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bajo la cortina de humo en la que pretenden<br />
encerrarlo por conveniencia<br />
lucrativa y el modelo impositivo del<br />
Tío Sam.<br />
Existe además una vulneración sistemática<br />
de los Derechos Humanos que<br />
sufren a diario los usuarios y pacientes<br />
de cannabis en Colombia por parte de<br />
las autoridades policiales. Las crecientes<br />
cifras de personas condenadas por<br />
tráfico de estupefacientes se apoyan<br />
en muchas ocasiones en la condena a<br />
personas que por sentir alivio a sus<br />
patologías se vieron involucradas en<br />
procedimientos policiales en su mayoría<br />
abusivos. También hay acusaciones<br />
penales a personas del movimiento cannábico<br />
colombiano. El Lorito Dorado se<br />
encuentra aún hoy privado de libertad<br />
por hacer y buscar la medicina a partir<br />
de los fitocannabinoides, aunque su<br />
material vegetal tiene por origen a un<br />
cultivo ilícito. Aceptamos una imposición<br />
que prohíbe una fuente de medicina que<br />
consideramos ancestral y artesanal por<br />
no tener —dicen— evidencia científica.<br />
Sin embargo, por tradición oral sabemos<br />
que sí funciona para muchas patologías,<br />
es por esto que cuando la ley es injusta,<br />
lo justo y lógico es desobedecerla.<br />
La ‘’ilegalidad’’ es la que ha permitido<br />
sobrevivir y vivir dignamente a miles<br />
de familias de escasos recursos en<br />
un estado de necesidad justificable<br />
para la obtención de cierto bienestar<br />
y una calidad de vida para muchos<br />
pacientes y usuarios. Cuando avanza<br />
la regulación del uso medicinal del<br />
cannabis en Colombia, se observa<br />
una exclusión de la población civil,<br />
activistas, madres, padres, usuarios,<br />
pacientes, académicos y empresarios<br />
nacionales, entre otros actores<br />
colombianos, como los campesinos<br />
e indígenas. Como consecuencia de<br />
ser el eslabón débil de la cadena<br />
del narcotráfico, han llevado consigo<br />
todo el peso de la ignorancia<br />
político-administrativa y legislativa,<br />
y de los intereses particulares bien<br />
marcados desde el inicio de la prohibición<br />
en 1937. Por haber tenido una<br />
participación marginal en el negocio<br />
de la droga, han pagado las consecuencias,<br />
situación bien diferente de<br />
quienes impunemente se enriquecieron<br />
injustamente.<br />
Es por esto que convocamos multitudinarias<br />
marchas cannábicas y otros<br />
encuentros de activistas cannábicos.<br />
Para mostrar el trabajo académico, cultural<br />
e investigativo de personas, en su<br />
mayoría jóvenes, como la ingeniera<br />
industrial Yeny Rocío Jiménez, (acá<br />
habría que hacer alguna alusión a<br />
quién es este tipo, para uniformar con<br />
el resto dle párrafo) Mario Francisco<br />
Sánchez, activistas y estudiantes como<br />
Samuel Barrera, el grupo de Abogados<br />
Cannábicos representado por William<br />
Álvarez, Herbal Nutracéutica S.A.S,<br />
G MIRACLE S.A.S, representada por<br />
Leandro L. Mcmahon, entre otras personas<br />
naturales y jurídicas que han<br />
gestionado proyectos agroecológicos<br />
bio-ecosostenibles y humanos con habitantes<br />
de la calle y personas de escasos<br />
recursos y en grave estado de vulnerabilidad.<br />
Estos emprendedores afirman<br />
tener toda la capacidad para competir<br />
contra las multinacionales, solamente<br />
piden que la ley sea igual para todos<br />
y no se interpreten sesgadamente los<br />
articulados de la ley 1787 de 2016. A<br />
ninguno de los empresarios nacionales<br />
que vienen trabajando el tema del<br />
cannabis desde hace muchos años, se<br />
les expidió Licencia de Producción y<br />
Fabricación con el Decreto del Ministro<br />
de Salud y se justifican con la Licencia<br />
de Ecomedics, los únicos nacionales en<br />
obtener licencia que se van a beneficiar<br />
de los frutos del fin de dos guerras, una<br />
contra las Farc y otra contra la humanidad<br />
y la población civil, es decir, la lucha<br />
contra las drogas. Los canadienses disfrutaron<br />
de los decretos y resoluciones<br />
del Ministerio de Salud que sólo beneficiaron<br />
a las multinacionales. Es injusto<br />
que las normas nacionales sean letra<br />
muerta para nosotros, pero no para las<br />
multimillonarias empresas extranjeras.<br />
El proyecto “Cannabis para todos”, liderado<br />
por la Finca Interacviva, es una<br />
red urbano-campesina que propende<br />
al rescate de las plantas, la biodiversidad<br />
y la investigación de usos alternativos<br />
y terapéuticos de las plantas<br />
consideradas ilícitas. Enmarcados en<br />
la Constitución Nacional y los retos<br />
del milenio propuesto por las Naciones<br />
Unidas, la Finca Interacviva ha venido<br />
desarrollando una cadena productiva<br />
vinculativa, donde se crea conciencia<br />
del mutualismo de calidad y de compromisos<br />
con la legalidad. La necesidad de<br />
crear nodos de convivencia y simbiosis<br />
entre la gente de la ciudad y el campo,<br />
nos hace proponer alternativas donde<br />
podamos encontrarnos, compartir y<br />
valorar el trabajo campesino e indígena.<br />
Las herramientas de la tecnología<br />
y la información posibilitan dinámicas<br />
de encuentro y acercamiento al campo<br />
por parte de personas de la ciudad que<br />
podrán acceder al intercambio tanto<br />
de conocimientos, como a ofertas de<br />
bienes y servicios.<br />
El activista Mario Francisco Sánchez<br />
afirma que “nosotros hemos informado<br />
a los usuarios sobre los cannabinoides<br />
y su uso responsable, hemos creado<br />
alianzas con la Universidad Nacional,<br />
la Universidad Distrital, estamos en<br />
negociaciones con la Incca y diferentes<br />
profesionales del área de la salud y<br />
de la medicina, para brindar un acompañamiento<br />
y fármacovigilancia en lo<br />
posible. Nosotros hemos suministrado<br />
nuestros productos con el concepto<br />
de un profesional médico y ha sido<br />
difícil, al existir un vacío jurídico que no<br />
permite interpretar sanamente las convenciones<br />
internacionales, porque se<br />
nos acusa de ilegales. Pero no lo somos<br />
porque hacemos medicina y fomentamos<br />
los buenos usos de las plantas<br />
de poder. Respecto a la elaboración de<br />
los productos, procuramos cumplir las<br />
buenas prácticas de manufactura y de<br />
laboratorio, elaborar nuestros productos<br />
con protocolos y capacitarnos en<br />
todo sentido, pues este es nuestro proyecto<br />
de vida y no queremos ser excluidos.<br />
Por esto fomentamos que quienes<br />
trabajen con cannabis, lo hagan con<br />
profesionalismo y con toda la dedicación.<br />
Así es como nosotros hemos adecuado<br />
nuestra empresa a las exigencias<br />
reglamentarias para obtener licencia,<br />
hicimos los protocolos de seguridad y<br />
la guía antilavado de activos y antifinanciación<br />
del terrorismo, nos inscribimos<br />
ante la Unidad Administrativa Especial<br />
del Fondo Nacional de Estupefacientes,<br />
llenamos el formulario de inscripción<br />
“ES INJUSTO QUE<br />
LAS NORMAS<br />
NACIONALES SEAN<br />
LETRA MUERTA<br />
PARA NOSOTROS,<br />
PERO NO PARA LAS<br />
MULTIMILLONARIAS<br />
EMPRESAS<br />
EXTRANJERAS”<br />
de la página del Ministerio de Salud y<br />
de la Protección Social, contratamos<br />
personal idóneo como el director técnico<br />
del proyecto ‘Cannabis para todos’,<br />
radicamos los planes de cultivo, de producción<br />
y fabricación, de comercialización<br />
entre otros requisitos como el certificado<br />
de tradición y libertad junto con<br />
la autorización del dueño del predio;<br />
solamente esperamos nuestra licencia<br />
invocando el principio de igualdad”.<br />
¿Por qué se le expide licencia a<br />
PharmaCielo y a Cannavida, sin tener<br />
laboratorio de producción y fabricación?<br />
Existen laboratorios farmacéuticos<br />
y fitoterapéuticos, constituidos<br />
legalmente en Colombia desde hace<br />
muchos años, que han pagado impuestos<br />
y han logrado cumplir las exigencias<br />
desorbitantes del INVIMA para<br />
contar con certificado de buenas prácticas<br />
de manufactura. El trato discriminatorio<br />
que se le ha brindado a los<br />
colombianos es malo. Son tantas las<br />
cuestiones extrañas alrededor de los<br />
trámites de las licencias de cannabis<br />
que resulta difícil comprender; asoma<br />
un contexto de corrupción y clientelismo<br />
que nos agobia. Al parecer el<br />
cannabis puede ser un tratamiento<br />
para varias enfermedades, esperamos<br />
también ayude al tratamiento del cáncer<br />
de la corrupción.