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células del tumor. En todo caso, por el<br />

tipo de ensayo desarrollado y el pequeño<br />

número de pacientes que se trataron,<br />

no se pudieron extraer conclusiones<br />

relacionadas con la supervivencia de los<br />

pacientes, aunque sí sentar las bases<br />

para el desarrollo de otros estudios<br />

posteriores. Por ejemplo, recientemente<br />

ha finalizado un ensayo clínico donde se<br />

ha analizado la acción combinada del<br />

fármaco Sativex (un fármaco que contiene<br />

THC y CBD en las mismas proporciones)<br />

y la temozolomida en pacientes<br />

con Glioblastoma multiforme recidivado,<br />

del que se espera que pronto se hagan<br />

públicos los resultados. Igualmente hay<br />

otros estudios que acaban de finalizar o<br />

que está previsto que empiecen en los<br />

próximos meses donde se analizará el<br />

efecto de distintos cannabinoides (de<br />

manera individual o en combinación con<br />

otros fármacos) en tumores cerebrales<br />

o tumores sólidos.<br />

SITUACIÓN ACTUAL<br />

Teniendo en cuenta todo lo anterior, lo<br />

cierto es que en ausencia de resultados<br />

de ensayos clínicos (que aún tardarán<br />

años en proporcionar datos concluyentes)<br />

en este momento no existen evidencias<br />

científicas suficientes como para<br />

poder afirmar de manera concluyente<br />

que el tratamiento con cannabinoides<br />

puede contribuir a mejorar las terapias<br />

actuales que se administran a pacientes<br />

con tumores cerebrales u otros tipos de<br />

tumores. Ello hace que no se encuentre<br />

autorizada (ni por tanto subvencionada)<br />

la administración de fármacos cannabinoides<br />

o cannabis medicinal como parte<br />

del tratamiento estándar para el tratamiento<br />

de esas enfermedades.<br />

La recomendación para aquellos pacientes<br />

que estén interesados en utilizar los<br />

cannabinoides como parte de un tratamiento<br />

antitumoral es que consulten<br />

con un médico que tenga experiencia en<br />

la utilización terapéutica de los cannabinoides<br />

(una forma de contactar con ellos<br />

podría ser a través de asociaciones de<br />

pacientes interesadas en la utilización<br />

terapéutica de los derivados del cannabis)<br />

y que, por tanto, pueda recomendar<br />

la utilización de fármacos cannabinoides<br />

(que en algunas ocasiones podrían<br />

ser prescritos por ejemplo, como terapia<br />

compasiva). Teóricamente también<br />

cabría la opción de utilizar extractos<br />

o aceites de cannabis de origen controlado<br />

que contengan concentraciones<br />

conocidas de THC y CBD y que permitan<br />

por tanto saber la cantidad de principio<br />

activo que está recibiendo el paciente.<br />

En todo caso en España y otros países<br />

de Europa la utilización de este tipo de<br />

extractos que contienen THC no es legal.<br />

La administración de aceites o extractos<br />

de cannabis de origen no controlado [en<br />

los que se desconoce la cantidad de THC<br />

y CBD que contienen, así como la posible<br />

presencia de agentes contaminantes<br />

(por ejemplo, pesticidas, herbicidas,<br />

metales pesados o compuestos orgánicos<br />

derivados del proceso de extracción)]<br />

puede significar un riesgo para<br />

el paciente. Igualmente, la sustitución<br />

de una terapia convencional por otra<br />

únicamente basada en la utilización de<br />

cannabinoides no está justificada desde<br />

el punto de vista de la investigación<br />

básica y preclínica, y además privaría al<br />

paciente de la posibilidad de beneficiarse<br />

de terapias que ya han demostrado<br />

al menos un cierto nivel de eficacia.<br />

Por ello, en aquellos casos en los que<br />

se tome la decisión de probar un tratamiento<br />

con cannabinoides en pacientes<br />

con cáncer, la situación de partida más<br />

lógica sería mantener la terapia que<br />

cada paciente esté recibiendo para el<br />

tratamiento de su enfermedad y añadir<br />

–siempre previa consulta con el oncólogo<br />

o al menos con un médico con<br />

conocimientos en la materia– de manera<br />

progresiva la cantidad apropiada de<br />

cannabinoides.<br />

RESUMEN / CONCLUSIONES<br />

Hasta que no haya datos derivados de<br />

ensayos clínicos no se podrá determinar<br />

si esa actividad antitumoral puede ser<br />

útil para el tratamiento del cáncer en<br />

humanos. En todo caso, la baja toxicidad<br />

de estos compuestos en comparación<br />

con otros fármacos antitumorales, hay<br />

un número creciente de pacientes que,<br />

dada la situación de urgencia en la que<br />

se encuentran, se plantean la posibilidad<br />

de incluirlos como parte de sus tratamientos<br />

sin esperar a los resultados<br />

de esos ensayos clínicos. En esos casos,<br />

y a la espera de que se regule de una<br />

manera clara la utilización del cannabis<br />

medicinal, las principales recomendaciones<br />

para evitar situaciones de riesgo<br />

para el paciente son: consultar siempre<br />

con un médico, si es posible con experiencia<br />

en la utilización terapéutica de<br />

cannabinoides y utilizar en los tratamientos<br />

o bien fármacos cannabinoides<br />

o bien extractos de origen controlado<br />

que contengan cantidades conocidas de<br />

THC y CBD .<br />

GUILLERMO VELASCO*<br />

Es profesor titular del<br />

Departamento de Bioquímica<br />

y Biología Molecular I de la<br />

Universidad Complutense de<br />

Madrid y miembro de la Junta<br />

Directiva del Observatorio<br />

Español de Cannabis Medicinal.

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