente a<strong>que</strong>lla famosa frase de “la cuestión es saber quién es el <strong>que</strong> manda”. Descubrimos entonces <strong>que</strong> a<strong>que</strong>l onírico País de las Maravillas <strong>que</strong> Lewis Carroll inventó era en realidad, bastante parecido al nuestro. Efectivamente, hablar del Estado, de cualquier institución social en realidad, supone aludir a la sedimentación de prácticas y relaciones de poder <strong>que</strong> en <strong>un</strong> momento histórico se dan en <strong>un</strong> <strong>con</strong>texto social determinado. El Estado es reflejo y actor en este ejercicio, otorgando firmeza y legitimidad social a esa correlación de fuerzas y haciéndola perdurable en el tiempo. En épocas de cambio, de crisis y de transición, es habitual en<strong>con</strong>trar<strong>no</strong>s <strong>con</strong> hechos sociales aparentemente <strong>con</strong>tradictorios e instrínsecamente complejos, claroscuros de los <strong>que</strong>, en palabras de Gramsci, surgen los monstruos. Las estructuras socioe<strong>con</strong>ómicas <strong>que</strong> sustentaban los procesos sociales y vitales, el sistema de valores y el de representación política han entrado desde hace <strong>un</strong> par de décadas en <strong>un</strong> proceso de prof<strong>un</strong>dización neoliberal, <strong>que</strong> <strong>no</strong> solo está desestructurando las instituciones de la sociedad industrial y moderna, si<strong>no</strong> <strong>que</strong> está generando <strong>un</strong> progresivo empobrecimiento y precarización de nuestras vidas, <strong>con</strong> las <strong>con</strong>siguientes cotas de dolor, sufrimiento, muerte e infelicidad para amplias capas de la población. Pero al tiempo, está generando también prof<strong>un</strong>das grietas y líneas de fuga <strong>que</strong> <strong>no</strong>s ayudan a pensar en clave de cambio. Desde <strong>un</strong>a perspectiva feminista, esto significa comenzar a imaginar y <strong>con</strong>struir <strong>un</strong> Estado en el <strong>que</strong> la sostenibilidad y el cuidado de la vida se sitúen en el centro, donde las relaciones entre instituciones, mercado y sociedad se reestructuren y se responsabilicen del cuidado de la vida, elaborando políticas públicas <strong>que</strong> sa<strong>que</strong>n los cuidados del ámbito privado, <strong>que</strong> redistribuyan, visibilicen y revaloricen todos los trabajos en f<strong>un</strong>ción de su aportación a la sostenibilidad de la vida y <strong>que</strong> además garanticen el acceso a a<strong>que</strong>llos recursos necesarios para llevar adelante <strong>un</strong>a vida autó<strong>no</strong>ma. En definitiva, <strong>un</strong> Estado basado en la crítica radical al capitalismo heteropatriarcal y al modelo democrático <strong>que</strong> lo sustenta. Es evidente <strong>que</strong> la <strong>con</strong>stitución de <strong>un</strong>as instituciones propias, <strong>con</strong> capacidad y posibilidad de gestión de políticas públicas resulta clave a la hora de hacer realidad <strong>un</strong> proyecto político emancipador. Sin embargo, apremia ser <strong>con</strong>sciente de <strong>que</strong> éste <strong>no</strong> es <strong>un</strong> elemento aislado y <strong>que</strong> es necesario impulsar y sostener el cambio desde abajo y desde fuera, dando sentido colectivo a la experiencia social y articulándola políticamente en clave de proyecto y de proceso. Construir desde abajo y desde fuera implica <strong>un</strong>a apuesta estratégica y <strong>un</strong>a metodología <strong>con</strong>creta, obligatoriamente democratizadora y participativa. Al fin y al cabo, <strong>con</strong>struir <strong>un</strong> Estado diferente al Estado Moder<strong>no</strong> significa superar la dicotomía subordinación-dominación en el <strong>que</strong> éste se basa y llenar de “demos” <strong>un</strong>a democracia cada vez más vacía, en la <strong>que</strong> las instituciones tan solo son herramientas al servicio del Capital. <strong>Para</strong> ello, será necesario crear lugares de encuentro, espacios de debate y acción, y fortalecer la calle como lugar propositivo y espacio de creación de alternativas. En este p<strong>un</strong>to, el debate sobre la relación entre el ámbito institucional y el ámbito social va más allá de lo referido a sus formas organizativas. En realidad, sintetiza y expresa el propio proyecto estratégico: <strong>un</strong> Estado <strong>con</strong> y para las personas. Así, <strong>con</strong>struir <strong>un</strong> Estado feminista y emancipador pasa obligatoriamente por fortalecer los espacios feministas, impulsar su auto<strong>no</strong>mía y favorecer <strong>un</strong>a participación adaptada a las vidas de las personas y en particular de las mujeres, a sus espacios y a sus tiempos. Es importante recordar <strong>que</strong> los actores y actrices sociales se <strong>con</strong>vierten en sujetos a partir de la intervención en los a<strong>con</strong>tecimientos, lo <strong>que</strong> hace imprescindible <strong>que</strong> <strong>sea</strong>mos las propias mujeres las protagonistas de estos procesos. Pero también implica revisar la mirada hacia las instituciones, establecer canales de intercambio de propuestas y co<strong>no</strong>cimientos, así como nuevas alianzas <strong>que</strong> ayuden a transitar hacia sedimentaciones <strong>que</strong> articulen la diversidad, desde la calle, desde la institución, desde la política como espacio de <strong>con</strong>flicto, negociación y <strong>con</strong>senso. Por último, <strong>no</strong> podemos olvidar <strong>que</strong>, además de las políticas, la participación, las alianzas y las complicidades, es imprescindible crear <strong>un</strong> imaginario común, <strong>que</strong> desde <strong>un</strong>a mirada feminista haga visible el <strong>con</strong>flicto entre el capital y la vida. Un discurso <strong>que</strong> <strong>no</strong> solo informe sobre las prácticas si<strong>no</strong> <strong>que</strong> las re<strong>con</strong>struya como cuerpo pedagógico <strong>que</strong> ayude a f<strong>un</strong>dar <strong>un</strong> relato emancipador, germen de <strong>un</strong> nuevo sentido común, <strong>que</strong> poco a poco vaya ocupando ese lugar donde la legitimación social se vuelve arma en la batalla del sentido.
El acto del 6 de febrero habría sido imposible sin la participación y la ayuda de muchas personas. Por ello, aquí también <strong>que</strong>remos dejar <strong>con</strong>stancia de nuestro agradecimiento. Muchas gracias a toda la gente <strong>que</strong> ha organizado GITE- IPES, a Ruben e Ibon, a las traductoras e intérpretes, a las compañeras <strong>que</strong> recibieron a las participantes, a las <strong>que</strong> organizaron a las participantes y movieron el micrófo<strong>no</strong> de aquí para allá, a las amigas de Topatu, a Miren, al equipo al completo de coche y furgoneta, a las intervinientes, a quienes han dejado su apoortación por escrito, a Iratxe y Gorka, a quienes estuvisteis en el acto, y a todas las <strong>que</strong> de <strong>un</strong>a manera o de otra <strong>no</strong>s ayudasteis a organizar la visita y las acitividades. En pocas palabras, a todas las <strong>que</strong> co<strong>no</strong>ciendo las oport<strong>un</strong>idades y las limitaciones <strong>que</strong> tiene <strong>un</strong>a visita de estas, <strong>no</strong>s ayudasteis de manera leal y generosa. Mila mila esker!